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Si la sal se vuelve insipida….

Mar 9:42 Y cualquiera que escandalizare á uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor
le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y fuera echado en la mar.
Mar 9:43 Y si tu mano te escandalizare, córtala: mejor te es entrar á la vida manco, que
teniendo dos manos ir á la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado;
Mar 9:44 Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga.
Mar 9:45 Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo: mejor te es entrar á la vida cojo, que
teniendo dos pies ser echado en la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado;
Mar 9:46 Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Mar 9:47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al reino de Dios con
un ojo, que teniendo dos ojos ser echado á la Gehenna;
Mar 9:48 Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

Mar 9:49 Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal.
Mar 9:50 Buena es la sal; mas si la sal fuere desabrida, ¿con qué la adobaréis? Tened en
vosotros mismos sal; y tened paz los unos con los otros.

Mat 5:13 Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada?
no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.

2007-12-11

P. Daniel Barrera, msp

Es muy cómodo «arreglar» los problemas del mundo platicando y tomando una taza de café.
También es relativamente fácil encontrar las razones por las cuales se va perdiendo la fe y
los valores en un mundo dominado por el materialismo y las falsas ideologías.

Los cristianos no hemos sabido proyectar la vida de fe en los problemas actuales; hemos
perdido el celo y la militancia; hemos dejado de ser el fermento en la masa. No somos
capaces de iluminar el mundo. Nos hemos vuelto flojos...

En el «Sermón del monte», Cristo nuestro Señor nos exhortó a ser la «sal de la tierra» (cf.
Mt 5, 13). ¿Por qué, entonces, los cristianos dejamos de ser la sal? ¿Por qué ya no tenemos
capacidad de dar sabor a la vida de la gente? ¿Por qué nos hemos vuelto desabridos?
EL SIMBOLISMO DE LA SAL

(cf. Job 6, 6).SACRIFCIO COMER SIN SAL.

La sal tiene, desde la antigüedad, capital importancia. Los alimentos insípidos o poco
sabrosos, con un poco de sal ofrecen un mejor sabor. En el libro de Job se menciona que
una de las tantas pruebas que el hombre debía saber sufrir era la de comer sin sal (cf. Job
6, 6).

Job 6:6 ¿Se comerá lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en la clara del huevo?

UTILLIDADES DE LA SAL EN LA ANTIGUEDAD

La sal también ha sido utilizada como un conservador de alimentos. Los habitantes del
desierto consideraban la sal como una cosa preciosa, porque gracias a ella podían contar con
alimento para sus largas travesías. Llegó a ser para algunas tribus un verdadero «oro
blanco», una moneda con la cual se podía comerciar.

«oro blanco»

(cf. Lv 2, 13).SIMBOLO DE ALIANZA.

Lev 2:13 Y sazonarás toda ofrenda de tu presente con sal; y no harás que falte jamás de tu
presente la sal de la alianza de tu Dios: en toda ofrenda tuya ofrecerás sal.

Para los judíos del Antiguo Testamento la sal era también un símbolo de la alianza entre
Dios y los hombres (cf. Lv 2, 13). Cuando el judío cubría con sal a la víctima ofrecida en
sacrificio, era consciente de que nada ni nadie podía romper el vínculo que acababa de
establecer; éste tenía carácter total y absoluto. Era un ofrecimiento sin medida y para la
eternidad.

(CF. 2 R 2, 20-22). PODER CURATIVO Y PURIFICADOR.

Siempre se le atribuyó a la sal un poder curativo y purificador. El profeta Eliseo saneó con
sal las aguas malas de una fuente para que así sirvieran de bebida: la sal impedía la
descomposición y putrefacción (cf. 2 R 2, 20-22).

2Ki 2:19 Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí el lugar donde está situada la
ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril.
2Ki 2:20 Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned sal en ella. Y se la trajeron.
2Ki 2:21 Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así dice
Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni esterilidad.
2Ki 2:22 Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo.

DIOS PROMETE HACERNOS UN NUEVO HOMBRE, VASIJAS NUEVAS.

Si la sal pierde su sabor...


En el Nuevo Testamento, Jesús habló de la sal como si fuera una verdadera categoría:
«Ustedes son la sal» (Mt 5, 13), «Tengan sal en ustedes ...» (Mc 9, 50).

Mar 9:50 Buena es la sal; mas si la sal fuere desabrida, ¿con qué la adobaréis? Tened en
vosotros mismos sal; y tened paz los unos con los otros.

Mat 5:13 Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada?
no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.

Capacidad de comunicar sabor a la vida.

El auténtico discípulo del Señor, el que vive con generosidad las Bienaventuranzas, se
convierte en sal, es decir, tiene la capacidad de comunicar sabor a la vida.

Aunque teóricamente la sal no puede perder su sabor, porque simplemente dejaría de ser
sal, la comparación expresa que lo que los discípulos pueden perder es su capacidad de
manifestar el Evangelio con palabras y obras. Entonces, dejarían de ser verdaderos
discípulos y eso sería un verdadero fracaso.

La expresión: «No sirve para nada sino para tirarla afuera y que la pise la gente» (Mt 5,
13b), es por demás elocuente. Un cristiano que no vive y anuncia el Evangelio es
absolutamente inútil, como sal que no sala; y aún más, pierde su verdadera dignidad y se
hace objeto de burlas y menosprecio.

La sal significa radicalidad y entrega absoluta

La fuerza de la sal no es efectiva cuando está guardada en el salero, lejos de los alimentos.
La sal está hecha para salar, para ser esparcida por el mundo y sazonar todo lo que toca,
para disolverse en los alimentos y comunicarles su verdadero sabor.

Esta mi vida sazonada, y lista para sazonar otras vidas…

Imposible desempeñar nuestra tarea profética al margen de las problemáticas actuales.


Justamente el cristiano debe vivir el espíritu de las bienaventuranzas con radicalidad en
medio de las dificultades propias de la vida.

Nuestro mundo está cansado, aburrido, insípido. Está intoxicado con tanta falsa
sabiduría, mate-rialismo y antivalores. Sólo el Evangelio vivido con generosidad y alegría
podrá comunicar el sabor de la sabiduría divina.

¿QUÉ NECESITAMOS PARA SER SAL?

Si a nuestra experiencia cristiana añadimos la sal, es decir, la exigencia y la radicalidad,


podremos gustar el sabor del Evangelio. No vivirlo con radicalidad evitará que los demás se
enamoren de él, y dará lugar a que sea objeto de la burla de los hombres, que lo tomarán
por anuncio ridículo.

El cristiano que da sabor es creativo, y aporta todas las riquezas de su ser a la obra de la
Evangelización. Es una persona viva y chispeante, constantemente preocupada de que no se
pierda la conciencia de la fe en los trabajos y en las conversaciones.

Todo cristiano debe mantener ese «grito profético», alimentándose de la Palabra y


predicándola a los demás con entusiasmo y vigor. Debe liberarse de miedos y
complejos, y no dejarse intimidar por los criterios del mundo que pretenderán llevarlo a la
tibieza y a la indefinición.

Santa Catalina de Siena decía: «Si los cristianos fueran lo que tienen que ser, simplemente
prenderían con su fuego toda la tierra». Sólo un Evangelio vivido con radicalidad puede
liberar a los hombres del hastío, la frustración y comunicarles el gusto por la vida.

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