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El Familiar

Jugando con los monstruos


Luna Carmesi 2
La Casa Del Diablo
Fuera de Control
Hombres lobo, de amigo a amantes eróticos. 3
Capitulo uno
Paul estaba tratando de ignorar los nervios que se retorcían en su
estómago. Jackson iba a volver a casa de su viaje de campamento. No
había visto a su amigo en un mes y no estaba muy seguro de cómo actuar.
Jackson había salido antes de irse de viaje. No es que no lo hubiera
sospechado. Paul había tenido crecientes sospechas los últimos dos años
de que su amigo de siempre pudiera ser realmente gay.
Jackson se lo había dicho en un apuro, por teléfono. Justo después de
decirle que podían hacer algo cuando volviera y compensarle por estar
lejos casi todo el verano.
“Paul, me gustan los chicos. Así que, ya sabes, si no puedes manejar
eso, esto puede ser un adiós.”
Jackson había colgado inmediatamente después, dejándolo
confundido mirando su móvil. ¿Adiós? ¿Como si fuera a abandonar a
su amigo por algo tan trivial? No era como si Jackson tratara de salir
con él o cualquier otra cosa. Eran los mejores amigos. ¿Cómo podía el
idiota pensar que no querría ser su amigo? 4
Así que, para tomar represalias en un gran gesto de mejor amigo, Paul
había organizado una noche de nostálgica diversión de Halloween,
estaba planeando sorprender a Jackson una vez que el chico finalmente
llegara. Los padres de Jackson estaban en un retiro y no volverían por
unos días y sus padres irían a una fiesta de Halloween esa noche. Lo que
dejó a Paul libre para decorar sin temor a ser interrumpido o molestado.
Que Jackson llegara a casa el mismo fin de semana de Halloween fue
perfecto. Era su día de fiesta preferido y aunque ahora estaban
demasiado viejos para ir a pedir truco o trato, no significaba que no
pudieran tener una tonelada de diversión.
Paul había decidido vestirse como una momia. En su primer
Halloween juntos, Jackson y él se habían vestido con el mismo traje, sin
saberlo hasta que se encontraron en la calle pidiendo truco o trato. Verlo
en el mismo traje esperanzadamente animaría a su mejor amigo esta
noche. Por supuesto, él no sólo iba a envolverse con papel higiénico
como lo había hecho cuando era niño.
Había aprendido algunas cosas cuando se trataba de disfraces. Había
rociado su cabello rubio normalmente ligero con un tinte de cabello
temporal color verde, puso pintura blanca sobre su rostro y luego rodeó
sus ojos de negro como un cráneo.
Sus ojos azules parecían particularmente malvados, o tal vez
simplemente brillantes. Incluso con el maquillaje, era un poco difícil
hacerle parecer peligroso. Él era un total miedoso y su cara siempre lo
revelaba. Pero iba a aprovecharlo al máximo.
Había ido tan lejos que tomó unas viejas sábanas blancas, las manchó
con té y luego las cortó en largas tiras. Las había envuelto alrededor de
su torso y miembros tan ingeniosamente cómo fue posible. Por debajo
de todo, tenía sólo sus boxers blancos, por desgracia tenían dibujos de
corazones rojos. Era realmente tonto, pero era todo lo que tenía y no
había manera de que él se arriesgara con ese traje. Cada centímetro de
su piel había sido rayado con más pintura blanca de modo que cuando
envolvió sus brazos y piernas con las tiras de tela, se veía blanco por
debajo de los sucios trapos, haciendo parecer a su carne como hueso.
No esperaba que las tiras de tela fueran tan difíciles de mantener en
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su lugar. Una media hora después de vestirse y esperar a que Jackson se
mostrara ya sus hombros estaban desnudos, las tiras juntándose en los
codos. Las que le rodeaban las piernas ya se agarraban a los tobillos,
unas cuantas desenrolladas para arrastrarse detrás de él. Pensó en
engraparlas juntas, pero no quería arriesgarse a un terrible accidente y
tener que esperar en la sala de emergencias en la peor noche para estar
en un hospital. Se encogió de hombros, pensó que sería lo
suficientemente auténtico como para reírse en casa.
Esperaba que se rieran. Jackson no le había enviado mensajes de
texto durante su ausencia. Paul no estaba seguro de si su amigo estaba
muy ocupado o tenía miedo de hablar con él. Probablemente lo segundo.
Jackson a veces era tan susceptible, propenso a los estados de ánimo y
escondido con sus pensamientos. Siempre le tocaba a él aclarar las cosas
y hacer que su amigo volviera a ver el mundo correctamente. Aunque, tal
vez ahora entendía por qué Jackson siempre estaba escondido...
Paul conocía a una docena de otros tipos que eran abiertamente
homosexuales, y eso era sólo gente que había conocido durante la
universidad el semestre pasado. Que Jackson realmente pensara que iba
a actuar como una mierda era un poco insultante.
Lo que sea. Esta noche iba a ser perfecta. Iba a explicarle a su amigo
que no tenía nada de qué preocuparse y que no le importaba quién quería
salir con él mientras siguiera siendo su amigo. Y eso era lo más
importante; no quería perder a Jackson como amigo.
El último mes había sido aburrido como la mierda... Más bien, muy
miserable. A Paul no le gustaba pensar en lo miserable que se sentía
cuando Jackson no estaba cerca. Ellos iban a tener que enderezar las
cosas porque no estaba dispuesto a pasar otro mes como el último.
Necesitaba a Jackson en su vida, no importando qué.

Jackson se paró fuera de la casa de los Foley, tratando de alejar los


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nervios para realmente tocar el timbre. Su estómago estaba retorcido en
nudos, medio de ansiedad, medio de deseo de ver a su amigo. Había
media docena de calabazas que cubrían los escalones del frente,
pequeñas velas LED que hacían que sus rostros tallados parecieran vivos
para la noche. Los niños ya habían ido y venido, la noche de otoño se
asentaba a su alrededor. Podía sentir la luna ardiendo por encima de él,
un nuevo peso en su mente que no podía ignorar por mucho que lo
intentara. No debería haber venido. Esta era la cosa más estúpida que
podía hacer y, sin embargo, aquí estaba él, fuera de la casa de Paul,
tratando de fingir que no aplastaría a su mejor amigo.
Había intentado apagarlo, había desaparecido para acampar sólo
alejándose de Paul y su dolor insoportable por un tiempo. Había
esperado encontrar a alguien... o al menos quería conocer a alguien, si
se alejaba de su amigo durante bastante tiempo. No había funcionado.
