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ANALISIS DE SENTENCIA

ESTUDIANTE

Nombre MARIA ALEJANDRA GRANADOS CAÑON


Fecha 7/03/2024
Programa DERECHO

1. MARCO DECISIONAL

1.1. IDENTIFICACIÓN
Número STL5798-2020 con Radicado N° 89841
Magistrado Ponente IVÁN MAURICIO LENIS GÓMEZ
Sala de Decisión Sala Laboral del Tribunal Superior de Cali
Aclaran el voto NINGUNA
Salvan el voto NINGUNA

1.2. HECHOS JURÍDICAMENTE RELEVANTES


El demandante, Víctor David Aucenon Liberato, promovió una acción de tutela para proteger sus
derechos fundamentales a la laicidad del Estado, libertad de cultos y separación entre el Estado y
la religión.
La acción se basó en una publicación realizada por el Expresidente de la República, Iván Duque
Márquez, en su cuenta personal de Twitter. En dicha publicación, el presidente celebraba los 101
años del reconocimiento de la virgen de Chiquinquirá como Patrona de Colombia:

“Respetando las libertades religiosas de nuestro país y en clara expresión de mi fe, hoy
celebramos los 101 años del reconocimiento a nuestra virgen de Chiquinquirá como Patrona de
Colombia. Todos los días en profunda oración le doy gracias y le pido por nuestro país”.

De la misma manera, a juicio del tutelante, “la cuenta de la red social en referencia en la que se
realizó la publicación no tiene un carácter eminentemente personal, pues su titular es el primer
mandatario y, además, porque a través de ella se realizan declaraciones y órdenes que se
relacionan con la investidura oficial de su autor”.

Conforme lo anterior, el accionante solicita que se protejan sus garantías superiores y que como
medidas para restablecerlas, se disponga lo siguiente: (i) ordenar a la autoridad convocada retirar
el tuit en mención; (ii) conminarla a expedir un tuit en el mismo canal de difusión y en «los otros
canales oficiales con los que cuente la presidencia», a través del cual «aclare que el Estado
colombiano no está encomendado ni celebra ninguna conmemoración religiosa específica de un
culto en particular», y (iii) advertirle que debe abstenerse de «realizar este tipo de alegorías a
cultos en particular desde las redes sociales donde los funcionarios públicos informan e imparten
órdenes de su función profesional».
En el auto del 10 de julio de 2020, la sala de decisión admitió la acción de amparo y otorgo al
presidente de la Republica dos (2) días para ejercer su defensa y negar la medida provisional al
primer inciso. Durante el lapso, la apoderada judicial de la autoridad tutelada manifestó que los
actos de esta solo tienen “fuerza o valor” si son suscritas por el ministro de ramo o por el director
administrativo correspondiente.
Admitió que la publicación fue realizada; sin embargo, señalo que “solo era una manifestación
ligada a una tradición cultural con 101 años de existencia en Colombia”. También indico que solo
era una expresión personal de fe, tal como la indica en la publicación.

Mediante providencia del 24 de julio de 2020, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Cali
consideró que el presidente de la República exteriorizó una creencia que constituyó un incentivo
para los devotos de «esa congregación» y vulneró los derechos fundamentales de los que no lo
son, entre estos, del convocante.

Así, indicó que la autoridad incurrió en un «claro discurso en materia religiosa cuya divulgación es
prohibida», en tanto a las autoridades les está vetado realizar conductas «que constituyan un
favorecimiento a una confesión o iglesias», en los términos indicados en la sentencia C-033-2019
de la Corte Constitucional.

Por otra parte, con respecto al medio o canal de comunicación en el que el funcionario transmitió
el mensaje, explicó que:

“(…) aunque la opinión se anunció en una cuenta personal-como se señaló, lo cierto es que el
contenido que se publica en la misma deja la sensación y confusión a la comunicad de no serlo,
pues por ahí se da cuenta de todas las actuaciones que despliega el gobierno, más que
apreciaciones o situaciones de índole personal del gobernante”.

Con fundamento en los anteriores argumentos, el juez constitucional de primer grado decidió:

“PRIMERO. - TUTELAR los derechos fundamentales a la libertad de culto y laicidad de Estado del
señor Víctor David Aucenon Liberato.
SEGUNDO. - ORDENAR al presidente de la República, que, en un término no superior a las
cuarenta y ocho horas siguientes a la notificación de esta providencia, retire de la cuenta de
Twitter @IvanDuque, el mensaje publicado el 9 de julio de 2020, alusivo a la conmemoración de
la Virgen de Chiquinquirá.
TERCERO. - PREVENIR al presidente de la República Iván Duque Márquez, para que, en lo
sucesivo, se abstenga de incurrir en las conductas que dieron origen a esta tutela”.

