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que la raza no debe seguir siendo un factor en el proceso de

Daltonismo racial admisión a una universidad.


La magistrada Sonia Sotomayor, una de las que se opusieron a la
Leopoldo Villar Borda decisión (aprobada por seis contra tres), dijo que con ella la Corte
validó “una regla superficial de daltonismo racial” con la cual
05 de abril de 2024 -El Espectador despojó a los miembros de las minorías raciales, segregados
endémicamente, de la posibilidad de obtener beneficios
El racismo está de regreso. El que manchó la historia de la fundamentales en compensación por la discriminación que han
nación más rica y poderosa del planeta. El que impulsó a toda sufrido históricamente.
una generación a levantarse y protagonizar una de las mayores Estos son solo dos ejemplos de la acción regresiva de la Corte
gestas colectivas registradas en el siglo XX, con líderes como desde cuando su composición fue alterada en favor del ala más
Martin Luther King a la cabeza. El que creímos derrotado el siglo conservadora por los nombramientos de Trump. Es fácil anticipar
pasado, cuando el Congreso de Estados Unidos interpretó el lo que espera a la gran nación norteamericana si se cumple el
sentimiento de las masas al consagrar derechos negados por retorno al poder, al parecer inevitable, del indeseable personaje.
mucho tiempo a las minorías, en particular a la población
afrodescendiente. El que parecía cosa del pasado cuando Barack
Obama, el primer negro elegido presidente en más de dos siglos Por Leopoldo Villar Borda
de vida republicana en Estados Unidos, llegó a la Casa Blanca el
20 de enero de 2009.
Periodista y corresponsal en Europa
Todos esos acontecimientos marcaron el que parecía ser un
cambio histórico en la vida de ese país. Pero la dura realidad nos
está demostrando que, así como ha habido momentos de
progreso, también los hay de retroceso histórico. No pasó mucho
tiempo antes de que el lobo de la reacción ultraconservadora
asomara las orejas en la sociedad estadounidense. Su expresión
más cruda fue la aparición de Donald Trump en el escenario
político y su desconcertante elección en la Presidencia.
Sin cumplirse todavía su temido regreso a la Casa Blanca,
continúan los estragos que dejó su paso por ella de 2017 a 2021.
Entre ellos sobresale esa especie de golpe de Estado judicial que
representó la incorporación de dos magistrados reaccionarios a la
Corte Suprema de Justicia, que hizo retroceder el reloj de la
historia en más de medio siglo. Sentencias dictadas por la Corte
desde cuando Trump nombró a Brett Kavanaugh y Amy Coney
Barrett, en reemplazo de los fallecidos Antonin Scalia y Ruth
Bader Ginsburg, han borrado avances sociales consagrados en la
ley desde hace décadas y regresado a Estados Unidos a un
pasado que casi nadie creía posible revivir.
En virtud de esas sentencias, Estados Unidos está viviendo una
contrarrevolución silenciosa que puede resultar más duradera que
los efectos de cualquier guerra. Mientras las explosiones de las
bombas que siembran muerte y destrucción en Ucrania y Gaza
retumban en todo el mundo, la callada acción de la Corte
Suprema estadounidense está anulando conquistas por las que la
sociedad civil luchó durante siglos y solo pudo alcanzar tras
librar grandes y duras batallas.
Así como hace un año y medio la Corte puso fin a la célebre
sentencia del caso Roe vs. Wade en favor del derecho al aborto,
hace poco el máximo tribunal estadounidense eliminó la acción
afirmativa adoptada por ley hace más de medio siglo para
promover la diversidad racial en las universidades. Aquella fue
una de las muchas iniciativas impulsadas durante la lucha por los
derechos civiles desde 1960. Su objetivo era favorecer a los
estudiantes de las minorías raciales tradicionalmente segregadas.
Entre las universidades que adoptaron esa política en sus
sistemas de admisión estaban la de Harvard y la de Carolina del
Norte, que fueron demandadas por una organización privada. La
Corte Suprema dio la razón a esta última y al hacerlo dictaminó

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