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La historiografía jurídica. En el siglo XVIII, el siglo de la Ilustración, los estudios históricos cobran
una dimensión distinta al compás del nuevo proceso cultural. La renovación fue protagonizada
por historiadores racionalistas, como Voltaire, Montesquieu o Gibbon. El nuevo panorama
genera en la investigación histórica una preocupación crítica por las fuentes mismas, por el
hallazgo, análisis y discusión de los documentos.
Papel importante juegan las Reales Academias en España. Surge la preocupación por recuperar,
estudiar y difundir el Derecho. Destacamos la labor de Gaspar Melchor de Jovellanos, autor del
célebre Informe sobre la ley agraria, y de Pedro R. Campomanes, autor del Tratado de la regalía
de España.
Los historiadores del Derecho decimonónicos. Durante el primer tercio del siglo XIX destaca la
labor de Antonio de Capmany (1742-1813), quien estudió las instituciones jurídicas y
económicas de la Cataluña medieval y escribió las Memorias históricas de la marina, las artes y
el comercio de la antigua ciudad de Barcelona, calificadas por don Eduardo de Hinojosa como
“verdadero monumento de la Historia del Derecho patrio”.
Por otra parte, Francisco Martínez Marina merece nuestra atención. Por la amplitud y
profundidad de su obra se le conoce como el padre de la Historia del Derecho. De Martínez
Marina nos interesan dos obras: Ensayo histórico-crítico y Teoría de las Cortes. Los últimos años
de Martínez Marina fueron ya testigos en Alemania de la aparición y difusión de la Escuela
Histórica del Derecho.
TEMA 2
2.3-Modos de expresión del Derecho: derecho consuetudinario y derecho legal
2.3.1-Derecho consuetudinario patriarcal y matriarcal
Las fuentes del Derecho prerromano español no son directas. Trabajamos sobre
comentarios y apuntes de historiadores romanos que se valieron de fuentes fenicias y griegas.
Por otra parte podemos suponer la existencia de unas mínimas reglas organizativas de
acatamiento al jefe cazador y de ordenación de funciones a la hora de cazar y repartir las piezas
cobradas.
TEMA 3
3.2-Etapas de la romanización jurídica de Hispania
3.2.1-Prerromanización
Abarca desde la conquista (218 a.C.) hasta la concesión de latinidad que hace el emperador
Vespasiano (74 d.C.). La Península se divide en provincias. Sobre el año 197 a.C. se consideró
una Hispania dividida en dos partes: Hispania Citerior (el levante) e Hispania Ulterior (Andalucía
y Castilla). En el año 27 a.C. se dividió la Península en tres provincias: dos imperiales
(tarraconense y lusitana) y una senatorial (Baetica). El ius civile se reservó como un privilegio
aplicado sobre los ciudadanos romanos traslados a la Península.
En el año 133 a.C. fue promulgada la lex provinciae. Se desplazó a Hispania una comisión de diez
senadores que fijaron mediante dicha ley las condiciones, privilegios y cargas de los indígenas.
También quedaron fijadas las atribuciones del Gobernador de cada provincia.
Los romanos emplearon dos formas de dominar el territorio tras la conquista: deditio y foedus.
La deditio se utilizaba cuando los indígenas habían opuesto especial resistencia antes de
capitular o ser derrotados. Los dediticci o dediticios quedaban sin derechos ni garantías frente
a los romanos. Los derechos de las ciudades dediticias dependían del grado de resistencia que
habían opuesto a los romanos.
Los foedus o pactos suponían la sumisión pacífica del pueblo indígena a los romanos, llegando a
un acuerdo que les permitía mantener su organización. Distinguimos dos tipos de pacto: foedus
aequum (ambas partes poseen los mismos derechos) y foedus iniquum (supremacía romana).
Entre los años 19 a.C. y 74 d.C. tuvo lugar la romanización pacífica. Se establecieron los
municipios romanos, pero se mantuvo la división provincial citada anteriormente.
Las fronteras entre las tres provincias fueron remodeladas entre los años 7 y 2 a.C. Augusto
separó de la Lusitania los territorios del norte del Duro, que pasaron a la Citerior, provincia que
también adquirió regiones pertenecientes a la Bética. Así Augusto consiguió el control sobre las
riquezas mineras que antes custodiaba el Ejército.
A principios del siglo III d.C. el emperador Caracalla formó una nueva provincia en la
Península: la Hispania nova Citerior Antoniniana, sobre Galicia y Asturias, pero pocos años
después se volvió a la estructura triprovincial.
Al finalizar el siglo III, el emperador Diocleciano lleva a cabo una profunda reorganización del
Imperio: pretende multiplicar las provincias y agruparlas en diócesis. El Imperio queda repartido
en doce diócesis, dirigida cada una por un vicario. Desaparece la distinción entre provincias
senatoriales e imperiales, puesto que todas dependían del Emperador a través del vicario de
cada diócesis y el gobernador de cada provincia.
Diocleciano dividió el Imperio Romano en dos partes, occidental y oriental. La provincia Citerior
se dividió en tres: la Tarraconense, la Cartaginense y la Galletia. El Atlántico Marroquí quedó
incorporado a la Nova Hispania Ulterior Tingitana.
Bajo el gobierno del emperador Constantino aparecen las prefecturas como máximas
unidades administrativas. La prefectura se compuso de diócesis, y la diócesis de diversas
provincias. Existieron inicialmente cinco prefecturas, que luego se redujeron a cuatro.
La Notitia Dignitatum nos informa de que la Diocesis Hispaniarum, perteneciente a la prefectura
de las Galias, consta de siete provincias: Bética, Lusitania, Tarraconense, Cartaginense, Galicia,
Baleares y la Mauritania-Tingitana.
[NOTA: alfoz-merino-corregidor-intendente-gobernador provincial-subdelegado]
4.2.3-Sistema de gobierno: magistrados y asambleas populares
Inicialmente, al frente de cada provincia estaba un pretor con amplios poderes que en
tiempos difíciles dependía del cónsul. A raíz de la dictadura de Sila, el gobierno provincial recayó
en manos de exmagistrados, y hasta las reformas de Diocleciano, el gobernador provincial fue
la máxima autoridad civil y militar. El gobernador iniciaba su gestión publicando el Edicto
provincial, y estaba sujeto a la lex provinciae. A través de las leges repetundarum se pretendía
amparar a los súbditos de los abusos de sus gobernantes.
Tras la llegada de Augusto, las provincias senatoriales aparecían gobernadas por procónsules,
mientras que el gobernador de la provincia imperial era un legado.
Ya en el Bajo Imperio, con la división de prefecturas, diócesis y provincias, los prefectos del
pretorio ocuparon la cúspide de la administración territorial, representando al Emperador en
esas grandes prefecturas compuestas por diócesis, a cuyo frente quedaba el vicario.
