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HISTORIA
El origen de las excepciones lo encontramos en el segundo periodo
del procedimiento romano, cuando regía el sistema formulario. Enton
ces, el actor hacía valer ante el juez la fórmula entregada por el magis
trado. “Exceptio designa en derecho romano aquella clase de defensa
fundada en un derecho independiente que pertenece al demandado. Se
le llama así porque tiene por objeto hacer pronunciar la absolución de
la demanda por excepción, aunque el derecho alegado por el deman
dante existiera realmente”1. Savigny2 declara que si bien el contenido
de la excepción descansa fundamentalmente sobre una regla material
del derecho, algunas veces reposa sobre las reglas del procedimiento.
Bajo la fórmula tradicional compuesta por la dem onstratio, inten-
tio, condem natio y adjudicatio, el derecho procesal era absorbido por
la rigidez del derecho civil3, hasta que se le permite al demandado
valerse de ciertas defensas derivadas de la relación de derecho material.
Estas fueron exceptio d oli y exceptio m etus causa , dirigidas a probar el
dolo o la fuerza con que había sido hecha una estipulación. S cialo-
ja 4 explica que las cuatro partes de la fórmula mencionada no agotan
completamente su contenido posible, existiendo otras partes, como la
praescriptio y la exceptio que se incluyen para mayor determinación del
contenido de la litis, o también para una esencial modificación de la
fórmula. Mientras la dem onstratio, intentio, condem natio y adjudicatio
5 B onfante, Pietro, Historia del derecho romano, traducción de José Santa Cruz
Teijeiro, volumen I, Madrid: Revista de Derecho Privado, 1944, p. 575.
6 S cíalo ja , Procedimiento civil romano, ob. cit., p. 167.
7 “En el derecho justinianeo praescriptio es sinónima de exceptio, así es que ambas
palabras pueden tomarse indiferentemente la una por la otra” (Savigny, Sistema
del derecho romano actual, ob. cit., p. 110).
8 Alsina, Hugo, Defensas y excepciones, Buenos Aires: EJEA, 1958, p. 18.
9 Fábrega y Cortés, Magín, Apuntes de procedimientos judiciales, Barcelona: Libre
ría de Agustín Bosch, 1907, p. 374.
10 S cialoja, Procedimiento civil romano, ob. cit., p. 174.
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CAPITULO I I EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
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AUGUSTO FERRERO | DERECHO PROCESAL CIVIL
17 Loe. cit.
18 Ibid, p. 384.
19 Ibid., p. 386.
20 Ibid., p. 385.
21 A lsina , Hugo, Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial, tomo
III, segunda edición, Buenos Aires: Ediar, 1961, p. 78.
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CAPITULO I | EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
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AUGUSTO FEKRERO | DERECHO PROCESAL CIVIL
31 Loe. cit.
32 Loe. cit.
33 Savigny, si bien le reconoce distintas reglas de procedimento, acepta la existencia
de una exceptio fori (Savigny, Sistema del derecho romano actual, ob. cit., p. 118).
Según G oldschmidt , la exceptiofori declinatoria es de origen germano (G olds-
chmidt , Teoría general delproceso, tomo I, ob. cit., p. 16).
34 S cíaloja expresa que la excepción que se refiere a la competencia del juez {pra
escriptio fori) tiene carácter prejudicial en el proceso justinianeo, resolviéndose
antes de la litis contestatio, en vista que atañe a la constitución misma del juicio
(Scialoja, Procedimiento civil romano, ob. cit., p. 383). La indicación del ilustre
jurista italiano explica la afirmación de B ülow, en el sentido que la ausencia de
los presupuestos procesales permitía examinar su existencia planteándose una
cuestión prejudicial.
35 B ülow, La teoría de las excepciones procesales y los presupuestos procesales, ob. cit.,
p. 252.
36 Comentando esta conclusión, G oldschmidt expresa que “la causa no estriba,
como Bülow creyó, en que el contenido de todas las excepciones sea material,
sino en que los romanos no diferenciaron entre el contenido material o procesal
de una alegación o resolución5 (G oldschmidt , Teoría general del proceso, tomo
I, ob. cit., p. 19).
37 Bülow, La teoría de las excepciones procesales y los presupuestos procesales, ob. cit.,
p. 252.
38 Ibid.y p. 254.
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CAPITULO I | EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
39 Ibid., p. 256.
40 Loe. cit.
41 S cialoja, Procedimiento civil romano, ob. cit., p. 177.
42 La concatenación de excepciones podía continuar hasta el infinito. Savigny in
forma que Gayo asegura que en la vida real esta complicación iba algunas veces
más allá de la triplicatio, pero que sin embargo, las verdaderas duplicas son muy
raras, y acaso no se den ejemplos de triplicationes y de quadruplicationes (Savig-
ny, Sistema del derecho romano actual, ob. cit., p. 128).
43 S cialoja, Procedimiento civil romano, ob. cit., p. 177.
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AUGUSTO FERRERO | DERECHO PROCESAL CIVIL
44 Ibid., p. 386.
45 Ibid., p. 389. Sin embargo, ambos conceptos siguieron siendo distintos, aplicán
dose la analogía solo para efectos procesales. “Si en las instituciones emanadas de
Justiniano mismo se encuentra una fraseología menos rigurosa, debe atribuirse
a la decadencia general de la ciencia, no a un cambio de ideas sobre esta materia
especial” (Savigny, Sistema del derecho romano actuaU ob. cit., p. 112).
46 S cíalo ja , Procedimiento civil romano, ob. cit., p. 388.
47 Ihering , E l espíritu del derecho en Roma, ob. cit., p. 379.
48 B ü l o w , La teoría de las excepciones procesales y los presupuestos procesales, ob. cit.,
p. 21.
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CAPITULO I I EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
49 Loe., cit.
50 Ibid.y p. 22.
51 Loe. cit.
52 Loe. cit.
53 Ibid., p. 262.
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54 Loe. cit.
55 Como consecuencia de la conquista, en América rigió el mismo sistema. Así,
Máximo C astro expresa que, en algunos pleitos, se emplearon seis u ocho años
discutiéndose excepciones dilatorias (C astro, Máximo, Curso de procedimientos
civilesy tomo I, Buenos Aires: Biblioteca Jurídica Argentina, 1926, p. 56).
