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DE LA PERSONALIDAD
Unidad 1
Unidad 2
Objetivos.......................................................................................................................... 4
Introducción .................................................................................................................... 4
Resumen.......................................................................................................................... 30
Glosario............................................................................................................................ 31
Bibliografía....................................................................................................................... 33
INTRODUCCIÓN
La infancia y la adolescencia son etapas cruciales en la vida de cualquier individuo que se
caracterizan por la existencia de cambios profundos y significativos a nivel cognitivo, físico y
psicológico que afectan a todos los aspectos fundamentales de una persona (Moreno, 2007).
Las diferentes transiciones por las que atraviesa la vida de cualquier ser humano han impul-
sado, reescrito y redefinido a lo largo de la historia las bases de la psicología y, por ende, el
entendimiento de nuestro desarrollo como especie.
Comprender la complejidad que ofrece la significación de “ser” en todos los niveles de la per-
sonalidad humana ha supuesto desde tiempos remotos una profunda reflexión sobre el cómo
y el porqué de la construcción de la personalidad en todas sus áreas y ámbitos posibles.
Conocer cómo aprendemos, cómo nos compartamos y cómo es nuestro desarrollo para deter-
minar de qué manera interactúan cada una de las dimensiones que nos conforman como
individuos es la base sobre la que se asienta la labor de orientadores y psicólogos educativos.
El profesorado, en su papel como agente social encargado de identificar y abordar los pro-
blemas de aprendizaje, ha encontrado en los diversos paradigmas y teorías propuestos una
fuente de inspiración para desarrollar estrategias y metodologías que facilitan el crecimiento y
desarrollo armónico de las potencialidades de los estudiantes en contextos educativos.
El proceso de aprendizaje es, por tanto, en términos de la psicología educativa, una con-
figuración simultánea de interacción entre la figura del que enseña, el aprendiz o el
que quiere aprender y el conocimiento o contenido a transmitir, convirtiéndose de esta
manera en un cimiento sobre el cual se erigen diversas teorías que pretenden entender y
explicar este fenómeno crucial en el desarrollo de todo ser humano. Estas teorías a menudo
se desglosan en tres etapas progresivamente más complejas que delinean el camino que
sigue la capacidad de aprender (Tomasello, 1993).
1. Aprendizaje por imitación: el aprendizaje por imitación emerge como un pilar funda-
mental para la comprensión del desarrollo infantil. Albert Bandura (1986) establecía la
premisa de que no solo aprendemos a través de la experiencia directa, sino que, desde
las primeras fases de la vida, replicamos comportamientos por medio de la observa-
ción. Resulta esencial para la comprensión y apreciación del concepto que detallemos
los cuatro procesos implícitos en este (Solanas, 2002):
Atendiendo a los aspectos citados, podemos entender el aprendizaje desde dos perspecti-
vas, la conductista y la cognitivista, que implican las siguientes cuestiones instruccionales.
Tabla 1
Diferencias entre los modelos de enseñanza-aprendizaje conductistas y cognitivistas
Conductismo Cognitivismo
Nota. Adaptado de Procesos cognitivos y aprendizaje significativo, por M. Rivas, 2008, Inspección de
Educación – Comunidad de Madrid, Documentos de Trabajo, 19.
Como conclusión a lo expuesto, desde el enfoque conductual, el aprendizaje nace por medio
de la experiencia mediante la asociación entre estímulos y respuestas, por medio de la copia
o el reflejo de la observado en el contexto del aprendiz de manera pasiva para posteriormente
ser reproducido. En cambio, el aprendizaje cognitivista, podemos conceptualizarlo como
una perspectiva cuyo objetivo es maximizar las funciones cerebrales y las habilidades de cada
persona a través de una construcción activa por parte del aprendiz de su propio conocimiento.
En la actualidad, en los diferentes sistemas de enseñanza reglada, nos encontramos ante una
nueva perspectiva didáctica en la que el estudiante ha adquirido un rol activo en su pro-
ceso de formación, pasando de ser un sujeto pasivo a ser la figura en la que se ha de poner
todo el énfasis de nuestros planteamientos formativos.
Como consecuencia, los diferentes contextos educativos que conforman la enseñanza formal
en todos sus niveles no pueden ser ajenos a la realidad citada, por lo que resulta imprescindi-
ble hacerse eco mediante prácticas pedagógicas efectivas y enriquecedoras en los procesos
de enseñanza-aprendizaje.