Al principio las asambleas populares no eran reconocidas, pero más tarde adquirieron crédito
político como centros donde se rendía culto al Emperador. El carácter político de las asambleas
fue más claro cuando ellas se pronunciaron sobre la gestión de los gobernantes salientes. A
través de la Concilia provinciae ejercitaron un auténtico juicio de la gestión política, solicitando
incluso la reparación de los abusos ocasionados.
El sumo sacerdote, flamen provinciae (las asambleas jugaban un importante papel religioso) era
elegido por los delegados de las ciudades y ocupaba el cargo por espacio de un año. En la
Península tuvieron especial importancia en la Tarraconense y son el anticipo histórico de las
asambleas representativas.
TEMA 4
5.1-Fuentes del Derecho romano-clásico
Para exponer las fuentes jurídicas que se aplicaron en la Península en la época anterior al
emperador Caracalla, quien concedió la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del
Imperio, tenemos que referirnos primeramente a los elementos que integraron el Derecho
clásico: ius naturale (derivado de lo que la naturaleza enseña), ius gentium (usado por los
pueblos), ius civile (derecho de los ciudadanos romanos, surgido de la interpretación de los
juristas) y ius honorarium (fijado por los magistrados, elemento renovador del ius civile).
Las normas establecidas por las autoridades reciben el nombre de leges.
Por tanto, las fuentes del Derecho romano-clásico son el ius y las leges.
Finalmente, la consolidación del Príncipe supuso la acumulación de todos los poderes en una
sola persona. La constitución imperial puede ser:
-Edicta: antes nacían de los pretores; se usaban para notificar asuntos administrativos.
-Mandata: instrucciones internas del Príncipe a sus funcionarios.
-Rescripta: respuestas a las consultas jurídicas realizadas al Emperador.
-Decreta: decisiones judiciales del propio Emperador.
5.2-El Derecho provincial romano para Hispania: las leyes municipales
El Derecho provincial era el conjunto de poderes de Roma para organizar los territorios
conquistados e implantar en ellos un nuevo modelo político-administrativo a través de
normas del Derecho público.
Se iniciaba a través de la formulación de la lex provinciae, creada por el Senado, y que establecía
la situación jurídica del territorio conquistado. En Hispania, esta ley fue promulgada en el año
133 a.C., tras la caída de Numancia. No se conserva el texto.
Para aspectos concretos, como la organización pública de colonias y municipios, se promulgaban
leyes posteriormente. Un grupo de estas leyes lo constituyen las leyes municipales.
Entre las fuentes del Derecho provincial también hay que mencionar las disposiciones
circunstanciales o edicta repentina, emanados del propio Emperador y de los gobernantes
provinciales, y cuyo contenido versa sobre el régimen interno de las ciudades. Su objetivo:
resolver los problemas que surgían entre particulares.
Cuando existen lagunas jurídicas, rige el Derecho propio de cada habitante en función de su
estatus personal. Para los ciudadanos con plena iure (ciudadanía romana) se aplica el ius civile;
posteriormente, a partir de Vespasiano, se aplica el ius civile para los hispanos, sobretodo en el
ámbito del ius comercium. En el año 212 d.C. Antonino Caracalla otorga la ciudadanía romana a
todos los habitantes libres del Imperio, extendiendo el ius civile a todos ellos.
TEMA 5
7.1-El Estado visigodo
A raíz de las invasiones, con el asentamiento en las Galias tras el pacto entre Valia y Honorio,
la comunidad política visigoda se integra como un Estado de carácter personal en el seno del
Imperio Romano.
A partir del año 465, fecha en que cayó el Imperio Romano de Occidente, Eurico puede ya
organizar ese Estado sobre una base territorial definida.
7.1.1-Concecpciones que conforman el Estado visigodo
El Estado visigodo fue fruto de:
-La monarquía popular germánica. El Estado aparece como una corporación de hombres libres
cuya forma política es la monarquía popular, defendida por un Ejército formado por el mismo
pueblo. El Rey es jefe militar. Impera cierto sentido democrático, patente, por ejemplo, en la
existencia de una asamblea judicial.
-La concepción romana. Defiende la existencia del Estado absoluto, personificado la figura del
Emperador que ostenta poderes ilimitados. Con el tiempo, se hará notar otra tendencia, la de
organizar la sociedad conforme a un régimen señorial.
-La influencia de la Iglesia. Propició una imagen venerable de los propios monarcas,
administradores del poder en nombre de Dios. La Iglesia actuó también como elemento
corrector del ejercicio abusivo del poder.
7.2-El gobierno político de la monarquía: el Rey y el Aula Regia
7.2.1-El Rey
7.2.1.1-Características de la monarquía visigoda
El Rey aparece inicialmente como un caudillo militar; más tarde la institución evolucionó
hasta configurarse como jerarca político. Finalmente el Rey aparece como vicario divino con
carácter cuasi-sacerdotal.
En las antiguas comunidades germánicas el Rey era elegido por las asambleas de hombres
libres; desde principios del siglo V hasta el gobierno de Amalarico, los monarcas fueron elegidos
entre los miembros de la estirpe de los Balthos.
Durante toda su historia, salvo breves períodos de paz, los príncipes visigodos se vieron
amenazados por atentados y destronamientos. Por otra parte, la idea de convertir la
monarquía electiva en hereditaria tentó a los monarcas desde un principio.
Ante todos estos datos negativos, cabe preguntarse si realmente la monarquía visigoda fue
electiva o todo quedó en meros preceptos teóricos desatendidos en la práctica.
Los reyes visigodos eran coronados, aunque desconocemos cuándo comenzó esta tradición.
Al subir al trono tenía lugar la unción del príncipe, quien adquiría así un carácter cuasi-
sacerdotal: situado ante el altar, tras jurar fidelidad al pueblo y escuchar la exhortación del
metropolitano, el Rey era ungido, concluyendo la ceremonia con una misa solemne.
El monarca aparece con atributos que denotan su majestuosidad: la corona, el anillo, el cetro,
el manto, la espada. (NOTA: Leovigildo fue el primer monarca godo que se sentó en el trono
ataviado con vestiduras regias)
7.2.3-Aula Regia
Desde ese núcleo que hemos llamado Oficio Palatino se gestó en un largo proceso la compleja
estructura del Aula Regia consolidada a mediados del siglo VII. El Aula Regia integra, además del
Oficio Palatino, a los siguientes grupos de nobles y seniores:
-Condes que por voluntad del Rey residen en la corte sin desempeñar ninguna función.
-Los comites a quienes se ha concedido un título palatino que carecen de función específica.
-Los magnates delegados por el monarca para el gobierno de las provincias.
-Los comites civitatum, condes que rigen como jueces a las ciudades.
-Los comites exercitus, condes al mando de alguna unidad militar.
-Los gardingos, quienes sin desempeñar ningún cargo gozan de amistad con el monarca.
-Los proceres, miembros del consejo privado de los reyes.
La función principal del Aula Regia era la de asesorar y colaborar con el monarca en las tareas
legislativas. El Aula Regia actuó también como tribunal supremo del monarca.
