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Respetable Logia Libertadores Nº434


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La Sal como Símbolo


A.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

Oriente de Buenos Aires, 17 de junio de 2012, e. v.

LA SAL COMO SÍMBOLO


Por LUIS

V:.M:. y QQ:.HH:. Todos:

A la Sal desde la antigüedad, se le ha dado diferentes significados, habiendo sido


tomados algunos de ellos por la M:.

Desde el punto de vista químico, la sal es un compuesto formado por cationes


(iones con carga positiva) enlazados a aniones (iones con carga negativa). Es
producto de una reacción química entre una base (el catión) y un acido (el anión).

Tiene la propiedad de ser soluble en agua, donde se separan los iones. La


solubilidad simboliza la unión del YO con Dios, con el UNIVERSO. En el Antiguo
Testamento, es símbolo de la alianza entre Dios y el pueblo hebreo, también
nombrada “Alianza de sal”. Podemos leer en el Levítico (2,13): ”A toda oblación
que presentes le podrás sal; no dejarás que a tu ofrenda le falte la sal de la alianza
de Yavéh; en todas tus ofrendas ofrecerás sal”. Dios mismo firma sus pactos más
sagrados sellándolos con ella, al decir “…te lo doy a ti, a tus hijos y a tus hijas
contigo, en estatuto perpetuo; es pacto de sal perpetuo, ante Yavéh contigo y con
toda tu descendencia» (Levítico 18, 19), compromiso que ha de perdurar por los
:
siglos: “¿No sabéis vosotros que Yavéh, Dios de Israel, dió a David el reino de
Israel para siempre a él y a sus hijos en pacto de sal?» (Paralipómenos II 13, 5).

Desde los primeros tiempos de la humanidad, resulta un ingrediente fundamental


no sólo para dar sabor a las comidas y para conservar los alimentos, sino para el
sustento cotidiano.

Conserva los alimentos, pues impide que se desarrollen y reproduzcan las


bacterias. Tan importante era la sal en dicha función, en épocas antiguas y tan alto
su valor, que las legiones romanas recibían en ocasiones su sueldo o soldada en
sal. De ahí que el cobro por un trabajo prestado reciba el nombre de salario. Por su
cualidad de conservar los alimentos simboliza la incorruptibilidad y la purificación.
El uso de la sal en la Iglesia pertenece exclusivamente al rito romano. El ritual
conoce dos tipos de sal para propósitos litúrgicos: la sal bautismal y la sal bendita.
Entre los símbolos que se usan en el bautismo para que podamos representarnos
algo que está sucediendo por dentro y que no podemos ver, es el de la colocación
de un poco de sal previamente purificada y santificada por oraciones y exorcismos
especiales, en la lengua del bautizado. Esto es una señal de bienvenida a nuevo
miembro de la Iglesia y el gusto por las cosas de Dios que la gracia del Bautismo le
dará al bautizado. La otra sal es exorcizada y bendecida en la preparación de
agua bendita.

La sal es un elemento necesario en nuestra alimentación, aunque el organismo


humano sólo lo necesita en cantidades ínfimas. Posibilita el buen funcionamiento
de nuestro organismo, al intervenir gracias a su composición química, en el
avance de los fluidos del cuerpo, en la transmisión de los impulsos nerviosos y en
la contracción de los músculos. Por ello, simboliza el alimento espiritual: en el
Nuevo Testamento, Jesús exhorta a sus discípulos a ser “la sal de la tierra”, a
transmitir la verdad de Cristo. La sal es un símbolo de purificación: consumirla
significa comulgar Alimento de la alianza espiritual.

En Alquimia, la sal da sustancia y equilibra las cosas, actuando sobre el azufre


(padre de sabiduría, principio masculino, activo, eléctrico, y creativo) y el
mercurio (madre ciencia, principio femenino, atractivo, magnético y receptivo),
:
gracias al cual éste se anima. La sal simboliza el cuerpo físico, el azufre el alma y
el mercurio el espíritu. El atanor, como horno de fusión, es el propio cuerpo del
operador, mientras que el crisol resulta el embrión. El mercurio, además, simboliza
lo fluido, dinámico, femenino, dual. Y el azufre también simboliza lo fijo, estable y
masculino. La sal es el moderador y estabilizador de ambas tendencias. Cuando
se completan las fases y operaciones alquímicas, la Sal de los filósofos aparece
como unión de los dos principios y es entonces cuando el alquimista ya se
convierte en adepto, al transformarse en el andrógino alquímico, que simboliza la
unión de los opuestos.