56 Ajlsina, Defensas y excepciones, ob. cit., p. 43.
57 W yness M illar, Robert, Los principiosformativos delprocedimiento civil, traduc
ción de Catalina Grossman, Buenos Aires: Ediar, 1945, p. 21.
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CAPITULO I | EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
palabra dem urrer proviene del latín dem orari. Significa dilatar, demo
rar. Este instrumento viene a tener el mismo significado que el de las
excepciones dilatorias en el proceso de habla hispana.
En América, la mayoría de las leyes procesales han sido influidas
por el derecho español. Conviene detenernos en las de Argentina, Brasil,
México, Venezuela y Colombia.
En Argentina estuvo vigente el Código de Procedimientos en ma
teria Civil y Comercial de la Capital, de 1880 hasta febrero de 1968, en
que entró en vigencia el nuevo Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación. El Código derogado reconocía como excepciones dilatorias
la incompetencia, la falta de personalidad en el demandante o en el
demandado, o en sus representantes, la litispendencia, el defecto legal en
el modo de proponer la demanda y arraigo; y como perentorias, la cosa
juzgada, transacción y prescripción de treinta años. Posteriormente, la
Ley N .° 4128 de 1902, la Ley N .° 14237 de 1953 y el Decreto LeyN .°
23398 de 1956 introdujeron algunas modificaciones. Todas aquellas
disposiciones dispersas han sido unificadas por el Código Procesal de
agosto de 1981, que aporta un nuevo e importantísimo criterio acerca
de la sustanciación de las excepciones, señalando en su artículo 346
que “no suspenderán el plazo para contestar la demanda” . En lo que
concierne a la enumeración de las excepciones, añade la falta de legiti
mación activa y pasiva, y la conciliación y el desistimiento del derecho.
También constituye una contribución importante el procedimiento que
señala cuando se declaran procedentes algunas excepciones.
El Código de Processo Civil del Brasil del año 1939 determinaba
un régimen demasiado simplista de las excepciones, al contemplar
como tales solamente la incompetencia, la litispendencia y la cosa
juzgada. Respecto a la primera, expresa que se tramitará en los mismos
autos suspendiendo la causa, mientras que la segunda y la tercera se
tramitan en autos separados sin suspender la causa. Al margen de esta
deficiencia, el mencionado Código prevé dos instituciones su igen eris
con relación a las excepciones. Ellas son la excepción de “ suspeicao ”
y el “despacho san eador”. La primera es una mera recusación hecha
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CAPITULO I | EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
59 A lzamora Yaldez, Mario, Derecho procesal civil. Teoría del proceso ordinario,
Lima, Tipografía Peruana, 1966, p. 47.
60 Ibid., p. 48.
CAPITULO I | EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
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62 Ferrero, Raúl, Los poemas homéricos, cuarta edición, Lima: Universo, 1968, p. 38.
63 I hering , E l espíritu del derecho en Roma, ob. cit., p. 359.
64 R occo, Ugo, Teoría general delproceso civil, México: Porrúa, 1959, p. 231.
65 Loe. cit.
66 C hiovenda, Ensayos de derecho procesal civil, ob. cit., p. 267.
CAPITULO I | EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
III. CONCEPTO
La excepción entraña uno de los más difíciles conceptos procesales,
razón por la cual su definición está reducida al campo de la doctrina68.
Muchos autores convienen en que la excepción tiene un doble con
tenido: sustancial y procesal. Por ello, “se puede definir de distintas
maneras, según que se la encare desde el punto de vista del derecho
procesal o de la legislación de fondo”69.
“En el significado más vago y genérico de la palabra, se puede llamar
excepción a cualquier motivación o razón que pueda adoptarse ante el
juez para que no emita las providencias que se le han demandado”70.
Vale decir, que en el sentido más lato, excepción equivale a decir defensa.
Significa que toda forma utilizada por el demandado para protegerse
en el juicio es una excepción; tanto la defensa contra la pretensión
sustancial, como la defensa contra la pretensión procesal.
El profesor C outure71 define a la excepción, en su más amplio
significado, como el poder jurídico de que se halla investido el deman
dado, que le habilita para oponerse a la acción promovida contra él.
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72 Loe. cit.
73 Alsina , Tratado teórico práctico de derecho procesal civily comercial, tomo III, ob.
cit., p. 78.
74 Loe. cit.
75 Loe. cit.
76 E nneccerus , Ludwig, Tratado de derecho civil, traducción de Blas Pérez Gonzá
lez y José Alguer, tomo I, volumen II, segunda edición, Barcelona: Bosch, 1950,
p. 486.
77 Ibid., p. 489.
78 C hiovenda, Ensayos de derecho procesal civil, ob. cit., p. 263.
CAPITULO I | EL DERECHO DE DEFENSA: LA EXCEPCIÓN
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AUGUSTO FERRERO | DERECHO PROCESAL CIVIL
V. EXCEPCIÓN Y RECONVENCIÓN
La reconvención es una contrademanda que entabla el demandado
contra el actor en el mismo proceso que este le sigue a aquel. En rea
lidad, la reconvención no es sino la acción del demandado dentro del
mismo proceso. Tanto su naturaleza como sus efectos jurídicos son los
mismos que los de la acción.
Se le confunde a la excepción con este instituto más que con la
acción, por ser los dos primeros recursos jurídicos inherentes a la parte
demandada. Como dice Satta92, la reconvención “transita de todos
modos sobre el plano de la defensa del demandado”. Tan es así que
Ugo R o cco 93 trata de “excepciones reconvencionales” . Expresa94 que
la denominación “demanda reconvencional” no es exacta y propia,
porque toda excepción reconvencional se traduce en una demanda que
el demandado formula ampliando el tema del debate. N o nos parece
correcta la afirmación del insigne jurista napolitano, por cuanto que
para colocar a la reconvención en el rubro que le corresponde es nece
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AUGUSTO FERRERO | DERECHO PROCESAL CIVIL
hacer valer depende del derecho alegado por el actor o “si consiste en
una potestad autónoma de actuar en juicio”98.