No, ahora sólo dolía. Su corazón, su pecho, su brazo... Ese último
podría haber sido de la caída. Jackson ajustó el cabestrillo improvisado
en su brazo, una imagen de colmillos afilados destellaba en los oscuros
recovecos de su memoria por un momento.
Él hizo una mueca de dolor, agarrándose la cabeza cuando una ola de
mareo le golpeó, la misma sensación que siempre tenía cada vez que
pensaba demasiado en lo que había sucedido hace unas semanas. Dios,
él realmente no debería haber venido. Iba a decir o hacer algo malo y
entonces Paul iba a averiguar finalmente que lo quería en sus
pantalones. Entonces lo odiaría, como, para siempre.
—Jódete, hombre. Estás siendo un idiota total—murmuró
sombríamente, apuñalando el timbre de la puerta antes de que pudiera
acobardarse.
Paul es el tipo más listo que hay; incluso si lo descubriera, no lo
odiaría. Tal vez no quisiera volver a hablar con él, lo cual era casi tan
malo, pero no lo odiaría.
—Hey, llegas tarde —saludó Paul, abriendo la puerta con una sonrisa
torcida. Su sonrisa cayó cuando vio que Jackson estaba vestido sólo con
vaqueros y una sudadera negra. —¿No hay traje? ¿El día de Halloween,
hombre? ¿Estás muriendo o algo así? —Suspirando dramáticamente,
abrió la puerta, saludando a su amigo para que entrara. 7
Jackson sólo podía mirar, su estómago cayendo en alguna parte
alrededor de sus rodillas. Jesús, ¿estaba incluso llevando ropa? ¿Ese
traje cuenta cómo ropa? La forma normalmente apta de Paul estaba
vestida con tiras estrechas de tela que se entrecruzaban y envolvían en
torno a él desordenadamente, dejando grandes lagunas de carne para
ver. Jackson estaba teniendo dificultades para concentrarse, sus ojos
atraídos hacia uno de los pezones rosados rodeados de una capa
blanquecina en el pecho de su amigo. Trató de mirar a otro lado,
luchando contra un gemido cuando encontró los muslos tonificados del
muchacho tan desnudos, sólo con unas cuantas tiras desviadas que se
aferraban con determinación. Esto había sido una mala idea. La peor.
—Tú, um... tú eres un... —Jackson no pudo terminar el pensamiento,
finalmente había arrastrado su mirada hacia arriba para descubrir que
Paul también estaba usando maquillaje en su rostro, de alguna manera
consiguiendo parecer sensual con el negro circundando sus ojos y sus
exuberantes labios se ruborizaron en contraste con el pálido rostro.
Maldita sea, ¿qué mierda estaba intentando hacerle el chico?
—Soy una momia. Al igual que nuestro primer Halloween juntos —
dijo Paul con entusiasmo, agarrando a Jackson por el brazo y tirando de
él a la casa. Cerró la puerta detrás de ellos, soplando un mechón de pelo
verde en los ojos.
—Vamos, tengo palomitas y manzanas de caramelo listos en la cocina
y luego vamos a ver la sala de estar, hice un impresionante trabajo de
decoración. ¡Te va a encantar! Oh, y veremos películas de monstruos. La
primera con la que iniciaremos…—finalmente se detuvo para respirar,
Jackson sólo miraba a su amigo.
—¿La Momia? —Se aventuró cuando Paul meneó sus cejas hacia él.
—¡La Momia! —Gimiendo de alegría, Paul tiró de su brazo para que lo
siguiera, sólo para que Jackson siseara. —Mierda, ¿estás bien?—
preguntó Paul, notando por primera vez que el brazo de su amigo estaba
en un cabestrillo. —¿Qué pasó?
—No es nada —dijo Jackson, no queriendo arruinar el buen humor del
rubio—. Caí en el bosque la primera semana de acampar. Estaba oscuro
y pensé que algo me estaba persiguiendo... No es nada —dijo 8
rápidamente cuando los ojos de Paul se abrieron.
Maldita sea, siempre decía lo incorrecto. —¿Palomitas de maíz?
—Sí... —Su mirada se estrechó en el brazo de Jackson, Paul apartó
cuidadosamente su mano. —No me llamaste, hombre. ¿Te heriste en
medio de la nada y ni siquiera me llamaste? Fue un mes entero.
Aw, mierda. Jackson hizo una mueca de dolor, encontrándose con los
ojos tristes y hermosos de su amigo. —Perdí mi cargador en el viaje —
mintió, respirando en silencio un suspiro de alivio cuando la expresión
herida de su amigo se aclaró.
Ese era el problema de Paul. Nunca iba a conseguir un novio cuando
Paul estaba tan cerca de ser un novio sin ningún tipo de sexo. Era
frustrante como la mierda, y pronto algo que probablemente iba a tener
que explicar al chico ingenuo para que pudiera poner algunos límites
saludables entre ellos. No podía seguir así; Paul se preocupaba por él,
quería estar siempre a su alrededor... Demonios, había hecho una fiesta
para él.
Él era el mejor tipo y odiaba que no pudiera apreciarlo como debería
haberlo hecho. No, estaba demasiado ocupado preguntándose si el chico
sabía a caramelo, o por cuánto tiempo los padres de Paul iban a salir por
la noche...
Si pudiera de alguna manera convencer a Paul de que una mamada
era una manera perfecta de saludar a un amigo después de un mes –de
mucha ausencia. Una vez más, Jackson podría admitir que no debería
haber aceptado esta fiesta de pijamas. Se sentía increíblemente caliente
y estar cerca de su sexy, pero inconsciente mejor amigo sólo estaba
haciendo las cosas peor. Pero eso era algo que iba a tener que hablar con
su amigo en otra noche. No esta noche cuando el chico había pasado por
todos los problemas de vestirse y hacer dulces. Paul había planeado
cosas y él iba a hacer lo propio de un amigo e ignorar la forma en que su
polla palpitaba cada vez que lo miraba.
—Oye, no sabía si querías una cerveza de raíz o una de esas bebidas de
café —dijo Paul, volviéndose y caminando hacia la cocina. Jackson fue a
seguirlo y luego se detuvo en seco, sus ojos se deslizaban hacia abajo
hasta las tiras de tela envueltas alrededor del culo de su amigo. Se 9
movían a cada paso que daba el chico, revelando corazones rojos
brillantes sobre tejido blanco.
—Maldita sea, maldita sea—gruñó entre dientes, forzándose a
mantenerse lo más lejos posible del adorable muchacho. ¿Cómo diablos,
se había metido en este lío? Había sido amigo de Paul durante diez años
y ahora se convirtió en pura tortura.