7.3-La administración del territorio: provincias y ducados
7.3.1-Provincias y territorios visigodos
Los visigodos heredaron y respetaron el sistema provincial romano. Subsistieron las antiguas
provincias, dentro de las cuales adquirieron ahora autonomía administrativa las ciudades.
Debemos distinguir entre provincias-ducados y provincias-condados.
Las cinco grandes provincias visigodas fueron la Tarraconense, la Cartaginense, la Bética, la
Lusitania y la Galaica, con sus capitales en Tarragona, Toledo, Sevilla, Mérida y Braga.
La zona norte del Pirineo constituyó una sexta provincia, la Galia, cuya capital fue Narbona.
Los conflictos bélicos con los pueblos del norte justifican la existencia de una frontera militar,
alrededor de la cual surgió Cantabria. Otra provincia fue la Asturiense.
Para gobernar los territoria los reyes nombraron condes investidos de plenos poderes. Del
conde territorial dependía la administración de la comarca y la organización militar, judicial y
financiera. Ese gobernador aparece también como juez: el conde es conde de la ciudad,
disfrutando de una amplia discrecionalidad (es decir, muchas de sus atribuciones no estaban
regladas).
En cuanto a la curia municipal, a principios del siglo VI subsistía la conocida curia municipal
romana, integrada por quienes no habían logrado evadirse de la adscripción hereditaria de los
oficios que se implantó en el Bajo Imperio Romano.
La curia se compuso de godos e hispanorromanos, manteniendo algunas de sus antiguas
funciones y adquiriendo otras nuevas. La tarea más incómoda de la curia siguió siendo la
recaudación de impuestos.
Finalmente, es importante destacar que la curia municipal dejó de existir en muchas ciudades.
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8.1-Territorialidad y personalidad del Derecho hispano-godo
Decimos que las leyes o códigos tienen carácter personal cuando van destinados a un
determinado grupo de personas; la territorialidad supone por el contrario que esas normas
rigen en todo el territorio de la comunidad política. El Estado visigodo se asentó sobre un doble
componente étnico (hispanorromanos y godos). ¿Las leyes y códigos visigodos fueron de
carácter personal o de carácter territorial?
8.1.2-Teoría territorialista
La tesis central de García Gallo fue que esos tres códigos, de Eurico, Alarico y Leovigildo,
tuvieron vigencia territorial común para godos y romanos, y en consecuencia se derogaron entre
sí sucesivamente: el Código de Eurico fue desplazado por el Breviario de Alarico; éste por el
Codex Revisus de Leovigildo, y éste a su vez por el Liber Iudiciorum.
8.1.3-Tesis mixta
Alvarado propone una tesis de carácter mixto cuyo eje argumental es la afirmación de que el
Derecho romano fue siempre aplicado, en una primera etapa como ordenamiento principal
para los romanos y subsidiario para los godos, y en otra segunda etapa como forma subsidiaria
general. Rechaza así la territorialidad del Derecho visigodo con la consiguiente derogación de
un código por otro y se cuestiona también la tesis de personalidad.
8.3-Obra legislativa de Eurico y Alarico II
Eurico nace hacia el año 440 y accede al trono en el 466, tras conspirar contra su hermano.
Inicia una política expansionista al margen de un Imperio Romano al borde de la destrucción.
Esta política expansionista se proyecta por las Galias y penetra en tierras hispánicas. La corte
de Tolosa, bajo el mando de Eurico, se convierte en la primera potencia de Occidente.
Eurico fue el primer rey legislativo. Se le considera el autor del código que lleva su nombre, un
cuerpo legal que nos es conocido en parte por un palimpsesto, y de forma mediata tanto por
ciertas leyes recogidas en un texto extranjero como por aquellas otras que a través del Código
de Leovigildo pasaron como antiguas al Liber Iudiciorum. (Contenido del Código en el epígrafe 8.2.1)
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9.4-Caracteres y fuentes del Derecho Musulmán
La característica principal del Derecho Musulmán es la vinculación entre la ley divina y la ley
natural. De ahí que la principal fuente de este derecho sea la revelación divina (sari’a). Pero
como la revelación divina se puede producir de diversas formas, son varias las fuentes:
-Corán. Texto escrito, revelado a Mahoma por la divinidad. La décima parte de sus normas son
de carácter jurídico.
-Sunna. Transmitida oralmente se convertirá en la tradición oral (hadit). Es la conducta de
Mahoma, es decir, lo que dijo el profeta, lo que hizo y lo que consintió (silencio positivo).
-Iyma. Es el consenso de la comunidad islámica. Corrientemente se atiende a la opinión de los
juristas (alfaquíes). Su importancia se debe a que sanciona la interpretación de las otras fuentes,
además de consagrar la costumbre.
-Quiyas. Es la obra a la cual se acudía en caso de defecto de norma escrita, oral o sancionada por
la comunidad.
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10.1-Bases de gobierno. Los territorios y su administración
Debemos destacar tres fechas importantes dentro de la gran empresa que supuso la
Reconquista (722-1492), iniciada en el reino de Oviedo de manos de don Pelayo:
-1085: conquista de Toledo, en la que el Cid jugó un papel importante.
-1212: batalla de las Navas de Tolosa, de manos de Alfonso VIII y Sancho III el Grande.
-1492: conquista de Granada, de manos de los Reyes Católicos.
En el año 1002 muere Almanzor en la batalla de Calatañazor. Almanzor había acabado con todo
signo de vitalidad entre las ciudades de Barcelona y Santiago. Su muerte supuso el avance seguro
de los cristianos. En 1197 tiene lugar la batalla de Alarcos, un auténtico choque entre tropas
cristianas y musulmanas. Alfonso VIII se enfrentó sin éxito a los almohades; la derrota cristiana
fue estrepitosa. La reina Leonor de Aquitania ordenó construir el Hospital del Rey, actual sede
de la Facultad de Derecho de Burgos. Alfonso VIII, rey de Castilla, ayudado por Sancho III de
Navarra, logra una aplastante victoria en 1212. A partir del año 1412 comienza el principio del
fin. Castilla se extendió por toda la Península, amenazando a los desestructurados reinos de
taifas. Finalmente solo persiste el reino nazarí de Granada, bajo el mando de Boabdil el Chico.
En 1492 los Reyes Católicos conquistan Granada, controlan la presencia musulmana y decretan
la expulsión de los judíos.
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12.1-Caracteres generales y ámbito de vigencia
La ruptura de la unidad política y el desarrollo de la repoblación, propiciaron una diversidad
de ordenamientos jurídicos. Los reyes comenzaron a dictar normas de carácter general a partir
del siglo XI, pero el derecho que empezó a ser fijado por escrito era un derecho esencialmente
consuetudinario. En ocasiones los príncipes ordenaron la redacción de ese derecho popular,
sancionado luego por ellos mismos. Frecuente fue también que jueces y juristas llevaran a cabo
redacciones privadas que luego alcanzasen carácter oficial.