En síntesis, mientras con la excepción el demandado ataca la de
manda, el derecho que pretende el actor o la acción por medio de la
cual propugna la efectividad de ese derecho, o la sustanciación del pro
ceso, con la reconvención contraataca al actor sobre la misma relación
jurídica o una distinta.
RELACIÓN DE LA EXCEPCIÓN
CON OTRAS INSTITUCIONES PROCESALES
I. PRESUPUESTOS PROCESALES
Estudiamos los presupuestos procesales al tratar de excepciones,
porque estas son medios para denunciar la ausencia de aquellos. Los
presupuestos procesales son los que proveen la materia a las excepciones
procesales; estas últimas no son otra cosa que presupuestos procesales
expresados negativamente en forma de excepción1.
B ülow2 creó la denominación del instituto en estudio, cuando en
su obra La teoría d e las excepciones procesales y los presupuestos procesales
analiza las prescripciones que constituyen los “elementos constitutivos
de la relación jurídica procesal”, proponiendo para identificarlos la
expresión “presupuestos procesales” . La teoría de la relación jurídica
procesal y de sus presupuestos forma la base de todos los sistemas del
proceso, siendo indudable que a partir de B ülow, y no antes, comienza
a formarse una ciencia propia del derecho procesal3.
La doctrina no tiene un criterio uniforme para definir los presu
puestos procesales. Para C outure4, son aquellos antecedentes necesarios
para que el juicio tenga existencia jurídica y validez formal. Considera5
que son supuestos previos al juicio, sin los cuales no puede pensarse en
él. Alzamora6 y Alsina 7 sostienen que son las condiciones necesarias
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CAPITULO II | RELACIÓN DE LA EXCEPCIÓN CON OTRAS INSTITUCIONES PROCESALES
13 Loe. cit.
14 G oldschmidt, Teoría general delproceso, tomo I, ob. cit., p. 20.
15 C hiovenda, Instituciones de derecho procesal civil, ob. cit., p. 72.
16 Bülow, La teoría de las excepciones procesales y los presupuestos procesales, ob. cit.,
p. 293.
17 C hiovenda, Instituciones de derecho procesal civil, ob. cit., p. 71.
18 Loe. cit.
19 Bülow, La teoría de las excepcionesprocesalesy lospresupuestosprocesales, ob. cit., p. 11.
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CAPITULO II | RELACIÓN DE LA EXCEPCIÓN CON OTRAS INSTITUCIONES PROCESALES
judicial que se espera con arreglo a las normas jurídicas”. Define27 este
nuevo concepto de situación jurídica como “aquella situación en que las
partes se encuentran con respecto a este derecho a consecuencia de que
el mismo se ha hecho valer procesalmente” . Añade28 que esta figura se
presenta inclusive antes del proceso, pues “puede hablarse, en atención
a un pleito futuro, de una situación jurídica procesal”.
Algunos autores reconocen al concepto que estudiamos una mayor
amplitud. Así, Jaime G uasp29 considera presupuesto a la circunstancia
o conjunto de circunstancias que deben darse en un acto para que este
produzca todos y solo los efectos a que normalmente va destinado. Vale
decir que para él son requisitos para la existencia de un acto procesal.
Igual parecer expresa C arnelutti30, al señalar que en su máxima am
plitud, el concepto abarca no solamente los hechos constitutivos del
proceso, sino también a los actos procesales en general.
Por otro lado, la doctrina alemana y la propia ZPO distinguen los
presupuestos procesales de los impedimentos procesales. “Los que son
de tener en cuenta de oficio pueden llamarse auténticos presupuestos
procesales; los que precisan ser alegados por las partes, impedimentos
procesales”31. Por lo tanto, para ellos las excepciones dilatorias no consti
tuyen el medio de denunciar la ausencia de presupuestos procesales, pues
estos deben examinarse de oficio32. Más bien, son medios de advertencia
de la existencia de impedimentos procesales. Ricardo Reimundin 33 ha
distinguido claramente estos dos conceptos, señalando que presupuestos
procesales propiamente dichos son aquellos requisitos establecidos por
el derecho procesal para que pueda examinarse y decidirse el fondo del
litigio, pudiendo ser considerados de oficio o a instancia del demandado.
27 Ibid., p. 68.
28 Ibid., p. 207.
29 G uasp, Jaime, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 683.
30 C arnelutti, Sistema de derecho procesal civil, ob. cit., p. 548.
31 S chonke , Derecho procesal civil, ob. cit., p. 159.
32 R osenberg , Tratado de derecho procesal civil, ob. cit., p. 54.
33 R eimundin , Ricardo, Derecho procesal civil, tomo II, Buenos Aires: Viracocha,
1957, p. 33.
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AUGUSTO FERRERO DERECHO PROCESAL CIVIL
Los impedimentos procesales solo pueden ser invocados por las partes
y solamente ellas pueden renunciar a su alegación34.
En conclusión, son presupuestos procesales propiamente dichos la
investidura del juez, la capacidad de las partes y los requisitos formales
que debe contener toda demanda35. Fácil es advertir que la naturaleza
de estos deja traslucir claramente “un sabor puramente procesal”36.
Preferimos limitar los presupuestos procesales solamente a los tres
mencionados para mantener la relevancia que merece el instituto. Casi
podríamos decir que las legislaciones de todos los países aceptan uná
nimemente que la ausencia de estos presupuestos pueda denunciarse
por medio de excepciones. Al tratar cada una de las excepciones, nos
ocuparemos debidamente de aquellas que se derivan de la ausencia de
un presupuesto procesal.
82 |
CAPITULO II | RELACIÓN DE LA EXCEPCIÓN CON OTRAS INSTITUCIONES PROCESALES
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41 L oreto , Luis, Estudios de derecho procesal civil, Caracas: Sucre, 1956, p. 72.