—Voy a comer todas las palomitas de maíz —le gritó Paul, ciego a la
guerra que se avecinaba en el cuerpo de su amigo.
Jackson tomó un respiro firme, tratando de tener los pensamientos
más seguros que pudiera. Era inútil a solas con Paul en una habitación y
vestido sólo en tiras y ropa interior. Tortura y más tortura. La idea de
desenrollar el cuerpo largo y tonificado del muchacho y llegar a esos
boxers ridículos y al premio sin duda perfecto que escondían debajo...
Mal, Jackson. Muy Mal.
Sudando, cambió de un pie a otro. Pensamientos poco inteligentes.
Piensa en pensamientos poco inteligentes.
Dios, lo quería tan mal. Lo había deseado por lo que se sentía para
siempre. ¿Por qué no podía Paul haber tomado la salida como un buen
tipo recto y sólo negarse a hablar con él? Quería follar a Paul. ¿Por qué
tenía que ser tan jodidamente bueno todo el maldito tiempo?
—Oye, yo también tengo cerveza, si quieres eso—dijo Paul, subiendo
con una lata en la mano. —¿Estás hambriento, hombre?
—Muerto de hambre —gruñó Jackson con la mirada fija en el pecho
del rubio y bajando, fijándose en la forma en que su ombligo era visible
entre el tejido amontonado.
—Podemos envolverte en papel higiénico, si quieres —ofreció Paul,
interpretando completamente diferente la mirada hambrienta en los
ojos de Jackson.
—Nosotros combinaremos. Será como nuestro primer Halloween
como amigos.
Maldita sea. Era tan jodidamente dulce y totalmente merecedor de
tener un amigo que no quisiera violar su trasero.
—Está bien—murmuró Jackson, dejando que Paul lo arrastrara a la
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cocina para una cena tardía de comida chatarra.
Capitulo dos

Paul estaba haciendo todo lo posible para que Jackson no fuera un


desastre lleno de gruñidos. Pero parecía más difícil cada vez que lo
intentaba, su amigo estaba más lejano y cortante. Oh, claro, Jackson
había girado de mala gana lentamente para que le pusieran un par de
paños de papel higiénico y había comido. Paul había encontrado restos
en la nevera que su amigo había devorado además de dos manzanas
acarameladas1. Pero simplemente no estaba hablando. No sólo eso,
estaba claro que quería irse, el chico de cabello oscuro se veía nervioso y
mirando en cualquier lugar excepto en su dirección. Estaba empezando
a pensar que Jackson realmente no quería estar cerca de él en absoluto.
—Um, entonces ¿quieres ver películas?—Preguntó Paul con
vacilación. Estaban sentados en la mesa de la cocina, Jackson mirando
su plato vacío como si hubiera un secreto que las migajas estaban a punto
de revelar. —No tenemos que ver La Momia si no quieres. Desenterré 11
una tonelada de viejos clips monstruosos. Clásicos. Incluso tengo el
Drácula original.
—La momia está bien —dijo Jackson en voz baja, todavía mirando su
plato.
Mierda. ¿Había dicho lo incorrecto? ¿Hecho algo que le hizo pensar
que lo odiaba por ser gay? ¿Qué diablos había hecho mal?
Mierda, Paul decidió que había terminado de intentar sacar a su amigo
con una conversación. Jackson le hablaría cuando estuviera listo... o no.
Pero no quería pensar en eso. Fuera lo que fuese la mierda con su amigo,
él iba a tener que darle su espacio para averiguarlo. Rascándose la parte
de atrás de la cabeza, Paul recogió su cerveza a medio terminar y se puso
de pie.
—Lo arreglaré. ¿Llevas las palomitas de maíz? —dijo por encima del
hombro, sin molestarse en mirar si Jackson lo seguía.

1
Fue un alivio salir de la habitación. Jackson en ese estado de ánimo
era siempre difícil; esta noche se sentía casi insoportable. No sabía si era
porque no lo había visto en un mes o qué, pero su amigo también parecía
diferente. Su cabello negro normalmente corto había crecido a algo
desaliñado, y no se había molestado en afeitarse al menos en unos días
dejándolo parecer áspero y desaliñado. Sin embargo, había algo en sus
ojos, sus oscuros ojos marrones parecían haber cambiado más. Era como
si una luz enloquecida se hubiera instalado en ellos, algo peligroso que
chispeaba justo debajo de la superficie, algo salvaje.
No había visto a Jackson en un mes y Halloween tenía que llegar a él.
Sin embargo, Paul no paró de mirar a su amigo desde el rabillo del ojo
cuando entró en la habitación, Jackson con su brazo lesionado apretado
a su cuerpo.
—¿Está roto? —preguntó Paul cuando vio que su amigo se estremecía
y se frotaba el brazo.
—No, sólo he estado sufriendo los últimos días —Jackson tiró de la
correa de su hombro y cuidadosamente enderezó la extremidad. —Es lo
más raro. Pasó semanas atrás y pensé que había sanado muy rápido.
12
Luego, el otro día, empezó a doler tan mal como cuando fui herido por
primera vez.
—Eso es extraño —Colocando su lata abajo, Paul se acercó, tirando de
la sudadera de Jackson. —Déjame ver. Tengo un poco de aceite de
magnesio2 que puedes poner en él. Aflojará cualquier músculo apretado
en cuestión de minutos.
Cuando Paul volvió con el aceite en la mano, encontró a Jackson
mirando la sala de estar, con una expresión seria en su rostro.
—¿Te gusta? Pensé que sería genial ver la televisión en la vieja
fortaleza.

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Consigue eliminar o disminuir los dolores, afecciones e infecciones cardiovasculares (corazón,
vasos sanguíneos…) y de la articulación de los músculos y huesos (artritis, calambres, contracciones).
—No puedo creer que hicieras esto —Jackson sonrió por primera vez
esa noche, mirando fijamente las mantas y sábanas cubiertas por toda la
habitación. —Es impresionante, Paul. No creo que hayamos hecho una
fortaleza tan grande cuando éramos niños.
—Sí, bueno, tengo esas habilidades de arquitecto pagadas por la
universidad para agregar a todo —dijo Paul, su sonrisa dividiendo su
rostro en victoria.
Sí, había conseguido que el bastardo gruñón sonriera.
—Vamos, déjame ver ese brazo... Oh. —Paul se detuvo en seco, sus ojos
fijos en donde la manga de la camisa de Jackson fue empujada hacia
arriba.