Históricamente, en las aulas hemos podido comprobar que la heterogeneidad de los estudian-
tes es un hecho innegable, cada alumno posee habilidades, intereses y estilos de aprendizaje
que difieren de los del resto de sus compañeros; como consecuencia, los procesos de ense-
ñanza-aprendizaje requieren de una individualización que garantice la formación integral
de los educandos.
Este nuevo frente educativo implica que aquellos que desempeñan la labor de transmitir el
conocimiento deben poseer la capacidad de individualizar la docencia de acuerdo con la diver-
sidad de estilos de aprendizaje que podemos encontrar en las aulas y deben reflexionar, de
manera constante, sobre cuáles son los procesos y estrategias por los cuales los estudiantes
llegan al aprendizaje.
Tabla 2
Listado y definición sobre diferentes estrategias de facilitación del aprendizaje en el aula
Estrategias de facilitación
Definición
de aprendizaje
Aprendizaje dialógico Estrategia en la que la fuente de aprendizaje para los alumnos son las
conversaciones igualitarias acerca de los contenidos, que parten desde
la propia experiencia o conocimiento de los alumnos, o por medio de
fuentes diversas de información seleccionadas por estos.
Visual thinking Por medio de este planteamiento de aprendizaje, se genera el saber con
diferentes representaciones que evocan ideas y pensamientos utilizados
para ordenar, organizar y generar conocimiento.
Design thinking Esta estrategia de aprendizaje permite que el saber del alumno se
modele por medio de la experimentación. En ella, se plantea un problema
en el que los alumnos han de crear, por medio de su interacción cognitiva
y social, un plan de acción para resolverlo.
Nota. Adaptado de Make it Stick: The Science of Successful Learning, por P. C. Brown, 2014, Belknap Press,
y de The Learning Rainforest: Great Teaching in Real Classrooms, por T. Sherrington, 2019, Learning Sciences
International.
Importante
Aprender es un impulso innato que desde la infancia nos garantiza nuestro
crecimiento y desarrollo personal como individuos, permitiéndonos com-
prender y desenvolvernos en las diferentes situaciones y contextos en los
que desarrollamos nuestras vidas. Por otro lado, la enseñanza representa
la responsabilidad de transmitir el saber acumulado como especie.
En este sentido, Jean Piaget y su obra se consideran la base para la comprensión del
desarrollo cognitivo humano, ya que aborda y trata la naturaleza del conocimiento en sí y
cómo los seres humanos llegan de manera gradual a adquirirlo, construirlo y utilizarlo.
Piaget ofrece una teoría constructivista del concepto, basada en la reorganización de las
estructuras cognitivas existentes en cada momento, cuya idea fundamental se asienta en que
la persona no se limita a interiorizar o memorizar información que le viene del exterior, sino
que integra estos nuevos conocimientos sobre estructuras e ideas previamente elaboradas.
Jean Piaget entendía, por tanto, que el ser humano era un agente activo en la construc-
ción de su propio conocimiento, exponiendo cuatro etapas en el desarrollo cognitivo
muy diferenciadas entre sí como consecuencia de los procesos que intervienen en cada una
de ellas (Tuckman y Monetti, 2010).
4. Etapa de las operaciones formales: se inicia en torno a los 12 años y se alarga hasta
aproximadamente los 15. En ella, se afianza la reflexión del ya adolescente, que ya posee
una gran competencia en la comprensión del contexto que le rodea y es capaz de llegar
a conclusiones cada vez más abstractas, hecho que le permite un mayor nivel de razona-
miento ante problemas cada vez más complejos (Morris y Maisto, 2001).
Jean Piaget, al explorar las distintas etapas del desarrollo, nos faculta para ser conscientes de
la complejidad del pensamiento y desarrollo del ser humano. Su contribución y cada uno de los
hitos de su obra testifican cómo la mente humana se revela y se moldea, como fruto no solo
de la construcción mental, sino también de la interacción con el medio y nuestra propia
experiencia sensorial.
Vygotsky fue un encumbrado psicólogo que, atendiendo a Luria (1979), construyó una teoría
con un enfoque cognitivo que aunaba la dimensión mental, fisiológica y comportamental
de la conducta; las interacciones entre estas dimensiones durante el establecimiento de las
relaciones sociales de cada individuo daban como fruto su desarrollo y aprendizaje.
