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LA POSIBILIDAD DE CONOCIMIENTO

Oswald Spengler: La decadencia de occidente.

He aquí lo que le falta al pensador occidental y lo que no debiera faltarle precisamente a él: la
comprensión de que sus conclusiones tienen un carácter histórico-relativo, de que no son sino la expresión
de un modo de ser singular y sólo de él. El pensador occidental ignora los necesarios límites en que se
encierra la validez de sus afirmaciones; no sabe que sus «verdades inconmovibles», sus «verdades
eternas», son verdaderas sólo para él y son eternas sólo para su propia visión del mundo; no cree que sea
su deber salir de ellas para considerar las otras que el hombre de otras culturas ha extraído de sí y
afirmado con idéntica certeza. Pero esto justamente tendrá que hacerlo la filosofía del futuro si quiere
preciarse de integral. Eso es lo que significa comprender el lenguaje de las formas históricas, del mundo
viviente. Nada es aquí perdurable, nada universal. (…) La validez universal es siempre una conclusión
falsa que verificamos extendiendo a los demás lo que sólo para nosotros vale.

- ¿Qué posición con respecto a la posibilidad de conocimiento defiende el texto? Explica


brevemente porqué sin copiar del texto.
En este fragmento, Spengler defiende un relativismo histórico o cultural, puesto que, aunque
acepta la existencia de “verdades”, estas están limitadas a un determinado contexto cultural. De
este modo, distintas culturas con capaces de generar verdades con igual grado de certeza y
seguridad.

- ¿Cómo define la verdad el autor del texto?


La verdad del pensador occidental, lejos de ser universalmente válida y eterna, está limitada a una
determinada cultura y momento histórico. La verdad que debe buscar la filosofía debería perseguir
integrar las distintas verdades particulares propias de los distintos episodios histórico-culturales.

Locke, ensayo sobre el entendimiento humano.

Si vamos a descreerlo todo, sólo porque no podemos conocer todo con certeza, obraremos tan
necesariamente como un hombre que no quisiera usar sus piernas y pereciera por permanecer sentado,
sólo porque carece de alas para volar. Conocer el alcance de nuestras capacidades cura el escepticismo y
la pereza. Cuando conocemos nuestras fuerzas, sabemos mejor qué cosas emprender para salir adelante;
y cuando hemos medido bien el poder de nuestras mentes y calculado lo que podemos esperar de él, no
caeremos en la tentación de estarnos quietos y abstenernos de todo trabajo por desesperación de no
llegar a saber nada, ni, por otra parte, de poner en duda cualquier conocimiento sólo porque algunas cosas
no puedan entenderse. Al marino le es de gran utilidad saber el alcance de la sonda, aunque con ella no
pueda medir todas las profundidades del océano; le es suficiente con saber qué es lo necesariamente
larga para alcanzar el fondo de aquellos lugares por los que va dirigir su viaje y, de esta forma, prevenir el
peligro de navegar contra escollos que pudieran proporcionarle la ruina.
- ¿Qué posición con respecto a la posibilidad de conocimiento defiende el texto? Explica
brevemente porqué sin copiar del texto.
Se trata de un texto de carácter criticista. El conocimiento es posible, pero tiene límites. Como
consecuencia, se hace necesario un análisis de las capacidades del ser humano, para establecer
que ámbitos de la realidad son cognoscibles y cuales son inaccesibles.
- ¿Por qué conviene, según el autor, conocer los límites de nuestro conocimiento?
Conocer nuestras capacidades evita que caigamos en las tesis escépticas según las cuales no
podemos conocer nada. Nos indica por qué camino podemos continuar y cuales debemos
desechar.

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