Jackson miró su brazo, su cabeza inclinada mientras buscaba lo que
había asustado a su amigo. Había un hematoma grande, uno que
probablemente no debería haber estado allí si Jackson se había
lastimado hace un mes. Pero eso no era lo que Paul estaba mirando. El
brazo de Jackson se había vuelto enorme, sus bíceps abultados de
músculo, sus hombros anchos. 13
—¿Hombre, empezaste a usar esteroides o algo mientras estabas
fuera? —Bromeó, pero una parte de él estaba seriamente preguntándolo.
—He hecho mucha natación en el lago —dijo Jackson, con los ojos
clavados en él con una intensidad que Paul nunca había visto antes.
—Algo de levantamiento de rocas sólo para evitar que se pongan
flácidos. Supongo que tuve una buena racha de crecimiento.
—Claro—dijo Paul, luchando con un rubor confuso. —Aquí, podría
picar un poco, pero si esperas, debería aflojar el músculo —frunció el
ceño al mirar mejor el brazo de su amigo, viendo donde la carne se había
roto. —Estás muy mal herido. ¿Qué ocurrió?
—Caí en una roca, creo —dijo Jackson, rígido mientras Paul le rociaba
el aceite y lo frotaba por el lado de su brazo y hasta su hombro.
Paul trató de ignorarlo, preguntándose por qué demonios el chico
estaba tan nervioso a su alrededor de repente. Eran nervios, ¿verdad?
¿No era cólera o algo así? Se encontró preguntándoselo mientras
trabajaba lo último del líquido en la parte posterior del cuello de
Jackson, donde los músculos del muchacho estaban más tensos,
maldiciéndose a sí mismo por sonar tan preocupado.
—Apenas duele —gruñó Jackson.
—No, eso no es... Estás actuando raro, Jackson —dijo Paul frunciendo
el ceño.
—Lo siento —contestó Jackson suavemente, sin negarlo.
Paul se relajó un poco después, contento de saber que no estaba en su
cabeza y que su amigo no iba a ser un asno y fingir que no lo estaba.
—Entonces... ¿Vas a decirme qué pasa? —Empujó con una última
palmadita en el hombro del muchacho.
—No esta noche —dijo Jackson, encontrando su mirada
significativamente. Sus ojos parecían diferentes, más ligeros... casi
dorados.
—¿Tus ojos cambian de color? —preguntó Paul, incapaz de
preguntarse cuánto tiempo más su amigo lo miraría descaradamente.
—No —dijo Jackson rápidamente, apartando finalmente su mirada.
—No has hecho nada malo, Paul. Eres perfecto, prometedor.
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Apretando sus labios, dejo caer el tema. —Bueno. Puedes lavarlo en 30
si comienza a picar.
Paul se fue a lavarse las manos, volviendo a encontrar que Jackson ya
se había arrastrado bajo la tienda de mantas. Golpeó las luces y se
arrastró por debajo también, el tazón de palomitas de maíz entre ellos
cuando Paul agarró una almohada y se tendió sobre su estómago en el
suelo. Había puesto el televisor en el suelo sólo para esto y había sacado
todos los DVD de películas monstruosas para que no tuvieran que
encender las luces para encontrarlos más tarde.
—Esto es realmente impresionante, Paul —dijo Jackson.
—Oye, bueno, soy tu mejor amigo en todo y mejor que no te olvides.
Se instalaron una vez que habían conseguido el volumen justo,
haciendo chistes donde siempre hacían chistes. Sin embargo, se sentía
tenso, Paul muy consciente cuando la mirada de Jackson se desplazaba
hacia él y se quedaba fija. Trató de centrarse en la película, decidido a no
hacer un gran problema al respecto. Pero después de que Jackson no se
había reído de su parte favorita, mientras estaba demasiado ocupado
mirándolo, Paul no pudo quedarse en silencio.
—¿Jackson? —Él miró hacia donde el muchacho estaba sentado,
Jackson ni siquiera tuvo la decencia de fingir estar buscando en otro
lugar.
—¿Estás seguro de que estás bien?
—Sí... me siento un poco extraño —Jackson admitió después de un
momento, su voz un gruñido. Paul podía ver que estaba sosteniendo su
brazo de nuevo.
—¿Las cosas ayudaron?
—Sí, supongo. Ya no duele mucho —Jackson acurrucó los dedos de su
brazo herido en un puño, suspirando pesadamente—, Tengo demasiada
energía. Como que, quiero correr o algo así... Y todo huele mucho más
fuerte de lo normal.
—¿Olor? —Paul alzó las cejas, sorprendido.
—Sí, puedo olerte. Es realmente una distracción —dijo Jackson con un
gruñido.
—Mierda, lo siento —Paul levantó su brazo y olfateó su axila. No 15
parecía estar particularmente odorífica, pero se estaba poniendo caliente
bajo el fuerte. ¿Tal vez sólo estaba acostumbrado a su propio olor?
—Puedo ponerme desodorante si eso te ayuda —ofreció, empujándose
sobre sus caderas para hacer eso.
—No, no es un mal olor—dijo Jackson rápidamente, tosiendo
torpemente después.
Paul arrugó la nariz. —No...
—No, es realmente, eh, bueno, bueno —susurró el moreno, esa intensa
mirada volvió a fijarse en él. —Hueles muy bien, Paul.
Su ceño se arrugó, Paul levantó de nuevo el brazo, olisqueando su
axila. No olía exactamente necesariamente a rosas y polvo para bebés,
eso era seguro.
—¿Estás seguro de que te encuentras bien? —preguntó, preocupado
por su amigo.
Jackson asintió con la cabeza y se inclinó para presionar su rostro
contra su lado, donde Paul había estado husmeando. Momentos
después, el rostro del chico estaba literalmente en su axila, la respiración
caliente lavándose sobre su carne húmeda.
—En serio, hueles muy bien. —Me vuelve loco —murmuró Jackson.
Observando el cabello oscuro del chico, Paul se mantuvo inmóvil
cuando Jackson lo olió. Se sentía extrañamente nervioso al ver que su
amigo le olía así, la sensación empeoraba cuando Jackson respiraba de
nuevo y gemía, olfateando por su costado y moviéndose hacia su
ombligo. —Joder, hueles tan bien.
Paul cerró los ojos, respirando inestablemente. Su estómago se había
endurecido y el calor aumentaba a través de él. Dios, ¿qué diablos le
pasaba? —¿Qué mierda hueles, Jackson? ¿Cerveza? ¿Dulces?