1.3. PROBLEMA JURÍDICO QUE ENUNCIA LA CORTE


¿EL Expresidente de la República, Iván Duque Márquez, vulnera los derechos fundamentales a la
libertad de culto y libertad de expresión en su publicación en la red social Twitter?

1.5. DECISIÓN
“PRIMERO: Revocar el fallo impugnado. En su lugar,
negar la protección constitucional invocada por el ciudadano
Víctor David Aucenon Liberato.
SEGUNDO: Comunicar esta decisión a los interesados
en la forma prevista en el artículo 30 del Decreto 2591 de
1991.
TERCERO: Remitir el expediente a la Corte
Constitucional para la eventual revisión del fallo
Pronunciado”.

2. ARGUMENTOS JURÍDICOS

2.1. PROBLEMA JURÍDICO QUE REALMENTE RESUELVE LA CORTE


¿Es exigible judicialmente la protección del derecho a la libertad de culto, pensamiento, expresión
y laicidad del Estado frente a una publicación, si bien del Expresidente de la República, que
manifiesta una expresión de su fe, aclarando ninguna imposición de esta ante el pueblo
colombiano?

2.2. RATIO DECIDENDI


La apoderada judicial del presidente de la República impugnó la decisión tomada en primera
instancia y solicitó su revocatoria.

Para respaldar tal petición, reiteró que la expresión que el primer mandatario publicó el 9 de julio
de 2020 en su cuenta personal de la red social Twitter provino de su sentimiento interno como
ciudadano colombiano, de modo que no tuvo la connotación de acto oficial, no implicó «la
exclusión de terceros» y tampoco restringió el derecho fundamental a la libertad de cultos de
ninguna persona.

Asimismo, señaló que el Estado social y democrático de derecho no proscribe a quien detenta la
calidad de primera autoridad del Estado el ejercicio de ningún derecho fundamental, menos aún el
de profesar libremente sus creencias religiosas.

Luego, afirmó que «el cuadro de Nuestra señora del Rosario de Chiquinquirá» cumple con las
condiciones que la legislación establece como patrimonio cultural y es «un bien cultural de la
Nación».

Por último, argumentó que «la acción de tutela parece más un acto intolerante del actor que la
existencia probada de una afectación directa de sus derechos fundamentales», toda vez que:

“(…) rezar por la salud de los colombianos a una imagen con un innegable legado cultural que
forma parte desde 1560 de nuestra construcción de la identidad nacional no le hace daño a
nadie, no afecta a nadie, por el contrario, tiene un contenido muy importante de virtud en este
tiempo de grave crisis que afecta a nuestras vidas, mentes, economía, trabajos, que nos afecta
de manera transversal”.
La sala de decisión concedió la impugnación y remitió el expediente a la Corte. Durante esta
instancia, se presentaron varias intervenciones:

