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El Derecho financiero regula la actividad financiera del sector público mediante normas
jurídicas, por lo que el Derecho Financiero se incluye dentro del Derecho Público.
En primer lugar, hay que hacer referencia al adjetivo financiero para poder definir esta
rama del Derecho. Generalmente, la palabra financiero se suele relacionar con temas
económicos, con el mundo de los negocios, de los bancos, los seguros, la bolsa, etc. Sin
embargo, a nosotros nos interesa el significado relacionado con las finanzas públicas, es
decir, que este derecho constituye el ordenamiento jurídico de las haciendas públicas.
Una definición muy acertada es la que da el Profesor Sainz Bujanda, este dice: ´´Se trata de
la rama de derecho público interno que organiza los recursos constitutivos de la hacienda
del Estado y de las restantes entidades públicas, territoriales e institucionales, y regula los
procedimientos de percepción de los ingresos y de ordenación de los gastos y pagos que
los sujetos destinan al cumplimiento de sus fines.``
Nos encontramos ante una disciplina jurídica que tiene como objeto la regulación de la
hacienda pública y la actividad financiera. Podemos definir la actividad financiera como la
actividad del Estado y demás Entes públicos encaminada a la producción de ingresos
y el pago de gastos. Los caracteres de la actividad financiera son los siguientes:
3. Se dice también que se trata de una actividad instrumental, ya que los ingresos
públicos se obtienen para financiar los gastos públicos, y estos se realizan para cumplir con
las funciones propias del Estado de Derecho. Esto quiere decir que tiene como objeto la
regulación de la financiación de actividades públicas.
Podemos decir que la lógica nos lleva a identificar el contenido del Derecho Financiero a los
ingresos y gastos del dinero público.
Por ello, podemos dividir el contenido del Derecho Financiero en 4 ramas:
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A su vez, dentro de estas tres clases de tributos, el impuesto se ha convertido en la figura
estelar, por lo que podemos decir que el Derecho Tributario se dedica al estudio del
impuesto. Según Sainz de Bujanda: ´´se trata de la rama que tiene como objeto la
organización central del tributo``. Por otra parte, podemos decir que el contenido del
Derecho Tributario suele organizarse en dos grandes partes:
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2. Relación del Derecho Financiero con otras disciplinas científicas.
El Derecho Financiero no es una disciplina jurídica aislada, ya que se relaciona con otras
ramas del Derecho. Por su propia naturaleza, el Derecho Tributario abarca realidades
económicas y jurídicas que, generalmente, son contempladas antes por otras ramas del
derecho. Existe conexión con el Derecho Público y con el Privado.
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3. La autonomía científica del Derecho Financiero. Su desarrollo histórico.
La actividad financiera ha existido siempre, allí donde había una comunidad organizada
existía actividad financiera. Al mismo tiempo, hay que mencionar que la existencia de
tributos ha existido desde el inicio de las civilizaciones modernas; sin embargo, su función y
objeto ha ido cambiando a lo largo de la historia, pasando desde la financiación de guerras
en la edad media hasta el mantenimiento del estado a partir de la Revolución Francesa y el
surgimiento de la Administración Pública.
El Derecho Financiero y Tributario tiene por objeto las leyes, principios, competencias,
derechos, deberes, etc, a los que enfrentarse. Para poder enfrentarnos a estas cuestiones
debemos tener un método jurídico, el cual nos sirve como método de estudio. La ley es su
principal centro de atención, y debemos usar un método de estudio y atención jurídico que
nos permita dejar de lado ideologías políticas y opciones económicas.
Todo esto significa que los juristas debemos salvar las imperfecciones de la norma sin
dejarnos llevar por el tenor literal de la misma, que a veces conduce al absurdo total. Para
lograr esto debemos atender a los principios de justicia que han sido constitucionalizados y
reafirmados por la jurisprudencia. Además, para interpretar la norma financiera no debemos
perder de vista el contexto histórico en el que se desarrolla la misma, ya que este influye
mucho a la hora de obtener la interpretación adecuada.
Por ello, debemos seguir el método principialista, el cual nos ayuda a conseguir la
interpretación correcta y adecuada de la norma, basándonos en los principios establecidos
por la doctrina y la jurisprudencia a lo largo de los años.
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Lección 2ª. Los principios constitucionales financieros.
El TC nos dice que la CE es una norma cualitativamente distinta de las demás en cuanto
que incorpora el sistema de valores esenciales que ha de constituir el orden de convivencia
política y de informar todo el ordenamiento jurídico, es decir, es la norma fundamental y
fundamentadora de todo el ordenamiento jurídico.
Este valor normativo del que partimos alcanza a los principios inspiradores del
ordenamiento financiero. Se encuentran regulados en el art. 31 CE, en el que se recoge ese
deber de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos como una necesidad para el
mantenimiento del Estado, estableciendo los principios que regirán este deber. El art. 31 CE
dice: 1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su
capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de
igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio. 2. El gasto
público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación y
ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía. 3. Sólo podrán establecerse
prestaciones personales o patrimoniales de carácter público con arreglo a la ley.
Además de en la CE, estos principios están plasmados en la LGT en su art. 3, este artículo
dice: 1. La ordenación del sistema tributario se basa en la capacidad económica de las
personas obligadas a satisfacer los tributos y en los principios de justicia, generalidad,
igualdad, progresividad, equitativa distribución de la carga tributaria y no confiscatoriedad.
2. La aplicación del sistema tributario se basará en los principios de proporcionalidad,
eficacia y limitación de costes indirectos derivados del cumplimiento de obligaciones
formales y asegurará el respeto de los derechos y garantías de los obligados tributarios.
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2. El principio de generalidad.
El inicio del art. 31.1 CE nos indica que el término ´´todos`` tiene un doble significado. Uno
de ellos es que el deber de contribuir afecta tanto a ciudadanos españoles como
extranjeros, sean personas físicas o jurídicas. Por otro lado, el segundo significado nos dice
que queda prohibida la existencia de privilegios fiscales, ya que la contribución al
sostenimiento del gasto público sigue el criterio de la generalidad. El alcance de este
principio hay que entenderlo como que todos aquellos que realicen actos que manifiesten
capacidad económica en el ámbito territorial del ente activo impositor deben contribuir al
sostenimiento del gasto público.
3. El principio de igualdad.
También se constituye como un valor superior del ordenamiento que proyecta su eficacia no
solo desde el punto de vista formal (iguales ante la ley), sino también desde el punto de
vista sustancial, ordenando a los poderes públicos para hacer efectiva esta igualdad.
El significado y alcance del principio de igualdad del art. 31.1 CE enlaza o debe ponerse en
relación con el resto de principios de justicia tributaria. Esto se debe a que la auténtica
virtualidad que el principio inspira debe organizarse en la aplicación conjunta con el resto de
principios. El significado de este principio es la interdicción o prohibición de la arbitrariedad,
siendo imposible determinar de antemano las actuaciones que debe realizar el legislador
para tratar de proteger la igualdad. En definitiva, un sistema tributario cumple con el
principio de igualdad cuando con independencia de la capacidad económica de los sujetos
llamados al pago de los tributos, su cumplimiento suponga un auténtico sacrificio.
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Finalmente, es importante recordar algunas cosas que el TC dice:
● No toda desigualdad de trato supone una infracción del art. 14 CE, sino que dicha
infracción la produce aquella desigualdad que introduce una diferencia entre
situaciones que pueden entenderse iguales.
● El principio de igualdad supone que deben aplicarse las mismas consecuencias al
mismo SH, pero debe considerarse iguales cuando la introducción de elementos
diferenciadores sea arbitraria o carezca de fundamento.
● El principio de igualdad no prohíbe toda desigualdad, sino sólo aquellas que no
tengan un motivo racional que las fundamente.
● Las consecuencias jurídicas que resulten de dicha distinción deben ser
proporcionales al fin buscado por el legislador.
Este principio es un histórico principio que está presente en todas las Constituciones del
mundo, en nuestra Constitución aparece en el art. 31.1 y en la LGT en el art. 3; este
principio es una síntesis de los dos principios anteriores.
Este principio significa contribuir según los recursos de cada cual, es decir, aportar a partir
de lo que tenemos; es sinónimo de contribuir con la renta disponible. Hay quien dice que es
el fundamento del tributo, ya que como regla general no se podrán exigir tributos sobre
hechos no demostrativos de capacidad económica; sin embargo, existen matizaciones para
los impuestos no fiscales, tasas y contribuciones especiales. Para medir la riqueza
disponible nos basamos en tres indicadores de riqueza que son válidos principalmente para
los impuestos: Renta, Patrimonio y Gasto. Existe un discutido indicador de riqueza que se
da por válido para las tasas y contribuciones especiales que es el principio del beneficio.
Cuando hablamos de capacidad económica debemos pensar que esta se debe proyectar
sobre toda la estructura del tributo; además, se debe ver sobre el hecho imponible, es decir,
el presupuesto de hecho que regula la ley que si se realiza hace surgir una obligación
tributaria. Podemos decir que este principio cumple tres funciones:
En el ámbito de las tasas y las contribuciones especiales podemos afirmar que no son
exigidas por la capacidad de riqueza. Por una parte, las tasas se exigen por el
aprovechamiento del dominio público o bien por la prestación de un servicio público
obligatorio o monopolístico dirigido a un sujeto público concreto. Por otra parte, las
contribuciones especiales se exigen porque un ente público establece un nuevo servicio.
En ambos casos, el principio guía no es el de capacidad económica sino el principio de
beneficio, el cual considera que el ciudadano se beneficia o se ve afectado por una
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actuación administrativa concreta y por ello debe sufragar los costes generados a la
Administración. Un dato importante es que nadie puede ser privado de un servicio esencial
que supondría tener que hacerse cargo de uno de estos dos tributos por carecer de
recursos suficientes para afrontar la deuda generada por los mismos. En la práctica existe
un problema importante sobre esto, ya que las leyes no marcan la diferencia entre un
servicio esencial y uno que no lo es.
No es necesario que todos los impuestos sean progresivos, esto se debe a que el
principio nos demanda que el sistema en conjunto sea progresivo, no los tributos de forma
individual; por ejemplo: en España son progresivos el IRPF y el Impuesto sobre el
Patrimonio. Esto se debe a que en algunos impuestos no es conveniente que sean
progresivos; un ejemplo de ello son los impuestos indirectos, impuestos a los que se aplica
el principio de proporcionalidad.
Por otra parte, debemos hablar del principio de no confiscatoriedad, regulado también en
el art. 31.1 CE y en el art. 3 LGT; aunque en principio parece una contradicción el hecho de
que un principio se denomine de no confiscatoriedad en un sistema tributario esto no es así.
Este principio sirve como límite al sistema tributario, ya que un tributo no puede producir
descapitalización, entendido como la necesidad de vender bienes para pagar impuestos. El
problema que encontramos es delimitar la progresividad y la confiscatoriedad; sin embargo,
existen artículos que tratan de definir ese límite de forma clara.
Este principio lo vamos a estudiar desde dos puntos de vista, desde el plano normativo y
desde el plano aplicativo. Empezando por el plano normativo debemos decir que el principio
de legalidad aparece en el art. 31.3 CE, esto significa que sólo pueden imponerse tributos
mediante ley, esto es lo que se denomina reserva de ley en materia tributaria.
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El fundamento de establecer una reserva de ley en materia tributaria es el siguiente:
La reserva de ley puede ser absoluta o relativa, por ello debemos diferenciarlas. Estamos
ante una reserva de ley absoluta cuando todos los elementos del tributo deben estar
regulados por la Ley; sin embargo, estamos ante una reserva de ley relativa cuando sólo
algunos elementos del tributo deben estar regulados por la Ley y el resto se pueden regular
por otras normas con rango inferior al de ley. La CE no dice expresamente que tipo de
reserva recoge, ha sido el TC quien se ha pronunciado sobre esa reserva señalando que la
CE recoge una reserva de ley relativa; por ello, los elementos cualitativos y cuantitativos
de un tributo deben ser regulados por ley, pero el TC matiza que los elementos cuantitativos
tienen una reserva de ley más flexible. En definitiva, la ley regula los supuestos en que hay
que pagar el tributo, quiénes están obligados y cuándo.
Las consecuencias prácticas de este principio es que la ley debe regular lo reservado y
hacerlo con precisión; además, debe regular, aunque sea mínimamente, las materias de
preferencia de ley y autorizar al reglamento que esto se desarrolle por vía reglamentaria. El
reglamento no puede regular ex novo la materia reservada a la ley o la de preferencia de
ley.
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7. El principio de seguridad jurídica: certeza e interdicción de la arbitrariedad.
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2. Interdicción de la arbitrariedad. Por aplicación del art. 9.3 CE se prohíben las
discriminaciones no fundadas en derecho, y esto se manifiesta en dos planos:
Para combatir la arbitrariedad se establecen ciertos remedios, el art. 12.3 LGT nos
dice: 3. En el ámbito de las competencias del Estado, la facultad de dictar
disposiciones interpretativas o aclaratorias de las leyes y demás normas en materia
tributaria corresponde al Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas y a los
órganos de la Administración Tributaria a los que se refiere el artículo 88.5 de esta
Ley. Las disposiciones interpretativas o aclaratorias dictadas por el Ministro serán de
obligado cumplimiento para todos los órganos de la Administración Tributaria. Las
disposiciones interpretativas o aclaratorias dictadas por los órganos de la
Administración Tributaria a los que se refiere el artículo 88.5 de esta Ley tendrán
efectos vinculantes para los órganos y entidades de la Administración Tributaria
encargados de la aplicación de los tributos. Las disposiciones interpretativas o
aclaratorias previstas en este apartado se publicarán en el boletín oficial que
corresponda.
Además, en los art. 213 y ss LGT se regulan una serie de recursos y procedimientos
que los administrados podemos instar para modificar actos tributarios injustos.
Este principio está recogido en el art. 31. 2 CE, que dice: El gasto público realizará una
asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación y ejecución responderán a los
criterios de eficiencia y economía. Este principio fue añadido por primera vez en la Constitución
de 1978 y equivale al de justicia material en el gasto público.
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El principio de equidad ha de reflejarse necesariamente sobre los instrumentos para
financiar gastos divisibles, en los que hay destinatario físico y determinado; ya que, en los
gastos indivisibles es difícil determinar a quién van dirigidos estos gastos.
Ambos plasmados en el art. 31.2 CE, donde se ordena que la programación y ejecución de
los recursos públicos respondan a los criterios de eficiencia y economía. Hay quien
considera estos criterios como de racionalidad económica, ya que son auténticos criterios
de limitación de las decisiones financieras.
Estos principios proponen que las decisiones en materia financiera se hagan con la mayor
ventaja económica y social posible y con la debida selección de las necesidades más
prioritarias. Estos principios conllevan la necesidad de aplicar procedimientos eficaces en la
gestión del gasto público, porque aunque la CE se refiera sólo a los principios del gasto
público, también afectan a los ingresos públicos, esto se debe a que hay una estrecha
conexión entre los ingresos y gasto público, y por la paradoja que supondría que los gastos
se ajustaran a esos principios y los ingresos no lo hicieran.
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Tema 3. El poder financiero.
1. Potestad normativa. Son los órganos del poder legislativo los que, a través
de la ley, establecen la regulación fundamental de la actividad financiera.
2. Potestad aplicativa. Quien posee las competencias para la aplicación de las
leyes.
3. Potestad sobre producto recaudado. Hay entes que tienen control sobre lo
que recaudan.
Los titulares del poder financiero deben adecuar su ejercicio al cuadro de valores, principios
y objetivos que integran el programa constitucional y respetar el orden de reparto de
competencias que regula el orden constitucional.
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Por tanto, en la aplicación del poder financiero nos vamos a encontrar varios límites:
Las instancias que controlan el ejercicio del poder financiero son las siguientes. El juicio de
la constitucionalidad de las leyes y sus principios pertenece al Tribunal Constitucional, pero
los Tribunales Ordinarios también se pronunciarán sobre ciertos aspectos en el ámbito
tributario.
Hay que distinguir varias cuestiones. Partimos de que el Estado tiene competencia
exclusiva en materia de Hacienda General, esto viene recogido en el art. 149. 1.14ª CE.
Otro aspecto a tener en cuenta es el art. 133.1 CE: La potestad originaria para establecer
los tributos corresponde exclusivamente al Estado, mediante ley;
Además, puede enlazarse con el art. 157 CE. Se determina que el Estado, con carácter
general, es competente no sólo para regular sus propios tributos sino también el marco
general de todo el sistema tributario y la delimitación de las competencias financieras de las
CCAA respecto de las del Estado.
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El TC dice que el legislador estatal debe asegurar un nivel mínimo de autonomía a todas las
corporaciones locales en todo el territorio estatal, sea cual sea la CCAA en que se aplique;
además, le corresponde al legislador estatal garantizar la efectividad de la eficiencia
financiera que se regula en el art. 142 CE. Tratándose de Entes locales hay que decir que
carecen de potestad legislativa para crear sus propios tributos, pero sí que es cierto que hay
tributos que son propios de las corporaciones locales; como no pueden crear tributos, estos
serán creados por el legislador estatal.
Por ello, las Cortes Generales abogaron una Ley, la Ley de Haciendas Locales, que
controla los recursos tributarios y hace posible la autonomía tributaria de la CCAA, esta ley
se conoce actualmente como el Texto Refundido de la Ley de Haciendas Locales.
La cuarta manifestación del poder financiero estatal es la fijación de los criterios que
posibiliten la coordinación entre los distintos sistemas tributarios. El legislador estatal
ha establecido una serie de criterios cuya aplicación va a posibilitar la coordinación entre
los distintos sistemas tributarios, por ejemplo: en la LONCA se prevé que los tributos de las
CCAA no podrán recaer sobre hechos imponibles gravados por el Estado o los Entes
Locales.
La quinta manifestación del poder financiero del estado es la regulación de los ingresos
patrimoniales, de acuerdo con el art. 132 CE. El art. 132.3 CE dice: Por ley se regularán el
Patrimonio del Estado y el Patrimonio Nacional, su administración, defensa y conservación.
La sexta manifestación del poder estatal es sobre los ingresos crediticios, el Gobierno
debe estar posibilitado para contraer deuda pública.
Dentro del poder financiero del estado está la posibilidad de establecer tributos a nivel
estatal, estos son:
◆ IRPF.
◆ Impuesto sobre sociedades.
◆ Impuesto sobre la renta de los residentes.
◆ Impuesto sobre sucesiones y donaciones.
◆ Impuestos sobre el juego.
◆ Impuestos sobre el patrimonio.
➔ Impuesto indirectos.
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Todos estos impuestos son de titularidad estatal, es decir, son regulados por el Estado, pero
con la LONCA, en algunos de ellos, el Estado cede a las CCAA la recaudación o gestión de
determinados impuestos. En plenitud, hoy por hoy, el Estado sólo conserva un par de
impuestos.
La CE reconoce a las CCAA en los art. 137 y 156 CE autonomía para la gestión de sus
respectivos intereses. Esto quiere decir que las CCAA tienen autonomía política y
financiera, siendo la segunda instrumento indispensable para la consecución de la primera.
El que las CCAA dispongan de autonomía financiera para poder elegir sus objetivos
sociales y económicos, les permite ejercer, sin condicionamientos indebidos, las
competencias propias y en particular las competencias que figuran como exclusivas en la
CE. Por ello, la manifestación de la autonomía financiera de las CCAA se manifiesta en la
vertiente de ingresos y en los gastos. En lo que se refiere a los ingresos, el TC dice que la
autonomía financiera implica tanto la capacidad para establecer y exigir sus propios tributos,
como para acceder a un sistema adecuado de tributos. En materia de gastos implica no
sólo libertad de sus órganos de gobierno en cuanto a la fijación del destino y orientación del
gasto, sino también la distribución y adopción del mismo.
Por otra parte, hay que ver el alcance y los límites del poder financiero autonómico. Además
de los límites y exigencias constitucionales que condicionan el ejercicio de todo poder
financiero, el poder financiero autonómico se encuentra sometido a los siguientes límites
específicos:
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Pero, además del ejercicio leal de sus competencias, la solidaridad interterritorial obliga al
Estado a velar por el establecimiento de un equilibrio económico adecuado y justo entre las
diversas partes del territorio español, lo que implica la adopción de medidas que aseguren
la redistribución de la riqueza entre las distintas CCAA y la igualdad en la otorgación de los
servicios públicos o básicos.
5. Principio de igualdad. Proyectado sobre la distribución del poder entre los diferentes
entes públicos territoriales del Estado, se manifiesta en las exigencias del art. 139. 1 CE,
que dice: Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del
territorio del Estado. Además, también se ve reflejado en el art. 138.2 CE, que dice: Las
diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar,
en ningún caso, privilegios económicos o sociales.
8. Lealtad institucional. Las actuaciones del Estado y las CCAA han de estar presididas
por este principio pese a que no esté recogido de modo expreso, pero su observancia es
obligada para el correcto funcionamiento del sistema. La lealtad en el sentido de que en el
ejercicio de las correspondientes competencias se llevarán a cabo con buena fe. En la
LOFCA aparece como un principio principal que debe presidir la actividad financiera de las
CCAA en relación con el Estado.
El poder financiero de las CCAA se concreta en materia de ingresos y gastos. Los recursos
de las CCAA aparecen señalados en la Constitución en el art. 157.1 CE.
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Dentro de estos recursos en materia de ingresos vamos a prestar especial atención a:
1. Art. 157.1. a) Impuestos cedidos total o parcialmente por el Estado; recargos sobre
impuestos estatales y otras participaciones en los ingresos del Estado. Cuando habla de
otras formas de participación nos muestra que las CCAA pueden, a través de fondos
y mecanismos establecidos en las leyes, ser titulares de otro tipo de participaciones
en los ingresos del Estado. La LOFCA nos habla por ejemplo del Fondo de
Suficiencia Global o el Fondo de Competitividad; el Fondo de Suficiencia Global
permite asegurar la suficiencia de financiación de la totalidad de competencias de
las CCAA y de ciudades con Estatuto de Autonomía, por otra parte, el Fondo de
Competitividad se dota todos los años en los Presupuestos para tratar de equilibrar
las diferencias entre CCAA. Además, en el art. 15 LOFCA se habla del Fondo de
Garantías de Servicios Públicos Fundamentales es el instrumento con el que el
Estado garantiza en todo el territorio español el nivel mínimo de todos los servicios
fundamentales de su competencia (educación, sanidad, etc).
Por otra parte, en materia de gastos la autonomía financiera supone libertad de los
órganos de gobierno en cuanto a la decisión y orientación del destino del gasto en relación
a la distribución y coordinación dentro del marco de sus competencias. No obstante, estas
decisiones de las CCAA deben basarse en los principios generales tributarios establecidos
por el Estado.
Este régimen foral especial supone que tienen su propio sistema tributario y tienen potestad
normativa para establecer su sistema tributario, aunque estos tributos deben ser parejos a
los establecidos por el Estado. La presión fiscal que generen también debe ser parecida a la
generada por los tributos estatales. No van a contar con la cesión de ingresos obtenidos de
los tributos que el Estado cede al resto de CCAA. También, estas CCAA tiene la potestad
sobre el producto de lo recaudado; no obstante, traspasan al Estado una cantidad
denominada cupo en País Vasco o aportación en Navarra, para contribuir al sostenimiento
de las cargas generales.
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4. El poder financiero local.
Partimos de que la CE garantiza la autonomía de los municipios y provincias en los art. 140
y 141 CE. La autonomía local fue concebida por el TC como el derecho a participar como
órganos propios en la gestión de sus propios intereses. A diferencia de lo que ocurre con el
Estado y las CCAA, no existe en nuestro sistema una delimitación constitucional de las
competencias de los entes locales.
El poder financiero de los entes locales aparece predeterminado por una normativa estatal,
esta ley es el Texto Refundido de la Ley de Haciendas Locales. De esta ley se
desprende que la Hacienda Municipal está integrada por los siguientes recursos (ingresos):
En cuanto a los ingresos de derecho privado nos remitimos a los conocimientos generales
de Derecho Civil: herencias, compras, etc.