Jackson esperó para responder, suspirando mientras olía a su amigo
de nuevo. —Pene —susurró en la cadera de Paul, con su disfraz
amortiguando las palabras
—¿Acabas de decir...? —Su ceño se arrugó, Paul miró a los anchos
hombros de Jackson. —¿Crees que huele a un pene gigante? Eres un
idiota absoluto.
Se quedó en silencio con un jadeo, la mano de Jackson rozando su
pene. Tal vez había sido un accidente, o tal vez deliberado porque 16
Jackson estaba obviamente actuando como un idiota tratando de
asustarlo, pero Paul estaba mucho más preocupado por el hecho de que
cuando Jackson lo había tocado, su pene se había retorcido como
respuesta.
—Lo siento —dijo Jackson humildemente, alejándose con un gemido.
Paul se atrevió a mirarlo, el rostro de su amigo se ruborizó, mechones
de pelo oscuro cayendo en sus ojos que parecían demasiado brillantes
incluso bajo las mantas. —Debería, uh, probablemente ir a correr o algo.
Maldita sea, ¿por qué estaba tan incómodo y extraño, haciendo cosas
jodidamente extrañas?
—¿Qué, en medio de la noche? ¿En medio de nuestra película? —
preguntó Paul. —¿Vas a dejarme solo en Halloween en la oscuridad
cuando sabes cómo me quedo después de ver películas de terror? Eres el
peor amigo de todos los tiempos.
Jackson rodó los ojos pero una sonrisa se arrastró en sus labios.
—Deja de ser un bebé. Te protegeré de los monstruos, princesa Paul.
Molesto, Paul tomó el control remoto, rebobinando antes de que
Jackson hubiera decidido convertirse en un raro total. Claro, podría ser
un cobarde cuando se trataba de películas de terror, pero al menos no
era un perro que olfateaba.

17
Capitulo tres

Jackson realmente necesitaba alejarse de Paul. La fortaleza estaba


fresca. Bien, mejor que genial. Fue una maldita idea. Pero por el
momento, sólo señalaba el hecho de que estaban acurrucados en un
pequeño espacio cerrado, todo oscuro a excepción del resplandor de la
televisión, y todo lo que quería hacer era besar, chupar y follar cada
maldita pulgada de su magnífico mejor amigo en la alfombra.
Joder, ¿por qué olía tan bien? ¿Qué era ese maldito olor? Lo estaba
volviendo loco. Era como si Paul estuviera cubierto, pero sabía que
además de jabón y agua, su amigo no era el tipo de usar colonia o
productos perfumados. Paul generalmente se quejaba de tener dolores
de cabeza por demasiadas cosas perfumadas. ¡Pero olía tan bien! Dios,
tal vez Paul sólo lo enloquecía. Todo sobre él, incluso su olor.
Luchando contra un gemido, Jackson se movió en su asiento, tratando
de hacer algo de espacio en sus vaqueros para su dura polla. Debería
haber esperado un día en que no se sintiera tan loco. Había notado un 18
aumento energía dentro de él las últimas noches. Algo extraño, salvaje,
lleno de colmillos y gruñidos. La reaparición de la herida en su brazo sólo
había hecho crecer la sensación. Algo le había pasado aquella noche en
el bosque, algo en lo que había estado tratando realmente de no pensar.
Ahora, sin embargo, su mirada cayendo a la lista de títulos de DVD que
cubrían el suelo alrededor de ellos, estaba recibiendo una sospecha de
que podría haber sido mordido por algo que no era normal.
—¿Crees que los hombres lobo podrían ser reales? —Preguntó a su
amigo cuando la película se había ralentizado.
Paul se miraba confundido, claramente tratando de reconstruir cómo
había saltado del antiguo Egipto y las maldiciones de la momia a los
hombres lobo. —¿Seriamente? Sabes que tengo miedo de la magia.
—Sí, pero tampoco crees que exista —dijo Jackson en voz baja. —Se te
permite tener miedo porque no crees que alguna vez tendrás que
enfrentar la maldición de una momia o alguna mierda.
Apretando los labios, Paul se empujó sobre los codos y agarró un
puñado de palomitas. El tazón estaba casi vacío, pero ninguno de ellos
tenía prisa por levantarse para hacer más.
—En realidad, parte de lo que me da tanto miedo de esa clase de cosas
es porque no creo en la magia. Cuando pienso en momias, pienso en
antiguas enfermedades y venenos, bacterias que comen carne y cosas
que podrían haber sido enterradas con el cuerpo. Me pregunto si un
cadáver realmente bien conservado podría haber estado lleno de un
neuroestimulante que podría hacer que siguiera caminando años más
tarde. Tengo miedo de la idea de la gente que camina alrededor y tener
sus cerebros llenos de algún virus terrible hasta que están literalmente
caminando como cadáveres, demasiado estúpidos para saber que están
muertos. Créeme, es aterrador en mi cerebro—dijo con una débil sonrisa.
—¿Y los hombres lobo? —preguntó Jackson después de un momento.
—¿Crees que podrían ser reales?
—¿Creer que una persona podría convertirse en un puto lobo? No.
Pero sé que hay gente muy peluda por ahí que se han llamado hombres
lobo porque la gente es ignorante. Estoy abierto a la posibilidad de algún
tipo de eslabón perdido, donde tienes un ser humano que evolucionó de
una manera completamente diferente y está viviendo en la naturaleza. 19
—Pero no la idea de ser mordido por un lobo y...
—Oh, ni siquiera me empieces a hablar de eso —Paul interrumpió,
deteniendo la película y mirando a Jackson fríamente. —Bien, para
empezar, está la rabia. Conduce a un comportamiento agresivo,
alucinaciones, junto con el exceso de saliva espumosa en la boca. Debido
a que ese es el objetivo del virus de la rabia, que se transmita a otro
huésped. Así es como infesta las glándulas salivales haciendo que el
animal infectado salive y actúe agresivamente para que muerda a
alguien. Quiero decir, este virus es tan astuto, hace que el animal
infectado tenga miedo del agua y líquidos por lo que no puede tragar la
saliva que está utilizando para transmitir el virus. Es genial —dijo Paul
con el ceño fruncido.
—Así que ahora tienes un lobo mordiéndote y de repente tienes a una
persona loca corriendo, siendo agresivo con la necesidad de morder
cosas, morir una lenta y dolorosa muerte mientras su sistema nervioso
se rompe. Sería muy fácil pensar que esa persona fue maldecida,
¿verdad? Estaban bien un día, y luego, ¡bam! Loco, salivando,
mordiendo y actuando como un animal total sin sentido. Eso es sólo
rabia —murmuró, respirando hondo.