42 Alzamora, Teoría general delproceso, ob. cit., p. 54.
CAPITULO II I RELACIÓN DE LA EXCEPCIÓN CON OTRAS INSTITUCIONES PROCESALES
III. NULIDAD
La relación que existe entre la excepción y la nulidad se encuentra
en que ambos institutos tienden a denunciar en algunos casos los mis
mos defectos procesales. La diferencia estriba en la oportunidad de la
oposición y en la persona a quien la ley faculta ese derecho. Mientras
que la excepción puede deducirse solo dentro de un plazo legal para
ser resuelta en forma previa, y su interposición es derecho exclusivo
del demandado, la nulidad puede deducirse en cualquier momento, y
es derecho interponerla tanto del demandado como del demandante.
Quiere decir que en un estado del proceso, el demandado puede optar
por interponer una excepción o deducir una nulidad. El demandante
está limitado a hacer valer el mismo derecho solamente en vía de nu
lidad.
Al referirse a la clasificación de las excepciones en perpetuas y
temporales, Fábrega45 manifiesta que en la legislación española todas
son de la segunda categoría, pero que sin embargo adquieren carácter
de perpetuidad en el proceso al ser susceptibles de deducirse en vía de
nulidad. La declaración de nulidad podrá obtenerse siempre, sentencia
el mencionado profesor46.
La vinculación de este instituto con las excepciones indujo al
legislador colombiano a determinar que los hechos que configuren ex
cepciones previas no podrán ser alegados como causal de nulidad por
quienes tuvieron oportunidad de proponer dichas excepciones (artículo
100 del Código de Procedimiento Civil de Colombia). El eminente
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49 Bülow, La teoría de las excepciones procesales y los presupuestos procesales, ob. cit.,
p. 14.
50 Ibid., p. 294.
88 |
CAPITULO II | RELACIÓN DE LA EXCEPCIÓN CON OTRAS INSTITUCIONES PROCESALES
51 Ibid., p. 293.
52 Ibid., p. 11.
53 Ibid., p. 301.
54 Loe. cit.
55 G oldschmidt, Teoría general delproceso, tomo I, ob. cit., p. 17.
I 89
CAPÍTULO III
1 Como bien apunta B ülow, la diferencia consiste en que las perentorias son una
limitación permanente y las dilatorias una limitación temporaria del derecho
actor (Bülow, La teoría de las excepcionesprocesalesy lospresupuestosprocesales, ob.
cit., p. 257). S cíalo ja , en base a la oportunidad en que eran opuestas en Roma,
declara que perentorias son las excepciones que se pueden oponer perpetuamen
te, y que, una vez justificadas, destruyen sin más la acción a que se oponen;
dilatorias, las que solo pueden oponerse durante cierto tiempo (Scialoja, Proce
dimiento civil romano, ob. cit., p. 172). S avigny explica que las excepciones dila
torias o temporales solo tienen eficacia para un cierto tiempo o dentro de ciertas
circunstancias, de manera que no detienen la acción si el tiempo ha expirado o
si han cambiado las circunstancias; las excepciones perentorias o perpetuas no
están sometidas a estas restricciones, de modo que conservan su eficacia en todo
tiempo y en todas circunstancias (Savigny, Sistema del derecho romano actual, ob.
cit., p. 117).
2 C hiovenda, Instituciones de derecho procesal civil, ob. cit., p. 382.
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94
CAPITULO III I CLASIFICACIÓN DE LAS EXCEPCIONES
6 Ibid., p. 81.
95
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CAPITULO ffl | CLASIFICACIÓN DE LAS EXCEPCIONES
I 97
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98
CAPITULO III CLASIFICACIÓN DE LAS EXCEPCIONES
12 Loe. cit.
13 Loe. cit.
14 M anresa y N avarro, José María, Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento Civil,
tomo III, sétima edición, Madrid: Instituto Reus, 1955, p. 133.
15 Alzamora, Teoría delproceso ordinario, ob. cit., p. 59.
16 Alayza y Paz S oldán , T oribio , E l procedimiento civil en el Perú, Lima: Librería
e Imprenta Gil, 1935, p. 82.
100
CAPITULO III j CLASIFICACIÓN DE LAS EXCEPCIONES
con efecto suspensivo”. El artículo 451 señala que “una vez consentido
o ejecutoriado el auto que declara fundada alguna de las excepciones
enumeradas en el artículo 446, el cuaderno de excepciones se agrega al
principal y produce los efectos siguientes:
1. Suspender el proceso hasta que el demandante incapaz com
parezca, legalmente asistido o representado, dentro del plazo
que fijará el auto resolutorio, si se trata de la excepción de
incapacidad del demandante o de su representante.
2. Suspender el proceso hasta que se subsane el defecto o la insu
ficiencia de representación del demandante dentro del plazo
que fijará el auto resolutorio.
3. Suspender el proceso hasta que el demandante subsane los
defectos señalados en el auto resolutorio y dentro del plazo que
este fije, si se trata de la excepción de oscuridad o ambigüedad
en el modo de proponer la demanda.
4. Suspender el proceso hasta que el demandante establezca la
relación jurídica procesal entre las personas que el auto reso
lutorio ordene y dentro del plazo que este fije, si se trata de la
excepción de falta de legitimidad para obrar del demandado.
Vencidos los plazos a los que se refieren los incisos anteriores
sin que se cumpla con lo ordenado, se declarará la nulidad de
lo actuado y la conclusión del proceso.
5. Anular lo actuado y dar por concluido el proceso, si se trata de
las excepciones de incompetencia, representación insuficiente
del demandado, falta de agotamiento de la vía administrativa,
falta de legitimidad para obrar del demandante, litispendencia,
cosa juzgada, desistimiento de la pretensión, conclusión del
proceso por conciliación o transacción, caducidad, prescripción
extintiva o convenio arbitral.
6. Remitir los actuados al juez que corresponda, si se trata de la
excepción de incompetencia. En el caso de la excepción de
incompetencia territorial relativa, el juez competente continúa
103
AUGUSTO FERRERO DERECHO PROCESAL CIVIL
19 Mario Alzamora critica con razón el uso que hace el Código de la voz “traslado”,
indicando que esta significa la simple comunicación a una de las partes. Como aquí
se le requiere al demandante para que conteste la excepción planteada, se trata más
bien de una citación (Alzamora, Teoría delproceso ordinario, ob.cit., p. 31).
CAPITULO III ¡ CLASIFICACIÓN DE LAS EXCEPCIONES
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23 Bülow , La teoría de las excepciones procesales y los presupuestos procesales, ob. cit.,
p. 296.