12.3.2-Fueros extensos
Son fueros más desarrollados, redactados en latín y traducidos al romance, y que contienen
normas tanto de Derecho público como de Derecho privado; recogen, de manera sistemática,
los elementos del Derecho de ciudades y distritos. Este tipo de fueros son promulgados en
fechas tardías, entre los siglos XIII y XIV.
Este derecho es la proyección de la ley jurídica. A partir de un fuero originario, y teniendo en
cuenta los privilegios existentes, se redactaba el fuero extenso, suficiente para regular la vida
social. Todo el material se reducía a la unidad por yuxtaposición de elementos.
-Extremadura castellana. Nos encontramos con el fuero de Cuenca y el fuero de Sepúlveda.
-Fuero de Cuenca (1190). Corresponde a una extensa región fronteriza. Se promulgó bajo el
reinado de Alfonso VIII y supone el modelo más perfecto del derecho municipal castellano.
Se trata de la suma jurídica de las instituciones forales.
-Fuero de Sepúlveda (1076). Otorgado por Alfonso VI, contiene los privilegios de los
pobladores de esta región y concede cierta autonomía judicial. Se trata de un fuero matriz.
Es el foco originario del derecho municipal de la Extremadura castellana.
Data de mediados del siglo XIV. Un jurista anónimo llevó a cabo la redacción sistemática de
un texto llamado Fuero Viejo. Consta de cinco libros relativos al Derecho público, civil y penal, a
la organización judicial y al procedimiento. Predomina el derecho nobiliario.
12.4.3-Fuero Juzgo
El Fuero Juzgo es la versión romanceada de la edición vulgata del Liber Iudiciorum. De vigencia
localista en Toledo, Andalucía y Murcia, fue concedido a villas y ciudades. Eran fueros reales con
el objeto de cohesionar y reorganizar la vida ciudadana, así como dotar a ese territorio de un
régimen jurídico propio.
Fernando III el Santo, padre del Alfonso X, tuvo una clara estrategia planificada: a través del
Fuero Juzgo quiso imponer el derecho del reino, puesto que tenía como obsesión la uniformidad
jurídica. En 1222 confirma los Fueros de Toledo, convirtiéndose el Fuero Juzgo en fuero patrón
de Andalucía, integrada en el reino de Castilla. La labor unificadora fue continuada por su hijo,
pero empañada por numerosas revueltas y guerras civiles, ya que el objetivo final de imponer la
unidad jurídica es mantener a raya a la nobleza.
TEMA 10
La creación doctrinal del Ius Commune y la aparición y desarrollo de las universidades en Europa
fueron fenómenos simultáneos e interdependientes. El Derecho Común pudo proyectarse
merced a la enseñanza de los centros universitarios más afanados, donde acudían estudiantes
de diversos países.
El epicentro del despliegue universitario estuvo en Bolonia, pero enseguida también se impartió
la enseñanza en otros centros italianos o de diversos países europeos, entre ellos España. El latín
era la lengua común. Los géneros o tipos de literatura jurídica que emplearon glosadores y
comentaristas son: commentaria, consilia y tractatus.
Antes de la invención de la imprenta (Gutenberg, 1450), los escolares estudian el Derecho
Común en códices. Los monarcas favorecieron la expansión de este derecho ya que, por su raíz
romana, potenciaba el absolutismo del príncipe y el fortalecimiento del poder regio.
La mayor influencia para la expansión del Derecho Común fue la presencia de estudiantes de los
reinos hispánicos en las Universidades de Bolonia y Montpellier.
Desde finales del siglo XII comenzaron a crearse las universidades de los reinos hispánicos
(Palencia, Valladolid, Salamanca), donde comenzaron a formarse nuevos letrados y juristas que
fomentaron la aplicación del Derecho Común frente a los limitados derechos locales.
Fuero Real
También conocido como Fuero del Libro o Fuero de las Leyes. Es la primera producción
legislativa de Alfonso X el Sabio, redactada hacia 1252, con el propósito manifiesto en el
prólogo: “atender la falta de fueros en nuestros reinos, en los que se juzgaba por fazañas,
albedríos y otros desaguisados”.
A través del Consejo de juristas de la Corte, Alfonso X configuró un código compuesto por cuatro
libros subdivididos en títulos y leyes. Lo ofrece como fueron municipal tipo según avanza la
Reconquista para concederlo a aquellas poblaciones que carecían de fuero y a aquellos pueblos
que, aun teniendo su propio fuero, éste no era del gusto del monarca.
La formación y aplicación del Fuero Real pro el monarca representaba la tendencia hacia la
unificación jurídica por vía local. Esta política de unificación ya había sido iniciada por monarcas
anteriores, como Alfonso VIII, quien favoreció el Fuero de Cuenca e intentó extenderlo a la
Mancha y a la Extremadura leonesa. También Fernando III lo había intentado al conceder el
Fuero Juzgo (versión romanceada del Liber).
Para llevar a cabo su propósito, Alfonso X se basó en obras anteriores para la elaboración de su
Fuero Real, que iba a ofrecer como Derecho local a las ciudades castellanas. La concesión de
este derecho se hizo de forma escalonada (Sahagún, 1255; Burgos y Soria, 1256; Madrid, 1262;
Valladolid, 1265).
Mientras que el Fuero Juzgo se extendió por el sur, el Fuero Real se expandió por el norte. El
propósito unificador generó varias revueltas, incluida una guerra civil.
El Fuero Real se marca dentro de la categoría de fueros extensos. Gozó de relevancia y primacía,
alcanzando la aplicación oficial en la Corte del rey y en los Tribunales de la Corte de ciudades
importantes como Burgos. Esta aplicación oficial dio lugar a dos obras:
-Leyes nuevas. Recopilación privada de las disposiciones reales formuladas entre 1255 y 1278
para resolver dudas propuestas por alcaldes o por el Consejo de Burgos a la hora de interpretar
las leyes.
-Leyes de estilo. Colección de 250 capítulos que recopilan las decisiones judiciales que provienen
del Tribunal regio de Alfonso X, es decir, las sentencias.
Espéculo
Tal vez el Espéculo fuera un proyecto de Las Partidas puesto que los cinco libros conservados de
este código mantienen una semejanza íntima con los primeros libros de Las Partidas. En la
redacción del Espéculo, Alfonso X siguió la línea tradicional.
Las Partidas
¿Qué es y por qué se redactó este texto?
Con el código de Las siete Partidas llegamos a la obra magna de Alfonso X, y al punto culminante
de la Historia del Derecho castellano. El nombre de “Partidas” surgirá en el siglo XIV, hasta
entonces, el título original de la obra fue Libro o fuero de las Leyes.
¿Por qué se redactaron Las siete Partidas? Se habla del propósito regio de elaborar una
enciclopedia jurídica del reino; de otra parte, se defiende que la redacción de esta obra se
relaciona con las aspiraciones a la corona del Imperio Alemán por parte de Alfonso X, quien
habría redactado las Partidas como carta de presentación.