La teoría propuesta por el psicólogo concibe el desarrollo como una serie de cambios cua-
litativos en las estructuras subyacentes del comportamiento humano (Picado, 2001) y
se sustenta en cuatro conceptos fundamentales:
1. Las funciones mentales. El autor las entendía como los procesos que permiten a los
individuos interactuar con el entorno y resolver problemas, y las dividía en inferiores y
superiores (Wertsch, 1988). Las inferiores son inherentes a nuestra condición humana
y sustentan la base de la construcción de funciones más complejas; y las superiores se
adquieren y desarrollan por medio de la interacción social.
2. Las habilidades psicológicas. Vygotsky sostenía que estas habilidades, entre las que
se encontraban la autorregulación, las habilidades sociales, la adaptación al entorno
y la resolución de problemas prácticos, se originaban como fruto del desarrollo de las
funciones mentales superiores y aparecían en dos momentos en la vida de cada sujeto,
una primera vez a escala social y más tarde a nivel individual (Woolfolk, 2006).
3. El lenguaje y el desarrollo. Vygotsky sostenía que el lenguaje era la habilidad y herra-
mienta más influyente en el desarrollo cognoscitivo y secuenciaba su uso en tres eta-
pas diferentes: social, egocéntrica e interna.
Ejemplo
Hablamos de lenguaje social cuando se da una interacción verbal; por
ejemplo, un niño está jugando con bloques junto a su hermano mayor.
Durante el juego, el hermano mayor le pregunta al niño: “¿Puedo usar esos
bloques para construir un puente?”.
Sigmund Freud fue un eminente neurólogo y psiquiatra cuya obra influenció la psicología
moderna de manera innegable y que, en palabras de Rice (1997), introdujo conceptos innova-
dores que permitieron ampliar la comprensión del funcionamiento de la mente humana.
Su teoría destaca la influencia que tienen en nuestra conducta las diferentes experien-
cias vividas en la niñez temprana y las motivaciones inconscientes, hechos que son
causantes de la generación de conflictos internos en cada uno de nosotros como sujetos.
Estas vivencias, afirmaba Freud (Hughes, 1994), quedaban para siempre almacenadas en
nuestro inconsciente, hecho que le llevó a conceptualizar el aparato psíquico y clasificarlo
en tres capas diferentes, siguiendo un modelo topográfico que comparó con un iceberg por
su condición de inaccesibilidad voluntaria y consciente y por la diferente visibilidad de cada
una de sus partes:
1. Mente consciente: es la zona de la mente por la que todas las percepciones del mundo
exterior, de nuestro propio cuerpo o de la mente las reconocemos como propias, es
decir, elementos que se configuran como actuales en nuestra atención y de los que
somos conscientes en nuestra experiencia diaria.
Ejemplo
Entendemos como mente consciente aquellos pensamientos racionales
que me hacen decidir qué tipo de ropa ponerme en función de la tempera-
tura que hay en el exterior.
Ejemplo
Entendemos como mente preconsciente la realización de rutinas diarias,
ya que estas no están siendo pensadas activamente por un sujeto en cues-
tión, pero pueden ser recordadas y utilizadas cuando este lo crea conve-
niente o necesario.
Ejemplo
Entendemos como mente inconsciente aquellos recuerdos de experiencias
traumáticas que han sido reprimidos por propia protección emocional.
Figura 1
Teoría del iceberg de Freud
Pensamientos
Percepciones Consciente
Memoria almacenada
Preconsciente
Conocimiento
Importante
Posteriormente, desarrolló un modelo más estructurado y complejo de la
mente en el que representó aspectos más específicos y la interacción exis-
tente entre ellos, que determinaban, en palabras de Freud (1917), la forma-
ción de la personalidad de los sujetos.
El ello (o id), presente desde el momento en el que nacemos, se conforma en los impulsos y
deseos más primitivos y se rige por el principio de placer y búsqueda inmediata de gratifica-
ción, operando de acuerdo con las necesidades biológicas y psicológicas básicas, como son
el hambre, la sed, el placer sexual y el instinto de supervivencia (Baron, 1995).
El yo (o ego) se construye durante el primer año de vida y actúa como un conducto mediador
para la toma de decisiones, la resolución de conflictos y la adaptación a las demandas del
mundo exterior por medio del razonamiento y el sentido común (Levato, 2022).