24 Loe. cit.
25 R osenberg , Tratado de derecho procesal civil, ob. cit., p. 151.
26 Savigny, Sistema del derecho romano actual, ob. cit., p. 123.
27 Ib id., p. 124.
28 Loe. cit.
29 M anresa y N avarro, Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento Civil, ob. cit.,
p. 136.
107
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108 |
CAPITULO in | CLASIFICACIÓN DE LAS EXCEPCIONES
31 Prieto C astro, Leonardo, Derecho procesal civil, tomo I, Zaragoza: Librería Ge
neral, 1955, p. 279.
32 C hiovenda, Giuseppe, Principios de derecho procesal civil, traducción de José
Casais y Santalo, tomo II., Madrid: Reus, p. 420.
33 Satta, Salvatore, M anual de derecho procesal civiU ob. cit., p. 272.
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34 Ibid., p. 97.
35 Ibid., p. 161.
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CAPITULO III | CLASIFICACIÓN DE LAS EXCEPCIONES
EXCEPCIONES
I. INCOMPETENCIA
El artículo 35 de nuestro Código Procesal Civil señala que la in
competencia por razón de materia, cuantía, grado, turno y territorio,
esta última cuando es improrrogable, se declarará de oficio al calificar la
demanda o excepcionalmente en cualquier estado y grado del proceso,
sin perjuicio de que pueda ser invocada como excepción. El artículo 36
acota que sin perjuicio de lo citado, el juez al declarar su incompetencia
lo hace en resolución debidamente motivada y dispone la inmediata
remisión del expediente al órgano jurisdiccional que considere compe
tente. Si en los casos mencionados el juez a quien se remite el proceso se
declara incompetente, la disposición citada dispone que se observarán
las siguientes reglas:
1. Tratándose de un conflicto por la materia, se remite el proce
so al órgano jurisdiccional superior de la especialidad. Si los
órganos jurisdiccionales en conflicto pertenecen a distintos
distritos judiciales, se remite a la sala correspondiente de la
Corte Suprema.
2. Tratándose de la cuantía, se remitirá el proceso a la Sala Civil
de la Corte Superior correspondiente.
3. Tratándose del territorio, se remite el proceso a la Sala Civil
correspondiente de la Corte Superior o de la Corte Suprema,
según corresponda.
Según el artículo 37 la competencia de los jueces de paz letrados
y de paz sólo se cuestiona mediante excepción.
En cuanto a la contienda de competencia, el artículo 38 señala
que la incompetencia territorial relativa puede ser invocada, exclu-
yentemente, como excepción o como contienda, y que la contienda
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116 I
CAPITULO IV | EXCEPCIONES
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119
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10 Ibid., p. 164.
11 Ibid., p. 145.
12 Loe. cit.
13 Loe. cit.
14 Prieto C astro, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 280.
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19 Alsina , Tratado teórico práctico de derecho procesal civily comercial, tomo III, ob.
cit., p. 92.
20 C astro, Curso de procedimientos civiles, ob. cit., p. 72.
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CAPITULO IV | EXCEPCIONES
35 Ibid., p. 89.
36 C astro, Curso de procedimientos civiles, ob. cit., p. 70.
37 A lsina, Tratado teórico práctico de derecho procesal civily comercial, tomo III, ob.
cit., p. 110.
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recho romano, iuria n ovit curia , las partes aportan los hechos y el juez
el derecho. Si faltan los fundamentos de derecho, “al juez corresponde
suplir esa omisión, así como darle su exacta interpretación cuando el
actor hubiera calificado erróneamente su acción38”.
El Código de Procedimientos Civiles del Perú derogado no la con
sideraba entre las excepciones, no dejando sin embargo el vacío que su
inexistencia acarrearía. El legislador logró suplirla, facultando al juez
para que devuelva la demanda que carezca de los requisitos esenciales,
debiendo precisar en la providencia el requisito que se había omitido
(artículo 307), así como la excepción de inoficiosidad de la demanda
(artículo 312), que tenía lugar cuando se dirigía contra diversa persona
de la que debía ser demandada (artículo 315). Y es que la demanda
es inadmisible cuando no satisface las exigencias de orden formal que
condicionan su admisión a trámite, tal como lo señaló la Corte Suprema
(Resolución Suprema de 15 de agosto de 1978).
La solución adoptada fue criticada por la doctrina nacional.
Alzamora39 señaló que no sustituía a la excepción y que además no
era completa. R omero 40 se preguntaba “por qué habría de privarse
al demandado de proponer como excepción el vicio por defecto que
contuviera la demanda, para que el actor la subsanara”. Consideró que
la supresión de la excepción era una limitación al derecho de defensa.
Pero si tenemos en cuenta que la fórmula de nuestro Código derogado
iba aparejada del recurso de reposición que se podía interponer contra
los decretos dentro del día siguiente a la notificación, a fin de que el
mismo juzgado o tribunal los modifique o revoque (artículos 1088 y
1089), podemos advertir fácilmente que el legislador ideó una solución
perfecta que hacía innecesaria la excepción de defecto legal. Después de
todo, si esta es una excepción de puro derecho, donde no hay hechos
que probar41, inútil es que se rija por el trámite de las excepciones,
38 Ibid., p. 114.
39 A lzamora, Teoría delproceso ordinario, ob. cit., p. 57.
40 R omero, Estudios de legislación procesal, ob. cit., p. 101.
41 A lsina , Tratado teórico práctico de derecho procesal civily comercial, tomo III, ob.
cit., p. 115.
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48 C arrión L ugo , Jorge, Tratado de derecho procesal, Grijley, tomo III, Lima: 2000,
p. 476. Cabe señalar que Monroy señala — a su vez— que nos encontramos fren
te a un caso de falta de interés para obrar (M onroy G álvez, Juan, Las excepciones
en el Código Procesal Civilperuano, Lima: Themis, 1994, N .os 27-28, p. 126.
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62 Ibid.,$. 112.