En materia de gastos los entes locales tienen reconocida su propia autonomía, por lo que
pueden marcar los fines a los que se orientan esos gastos.
Los entes locales no tienen potestad legislativa real, ya que sólo tienen permitido crear
tributos (impuestos, tasas y contribuciones especiales) en las materias que establece el
Texto Refundido. Por ejemplo, en materia de impuestos, tienen permitido exigir, de forma
voluntaria u obligatoria, los siguientes: Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, el
IBI, Impuesto sobre el Incremento de Valor en Zona Urbana, Impuesto sobre gastos
Suntuarios, etc.
Por tanto, podemos resumir este poder financiero en que los entes locales pueden exigir e
imponer tributos de acuerdo a la CE y las leyes pero dentro de los ámbitos de aplicación
que marca el Texto Refundido. Cuando un ente local establece un tributo ex novo, tendrá
que regularse a través de la aprobación de la ordenanza fiscal (ordenanza municipal). En
definitiva, el poder de los entes locales se reduce a la decisión sobre el
establecimiento o no de los impuestos potestativos, así como a la determinación del
tipo o cuantía de los mismos. El ámbito de intervención normativa de los entes locales es
mayor cuando se trata de tasas y contribuciones especiales.
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De acuerdo con el art. 137.1 CE forman parte de la organización territorial del Estado las
provincias (Hacienda Provincial). La provincia es una entidad local con personalidad
jurídica propia cuyo gobierno y administración está encomendada a las Diputaciones, art.
141 CE. También se recoge el régimen competencial de las diputaciones en el Texto
Refundido de la Ley Reguladora de Haciendas Locales. Los recursos de estas son: la
participación en los tributos del Estado, Subvenciones, Precios Públicos y Dotaciones
económicas percibidas de las CCAA por la gestión de servicios propios de las mismas, etc.
La Unión Europea desarrolla una actividad financiera al igual que los entes nacionales, por
tanto, el ordenamiento comunitario se proyecta también sobre la materia financiera, es
decir, sobre el conjunto financiero de la hacienda de las CCAA.
Podemos diferenciar entre Derecho Originario y Derivado dentro del Derecho Comunitario,
a su vez, dentro del Derecho Derivado diferenciamos entre reglamentos, directivas y
decisiones, derecho obligatorio, y las recomendaciones, derecho no obligatorio.
La UE regula sus propios recursos, estos son: Aranceles Aduaneros, Exacciones Agrícolas,
Recursos sobre la base del IVA y Recurso sobre el Producto Nacional bruto.
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Por último, tiene potestad sobre el producto recaudado, se queda con la recaudación de los
recursos principales y de los accesorios.
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Lección 4ª. Las fuentes del Derecho Financiero.
a) Por la Constitución.
b) Por los tratados o convenios internacionales que contengan cláusulas de
naturaleza tributaria y, en particular, por los convenios para evitar la doble
imposición, en los términos previstos en el artículo 96 de la Constitución.
c) Por las normas que dicte la Unión Europea y otros organismos internacionales o
supranacionales a los que se atribuya el ejercicio de competencias en materia
tributaria de conformidad con el artículo 93 de la Constitución.
d) Por esta ley, por las leyes reguladoras de cada tributo y por las demás leyes que
contengan disposiciones en materia tributaria.
e) Por las disposiciones reglamentarias dictadas en desarrollo de las normas
anteriores y, específicamente en el ámbito tributario local, por las correspondientes
ordenanzas fiscales.
2. Tendrán carácter supletorio las disposiciones generales del derecho administrativo y los
preceptos del derecho común.
1. La Constitución. Remisión.
Los preceptos relevantes en nuestra materia son: el art. 31, el 157, del 39 al 52, 137 y ss
CE.
Los TI son fuente del Derecho Tributario. El art. 96 CE nos dice que los tratados
internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España,
formarán parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas,
modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo con
las normas generales del Derecho internacional.
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Por otra parte, el Artículo 93 nos dice que mediante la ley orgánica se podrá autorizar la
celebración de tratados por los que se atribuya a una organización o institución
internacional el ejercicio de competencias derivadas de la Constitución, entre ellas las
competencias en materia tributaria. Dentro del TFUE (arts. 110 a 113) se prohíbe gravar
directa o indirectamente…, gravar productos de otros EEMM con tributos internos, se
prohíbe imposición de gravámenes compensatorios, se ordena la ordenación de las
legislaciones de determinados impuestos, etc.
Existen TTII para los que se necesita autorización previa de las Cortes, esto viene regulado
en el art. 94 CE, que nos dice que la prestación del consentimiento del Estado para
obligarse por medio de tratados o convenios requerirá la previa autorización de las Cortes
Generales, en los siguientes casos:
En los TTII donde se necesita la autorización previa de las CG aparecen algunos que nos
afectan como los que se sitúan en la interterritorialidad del estado y sobre derechos y
deberes fundamentales como el deber de contribuir. Aquí encontramos convenios para
evitar la doble imposición, convenios sobre la adhesión a privilegios sobre inmunidades.
Las normas que dicta la UE y otros Organismos Internacionales que tienen atribuidas
competencias en materia financiera son fuente del Derecho Financiero y Tributario.
El Derecho Originario son los Tratados Constitutivos y de Adhesión a la UE. Por otra parte,
el Derecho Derivado son las normas derivadas de los organismos de la UE con poder
normativo en materia tributaria y financiera. En caso de conflicto de las normas debemos
tener en cuenta el principio de primacía del derecho comunitario, no tanto de forma
jerárquica sino de competencia atribuída a una OOII. Otro principio importante es el de
eficacia directa del derecho comunitario. Dentro del Derecho Derivado diferenciamos entre:
1. Reglamentos, que son obligatorios desde que se aprueban. Regulan todos los
impuestos aduaneros, el más importante es el que establece el Código Aduanero
Comunitario.
2. Directivas, que son normas de alcance general dirigidas a los Estados miembros, que
contienen un mandato para que el Estado en cuestión legisle o reglamente mediante una
norma de derecho interno que trasponga al ordenamiento jurídico interno lo que la Directiva
quiera que se haga. Deben tener una norma de transposición. Esto ocurre con el IVA o con
los impuestos especiales clásicos.
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3. Decisiones, no tienen carácter normativo en principio, sino que son órdenes al
destinatario de las mismas para que realice una conducta concreta. Cuando la decisión
tiene por destinatario un Estado Miembro y tiene por mandato regular una determinada
materia, debe ser normativizada obligatoriamente por el Estado miembro al que va dirigida.
La Ley es la fuente del Derecho Tributario por excelencia. Nos podemos encontrar leyes
orgánicas, ordinarias, autonómicas y de presupuestos.
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Cuando hablamos de ley debemos hacer referencia a otras normas con fuerza de ley, estas
son:
5. El decreto-ley.
No hay mención expresa en la LGT. El decreto-ley es una norma con fuerza y rango de ley,
aprobado por el ejecutivo para casos excepcionales, es decir, el ejercicio de esta potestad
se condiciona a aquellos supuestos en los que se acredite una extraordinaria y urgente
necesidad. El art. 86 CE dice: En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno
podrá dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán la forma de Decretos-leyes
y que no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, a los
derechos, deberes y libertades de los ciudadanos regulados en el Título I, al régimen de las
Comunidades Autónomas ni al Derecho electoral general. Los Decretos-leyes deberán ser
inmediatamente sometidos a debate y votación de totalidad al Congreso de los Diputados,
convocado al efecto si no estuviere reunido, en el plazo de los treinta días siguientes a su
promulgación. El Congreso habrá de pronunciarse expresamente dentro de dicho plazo
sobre su convalidación o derogación, para lo cual el reglamento establecerá un
procedimiento especial y sumario. Durante el plazo establecido en el apartado anterior, las
Cortes podrán tramitarlos como proyectos de ley por el procedimiento de urgencia.
La referencia al Título I dentro del art. 86 es bastante problemática. Durante mucho tiempo
se dudó si el decreto-ley podía usarse en materia tributaria; no obstante, estas dudas se
disiparon pronto ya que casi nunca se ha declarado inconstitucional un decreto-ley.
Las notas que caracterizan el decreto-ley como fuente del derecho son: es un acto
normativo con fuerza de ley, sólo puede instarse en caso de extrema y urgente necesidad y
es una norma provisional, por lo que debe ser convalidada.
Hay una serie de aspectos tributarios que están excluidos de la regulación del decreto-ley.
Los límites al decreto-ley son los principios esenciales recogidos en el art. 31 CE. Un
decreto-ley no puede alterar ni el régimen general, ni aquellos elementos esenciales de los
tributos que incidan en la determinación de la carga tributaria, es decir, no puede incidir
sobre la tarifa del IRPF.
Es posible utilizar el decreto-ley para regular cualquier aspecto del ordenamiento tributario,
con la excepción de no utilizar el decreto-ley para introducir modificaciones sustanciales en
el sistema tributario. Tampoco se podrá utilizar cuando al aprobarse, la capacidad
económica de los obligados a contribuir se vea afectada en gran medida.
Lo más importante del decreto-ley es que se pueda convalidar en bloque y sin posibilidad
de introducir enmiendas o modificaciones por parte del Congreso en los 30 días de plazo.
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6. El decreto legislativo.
No hay mención expresa en la LGT. Se regulan en el art. 82 CE, que dice: Las Cortes
Generales podrán delegar en el Gobierno la potestad de dictar normas con rango de ley
sobre materias determinadas no incluidas en el artículo anterior. La delegación legislativa
deberá otorgarse mediante una ley de bases cuando su objeto sea la formación de textos
articulados o por una ley ordinaria cuando se trate de refundir varios textos legales en uno
solo. La delegación legislativa habrá de otorgarse al Gobierno de forma expresa para
materia concreta y con fijación del plazo para su ejercicio. La delegación se agota por el uso
que de ella haga el Gobierno mediante la publicación de la norma correspondiente. No
podrá entenderse concedida de modo implícito o por tiempo indeterminado. Tampoco podrá
permitir la subdelegación a autoridades distintas del propio Gobierno. Las leyes de bases
delimitarán con precisión el objeto y alcance de la delegación legislativa y los principios y
criterios que han de seguirse en su ejercicio. La autorización para refundir textos legales
determinará el ámbito normativo a que se refiere el contenido de la delegación,
especificando si se circunscribe a la mera formulación de un texto único o si se incluye la de
regularizar, aclarar y armonizar los textos legales que han de ser refundidos. Sin perjuicio
de la competencia propia de los Tribunales, las leyes de delegación podrán establecer en
cada caso fórmulas adicionales de control. Se trata de una disposición con fuerza de ley
dictada por el Gobierno en virtud de una delegación de una potestad legislativa.
El decreto legislativo ha de instarse de forma expresa mediante ley, también dice el TS que
puede instarse mediante decreto-ley. Podrá utilizarse el decreto legislativo para cualquier
materia que no esté reservada a ley orgánica ni tampoco puede utilizarse el decreto
legislativo para modificar la propia norma delegante.
Por otra parte, mediante el texto refundido el Gobierno se limita a estructurar en un único
texto las disposiciones que ya se encuentran vigentes. Esta modalidad ha sido más utilizada
en la materia de Derecho Tributario, en la actualidad podemos mencionar como ejemplo el
Texto Refundido de la Ley de Haciendas Locales.
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7. El reglamento. Reglamentos estatales, autonómicos y locales.
Los condicionantes que tiene el ejercicio de esta potestad reglamentaria son los siguientes:
no puede utilizarse para materias que estén sustancialmente reservadas a la ley. El
reglamento no puede ir directa ni indirectamente en contra de lo dispuesto en la ley, tendrá
que atenderse fielmente a lo dictado en las mismas.
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Las circulares y demás disposiciones administrativas no son fuente del derecho
teóricamente, sino que son órdenes que los altos cargos de la administración dirigen a sus
subordinados para la aplicación de sus normas tributarias. Las circulares permiten conocer
el criterio de la administración, sirven para alegar el abuso de poder y para integrar y
completar el contenido de las normas reglamentarias. La desventaja que tienen es que en
ocasiones es difícil conocer la existencia de estas circulares, pero en caso de conocer su
existencia se puede reaccionar contra ella por tres vías: ignorarla, impugnar el acto que se
ve afectado por ella o impugnar directamente la propia circular.
Las circulares son realmente útiles y sirven para unificar el contenido de las demás
disposiciones reglamentarias siempre que no se excedan de sus posibilidades.
Se debe acudir, en defecto de norma, a las disposiciones generales del derecho común. La
remisión a las normas de derecho común obliga a tener en cuenta el art. 1.1 CC donde
habla de las fuentes del ordenamiento jurídico.
La costumbre no aparece en las fuentes del art. 7 LGT, pero sí aparece en el art. 1.1 CC,
por lo que en sustancia es una fuente nula. Esto se debe a que la materia tributaria debe
estar regulada por ley, por lo que la costumbre no tiene espacio en ella.
Los principios generales del derecho se pueden utilizar pero no son fuente del derecho
tributario, sino principios orientadores del ordenamiento jurídico.
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Por otro lado, hay que decir que la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas también es muy importante, en el ejercicio de su función, sus
sentencias constituyen una fuente complementaria del derecho.
Debemos partir del principio de seguridad jurídica. La existencia de este principio hace que
en nuestro sector exista una legislación identificable que evite el confusionismo.
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Lección 10ª. Las categorías tributarias.
El art. 2.2.c LGT nos dice que los Impuestos son los tributos exigidos sin contraprestación
cuyo hecho imponible está constituido por negocios, actos o hechos que ponen de
manifiesto la capacidad económica del contribuyente.
El ejemplo clásico de impuesto personal es el impuesto sobre la renta, pero también son
personales el Impuesto sobre el patrimonio, sobre sucesiones y donaciones, etc. Son
impuestos donde se tienen en cuenta circunstancias personales de la persona física. Con
carácter general este tipo de impuestos permiten introducir la progresividad en la tarifa y
dejar mínimos exentos de gravamen.
Los impuestos reales gravan aisladamente una manifestación de capacidad económica sin
tener en cuenta quien sea su titular. No tienen en cuenta la situación personal del sujeto
pasivo. Algunos ejemplos son el IVA, Impuestos Especiales, Impuestos sobre Actos
jurídicos documentados, etc.
Los subjetivos tienen en cuenta las circunstancias personales del contribuyente para
determinar la cuantía del tributo, un ejemplo claro es el IRPF. Los impuestos objetivos no
tienen en cuenta estas circunstancias para determinar la cuantía del tributo.
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La diferencia con los impuestos personales y reales es que en esa clasificación se atiende a
cómo está configurado el hecho imponible; mientras que en esta clasificación se atiende a
la forma de clasificar la deuda tributaria. De todas formas, los impuestos personales son al
mismo tiempo impuestos subjetivos, esto se debe a que el hecho imponible no puede
entenderse sin referencia a una persona titular de esa capacidad económica gravada que
obliga a tener en cuenta esas circunstancias para modular la cuantía del tributo. Por otro
lado, los impuestos reales son normalmente impuestos objetivos, ya que se prescinde de
cual es la situación personal del bien o de quien realiza la actividad, pero nada impide que
un impuesto real puede regular o modular su cuantía mediante las circunstancias que
concurran en el contribuyente. En cuyo caso, este impuesto real será a la vez un impuesto
subjetivo. Esto ocurre por ejemplo con el IBI, impuesto al cual se puede establecer una
bonificación para titulares de vivienda que sean familia numerosa.
Los impuestos estatales directos son a la vez personales, los indirectos son reales. Hay
alguna excepción en el ámbito local.
En los periódicos se describe una situación en el hecho imponible que tiende a reiterarse o
prolongarse en el tiempo. En cuanto a los instantáneos, esta situación se manifiesta como
una dimensión temporal totalmente concreta. Por ejemplo, en el IRPF se grava la
obtención de renta, hecho que se produce de manera continua; por ello, el legislador fija un
período impositivo que establezca una fecha continua en la que se realiza el pago del
impuesto. En el caso de los instantáneos, podemos mencionar el impuesto de
transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, en el que el hecho imponible
es la realización de una de estas acciones sin que exista un periodo impositivo. Un caso
particular de impuesto instantáneo es el IVA, porque cada entrega de bienes o prestación
de servicios hace nacer el impuesto, pero tales hechos imponibles son de liquidación
periódica.
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5. Impuestos Estatales, Autonómicos y Locales.
Tradicionalmente la distinción se basaba en quien era el titular del poder tributario para
establecerlo y regularlo. No obstante, hoy en día una gran mayoría de impuestos son objeto
de corregulación, por ello, la diferenciación es más diluida y habría que ir caso por caso.
Por otro lado, existen impuestos propios de las CCAA, estos si son impuestos autonómicos.
Los entes locales no tienen potestad normativa para crear sus propios tributos, pero sí
tienen facultades que les ceden el Estado y las CCAA.
Los fiscales son aquellos establecidos con la finalidad esencial de recaudar, mientras que
los extrafiscales persiguen otros objetivos como evitar la contaminación, proteger el medio
ambiente, ahorrar energía, favorecer la explotación de latifundios, fomentar el desarrollo
económico de una determinada región, desincentivar determinados consumos…. Los
impuestos extrafiscales han proliferado sobre todo en las CCAA, se consideran como
propios de las CCAA.
Dentro de los impuestos extrafiscales hay muchos que son afectados, esto significa que la
recaudación obtenida se puede destinar a financiar la política que los justifica. Por
supuesto, a este tipo de impuestos les es aplicable el sometimiento a la Reserva de Ley del
art. 31.3 CE.
2. La contribución especial.
Se regulan en el art. 2.2.b LGT y dice: Contribuciones especiales son los tributos cuyo
hecho imponible consiste en la obtención por el obligado tributario de un beneficio o de un
aumento de valor de sus bienes como consecuencia de la realización de obras públicas o
del establecimiento o ampliación de servicios públicos. También hay conceptos en el art. 8
LOFCA y en el art. 28 TRLRHL. La contribución especial es fundamentalmente un tributo
municipal y es además en el TRLRHL donde se recoge su regulación más completa. Frente
al impuesto, la contribución especial también requiere de una actividad administrativa.
Históricamente, esta figura surgió como una técnica de lucha contra la corrupción de los
gestores locales que decidían hacer obras con cargo a los presupuestos públicos para
beneficiar directamente a sus propiedades. Actualmente, la decisión de exigir contribuciones
especiales es facultativa, una manifestación de la autonomía tributaria local.
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Hace tiempo que las contribuciones especiales están en plena decadencia en todos los
ámbitos, no se exigen con carácter general. Otra razón de su crisis podría ser evitar la doble
imposición que genera este tributo con otros que graven también el beneficio obtenido de
una actividad administrativa, por ejemplo el IBI, el IRPF, etc.
Una característica que acompaña a la contribución especial y que se deduce un poco del
concepto es que se trata de un tributo afectado, sobretodo por lo que se refiere a las
contribuciones locales. Esto se debe a que el art. 29.3 TRLRHL dice: 3. Las cantidades
recaudadas por contribuciones especiales sólo podrán destinarse a sufragar los gastos de la obra o del
servicio por cuya razón se hubiesen exigido. Es más, el importe conjunto de todas las
contribuciones especiales que se exigen a un grupo de contribuyentes, en ningún caso
puede superar el coste real de la obra o del servicio soportado. Además, el art. 31 TRLRHL
dice: 1. La base imponible de las contribuciones especiales está constituida, como máximo, por el 90
por ciento del coste que la entidad local soporte por la realización de las obras o por el
establecimiento o ampliación de los servicios.
El hecho imponible es la obtención del beneficio derivado bien de una obra pública o del
establecimiento de un servicio público. La prestación concreta de estos servicios podría dar
lugar al pago de una tasa.
La ley distingue entre beneficio y aumento de valor de los bienes, esto se realiza porque el
beneficio lo obtendrán generalmente los que realicen actividades económicas en la zona
afectada por la obra o servicio. Y el aumento de valor se aplica a los bienes inmuebles en
sí.
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Es decir, no tiene sentido ni puede exigirse jurídicamente una contribución especial cuando
el beneficio que reporta la obra o servicio sea general, por ejemplo: establecimiento de un
hotel de policía para todo el municipio.
Los contribuyentes de este tributo serán los que resulten especialmente beneficiados, ya
sean personas físicas o jurídicas, tal y como se dice en el art. 30.2 TRLRHL. El pago se
devenga en el momento en que terminen las obras o los servicios empiecen a prestarse.
El art. 32.3 TRLRHL dice que: 3. Una vez determinada la cuota a satisfacer, la corporación
podrá conceder, a solicitud del sujeto pasivo, el fraccionamiento o aplazamiento de aquélla
por un plazo máximo de cinco años. El ente local puede aceptar o no esta petición.
Se regulan en el art. 2.2.a LGT que dice: Tasas son los tributos cuyo hecho imponible
consiste en la utilización privativa o el aprovechamiento especial del dominio público, la
prestación de servicios o la realización de actividades en régimen de derecho público que
se refieran, afecten o beneficien de modo particular al obligado tributario, cuando los
servicios o actividades no sean de solicitud o recepción voluntaria para los obligados
tributarios o no se presten o realicen por el sector privado.
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La tasa es un tributo que está a disposición de las tres haciendas públicas, su contenido y
características se contiene en la LGT y Ley de Tasas y Precios Públicos respecto del
Estado, en el art. 7 LOFCA respecto de las CCAA y en el art. 20 LRHL respecto de los entes
Locales. En todos estos preceptos encontramos el mismo concepto de tasa, del que
podemos distinguir dos modalidades:
Se entiende por bienes de dominio público a los que pertenecen a una AAPP y están
destinados a ser usados por la colectividad de forma libre y gratuita. En el uso normal de
estos bienes el sujeto no impide ni limita el uso de los demás; por ello, cuando un sujeto
utiliza privativamente estos bienes se le impone una tasa. El uso privativo tiene lugar por la
ocupación de una porción del dominio público, de tal manera que limite o excluya la
utilización por los demás interesados.
Por otro lado, el aprovechamiento especial consiste en la utilización de estos bienes cuando
concurran una serie de circunstancias que permiten diferenciarlo del uso común general. No
estamos ante un aprovechamiento especial que prive a los demás de su utilización, ya que
este sigue siendo posible para otras personas, pero concretos sujetos hacen un uso
peculiar del dominio público. Ejemplo: cuando se hacen registros de transformadores o instalación
de tuberías. Este tipo de uso especial reporta un beneficio concreto que debe ser
cuantificado.
En ambos casos el interesado debe ser autorizado previamente por el ente público
propietario de ese bien público. Para que se pague la tasa debe darse un verdadero uso
efectivo del dominio público. En el art. 20.3 TRLHL hay una serie de ejemplos de Tasas: a)
Sacas de arena y de otros materiales de construcción en terrenos de dominio público local; b)
Construcción en terrenos de uso público local de pozos de nieve o de cisternas o aljibes donde se
recojan las aguas pluviales; c) Balnearios y otros disfrutes de aguas que no consistan en el uso
común de las públicas; d) Vertido y desagüe de canalones y otras instalaciones análogas en terrenos
de uso público local; e) Ocupación del subsuelo de terrenos de uso público local… etc.
La Ley de Tasas y Precios Públicos desarrolla esta modalidad, en el ámbito local art. 20 a
27 y en el ámbito autonómico el art. 27 LOFCA.
Este artículo 2.2.a LGT ha sufrido una modificación reciente, La ley 9/2017 de contratos del
sector público introdujo modificaciones tanto en la LGT como en el TRLRHL y a partir de
marzo de 2018 quedó establecido de la manera actual.
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La situación a si considerar tasa o no dependiendo quien preste el servicio se puede
resumir: si el servicio se presta directamente por una entidad pública, la cantidad exigida a
los usuarios es claramente una tasa. Pero si el servicio se delega a otra entidad, las
cantidades cobradas por la prestación de estos servicios pasan a considerarse como una
prestación patrimonial de carácter público de naturaleza no tributaria. Por tanto, son
prestaciones de este tipo las exigidas por la prestación de servicios por entidades privadas
concesionarias o por empresas mixtas o por las demás fórmulas de derecho privado. No
obstante, sea quien sea quien preste materialmente el servicio, la entidad pública sigue
siendo el ente titular del mismo, por lo que este ente puede fijar las reglas, límites y demás
cuestiones a las que debe ajustarse ese ente privado a la hora de cobrar a sus usuarios.