Según Craig y Baucum (1999), Freud no solo planteó esta estructuración de la personalidad
en su obra, sino que también proyectó una teoría psicosexual del desarrollo asociada con la
focalización de la libido en una zona específica del cuerpo, conformada por distintas etapas,
caracterizadas por desafíos y experiencias particulares, que son las siguientes:
• Etapa oral: se desarrolla entre el nacimiento y el primer año de vida, siendo la zona
erógena la boca; en esta etapa comer, chupar y morder son acciones que aumentan la
seguridad en el infante y mitigan su tensión.
• Etapa anal: se proyecta entre el segundo y tercer año de vida y en ella el foco de pla-
cer se encuentra en la actividad anal, la eliminación de heces y el control de esfínteres
centralizan sus funciones.
• Etapa fálica: se da entre los 4 y 5 años, en esta etapa existe una mayor automanipu-
lación del cuerpo por parte del menor, de este modo los genitales se convierten en el
centro de placer.
• Etapa de latencia: transita entre los 6 años y la pubertad, etapa en la que el niño inhibe
sus impulsos sexuales y focaliza su actividad y tiempo en el aprendizaje, sus aficiones
y las relaciones sociales.
• Etapa genital: se inicia con la maduración sexual y se distribuye durante toda la vida
adulta, a través de la búsqueda de estimulación y satisfacción sexual con un miembro
del sexo opuesto como modo de establecimiento de una propia identidad sexual.
Por último, cabría mencionar que es importante tener en cuenta que la teoría de las etapas del
desarrollo psicosexual de Freud ha sido objeto de críticas y revisiones a lo largo del tiempo
por el énfasis de este en la sexualidad, el sesgo de género existente en su obra y la dificultad
de aplicarla a diversos contextos culturales, siendo considerado por muchos psicólogos con-
temporáneos como un enfoque limitado en comparación con las perspectivas más actuales
del desarrollo humano.
Su enfoque se distingue por alejarse de la posición freudiana, tanto en la base sexual de la con-
ducta como en la incapacidad que atribuía este al ser humano para resolver los problemas (Morri-
son, 2005). De esta manera, aborda un modelo de ocho etapas que involucran aspectos biológicos
y psicológicos, y, a su vez, dimensiones sociales y culturales que influyen en la formación de la iden-
tidad y la capacidad de adaptación del ser humano a lo largo de su ciclo de vida (Cloninger, 2003).
4. Industria contra inferioridad (6 a 11 años): en esta fase del desarrollo, el ser humano
se encuentra inmerso en experiencias que influyen de manera positiva en la construc-
ción de sí mismo y su identidad, como son las experiencias educativas y sociales. En
este punto, hablamos de fase de industria cuando este adquiere la competencia y el
logro académico y social, siendo la escuela un agente que juega un papel esencial en
el desarrollo de estas.
La inferioridad se muestra cuando el menor experimenta dificultades en los procesos men-
cionados y en la comparación con sus iguales, tiene permanentemente una sensación de
fracaso constante, lo que influye de manera negativa en su autoestima y motivación.
5. Identidad contra confusión de roles (12 a 19 años): esta fase lleva implícita por parte del
ya adolescente la exploración activa de la propia identidad y el establecimiento de roles en
la sociedad, hecho que le conduce a enfrentarse a la ardua tarea de definir quién es.
El éxito o el fracaso en esta fase depende del desarrollo o no de una identidad y visión
coherente y clara de uno mismo en el contexto de la sociedad.
6. Intimidad contra aislamiento (jóvenes adultos entre los 20 y 30 años): este periodo
se caracteriza por la importancia que tiene para el ya adulto el establecimiento de rela-
ciones interpersonales y emocionales con su grupo de iguales. La intimidad implica la
capacidad de establecer relaciones profundas y compromisos emocionales, en cambio, el
aislamiento es entendido como la carencia de habilidades para que estos se desarrollen.
El éxito en esta fase contribuye tanto al bienestar psicológico, como al social y emocio-
nal, mientras que fracasar en esta etapa, entendía Erikson (1982), influía de manera
negativa en la salud mental y el sentido de pertenencia.
Tabla 3
Comparación de las etapas del desarrollo de Freud y de Erikson
Nota. Adaptado de Desarrollo humano: estudio del ciclo vital, por F. P. Rice, 1997, Prentice-Hall.