63 Ibid., p. 113.
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64 Ibid., p. 114. L oreto expresa que existe titularidad mediata, cuando por una pe
culiaridad de algunos hechos jurídicos, existen derechos subjetivos en los cuales
su titularidad se presenta condicionada por la relación en que se halla el adqui
riente con otro derecho, estado o situación jurídica. La relación inmediata es,
por regla general, la de propiedad o posesión de una cosa. La mediata sería, por
ejemplo, el caso del que quiere adquirir una servidumbre de paso. Será condición
necesaria ser propietario del fundo dominante.
65 Ibid., p. 115.
66 Ibid., p. 116.
67 Loe. cit.
68 Ibid., p. 91.
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CAPITULO IV | EXCEPCIONES
VIL LITISPENDENCIA
Nuestro Código de 1912 y el Decreto Ley N .° 21773 llamaron “plei
to pendiente” de esta excepción. Ahora con el Código Procesal vigente se
le llama correctamente litispendencia. A diferencia de esta excepción, la
conexidad se rige por el trámite fijado para la acumulación de procesos.
La litispendencia procede como excepción cuando existe un proceso
anterior en que no se haya dictado resolución final, seguido entre las
mismas personas por la misma cosa y por acción de la misma naturaleza.
La acumulación se puede solicitar cuando en dos procesos la cuestión
jurídica que se discute es sustancialmente una sola. La litispendencia
empieza con la citación del demandado73. La acumulación puede de
cidirse solo después de contestada la demanda74.
Mario A lzamora75 señala autorizadamente que la excepción de
litispendencia “se sustenta en tres razones:
a) La economía procesal, ya que con ella se evita la duplicidad
de procesos sobre el mismo asunto.
b) Se impide el pronunciamiento de dos sentencias diferentes
sobre la misma cuestión.
c) Se favorece al demandado que sería llevado a litigar indebida
mente en dos procesos, de no existir este medio de defensa” .
C outure76 dice que la razón fundamental de esta excepción no
es el peligro de las sentencias contradictorias, sino el principio de la
economía procesal. Sin desmerecer el valor de este principio (después
de todo, el motivo de este libro es contribuir a su consecución), dis
crepamos del insigne maestro uruguayo. Y es que la litispendencia es
una institución de orden público77. De no existir la excepción que la
sino cuando se trata de objetos que puedan ser sustituidos por otros
equivalentes, esa equivalencia y la igualdad del número serán los ele
mentos constitutivos de la citada identidad legal, imposible de realizarse
en casos semejantes como sucede en las operaciones donde interviene
dinero y donde el deudor no paga con las mismas monedas que recibió,
sino con otras de valor idéntico y cantidad igual”81. En relación a los
cambios que se pueden producir en la cosa, R omero82 considera que
ellos no impiden que la cosa sea considerada como la misma.
En cuanto a la misma acción, esta se da cuando es la misma relación
jurídica, el mismo vínculo jurídico83. Debe reconocer el mismo origen,
fundarse en la misma causa y perseguir el mismo fin que la primera84.
Así, una sentencia española85 señala que existe litispendencia si en uno
de los pleitos se pretende indemnización por no haber cumplido el ven
dedor con entregar las cosas en las condiciones pactadas, y en el otro se
pide el precio de lo que se entregó en aquellas condiciones. Es por ello
importante, como anota C outure 86, advertir el peligro de guiarse por
la identidad absoluta que señala C hiovenda para establecer la litispen
dencia. Anota87 que no es menester que los dos juicios coincidan como
en un calco, pues muchas veces con diferencias meramente aparentes,
el actor persigue otra sentencia favorable.
Ahora bien, no todas las legislaciones exigen esta triple identidad
para configurar la litispendencia, identificándola así con la conexidad.
Así, el Código de Enjuiciamientos Civil del Perú señalaba que la ex
cepción de pleito pendiente tenía lugar en el caso de que se siguiera
juicio ante otro juez, sobre la misma cosa y por la misma acción, para
que el juez que previno continúe conociendo (artículo 625). El Código
Procesal argentino derogado legislaba solamente sobre la litispenden-
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88 Alsina, Tratado teórico práctico de derecho procesal civily comercial, tomo III, ob.
cit., p. 107.
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101 C outure, Eduardo, Los mandamientos del abogado, Buenos Aires: Depalma,
1962, p. 51.
102 C hiovenda, Principios de derecho procesal civil, ob. cit., p. 51.
103 Ibid., p. 52.
104 Para Julián Guillermo R omero, no hay cosa juzgada tratándose de acciones de
clarativas (Romero, Estudios de legislación procesal, ob. cit., p. 132). Creemos
con C hiovenda, que lo resuelto en relación a una acción declarativa, puede ser
opuesto exitosamente tratándose de una acción de condena.
105 C hiovenda, Principios de derecho procesal civil, ob. cit., p. 52.
106 D e L a Plaza, Derecho procesal civil español, ob. cit., p. 187.
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CAPITULO IV | EXCEPCIONES
115 M alaurie, Philippe, Arnés, Laurent y G autier, Pierre-Yves, Droit des contrats
spéciattx, novena edición, París : LGDJ, 2017, p. 254.
CAPITULO IV | EXCEPCIONES
XI. CADUCIDAD
El Código de Procedimiento Civil de Colombia consideraba como
susceptibles de oponerse como excepciones a la prescripción y a la ca
ducidad (artículo 97, último párrafo). Esta última estaba referida a los
plazos perentorios, conocidos asimismo con el nombre de “plazos de ca
ducidad”. Estos son los plazos que señalaba el Código de Procedimientos
Civiles para interponer ciertas acciones, como en los casos del juicio de
contradicción de sentencia y de las acciones interdíctales. Como en dicho
ordenamiento no se había considerado en forma expresa este concepto,
consideramos que procede deducirlo como excepción, bajo el nombre
116 L edesma N arváez, Marianella, Primer Pleno Casatorio Civil: ¿el fin justifica los
medios?, Lima: Derecho & Sociedad, N ° 32, 2009 y M orales H ervías, Rómulo,
Transacción inválida e inutilidad de la doctrina de los actos propios. A propósito del
Primer Pleno Casatorio a favor del abuso de la libertad de estipulación, Lima: Diá
logo con la Jurisprudencia N .° 116, 2008.