Ambas son conocidas como la obra personal de Alfonso X. García Gallo apunta la hipótesis de
que el texto de las Partidas actual es el resultado final de una labor de sucesivas redacciones y
revisiones que rebasan la época del propio Alfonso X.
Cabe destacar que el rey no fue el único autor que participó en la redacción de esta obra. Aunque
no se menciona en los textos, existió un grupo de prestigiosos juristas que ayudaron al rey, como
Jacobo, el maestro Roldán o Fernando Martínez de Zamora, discípulos de Azzo de Bolonia y
Raimundo de Peñafort.
El profesor Galo Sánchez insinuó que la tarea redactora dirigida por el soberano se repartió entre
una comisión de juristas, confiándose a cada uno la confección de una parte del libro, que sería
luego revisada y corregida por el rey.
Son siete las partes que conforman esta magna obra porque al número siete se le
conceden ciertas propiedades cabalistas o exotéricas. Otra explicación es que reuniendo las
primeras letras de los siete libros se forma un acróstico con la palabra ALFONSO.
Fuentes
Las fuentes de inspiración son muchas y de variada índole: jurídicas, literarias, filosóficas,
religiosas…
En lo que respecta a las fuentes jurídicas, las encontramos en el Ius Commune, basado en el
Derecho Romano recibido por la doctrina de los glosadores italianos. Otra fuente es la Summa
de penitentia de Raimundo de Peñafort (patrono de los estudiantes de Derecho). Por su parte,
el Derecho canónico es seguido fielmente en las Partidas en lo referido a la regulación del
matrimonio. Acoge también el Derecho feudal de Normandía a través de los libri feudorum.
Dentro de esta dinámica donde sobresale el Ius Commune, ejerció especial influencia el Derecho
castellano antiguo. Las Partidas funden el Derecho Romano canónico con el Derecho tradicional.
También aparecen referencias a autores clásicos, latinos, a la Biblia, autores primitivos, teología
medieval y obras orientales. Presenta un estilo doctrinal; se llegó a dudar de que fueran
promulgadas por el monarca pues se cree que apenas consiguieron eficacia en la vida jurídica
del reino.
Esta circunstancia acarreó confusión a la hora de aplicar las normas oportunas. A este desorden
intentó poner remedio Alfonso IX con las Cortes de Alcalá de 1348 (momento en que la peste
causaba estragos en la población europea). Se expuso todo lo expuesto en los ordenamientos
anteriores y se refundó una colección privada de Derecho territorial castellano que recogía todo
lo referente a los nobles y a sus vasallos (ordenamiento que se dio en Nájera).
4.-Se aplican las Partidas (la diversidad de manuscritos llevará a su corrección fijando un sola
versión).
El rey se reserva la facultad de hacer leyes; los jueces deberán acudir a él para que dicte la ley
que resuelva una determinada cuestión. En el siglo XV se añaden las doctrinas de distintos
juristas al Ordenamiento de Alcalá.
Se trata de una gran colección de leyes que conforman el Derecho privado. Coexistieron con
otras fuentes distintas, lo que generó confusión. La Corte ordenó a los juristas la corrección de
las leyes cuyo carácter fuese dudoso. El trabajo quedó incompleto.
Estas leyes reconocían como reina a Juana la Loca, y como gobernador a su padre, Fernando el
Católico.
TEMA 11
La plena incorporación de Álava a Castilla, se produjo en 1332 como consecuencia del Privilegio
de Contrato. Como consecuencia de dicha incorporación a Castilla, se introducirá en Álava el
sistema normativo contenido en el Ordenamiento de Alcalá, sin perjuicio de la subsistencia de
sus derechos municipales y disposiciones propias.
La Hermandad de las ciudades, villas y lugares de Álava, formada en 1416, fue regulada en su
organización y funcionamiento por las Ordenanzas de 1417 y definitivamente por las de 1458 y
1463.
Fuentes del Derecho en Guipúzcoa
El territorio de Guipúzcoa había quedado incorporado a Castilla durante el reinado de Alfonso
VIII, pero alguno de los fueros de sus villas habían sido concedidos durante la época del dominio
del reino de Navarra, como el Fuero de San Sebastián, por ejemplo.
Aquel fuero de San Sebastián servirá como modelo de fuero para las villas guipuzcoanas costeras
y del interior.
Otras villas recibieron el Fuero de Vitoria o de Logroño, sobre todo a lo largo del reinado de
Alfonso X.
A finales de la Edad Media se formó una amplia legislación de Derecho Político de Guipúzcoa
que intentó ser refundida en 1491.
Tras la confirmación de los Privilegios, buenos usos, costumbres, fueros y leyes, realizada por
Carlos I en 1521, se produjeron nuevos intentos de reforma.
A finales del S. XVII, la abundancia de normas animó a una nueva Recopilación, obra de Miguel
Aramburu: Nueva Recopilación de los fueros, privilegios, buenos usos y costumbres, leyes y
ordenanzas de la Muy Noble y Muy Leal Provincia de Guipúzcoa.
Los Fueros de la Novenera son los de cinco localidades navarras; se caracterizan por el
otorgamiento de privilegios de carácter fiscal, político y militar, entre los que destaca la exención
del pago de la novena parte de los frutos que los labradores debían al Rey. Sus 317 capítulos se
dirigen a gente del campo.
El Derecho del Reino: Fuero General de Navarra
Mediante la iniciativa privada de diversos juristas se fijan por escrito las normas jurídicas
vigentes de tiempo atrás. Aparece el Fuero General de Navarra, que desplaza progresivamente
a los fueros locales y llega a encarnar el derecho propiamente navarro que los reyes deben
respetar y jurar.
El Fuero General de Navarra consta de seis libros escritos en romance. Es de notar que la
imposición de este fuero no impidió el mantenimiento de los fueros locales.
El Fuero General de Navarra sólo podía ser modificado o mejorado por los reyes con el acuerdo
de las Cortes. Esto sucedió dos veces, dando lugar a los Amejoramientos (Felipe III, 1330; Carlos
III, 1418). Los Amejoramientos debían incorporarse como apéndices del Fuero General.
El derecho aragonés
Primera etapa (mediados siglo XII – mediados siglo XIII)
El Fuero de Zaragoza se difunde profusamente en la segunda mitad del siglo XII. Surgen así
muchas cartas de población de acusada similitud.
Los fueros de la Extremadura Aragonesa tuvieron un fondo común, tal vez, el Fuero de Soria.
El objetivo del código fue dar término a la inseguridad derivada de las distintas y no concordes
redacciones privadas, estableciendo un texto que recogiese el derecho tradicional del Alto
Aragón adaptado al siglo XIII.
El encargado de llevar a cabo esta compilación fue el obispo de Huesca, Vidal de Canellas. El
Vidal Mayor se redactó a continuación de los fueros para interpretar y aclarar sus preceptos;
como obra exegética de un jurista, pudo facilitar la penetración del ius commune. El Vidal Mayor
fue promulgado por Jaime I a pesar de la oposición de la nobleza.