Importante
En conclusión y tras lo expuesto, podemos concluir que Erikson abordó el
desarrollo humano como un proceso continuo a lo largo de toda la vida de
un ser humano, resaltando la interconexión existente entre el individuo, su
entorno y las relaciones sociales a lo largo de ella como hechos determi-
nantes para la formación de nuestra identidad (Molina, 1994).
2. Los procesos de mediación, entendidos como los factores que intervienen entre la obser-
vación de un modelo y la reproducción de su conducta, son producidos entre estímulos y
respuestas, es decir, intervienen procesos cognitivos que dividen el aprendizaje social
en cuatro fases que desarrolla Bandura (1977, 1986) en Morris y Maisto (2001).
• Fase 1 - Atención
La atención para el autor es un componente determinante para el proceso de apren-
dizaje social, ya que la entiende como la capacidad para centrar la observación en un
modelo de aprendizaje y, así, adquirir una información exitosa de la conducta a imitar.
• Fase 2 - Retención
La retención, por su parte, es concebida como la capacitación que posee el propio
individuo para recordar la información que previamente ha observado, implicando
procesos cognitivos asociados a la memoria y la codificación para su posterior recu-
peración y reproducción en la siguiente fase.
• Fase 3 - Reproducción
La reproducción, por tanto, es la ejecución precisa de la conducta observada y su
aplicación en situaciones similares o nuevas.
• Fase 4 - Motivación
Por último, la motivación, que determina, atendiendo a las consecuencias de la con-
ducta observada y aprendida, la realización o no del aprendizaje generado en el
individuo.
Importante
Como hemos visto, Bandura reconoce en su obra que los individuos no
solo aprendemos a través de experiencias directas de ensayo y error, sino
que, mediante la socialización, la observación y la reproducción de las con-
ductas aprendidas, el proceso de aprendizaje de todo individuo presenta
un desarrollo significativo.
Robert James Havighurst, que siendo físico químico se adentró en el campo de la psicología
y la educación con el propósito de explicar el proceso de desarrollo del ser humano, elaboró
una teoría basada en la relación que tiene el contexto social y cultural de un sujeto y la
consecución de hitos y desafíos vitales, como aspectos condicionantes y elementales
del desarrollo de este (Craig y Baucum, 1999).
Afirma Martínez (2006) que en la teoría de Havighurst el desarrollo abarca toda la vida del
sujeto y se produce por etapas evolutivas, planteando que la consecución de los hitos de
cada una de estas reafirma al individuo y lo capacita para posteriores objetivos; en caso con-
trario, puede generar un impacto en el bienestar general de la persona.
Havighurst formuló un enfoque biopsicosocial que reconoce que las tareas de desarrollo se
moldean por la biología propia de cada individuo, los factores psicológicos individuales y la
cultura a la que el individuo pertenece, y discriminó seis etapas de desarrollo evolutivo en
las que secuenció diferentes tareas y desafíos (Maier, 1988).
Tabla 4
Modelo explicativo de la teoría del ciclo de vida de Robert Havighurst
Infancia media Esta etapa se caracteriza por • Desarrollo de habilidades académicas y sociales.
(6-12 años) el desarrollo de la formación • Desarrollo de confianza en uno mismo y sus
moral, los valores y la posibilidades.
progresiva consecución de
• Logro de una mayor independencia y autonomía
independencia.
personal.
• Construcción de un rol social.
• Desarrollo de actividades de autocuidado.
Adolescencia Etapa que se caracteriza por • Establecimiento de una identidad personal y social.
(13-18 años) la adquisición de madurez, • Desarrollo de habilidades sociales y emocionales
que conlleva un desarrollo complejas.
de la responsabilidad social,
• Definición de identidad propia y conjunto de
una mayor independencia
valores.
emocional y la planificación
vocacional o de futuro.
Edad madura Etapa que se caracteriza por • Adaptación a los cambios profesionales
(30-60 años) el asentamiento vital en el y familiares.
ámbito laboral y familiar, el
• Contribución a la sociedad y a las generaciones
cuidado de seres queridos y la
venideras.
gestión de responsabilidades.
• Reflexión sobre la consecución de los propósitos
vitales.
• Búsqueda de la satisfacción personal.
Adultez tardía Etapa que se caracteriza por • Reflexión sobre la vida y aceptación de su destino.
(65 años en el desarrollo de una capacidad
• Mantenimiento de conexiones sociales y sentido de
adelante) de adaptación a los cambios
pertenencia.
en todos los aspectos que
conforman nuestra existencia. • Estabilización ante los cambios de actividad
profesional, el nivel económico y la pérdida de
seres queridos.