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142 M azeaud, Henri, León y Jean, Lecciones de derecho civil, traducción de Luis Al
calá Zamora y Castillo, volumen III, Buenos Aires: EJEA, 1960, p. 410.
143 T hur, Andreas, Tratado de las obligaciones, tomo II, Madrid: Reus, 1934, p. 175.
144 L afaille, Héctor, Derecho civil, tomo VI, volumen I, Buenos Aires: Ediar, 1950,
p. 467.
145 L oewenwarter, Víctor, Derecho civil alemán comparado, segunda edición. San
tiago: Nascimento, 1943, p. 107.
146 Salvat, Raymundo, Tratado de derecho civil argentino: Obligaciones en general,
tomo III, sexta edición con textos de doctrina, legislación y jurisprudencia por
Enrique V. Galli, Buenos Aires: Tipográfica Argentina, 1956, p. 395.
147 C hiovenda, Ensayos de derecho procesal civil, ob. cit., p. 31.
148 Redenti, Derecho procesal civil, ob. cit., p. 81.
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cripción afecta mas bien a las acciones que a los derechos primarios en
que aquellas se fundan, hecho que “resulta de la disposición en virtud
de la cual se reduce de ordinario una obligación natural con el efecto
de la soluti retentio (retención de lo pagado)”. El propio L eón B aran-
diarán, a quien hemos citado sosteniendo que la prescripción extingue
un derecho de obligación, admite149 que en puridad no se destruye el
derecho mismo, “pues aun prescrita la acción, el derecho puede sus
citar efectos jurídicos: pago con no repetición, reconocimiento de la
obligación, constitución de una seguridad, novación”.
Resulta curioso observar que mientras procesalistas como R occo,
Satta, A lsina y D evis E chandía afirman el contenido sustancial de
la prescripción extintiva, civilistas como M azeaud, T hur , L afaille y
Salvat sostienen el carácter procesal de la misma.
En el curso de la prescripción observamos que tanto el nacimien
to como la suspensión e interrupción están referidos directamente
al ejercicio de la acción. La prescripción nace cuando el derecho es
reclamable, se suspende cuando por alguna razón la pretensión no se
puede materializar y se interrumpe con el ejercicio de la acción o con
el reconocimiento que hace el deudor, renovando el derecho de su
acreedor de acudir al órgano jurisdiccional.
Puede observarse que el argumento de más peso para sustentar
nuestra tesis en relación al fin último del instituto reposa en la existencia
del concepto de obligación natural. Contribuye también notablemen- |
te a la posición, la excepción que entraña la prescripción al principio
iura n ovit curia: las partes aportan los hechos; el juez, el derecho. Su
imposibilidad de operar ipso ju r e la convierte en una típica excepción
procesal de orden privado. El orden público que orienta la actividad
jurisdiccional no está interesado en la prescripción, como tampoco exige i
que las partes utilicen otras defensas procesales, como pueden ser otras
excepciones o los recursos.
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CAPITULO IV | EXCEPCIONES
renunciar a ella. Por ello, reconoce160 que el orden público no está com
prometido seriamente desde el momento que se puede renunciar a la
prescripción ganada. El insigne jurista francés vincula a la prescripción
con una noción de orden público genérico, sin tratarla desde un punto
de vista procesal. Después de afirmar que la prescripción es de orden
público, admite que este no se encuentra comprometido con aquella,
desde el momento en que se puede renunciar. Por ello, discrepamos
de la naturaleza que le atribuye a la prescripción. En derecho procesal,
“las disposiciones de orden público no pueden renunciarse, aun con el
consentimiento de la parte contraria o del juez, en tanto que pueden
dejarse sin efecto las de interés privado, porque están establecidas en
favor exclusivo de los litigantes”161. Y es que no debemos confundir al
periodo de adquisición de la prescripción con la prescripción ganada.
En la primera interviene el orden público, ya que no puede renun
ciarse. En la segunda no. La prescripción liberatoria es una institución
de orden privado, ya que solamente puede ser deducida a instancia
de parte. Si fuera de orden público, el juez podría hacerla valer en el
proceso. Justamente la potestad de renunciar a la prescripción es lo que
la distingue de los plazos perentorios. “Indudablemente, a diferencia
de una prescripción, no cabe renunciar a alegar un plazo perentorio, y
los tribunales deben suscitar este motivo de oficio, o sea, aun cuando
el litigante que pueda beneficiarse del mismo no lo haya alegado”162. Y
es que mientras la prescripción adquirida responde a razones de orden
privado, la caducidad es de orden público163.
Propiamente, la excepción de prescripción mata la acción, que hasta
el momento de la sentencia ha tenido existencia en el proceso. Cuando
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166 C astañeda, Instituciones de derecho civil. Los derechos reales, ob. cit., p. 349.
167 C outure informa que puede alegarse en ambas maneras (C outure, “Estudios
de derecho procesal civil”, art. cit., p. 325).
168 Salvat, Tratado de derecho civil argentino'. Obligaciones en general, ob. cit., p. 392.
169 El Código Civil de 1852 no aceptaba esta prescripción en vía de acción, sino en
vía de excepción (Romero R omana, Eleodoro, Derecho civil. Los derechos reales,
tomo I, Lima: Talleres Gráficos Marco, p. 169).
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172 C astañeda, Instituciones de derecho civil. Los derechos reales, ob. cit., p. 290.
173 A lsina, Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial, ob. cit.,
p. 149.
174 R eimundin , Ricardo, Derecho procesal civil, tomo II, Buenos Aires: Viracocha,
1957, p. 35.
175 La prescripción extintiva se refiere tanto a los derechos reales como a los persona
les. La adquisitiva solamente a los reales.
176 C outure, Introducción a l estudio delproceso civil, ob. cit., p. 100.
173
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180 B raga Lemos, Luciano y B raga L emos, Rodrigo, A arbitragem e o direito, Belo
Horizonte: Mandamientos Editora, 2003, pp. 147 y ss. En España, el profesor
Alonso Puig , a propósito de los comentarios a la Ley de Arbitraje de 2003, hace
un muy interesante desarrollo de la necesidad que los árbitros sean indepen
dientes e imparciales (Alonso Puig , José María, De los árbitros, en G onzález
S oria, Julio, Comentarios a la Nueva Ley de Arbitraje de 23 de diciembre, Madrid;
Thomson-Arazandi, 2004, pp. 175 y ss.).