Para exigir tasas, además de que el servicio público o la actividad administrativa se presten
en régimen de derecho público, es necesario que ese servicio o actividad se refiera, afecte
o beneficie al sujeto pasivo y que se produzcan cualquiera de las circunstancias siguientes:
Basta con que se de una de las circunstancias para que el ente público deba recurrir a una
tasa. Por ello, se exigirán tasas cuando exista un monopolio público en la prestación de ese
servicio. Este tipo de tasas requiere que estas actividades beneficien, afecten o se refieran
de manera particular a una persona. Las tasas se exigen a personas que especial e
individualmente se benefician de la actividad pública.
Evidentemente, para que pueda aplicarse esto el servicio debe ser divisible, se tiene que
poder imputar a un sujeto concreto la recepción de este. Cuando el servicio es indivisible
por afectar generalmente a todos no se van a poder exigir tasas para su financiación (art. 21
TRLRHL), por ejemplo: el servicio que realiza la policía. Si podrían exigirse tasas cuando
los servicios normalmente indivisibles pueda ser objeto de imputación concreta a una
persona determinada, por ejemplo: servicios de protección de la policía para un concierto.
Otro problema se plantea respecto de aquellos servicios prestados por el ente público pero
que no son demandados por una persona concreta, es decir, unas personas le dan uso y
otras no; por ejemplo; pago por la recogida de basura, puedes hacer uso o no de este
servicio. Lo lógico sería entender que quien no utiliza el servicio no paga tasa alguna. Este
problema es bastante frecuente en el ámbito municipal. Algunos Tribunales entienden que
en estos casos basta con que el servicio se preste de forma efectiva en la zona donde están
situados los inmuebles, sin que sea necesario que estos se utilicen de forma efectiva. Otras
sentencias en cambio sostienen la necesidad de la prestación efectiva de servicio (STS
7/1997). Pronunciamientos que a efectos prácticos no suponen más que invertir la carga de
la prueba, esto quiere decir que, en estos casos, no es la AAPP quien debe demostrar que
el servicio se ha prestado, sino que será la persona afectada quien deberá probar que el
servicio no ha sido prestado o que ni siquiera podía utilizarlo, por ejemplo: será admisible no
pagar la tasa de recogida de basura de un inmueble declarado en ruina. En cualquier caso, si estás
en disposición de recibir ese servicio, la tasa deberá pagarse aunque no se haga uso del
mismo.
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Principio de capacidad económica y las tasas.
El art. 8 Ley de Tasas señala: En la fijación de las tasas se tendrá en cuenta, cuando lo permitan
las características del tributo, la capacidad económica de las personas que deben satisfacerlas.
También en el art. 24.4 Texto Refundido LRHL dice: 4. Para la determinación de la cuantía de
las tasas podrán tenerse en cuenta criterios genéricos de capacidad económica de los sujetos obligados
a satisfacerlas. Y por último en el art. 7.4 LOFCA que dice: 4. Para la fijación de las tarifas de las
tasas podrán tenerse en cuenta criterios genéricos de capacidad económica, siempre que la naturaleza
de aquélla se lo permita.
Es la necesaria existencia de una actividad administrativa la que coloca en ella una posición
completamente secundaria del principio de capacidad económica. Por ello, la Doctrina
entiende que la capacidad económica en las tasas debe modularse mediante el
establecimiento de exenciones para los sujetos que tengan una menor capacidad
económica o no exigiendo tasas por la prestación de servicios públicos esenciales.
Hay que tener en cuenta el art. 19 LTPP, el art. 24-25 LHL y el art. 24 de la LOFCA. Estos
artículos establecen los mismos criterios para la determinación de la cuantía.
Respecto a las tasas por la utilización privativa o aprovechamiento especial, la cuantía debe
determinarse tomando como referencia el valor que tendría en el mercado la utilización de
esos bienes de dominio público. Cuando se trata de procedimientos de licitación pública, el
importe de la tasa viene determinado por el valor económico sobre el que recaiga la
proposición. En el caso de las tasas por uso de dominio público por empresas que se
dediquen a la explotación de servicios de suministros, la ley indica que la recaudación será
el 1.5% de los ingresos brutos obtenidos de la facturación.
El art. 25 LHL dice: Los acuerdos de establecimiento de tasas por la utilización privativa o el
aprovechamiento especial del dominio público, o para financiar total o parcialmente los nuevos
servicios, deberán adoptarse a la vista de informes técnico-económicos en los que se ponga de
manifiesto el valor de mercado o la previsible cobertura del coste de aquellos, respectivamente. Dicho
informe se incorporará al expediente para la adopción del correspondiente acuerdo.
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Respecto de las tasas por prestación de servicios o actividades administrativas, la
determinación de la cuantía es en principio más sencilla. El criterio que fija el art. 24.2 LHL
y repite el 19.2 LTPP dice que dicha cuantía no puede exceder del coste que suponga al
ente público prestar el servicio o la actividad. Más exactamente, el importe de las tasas no
podrá exceder en su conjunto del coste real o previsible de servicio o actividad de que se
trate, o en su defecto, del valor de la prestación percibida. En este caso se trata de un límite
global para la cuantía de las tasas, lo que posibilita que pueda haber concretos
contribuyentes que paguen mayor cantidad que el coste individual que él ha provocado.
Aquí también es necesario el informe técnico económico o de la memoria económico
financiera que debe acompañar al establecimiento y determinación de la cuantía de
cualquier tasa. Por otro lado, este límite máximo debe operar en cada ejercicio anual; no se
permiten ponderaciones de varios ejercicios. Este límite es el del importe máximo, pero
nada impide que existan tasas que no cubran este importe o que haya sujetos exentos de
pago. La vía de entrada de este tipo de tasas es el art. 24.4 LHL: 4. Para la determinación de
la cuantía de las tasas podrán tenerse en cuenta criterios genéricos de capacidad económica de los
sujetos obligados a satisfacerlas.
Por otro lado, la determinación exacta del coste de servicio y sobretodo de su imputación
individualizada a cada usuario es una tarea de difícil realización, por lo que los entes
públicos usan criterios muy diversos de concreción de los costes provocados, es decir, de la
cuantificación del valor del servicio recibido por cada individuo; por ejemplo: coste por la tasa
de recogida de basuras, esta se calcula mediante el valor catastral del inmueble, pero también por la
superficie de mismo, por la actividad realizada en el mismo, etc.
Los entes públicos pueden exigir precios públicos o tasas cuando presten servicios de su
competencia, nunca los dos al mismo tiempo. Tienen en común que los dos suponen el
pago por servicios prestados o actividades realizadas por una AAPP, pero tienen regímenes
distintos.
La tasa tiene ese carácter coactivo propio de los tributos, mientras que el precio público no
la tiene, ya que el usuario podrá acudir tanto al ente público como al privado para recibir el
servicio. Al no ser coactivo, el precio público no es un tributo.
La importancia de distinguir entre tasas y precios públicos está también en que las tasas se
someten a los principios tributarios, pero en cambio los precios públicos no están
sometidos a los mismos.
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En lo que se refiere a la cuantía, podemos decir que las diferencias entre tasas y precios
públicos. Las tasas cobradas por utilización de servicios no pueden superar el coste del
servicio, mientras que en los precios públicos su cuantía debe cubrir como mínimo dicho
coste (art. 44 LRHL, art. 25 LTPP). Esta importante diferencia da idea clara de la finalidad
pretendida por el precio público que no es otra que obtener beneficios por la prestación de
servicios por parte de la AAPP. En los precios públicos puede cobrarse mayor cantidad. No
obstante, la propia ley ha previsto la posibilidad de establecer precios por debajo de este
coste (ejemplo: actividad benéfica o pública), en concreto, el art. 44.2 LRHL señala: 2. Cuando
existan razones sociales, benéficas, culturales o de interés público que así lo aconsejen, la entidad
podrá fijar precios públicos por debajo del límite previsto en el apartado anterior. En estos casos
deberán consignarse en los presupuestos de la entidad las dotaciones oportunas para la cobertura de la
diferencia resultante si la hubiera. Lo mismo dice el art. 25 LTPP. Por esta razón, para la
aprobación de precios públicos se exige que se haya tenido en cuenta una memoria
económico financiera del coste de prestación del servicio, al igual que ocurre en las tasas.
Pese a estas importantes diferencias, sin embargo, se otorga al precio público el mismo
privilegio ejecutivo que el del tributo, porque si los precios públicos no se pagan se
puede exigir coactivamente su pago.
A pesar de las diferencias, la mayoría de la Doctrina concluye que los criterios de distinción
son muy defectuosos y ambiguos y por ello, en muchas ocasiones, se deja al vicio de la
entidad la exigencia de una tasa o de un precio público. Se trata de un tema muy complejo.
Existe un concepto todavía más amplio que el tributo, este es el de la prestación patrimonial
de carácter público. No todas las prestaciones patrimoniales de carácter público son
tributos, pese a que todos los tributos son prestaciones patrimoniales de carácter público.
1. Son prestaciones patrimoniales de carácter público aquellas a las que se refiere el artículo
31.3 de la Constitución que se exigen con carácter coactivo.
Serán prestaciones patrimoniales de carácter público no tributario las demás prestaciones que
exigidas coactivamente respondan a fines de interés general.
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En particular, se considerarán prestaciones patrimoniales de carácter público no tributarias
aquellas que teniendo tal consideración se exijan por prestación de un servicio gestionado de
forma directa mediante personificación privada o mediante gestión indirecta.
Se distingue entre las prestaciones patrimoniales de naturaleza tributaria que son las del
art. 2 LGT y de naturaleza no tributaria son las que sin ser tasas, impuestos o
contribuciones especiales son exigidas coactivamente y sirven al interés general, en
concreto, las de explotación de obras, sociedades de economía mixta y explotación de
servicios. Esta distinción llegó al TC, en la STC 79 de 9 de Mayo se admitió su
constitucionalidad.
Esta disposición lo que ha hecho ha sido hacer desaparecer una categoría conocida como
prestaciones parafiscales, ya que esas se han integrado en el tipo genérico de prestaciones
patrimoniales de carácter público no tributarias. Los ejemplos en nuestro ordenamiento
son muy numerosos, y han de buscarse en todos aquellos casos en que existan
prestaciones patrimoniales coactivas exigidas por una ley y que no sean por entes que
pertenezcan a la AAPP pero que tengan asignada la defensa de un interés público; por
ejemplo: las prestaciones exigidas por Colegios Profesionales, las tarifas o pagos que se
exigen por el aprovechamiento de aguas, los aranceles cobrados por profesionales que
ejercen funciones públicas y que suponen su salario profesional (notarios, registrador de la
propiedad..) y en general todas las exigidas por la prestación de un servicio gestionado de
forma indirecta o directa por un ente que no forme parte de la AAPP.
El legislador modificó esta disposición por los problemas que provocaban algunas tasas.
Por ello, dependiendo quien realice el servicio, podrá tratarse de una tasa (servicio
gestionado por la AAPP) o de una prestación patrimonial de carácter público no tributario
(servicio gestionado por una entidad privada).
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Lección 11ª. La aplicación de las normas tributarias.
Partimos de que las normas tributarias son auténticas normas jurídicas que en nada se
diferencian de cualquiera otras. Esto explica que durante mucho tiempo, 1963, hubo la
necesidad de incorporar en la LGT una serie de preceptos de aplicación e interpretación de
las normas tributarias.
El problema de la aplicación de las normas en el tiempo nos remite, como en cualquier otro
ámbito del ordenamiento, al tratamiento de la entrada en vigor, cese, vigencia y posible
aplicación retroactiva de las normas.
- Cuando cesan por cumplimiento del plazo para el que fueron dictadas.
Concluido el plazo determinado la norma dejará de producir efectos. Resulta
bastante habitual encontrar normas cuya redacción comienza con una redacción que
habla sobre el tiempo que durará la aplicación de la norma, es decir, que son
normas con plazo determinado.
1
La derogación de la norma tributaria por otra posterior puede plantear dos tipos de
problemas:
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disponga lo contrario, las normas tributarias no tendrán efecto retroactivo y
se aplicarán a los tributos sin período impositivo devengados a partir de su
entrada en vigor y a los demás tributos cuyo período impositivo se inicie
desde ese momento. No obstante, las normas que regulen el régimen de
infracciones y sanciones tributarias y el de los recargos tendrán efectos
retroactivos respecto de los actos que no sean firmes cuando su aplicación
resulte más favorable para el interesado. En cuanto a las normas tributarias
sustantivas o materiales no pueden tener, en línea general, alcance de
normas de carácter retroactivo. Por ello, el art. 10.2 LGT establece como
norma general la irretroactividad, pero faculta al legislador para otorgar la
posibilidad de ser retroactiva a ciertas disposiciones que considere
oportunas.
El problema existente nos remite a dos cuestiones relacionadas entre sí pero que deben
diferenciarse.
El único criterio general en materia tributaria lo encontramos en el art. 11 LGT, que dice lo
siguiente: Los tributos se aplicarán conforme a los criterios de residencia o territorialidad
que establezca la ley en cada caso. En su defecto, los tributos de carácter personal se
exigirán conforme al criterio de residencia y los demás tributos conforme al criterio de
territorialidad que resulte más adecuado a la naturaleza del objeto gravado.
3
Algunos de los problemas relacionados con los criterios de sujeción a los tributos es el de la
posible doble imposición internacional. Esta situación se produce cuando una misma
manifestación económica queda dispuesta a dos tributos similares de dos territorios
diferentes. Existen Convenios Internacionales para tratar de evitar este tipo de situaciones.
4
Lección 12ª. La interpretación de las normas tributarias.
La naturaleza jurídica de las normas tributarias debe realizarse de la misma forma que el
resto de las normas del ordenamiento jurídico.
Para el tema de la interpretación debemos tener en cuenta el art. 12 LGT, que dice: 1. Las
normas tributarias se interpretarán con arreglo a lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 3 del
Código Civil. 2. En tanto no se definan por la normativa tributaria, los términos empleados en sus
normas se entenderán conforme a su sentido jurídico, técnico o usual, según proceda. En definitiva,
al igual que sucede en otros ámbitos jurídicos, el intérprete podrá valerse en el desempeño
de su tarea de interpretación de todos los criterios establecidos por el CC. Los criterios
interpretativos generales son los siguientes:
En relación con la interpretación en materia tributaria no podemos olvidar que adquiere una
importancia fundamental los principios constitucionales tributarios y, entre ellos, el principio
de capacidad económica es el más importante. Por ello, en nuestra materia se habla del
principio principialista, que no es más que una interpretación específica del criterio
teleológico. Los principios a tener en cuenta son los del art. 31 CE.
Este es un aspecto concreto de la interpretación jurídica, esta cuestión es tratada por el art.
12.2 LGT. La Doctrina ha dicho que la importancia de este precepto radica no tanto en lo
que dice sino en lo que no dice, ya que realmente este precepto no establece ningún tipo de
preferencia ante los posibles significados alternativos que puedan tener los términos
empleados en la normativa tributaria, de tal manera que deja abiertas todas las
posibilidades al intérprete y se remite a los criterios generales de interpretación. En
definitiva, este precepto contempla dos posibilidades:
1
las necesidades de este impuesto y que no coincide con las definiciones de
otras ramas del ordenamiento.
2. Que la norma tributaria no defina los términos que utiliza. En este caso,
el intérprete, siguiendo los criterios generales de interpretación, determina en
cada caso cuál es el sentido que el legislador ha querido dar a los mismos.
Desde el punto de vista práctico tiene gran importancia la interpretación realizada por la
propia Administración Tributaria y que da lugar a la Doctrina Tributaria. También son
importantes las resoluciones que emanan de los Tribunales Administrativo-Tributarios a la
hora de interpretar la normativa tributaria, y especialmente las del TEAE.
La aplicación de la norma tributaria al caso concreto requiere, con carácter general, indagar
no solo en el verdadero sentido y alcance de la misma pero también indagar sobre la
auténtica naturaleza de los hechos, actos o negocios acaecidos con vistas a determinar si
resultan subsumibles al supuesto de hecho. En este sentido, tenemos que tener en cuenta
el art. 13 LGT que dice: Las obligaciones tributarias se exigirán con arreglo a la naturaleza
jurídica del hecho, acto o negocio realizado, cualquiera que sea la forma o denominación
que los interesados le hubieran dado, y prescindiendo de los defectos que pudieran afectar
a su validez.
En un principio, podemos afirmar que las normas tributarias, excepto las excepcionales,
podrían aplicarse analógicamente, salvo que exista una prohibición expresa contenida en el
ordenamiento tributario.
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La materia analógica presenta problemas tanto en el principio de legalidad como en el de
seguridad jurídica. Esta cuestión se encuentra regulada en el artículo 14 LGT que dice: No
se admitirá la analogía para extender más allá de sus términos estrictos el ámbito del hecho
imponible, de las exenciones y demás beneficios o incentivos fiscales.
Hay otras conductas que implican no sólo un ahorro o economía sino también un propósito
de evasión o elusión fiscal. Es ahora cuando debemos abordar las siguientes instituciones:
Para el estudio de esta figura debemos partir de la formulación clásica del fraude de ley que
aparece en el art. 6.4 CC, que se caracteriza por la existencia de un acto realizado al
amparo de una determinada norma jurídica (norma de cobertura) con el que sin embargo se
pretende eludir el mandato derivado de otra norma o del conjunto del ordenamiento jurídico
(norma defraudada).
En el art. 24 LGT de 1963 se definió el fraude de ley como aquellos hechos, actos o
negocios jurídicos de resultados equivalentes al hecho imponible realizados al amparo de la
norma con el único propósito de eludir el impuesto.
Un ejemplo muy presente en todos los manuales del fraude de ley es el siguiente: dos particulares que
en principio tienen una compra-venta de un inmueble. Estos particulares se dan cuenta que si hacen la
compraventa como tal el comprador tendrá que pagar el Impuesto de transmisiones patrimoniales. En
lugar de la compraventa, estos señores hacen una sociedad en la que se aporta el inmueble y el dinero,
e inmediatamente después, disuelven la sociedad y hacen la liquidación. El que aportó el inmueble se
queda con el dinero y el que aportó el dinero se queda con el inmueble. Las partes consiguen un
resultado equivalente a la compraventa pero eluden la ley y tributación del impuesto sobre
transmisiones patrimoniales.
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En este sentido el TC y el TS dicen que mientras que la simulación requiere una ocultación
maliciosa de datos relevantes, en el fraude a la ley tributaria no existe este ocultamiento.
La apreciación del fraude de ley, tal y como hasta aquí se ha delimitado, presenta un
importante problema. El importante problema es la prueba de esa intención elusiva, ya
que la AAPP debería probar que la intención es evitar el pago. Este problema llevó a la
modificación de la redacción del art. 24 LGT. En la reforma de 1995 comenzó a hacer
referencia tan solo a los actos, hechos y negocios con el propósito de eludir el tributo; sin
embargo, esto tampoco solucionó muchos problemas. Por ello, en 2003 se intentó una
configuración mucho más objetiva del fraude de ley o conflicto en la aplicación de la norma,
en este caso se hace descansar sobre la prueba el carácter artificioso del negocio realizado
con respecto al resultado obtenido y la inexistencia de un motivo jurídico o económico
relevante que pueda justificar ese objetivo de pagar menos. En efecto, la LGT de 2003 en
su art. 15.1 dice: 1. Se entenderá que existe conflicto en la aplicación de la norma tributaria
cuando se evite total o parcialmente la realización del hecho imponible o se minore la base
o la deuda tributaria mediante actos o negocios en los que concurran las siguientes
circunstancias:
La Comisión consultiva busca evitar la arbitrariedad. Del art. 159 LGT se desprende que
sólo los órganos de inspección son competentes para declarar el conflicto en la
aplicación de la norma. Siempre que el órgano actuante estime que pueden incurrir las
circunstancias previstas en el art. 15.1 LGT se lo tiene que comunicar al interesado y
concederle un plazo para remediarlo. Todo esto será enviado a la Comisión consultiva para
que, en el plazo de 3 meses, emita un informe que se considera vinculante para el órgano
de la inspección, lo que quiere decir que sólo en el caso de que el informe resulte favorable
podrá el órgano de inspección declarar la existencia de conflicto en la aplicación de la
norma tributaria y extraer de ello las consecuencias jurídicas correspondientes.
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En cuanto a las consecuencias debemos decir que, inicialmente, se limitaban a ordenar la
aplicación de la norma tributaria que se había intentado eludir, es decir, exigir la cuota
correspondiente al tributo que se ha tratado de evitar incrementada con los intereses de
demora, pero sin sanción alguna. La falta de sanción inicial, unido al engorro que suponen
los requisitos procedimentales exigidos en el art. 159 LGT, llevaron a la administración
tributaria a huir de utilizar el expediente que indicaba fraude de ley para encajar todos estos
hechos en la simulación. Esta situación cambió radicalmente a partir de la reforma operada
en la LGT por la ley 34/2015 de 21 de septiembre, la cual por una parte suprime la frase
que hablaba sobre la no imposición de sanciones y, por otra, ha introducido un nuevo
artículo, el art. 206 bis, en el que se tipifica como infracción tributaria el incumplimiento
de la obligación tributaria mediante fraude de ley. A partir de este cambio legislativo, la
calificación de la conducta como constitutiva de fraude de ley tendrá como consecuencia el
pago de la cuota más los intereses de demora e irá acompañada de una sanción cuando
corresponda.
Hay que diferenciar el fraude de ley del incumplimiento de una obligación tributaria, ya que
cuando estamos ante el incumplimiento lo que ocurre es que se realiza el hecho imponible y
surge la obligación tributaria pero no se ha satisfecho. En cambio, en el fraude de ley no se
realiza el hecho imponible ya que se elude su realización y como consecuencia no se ha
cumplido con esa obligación tributaria. Dicho de otro modo, una cosa es no pagar
impuestos sin más, y otra distinta es intentar no pagarlos a través de la utilización de
instrumentos jurídicos no habituales, lo que se califica como conflicto en la aplicación de la
norma o fraude de ley.
En definitiva, la diferencia entre fraude y simulación es que en esta estamos ante negocios
jurídicos inexistentes y no queridos, es decir, por ejemplo, se dice vender cuando en
realidad se quiere donar.
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partir no sólo de la estructura interna del negocio declarado, sino también de ciertos
elementos o hechos externos al mismo. En cambio, para determinar si existe o no fraude de
ley bastará con demostrar la mera inadecuación objetiva del negocio realizado desde el
punto de vista del resultado alcanzado, lo que puede realizarse a partir de su propia
estructura interna y sin tener que indagar en la verdadera intención de las partes.
Por tanto, dentro del procedimiento normal de aplicación del tributo se encuentra la
posibilidad de declarar como simulado un acto y tomar las represalias que correspondan. El
problema más difícil para la administración tributaria a la hora de declarar la existencia de
simulación es la de la prueba, prueba que normalmente sólo se puede obtener a través de
presunciones e indicios, ejemplo: para probar que una compra venta camufla o no una
donación, deberá tener en cuenta una serie de indicios como: relación entre las partes,
correspondencia del precio acordado con el normal del mercado, condiciones pactadas
para el pago de ese precio, capacidad de pago del comprador, la efectividad o no de los
pagos realizados..
Las consecuencias de que exista simulación están reguladas en el art. 16.1 LGT, que dice:
1. En los actos o negocios en los que exista simulación, el hecho imponible gravado será el
efectivamente realizado por las partes;
El art. 16.3 LGT, que dice: 3. En la regularización que proceda como consecuencia de la
existencia de simulación se exigirán los intereses de demora y, en su caso, la sanción
pertinente.
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Lección 13ª. Los elementos cualitativos del tributo. El hecho imponible.
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2. Elementos subjetivo y objetivo del hecho imponible. Aspectos material,
espacial y temporal. El devengo.