—Hay todo tipo de condiciones bacterianas y virales que pueden
infectar a alguien. Oye, hay incluso hongos por ahí que pueden tener un
organismo y controlar su comportamiento. La naturaleza es un hombre
aterrador. No necesito tener miedo de la magia cuando hay un montón
de mierda en la vida real de la cual debes tener miedo.
Mierda. Jackson agarró su brazo, deseando realmente que no lo
hubiera mencionado. ¿Rabia? Maldita sea.
—¿Por qué?—Paul dejó la película. —¿Quieres ver una película de
hombre lobo?
De ninguna maldita manera.
—¿Qué tal un vampiro? —sugirió, preocupado por su voz un poco
ronca. No quería tener rabia. Él no... Pero, ¿por qué estaba realmente
contemplando haber sido mordido por un hombre lobo? ¿No estaba tan
loco como para eso? ¡Dios mío!, ¿por qué Paul tenía que ser tan
malditamente nerd? No era rabia. Seguro que no sería mejor... Dios, ¡y
todavía olía tan bien!
—¿Qué podría afectar la nariz? —Preguntó Jackson después de un 20
momento, incapaz de mantenerse alejado de su amigo para poder olerlo
mejor—. ¿Un virus haría eso? ¿Hacerte oler cosas diferentes o más
fuertes?
—Umm, ¿tal vez un derrame cerebral?—Paul ofreció completamente
perdido mientras miraba la televisión. —¿Exposición a productos
químicos?
Jackson negó con la cabeza, tratando de no estar exasperado. El sudor
se deslizaba por su frente y la parte posterior de su cuello y podía oír la
respiración de Paul, repentinamente estaba volviendo a sus sentidos.
—Hace mucho calor aquí abajo —susurró, mirando la forma en que el
cuello de Paul se veía con sus hombros desnudos, el rostro blanco rayado
y corriendo sobre su sudorosa carne. Su espalda era tan jodidamente
hermosa. Los músculos y la piel perfecta. Incluso el estúpido maquillaje
no fue capaz de disminuir el hecho de que Paul era sexy como una
mierda.
—Mmm—Paul apartó su cabello verde de la frente, algo de tinte se
mezcló con la pintura de la cara. —Lo siento, quítate la camisa o algo así.
Podemos apagar la calefacción después de la película. Está llegando a la
mejor parte.
Volvió a mirar la pantalla, inclinándose hacia delante mientras
descansaba la barbilla en sus manos, de esa manera que cuando la hacía
estaba totalmente absorto en algo. Jackson intentó concentrarse en la
película, lo hizo, pero no pudo dejar de mirar a Paul. La forma en que
sus hombros estaban acurrucados hacia adelante, la fuerza de su brazo,
los músculos de su espalda. ¿Cómo podía alguien parecer tan bello y
sucio a la vez? Jackson se apoyó en su mano para poder inclinarse y
respirar el olor único de Paul otra vez. Joder, olía a sexo. Era imposible
no acercarse más, no intentar injertar ese delicioso olor en su carne.
Pudo decir cuando Paul finalmente lo notó, el aliento del muchacho
cayendo ligeramente mientras su nariz tocaba la parte posterior de su
hombro. Era el ruido más sexy, Jackson inmediatamente estaba duro y
obligado a tomar una inhalación.
—Tú, estás actuando raro—Paul finalmente habló, mirando fijamente
a la televisión.
—Lo siento —Pero Jackson sabía que Paul ahora se concentró en él,
sintiendo cómo había cambiado la respiración del chico, la forma en que
su corazón corría mucho más rápido ahora ... Sí, podía oír su corazón.
21
—Hueles muy bien, Paul.
Paul gruñó, sus ojos se estrecharon en una mirada que fijó en la
almohada sobre la que estaba apoyado. —No huelo a pene y estás siendo
un idiota total por sugerirlo. Estoy tratando de ser realmente de apoyo,
y todo lo que has hecho es... ¿J-Jackson? —Tartamudeó, tragando con
fuerza cuando Jackson le lamió el hombro.
—Tienes un sabor aún mejor que el olor.
Tenía un sabor a carne caliente y Paul tenía una cara estúpida y él
quería lamerlo todo. Su rostro estaba rojo brillante, Paul hizo un ruido
estrangulado cuando él lentamente pasó su lengua desde el cuello del
chico hasta su columna vertebral, deteniéndose en el centro de su
espalda.
—¿Qué estás...?
—Dime que deje de hacerlo —dijo Jackson con voz ronca, sabiendo
que estaba perdiendo el control que se arremolinaba en él. —Deberías
decirme que deje de hacerlo, Paul.
—Detente...Mierda —Jackson repentinamente se empujó sobre él,
presionando a Paul en el suelo mientras le besaba el cuello de nuevo,
chupando la carne.
Sólo necesito probarlo un poco. Eso es todo... Dios, tan bueno.
Pasó su mano por donde él acababa de estar lamiéndole, quitándole el
maquillaje para poder chupar la dulce carne de Paul.
—Maldita sea, Jackson, ¿qué estás pensando? —dijo Paul sin aliento,
jadeando cuando de repente lo rodaron sobre su espalda. Jackson
empujó las manos de Paul por encima de su cabeza, fijándolas en su
lugar con una de las suyas mientras besaba la garganta y el pecho del
rubio. Los jadeos de Paul se estaban convirtiendo rápidamente en suaves
gritos y gemidos, lo empujaban y lo volvían loco. Empujando las tiras del
traje a un lado, Jackson encontró y besó su pezón más cercano,
atormentando el brote con su lengua como lo había estado
atormentando toda la noche. Él gimió, mordisqueando suavemente,
sintiendo que Paul se sacudía y respondía. Dios, Paul se estaba poniendo
duro. 22
—Jackson... Jackson, habla conmigo, hombre. Sabes que no... Oh,
diablos —Paul jadeó con la cabeza inclinada hacia atrás y un gemido
escapándose de él cuando Jackson presionó el talón de su palma contra
su creciente erección.
—Maldición. Deja de tocarme, hombre—gruñó, sus manos
moviéndose por un momento en el agarre de Jackson.
Jackson gruñó en su carne, palmeando la polla de Paul
acaloradamente a través de su ropa, sintiéndola crecer, hincharse y
endurecerse con cada toque. El olor lo rodeaba, más fuerte y más
exigente de su atención. Suyo. Paul era suyo. Él lamió el estómago del
muchacho, tirando de sus manos mientras usaba su cuerpo para sujetar
las piernas de su amigo al suelo y rozar su tenso abdomen.