175
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185 C hiovenda, Giuseppe, Instituciones de derecho procesal civil, ob. cit., p. 71.
186 Comisión Reformadora del Código de Procedimientos Civiles, Actas de las Se
siones de la Comisión Reformadora del Código de Procedimientos Civiles, ob. cit.,
P- 11.
I 177
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Alsina 187 manifiesta que “para intentar una acción, así como para
contradecirla, es necesario tener interés, porque solo con esa condición
-se pone en juego la actividad jurisdiccional: los jueces no hacen decla
raciones abstractas”. Consiste en poner en movimiento a los órganos
jurisdiccionales, por ser este el único camino para la consecución de un
derecho. Sin la intervención de estos, el actor sufriría un daño injusto188.
“El interés en obrar no consiste solamente en el interés en conseguir el
bien garantizado por la ley, sino en el interés en conseguirlo por obra de
los órganos jurisdiccionales”189. “El proceso es el medio y el modo con
que se tutela el interés por el cual la acción ha sido ejercitada, lo que
implica como consecuencia que no existe un fin del proceso distinto
de aquel que anima a la parte al proponer la acción”190.
Muy distinto es el interés sustancial que el artículo VI del título
preliminar del Código Civil llama legítimo interés económico o moral.
Este interés se vincula con la legitimidad de obrar191, o sea con la tercera
condición de la acción. Por ello, el profesor A lzamora192 expresa que el
interés para obrar no se refiere al interés patrimonial o moral. Mientras el
interés sustancial entraña la titularidad de un derecho, el interés procesal
“surge solamente cuando el agente se encuentra en la imposibilidad de
conseguir por medios extrajudiciales la misma utilidad que se propone
conseguir mediante la obra de los órganos jurisdiccionales”193.
El carácter estrictamente procesal que reviste el interés en obrar no
nos debe llevar a considerarlo como un presupuesto procesal, tal como
187 Alsina, Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial, tomo I, ob.
cit., p. 392.
188 C hiovenda, Instituciones de derecho procesal civil, ob. cit., p. 200.
189 Loe. cit.
190 Satta, Soliloquios y coloquios de un jurista, ob. cit., p. 148.
191 L eón Barandiaran, José, M anual de derecho civil, título preliminar y derecho de
las personas, Lima: Imprenta de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
1963, p. 11.
192 Alzamora, Teoría general delproceso, ob. cit., p. 55.
193 C alamand reí , Piero, Estudios sobre elproceso civil, traducción de Santiago Sentís
Melendo, Buenos Aires: Bibliográfica Argentina, 1945, p. 284.
179
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202 L oreto, Luis, Estudios de derecho procesal civil, Caracas: Sucre, 1956, p. 117.
203 Loe. cit.
204 Ibíd., p. 102.
| 181
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182
CAPITULO IV | EXCEPCIONES
208 Comisión Reformadora del Código de Procedimientos Civiles, Actas de las Se
siones de la Comisión Reformadora del Código de Procedimientos Civiles, ob. cit.,
p. 13.
209 Perla Velaochaga, Juicio ordinario, ob. cit., p. 138.
210 Ibid., p. 139.
211 Loe. cit.
I 183
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D) Inadmisibilidad de la demanda
Creemos que el concepto de inadmisibilidad de la demanda no
ha sido todavía aclarado debidamente por la doctrina. La ley procesal
peruana, así como buena parte de los códigos hispanoamericanos, no
la tienen en cuenta como medio de defensa del demandado, quedando
así al arbitrio del juez declararla en la sentencia. Juan José C alle 212
manifiesta que funciona como excepción dilatoria tratándose de la opo
sición a la demanda de segunda tercería, a tenor de lo establecido en el
artículo 762 del Código de Procedimientos Civiles. Otras legislaciones
la han tomado en consideración, aunque con distinto significado del
que vamos a exponer.
La importancia de este instituto era grande. Así, el derogado Có
digo de Procedimiento Civil de Venezuela al tratar de excepciones, las
dividían en dos rubros: dilatorias y de inadmisibilidad. Se señalaba que
estas últimas procedían (artículo 257):
a) Por falta de cualidad o interés en el actor o en el demandado
para intentar o sostener el juicio.
b) Por la cosa juzgada.
c) Por la caducidad de la acción.
212 C alle, Juan José, Código de Procedimientos Civiles, Lima: Tipografía El Lucero,
1912, p. 163.
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CAPITULO IV I EXCEPCIONES
E) Las demás
Nos hemos ocupado simplemente de aquellas excepciones que
consideramos fundamentales. No hemos tratado otras por considerarlas
innecesarias o por estar relacionadas solamente con juicios especiales.
Es así, por ejemplo, que hemos preferido omitir la excepción de
arraigo tratada por los códigos argentino y uruguayo, y por el Código
peruano de 1852 con el nombre de fianza (artículo 619.19). Como
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Incompetencia;
Pleito pendiente;
Falta de personería;
Inoficiosidad de la demanda;
Naturaleza del juicio;
Transacción;
Cosa juzgada.
193
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Artículo 317.- Para que las excepciones de transacción y cosa juzgada sean
admisibles se requiere:
197
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Excepciones proponibles
Artículo 446.- El demandado solo puede proponer las siguientes excepcio
nes:
1. Incompetencia;
2. Incapacidad del demandante o de su representante;
3. Representación defectuosa o insuficiente del demandante o del
demandado;
4. Oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda;
3. Falta de agotamiento de la vía administrativa;
6. Falta de legitimidad para obrar del demandante o del demandado;
7. Litispendencia;
8. Cosa Juzgada;
9. Desistimiento de la pretensión;
10. Conclusión del proceso por conciliación o transacción;
11. Caducidad;
12. Prescripción extintiva; y,
13. Convenio arbitral.
201
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Procesos idénticos
Artículo 452.- Hay identidad de procesos cuando las partes o quienes de ellos
deriven sus derechos, el petitorio y el interés para obrar, sean los mismos.
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