Podemos encontrar tributos de devengo periodico, que son aquellos cuyo hecho imponible
viene constituido por una acción cuya naturaleza lo hace repetirse en el tiempo, por ejemplo
el IRPF. Por otro lado, los tributos de devengo instantáneo no dan importancia al factor
tiempo, ya que estos siempre consisten en un acto o hecho que por su propia naturaleza se
extingue con su realización, por ejemplo el IVA.
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Distinto del devengo es la cuestión relativa a la exigibilidad, que hace referencia al
momento en que el deudor deba realizar el pago. El devengo hace referencia al momento
del nacimiento de la obligación tributaria; en cambio, la exigibilidad hace referencia al
momento en que el deudor debe realizar el pago y la administración puede exigirlo. La
exigibilidad depende de la previa cuantificación de la misma, ya sea a cargo del propio
obligado o a cargo de la Administración.
La LGT no define lo que deba entenderse por exigibilidad y se limita a establecer en su art
21.2 LGT lo siguiente:
2. La ley propia de cada tributo podrá establecer la exigibilidad de la cuota o cantidad a
ingresar, o de parte de la misma, en un momento distinto al del devengo del tributo.
Por lo tanto, según este precepto el momento de la exigibilidad no tiene porqué coincidir con
el devengo, y la propia ley de cada tributo puede situar la exigibilidad en un momento
posterior al devengo.
Hay veces en que la ley puede anteponer la exigibilidad al devengo, esto parece una
contradicción ya que no se pueden exigir obligaciones que no han nacido. En nuestro caso,
hay supuestos en los que la ley establece un pago anticipado, por ejemplo en el IRPF
mediante las retenciones.
En cuanto al elemento subjetivo del hecho imponible debemos decir que afectará al sujeto
que se halle afectado por la realización del hecho imponible. Esto nos permite definir el
elemento subjetivo como aquella relación que, a tenor de la ley reguladora de cada tributo,
debe existir entre una persona determinada y el presupuesto objetivo para que pueda surgir
a su cargo la obligación tributaria principal. Por ejemplo, en el caso del IRPF sería la
obtención de renta por el contribuyente. En cambio, en otras ocasiones no hay una
referencia explícita al elemento subjetivo, como ocurre en el Impuesto de Sucesiones, en
este caso se identifica con el adquirente de los bienes, sea quien sea.
4. La no sujeción. La exención.
El art. 20.2 LGT se refiere a estas cuestiones diciendo: 2. La ley podrá completar la
delimitación del hecho imponible mediante la mención de supuestos de no sujeción. El sentido de
las normas de no sujeción es el de aclarar o completar la definición del hecho imponible
a través de una determinación negativa que aclara supuestos que quedan fuera del ámbito
del hecho imponible. En este sentido, se suele decir que más que normas jurídicas estamos
ante disposiciones que incluyen una aclaración o interpretación de la ley que se encuentra
implícito en su contenido. Un ejemplo claro se encuentra en el Impuesto de Circulación, ya
que en su hecho imponible nos dice que no estarán sujetos a este impuesto los vehículos
que se han dado de baja por antigüedad de su modelo pero puedan ser autorizados para
circular excepcionalmente, esto se refiere a los coches clásicos de coleccionismo.
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Los supuestos de no sujeción no deben ser confundidos con los casos de exención, ya que
estos se configuran como supuestos de excepción respecto del hecho imponible (no se
produce el hecho imponible). En cambio, las normas de no sujeción se dedican a explicar
las cuestiones que no están afectadas por la realización en el hecho imponible (se produce
el hecho imponible pero no causa efectos).
Hay veces que las normas de exención contienen una auténtica definición del hecho
imponible cuyo sentido verdadero se consigue mediante la combinación del hecho
imponible y la norma de exención.
La exención tributaria tiene lugar cuando una norma, en aquellos supuestos previstos en
ella, y pese a que se produce el hecho imponible, no se desarrolla su efecto principal, es
decir, el deber de pagar el tributo. Esto se señala en el art. 22 LGT, que dice:
Son supuestos de exención aquellos en que, a pesar de realizarse el hecho imponible, la
ley exime del cumplimiento de la obligación tributaria principal.
Las exenciones están muy relacionadas con los beneficios fiscales. De la realización del
presupuesto de hecho de la norma de exención se deriva un derecho subjetivo, de manera
análoga a que de la realización del hecho imponible se deriva una obligación.
Las exenciones suelen estar relacionadas con razones extrafiscales o para cumplir con los
principios constitucionales.
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Lección 14ª. Las prestaciones tributarias e inherentes a la aplicación de los tributos.
Las prestaciones tributarias e inherentes a la aplicación de los tributos que vamos a estudiar
son las siguientes:
3. Prestaciones accesorias.
a. Intereses de demora.
b. Recargos por declaraciones extemporáneas.
c. Recargos de apremio.
4. Prestaciones formales.
5. Prestaciones entre administrados.
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2. La prestación tributaria material o principal.
La ley identifica el objeto de esta obligación tributaria principal con el pago de la cuota
porque a la obligación tributaria principal se refiere el art. 19 LGT y dice: La obligación
tributaria principal tiene por objeto el pago de la cuota tributaria. Este concepto es distinto al de
deuda tributaria que se regula en el art. 58 LGT, este concepto recoge más cuestiones que
estudiaremos a lo largo del tema, es decir, este concepto es más amplio.
El art. 58 LGT dice: 1. La deuda tributaria estará constituida por la cuota o cantidad a
ingresar que resulte de la obligación tributaria principal o de las obligaciones de realizar
pagos a cuenta.2. Además, la deuda tributaria estará integrada, en su caso, por: a) El
interés de demora. b) Los recargos por declaración extemporánea. c) Los recargos del
período ejecutivo. d) Los recargos exigibles legalmente sobre las bases o las cuotas, a favor
del Tesoro o de otros entes públicos.
La obligación principal tiene como objeto el pago de cuota tributaria, que no tiene que
coincidir exactamente con el concepto de deuda tributaria, ya que este concepto es más
amplio que el de cuota tributaria.
Esta obligación aparece regulada en el art. 23 LGT, que dice: 1. La obligación tributaria de
realizar pagos a cuenta de la obligación tributaria principal consiste en satisfacer un importe
a la Administración tributaria por el obligado a realizar pagos fraccionados, por el retenedor
o por el obligado a realizar ingresos a cuenta. Esta obligación tributaria tiene carácter
autónomo respecto de la obligación tributaria principal. 2. El contribuyente podrá deducir de
la obligación tributaria principal el importe de los pagos a cuenta soportados, salvo que la
ley propia de cada tributo establezca la posibilidad de deducir una cantidad distinta a dicho
importe.
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Se lleva a cabo a través de tres mecanismos diferentes:
Por otro lado, encontramos las Garantías personales de crédito tributario, que están
constituidas por las medidas que el ordenamiento jurídico establece ordenando el
cumplimiento de una prestación de idéntico contenido a la obligación principal a cargo de 3º
ajeno a la realización del hecho imponible, es decir, si el obligado tributario principal no se
hace cargo del pago, este 3º pagará por él, se trata de un garante. Estos serían aquellas
personas denominadas responsables por la administración tributaria, pueden serlo de
manera solidaria o subsidiaria. Además de los responsables, constituyen garantías
personales las fianzas y avales bancarios.
En último lugar, encontramos las Garantías reales de crédito tributario que son aquellas
en las que se concede al acreedor un poder jurídico que recae sobre cosas concretas y
determinadas, es decir, se atribuye al acreedor un derecho de carácter real. Dentro de este
grupo nos encontramos, por una parte, con el deudor de una obligación tributaria principal y
con el acreedor de esa deuda.
Las prestaciones accesorias aparecen reguladas y definidas en el art. 25 LGT, que dice: 1.
Son obligaciones tributarias accesorias aquellas distintas de las demás comprendidas en esta sección
que consisten en prestaciones pecuniarias que se deben satisfacer a la Administración tributaria y cuya
exigencia se impone en relación con otra obligación tributaria. Tienen la naturaleza de obligaciones
tributarias accesorias las obligaciones de satisfacer el interés de demora, los recargos por declaración
extemporánea y los recargos del período ejecutivo, así como aquellas otras que imponga la ley. 2. Las
sanciones tributarias no tienen la consideración de obligaciones accesorias.
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1. Intereses de demora*.
El art. 26.1 nos dice lo siguiente: El interés de demora es una prestación accesoria que
se exigirá a los obligados tributarios y a los sujetos infractores como consecuencia de la
realización de un pago fuera de plazo o de la presentación de una autoliquidación o
declaración de la que resulte una cantidad a ingresar una vez finalizado el plazo
establecido al efecto en la normativa tributaria, del cobro de una devolución
improcedente o en el resto de casos previstos en la normativa tributaria. La exigencia
del interés de demora tributario no requiere la previa intimación de la Administración ni la
concurrencia de un retraso culpable en el obligado.
En el art 26.2 se establecen una serie de supuestos en la que son exigibles los intereses de
demora. El interés de demora se exigirá, entre otros, en los siguientes supuestos:
a) Cuando finalice el plazo establecido para el pago en período voluntario de una deuda
resultante de una liquidación practicada por la Administración o del importe de una sanción,
sin que el ingreso se hubiera efectuado.
b) Cuando finalice el plazo establecido para la presentación de una autoliquidación o
declaración sin que hubiera sido presentada o hubiera sido presentada incorrectamente,
salvo lo dispuesto en el apartado 2 del artículo 27 de esta ley relativo a la presentación de
declaraciones extemporáneas sin requerimiento previo.
c) Cuando se suspenda la ejecución del acto, salvo en el supuesto de recursos y reclamaciones
contra sanciones durante el tiempo que transcurra hasta la finalización del plazo de pago en
período voluntario abierto por la notificación de la resolución que ponga fin a la vía
administrativa.
d) Cuando se inicie el período ejecutivo, salvo lo dispuesto en el apartado 5 del artículo 28 de
esta ley respecto a los intereses de demora cuando sea exigible el recargo ejecutivo o el
recargo de apremio reducido.
e) Cuando se reciba una petición de cobro de deudas de titularidad de otros Estados o de
entidades internacionales o supranacionales conforme a la normativa sobre asistencia
mutua, salvo que dicha normativa establezca otra cosa.
f) Cuando el obligado tributario haya obtenido una devolución improcedente.
Estos casos no son los únicos, es una lista con carácter ejemplificativo.
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Por ejemplo, también se introducen intereses en los supuestos de aplazamiento o
fraccionamiento del pago que recoge el art. 65.5 LGT que dice: La presentación de una
solicitud de aplazamiento o fraccionamiento en período voluntario impedirá el inicio del
período ejecutivo, pero no el devengo del interés de demora. Las solicitudes en período
ejecutivo podrán presentarse hasta el momento en que se notifique al obligado el acuerdo
de enajenación de los bienes embargados. La Administración tributaria podrá iniciar o, en su
caso, continuar el procedimiento de apremio durante la tramitación del aplazamiento o
fraccionamiento. No obstante, deberán suspenderse las actuaciones de enajenación de los
bienes embargados hasta la notificación de la resolución denegatoria del aplazamiento o
fraccionamiento.
Por otro lado, otro supuesto en el que se introducen intereses de demora se encuentra en el
art. 72.2 LGT, que dice: La presentación de una solicitud de compensación en período
voluntario impedirá el inicio del período ejecutivo de la deuda concurrente con el crédito
ofrecido, pero no el devengo del interés de demora que pueda proceder, en su caso, hasta
la fecha de reconocimiento del crédito.
Lo importante de esto es que los diferentes supuestos podrían agruparse en uno sólo que
estuviera basado en el retraso o incumplimiento de la obligación tributaria. No obstante,
se tienen que tener en cuenta las excepciones que ha establecido el legislador en cuanto al
devengo de los intereses de demora.
El art. 26.3 nos dice: el interés de demora se calculará sobre el importe no ingresado en
plazo o sobre la cuantía de la devolución cobrada improcedentemente, y resultará exigible
durante el tiempo al que se extienda el retraso del obligado, salvo lo dispuesto en el
apartado siguiente.
Por ello, podemos decir que la cuantía del interés de demora implica tener en cuenta tres
elementos:
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El art. 17.2 LGP, respecto del interés de demora, nos dice: El interés de demora resultará
de la aplicación, para cada año o periodo de los que integren el período de cálculo, del
interés legal fijado en la Ley de Presupuestos para dichos ejercicios.
Son regulados en el art. 27 LGT. Este artículo desarrolla el régimen jurídico de estos
recargos, cuyo presupuesto de hecho se basa en la presentación de autoliquidaciones o
declaraciones fuera de plazo sin requerimiento previo por la Administración Tributaria. Hay,
por tanto, dos circunstancias a tener cuenta para que se exijan estos recargos:
Se trata de deudas que están ligadas a la presentación de una declaración del sujeto para
una liquidación administrativa o a la presentación de una autoliquidación, es decir, se trata
de deudas aún no liquidadas.
El presupuesto de hecho de estos recargos se basa en que como consecuencia de la
presentación de esa declaración o autoliquidación, se debe realizar el pago por el retraso a
la hora de presentarlo.
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Es muy importante que no exista una acción previa por parte de la administración que
conduzca al pago de esa deuda por parte del obligado tributario.
El importe de los recargos se puede reducir en un 25% siempre que realice el pago dentro
del plazo establecido en el art. 62.2 LGT, plazo abierto con la notificación de la
liquidación de dicho recargo.
Estos recargos pueden llegar a ser compatibles con los recargos del periodo ejecutivo
en los supuestos en los que el particular que realiza su declaración no realiza su ingreso, de
esto nos habla el art. 27.3 LGT.
Se encuentran regulados en el art. 28 LGT. El vencimiento del plazo para el pago de una
deuda en el periodo voluntario no siempre determina sin más el inicio del período
ejecutivo, para que este inicie debe ser preciso que la Administración tenga constancia de la
existencia de una deuda tributaria liquidada y no ingresada. Si el obligado tributario
presenta la liquidación de la deuda sin que la administración se de cuenta de que está
atrasada, no se aplicarán los recargos correspondientes.
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3. Recargo de apremio ordinario. Será del 20 por ciento y será aplicable
cuando no concurran las circunstancias a las que se refieren los apartados 2
y 3 de este artículo, es decir, cuando haya transcurrido todo el plazo del
periodo voluntario y el plazo previsto para las deudas apremiadas. Es
compatible con los intereses de demora devengados desde el inicio del
periodo ejecutivo. Este recargo tiene naturaleza resarcitoria, ya que tiene el
objetivo de sufragar todos los gastos ordinarios que produce el procedimiento
de apremio y el consiguiente desarrollo del mismo. Si pasa el procedimiento
y no se ha pagado la deuda, se procede al embargo de los bienes del
deudor.
5. Las sanciones.
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6. Las prestaciones formales.
El propio art. 17 LGT, que habla de la relación jurídico-tributaria, habla de estas obligaciones
formales. A las obligaciones tributarias formales se refiere el art. 29 LGT, el art. 29.1 nos
dice: son obligaciones tributarias formales las que, sin tener carácter pecuniario, son
impuestas por la normativa tributaria o aduanera a los obligados tributarios, deudores o no
del tributo, y cuyo cumplimiento está relacionado con el desarrollo de actuaciones o
procedimientos tributarios o aduaneros.
Para entender mejor esta definición podemos decir que son prestaciones que se identifican
con obligaciones de hacer en tanto que se encomiendan al particular diferentes deberes
con los que se pretende asegurar el cumplimiento del deber de contribuir. Son prestaciones
de hacer que no consisten en entregar dinero. Se trata de obligaciones ex lege, el propio
art. 29.2 recoge una lista ejemplificativa de las obligaciones que tiene el obligado
tributario; no obstante, el art. 29 en su apartado 3º remite al reglamento general de gestión
e inspección la posibilidad de regular circunstancias relativas al cumplimiento de
obligaciones formales, esto significa que el reglamento tiene un amplio margen de actuación
para complementar esta serie de actuaciones. Las obligaciones recogidas en el art. 29.2
LGT son las siguientes:
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Todas estas obligaciones formales son realmente obligaciones que no están
necesariamente vinculadas con el pago efectivo o satisfacción de una obligación tributaria
pero sí que se relacionan con su aseguramiento del pago de esta obligación tributaria. Son
necesarias para poder asegurar el pago de las obligaciones tributarias principales.
La LGT recoge en el art. 24 una serie de obligaciones entre los particulares resultantes del
tributo. Son obligaciones entre particulares resultantes del tributo las que tienen por objeto
una prestación de naturaleza tributaria exigible entre obligados tributarios. Entre
otras, son obligaciones de este tipo las que se generan como consecuencia de actos de
repercusión, de retención o de ingreso a cuenta previstos legalmente.
Estas relaciones son entre particulares pero no son ajenas al derecho tributario.
Los derechos y garantías de los obligados tributarios aparecen en el art. 34 LGT. Este
artículo establece un listado de derechos que asisten a los obligados tributarios en las
relaciones con las administraciones tributarias, este listado comprende desde aquellos que
pueden ser considerados de carácter formal o procedimental como el derecho a ser
informado, hasta otros de carácter material como el derecho a practicar deducciones.
Incluso podemos encontrarnos con derechos de carácter personal, como el de ser
tratados con el debido respeto.
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Lección 15ª. Los sujetos del tributo.
El art. 31 LGT nos dice: 1. La Administración tributaria devolverá las cantidades que
procedan de acuerdo con lo previsto en la normativa de cada tributo. Son devoluciones
derivadas de la normativa de cada tributo las correspondientes a cantidades ingresadas
o soportadas debidamente como consecuencia de la aplicación del tributo. 2. Transcurrido
el plazo fijado en las normas reguladoras de cada tributo y, en todo caso, el plazo de
seis meses, sin que se hubiera ordenado el pago de la devolución por causa
imputable a la Administración tributaria, ésta abonará el interés de demora regulado
en el artículo 26 de esta ley, sin necesidad de que el obligado lo solicite. A estos efectos,
el interés de demora se devengará desde la finalización de dicho plazo hasta la fecha en
que se ordene el pago de la devolución.
El art. 32 LGT nos dice: 1. La Administración tributaria devolverá a los obligados tributarios,
a los sujetos infractores o a los sucesores de unos y otros, los ingresos que
indebidamente se hubieran realizado en el Tesoro Público con ocasión del
cumplimiento de sus obligaciones tributarias o del pago de sanciones, conforme a lo
establecido en el artículo 221 de esta ley. 2. Con la devolución de ingresos indebidos la
Administración tributaria abonará el interés de demora regulado en el artículo 26 de esta
ley, sin necesidad de que el obligado tributario lo solicite. A estos efectos, el interés de
demora se devengará desde la fecha en que se hubiese realizado el ingreso indebido hasta
la fecha en que se ordene el pago de la devolución. Las dilaciones en el procedimiento por
causa imputable al interesado no se tendrán en cuenta a efectos del cómputo del período a
que se refiere el párrafo anterior. 3. Cuando se proceda a la devolución de un ingreso
indebido derivado de una autoliquidación ingresada en varios plazos, se entenderá que
1
la cantidad devuelta se ingresó en el último plazo y, de no resultar cantidad suficiente, la
diferencia se considerará satisfecha en los plazos inmediatamente anteriores.
A los obligados se refieren los art. 35 y ss LGT, y se definen en el art. 35.1 LGT como: las
personas físicas o jurídicas y las entidades a las que la normativa tributaria impone el
cumplimiento de obligaciones tributarias. El art. 35.2 LGT nos esquematiza a todos los
posibles obligados tributarios, es el siguiente: Entre otros, son obligados tributarios:
a) Los contribuyentes.
b) Los sustitutos del contribuyente.
c) Los obligados a realizar pagos fraccionados.
d) Los retenedores.
e) Los obligados a practicar ingresos a cuenta.
f) Los obligados a repercutir.
g) Los obligados a soportar la repercusión.
h) Los obligados a soportar la retención.
i) Los obligados a soportar los ingresos a cuenta.
j) Los sucesores.
k) Los beneficiarios de supuestos de exención, devolución o bonificaciones tributarias,
cuando no tengan la condición de sujetos pasivos.
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La concurrencia de varios obligados tributarios en un mismo presupuesto de una obligación
determinará que queden solidariamente obligados frente a la Administración tributaria al
cumplimiento de todas las prestaciones, salvo que por ley se disponga expresamente otra
cosa.
i. Contribuyente.
Antes de hablar del contribuyente debemos ver la definición de sujeto pasivo que contiene
el art. 36.1 LGT, esta dice: Es sujeto pasivo el obligado tributario que, según la ley, debe
cumplir la obligación tributaria principal, así como las obligaciones formales inherentes a la
misma, sea como contribuyente o como sustituto del mismo. No perderá la condición de
sujeto pasivo quien deba repercutir la cuota tributaria a otros obligados, salvo que la ley de
cada tributo disponga otra cosa.
El art. 36.2 LGT nos dice que es contribuyente el sujeto pasivo que realiza el hecho
imponible. Normalmente coincide con aquella persona que realiza una manifestación de
capacidad económica. Además, la deuda tributaria del contribuyente podría ir acompañada
de prestaciones accesorias como son los recargos por periodo ejecutivo, intereses de
demora.. La nota característica del contribuyente es que siempre es el realizador del hecho
imponible recogido en la ley del tributo.
ii. Sustituto.
Se trata de un sujeto pasivo según la definición del art. 36.1 LGT expresada en el punto
anterior. El art. 36.3 LGT nos dice que es sustituto el sujeto pasivo que, por imposición de
la ley y en lugar del contribuyente, está obligado a cumplir la obligación tributaria principal,
así como las obligaciones formales inherentes a la misma.
3
Ejemplo: art. 23.2 TRLHL: por ejemplo: en el apartado 23.2.a) TRLHL se dice: a) En las
tasas establecidas por razón de servicios o actividades que beneficien o afecten a los
ocupantes de viviendas o locales, los propietarios de dichos inmuebles, quienes podrán
repercutir, en su caso, las cuotas sobre los respectivos beneficiarios.
iii. Sucesor.
A la figura de los sucesores se refieren los art. 39 y 40 LGT. Por el hecho de que
desaparezca un deudor no desaparece la deuda, las deudas tributarias perduran pese a
que el deudor de las mismas ya no esté.
El art. 39 LGT se refiere a los sucesores de personas físicas y dice que a la muerte de los
obligados tributarios, las obligaciones tributarias pendientes se transmitirán a los herederos,
sin perjuicio de lo que establece la legislación civil en cuanto a la adquisición de la herencia.
El sucesor se subroga en la posición jurídica del fallecido convirtiéndose en obligado
tributario y debiendo satisfacer las deudas tributarias pendientes que pudiera tener el
fallecido. Las sanciones no se transmiten en ningún caso por el propio principio de
personalidad que las fundamenta, a esto se refiere también el art. 39 cuando dice: En
ningún caso se transmitirán las sanciones. Tampoco se transmitirá la obligación del
responsable salvo que se hubiera notificado el acuerdo de derivación de responsabilidad
antes del fallecimiento. Cuando hay varios sucesores se forma una comunidad hereditaria,
de tal manera que la herencia está pendiente de distribución. De la deuda se puede hacer
cargo el sucesor, los sucesores o la herencia yacente, la cual sería un ente jurídico que
estaría obligado a hacerse cargo de la deuda tributaria correspondiente.
El art. 40 LGT se refiere a los sucesores de las personas jurídicas. Dependiendo de los
casos se responde hasta el límite de la aportación o más allá de la aportación.
Aparecen en el art. 35.7 LGT, que dice que la concurrencia de varios obligados tributarios
en un mismo presupuesto de una obligación determinará que queden solidariamente
obligados frente a la Administración tributaria al cumplimiento de todas las prestaciones,
salvo que por ley se disponga expresamente otra cosa. Las leyes podrán establecer otros
supuestos de solidaridad distintos del previsto en el párrafo anterior. Este supuesto es
bastante común cuando varias personas son cotitulares de un bien inmueble por ejemplo.