i) El ciudadano Diego Alejandro Vargas Aguilar, quien afirma actuar como representante
de la Asociación de Ateos de Bogotá, solicita que se confirme el fallo constitucional de
primer grado. Asimismo, que se ordene al presidente de la República presentar
«excusas públicas» a la comunidad de ateos, agnósticos y no creyentes y
comprometerse «a la no utilización de los recursos del Estado para el proselitismo a
doctrinas religiosas particulares».
ii) El representante legal de la ONG Corporación Bogotana para el Avance de la Razón y el
Laicismo demanda que se confirme la protección que el juez constitucional de primer
grado concedió. También solicitó que se ordene: “(…) no solo retirar el trino
mencionado por el accionante Víctor Andrés Aucenon Liberato, sino también la oración
católica del presidente de la República en la página web de la Presidencia de la
República y en el canal de YouTube de la Presidencia de la República”.
iii) Adriana Buenaventura Martínez, quien invocó la calidad de directora de la organización
Hispanic American Freethinkers (HAFree), requiere que «se proteja la laicidad del
estado colombiano y se adopten las decisiones a que haya lugar con el fin de evitar
violaciones similares en un futuro».
iv) La asistente administrativa del obispo de Zipaquirá manifestó que en el Estado social de
derecho nadie puede ser limitado a profesar o difundir su fe, incluso el presidente de la
República. Así, pidió que se revoque el fallo del Tribunal porque constituye una «acción
intimidatoria para la profesión de la fe católica».
v) Amparo Beltrán Acosta, quien se identificó como fundadora y directora del Centro
Ecuménico Popular Para América Latina de Comunicación solicitó que se ratifique el
fallo constitucional de primer grado. Para respaldar su aspiración, indicó que la
manifestación que el funcionario accionado realizó sobre la virgen de Chiquinquirá es
una «señal de identificación del Estado con el catolicismo», que pugna con el Estado
laico que la Constitución Política de 1991 acogió y representa «una desventaja a la hora
de comunicar su visión teológica de sororidad (solidaridad entre las mujeres),
ecumenismo y feminismo cristiano».
vi) Andrea Romero Castiblanco, Luz Amparo Polanía Sicard, Margarita Gnecco de Forero,
María Patricia Guzmán Zárate y Jackeline Rojas solicitaron que se revoque el fallo de la
Sala Laboral del Tribunal Superior de Cali y se «conmine a los magistrados de primera
instancia a abstenerse de volver a emitir fallos en este sentido que violan el derecho a
la libertad de expresión, libertad de cultos y creencias de más del 70% del pueblo
colombiano».
vii) María Camila Grisales Toro pide que se revoque la decisión del Tribunal Superior de
Cali. Para tal efecto, señala que el presidente de la República tiene derechos a la
igualdad, libertad de cultos y de expresión, máxime si los canaliza a través de una
cuenta personal de internet que comparte únicamente con sus seguidores. Agrega que
la pretensión del actor, lejos de perseguir un propósito legítimo de protección de
garantías realmente vulneradas, se exhibe como un «laicismo intolerante» que
transgrede los derechos a la identidad personal y cultural del primer mandatario.
viii) Hilda Luz Jara Vélez coadyuvó la impugnación que presentó la autoridad encausada y
solicitó que se revoque decisión del Tribunal Superior de Cali, pues estima que «pone
en riesgo los derechos fundamentales de todos los católicos».
ix) Por último, Marino de Jesús Arcila Alzate manifestó que la decisión del juez plural de
primera instancia es acertada y requiere que se confirme.

4. CONSIDERACIONES DE LA CORTE PARA LA RATIO DECIDENDI Y COMENTARIO


La Corte tomo como consideración el análisis de los siguientes aspectos, los cuales tomare en
cuenta para realizar mi comentario:

El derecho fundamental a la libre expresión


Esta garantía fundamental está consagrada en los artículos 19 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, IV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 19 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 13 de la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos y 20 de la Constitución Política de Colombia. Este último establece:

“Artículo 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y


opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios de
comunicación masiva. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a
la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura”.

El derecho fundamental a la libertad de cultos


Este derecho está previsto en los artículos 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, III
de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 18 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, 12 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos y 19 de la
Constitución Política de Colombia. El último establece:

“Artículo 19. Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar
libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones
religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”.

Conforme a dichas disposiciones, toda persona tiene libertad de practicar la devoción y las
ceremonias propias de su credo religioso o de la doctrina espiritual que desee profesar. También
de difundir los criterios y principios que la sustentan, siempre que observe el imperio del orden
jurídico y los derechos de los demás. Al respecto, en sentencia SU-540-2007, la Corte
Constitucional señaló:

“Por lo tanto, el derecho a la libertad religiosa implica tanto la posibilidad de profesar “de
manera privada y silenciosa” el credo de la preferencia, como la garantía a la difusión y
realización de actos públicos asociados con las convicciones espirituales. Así, la libertad religiosa
se extiende a los actos externos en los que cada credo se manifiesta. Y respecto de la libertad de
conciencia y, de manera más específica, de la libertad religiosa, puede afirmarse válidamente
que se manifiesta en los ámbitos complementarios de lo privado y de lo público”.

Con esto tenemos mas que suficiente para emitir un juicio:


I) El Expresidente deja explícitamente claro en su mensaje la nula intención de imponer
una creencia o credo y el manifiesto específicamente individual de su fe
II) Existe la exequibilidad de una ley de la Republica donde el legislador “declaró
patrimonio cultural inmaterial de la Nación la Semana Santa de Pamplona,
departamento del Norte de Santander”.
III) La decisión tomada por la corte, considerando cada uno de los derechos anteriores, fue
la acertada.

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