Tras realizarse la compilación oficial, los Fueros de Aragón no quedaron como cuerpo jurídico
cerrado y rígido. Le fueron incorporados otros fueros o leyes dictadas en Cortes, así como las
disposiciones de gobierno. Con ello, los fueros adquieren al término de la Edad Media una
estructura definitiva en doce libros. Los ocho primeros se corresponden con el propio Código de
Huesca; los cuatro últimos recogen los añadidos.
Por el Privilegio General el monarca se compromete a observar y respetar las costumbres,
privilegios y fueros del reino, con lo que resulta vinculado por un auténtico pacto que él por sí
solo no puede romper.
Las Observancias
El derecho de los fueros es interpretado por los juristas aragoneses en consonancia con las
normas propias de la recepción romano-canónica. Esos juristas recogen los usos y costumbres
admitidos en los tribunales del reino, armonizándolos con los principios del Derecho Común.
Mediante tal tarea arbitran soluciones prácticas que los jueces convierten en sentencias.
Las observancias se reúnen en colecciones cuyos autores suelen ser los propios justicias de
Aragón o sus lugartenientes.
El sistema jurídico aragonés tuvo pues una doble base: los Fueros de Aragón y las Observancias,
componentes del derecho general del reino. Se reconoce en primer lugar la primacía al Derecho
Local, escrito o consuetudinario, sobre aquel Derecho Común. Finalmente, las Observancias se
imponen a los fueros anteriores a ellos, pero ceden en rango ante los fueros posteriores.
El derecho catalán
Derecho local de Tortosa
Tortosa, ocupada en 1148 por Ramón Berenguer IV y cedida después a la Orden del Temple, vive
numerosos conflictos entre señores y ciudadanos por cuestiones de jurisdicción. Como remedio
se propuso una sentencia arbitral, pero la interpretación de los ciudadanos de este derecho no
escrito y contradictorio generó una nueva reacción señorial.
En 1272 se acordó que los señores fijasen por escrito el texto de las costumbres y el pueblo lo
aprobase mediante votación. Dos notarios se encargaron de recopilar las Costums de Tortosa.
El orden de prelación previsto por las Costums de Tortosa es: aplicación, en primer lugar, de las
propias costumbres; en segundo lugar habría de acudirse a los usatges de Barcelona; en último
término debería de recurrirse al Derecho Común.
Teniendo en cuenta que las Costums de Valencia habían sido redactadas en 1240, los autores
han entendido que o bien las de Tortosa se inspiraron en las de Valencia, o bien que ambas se
sirvieron de un modelo común.
El orden de prelación previsto por las Consuetudines Ilerdenses es: aplicación, en primer lugar,
de las costumbres propias de la ciudad; en segundo lugar habrían de aplicarse los usatges
barceloneses así como algunos preceptos del Liber Iudiciorum.
Derecho local de Barcelona
Se procede en Barcelona durante el siglo XIV a la recopilación de las costumbres. Fruto de ello
aparecen dos colecciones:
-Ordinaciones d’en Sanctacilia. Denominación vulgar del texto; se trata de una recopilación
privada, probablemente redactada por un agrimensor (topógrafo) barcelonés, llamado Jaime de
Sanctacilia, sirviéndose de unas ordenanzas del rey Jaime I y de alguna redacción privada.
-Recognoverunt proceres. Responde a la petición que los barceloneses hicieron a Pedro III para
que éste aprobara los antiguos privilegios y costumbres. Agrupados los textos en 116 capítulos,
fueron reconocidos por los próceres y sancionados por el monarca en 1284.
Los Usatges
Los condes de Barcelona iniciaron la política de repoblación mediante concesiones de
exenciones y privilegios, mediante cartas pueblas. La más antigua que se conoce es la de
Cardona, del año 986. Estas cartas podían ser de tres tipos:
-Cartas agrarias
-Cartas de exenciones
-Fueros breves
Una primera etapa, con la ocupación de la zona de Castellón, se caracteriza por el otorgamiento
de cartas de población a los lugares incorporados.
Una segunda se centra en el dominio de la llanura de Valencia. Tras ello, Jaime I otorga un texto
fundamental, la Costum o Furs de Valencia.
El derecho concedido al compás de la repoblación es tributario del de Aragón, Cataluña y Castilla.
La Costum valenciana lo es a su vez del romano. Coexisten por tanto ordenamientos jurídicos
distintos mientras emerge el propio derecho valenciano, cuya originalidad radica en que
sintetiza y concuerda sus elementos integrantes.
Los furs
Jaime I promulgó el código conocido como Costum o Furs. El texto fue preparado con el concurso
de prohombres valencianos y magnates catalanoaragoneses, seglares y eclesiásticos, entre los
que destaca la figura del obispo de Huesca, Vidal de Canellas, a quien tradicionalmente se
atribuye la autoría del texto. Sin embargo, nuevos estudios defienden que el autor fue el
canónigo barcelonés Pere Albert.
La Costum fue dada primero a Valencia, difundiéndose luego por todo el reino. Escrita en latín,
fue traducida posteriormente al romance. En la segunda mitad del siglo XIII sufrió añadidos y
reformas.
La Costum o Furs recoge los privilegios concedidos por el rey Jaime I, pero da cabida además a
una abundante regulación de instituciones jurídicas, siguiendo la sistemática y a veces los
mismos textos del Código de Justiniano. Representa, en fin, la recepción del Derecho Romano.
-No hubo utilización directa de los textos justinianeos y sí en cambio de la colección Lo Codi.
-Empleo inmediato de los textos justinianeos y, en grado mínimo, de Lo Codi. Tesis mixta.
TEMA 13
19.1-Constitución de la monarquía hispánica: la integración territorial
En 1469, Isabel, heredera de la Corona de Castilla, contrajo matrimonio con Fernando,
heredero de la Corona de Aragón. El enlace semi-clandestino abrió los caminos a la unidad
política peninsular y al Estado de los tiempos modernos. En 1812 la Constitución promulgada en
Cádiz liquidaba el Antiguo Régimen, al reconocer la soberanía popular. El período histórico
comprendido entre ambas fechas se caracterizó por el absolutismo monárquico, proyectándose
tras el reinado de los Reyes Católicos en dos etapas fundamentales: la monarquía de los Austrias
(siglos XVI y XVII) y los primeros Borbones (siglo XVIII).
España logra protagonismo internacional. Es la potencia internacional, el paladín del
Cristianismo, la hegemonía militar y la monarquía universal. El imperio en el que nunca se pone
el Sol. Pero en el siglo XVIII España comienza su inevitable declive, a favor de Francia, y porque
la heterogeneidad y pluralismo característicos del gobierno de los Austrias se torna en un rígido
proceso uniformizador de signo castellano con los Borbones.
Las bulas son documentos jurídicos otorgados por el Papa, considerado como representante
directo de Dios en la tierra.