Cuando la Administración sólo conozca la identidad de un titular practicará y notificará las
liquidaciones tributarias a nombre del mismo, quien vendrá obligado a satisfacerlas si no
solicita su división. A tal efecto, para que proceda la división será indispensable que el
solicitante facilite los datos personales y el domicilio de los restantes obligados al pago, así
como la proporción en que cada uno de ellos participe en el dominio o derecho trasmitido.
4
v. Entes sin personalidad jurídica.
El derecho reconoce personalidad jurídica a personas o entes sin personalidad jurídica que
sí pueden ser titulares de derechos y obligaciones. El art. 35.4 LGT nos dice que tendrán la
consideración de obligados tributarios, en las leyes en que así se establezca, las herencias
yacentes, comunidades de bienes y demás entidades que, carentes de personalidad
jurídica, constituyan una unidad económica o un patrimonio separado susceptibles de
imposición. El derecho tributario convierte en titulares de obligaciones tributarias a las
entidades a las que el derecho con carácter general niega la posibilidad de imputar
derechos y obligaciones, pero la LGT crea la ficción de que estos entes sin personalidad
jurídica son obligados tributarios.
i. De la anticipación de ingresos.
Es retenedor (un 3º) la persona o entidad a quien la ley de cada tributo impone la
obligación de detraer e ingresar en la Administración tributaria, con ocasión de los pagos
que deba realizar a otros obligados tributarios, una parte de su importe a cuenta del tributo
que corresponda a éstos. Retenedeores son aquellos que por motivo de pagos efectuados
a obligados tributarios la ley les impone el deber de retener e ingresar.
Es obligado a practicar ingresos a cuenta (un 3º) la persona o entidad que satisface
rentas en especie o dinerarias y a quien la ley impone la obligación de realizar
ingresos a cuenta de cualquier tributo.
Dentro de las garantías personales tenemos que hablar de la figura del responsable a la
que se refiere el art. 41 LGT. El art. 41.1 LGT nos dice que la ley podrá configurar como
responsables solidarios o subsidiarios de la deuda tributaria, junto a los deudores
principales, a otras personas o entidades. A estos efectos, se considerarán deudores
principales los obligados tributarios del apartado 2 del artículo 35 de esta ley. El art. 41.2
LGT nos dice que salvo precepto legal expreso en contrario, la responsabilidad será
siempre subsidiaria. El responsable se presenta como un claro garante personal del
crédito tributario que lo fortalece porque asegura el cumplimiento de una deuda tributaria a
la que la ley conecta con algunas conductas reprochables en el ordenamiento tributario.
5
Para que entre en juego la figura del responsable se debe producir un procedimiento de
declaración de responsabilidad. Este procedimiento se regula en los art. 174 a 176 LGT y
se puede resumir de la siguiente forma: se inicia el procedimiento en el momento en que el
órgano tenga conocimiento de la existencia de un responsable tributario. De tal manera que
si su presencia se detecta en el curso de las acciones de un procedimiento de inspección, el
inspector de ese procedimiento podrá iniciar acciones para hacer saber a ese investigado
su posible posición de deudor en relación con las deudas contraídas por ese obligado
tributario. Una vez advertido el posible responsable, se instruirá la tramitación del
procedimiento en la que deberán constatarse los hechos más importantes. Tras esto se da
audiencia al interesado para que exponga sus argumentos. Finalizado el proceso se dictará
una resolución en la que se concreta el acto declarativo de responsabilidad, que es un
requisito indispensable para que el responsable tributario tenga la condición de deudor y se
pueda dirigir contra él el correspondiente requerimiento de pago.
El art. 41.1 LGT dice que la Ley puede declarar responsable subsidiario y solidario. La
diferencia entre ambos no está al alcance de su responsabilidad, sino que la encontramos
en el distinto momento en que la Ley los coloca como deudores tributarios. La acción
declarativa de responsabilidades frente a responsable subsidiario sólo es posible
dictarla previa declaración de fallido del deudor principal o de los responsables solidarios
si los hubiere, esto significa que estos deudores subsidiarios solo pueden a llegar a serlo
cuando se acredite la insolvencia del deudor principal. Al responsable solidario en cambio,
se le puede exigir responsabilidad mucho antes, ya que su actuación ha sido totalmente
necesaria para poder evitar el pago de la deuda tributaria. La LGT nos habla de algunos
supuestos de responsabilidad: En el art. 42 LGT se perfilan una serie de supuestos en los
que el responsable lo es en su modalidad de responsabilidad solidaria:
1. Hay un primer grupo de responsables que como nota común tienen que sus
conductas han tenido gran trascendencia en el impago de la deuda tributaria por
el deudor principal, por ello, son llamados al pago de la deuda tributaria.
El art. 42.1.a) dice que son responsables solidarios las que sean causantes o colaboren
activamente en la realización de una infracción tributaria. Su responsabilidad también se
extenderá a la sanción. Este precepto pertenecería al primer grupo que hemos mencionado
en el párrafo anterior.
El art. 42.1.c) dice que son responsables solidarios los que sucedan por cualquier concepto
en la titularidad o ejercicio de explotaciones o actividades económicas. La responsabilidad
también se extenderá a las obligaciones derivadas de la falta de ingreso de las retenciones
e ingresos a cuenta practicadas o que se hubieran debido practicarse.El precepto prevé una
limitación del alcance de la responsabilidad solidaria en el caso en que el nuevo titular de
la actividad económica y posible responsable solidario, con el consentimiento del anterior
y antes de que se haga la transmisión empresarial, solicite a la administración tributaria
6
una certificación detallada de las deudas, sanciones y demás cuestiones de la empresa que
se transmite. Una vez expedida la certificación, la responsabilidad del adquirente de la
empresa comprenderá las deudas de las que en ella se haya dejado constancia. Si en esa
certificación no hay deudas o la administración no concede la administración, el adquirente
queda eximido de responsabilidad solidaria. Al solicitar la certificación sólo se responde de
las deudas liquidadas, no de las que están por liquidar. En el caso de que el adquirente no
solicite la certificación, la responsabilidad solidaria alcanza no sólo a las deudas liquidadas
con anterioridad sino también a las pendientes de liquidación, incluso a las sanciones
impuestas al empresario.
El art. 42.2.a) dice que serán responsables solidarios las personas que sean causantes o
colaboren en la ocultación o transmisión de bienes o derechos del obligado al pago con la
finalidad de impedir la actuación de la Administración tributaria. El art. 42.2.b) dice que son
responsables solidarios las personas que, por culpa o negligencia, incumplan las órdenes
de embargo. El art. 42.2.c) dice que son responsables solidarios las personas que, con
conocimiento del embargo, la medida cautelar o la constitución de la garantía, colaboren o
consientan en el levantamiento de los bienes o derechos embargados, o de aquellos bienes
o derechos sobre los que se hubiera constituido la medida cautelar o la garantía
Por otro lado, el art. 43 LGT califica como responsables subsidiarios a una serie de
entidades o personas sobre las que recae el pago de una deuda de un tercero. Al ser
imposible recaudar al titular, se traslada la obligación a aquellos que tienen cantidades
pendientes de pago con él.
El art. 43.1 en sus letras a y b establece dos casos de responsabilidad subsidiaria de los
administradores de personas jurídicas. El art. 43.1.a) dice que los administradores de hecho
o de derecho de las personas jurídicas que, habiendo éstas cometido infracciones
tributarias, no hubiesen realizado los actos necesarios que sean de su incumbencia para el
cumplimiento de las obligaciones y deberes tributarios, hubiesen consentido el
incumplimiento por quienes de ellos dependan o hubiesen adoptado acuerdos que
posibilitasen las infracciones. Su responsabilidad también se extenderá a las sanciones. Por
otro lado, el art. 43.1.b) dice los administradores de hecho o de derecho de aquellas
personas jurídicas que hayan cesado en sus actividades, por las obligaciones tributarias
devengadas de éstas que se encuentren pendientes en el momento del cese, siempre que
no hubieran hecho lo necesario para su pago o hubieren adoptado acuerdos o tomado
medidas causantes del impago. El art. 43.1.c) dice que los integrantes de la administración
concursal y los liquidadores de sociedades y entidades en general que no hubiesen
realizado las gestiones necesarias para el íntegro cumplimiento de las obligaciones
tributarias devengadas con anterioridad a dichas situaciones e imputables a los respectivos
obligados tributarios. De las obligaciones tributarias y sanciones posteriores a dichas
situaciones responderán como administradores cuando tengan atribuidas funciones de
administración. El art. 43.1.d) dice que son responsables subsidiarios los adquirentes de
7
bienes afectos por ley al pago de la deuda tributaria. El art. 43.1.f) dice que son
responsables subsidiarios las personas o entidades que contraten o subcontraten la
ejecución de obras o la prestación de servicios correspondientes a su actividad económica
principal, por las obligaciones tributarias relativas a tributos que deban repercutirse o
cantidades que deban retenerse a trabajadores, profesionales u otros empresarios, en la
parte que corresponda a las obras o servicios objeto de la contratación o subcontratación.
El art. 43.1.g) responsabilidad subsidiaria de los creadores de sociedades creadas en
fraude de acreedores.
Hay otro supuesto que aparece en el art. 43.2 LGT que dice que serán responsables
subsidiarios de las deudas tributarias derivadas de tributos que deban repercutirse o de
cantidades que deban retenerse a trabajadores, profesionales u otros empresarios, los
administradores de hecho o de derecho de las personas jurídicas obligadas a efectuar la
declaración e ingreso de tales deudas cuando, existiendo continuidad en el ejercicio de la
actividad, la presentación de autoliquidaciones sin ingreso por tales conceptos tributarios
sea reiterativa y pueda acreditarse que dicha presentación no obedece a una intención real
de cumplir la obligación tributaria objeto de autoliquidación.
También pueden ser responsables los fiadores o avalistas. Estos responderán en caso de
que el obligado principal no responda de su deuda.
Los sujetos de estas prestaciones suelen ser los deudores tributarios principales. Se puede
discutir si estas prestaciones accesorias se pueden exigir a personas distintas al deudor
principal. No hay un criterio claro, habrá que analizar caso por caso.
Recogidas en el art. 38 LGT. Pueden recaer sobre personas ajenas al obligado tributario
principal, por ejemplo, cuando el vendedor repercute el IVA en el comprador.
8
Se exceptúa el supuesto de los menores incapacitados cuando la extensión de la
incapacitación afecte al ejercicio y defensa de los derechos e intereses de que se trate.
Las personas sin capacidad de obrar pueden actuar en el ámbito tributario por medio de
representantes, que pueden ser: representante legal, por ejemplo la ejercida por los
padres o por los administradores de una persona jurídica (art. 45 LGT) y representante
voluntario, por ejemplo la que ejerce un gestor (art. 46 LGT). La representación voluntaria
debe ser acreditada por cualquier medio que sea válido para el derecho, la falta de poder
otorgada en la representación voluntaria no impide que ese acto sea realizado si se
subsana ese hecho. Hoy en día también podemos hablar de representaciones telemáticas,
por ello, estos representantes se relacionan vía telemática. Hay un supuesto especial de
representación que regula el art. 47 LGT, este es la representación de personas o
entidades no residentes. Estas personas están obligados, en algunos casos, a designar
un representante que interactúe con la Hacienda Pública en su nombre.
Por último, sobre el domicilio fiscal debemos decir que es el atributo de la persona que
sirve para determinar dónde se encuentra su sede jurídica. El art. 48 LGT dice que: El
domicilio fiscal es el lugar de
localización del obligado tributario en sus relaciones con la Administración tributaria. El
domicilio fiscal de las personas físicas viene determinado por el lugar donde se encuentra
su residencia habitual. Tratándose de personas jurídicas el domicilio fiscal viene
determinado por el domicilio social, no basta la mención en los Estatutos, sino que
también debe ser el lugar donde se encuentra la gestión administrativa central. En defecto
de estas cuestiones, la Administración Tributaria puede designar el domicilio fiscal. En
caso de los no residentes, el domicilio fiscal sería el del representante. Existe el deber
de comunicar a la administración el domicilio fiscal y los posibles cambios que sufra.
9
Lección 16ª. Los elementos cuantitativos del tributo.
No nos basta con saber porqué y quién paga una deuda tributaria, sino que es necesario
determinar la cantidad que hay que pagar. La cantidad a pagar se denomina
técnicamente ´´deuda tributaria`` y está integrada esencialmente por la cuota, pero puede
estar integrada por otras cantidades como pueden ser las prestaciones accesorias, por
ejemplo. A la cuota se llega tras pasar el procedimiento de liquidación, cuyos elementos
son todos aquellos que establece el legislador para determinar la cuota tributaria. La
regulación de los elementos de cuantificación es una materia cubierta por el principio de
reserva de ley relativa. En ocasiones, la ley propia de cada tributo determina directamente
la cuantía a pagar, y en otras ocasiones, la mayoría, hay que realizar ciertas operaciones
para determinar la cuantía a pagar. A esta clasificación se refiere el art. 56 LGT, que dice
que la cuota íntegra se determinará: a) Aplicando el tipo de gravamen a la base
liquidable o b) Según cantidad fija señalada al efecto.
Los elementos de cuantificación, los cuales no tienen que aparecer de forma obligatoria en
todos los tributos, son:
Base Imponible.
El art. 55.1 y 56 LGT nos habla del tipo de gravamen y dice: Art. 55.1 LGT: El tipo de
gravamen es la cifra, coeficiente o porcentaje que se aplica a la base liquidable para
obtener como resultado la cuota íntegra. Por otro lado, Art. 56.1: La cuota íntegra se
determinará: a) Aplicando el tipo de gravamen a la base liquidable. b) Según cantidad fija
señalada al efecto.
1
La base imponible es de dos tipos: una base dineraria, que se expresa en una cantidad de
dinero, este es el tipo de base más común; y puede ser una base no dineraria, que se
expresa en magnitudes físicas tales como la unidad de peso, volumen, superficie.. La base
no dineraria se utiliza por ejemplo en el impuesto sobre las bebidas alcohólicas o en el
impuesto sobre vehículos de tracción mecánica. Sobre estas bases no dinerarias no puede
aplicarse un tipo porcentual, sino que se aplica otra clase denominada tipo de gravamen
específico.
Base Liquidable.
A la base liquidable se refiere el art. 54 LGT, que dice: La base liquidable es la magnitud
resultante de practicar, en su caso, en la base imponible las reducciones establecidas
en la ley. Nuestro ordenamiento contempla numerosos ejemplos de bases liquidables que
responden a razones muy diversas.
No basta con decir esto sobre la base, hay que concretar más, la base tiene que ser medida
o cuantificada, esta medida de la base puede realizarse con arreglo a tres técnicas que
aparecen reguladas en el art. 50.2 LGT: La base imponible podrá determinarse por los
siguientes métodos: a) Estimación directa, b) Estimación objetiva y c) Estimación
indirecta. Son métodos de estimación singular, se dirigen a fijar individualmente a cada uno
de sus contribuyentes su correspondiente base imponible.
El art. 50.3 LGT nos dice que las bases imponibles se determinarán con carácter general a
través del método de estimación directa. No obstante, la ley podrá establecer los
supuestos en que sea de aplicación el método de estimación objetiva, que tendrá, en todo
caso, carácter voluntario para los obligados tributarios.
Por otro lado, el art. 50.4 LGT dice que la estimación indirecta tendrá carácter
subsidiario respecto de los demás métodos de determinación y se aplicará cuando se
produzca alguna de las circunstancias previstas en el artículo 53 de esta ley.
El precepto del que partimos es el art. 51 LGT. Este método trata de determinar
exactamente la realidad fiscal, es decir, cuantificar de manera exacta la capacidad
económica gravada por el tributo y manifestada por el contribuyente Por ejemplo, si se
grava la renta neta del contribuyente, este método va a tratar de determinar el importe
exacto de la misma, teniendo en cuenta todos los ingresos y gastos que ha tenido el
contribuyente.
Este método puede ser utilizado tanto por la administración como por el obligado tributario.
La administración tributaria utilizará las declaraciones o documentos presentados, los datos
consignados en libros y registros comprobados administrativamente y los demás
documentos, justificantes y datos que tengan relación con los elementos de la obligación
tributaria. Cuando es el propio contribuyente quien utiliza este método, será él quien aporte
los documentos correspondientes que ayuden a determinar exactamente la realidad fiscal.
2
Por todo esto, es un método que obliga a que el contribuyente cumpla fielmente un gran
número de obligaciones fiscales formales. La ley reguladora de cada tributo establecerá las
obligaciones formales que deben ser cumplidas por el contribuyente. Este sistema directo
implica una gran presión fiscal indirecta sobre el sujeto pasivo por el gran número de
obligaciones formales que supone. Para la administración supone una gran carga de
trabajo, ya que debe comprobar e investigar el cumplimiento estricto de todos estos
deberes. Por la conveniencia de reducir la presión fiscal indirecta que sufre el contribuyente
se creó este sistema de estimación objetiva de bases, método de aplicación voluntaria.
Partimos del art. 52 LGT. El método objetivo es un método de estimación singular, también
en el sentido de que el propio contribuyente calcula su propia base imponible de manera
separada al resto de contribuyentes, en base a una serie de módulos, datos o signos que
concurren en él.
Para conocer el contenido de este método lo debemos contrastar con el directo. Este
método objetivo va a estimar la base imponible por aproximación. El impuesto donde mejor
se aprecian las diferencias es el del IRPF en empresarios, si se declara por la estimación
objetiva se prescinde de la renta y se tributa por otras magnitudes; en cambio, si se estima
por estimación directa se tendrá en cuenta la renta para determinar la realidad fiscal.
Por ejemplo: empresa de transporte de muebles que tiene 14.000 € de ingresos. Por la
estimación directa le sale que tiene que pagar 4.000€, se quedaría con 10.000€. En cambio, si
lo hace por estimación objetiva, y cada trabajador se le imponen 3.000 € y son 2 trabajadores,
se quedará con 8.000 €.
3
3. Estimación indirecta. No es en realidad un método para regular la
capacidad económica, sino que es un último recurso del que se sirve la
Administración tributaria cuando faltan los datos necesarios para calcular la
capacidad económica de un contribuyente.
Partimos del art. 53 LGT. Este método lo realiza la administración con ocasión de la
comprobación e inspección y constituye un método absolutamente excepcional y subsidiario
de cálculo de la base imponible de un contribuyente. Esto se debe a que mediante este
método se va a cuantificar una obligación tributaria sin los documentos necesarios para ello,
bien porque no existan o porque el contribuyente se niegue a facilitarlos. Este método se
utiliza como última ratio, la administración sólo recurre a él cuando ha agotado todos los
métodos posibles, es decir, estimación directa y objetiva.
4
El tipo de gravamen es el elemento que permite cuantificar la parte de capacidad
económica manifestada por el sujeto pasivo en cada tributo y que se va a quedar el Ente
Público. El tipo de gravamen aparece siempre en los tributos de cuota variable.
Los tipos de gravamen pueden ser específicos o porcentuales, y deberán aplicarse según
disponga la ley propia de cada tributo a cada unidad, conjunto de unidades o tramo de la
base liquidable.
La ley podrá prever la aplicación de un tipo cero, así como de tipos reducidos o bonificados.
Los tipos de gravamen específico son aquellos que se aplican sobre bases imponibles
que no están expresadas en dinero sino en magnitudes físicas como unidades de peso,
de volumen, superficie, etc. Otra modalidad de tipo específico es el gradual, en el que se
fija una cantidad de dinero para los tramos de medida no monetaria.
El art. 56.6 LGT nos dice: La cuota diferencial será el resultado de minorar la cuota líquida
en el importe de las deducciones, pagos fraccionados, retenciones, ingresos a cuenta y
cuotas, conforme a la normativa de cada tributo.
5
Tanto la cuota Líquida como la diferencial, pueden existir o no en un tributo. La cuota
diferencial puede ser negativa o positiva.
5. Deuda Tributaria.
a) El interés de demora.
b) Los recargos por declaración extemporánea.
c) Los recargos del período ejecutivo.
d) Los recargos exigibles legalmente sobre las bases o las cuotas, a favor del Tesoro o
de otros entes públicos.
6
Lección 17. La aplicación de los tributos.
1. Introducción.
1
2. Instrumentos para facilitar la aplicación de los tributos.
Si recordamos el artículo 34.1 de la LGT, allí se enumeran los derechos más relevantes de
los obligados tributarios frente a la administración tributaria. De entre esos derechos
enumerados interesa resaltar los recogidos en las letras a) y n), el derecho a ser
informado y asistido por la Administración tributaria, así como al derecho a ser
informado de los valores de los bienes inmuebles que van a ser objeto de
adquisición y transmisión. Estos derechos aparecen desarrollados en los artículos 85 a
91 de la LGT.
2
a) Comunicaciones y actuaciones de información (art. 87 LGT).
Como se desprende del tenor literal de este precepto, la información a que se refiere el
artículo puede ofrecerse a instancia del contribuyente o de la Administración. Esto es, por
una parte, la Administración está obligada a informar a los ciudadanos de los criterios
administrativos existentes para la aplicación de la normativa tributaria cuando así lo
soliciten. Pero por otra, la ley prevé que la Administración pueda motu propio “remitir
comunicaciones destinadas a informar sobre la tributación de determinados sectores,
actividades o fuentes de renta”.
3
b) Publicaciones (Art. 86 LGT).
→ Artículo 86.
4
2. Las consultas tributarias escritas se formularán antes de la finalización del plazo
establecido para el ejercicio de los derechos, la presentación de declaraciones o
autoliquidaciones o el cumplimiento de otras obligaciones tributarias. La consulta se
formulará mediante escrito dirigido al órgano competente para su contestación, con el
contenido que se establezca reglamentariamente.
3. Asimismo, podrán formular consultas tributarias los colegios profesionales, cámaras
oficiales, organizaciones patronales, sindicatos, asociaciones de consumidores,
asociaciones o fundaciones que representen intereses de personas con discapacidad,
asociaciones empresariales y organizaciones profesionales, así como a las federaciones que
agrupen a los organismos o entidades antes mencionados, cuando se refieran a cuestiones
que afecten a la generalidad de sus miembros o asociados.
4. La Administración tributaria archivará, con notificación al interesado, las consultas que no
reúnan los requisitos establecidos en virtud del apartado 2 de este artículo y no sean
subsanadas a requerimiento de la Administración.
5. La competencia para contestar las consultas corresponderá a los órganos de la
Administración tributaria que tengan atribuida la iniciativa para la elaboración de
disposiciones en el orden tributario, su propuesta o interpretación.
6. La Administración tributaria competente deberá contestar por escrito las consultas que
reúnan los requisitos establecidos en virtud del apartado 2 de este artículo en el plazo de
seis meses desde su presentación. La falta de contestación en dicho plazo no implicará la
aceptación de los criterios expresados en el escrito de la consulta.
7. El procedimiento de tramitación y contestación de las consultas se desarrollará
reglamentariamente.
8. La competencia, el procedimiento y los efectos de las contestaciones a las consultas relativas
a la aplicación de la normativa aduanera comunitaria se regulará por lo dispuesto en el
Código Aduanero Comunitario.
5
A la vista del contenido de estos preceptos debemos analizar lo siguiente:
➔ Requisitos subjetivos: pueden consultar los obligados tributarios, así como los
colegios oficiales, cámaras oficiales, organizaciones patronales, sindicatos,
asociaciones de consumidores o de personas con discapacidad, asociaciones
empresariales y organizaciones profesionales, cuando la consulta se refiera a
cuestiones que afecten a la generalidad de sus miembros o asociados. El órgano
competente para contestar es el que tenga atribuida la iniciativa para la elaboración
de disposiciones en el orden tributario, su propuesta o interpretación. En el Estado,
este órgano es la Dirección General de Tributos del Ministerio de E y H.
➔ Efectos:
6
responsabilidad por infracción (artículo 179.2.d LGT).
◆ La consulta no es directamente recurrible. Sí los actos administrativos que la
apliquen (liquidaciones, etc.).
¡Atención! Las consultas resueltas para otro obligado, serán también vinculantes con
respecto a nosotros si nuestra situación es idéntica. Si no lo es, pero sí sustancialmente
igual, nos liberarán de responsabilidad por infracción tributaria. Interesa, por tanto, conocer
las consultas, que la Administración está obligada a facilitar a texto íntegro (artículo 87
LGT) e incluso por Internet ( artículo 86.4 LGT).
