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A) LOS PARÁMETROS QUE DEBEN SER OBSERVADOS POR EL

JUEZ AL MOMENTO DE IMPONER UNA MEDIDA DE COERCIÓN, ES


DECIR, CUÁLES SON LOS REQUISITOS NECESARIOS PARA SU
IMPOSICIÓN

Una medida de coerción es aquella que puede adoptar el órgano judicial durante
la etapa preparatoria de un proceso penal contra él o los presuntos responsables de un
hecho delictivo, con la finalidad de asegurar su presencia en el proceso y garantizar los
efectos penales y civiles de una futura sentencia condenatoria, cuando se estima que hay
una probabilidad razonable de que este sea el autor del hecho y de que pueda ocultarse a
sí o a su patrimonio en el curso del procedimiento penal.

De conformidad con las disposiciones de nuestro Código Procesal Penal, las


medidas de coerción pueden ser de dos clases: Personales, las cuales procuran limitar la
libertad de actividades o movimiento del imputado y Reales, las cuales recaen sobre los
bienes muebles o inmuebles y buscan asegurar las eventuales responsabilidades
pecuniarias (responsabilidades civiles, multas, costas procesales) derivadas de la
comisión del hecho delictivo.

Dentro de esta clasificación, figuran como medidas de coerción personales: la


prisión preventiva; la prohibición de salir sin autorización del país, localidad en la cual
reside o del ámbito territorial que fije el juez (impedimento de salida); la obligación de
someterse al cuidado o vigilancia de una persona o institución determinada que informa
regularmente al juez; la obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la
autoridad que él designe (presentación periódica); la colocación de localizadores
electrónicos, sin que pueda mediar violencia o lesión a la dignidad o integridad física
del imputado; el arresto domiciliario, en su propio domicilio o en custodia de otra
persona, sin vigilancia alguna o con la que el juez disponga; la presentación de una
garantía económica suficiente (artículo 226 del Código Procesal Penal); y, el arresto,
con sus diversas modalidades policial y judicial (art. 224 y siguientes Código Procesal
Penal). Y, como medidas de coerción reales: el embargo, la inscripción de hipoteca
judicial u otra medida conservatoria prevista por la ley civil.
Para imponer una de estas medidas de coerción o varias combinadas, deben
existir elementos de prueba suficientes para sostener que el imputado es con
probabilidad el autor o cómplice de una infracción, además de un peligro de fuga
basado en una presunción razonable de que el imputado podría no someterse al
procedimiento por la apreciación de las circunstancias del caso particular y que la pena
privativa de libertad sea la pena aplicable para la infracción atribuida.

En el caso de la prisión preventiva, además de estas circunstancias, se requiere


que no pueda evitarse razonablemente la fuga del imputado mediante la imposición de
una o varias de aquellas que resulten menos gravosas para su persona, para evitar la
destrucción de prueba relevante para la investigación, y cuando la libertad del imputado
pueda constituir una amenaza para la sociedad, la víctima o sus familiares, o los testigos
del proceso. Esta medida no puede ser combinada con ninguna otra, hay infracciones
para las cuales no puede aplicarse (infracciones de acción privada, como la difamación e
injuria, violación de propiedad industrial y violación a ley de cheques salvo el caso de
falsedad de cheques), y personas a las que no les puede ser impuesta. Aspectos que en
todo momento deberán ser valorados al momento de decidir imponer esta medida
específica, la cual es de carácter excepcional.

Finalmente, en cuanto a su duración cabe resaltar que las medidas de coerción se


caracterizan por su provisionalidad, sólo duraran el tiempo que sea indispensable por la
permanencia de los presupuestos que fundamentaron su adopción inicial, razón por la
cual se produce la revisión de estas en cualquier etapa del procedimiento. En el caso de
la prisión preventiva, en particular, legalmente se encuentra fijado que no podrá exceder
los 12 meses, y los 18 meses en el caso de que sea declarado un proceso complejo, y su
revisión será de manera obligatoria cada 3 meses.
B) CUALES SON LOS REQUISITOS PARA LA REVISIÓN DE LA
MEDIDA DE COERCIÓN CONFORME LA RESOLUCIÓN 1731-2005
DICTADA POR LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA

De la Revisión de las Medidas de Coerción. Todas las medidas de coerción
pueden ser revisadas a solicitud de parte, o de oficio en beneficio del imputado. Previo a
la fijación de la audiencia y conforme a lo establecido en los artículos 238, 239 y 240
del Código Procesal Penal, el juez ponderará su admisibilidad, siempre que el solicitante
cumpla con las siguientes condiciones:

1. Fijación precisa de hechos, pruebas o presupuestos que determinen la


variación de las condiciones que justificaron la imposición de la medida.
2. Presentación de certificación que no ha mediado recurso de apelación, y en
caso de que se haya interpuesto el recurso, deberá presentarse la decisión de la Corte.

Párrafo I. En todos los casos en que el juez admita una solicitud de revisión de
medida de coerción, sólo se fijará audiencia cuando se trate de prisión preventiva o
arresto domiciliario, conforme lo dispone el artículo 240 del Código Procesal Penal, o
cuando la revisión procure la imposición de una de estas medidas. En los demás casos
se resolverá de manera administrativa de conformidad con el artículo 238 del
instrumento legal indicado. Tanto esta decisión de admisibilidad como la instancia en
solicitud de revisión, deberán ser notificadas a todas las partes.

Párrafo II. El desarrollo de la audiencia de revisión se realizará conforme a las


reglas de la audiencia para medidas de coerción. Párrafo III. En caso de que el Juez
decida no acoger la solicitud de revisión porque los presupuestos que dieron lugar a la
medida no han variado, emitirá un auto motivado declarando la inadmisibilidad de la
solicitud y lo notificará al solicitante. Si lo estima admisible procederá a la fijación de
audiencia para su conocimiento.

La revisión obligatoria de la prisión preventiva se rige conforme a las


disposiciones del artículo 239 del Código Procesal Penal. En estos casos la secretaria
del juzgado deberá emitir una certificación en donde conste si la decisión que impuso la
medida de coerción ha sido objeto de revisión o de recurso de apelación. En caso de que
se haya interpuesto recurso de apelación, se deberá aportar al juez la decisión de la
Corte, a los fines de determinar la extensión del plazo de la revisión y la competencia.
Finalmente, la Suprema Corte de Justicia dispone que el reglamento será de aplicación
obligatoria y uniforme en todos los departamentos y distritos judiciales.

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