Para los hebreos, árabes y griegos, compartir la sal significa establecer un lazo de
hospitalidad y fraternidad, porque su sabor es indestructible. Entre griegos y
romanos existía un refrán popular que advertía que, para conocer a un amigo, era
necesario haber consumido juntos muchos modios de sal. Aristóteles, dice que no
se debe tener un amigo sin ponerlo a prueba, no por un solo día, sino por mucho
tiempo; señala al hablar de la amistad perfecta, que es la que se da entre hombres
semejantes en virtud; que en su opinión, sólo esta amistad es en verdad
perdurable, ya que hace falta del tiempo y del trato, pues, según el proverbio, no
es posible conocerse mutuamente los hombres antes de haber consumido
juntamente la sal.

Por su parte, Cicerón se hace eco de estas ideas al decir que la amistad más
antigua debe ser la más agradable, como esos vinos que resisten al tiempo; y es
verdad aquello que se dice: que se deben comer juntamente muchos modios de
sal para que sea colmada la tarea de la amistad. Cicerón emplea el verbo edere, es
decir, “comer”, lo cual, refleja el hecho de que los romanos consideraban que la
sal en sí misma constituía una verdadera comida, y además la tenían por un
nutrimento muy saludable.

Plutarco explica con amplitud, el hecho de que los antiguos consideraran que la
sal, por sus nobles virtudes, era el producto más grato a los dioses, y por ello, ya
desde Homero, fue llamada divina sal.

La sal para los griegos, también representaba a la civilización, según surge de


:
estos versos de la Odisea: “márchate luego, hasta que llegues a aquellos que el
mar no conocen, esos hombres no comen comida mezclada con sal, ni conocen
las naves”.

Para los romanos, la sal constituía una representación de la agudeza intelectual,


del ingenio, de la astucia, de la sagacidad, incluso del sarcasmo. En el ámbito de la
retórica, el término “salado” (salsum) designaba al discurso que, con gracia e
ingenio, movía generalmente a la alegría y a la risa. Quintiliano, por ejemplo, dice
que “salado” se refiere a lo que hace reír, porque toda expresión que hace reír
debe estar acompañada por cierta sal y entiende por “salado”: lo que no es
insulso, así, por ejemplo, cierto sencillo condimento del discurso que se deja
sentir por el juicio, como por el paladar, y que excita y defiende del tedio al
discurso. Pues, a la manera que las sales, esparcidas con justa medida, añaden a
la comida algo de su propia delicia, así también esos discursos que tienen sal
añaden algo que nos hace tener sed de escuchar.

Sal y salsum, la sal y lo salado, traspasan las fronteras de la composición química,


para simbolizar la virtud del orador y la cualidad del discurso. Plinio el Joven, en la
carta donde anuncia la muerte de Marcial, escribe que “era un hombre ingenioso,
agudo, ácido, quien al escribir tenía muchísimo de sal y de hiel”.

La sal metafóricamente resulta uno de los ingredientes indispensables para la


elocuencia. Cicerón señala que el discurso no debe resultar insípido, toda oración
—dice— debe estar aderezada con sal y, en ese mismo sentido, el apóstol san
Pablo aconsejará: “que vuestra conversación sea siempre amena, sazonada con
sal”

Al ser considerada la sal muy valiosa, si se derramaba podía generar graves


pérdidas y mala fortuna y por ello, se comenzó a apoyar sobre una mesa, de modo
que cada uno se hiciera responsable por su propia manipulación. Esto se aprecia
en el cuadro La Ultima Cena de Leonardo da Vinci (1495), representando a Judas
junto a un salero caído. Para conjurar la mala suerte, se supone que lanzando dos
pizcas de sal sobre el hombro izquierdo, se puede invertir la desgracia. Esto tiene
origen en que se creía que un espíritu malvado estaba parado detrás de las
:
personas, en su izquierda. ¡Si se lanzaba sal sobre el hombro izquierdo, ésta
entraría en sus ojos y lo asustaría.

Como hemos visto, la sal entre otros, es símbolo de la purificación, la unión con
Dios, la unión de los opuestos, la fraternidad y el ingenio y por ello, es uno de los
elementos que se encuentran presentes en la C:. de R:.

S.F.U.
Cumplido Venerable Maestro

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