Dentro de este tipo de actuaciones nos podemos encontrar por una parte con lo que el
artículo 90 de la LGT denomina, la información con carácter previo a la adquisición o
transmisión de bienes inmuebles, y por otra, los acuerdos previos de valoración del
artículo 91 de la LGT.
➔ Artículo 90. Información con carácter previo a la adquisición o transmisión de bienes
inmuebles.
7
El plazo para contestar estas solicitudes de información será de tres meses. La falta de
contestación en plazo no implica la aceptación del valor propuesto, en su caso, por el
interesado.
La valoración dada no es recurrible directamente. Sí los actos de valoración o liquidación
que posteriormente se dicten.
Se trata de poder solicitar, cuando las leyes o los reglamentos propios de cada tributo
así lo prevean y en los plazos que establezcan, la valoración a efectos fiscales de
rentas, productos, bienes, gastos y demás elementos determinantes de la deuda
tributaria, acompañando la propuesta de valoración formulada por el obligado
tributario.
Tanto la solicitud como la contestación serán por escrito y esta última establecerá la
valoración, impuesto al que se aplica y su carácter vinculante (en tanto no se modifique la
legislación o varíen significativamente las circunstancias económicas que fundamentaron
la valoración con plazo máximo de vigencia de tres años, excepto que la normativa que lo
establezca prevea otro distinto).
8
e) Asistencia a los obligados tributarios (en la realización de declaraciones,
autoliquidaciones y comunicaciones tributarias).
Se consagra a nivel legal una actuación que ya se venía realizando y que contribuye al
buen funcionamiento del sistema tributario al reducir los costes indirectos de los obligados
tributarios. Como ejemplo, el éxito alcanzado por el programa PADRE o Renta Web, los
borradores de declaración del IRPF por parte de la AEAT. Regulado en los artículos 77 y
78 RPGI.
➔ En favor de la administración tributaria.
La eficacia de la administración tributaria en la aplicación de los tributos requiere
ineludiblemente de la colaboración social y por ello en los artículos 92 a 95 de la LGT, bajo
el rótulo Colaboración social en la Aplicación de los tributos, se regulan estos
instrumentos para facilitar a la Administración tributaria la aplicación de los tributos. Su
desarrollo se establece en los artículos 79 a 81 de RGGI.
➔ La colaboración social en la aplicación de los tributos (Art. 92 LGT)
9
De la lectura de este precepto podemos deducir que esta colaboración podrá
instrumentarse a través de acuerdos de la Administración tributaria con otras
Administraciones públicas, con entidades que tengan la condición de colaboradoras
en la gestión recaudatoria, con entidades privadas o con instituciones u
organizaciones representativas de sectores o intereses sociales, laborales,
empresariales o profesionales (podrán extender sus efectos a las personas o entidades
que sean colegiados, asociados o miembros de aquellas, para lo que deberán suscribir un
documento individualizado de adhesión al acuerdo, donde se recoja expresamente la
aceptación del contenido íntegro de este) y se entienden incluidas las organizaciones
corporativas de las profesiones oficiales colegiadas sin que sea precisa la adhesión
individualizada a dichos acuerdos, con personas o entidades que realicen actividades
económicas, en relación con la presentación telemática de declaraciones, comunicaciones
de datos y otros documentos tributarios correspondientes al IRPF y al IP de sus
trabajadores y, en su caso, de la correspondiente unidad familiar o, cuando su localización
geográfica o red comercial pueda ayudar a la consecución de los fines de la Administración
tributaria y con los que establezca el Ministro de E y H.
1. Las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, así como las entidades mencionadas en
el apartado 4 del artículo 35 de esta ley, estarán obligadas a proporcionar a la
Administración tributaria toda clase de datos, informes, antecedentes y justificantes con
trascendencia tributaria relacionados con el cumplimiento de sus propias obligaciones
tributarias o deducidos de sus relaciones económicas, profesionales o financieras con otras
personas.
10
En particular:
2. Las obligaciones a las que se refiere el apartado anterior deberán cumplirse con carácter
general en la forma y plazos que reglamentariamente se determinen, o mediante
requerimiento individualizado de la Administración tributaria que podrá efectuarse en
cualquier momento posterior a la realización de las operaciones relacionadas con los datos o
antecedentes requeridos.
3. El incumplimiento de las obligaciones establecidas en este artículo no podrá ampararse en el
secreto bancario. Los requerimientos individualizados relativos a los movimientos de cuentas
corrientes, depósitos de ahorro y a plazo, cuentas de préstamos y créditos y demás
operaciones activas y pasivas, incluidas las que se reflejen en cuentas transitorias o se
materialicen en la emisión de cheques u otras órdenes de pago, de los bancos, cajas de
ahorro, cooperativas de crédito y cuantas entidades se dediquen al tráfico bancario o
crediticio, podrán efectuarse en el ejercicio de las funciones de inspección o recaudación,
previa autorización del órgano de la Administración tributaria que reglamentariamente se
determine. Los requerimientos individualizados deberán precisar los datos identificativos del
cheque u orden de pago de que se trate, o bien las operaciones objeto de investigación, los
obligados tributarios afectados, titulares o autorizados, y el período de tiempo al que se
refieren. La investigación realizada según lo dispuesto en este apartado podrá afectar al
origen y destino de los movimientos o de los cheques u otras órdenes de pago, si bien en estos
casos no podrá exceder de la identificación de las personas y de las cuentas en las que se
encuentre dicho origen y destino.
4. Los funcionarios públicos, incluidos los profesionales oficiales, estarán obligados a
colaborar con la Administración tributaria suministrando toda clase de información con
trascendencia tributaria de la que dispongan, salvo que sea aplicable:
11
5. La obligación de los demás profesionales de facilitar información con trascendencia
tributaria a la Administración tributaria no alcanzará a los datos privados no patrimoniales
que conozcan por razón del ejercicio de su actividad cuya revelación atente contra el honor o
la intimidad personal y familiar. Tampoco alcanzará a aquellos datos confidenciales de sus
clientes de los que tengan conocimiento como consecuencia de la prestación de servicios
profesionales de asesoramiento o defensa. Los profesionales no podrán invocar el secreto
profesional para impedir la comprobación de su propia situación tributaria.
De este precepto se deduce que las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas,
así como las entidades del art. 35.4 de la LGT, tienen la obligación de proporcionar a la
Administración tributaria toda clase de datos, informes, antecedentes y justificantes con
trascendencia tributaria relacionados con el cumplimiento de sus propias obligaciones
tributarias o deducidos de sus relaciones económicas profesionales o financieras con otras
personas. Así por ejemplo tienen esta obligación los retenedores y obligados a realizar
pagos a cuenta, sociedades, asociaciones y colegios profesionales, personas o entidades
depositarias de dinero en efectivo en cuentas, valores u otros bienes, etc.
En este sentido decir que lo que se establece en este precepto es que los datos,
informes o antecedentes obtenidos por la Administración tributaria en el desempeño de sus
funciones tienen carácter reservado y sólo podrán ser utilizados para la efectiva aplicación
de los tributos o recursos cuya gestión tenga encomendada y para la imposición de las
sanciones que procedan, sin que puedan ser cedidos o comunicados a terceros, salvo una
serie de excepciones, entre otras, colaboración con los órganos jurisdiccionales y el
Ministerio Fiscal, colaboración con otras Administraciones tributarias, colaboración con la
Inspección de Trabajo y Seguridad Social, colaboración con las comisiones parlamentarias
de investigación.
12
→ Artículo 95 bis. Publicidad de situaciones de incumplimiento relevante de las obligaciones
tributarias.
A efectos de lo dispuesto en este artículo no se incluirán aquellas deudas y sanciones tributarias que
se encuentren aplazadas o suspendidas.
13
los correspondientes ficheros y registros. La publicación se efectuará en todo caso por
medios electrónicos, debiendo adoptarse las medidas necesarias para impedir la indexación
de su contenido a través de motores de búsqueda en Internet y los listados dejarán de ser
accesibles una vez transcurridos tres meses desde la fecha de publicación. El tratamiento de
datos necesarios para la publicación se sujetará a lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999,
de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter general, y en su Reglamento aprobado
por Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre.
5. En el ámbito de competencias del Estado, será competente para dictar los acuerdos de
publicación regulados en este artículo el Director General de la Agencia Estatal de
Administración Tributaria.
6. En la publicación del listado se especificará que la situación en el mismo reflejada es la
existente a la fecha de referencia señalada en el apartado 4, sin que la publicación del listado
resulte afectada por las actuaciones realizadas por el deudor con posterioridad a dicha fecha
de referencia, en orden al pago de las deudas y sanciones incluidas en el mismo. Lo dispuesto
en este artículo no afectará en modo alguno al régimen de impugnación establecido en esta
Ley en relación con las actuaciones y procedimientos de los que se deriven las deudas y
sanciones tributarias ni tampoco a las actuaciones y procedimientos de aplicación de los
tributos iniciados o que se pudieran iniciar con posterioridad en relación con las mismas.
Las actuaciones desarrolladas en el procedimiento establecido en este artículo en orden a la
publicación de la información en el mismo regulada no constituyen causa de interrupción a
los efectos previstos en el artículo 68 de esta Ley.
7. El acuerdo de publicación del listado pondrá fin a la vía administrativa.
a) Por las normas especiales establecidas en este título y la normativa reglamentaria dictada en
su desarrollo, así como por las normas procedimentales recogidas en otras leyes tributarias
y en su normativa reglamentaria de desarrollo.
b) Supletoriamente, por las disposiciones generales sobre los procedimientos administrativos.
Esta materia se desarrolla en los artículos 87 a 89 RPGI. Puede ser de oficio, o a instancia
del obligado tributario. Esta segunda vía de iniciación tiene las siguientes modalidades:
autoliquidación, declaración, comunicación, solicitud o cualquier otro medio
previsto en la normativa tributaria. La solicitud, por tanto, es sólo una de las diversas
formas de iniciación a instancia del obligado tributario y no la única, tal y como se
establece en la LPAC.
Los documentos de iniciación incluirán en todo caso nombre y apellidos o razón social y el
NIF. La LPAC omite la razón social (olvido) y el NIF.
14
La Administración tributaria podrá aprobar modelos y sistemas normalizados de
autoliquidaciones, declaraciones, comunicaciones, solicitudes o cualquier otro medio
previsto en la normativa tributaria; así se establecen, mediante Orden Ministerial, los
modelos de declaración de los tributos o los de las declaraciones informativas. La LPAC
sólo se refiere a las solicitudes.
Se habilita al Ministro de EH para que pueda establecer que dichos documentos deberán
presentarse necesariamente por medios telemáticos, lo que cada vez va siendo más
frecuente.
b) Desarrollo (artículo 99 LGT).
Esta materia se desarrolla en los artículos 90 a 100 RPGI. El artículo 34.1 LGT recoge un
listado general de los derechos y garantías de los obligados tributarios que viene a
coincidir con el establecido por la LPAC, funcionando la mayoría de ellos como garantías
procedimentales para que no se produzca la indefensión de los obligados tributarios. La
especialidad tributaria en algunos de estos derechos se establece en este artículo 99
LGT, y a ella nos referiremos al destacar los principales:
❏ A ser informado y asistido por la Administración tributaria sobre el ejercicio de sus
derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.
❏ A utilizar las lenguas oficiales en el territorio de su Comunidad Autónoma, de
acuerdo con lo previsto en el ordenamiento jurídico.
❏ A conocer el estado de tramitación de los procedimientos en que sea parte.
❏ A conocer la identidad de las autoridades y personal al servicio de la Administración
bajo cuya responsabilidad se tramitan los procedimientos en los que tenga la
condición de interesado.
❏ A solicitar certificación y copia de las declaraciones presentadas, copia sellada de
los documentos presentados, siempre que la aporten junto a los originales para su
cotejo, y derecho a la devolución de los originales de dichos documentos, en el
caso de que no deban obrar en el expediente.
❏ A no aportar los documentos ya presentados y que se encuentran en poder de la
Administración actuante, siempre que se indique el día y procedimiento en que se
presentaron. Especialidad: se exige que el documento haya sido aportado por el
propio obligado tributario, por razones de gestión tributaria (gran cantidad de
documentación a tratar).
❏ A formular alegaciones y aportar documentos, y a ser oído en el trámite de
audiencia.
❏ A que sus manifestaciones con relevancia tributaria se recojan en las diligencias
extendidas.
❏ A obtener copia a su costa de los documentos que integren el expediente
administrativo en el trámite de puesta de manifiesto del mismo.
El acceso a los registros y documentos que formen parte de un expediente concluido a la
fecha de la solicitud y que obren en los archivos administrativos únicamente podrá ser
solicitado por el obligado tributario que haya sido parte en el procedimiento tributario.
Especialidad: sólo puede ejercitar este derecho el obligado tributario, dado el carácter
reservado de los datos tributarios exigido por el artículo 95 LGT.
15
La documentación de las actuaciones puede efectuarse mediante comunicaciones,
diligencias, informes y otros documentos previstos en la normativa específica de cada
tributo:
i) Las comunicaciones son los documentos empleados para notificar el inicio
del procedimiento u otros hechos o circunstancias relativos al mismo, o para
efectuar un requerimiento. Las comunicaciones pueden incorporarse al
contenido de las diligencias que se extiendan.
ii) Las diligencias son documentos públicos que se extienden para hacer
constar hechos y manifestaciones de la persona con la que se entienden las
actuaciones. Las diligencias no pueden contener propuestas de liquidación
tributaria.
iii) Los informes que resulten necesarios para la aplicación de los tributos se
emitirán de oficio o a petición de terceros.
Esta materia se desarrolla en los artículos 101 a 104 RPGI. La forma normal de
terminación de un procedimiento es la resolución, siendo todas las demás anormales:
desistimiento, renuncia al derecho en que se fundamente la solicitud, imposibilidad
material de continuación por causas sobrevenidas, caducidad, cumplimiento de la
obligación que hubiera sido objeto de requerimiento o cualquier otra prevista en el
ordenamiento tributario.
Se añade en el ámbito tributario "el cumplimiento de la obligación que hubiera sido
objeto de requerimiento", lo que es habitual en materia tributaria, cuando se requiere
información o la presentación de una declaración y se cumple por el obligado tributario, en
la mayoría de los casos finaliza la actuación administrativa sin necesidad de que haya una
manifestación expresa al efecto.
El artículo 105 LGT señala: “1. En los procedimientos de aplicación de los tributos quien haga
valer su derecho deberá probar los hechos constitutivos del mismo. 2. Los obligados tributarios
cumplirán su deber de probar si designan de modo concreto los elementos de prueba en poder de la
Administración tributaria”.
“Cada parte debe probar los hechos que le convienen, aquellos en los que
fundamenta sus derechos o en los que basas las obligaciones que se exigen.
Quien haga valer su derecho deberá probar los hechos constitutivos del
mismo”.
16
En cuanto al procedimiento probatorio, el artículo 99.6 LGT establece que para la práctica
de la prueba no es necesaria la apertura de un período específico, ni la comunicación
previa de las actuaciones a los interesados. Existen procedimientos, como el inspector,
que están específicamente dirigidos a la obtención de pruebas y documentos, por lo que la
apertura de un período específico de prueba y su comunicación previa a los interesados,
supondría una merma de la eficacia administrativa.
Los medios de prueba admitidos son los generales del derecho, enumerados en el artículo
299 LEC. A continuación, la LGT art- 106 contiene una serie de reglas especiales:
❏ Las pruebas o informaciones suministradas por otros Estados o entidades
internacionales o supranacionales en el marco de la asistencia mutua podrán
incorporarse, con el valor probatorio que proceda conforme al apartado anterior, al
procedimiento que corresponda
❏ La Ley propia de cada tributo podrá exigir requisitos formales de deducibilidad
para determinadas operaciones que tengan relevancia en la cuantificación de la
obligación tributaria (evidentemente, el legislador está pensando en el IVA).
❏ Los gastos deducibles y deducciones, cuando estén originados por operaciones
realizadas por empresarios o profesionales, deberán justificarse, de forma
prioritaria, mediante la factura o documento sustitutivo que cumpla los requisitos
establecidos en la normativa tributaria.
❏ Las diligencias tienen naturaleza de documentos públicos y hacen prueba de los
hechos que motiven su formalización, salvo que se acredite lo contrario (art. 107
LGT).
En materia de presunciones, se distinguen las legales (artículo 108.1 LGT) que serán iuris
tantum, es decir, admitirán prueba en contrario salvo que una ley expresamente lo prohíba,
y las judiciales, de hombre o por indicios (artículo 108.2 LGT) en las que en el
razonamiento lógico entre el hecho base y el hecho consecuencia o hecho presumido
resulta de las reglas del criterio humano. Ejemplo de presunción legal es la establecida en
el artículo 108.3 LGT: La Administración tributaria podrá considerar como titular de
cualquier bien, derecho, empresa, servicio, actividad, explotación o función a quien figure
como tal en un registro fiscal o en otros de carácter público, salvo prueba en contrario.
Los datos obtenidos por la Administración por suministro, conforme a los artículos 93 y 94
LGT, se presumen ciertos. Pero si el obligado tributario alega su inexactitud o falsedad,
deberán ser contrastados con la persona que los aportó. Para ello podrá exigirse al
declarante que ratifique y aporte prueba de los datos relativos a terceros incluidos en las
declaraciones presentadas (artículos 108.4 y 99.2 LGT).
5. Las notificaciones en los procedimientos tributarios (Art. 109 a 112 LGT y 114
a 115 bis RGGI)
El régimen jurídico de las notificaciones tributarias resulta esencial para que los actos
administrativos declarativos de voluntad cobren eficacia, lo que permite en estos
momentos distinguir la validez del acto administrativo que afecta a las cuestiones relativas
a su contenido sustantivo, y su eficacia, que se refiere a los efectos jurídicos que pueda
desplegar el acto administrativo, porque puede suceder que siendo un acto administrativo
plenamente válido (por no estar viciado por defecto alguno que afecte a su contenido
sustantivo) no pueda desplegar ningún efecto jurídico porque no haya sido objeto
notificación o ésta se ha practicado de forma incorrecta.
17
La anulación de un acto o resolución administrativa con fundamento en un vicio advertido
en su notificación, provoca como efecto inmediato, la orden de retrotraer las actuaciones
seguidas para que se vuelva a notificar debidamente.
El art. 109 LGT se refiere a las notificaciones tributarias en términos de remisión a las
disposiciones de las normas administrativas generales que, por ello, son de aplicación
también en este ámbito, aunque con las especialidades que se concretan en los arts. 110 ,
111 y 112 LGT , relativas al lugar en que deben ser practicadas, a los legitimados para
recibirlas, y a la notificación por comparecencia.
Para que las notificaciones tributarias se entiendan eficazmente practicadas tienen que
dirigirse al lugar en que la ley las dota de plenos efectos jurídicos, distinguiendo, según
que el procedimiento administrativo cuya resolución se intenta notificar se haya iniciado
a instancia de parte, o lo haya sido de oficio.
En el primero de los supuestos, el acto de notificación para que cobre eficacia jurídica
debe ir dirigido al lugar que, a tales efectos, haya señalado expresamente el interesado
que iniciara el procedimiento cuya resolución se notifica. Si no hubiera señalado ningún
lugar, las notificaciones han de practicarse en el domicilio fiscal del interesado.
Téngase en cuenta que el art. 48.3 LGT establece el deber de todo obligado tributario de
notificar su domicilio fiscal a la Administración tributaria, así como los posibles cambios que
se produzcan en el mismo.
18
del procedimiento ya iniciado corresponderá al órgano administrativo con sede en el nuevo
domicilio fiscal del contribuyente (art. 59 RGGI).
Dice el art. 111 LGT, que cuando la notificación se practique en el domicilio fiscal del
interesado, si no estuviera presente en el momento de la entrega de la notificación, se
puede hacer cargo de ella cualquier persona que se encuentre en dicho lugar, siempre que
haga constar su identidad, como también quedan legitimados para recibir las notificaciones
en el domicilio fiscal del obligado tributario, los empleados de la comunidad de vecinos o de
propietarios, lo que en este caso, debe prevenir a quien realice la notificación para
asegurarse, al menos, de que existe una relación de dependencia, laboral o de empleo,
entre el receptor material de la notificación y la persona del obligado tributario a quien se
dirige. Cuando la notificación se lleva a cabo en lugar diferente al domicilio fiscal del
contribuyente (centro de trabajo, lugar donde se desarrolle su actividad económica, u otro
similar) sólo está legitimado para recibir la notificación el propio obligado tributario o su
representante.
El precepto señalado, en su apartado 2, pone solución a los efectos que se derivan del
rechazo de la notificación por el interesado, supuesto en que, si el notificador del acto
administrativo deja constancia fehaciente de que dicho rechazo se ha producido por el
interesado, la notificación se tiene por realizada y despliega todos sus efectos jurídicos.
Hay que entender que el rechazo se tiene que producir por el propio obligado tributario, si
quien se niega a recibirla es un familiar, o empleado en el domicilio fiscal del contribuyente
la notificación no se entenderá rehusada ni por lo tanto por realizada, sin perjuicio de que
pueda ser considerada como primer intento de notificación a los efectos de determinar el
momento de conclusión del procedimiento notificado.
19
3. Las notificaciones por comparecencia
20
interesado o sección consular de la embajada correspondiente.
En todos los procedimientos de aplicación de los tributos, el artículo 113 LGT, permite la
entrada en el domicilio constitucionalmente protegido de un obligado tributario cuando sea
necesario entrar en dicho domicilio o efectuar registros en el mismo.
El artículo 113 LGT, señala “Cuando en los procedimientos de aplicación de los tributos sea
necesario entrar en el domicilio constitucionalmente protegido de un obligado tributario o efectuar
registros en el mismo, la Administración tributaria deberá obtener el consentimiento de aquél o la
oportuna autorización judicial”
21
Con la antigua redacción se podía interpretar que era necesario contar previamente con la
negativa del interesado antes de acudir a la autorización judicial, pudiéndose dar, en
determinados casos, la destrucción de pruebas o la desaparición de los bienes a
embargar. Actualmente, se puede pedir directamente la autorización judicial, para
evitar lo anterior y no demorar la actuación administrativa.
7. La denuncia pública.
La denuncia pública se configura en el art. 114 LGT, como un derecho de los administrados
de poner en conocimiento de los órganos de la Administración Tributaria
aquellos hechos o situaciones que o bien puedan ser constitutivos de infracciones
tributarias o tener trascendencia en la aplicación de los tributos.
Esta actuación en tanto que se trata de un ejercicio enteramente voluntario por parte del
denunciante, hay que diferenciarla de los deberes de colaboración e información tributaria
regulados en los artículos 93 y 94 LGT, que se activan por mandato de una norma que
obliga a su cumplimiento.
Hasta 1987, la denuncia pública era una forma de iniciación del procedimiento de gestión
tributaria; en la actualidad la presentación de una denuncia no inicia ningún procedimiento
de aplicación de los tributos. En estos casos, de iniciarse efectivamente el procedimiento
(de comprobación, etc.) tras una denuncia, es de oficio. La denuncia no formará parte del
expediente administrativo (lo que resuelve la ya antigua polémica sobre la obligación de
facilitar al obligado tributario la identidad del denunciante).
22
Lección 18ª. Los procedimientos de gestión tributaria.
En un sentido más específico, el art. 117 LGT nos dice: ´´La gestión tributaria consiste en el
ejercicio de las funciones administrativas dirigidas a: a) La recepción y tramitación de
declaraciones, autoliquidaciones, comunicaciones de datos y demás documentos con trascendencia
tributaria. b) La comprobación y realización de las devoluciones previstas en la normativa tributaria.
c) El reconocimiento y comprobación de la procedencia de los beneficios fiscales de acuerdo con la
normativa reguladora del correspondiente procedimiento..``.
El art. 118 LGT nos dice: De acuerdo con lo previsto en la normativa tributaria, la gestión
tributaria se iniciará:
a) Por una autoliquidación, por una comunicación de datos o por cualquier otra clase de
declaración.
b) Por una solicitud del obligado tributario, de acuerdo con lo previsto en el artículo 98 de esta
ley.
c) De oficio por la Administración tributaria.