Dios, Paul estaba tan firme. Firme, en forma y perfecto. El sudor
goteaba en sus ojos, Paul parpadeó, su cabeza chocando contra la
alfombra cuando Jackson besó su polla a través de sus boxers.
—Mierda, mierda santa, esto no está sucediendo ahora —murmuró,
gimiendo cuando Jackson rasgó las tiras que estaban envueltas
alrededor de sus caderas hacia abajo, su ropa interior siguiéndolas
rápidamente.
Jackson hizo una pausa, mirando a la erección de Paul, estudiándolo,
memorizando todo sobre el magnífico pene de su amigo. Retorció el
material más abajo, liberando también sus bolas, Paul jadeó alto
mientras miraba fijamente el techo de la fortaleza.
—Tu pene es tan hermoso.
—Jackson, seriamente lo que sea que te está pasando contigo, esto no
es gracioso —Paul dijo, su voz llena de incertidumbre.
Jackson movió su cuerpo, mirando hacia abajo a los ojos del chico. El
maquillaje de Paul estaba manchado de su sudor, un rubor rojo se
mostraba a través de las rayas, y su cabello era un desastre. Sólo parecía
más delicioso. Más cogible. —Eres hermoso —dijo, con todo su corazón.
—Jackson, vamos —Paul susurró suplicante, finalmente reuniéndose
con su mirada. —Deja de actuar tan raro. 23
Contemplando esos hermosos ojos, Jackson dejó que la mano que
sostenía su cadera fuera a la deriva. La respiración de Paul se aceleró con
el primer contacto de su pene, sus ojos se cerraron por un momento sólo
para parpadear de nuevo, un nuevo aturdimiento se reflejó en los orbes
azules. Jackson frotó su eje, sólo quería sentirlo en sus manos, el peso de
él, la forma y el calor. Las caderas de Paul se resistieron, el muchacho
frotándose en el tacto, un gemido bajo liberándose que trató de contener
mordiéndose el labio. Pero Jackson lo oyó, pudo ver en la forma en que
su respiración se enganchó y como sus músculos se tensaban que a Paul
le gustaba su toque.
Bajando un poco más, movió su mano hacia arriba, frotando la mitad
de su palma en círculos lentos sobre el pene de Paul. Al darse cuenta de
que era demasiado áspero, levantó la mano, lamiéndola a fondo, con la
mirada fija en su amigo que lo miraba con los labios entreabiertos y la
confusión brillando en sus ojos. Envolviendo sus dedos resbaladizos
alrededor de su polla lo acarició con firmeza.
—Mierda —jadeó, cuando Jackson repitió el movimiento. Él miró la
cara de Paul con ferocidad, tirándole y mirando para ver qué nueva
expresión vendría, qué ruido haría el muchacho. Él era tan jodidamente
maravilloso y lo había querido demasiado tiempo para poder parar.
—Jackson... Joder, Jackson —Paul gimió, su cabeza cayó al lado
cuando Jackson le acarició y rodeó la cabeza de su pene con su pulgar.
Sí, tan jodidamente sexy. Jackson se deslizó por la forma jadeante de
Paul, respirando su aroma profundamente, bebiendo la vista de sus
flexibles abdominales y sus caderas. Quería hacerle venir. Tenía que
hacerle venir. Si Paul pudiera sentir lo mismo, podría ver que le daría
todo, incluso sexo increíble, tal vez desearía estar con él. Sabía que era
una mentira incluso en ese momento, sabía que se estaba mintiendo a sí
mismo pensando que Paul iba a ser siempre gay por él, eso estaba más
allá de la locura. Pero Jackson no quería pensar en eso.
Paul gritó al primer beso en su pene, todo el cuerpo del chico
estremeciéndose debajo de él. Separando sus labios, Jackson tomó la
cabeza lamiendo alrededor de su longitud que se tambaleaba,
hundiéndose lentamente en el pene de su amigo hasta su base. 24
—Mierda... Jackson —Las manos de Paul se agitaron en sus manos, el
chico se liberó. Pero todo lo que Paul hizo fue retorcer sus dedos en su
pelo, agarrándolo desesperadamente mientras Jackson tomaba el pene
del rubio con su boca y lo sostuvo firmemente. Podía sentir el pulso de
Paul, su sangre moviéndose rítmicamente con su pulso acelerado.
Moviendo las caderas, utilizó su otra mano para deslizarse bajo las bolas
de Paul, masajeando y frotando el saco bien recortado.
—Jackson...mierda, voy a...
Gruñendo alrededor de la carne hinchada en su boca, Jackson se abrió
más, aplastando la nariz hasta el ombligo y acomodando el pene de Paul
tan profundamente como pudo, deseando sentirlo venir.
Las respiraciones desesperadas de Paul se convirtieron en un grito
angustiado, el muchacho tensó fuertemente su cabello y se le metió en la
garganta mientras su pene se tensaba. Semen inundó los sentidos de
Jackson, su garganta tragándose en perfecta armonía cada pulso del
pene de Paul, el orgasmo parecía seguir para siempre mientras le daba
más y más de su semilla.
La tensión dejó el cuerpo de Paul de una vez y se derrumbó de nuevo
en el suelo con un gemido. Jackson se detuvo, soltando lentamente el
pene de su amigo, pero no antes de lamer toda su saliva y cualquier
semen que posiblemente pudiera haberse escapado.
Los dedos de Paul seguían enredados en su cabello, moviéndose
suavemente con toques suaves y tentativos que ni siquiera estaba seguro
de que el rubio se diera cuenta.
—Jackson...
Mierda, él gimió su nombre tan sexy. Apartándose del flácido pene de
Paul, Jackson dejó que su mirada subiera por la forma del muchacho,
memorizando tanto como pudiera. Encontró a Paul mirándolo
fijamente, con los ojos pesados y llenos de tanta confusión.
—Lo siento, Paul. No debí haberlo hecho... —Antes de que pudiera
detenerse, Jackson avanzó, reclamando la boca del chico. Jadeando,
Paul se mantuvo inmóvil, resistiendo contra el abuso de sus labios.
Jackson hundió su lengua entre sus labios, saboreándolo, burlándose
de él, y Paul lanzó un gemido de derrota, su lengua vacilante para 25
alcanzar la suya. Era demasiado y Jackson se obligó a alejarse antes de
que hiciera más daño. Porque podría tener a Paul. El chico era débil,
dulce y tan jodidamente simpático; Jackson podría hacer cualquier cosa
con él y Paul le perdonaría porque ese era el tipo de hombre que era.
Malditamente perfecto e imposible de no amar.