Nota. Adaptado de Psychosocial conceptual practice model in ocuppational therapy, por E. Ciaravino, 2007,
Mosby Elsevier.
La adolescencia es una etapa que se caracteriza, más allá de los cambios físicos eviden-
tes, por la existencia permanente de cambios profundos y significativos a nivel afectivo,
emocional y social que se entrelazan de una manera compleja e individualizada en todos y
cada uno de los seres humanos.
Vidal-Abarca (2021) propone cuáles son los procesos de cambio de naturaleza intraperso-
nal —o cómo el adolescente llega a conocerse a sí mismo— e interpersonal —la manera en
la que este se relaciona con sus iguales y el entorno y contexto que le rodean—.
Ejemplo
El autoconcepto conformado en nuestra infancia se basa en aspectos evi-
dentes de nuestra persona, como “tengo el pelo corto y los ojos azules”.
La comparación con nuestros iguales, que es un hito que se inicia en la infancia tem-
prana, en la que ya existe conciencia de las diferencias existentes con nuestro grupo de
semejantes, propicia el desarrollo de un autoconcepto y autoestima más ajustados
a la realidad. En cambio, en la adolescencia este proceso viene dado por la valora-
ción social que nuestro contexto hace sobre nosotros, lo que nos conduce, como con-
secuencia de la falta de madurez en ciertos procesos del desarrollo, a una montaña rusa
emocional que incide de manera directa en nuestra estabilidad emocional y que se
ajusta, conforme vamos transitando por la etapa adolescente, gracias a la incorporación
de un reconocimiento simultáneo de características positivas y negativas en nuestra
persona.
Importante
De esta manera, podemos concluir afirmando que construir de manera
positiva identidad, autoconcepto y autoestima durante la adolescencia
determinará un pleno desarrollo afectivo y social de los individuos. La com-
prensión y el conocimiento sobre nosotros mismos, nuestras habilidades,
y el desarrollo de una valoración positiva de nuestras posibilidades propi-
ciarán el enfrentamiento de las complejidades de la vida con una mayor
confianza en abordarlas exitosamente y el establecimiento de relaciones
interpersonales saludables y enriquecedoras, influyendo de este modo en
nuestro bienestar emocional y social.
Entendemos como procesos cognitivos aquellos por los cuales adquirimos, almacena-
mos, recuperamos y usamos el conocimiento (Rivas, 2008) que nos llega a través de los
sentidos y que realizamos de una manera generalmente secuenciada con el fin de interactuar
de manera efectiva con el contexto que nos rodea gracias a la incorporación de algún tipo de
conocimiento.
En cambio, existen otros que requieren funciones mentales más avanzadas que involucran
operaciones mentales de mayor complejidad y sofisticación, y que, en este particular, son
exclusivos de nuestra especie. Fruto de esta diferenciación, podemos establecer una cla-
sificación entre procesos cognitivos básicos y procesos cognitivos superiores (Duarte et
al., 1988).
Entendemos como procesos cognitivos básicos aquellos que poseen una raíz biológica y
pueden producirse sin que exista una intervención consciente del individuo (Viramonte,
2000), en otras palabras, son procesos que realizamos de forma automática e instintiva y que,
a su vez, no son exclusivos de nuestra especie. Estos procesos son la sensación, la percep-
ción, la atención y la memoria.
a. Sensación
Ejemplo
Una ejemplificación que ayuda a entender este concepto sería la dife-
renciación del proceso en una serie de fases en las que, si acercamos
nuestro brazo a una fuente de calor, tendremos un primer momento en
el que el estímulo llega al receptor sensorial (tacto), posteriormente este
estímulo sensorial se conduce desde las vías sensitivas a la zona corres-
pondiente de la corteza cerebral, para finalmente allí transformarse en
sensación (calor).
b. Percepción
Ejemplo
Tomando como modelo el ejemplo anterior, la percepción como proceso
descendente nos permite, una vez hemos experimentado que la fuente
de calor quema nuestra piel, tomar precauciones cada vez que se percibe
para evitar que vuelva a suceder.
c. Atención
Tabla 4
Clasificación basada en la propuesta de Ballesteros (2002) sobre los tipos de atención
Manifestaciones motoras
Abierta Encubierta
y fisiológicas
d. Memoria
Los procesos cognitivos superiores se describen como procesos cognitivos complejos que
surgen como consecuencia de la integración de la información que proviene de nuestros
sentidos y la información almacenada en nuestra memoria y que nos facultan para abordar
tareas de mayor complejidad y la resolución de desafíos, los cuales nos diferencian como
especie del resto de animales (Viramonte, 2000).