A esto se refiere el art. 119 LGT. Se trata de una forma de iniciar el procedimiento por el
obligado tributario.
A ello se refiere el art. 120 LGT. Se trata de una forma de iniciar el procedimiento por el
obligado tributario.
Las autoliquidaciones son declaraciones en las que los obligados tributarios, además
de comunicar a la Administración los datos necesarios para la liquidación del tributo
y otros de contenido informativo, realizan por sí mismos las operaciones de
calificación y cuantificación necesarias para determinar e ingresar el importe de la
1
deuda tributaria o, en su caso, determinar la cantidad que resulte a devolver o a
compensar.
Las autoliquidaciones presentadas por los obligados tributarios podrán ser objeto de
verificación y comprobación por la Administración, que practicará, en su caso, la
liquidación que proceda.
c. De oficio.
d. La comunicación de datos.
Otra forma de iniciar el procedimiento de gestión por parte del administrado se encuentra en
el art. 121 LGT. El art. 121 LGT nos dice que se considera comunicación de datos la
declaración presentada por el obligado tributario ante la Administración para que ésta
determine la cantidad que, en su caso, resulte a devolver. Se entenderá solicitada la
devolución mediante la presentación de la citada comunicación. Sólo se utiliza para las
devoluciones, por este motivo está en desuso.
El art. 122 LGT se refiere a esta cuestión. Otra forma de empezar el procedimiento por
iniciativa del obligado tributario.
2
Las autoliquidaciones complementarias tendrán como finalidad completar o
modificar las presentadas con anterioridad y se podrán presentar cuando de ellas
resulte un importe a ingresar superior al de la autoliquidación anterior o una cantidad a
devolver o a compensar inferior a la anteriormente autoliquidada.
El art. 123 LGT nos dice: Son procedimientos de gestión tributaria, entre otros, los siguientes:
Reglamentariamente se podrán regular otros procedimientos de gestión tributaria a los que serán de
aplicación, en todo caso, las normas establecidas en el capítulo II de este título.
a. El procedimiento de devolución.
Este procedimiento se regula en los art. 124 a 127 LGT. El art. 124 LGT nos dice cómo se
inicia el procedimiento: Según se establezca en la normativa reguladora de cada tributo, el
procedimiento de devolución se iniciará mediante la presentación de una
autoliquidación de la que resulte cantidad a devolver, mediante la presentación de
una solicitud de devolución o mediante la presentación de una comunicación de
datos.
El art. 127 LGT nos habla de la terminación del procedimiento, y dice: El procedimiento de
devolución terminará por el acuerdo en el que se reconozca la devolución solicitada, por
caducidad, puede la administración no pronunciarse siendo los efectos positivos
(silencio positivo) o por el inicio de un procedimiento de verificación de datos, de
comprobación limitada o de inspección.
3
b. El procedimiento iniciado por declaración.
Se regula en los art. 128 a 130 LGT. Este procedimiento se aplica en el Impuesto de
Sucesiones y Donaciones, pero no en todas las CCAA; en los Tributos Locales..
El art. 128 LGT nos habla de la iniciación y dice: Cuando la normativa del tributo así lo
establezca, la gestión del mismo se iniciará mediante la presentación de una
declaración por el obligado tributario en la que manifieste la realización del hecho
imponible y comunique los datos necesarios para que la Administración cuantifique
la obligación tributaria mediante la práctica de una liquidación provisional.
Se regula en los art. 131 a 133 LGT y se desarrolla en los art. 155 y 156 del reglamento.
Este procedimiento tiene un alcance muy limitado, se dedica a un primer control de
carácter sumario y formal de declaraciones o autoliquidaciones presentadas por los
obligados tributarios y que procede, además, en los supuestos tasados del art. 131. Este
procedimiento se inicia cuando existen patologías leves en la autoliquidación o declaración
presentada por el obligado tributario en el que se comprueban esas patologías. En la
práctica este procedimiento se aplica durante la presentación masiva de la declaración de la
renta.
4
c) Cuando se aprecie una aplicación indebida de la normativa que resulte patente
de la propia declaración o autoliquidación presentada o de los justificantes aportados
con la misma.
d) Cuando se requiera la aclaración o justificación de algún dato relativo a la
declaración o autoliquidación presentada, siempre que no se refiera al desarrollo
de actividades económicas.
Este procedimiento tiene sus fases, como todo procedimiento. Sus fases son las reguladas
en los art. 132 y 133 LGT.
Se regula en los art. 136 a 140 LGT y se desarrolla en los art. 163 a 165 del reglamento
de gestión e inspección. Mediante este procedimiento la Administración va a realizar una
pequeña inspección al obligado tributario. El art. 136.1 LGT nos dice que en el
procedimiento de comprobación limitada la Administración tributaria podrá comprobar
los hechos, actos, elementos, actividades, explotaciones y demás circunstancias
determinantes de la obligación tributaria. Las actuaciones que puede realizar la
administración son únicamente las del art. 136.2 LGT, estas se resumen de la siguiente
manera:
5
4. Requerimientos a terceros para que aporten la información que se encuentren
obligados a suministrar con carácter general o para que la ratifiquen mediante la
presentación de los correspondientes justificantes. En ningún caso se podrá solicitar
a 3º documentos sobre movimientos bancarios, esto sólo podrá exigirse al obligado
tributario (art. 136.3 LGT).
Las fases de este procedimiento son las siguientes (art. 137 a 139 LGT):
1. Iniciación. El art. 137 LGT nos dice que el procedimiento se inicia mediante la
notificación de inicio o de propuesta de liquidación. Las actuaciones de
comprobación limitada se iniciarán de oficio por acuerdo del órgano competente.
2. Desarrollo. Regulado en el art. 138 LGT. Tiene una duración máxima de 6 meses.
Se podrá requerir al obligado tributario una serie de documentos. Los obligados
tributarios deben prestar atención a la administración y facilitar su actuación. Deberá
personarse si así lo requiere la administración. Tras todas las notificaciones y
aportación de documentos, la administración realizará una propuesta de liquidación
provisional motivada. Finalmente, se abrirá un periodo de alegaciones.
3. Terminación. Según el art. 139 LGT, el procedimiento termina por las siguientes
causas: por resolución expresa, por caducidad y por inicio de un
procedimiento inspector.
Se regula en el art. 134 y 135 LGT y se desarrolla en los art. 157 a 160 del reglamento.
6
La Administración tributaria podrá proceder a la comprobación de valores de acuerdo
con los medios previstos en el artículo 57 de esta ley, salvo que el obligado tributario
hubiera declarado utilizando los valores publicados por la propia Administración
actuante en aplicación de alguno de los citados medios. Los medios del art. 57 LGT son los
siguientes:
La tasación pericial contradictoria se regula en el art. 135 LGT que dice que los
interesados podrán promover la tasación pericial contradictoria, en corrección de los medios
de comprobación fiscal de valores. La tasación pericial contradictoria suspende la
liquidación y el plazo para recurrir.
El procedimiento que se sigue es: realizar una valoración de los bienes por parte de los
peritos de la administración; después, el obligado tributario nombra un perito de confianza
para que valore los bienes; tras esto, se comparan las valoraciones, prevaleciendo la del
obligado tributario si es mayor que la de la administración tributaria o si la peritación de la
administración no supera en un 10% y 120.000 € a la peritación del sujeto pasivo. Si la
peritación de la administración es mayor a los topes anteriores, se va a designar un tercer
perito, que será el perito dirimente, que será colegiado y elegido por sorteo público o, en
defecto, si no existe colegio se solicitará al banco de españa que designe una sociedad de
peritación inscrita en el registro correspondiente. La valoración del 3º perito servirá de base
para la liquidación que proceda.
7
Este procedimiento es inviable para los requerimientos de poca cuantía, ya que los pagos
de los honorarios de los peritos se pagan de la siguiente forma: el del obligado lo paga el
obligado, el de la administración la administración y del tercero: si la tasación supera el 20%
de la primera tasación de la administración paga el obligado, pero si no supera ese 20%
paga la administración.
Clasificación.
Por último, desde el punto de vista del régimen jurídico es provisional aquella
liquidación que se puede rectificar por otra, en cambio, es definitiva aquella que no se
puede rectificar.
8
Lección 19ª. La inspección tributaria.
La inspección está regulada en los art. 141 y ss LGT y desarrollada en el RGGI. En ambas
normas se refiere a una serie de funciones administrativas, pero no da un concepto de
inspección.
Algunos estudiosos dicen que la inspección de los tributos se puede contemplar desde una
triple perspectiva: Por un lado, desde una perspectiva orgánica, conjunto de órganos de la
administración que llevan a cabo una serie de funciones. También desde una perspectiva
funcional, actividades o funciones que la LGT incluye en el ámbito de la aplicación de los
tributos. Por último, desde la perspectiva procedimental, conjunto de procedimientos a
través de los que los órganos de la inspección lleva a cabo sus funciones inspectoras.
Las funciones más importantes están reguladas en el art. 141 LGT. La inspección tributaria
consiste en el ejercicio de las funciones administrativas dirigidas a:
1
k) Las demás que se establezcan en otras disposiciones o se le encomienden
por las autoridades competentes.
El art. 142 LGT nos habla de esta cuestión. Se trata del conjunto de prerrogativas con las
que cuenta la inspección para llevar a cabo su función.
➔ Lugar. Art. 151 LGT. Se podrán realizar las actuaciones inspectoras en el domicilio
del obligado o su representante, lugar de realización de actividades económicas o
en el lugar en el que exista alguna prueba, al menos parcial, de la realización del
hecho imponible.
➔ Tiempo o Plazo. Sólo puede iniciarse la inspección cuando haya concluido el plazo
voluntario para el pago del tributo. Se iniciará la inspección con la notificación
correspondiente al obligado tributario. A los plazos del procedimiento se refiere el
art. 150 LGT: el plazo general es de 18 meses, pudiéndose extender a 27 meses
cuando se trate de obligados en que el importe neto de su cifra anual de negocios
sea igual o superior al requerido para auditar cuentas (5.700.000 €).
2
El art. 150.3 LGT incluye supuestos de suspensión del plazo de las actividades inspectoras,
éstas son:
En cambio, en el art. 150.4 y 150.5 LGT nos hablan de supuestos en los que se puede
extender el plazo de inspección.
El art. 150.6 LGT nos dice que el incumplimiento del plazo de duración del procedimiento
no determinará la caducidad del procedimiento, que continuará hasta su terminación,
pero producirá los siguientes efectos respecto a las obligaciones tributarias pendientes de
liquidar:
➔ Horario. Art. 152 LGT. Las actuaciones que se desarrollen en oficinas públicas se
realizarán dentro del horario oficial de apertura al público de las mismas y, en todo
caso, dentro de la jornada de trabajo vigente. Si las actuaciones se desarrollan en
los locales del interesado se respetará la jornada laboral de oficina o de la actividad
que se realice en los mismos, con la posibilidad de que pueda actuarse de común
acuerdo en otras horas o días. Cuando las circunstancias de las actuaciones lo
exijan, se podrá actuar fuera de los días y horas a los que se refieren los apartados
anteriores en los términos que se establezcan reglamentariamente.
3
3. El procedimiento inspector. Estructura y documentación. A. Iniciación. Los
planes de inspección. La denuncia. La comunicación. B. Desarrollo. La
diligencia. C. Conclusión: las actas. Concepto y clases. Actas de conformidad,
disconformidad o con acuerdo del contribuyente.
Art. 147 LGT: Puede iniciarse de oficio (en ejecución de un plan de inspección, en una
denuncia previa..). A petición del interesado sólo cabe cuando el interesado solicita que
una inspección de carácter parcial tenga alcance general.
Las actuaciones inspectoras pueden tener alcance general o parcial. Las generales
afectan a la totalidad de la obligación tributaria. Las parciales no afectan a la totalidad de la
acción tributaria o cuando la inspección sólo se refiere al cumplimiento de requisitos para
obtener beneficios fiscales.
➔ Desarrollo.
4
➔ Terminación. Art. 143 LGT.
En un procedimiento inspector hay más documentación a parte de las actas, esto es lo que
se denomina como documentación de las actuaciones en un procedimiento inspector.
Puede tratarse de: comunicaciones, requerimiento unilaterales de la inspección para
notificar el inicio o la necesidad de aportar documentación; diligencias, extendidas a lo
largo de la tramitación y que pueden recoger hechos relevantes de la deuda tributaria;
informes, que son pareceres internos que emiten órganos consultivos para ampliar el
contenido de las actuaciones.. Estos informes son obligatorios en las actas de
disconformidad o cuando resulte de aplicación el método de estimación indirecta.
Volviendo a las actas debemos decir que todas deben tener una serie de contenidos como:
lugar y fecha de su formalización, identificación del obligado tributario, hecho imponible,
propuesta de regulación, liquidación tributaria… También aparecerá la conformidad o
disconformidad del obligado tributario con la regularización y la propuesta que se le está
practicando. Se deberán incluir los recursos que sea posible plantear, órgano donde
presentarlos y plazo para hacerlo. Por último, la existencia o inexistencia de indicios de
infracción tributaria.
En base a esto debemos ver las clases de actas que nos podemos encontrar, estas
cuestión está regulado en el art. 154 LGT. A efectos de su tramitación, las actas de
inspección pueden ser con acuerdo, de conformidad o de disconformidad. Cuando el
obligado tributario o su representante se niegue a recibir o suscribir el acta, ésta se
tramitará como de disconformidad.
Son relativamente nuevas. Esto es un paso que se ha dado hacia formas convencionales
de terminación del procedimiento. Estas actas se suscriben en supuestos en que la
administración llega a un acuerdo con el obligado tributario. Cuando para la elaboración
de la propuesta de regularización deba concretarse la aplicación de conceptos
jurídicos indeterminados, cuando resulte necesaria la apreciación de los hechos
determinantes para la correcta aplicación de la norma al caso concreto, o cuando sea
preciso realizar estimaciones, valoraciones o mediciones de datos, elementos o
características relevantes para la obligación tributaria que no puedan cuantificarse de forma
cierta, la Administración tributaria, con carácter previo a la liquidación de la deuda
tributaria, podrá concretar dicha aplicación, la apreciación de aquellos hechos o la
estimación, valoración o medición mediante un acuerdo con el obligado tributario en
los términos previstos en este artículo.
5
Además, el acta con acuerdo incluirá necesariamente el siguiente contenido:
Firmar este acta supone unos costes para el obligado tributario, estos son: deberá constituir
garantías con carácter previo a la firma del acta, ya que la administración quiere asegurarse
el cobro de esa deuda. Otro coste es que disminuyen sus cauces de impugnación, ya que
sólo podrá acudir a la vía administrativa. Pero también tiene beneficios como: se obtiene
una reducción del 50% en la sanción siempre que se pague en el periodo voluntario la
liquidación notificada. Para la Administración el beneficio es que se asegura el cobro sin
tener que acudir a los tribunales.
Para poder firmar estas actas, con carácter previo a su realización, el inspector actuario
debe solicitar autorización expresa al inspector jefe. El inspector jefe tiene 10 días para
ratificar ese acta o para rectificar errores. Si no dice nada, a partir de los 10 días, comienza
el plazo voluntario para que el obligado ingrese la liquidación y la sanción.
➔ Actas de conformidad.
A estas se refiere el art. 156 LGT. Se suscriben o firman en aquellos casos en que el
obligado está de acuerdo con los hechos inspeccionados por el inspector actuante y con lo
reflejado en el acta. El obligado no podrá impugnar salvo que haya un error de hecho.
Los beneficios de firmar un acta en conformidad para el obligado tributario son: disminuye
un 30% las posibles sanciones y además habría una reducción adicional del 25% del resto
de la sanción siempre que pague en periodo voluntario o no recurra la liquidación de la
sanción. Por otro lado, los costes son: disminuyen sus vías de impugnación porque los
hechos sobre los que ha prestado su conformidad se presumen ciertos.
6
➔ Actas de disconformidad.
A ellas se refiere el art. 157 LGT. Se dan cuando el obligado tributario no está de
acuerdo con los hechos expuestos en el acta. Las singularidades de este tipo de acta
son: debe ir acompañada de un informe obligatorio del inspector actuario. Concluidos los 15
días en los que hay que notificar al obligado tributario, el inspector jefe puede advertir
errores en la propuestas, rectificando si es necesario, o puede ordenar actuaciones
complementarias, ordenando que se tramite un nuevo acta con las actuaciones
complementarias. Puede ratificar esas propuestas de liquidación inicial. Si encuentra
infracciones abrirá un procedimiento sancionador, en este caso sin reducciones porque está
firmada en disconformidad.
7
Lección 20ª. La recaudación del tributo.
El art. 160.2 LGT dice que la recaudación de las deudas tributarias podrá realizarse:
1
2. El aplazamiento y fraccionamiento de pago.
Con carácter general, pueden ser objeto de aplazamiento o fraccionamiento toda clase de
deudas o deudores tributarios tanto en periodo voluntario como en periodo ejecutivo.
Existen algunas excepciones.
2
Por contrario, si la resolución fuese estimatoria debemos ver qué ocurre cuando llega el
vencimiento del plazo concedido: si el obligado paga no hay problema, pero si el deudor no
paga o se retrasa en el pago, la cuantía de la deuda dependerá del comportamiento del
deudor. En todo caso, si la deuda estuviera garantizada cuando llegue el final del plazo de
aplazamiento se utilizará dicha garantía para el pago de la deuda, y si no hay dicha garantía
comenzará el periodo ejecutivo.
El pago de las deudas puede ser total o parcial. La falta de pago de la deuda en periodo
voluntario puede conllevar tres posibles consecuencias:
El periodo ejecutivo constituye el marco temporal en el que se sitúa una realidad material en
que se sitúa el cobro forzoso de las deudas tributarias. La recaudación que se va a llevar a
efecto en este periodo es diferente a la llevada a cabo en periodo voluntario. La nota común
del periodo voluntario y ejecutivo es: el deudor cuenta con la posibilidad en ambos periodos
de cumplir la deuda tributaria en cualquier momento. Si el deudor no paga la deuda, esta
será exigida mediante el procedimiento de apremio.
3
El período ejecutivo se inicia según el art. 161 LGT cuando finaliza el periodo voluntario del
pago de la deuda y la administración debe tener conocimiento de esa deuda impagada. El
principal efecto del período ejecutivo es la posibilidad de iniciar el procedimiento de
apremio. De forma voluntaria en período ejecutivo, y antes de iniciar el procedimiento de
apremio, el obligado podrá regularizar su situación y se le aplicarán los recargos del art. 27
LGT.
I. Es exclusivamente administrativo.
II. Autónomo
III. Ejecutivo
Se produce cuando inicia el período ejecutivo, hay una deuda apreciable y hay una
providencia de apremio. La efectividad del procedimiento se va a producir con la notificación
de la providencia de apremio, que debe contener una serie de datos especificados en el art.
70 LGT.
Los órganos de recaudación podrán adoptar medidas cautelares para asegurar la ejecución
del procedimiento de apremio.
4
Los materiales suponen que no se ha verificado el presupuesto material para la iniciación
del procedimiento de apremio, es decir, no existe deuda apremiable. Por otro lado, los
formales suponen irregularidades en los procedimientos, y en concreto, el art. 167 habla de
la falta de notificación de la liquidación tributaria, errores u omisiones en el contenido de la
providencia..
Transcurridos los plazos del art. 62.5 LGT, sin haberse producido el ingreso, el
procedimiento de apremio sigue su curso a través de una serie de actuaciones. La primera
de ellas es el embargo de los bienes. La segunda la valoración de los bienes. La tercera es
la enajenación de los bienes embargados. Por último, la imputación de la suma obtenida al
crédito tributario.
Embargo de bienes.
Los bienes se embargarán una vez transcurrido el plazo de pago de la deuda sin que haya
sido satisfecha. Los bienes se embargarán respetando el principio de proporcionalidad, este
embargo tiene que ser en cantidad suficiente para cubrir todos los gastos derivados del
procedimiento de apremio. Antes de proceder al embargo, si la deuda estaba garantizada,
se va a proceder a ejecutar la garantía. Ello no obstante, la administración puede optar por
el embargo y venta de otros bienes antes de ejecutar la garantía establecida.
Embargados los bienes se procede a tasar todos aquellos que no sean dinero. La tasación
debe hacerse con carácter previo a la enajenación, para ello son competentes los órganos
de recaudación o los peritos designados por estos órganos.
5
Enajenación de los bienes.
La forma en la que se lleva a cabo la enajenación es la que regula el art. 172 LGT: La
enajenación de los bienes embargados se realizará mediante subasta, concurso o
adjudicación directa, en los casos y condiciones que se fijen reglamentariamente. La
forma general es la subasta pública.
Si lo conseguido con la enajenación cubre el crédito y las costas se declara solventadas las
deudas. En caso contrario, tendrán preferencia las costas.
a) Con el pago de la cantidad debida a que se refiere el apartado 1 del artículo 169
de esta ley.
b) Con el acuerdo que declare el crédito total o parcialmente incobrable, una vez
declarados fallidos todos los obligados al pago.
c) Con el acuerdo de haber quedado extinguida la deuda por cualquier otra causa.
El art. 165 LGT dice que hay dos formas de suspender el procedimiento:
6
supuestos previstos en la normativa tributaria. Será necesario prestar una
garantía para que se suspenda el procedimiento.
Además del pago, existen otras formas de extinguir las obligaciones tributarias.
Prescripción.
7
El art. 66 LGT nos dice: Prescribirán a los cuatro años los siguientes derechos: a) El
derecho de la Administración para determinar la deuda tributaria mediante la oportuna
liquidación; b) El derecho de la Administración para exigir el pago de las deudas tributarias
liquidadas y autoliquidadas; c) El derecho a solicitar las devoluciones derivadas de la
normativa de cada tributo, las devoluciones de ingresos indebidos y el reembolso del coste
de las garantías y d) El derecho a obtener las devoluciones derivadas de la normativa de
cada tributo, las devoluciones de ingresos indebidos y el reembolso del coste de las
garantías.
Existe un supuesto especial de prescripción en el art. 262 LGT: Prescribirá a los diez años
el derecho de la Administración para determinar y exigir el pago de la deuda tributaria que,
en su caso, resulte de la ejecución de la decisión de recuperación.
Es importante resaltar el art. 115 LGT que dice: La Administración Tributaria podrá
comprobar e investigar los hechos, actos, elementos, actividades, explotaciones,
negocios, valores y demás circunstancias determinantes de la obligación tributaria para
verificar el correcto cumplimiento de las normas aplicables. Dichas comprobación e
investigación se podrán realizar aún en el caso de que las mismas afecten a ejercicios
o períodos y conceptos tributarios respecto de los que se hubiese producido la
prescripción regulada en el artículo 66.a). En particular, dichas comprobaciones e
investigaciones podrán extenderse a hechos, actos, actividades, explotaciones y negocios
que, acontecidos, realizados, desarrollados o formalizados en ejercicios o períodos
tributarios respecto de los que se hubiese producido la prescripción regulada en el artículo
66.a), hubieran de surtir efectos fiscales en ejercicios o períodos en los que dicha
prescripción no se hubiese producido.
El art. 67 LGT distingue el cómputo del plazo dependiendo del tipo de supuesto del que se
trate dentro de los recogidos en el art. 66 LGT. Por ejemplo, si se trata del supuesto a) El
derecho de la Administración para determinar la deuda tributaria mediante la oportuna
liquidación, el plazo será desde el día siguiente a aquel en que finalice el plazo
reglamentario para presentar la correspondiente declaración o autoliquidación.
8
La prescripción se aplicará de oficio, incluso en los casos en que se haya pagado la deuda
tributaria, sin necesidad de que la invoque o excepcione el obligado tributario. La
prescripción ganada extingue la deuda tributaria.
Compensación.
La compensación de oficio opera, como regla general, para deudas que se encuentran en
periodo ejecutivo.
Condonación.
