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FICHA TÉCNICA TEXTO LAURA BECK

En primer lugar, se presenta una división de la literatura jurídica europea en tres grandes
familias en el siglo XVII. La primera comprende la familia germano-bátava y sus áreas de
influencia, caracterizada por la integración entre fuentes romanas y fuentes del derecho
territorial, a menudo escritas en lenguas vernáculas. La segunda se relaciona con las penínsulas
católicas mediterráneas, con un enfoque en el derecho canónico y los derechos territoriales, y
un uso continuo del latín. La tercera corresponde al territorio francés, con una literatura
centrada en la sistematización de las costumbres y ordenanzas, principalmente en francés.

El texto destaca dos aspectos fundamentales de la cultura del derecho en la Edad Moderna.

En primer lugar,

se resalta el aumento en la importancia del derecho territorial (ius proprium) debido a la


regionalización y al surgimiento de la ley del soberano. Se mencionan ejemplos
paradigmáticos de esta tendencia, como las compilaciones de coûtumes y las
ordenanzas en Francia, así como colecciones legislativas en otros lugares.

En segundo lugar, se aborda el surgimiento del humanismo jurídico, que cuestionó la autoridad
del Corpus iuris civilis de Justiniano y promovió un enfoque histórico-lingüístico
en la interpretación del derecho romano. Juristas como Guillermo Budé y
Andrea Alciato fueron precursores de este movimiento, que se centró en el
escrutinio crítico de las fuentes del derecho y en la búsqueda de soluciones
justas y universales.

El texto también explora tres corrientes principales en la literatura jurídica moderna: la Escuela
elegante holandesa, el usus modernus Pandectarum y el mos Italicus tardío.
Cada una de estas corrientes tenía objetivos prácticos, como la identificación
precisa de lo que pertenecía a las costumbres romanas trasnochadas, la
exposición de fuentes locales de forma ordenada y la continuación del género
del comentario y la autoridad en el derecho.

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