Los Reyes Católicos solicitaron al papa Alejandro VI, el papa Borgia, de origen español, otras
bulas para clarificar la legitimidad de lo descubierto por Colón en nombre de Castilla y de cuanto
se descubriera. Resultado de estas gestiones fueron cuatro bulas otorgadas por Alejandro VI:
-La Inter cetera I, es una bula de donación. Evoca el celo cristiano de los reyes de España,
recordando que Colón descubre en nombre de Isabel y de Fernando.
-La Eximie devotionis, es una bula de concesión de privilegios. Cuantas gracias y exenciones se
habían otorgado a Portugal en África y Guinea, corresponden ahora a Castilla en América.
-La Inter cetera II, es una bula de demarcación, y fija la divisio mundi mediante una raya
imaginaria. Todo lo situado a occidente de esa raya corresponderá a Castilla.
-La Dudum siquidem concedió a Fernando e Isabel el dominio de las tierras en zonas “orientales”,
es decir, en la India o regiones próximas descubiertas navegando hacia occidente.
Los inicios de esta revisión tienen que ver con la denuncia de los abusos de los
conquistadores. Antonio de Montesinos dirigió a sus oyentes un potente discurso en el que
criticó enfáticamente esta situación (el famoso sermón de Montesinos).
“Todos estáis en pecado mortal […] por la crueldad y tiranía que usáis
con estas inocentes gente”
19.3.1-Las leyes de Burgos de 1512
El eco de la noticia produjo un doble efecto. Por una parte, se convocó en Burgos una junta
de teólogos y juristas para discutir el problema; de otra parte, muchos autores se sensibilizaron
con la causa, como Fray Bartolomé de las Casas.
La Junta de Burgos de 1512 reconoció que los indios debían ser instruidos en la fe cristiana, y
podían ser propietarios de casas y haciendas propias, y los que trabajasen para otros, debían
recibir un salario a cambio. Surgió así el “requerimiento”, declaración que los colonizadores
debían leer a los indios, ilustrándoles sobre la existencia de Dios y de cómo Jesucristo concedió
el primado al Papa y cómo éste hizo donación de aquellas tierras a los reyes españoles, dueños
legítimos por tanto de esas tierras.
Surgió luego una fuerte polémica entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas. Las
Casas fue beligerante hasta el radicalismo en la defensa de los indios y en la total censura de los
métodos colonizadores, llegando a cuestionar la legitimidad de la empresa colonizadora.
Sepúlveda, por el contrario, defendió los encomenderos de México.
Vitoria desarrolló ocho títulos que podrían justificar la presencia española en las Indias:
1. Se basa en el derecho al libre tránsito y circulación por el orbe.
2. Se fundamenta en la obligación cristiana de predicar el Evangelio.
3. Justifica la guerra a los príncipes indígenas en caso de que toda la población, o gran parte de
la misma, se hubiera convertido al Cristianismo.
4. Se entiende la guerra como justa si es con objeto de dar a los indígenas un rey cristiano,
derrocando al infiel.
5. Legitima la intervención de los españoles, al margen de la autoridad del pontífice en el caso
de que el gobierno indígena sea tiránico o para evitar la antropofagia.
6. Cuando los infieles hubieran adoptado voluntariamente como rey propio al rey de España.
7. En las guerras justas entre indios, si una de las partes llama a los españoles, éstos, por la
ayuda prestada, podrán compartir el premio de la victoria (territorios).
8. En el supuesto que los indígenas no tuvieran capacidad de gobernarse, en función de la
caridad cristiana, podrían gobernar los españoles.
El Derecho Indiano ha sido caracterizado por el exagerado casuismo que tuvo como
consecuencia una gran profusión legislativa y la tendencia asimiladora con el derecho de Castilla.
Otra característica es la minuciosidad reglamentista y burocrática, así como un profundo
sentido ético y moralizador.
19.4.2-Formación
Distinguimos dos fases en la formación y desarrollo del Derecho Indiano: hitos y período de
las Leyes Nuevas.
-Hitos. Abarca desde el descubrimiento hasta la promulgación de las Leyes de Burgos de 1512.
-Leyes Nuevas. Comprende desde el proceso recopilador del siglo XVI hasta la legislación
borbónica del siglo XVIII.
19.4.3-Fuentes
Las principales fuentes del Derecho Indiano son: las Capitulaciones de Santa Fe, las bulas
alejandrinas, las Leyes de Burgos de 1512, las costumbres indígenas y de los conquistadores del
territorio, los asientos y capitulaciones de la Corona de Castilla con descubridores y pobladores.
Según este orden de prelación, el Derecho Indiano debía ser aplicado atendiendo a las
siguientes prioridades:
1º. La Recopilación de 1680.
2º. Las cédulas, ordenanzas y provisiones dictadas con anterioridad a 1680 y no derogadas.
3º. Las Partidas, en conformidad con la ley primera de las Leyes de Toro.
TEMA 14
20.1-El Rey: autoridad y jurisdicción
20.1.1-Soberanía y absolutismo
El poder del rey proviene de Dios, pero es la comunidad quien, con consentimiento tácito,
otorga el poder divino al monarca. La sucesión al trono supondría una renovación del contrato
originario, un contrato que se formaliza mediante el juramento del rey de guardar las leyes y la
promesa del pueblo de guardar obediencia al soberano.
La soberanía supone potestad absoluta y por tanto la inexistencia de cualquier poder superior.
Aparece así la figura del “príncipe desvinculado de las leyes”, característica del absolutismo
estricto.
La Escuela jurídica española del siglo XVI arbitró, desde Francisco de Vitoria, una solución
conciliadora entre el absolutismo monárquico y el propio imperio de la ley; el objetivo, que el
poder no degenere en tiranía. Tal interpretación se fundamenta en dos razones: primero, pese
a su supremacía, el monarca forma parte de la comunidad, por lo que la ley también le vincula
a él; en segundo lugar, la ley es la concreción de un orden superior que tiene a Dios como punto
de referencia, y el monarca sí depende de ese concierto divino que la ley refleja.
20.1.2-Limitaciones
Los excesos y abusos pueden convertir al rey en tirano, justificándose así el derecho de
resistencia a la opresión e incluso la posibilidad de dar muerte al déspota (tiranicidio).
Tirano puede ser quien se hace con el poder sin justo título y logra imponerse por la fuerza; pero
en el marco histórico del Estado Moderno, tirano es quien ejerce el poder abusivamente, y en
consecuencia sojuzga a los súbditos.
El padre Mariana publica en 1599 el De rege et regis institutione para criticar la tiranía y el
despotismo. La publicación del De rege no produjo especial conmoción en la España de Felipe
III. Sin embargo sería foco de las rebeliones populares de tiempos posteriores. carlos
Mariana distingue pues dos tipos de leyes:
-Las que corresponden a la competencia del monarca, quien puede alterarlas o revocarlas.