Se refiere el art. 75 LGT. Las deudas tributarias sólo podrán condonarse en virtud de ley, en
la cuantía y con los requisitos que en la misma se determinen.
Las deudas tributarias que no hayan podido hacerse efectivas en los respectivos
procedimientos de recaudación por insolvencia probada, total o parcial, de los obligados
tributarios se darán de baja en cuentas en la cuantía procedente, mediante la declaración
del crédito como incobrable, total o parcial, en tanto no se rehabiliten dentro del plazo de
prescripción de acuerdo con lo dispuesto en el apartado 2 del artículo 173 de esta ley. La
deuda tributaria se extinguirá si, vencido el plazo de prescripción, no se hubiera rehabilitado
9
Lección 21ª. Infracciones, sanciones y delitos contra la Hacienda Pública.
A estos principios se refiere el art. 178 LGT. La potestad sancionadora en materia tributaria
se ejercerá de acuerdo con los principios reguladores de la misma en materia administrativa
con las especialidades establecidas en esta ley. En particular serán aplicables los principios
de legalidad, tipicidad, responsabilidad, proporcionalidad y no concurrencia. El principio de
irretroactividad se aplicará con carácter general, teniendo en consideración lo dispuesto en
el apartado 2 del artículo 10 de esta ley.
Principio de legalidad.
Exige que sea una norma con rango legal la que establezca la infracción y su
correspondiente sanción. Aunque el TC ha admitido que el reglamento desarrolle alguna
materia sancionadora.
Principio de tipicidad.
Muy relacionado con el de legalidad. La norma que tipifique la infracción debe contener los
elementos esenciales de la misma, a fin de identificar con certeza y seguridad jurídica que
conducta debe ser sancionada.
Principio de proporcionalidad.
Principio de irretroactividad.
Se remite al art. 10. 2 LGT. Salvo que se disponga lo contrario, las normas tributarias no
tendrán efecto retroactivo y se aplicarán a los tributos sin período impositivo devengados a
partir de su entrada en vigor y a los demás tributos cuyo período impositivo se inicie desde
ese momento. No obstante, las normas que regulen el régimen de infracciones y sanciones
tributarias y el de los recargos tendrán efectos retroactivos respecto de los actos que no
sean firmes cuando su aplicación resulte más favorable para el interesado.
1
Principio de responsabilidad.
Regulado en el art. 179 LGT. Se equipara al clásico principio penal de culpabilidad, que
implica que para imponer una sanción hay que acreditar dolo o culpa en la conducta del
sujeto infractor. Esta exigencia mínima de culpabilidad está implícita en el concepto de
infracción tributaria del art. 183 LGT. El legislador tributario permite imponer sanciones
no sólo a quienes sean culpables, sino también a los que, según la ley, sean
responsables. Prueba de ello es que el art. 179 LGT señala: Las personas físicas o
jurídicas y las entidades mencionadas en el apartado 4 del artículo 35 de esta ley podrán
ser sancionadas por hechos constitutivos de infracción tributaria cuando resulten
responsables de los mismos. Y el art. 182 LGT hace referencia a responsables de las
sanciones tributarias. El art. 179.2 LGT nos habla de supuestos en los que las acciones u
omisiones tipificadas en las leyes no darán lugar a responsabilidad por infracción tributaria,
estas son:
A este principio se refiere el art. 180 LGT. Se trata de la concreción del principio non bis in
idem. Desde el punto de vista material debemos leer el art. 180.1 LGT, que dice: Una
misma acción u omisión que deba aplicarse como criterio de graduación de una infracción o
como circunstancia que determine la calificación de una infracción como grave o muy grave
no podrá ser sancionada como infracción independiente. Por otro lado, el art. 180.2
LGT dice: La realización de varias acciones u omisiones constitutivas de varias infracciones
posibilitará la imposición de las sanciones que procedan por todas ellas. El art. 180.3
LGT nos dice: Las sanciones derivadas de la comisión de infracciones tributarias resultan
compatibles con la exigencia del interés de demora y de los recargos del período
ejecutivo.
2
2. Sujetos infractores.
El art. 181 LGT nos dice: Serán sujetos infractores las personas físicas o jurídicas y las
entidades mencionadas en el apartado 4 del artículo 35 de esta ley que realicen las
acciones u omisiones tipificadas como infracciones en las leyes. Entre otros, serán sujetos
infractores los siguientes:
El art. 183 LGT define las sanciones tributarias como: Son infracciones tributarias las
acciones u omisiones dolosas o culposas con cualquier grado de negligencia que estén
tipificadas y sancionadas como tales en esta u otra ley. Los elementos del ilícito tributario
son los siguientes:
La ley debe establecer con suficiente precisión los elementos básicos de las sanciones,
pero el reglamento puede desarrollar ciertos aspectos.
En el ordenamiento tributario podemos encontrar tres tipos de infracciones según el art. 183
LGT, que dice: Las infracciones tributarias se clasifican en leves, graves y muy graves
(clasificación general).
3
A esta clasificación podemos añadir la que se deduce de los art. 191 a 206 bis LGT, que
hablan de la clasificación de las infracciones teniendo en cuenta la acción o perjuicio
ocasionado, clases:
Infracciones que generan un perjuicio económico (art. 191, 192 y 193 LGT).
Pueden ser leves, graves y muy graves. Serán muy graves si se utilizan medios
fraudulentos, por ejemplo: llevar doble contabilidad. Estas mismas infracciones serán
graves cuando la base de la sanción sea mayor a 3.000 € y exista una ocultación de datos
mayor al 10 % o cuando se emplean medios cuasi fraudulentos. Serán leves si la base de la
sanción es menor a 3.000€ o si la base de la sanción es mayor pero no existe ocultación.
El ordenamiento jurídico contempla sanciones para las infracciones que cometan los
sujetos. Las sanciones están clasificadas en el art. 185 LGT, que dice: Las infracciones
tributarias se sancionarán mediante la imposición de sanciones pecuniarias y, cuando
proceda, de sanciones no pecuniarias de carácter accesorio. Las sanciones pecuniarias
podrán consistir en multa fija o proporcional. Las sanciones pecuniarias se aplican en todo
caso, al contrario que ocurre con las accesorias, que se pueden aplicar o no. La sanción
que corresponde a cada infracción se recoge en los art. 191 y ss LGT.
Existen multas de carácter accesorio de naturaleza no pecuniaria, que son las que suelen
acompañar, en determinados supuestos, a las pecuniarias. Se recogen en el art. 186 LGT.
Las sanciones accesorias son: pérdida de posibilidad de obtener subvenciones públicas,
pérdida de posibilidad de aplicar beneficios fiscales, prohibición de contratar con AAPP..
Cualquier sanción aplicable debe tener en cuenta las circunstancias del sujeto infractor y
cumplir con los principios recogidos en la ley. Estos principios obligan a tener en
consideración en la cuantificación de las sanciones que permitan adaptarlos a cómo se
produce en cada caso la conducta infractora, esto es lo que conocemos como criterios de
graduación de las sanciones (art. 187 LGT).
4
Las sanciones tributarias se graduarán exclusivamente conforme a los siguientes criterios,
en la medida en que resulten aplicables:
Las causas a las que hace referencia el art. 189 LGT son: por el fallecimiento del sujeto
infractor y por el transcurso del plazo de prescripción para imponer las correspondientes
sanciones. El plazo de prescripción de las sanciones se podrá interrumpir por alguna de las
siguientes causas (art. 189.3 LGT): a) Por cualquier acción de la Administración tributaria o
b) Por la interposición de reclamaciones o recursos de cualquier clase, por la remisión del
tanto de culpa a la jurisdicción penal, así como por las actuaciones realizadas con
conocimiento formal del obligado en el curso de dichos procedimientos. Otra forma de
extinguir la responsabilidad por infracciones es regularizar la situación fiscal.
Las sanciones tributarias se extinguen por el pago o cumplimiento, por prescripción del
derecho para exigir su pago, por compensación, por condonación y por el fallecimiento
de todos los obligados a satisfacerlas.
Para poder sancionar por infracciones tributarias hay que seguir un procedimiento
administrativo específico para el ejercicio de esta potestad sancionadora. El procedimiento
se regula en los art. 207 a 212 LGT. En la LGT se habla de separación procedimental, este
procedimiento está separado del de liquidación de los tributos. Sin embargo, el art. 208
LGT establece dos excepciones: aquellos supuestos en que el contribuyente suscribe un
acta con acuerdo o cuando el contribuyente renuncia a la tramitación separada.
5
Las cuestiones relativas al procedimiento se regulan en los art. 209 a 211 LGT. Sus fases
son:
1. Iniciación.
Inicia de oficio mediante la notificación del acuerdo al obligado tributario. El acuerdo deberá
notificar a la entidad responsable, los hechos motivadores de la incoación del
procedimiento, la posible sanción, órgano competente para la resolución del expediente y la
notificación del derecho a formular alegaciones y la audiencia. La LGT fija un plazo de tres
meses para iniciar los procedimientos sancionadores, plazo que afecta a todos aquellos que
se incoen como consecuencia de un previo procedimiento de verificación de datos,
inspección.. El plazo comienza a contar desde el momento de la notificación. Si no se inicia
el procedimiento sancionador en este plazo supone que la administración no podrá ejercer
esta potestad posteriormente.
2. Instrucción.
El órgano competente debe realizar las actuaciones necesarias para determinar las
responsabilidades susceptibles de sanción. Se hará una notificación de propuesta de
resolución que incluirá la sanción, los medios de impugnación.. Los obligados tendrán un
plazo para formular alegaciones y presentar documentos, pruebas, etc.
3. Terminación.
Concluirá mediante resolución, que deberá ser notificada en el plazo máximo de 6 meses a
contar desde el inicio del procedimiento. El vencimiento de los 6 meses sin resolución
expresa producirá la caducidad del procedimiento. La caducidad podrá dictarse de oficio o a
instancia del interesado. La caducidad impedirá la iniciación de un nuevo procedimiento
sancionador.
Artículo 212.
6
La interposición en tiempo y forma de un recurso o reclamación administrativa contra una
sanción producirá los siguientes efectos:
Regulados en el CP. El CP recoge en sus art. 305 a 301 bis los delitos contra la Hacienda
Pública y la Seguridad Social. Se tipifican conductas que el legislador ha considerado de
especial gravedad, tanto si se refiere a la falta de pago de un tributo como las que generen
un gasto público falseando condiciones previstas en la ley.
1. Defraudación tributaria.
Regulado en el art. 305 CP. El tipo de este delito lo constituye la defraudación a la Hacienda
Pública eludiendo el pago de tributos, cantidades retenidas, obteniendo indebidamente
devoluciones o disfrutando de beneficios fiscales indebidamente.. siempre que la cuota
defraudada exceda de 120.000 €. Se trata de un delito de resultado que puede cometerse
tanto por acción como por omisión siempre que concurra el elemento intencional necesario
para que la conducta sea antijurídica. El bien jurídico protegido es el patrimonio de los entes
públicos territoriales. Cualquier obligado tributario puede cometerlo. Para determinar la
cuantía defraudada nos basamos en cada periodo impositivo del tributo. La pena de este
delito es prisión de 1 a 5 años y multa hasta x6 veces de la cuantía defraudada.
El 305 bis dice que la pena será mayor si concurre alguna de las siguientes circunstancias:
cuantía superior de 600.000€, que la defraudación la haga un grupo criminal, que se utilicen
personas físicas o jurídicas, paraísos fiscales.. oculte la identificación de la obligación fiscal
del obligado tributario.
2. Delito contable.
Se regula en el art. 310 CP. Su tipo está integrado por alguna de las siguientes conductas:
incumpliemiento de obligaciones contables y registrales en régimen de estimación directa,
doble contabilidad, omisiones o falsedades contables..siempre que el importe sea superior a
240.000 € para cada ejercicio económico. La pena para estos delitos es de prisión de 5 a 7
meses.
7
3. Delito de defraudación contra la Hacienda de la UE.
Art. 305.3 CP y art. 306 CP. El art. 305.3 prevé en su apartado tres la aplicación de las
penas del delito de defraudación tributaria cuando las conductas descritas en este precepto
se cometan contra la hacienda de la UE siempre que la cuantía excediera de 50.000 €. Si
estos actos los hacen organizaciones criminales o entidades que actúen bajo la apariencia
de una entidad económica será una agravante. Si la cuantía no llega a 50.000 € pero
excede de 4.0000 € se aplican penas más reducidas.
El art. 306 CP dice que quien por acción u omisión defraude los presupuestos generales de
la UE por cuantía superior a 50.000 € fuera de los casos del art. 305.3, será castigado con
prisión de 1 a 5 años y multa. Si la cuantía no llega a 50.000 € pero excede de 4.000 € se
aplican penas más reducidas.
Se regula en el art. 307 CP. Presenta caracteres muy semejantes al delito de defraudación.
El tipo lo constituye la elusión del pago de las cuotas de SS, obtención indebida de
devoluciones o disfrute indebido de deducciones con ánimo fraudulento siempre que la
cuantía de lo defraudado exceda de 50.000 €. Se aplica la misma pena que para el delito de
defraudación tributaria.
El art. 307 bis nos habla de una pena agravada cuando en la comisión del delito concurren
las siguientes circunstancias: cuantía superior de 120.000 €, que la defraudación se cometa
un grupo criminal o la utilización de personas físicas, negocios o paraísos fiscales que
dificulte la identificación de la identidad del obligado tributario frente a la SS.
El art. 307 ter castiga con 6 meses a 3 años de prisión a quien obtenga para sí o para otro
el disfrute de prestaciones del sistema de seguridad social o la prolongación indebida de un
disfrute de una prestación o facilite a otro su obtención.
Cuando los hechos no revistan especial gravedad serán castigados con una pena de multa.
Art. 308 CP. Se conoce como delito de fraude de subvenciones. Tipifica dos conductas:
8
Tema 22. Revisión de los actos administrativos tributarios.
La revisión de los actos administrativos tributarios puede llevarse a efecto en dos vías
distintas:
Art. 216 a 221 LGT y Tít.. II, arts. 4 a 20 Regl. de Revisión en Vía Administrativa (RRVA).
La nulidad es el vicio más grave que puede padecer un acto administrativo, razón por la
cual el ordenamiento jurídico abre un procedimiento especial que permite revisar el acto aún
cuando haya ganado firmeza.
1
4. Sean constitutivos de infracción penal o se dictan como consecuencia de
ésta.
5. Dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente
establecido o de las normas que contienen las reglas esenciales para la
formación de la voluntad en los órganos colegiados.
6. Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los
que se adquieren facultades o derechos cuando no se cumplan los requisitos
esenciales para la adquisición.
7. Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición legal
Para entender este procedimiento debéis recordar que la Administración autora de un acto
no debe desdecirse del mismo como regla general, de tal manera que una vez dictado, sí
ha reconocido derechos y obligaciones a un administrado, para corregirlo debe acudir a los
tribunales de lo contencioso administrativo previa declaración de que el acto es lesivo para
el interés público, viola el ordenamiento jurídico. La declaración de lesividad es pues, un
procedimiento administrativo previo y necesario a la impugnación en vía contencioso
administrativa. Es el procedimiento ordinario para que la administración autora de un acto
resolutorio se desdiga del mismo. Es un procedimiento pensado para actos firmes no
susceptibles de revocación ni incursos en causa de nulidad.
El artículo 218 de la LGT Y 7 a 9 del RRVA, hace suya la regulación tradicional de la figura
en el Derecho Administrativo. De la lectura de estos preceptos hemos de saber:
1. Los actos favorables a los administrados sólo podrán ser anulados por la
Administración en los casos de nulidad de pleno derecho y errores materiales.
2. Fuera de ellos, la Administración sólo puede declarar lesivos para el interés público
los actos favorables a los administrados en la medida en que los mismos suponen
infracción del ordenamiento jurídico, para posteriormente proceder a su impugnación
en vía contencioso-administrativa.
3. Órgano competente para declarar la lesividad: Ministro EH.
4. Plazo: 4 años desde la notificación del acto que se pretende declarar lesivo. Es decir
la declaración de lesividad se ha de proponer dentro del plazo de prescripción.
5. Como se deduce de lo anteriormente señalado, la declaración de lesividad no
anulará el acto o resolución, sino que para ello la Administración deberá impugnar
en sede Contencioso-administrativa, y será esta jurisdicción la que anule o no el
acto declarado lesivo.
Objeto: anulación de actos desfavorables para los administrados, dentro del período de
prescripción, en los que se dé cualquiera de las siguientes circunstancias:
2
La revocación no podrá constituir, en ningún caso, dispensa o exención no permitida por las
normas tributarias, ni ser contraria al principio de igualdad, al interés público o al
ordenamiento jurídico.
Órgano competente: Director del departamento del que depende el órgano que dictó el acto.
Lo característico de este procedimiento es que la levedad del defecto que padece el acto
inclina al legislador a abrir la posibilidad de corregirlo aunque haya ganado firmeza, y sin
necesidad de recurrir mediante un sencillo procedimiento en el que se evidencia el error
fáctico.
El plazo máximo para notificar resolución expresa será de seis meses desde que se
presente la solicitud por el interesado o desde que se le notifique el acuerdo de iniciación de
oficio del procedimiento. El transcurso de dicho plazo producirá la caducidad del
procedimiento iniciado de oficio o la desestimación por silencio administrativo si lo inició el
interesado.
Por último, señalar que las resoluciones que se dicten en este procedimiento serán
susceptibles de recurso de reposición y de reclamación económico- administrativa.
Se abonan intereses de demora sin necesidad de que se pidan por el obligado tributario.
3
El derecho a la devolución se genera por:
El recurso se realizará como hemos señalado por escrito, y debe contener las alegaciones
del contribuyente.
4
El plazo máximo para notificar la resolución será de un mes contado desde el día siguiente
al de presentación del recurso, transcurrido el cual sin resolución expresa se generarán los
siguientes efectos:
Actos reclamables.
5
ÓRGANOS ANTE QUIENES SE INTERPONEN LAS RECLAMACIONES.
Funcionarán:
2. TEAC. Competente:
6
REA: LEGITIMADOS Y SUSPENSIÓN.
Legitimados:
Suspensión.
➔ Sólo será automática si se aporta garantía. La garantía debe cubrir: importe del acto,
intereses por el período en suspenso y los recargos exigibles al tiempo de la
solicitud de la suspensión. las garantías aceptadas, deben ser aportadas al órgano
de recaudación, son las mismas que en reposición.
➔ Si el interesado demuestra imposibilidad de aportar garantías anteriores, se permite
la aportación de otros diferentes, siendo competente para conceder la suspensión
del órgano de recaudación.
➔ No hace falta garantía si son sanciones o se aprecia que se puede haber producido
error material, de hecho o aritmética, cuando la ejecución pudiera causar perjuicios
de difícil o imposible reparación, y así lo reconozca el TEA competente.
REA. PROCEDIMIENTO.
Inicio y tramitación
1. Por escrito del interesado. Debe presentarse ante el órgano que dictó el acto que
tiene un mes para remitir junto con el expediente al TEA y un informe si así lo
considera.
2. Plazo máximo: un mes a contar desde el siguiente a la notificación del acto que se
recurre.
3. Si el escrito de interposición del recurso incluye alegaciones, el órgano que dictó el
acto podrá, en el plazo de un mes, anular total o parcialmente el acto siempre que
no se hubiera presentado previamente recurso de reposición.
4. Recibido por TEA la totalidad del expediente procederá a ponerlo de manifiesto al
interesado para que en el plazo máximo de un mes, presente escrito de alegaciones.
5. El interesado podrá instar la práctica de pruebas testificales, periciales o
declarativas, no pudiendo el tribunal denegar aquellas relativas a hechos relevantes.
7
REA. TERMINACIÓN
Características:
REA. RECURSOS
8
c) Procedimiento:
A) Casos: Contra las resoluciones dictadas por los TEA Regionales y Locales en
primera instancia.
a) Los interesados.
b) Los D. G. del Mº de Hacienda y D. Departamento de la AEAT.
c) Los órganos equivalentes de las CCAA respecto a tributos cedidos.
A) El objeto de este recurso son las resoluciones dictadas por los TEA Regionales y
Locales no susceptibles de recurso de alzada ordinario cuando:
9
C) Procedimiento para el recurso extraordinario de alzada para unificación de criterio:
10
PREGUNTAS TEST FINANCIERO.
1. P. ¿En cual de los siguientes ámbitos la reserva de ley posee un alcance menos rígido?
R. En el establecimiento de la cuan a de tasas; en la regulación de los aspectos
procedimentales; (2)
10. P. La exención:
R. Supone una excepción al nacimiento de la obligación tributaria que puede atentar
contra el principio de proporcionalidad si no se fundamenta en nes de interés general.
1
fi
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ti
fi
ti
tí
ti
fl
fi
ti
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12. P. Por economía de opción se en ende en derecho tributario:
R. Dis ntas posibilidades lícitas de con gurar la carga tributaria por parte de los
contribuyentes.
17. P. El contribuyente:
R. Mani esta la capacidad económica o la riqueza que se quiere grabar.
20. P. El contribuyente de un impuesto debe sa sfacer 4€ por cada litro de alcohol que
fabrica. Este impuesto contempla:
R. Un po de gravamen especi co y una base imponible no dineraria.
22. P. El resultado de prac cas sobre la cuota liquida, las reducciones establecidas por la
ley es la cuota:
R. Diferencial.
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23. P. La deuda tributaria es la can dad a pagar en concepto de un tributo.
R. Correcto y esta integrada por la cuota integra y otras prestaciones accesorias.
29. P. Establece la LGT que salvo que otra ley preceptúe lo contrario, la responsabilidad
tributaria será:
R. Subsidiaria.
32. P. Una declaración de renta a devolver, presentada dos meses después del periodo
voluntario lleva aparejado:
R. No lleva recargo alguno.
33. P. Los recargos por presentar declaraciones extra temporáneas (art 27) son:
R. Los liquida el obligado tributario.
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34. P. Son funciones de la inspección tributaria:
R. comprobación e inves gación de los hechos imponibles; prac car liquidaciones
tributarias; obtener información; CORRECTAS TODAS.
36. P. Los entes del 35.4 LGT ¿pueden ser considerados como sujetos pasivos? (herencias,
comunidades de bienes)
R. Siempre que lo prevea la ley de cada tributo.
37. P. La exención:
R. Son supuestos de exención aquellos en que, a pesar de realizarse el hecho imponible,
la ley exime del cumplimiento de la obligación tributaria principal.
41. P. Alícuotas.
R. Tipos de gravamen.
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46. P. La cuota liquida se ob ene:
R. Restado a la cuota integra las deducciones que pudiera exis r en la ley.
55. P. Los entes del 35.4 LGT pueden ser considerados sujetos pasivos.
R. si
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57. P. Una vez resuelto el REA en segunda instancia procederá en su caso : recurso
extraordinario de alzada
R. REA ante TEAC.
62. P. Si la ley de un impuesto toma en cuenta las circunstancias personales del sujeto
pasivo a la hora de cuan car la deuda, hallamos ante un tributo:
R. Subje vo.
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70. P. Ingreso publico extraordinario.
R. venta de bienes patrimoniales.
72. P. El HI es:
R. Elemento obje vo del tributo; elemento del tributo cuya realización origina el
surgimiento de la obligación tributaria.
77. P. Si de una inv. Por inspector de nanzas respecto a un contribuyente indicios de delito
scal.
R. Se suspenderá el procedimiento admr. y se pasara el tanto a la jurisdicción
correspondiente. (penal)
79 P. Las actas extendidas por los órganos de inspección en el desarrollo del procedimiento
de inspección.
R. Con enen una propuesta de liquidación.
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82. P. Documentos de la inspección para recoger hechos y manifestaciones:
R. Diligencias.
85. P. la exención:
R. No generan derechos adquiridos.
88. P. la infracción tributaria producida por “dejar de ingresar” u lizando como medio
“ocultación “ es: (leve si no hubiera ocultacion)
R. Grave
94. P. La contestación a las consultas tributarias escritas tendrán efectos vinculantes para
la admr.:
R. SI
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95. P. las liquidaciones tributarias pueden ser:
R. Provisionales y de ni vas.
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