• Factores metacognitivos
En lo expuesto por Flavell (1976), la metacognición implica la capacidad de reflexionar
sobre los procesos cognitivos propios. En otras palabras, se trata del conocimiento que
una persona adquiere sobre cómo piensa. Esta habilidad le capacita para comprender
su capacidad en la realización de tareas, elegir estrategias óptimas para abordarlas y
evaluar el progreso a medida que se desarrolla.
Ejemplo
El proceso de metacognición se da cuando, al comenzar el estudio antes
de un examen, reflexionamos sobre las estrategias de aprendizaje exitosas
que hemos llevado a cabo en exámenes previos, utilizamos dicha técnica y
llevamos a cabo un proceso de autoevaluación para conocer nuestro grado
de aprendizaje sobre el contenido estudiado.
• Pensamiento
Piaget (1947) afirma que el pensamiento es un proceso cognitivo que actúa de manera
activa en la construcción de conocimiento, en el que los nuevos conocimientos se rela-
cionan y se integran con la estructura cognitiva existente de cada persona para que así
pueda adaptarse al entorno y resolver problemas.
• Lenguaje
Se conceptualiza como un proceso cognitivo superior referido a la codificación y desco-
dificación del pensamiento, esencial para la vida humana y nuestro modo de relacionar-
nos, a lo que Bruner (1990) añadió la importancia de este como instrumento esencial
para la construcción del pensamiento y la comprensión del mundo.
• Inteligencia
Se entiende como un conjunto de habilidades cognitivas que nos permite como indivi-
duos resolver problemas, aprender de nuestra propia experiencia, adaptarnos a nuevas
situaciones y tomar decisiones, por lo que no implica únicamente una habilidad, sino
que abarca la interacción entre varios de estas (Sternberg, 1985).
Importante
Si atendemos y reflexionamos sobre lo expuesto, podemos confirmar que
en los procesos cognitivos se ha de reconocer la interconexión e interde-
pendencia existente entre los considerados básicos y los superiores para
la formación, el desarrollo y la generalización de nuestro aprendizaje.
Aprendizaje significativo
Condicionamiento clásico
Proceso mediante el cual un estímulo neutro se asocia con un estímulo significativo de tal
manera que el organismo responde al primer estímulo como si este fuera el último. Asociado
a Pávlov.
Condicionamiento operante
Proceso que explora cómo las consecuencias de nuestras acciones influyen en la probabili-
dad de que estas acciones se repitan en el futuro. Asociado a Skinner.
Conductista (perspectiva)
Cognición
Conjunto de procesos mentales que tienen lugar entre la recepción de un estímulo y la res-
puesta a este.
Cognitivista (perspectiva)
Corriente psicológica cuyo objeto de estudio son los procesos mentales y su influencia en el
desarrollo y comportamiento de los seres humanos.
Empoderamiento
Proceso mediante el cual una persona adquiere la capacidad de tomar sus propias decisiones
y controlar su vida, hecho que se da como consecuencia del autoconocimiento que deriva en
una mayor confianza en las habilidades propias y la adquisición de una mayor autoridad.
Enseñanza formal
Enseñanza estructurada, sistematizada y organizada por un organismo oficial, en ella se cer-
tifica el aprendizaje de unos contenidos atendiendo a las características de los diferentes
niveles educativos existentes.
Figuras de apego
Conjunto de personas con las que desarrollamos vínculos emocionales y afectivos intensos y
significativos a lo largo de nuestra vida.
Interpersonal (competencia)
Capacidad de relacionarse de manera efectiva con los demás y la capacidad de entender y
empatizar con cada una de sus situaciones.
Intrapersonal (competencia)
Capacidad de comprender y gestionar nuestras emociones y pensamientos.
Procesos mentales
Formas a través de las cuales nuestra mente almacena, elabora la información que perciben
nuestros sentidos y la utiliza en el momento conveniente.
Procesos cognitivos
Procesos mentales que nos capacitan para adquirir, procesar, almacenar y utilizar la informa-
ción.
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