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Principio del Valor Humano: Este principio reconoce la dignidad inherente de cada ser
humano. Implica que todas las personas deben ser tratadas con respeto, igualdad y justicia.
En el ámbito legal, se traduce en la protección de los derechos humanos básicos y la
promoción de condiciones que permitan a las personas desarrollarse plenamente. También
se refiere a la consideración de las necesidades y valores humanos en la toma de decisiones,
priorizando el bienestar y la dignidad de las personas por encima de otros intereses.
Principio de Colaboración: En el ámbito legal y en diversas áreas de la vida social, la
colaboración es fundamental para lograr resultados positivos y equitativos. Este principio
implica que las partes involucradas en un proceso deben trabajar juntas de manera
constructiva y de buena fe para alcanzar soluciones que beneficien a todos. Por ejemplo, en
la resolución de conflictos, la colaboración entre las partes puede llevar a acuerdos
mutuamente beneficiosos en lugar de enfrentamientos prolongados y costosos.
Principio de Buena Fe: Este principio se relaciona con la honestidad y la sinceridad en las
relaciones y transacciones. En el ámbito legal, implica que las partes deben actuar con
honestidad y lealtad en sus tratos y contratos. La buena fe también implica evitar cualquier
tipo de engaño, ocultamiento de información relevante o aprovechamiento injusto de una
situación. Cuando las partes actúan de buena fe, se promueve la confianza y la estabilidad
en las relaciones sociales y comerciales.
El Estado tiene un papel fundamental en el ámbito del Derecho del Trabajo. Su función
principal es garantizar el equilibrio entre los empleadores y los trabajadores, asegurando
condiciones laborales justas y protección para los empleados. Esto incluye la creación y
aplicación de leyes laborales, así como la supervisión de su cumplimiento.
Este principio garantiza que toda persona tiene el derecho de elegir libremente su trabajo u
oficio, de acuerdo con sus habilidades, intereses y capacidades. La libertad de escoger el
trabajo deseado está respaldada por la Constitución de la República, que reconoce este
derecho como fundamental. Esto significa que nadie puede ser obligado a realizar un
trabajo en contra de su voluntad, siempre y cuando sea legal y respete las normativas
laborales vigentes.
La Irrenunciabilidad de los Derechos del Trabajador (Principio V, Art. 38 y 669 del Código
de Trabajo y 96 del Reglamento No. 258):
Este principio asegura que los derechos laborales reconocidos por ley son irrenunciables, es
decir, los trabajadores no pueden renunciar a ellos aunque así lo deseen. Esto se debe a que
dichos derechos son considerados esenciales para garantizar condiciones dignas y justas en
el trabajo. El Código de Trabajo y otros reglamentos establecen los derechos mínimos de
los trabajadores, como el derecho a la remuneración justa, vacaciones, seguridad social,
entre otros. Por tanto, cualquier acuerdo o contrato que viole estos derechos será
considerado nulo según este principio.
Este principio establece que los trabajadores tienen el derecho y la obligación de ejercer sus
derechos laborales de manera plena y efectiva, así como de cumplir con las obligaciones
que les corresponden. Los trabajadores tienen derecho a exigir el cumplimiento de las
normas laborales que les protegen, como el pago puntual de salarios, el respeto a la jornada
laboral, el acceso a vacaciones y seguridad social, entre otros. Asimismo, tienen la
obligación de cumplir con las normas de conducta y desempeño laboral establecidas por el
empleador.