-Las que son fruto de la comunidad, que no se pueden modificar sin la aprobación popular.
Ante la opresión regia los autores responden con tres tipos de soluciones:
-El déspota representa el castigo divino a los pecados del pueblo (resignación y sumisión).
-El pueblo puede incumplir lo que por torpe no debe ser cumplido y apelar a instancias.
-El pueblo puede rebelarse e incluso dar muerte al tirano si la opresión es irremediable.
20.3-El modelo polisinodial de la Administración. Régimen de Consejos
20.3.1-El modelo polisinodial
Al unirse en la persona del monarca territorios que conservan su peculiar estructura política,
surge en el siglo XVI el problema de institucionalizar la monarquía; es preciso que la monarquía
cobre entidad administrativa autónoma.
Una primera división distingue dos clases de Consejos a tenor de su competencia: material,
en asuntos precisos, o territorial, con atribuciones globales en su marco geográfico. Una
clasificación ulterior, más profunda, clasifica el conjunto de Consejos en cinco categorías:
-Los Consejos competentes sobre toda la Monarquía: de Estado, de Guerra, de la Inquisición.
-Los Consejos de gobierno de los distintos territorios: de Castilla, de Aragón, de Indias, de Italia,
de Portugal, de Flandes.
-El Consejo de Navarra.
-Los Consejos de Cámara.
-Los Consejos aplicados a la administración de la Corona de Castilla.
• Álava. No se realizó en este territorio una recopilación legal sistemática, pero las leyes de
este reino fueron coleccionadas en varias ocasiones. En 1825 se publicó una de esas
colecciones bajo el nombre de Cuaderno de Leyes y Ordenanzas con que se gobierna esta
provincia de Álava. Contiene las Ordenanzas de Hermandad de 1463, el Privilegio e Contrato
de 1332, varios privilegios y cédulas promulgadas hasta la fecha de 1825.
• Guipúzcoa. En el año 1696 fue publicada una Recopilación de los fueros, privilegios, buenos
usos y costumbres, leyes y ordenanzas de la provincia de Guipúzcoa. En ella se recogían los
Cuadernos de Hermandad de la Edad Media. En el siglo XVIII le fueron agregados a esa
recopilación, con la intervención de Consejo de Castilla, los Fueros, Privilegios y
Ordenanzas.
• Navarra. Se citan únicamente las recopilaciones realizadas desde la incorporación del reino
de Navarra a la Corona de Castilla en 1512, que son dos:
-La obra titulada Fueros del reino de Navarra desde su creación hasta su feliz unión con
Castilla y la recopilación de las leyes promulgadas desde dicha unión hasta el año de 1685,
o más escuetamente la Recopilación de Chavier.
-La Novísima recopilación de las leyes del reino de Navarra, realizada por encargo de las
Cortes de Pamplona en 1701. En ella se recoge fundamentalmente la legislación de Cortes
de Navarra hasta 1716.
23.2.4-Textos recopilatorios de Cataluña y Valencia
• Cataluña. Se realizaron en la Edad Moderna tres recopilaciones con gran continuidad:
-La primera fue la encargada en las Cortes de Barcelona de 1413 para verter a lengua
romance los Usatges, las Constituciones de Cataluña y los Capítulos de Corte, que estaban
en latín y recopilarlos metódicamente. Clasificó los preceptos de los textos latinos de los
Usatges en diez libros. Por motivos que se desconocen no se promulgó oficialmente este
importante texto que también seguía el esquema del Código Justinianeo.
-La segunda recopilación del Derecho Catalán fue la titulada Constitucions y altres drets de
Catalunya, realizada entre 1588 y 1589. Se divide en diez libros y es una continuación de la
anterior.
-En 1704 se realizó, con el mismo nombre que la anterior, una tercera recopilación del
Derecho Catalán, pero en realidad fue una puesta al día de lo contenido en las precedentes.
• Valencia. Hubo allí dos recopilaciones, una cronológica con el título de Furs y Ordinacions
de València, que contiene el Código de Jaime I y otra sistemática denominada Fueros del
reino de Valencia.
TEMA 17
26.3.2-La Constitución de 1812
Es el primer texto constitucional español. Surgió de las Cortes Constituyentes convocadas por
la Junta Central en Cádiz, que inició sus sesiones en septiembre de 1810. Cádiz declaró como rey
legítimo a Fernando VII y dictaminó la nulidad del Estatuto de Bayona.
La Constitución de 1812 está inspirada en los principios de la Revolución Francesa y podríamos
clasificarla como una de las llamadas constituciones extensas.
Las Cortes quedaron, según esta Constitución, divididas en dos Cámaras: el Congreso y el
Senado. Esta última se componía de los individuos nombrados por el rey a propuesta de los
electores de cada provincia y se renovaba cada vez que hubiera elecciones a diputados. El
Congreso de los Diputados se elegía con arreglo a sufragio directo y censitario.
26.3.5-La Constitución de 1845
El general Narváez propició la reforma de la Constitución de 1837, siendo así presentada la
Constitución de 1845. Contiene un Preámbulo y 13 títulos divididos en 79 artículos, recogiendo
uno adicional relativo a las provincias de ultramar.
Se volvió a la confesionalidad del Estado de 1812, manteniendo el bicameralismo entre el
Congreso y el Senado, pasando este último a depender prácticamente de la Corona, ya que para
pertenecer a él había que pagar una renta muy alta.
El monarca siguió conservando enormes poderes, entre ellos el de disolver las Cámaras. El
derecho de sufragio quedó aún más reducido.
En cuanto al poder legislativo, se mantuvo el bicameralismo, pero el Senado debía ser elegido
por sufragio universal. El Congreso estaba compuesto por diputados elegidos en proporción de
1 por cada 40.000 habitantes y se establecía el juicio por jurados para los delitos políticos.
Amadeo I de Saboya mantuvo vigente esa Constitución hasta febrero de 1873, fecha en que
se proclamó la Primera República española.
Lo primero que acaeció fue una reforma electoral. Se rebajó la edad para ser elector a los 23
años, y se declaró elegibles a mujeres y sacerdotes. Se convocaron elecciones el 14 de julio, y
socialistas y republicanos ganaron. La Constitución de 1931 es el resultado de una alianza,
basada en elecciones indiscutiblemente libres.
Se trata pues de una constitución popular y democrática, porque arranca del propio pueblo,
los poderes del Estado emanan del pueblo, se establece el sufragio universal (igual, directo y
secreto) y se aseguran garantías y derechos individuales.
No se trató, en sentido estricto, de una constitución, pero si un texto con contenido social. No
estaba mal escrita, aunque si se encuentran “frases desacertadas”; no es extensa y su estructura
es aceptable, rígida. Por vez primera se fijaban constitucionalmente límites a la propiedad
individual. Se añaden derechos de contenido social y económico.
El tema conflictivo fue, sin lugar a dudas, el referido a la religión. España quedaba como un país
“aconfesional”, es decir, sin religión oficial.