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La sal tenía más de 14,000 usos en la antigüedad, incluyendo preservar alimentos antes de la refrigeración y curar heridas. Era tan valiosa que se usaba como moneda y provocó guerras. En la Biblia, Jesús dijo que sus seguidores eran "la sal de la tierra" para preservar a la humanidad de la descomposición, aunque la sal pierde su propósito si se corrompe y deja de ser salada.
La sal tenía más de 14,000 usos en la antigüedad, incluyendo preservar alimentos antes de la refrigeración y curar heridas. Era tan valiosa que se usaba como moneda y provocó guerras. En la Biblia, Jesús dijo que sus seguidores eran "la sal de la tierra" para preservar a la humanidad de la descomposición, aunque la sal pierde su propósito si se corrompe y deja de ser salada.
La sal tenía más de 14,000 usos en la antigüedad, incluyendo preservar alimentos antes de la refrigeración y curar heridas. Era tan valiosa que se usaba como moneda y provocó guerras. En la Biblia, Jesús dijo que sus seguidores eran "la sal de la tierra" para preservar a la humanidad de la descomposición, aunque la sal pierde su propósito si se corrompe y deja de ser salada.
Hoy en día pensamos en la sal solo como un sazonador para
nuestros alimentos, pero en la antigüedad la sal tenía más de 14.000 usos. A lo largo de la Historia, la sal ha sido utilizada para casi todo, desde derretir hielo hasta relajar los músculos.
Los antiguos se dieron cuenta que la vida no podía existir sin
la sal, por lo que llegó a utilizarse como moneda y hasta provocó guerras.
Hay más de treinta referencias en la Biblia acerca de la sal,
incluido el infame momento en el que la esposa de Lot es convertida en memorial de sal por haber volteado hacia Sodoma en el momento de su destrucción (Génesis 19:26).
Pero concretamente el uso preferido de la Palabra es el
preservador: al contrario de la levadura, la cual corrompe la masa con la que se hace el pan, la sal era utilizada como preservante de alimentos. Cabe recordar que antes no disponían de refrigeradores eléctricos como hoy día, así que usaban la sal para detener el proceso de descomposición de la comida.
Otro uso de la sal mencionado en los evangelios por el Señor
Jesucristo es el sanador y antiséptico.
De tal manera que cuando le dice a la iglesia “ustedes son la
sal de la tierra” está diciendo que nosotros detenemos el proceso de descomposición de la humanidad, al mismo tiempo que le traemos sanidad, esto es, salvación.
-o-
La palabra "salario" proviene de las cantidades de sal que
se entregaban como paga a los legionarios romanos. Por su utilidad para la subsistencia diaria, la sal era considerada de gran valor. En la antigüedad para establecer una
colonia se aseguraba al abastecimiento de agua y sal. El
Mar Muerto proveía cantidades importantes de sal a toda la región, por lo que el control de esa zona era estratégico para Roma.
-o-
Si la sal dejare de ser salada
Vosotros sois la sal de la tierra; Pero si la sal pierde su sabor,
¿Con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Mateo 5:13-14
De la misma manera en que la sal era usada para detener el
proceso corruptivo en los alimentos, así también nosotros, la iglesia, detenemos con nuestra presencia la descomposición de nuestra sociedad.
Sin embargo la sal también puede entrar en proceso de
descomposición. Uno de los síntomas que da la sal cuando comienza a corromperse es que pierde su sabor.
Si la iglesia comienza a participar del mismo proceso
corruptivo le pasa lo mismo que a la sal cuando deja de ser salada: pierde toda utilidad y razón de ser.
Una vez que la sal perdía definitivamente sus cualidades, o
había absorbido humedad volviéndose líquida y sucia, se guardaba para el invierno y se tiraba a la calle, porque en esa época las calles de Jerusalén se cubrían de hielo, y el compuesto salino lo derretía evitando así los resbalones.
Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se
sazonará? Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír oiga. Lucas 14:34
Al ser la sal el elemento purificador por excelencia, resultaba
extremadamente absurdo pensar en algo para purificarla.
Así que una vez que la sal comenzaba el proceso de
corrupción y ya no se podía usar en los alimentos se echaba a la tierra y ayudaba en su fertilidad, o al muladar, para combatir la inmundicia. Pero ya cuando definitivamente se habían extinguido totalmente sus cualidades purificadoras y solo servía para acumular inmundicia sin ningún miramiento se desechaba.
Si la iglesia pierde su santidad y participa en la inmundicia
humana (Efesios 5:5-7) también pierde todo su propósito en esta tierra, y sin ninguna contemplación será echada fuera, al lloro y crujir de dientes (Mateo 8:12).