Jackson se incorporó, los ojos de Paul lentamente parpadeando, esa
misma incertidumbre todavía rebosaba en su mirada. Con los labios
entreabiertos, la lengua de Paul se lanzó hacia afuera, lamiendo su carne
rosada y besada.
Mierda, quería hacerle tanto. Mierda, quería enterrarse
profundamente dentro de él y llenarlo con toda su semilla. Eso haría
que Paul fuera suyo y sólo suyo. Si él lo cogía y lo mordía... Jackson
sacudió la cabeza, tratando de apartar la extraña voz dentro de él que
sólo se hacía cada vez más fuerte.
—Lo siento, últimamente me he sentido loco y no debería haber….
Un gruñido se alzó en su pecho, los ojos de Paul se agrandaron en
sorpresa ante el sonido inhumano. Jackson cerró la boca, una ola de
miedo le golpeó tan fuerte, que tuvo que voltear rápidamente.
—Jackson, ¿estás bien?—Paul se levantó, todavía mirándolo
fijamente, pero ahora con preocupación en sus ojos. Jackson sacudió la
cabeza, odiando la parte de él que sólo quería ir y follar al chico hasta
dejarlo sin sentido.
—No. Nada está bien conmigo ahora.
Había algo mal con él. Paul era su amigo y él sólo... Mierda. No sabía
a dónde iba, Jackson se levantó abruptamente, sabiendo que necesitaba
alejarse de Paul antes de hacer algo que nunca pudiera ser redimido.

26
Capitulo cuatro

Paul estaba absolutamente perdido por lo que había pasado. En un


momento, Jackson había estado haciendo preguntas acerca de los
hombres lobo, y luego lo había tomado totalmente y lo había chupado.
Estaba bastante seguro de que eso era lo que había sucedido.
¿Y por qué? ¿Le gustaba? Paul se rascó el cuello, tratando de pensar
si Jackson había dado alguna indicación de que le pudiera gustar. Bueno,
además de estar totalmente enamorado de él. Porque Jackson estaba
totalmente enamorado de él. Lo que estaba bien, también estaba
totalmente enamorado de Jackson. Probablemente aún más si él era
honesto, porque aunque Jackson había sido capaz de pasar un maldito
mes sin ningún contacto, Paul había estado sufriendo.
Mierda, ¿qué diablos se suponía que iba a hacer? Jackson lo había
usado totalmente para... bueno, en realidad no. No era como si Jackson
hubiera salido. ¿Para practicar sus habilidades de mamada? No es que
él necesitara ninguna práctica de mierda, el tipo chupaba como una puta.
27
Jesús, Jackson lo había chupado. Había envuelto sus labios alrededor
de su pene y lo había chupado hasta que había llegado. Había bebido su
semen como si fuera su sustento y mierda… ¿Qué diablos iba a hacer?
Paul enterró la cara en sus manos, no estaba cerca de saber qué hacer
ahora más de lo que había estado hace horas cuando Jackson había
salido corriendo por la maldita puerta.
¿Le gustaba? ¿Por eso había estado tan raro antes de su viaje? Jackson
se había alejado por un tiempo, algo que Paul había estado tratando de
ignorar. Esos labios en su pene él no podía ignorarlos.
De acuerdo, o bien Jackson estaba totalmente caliente por él, o era un
completo idiota por pensar que podía molestarlo y que estaría bien con
ello porque eran amigos. Porque no estaba bien. Era una cosa que no
podía hacerse, a pesar de lo jodidamente bueno que Jackson le había
dado.
Había sido bueno. Maldición, no podía recordar venirse tanto. Quizás
por la adrenalina de todo eso, Dios, pero se había puesto duro, tan rápido
por Jackson. Se había alejado tan rápido también, como si su cuerpo
fuera un maldito instrumento que Jackson supiera tocar perfectamente.
Pero eso no significaba que fuera gay. No es que pensara que algo
estaba mal con ser gay. Bueno, claramente tenía que pensar que algo
andaba mal con ser gay porque de lo contrario, él no estaría loco por su
amigo gay chupándolo, ¿no?
—Dios, joder, dispárenme ahora —gruñó Paul, tirándose del pelo.
Odiaba su cerebro. Su cerebro estúpido y demasiado complicado que no
podía cerrar la boca por nada.
Pero nunca lo había considerado realmente, ¿verdad? Había
asumido que era algo que sabría... Como si prefiriera el brócoli sobre la
coliflor, o simplemente odiaba a los dos... Pero tenías que probarlo
primero, ¿no? Como, para saber realmente si odiabas algo, tienes que
probarlo. Dios, y Jackson chupándole su polla no había sido horrible. Si
hubiera sido horrible, no se habría sentido tan caliente. No estaría medio
duro sólo de pensar en lo jodidamente no horrible que había sido.
Necesitaba hablar con Jackson. Esa era la única manera de que todo
esto tuviera sentido. Necesitaba hablar con Jackson y decidir si iba a
darle una paliza al chico o... ¿Joder, o qué? ¿Qué demonios se suponía
que debía hacer? ¿Enviarle una docena de rosas con una maldita tarjeta
28
de agradecimiento por darle la mejor mamada de todos los tiempos?
—Maldición. Maldita sea, Jackson. Sólo tenías que hacer todo tan
complicado y raro. Sólo quería ver algunas estúpidas películas y
asombrarme por las maldiciones de la momia y los vampiros. Paul se
levantó y las mantas del fuerte se aferraron a su cabeza y hombros. Los
sacó con un movimiento brusco, sin preocuparse cuando el fuerte se
derrumbó a su alrededor.
Dios, era un idiota. Actuando como un cabrón de mierda cuando su
mejor amigo probablemente estaba enfrentando el peor día de su vida.
Estúpido Jackson. ¿No podría haber dicho nada? No, tenía que saltarle
encima y luego huir como un completo idiota. Paul sabía exactamente
dónde estaría. Bueno, al menos esperaba que estuviera. Porque
claramente había muchas cosas sobre Jackson que no había notado.
Pero eran las 3 a.m. después de una enorme jodida y estaba bastante
seguro de que Jackson estaría en su patio trasero dando patadas
alrededor de los restos de su vieja fortaleza del árbol.
Después de que Jackson se negó a responder a cualquiera de sus
textos, Paul cedió y buscó un par de zapatillas. No tenía ni idea de lo que
iba a decir... Bueno, además de cuánto había sido un idiota con Jackson.
Como para probar este pensamiento, encontró a Jackson exactamente
donde había sabido que estaría, el muchacho estaba de espaldas a él en
su patio trasero por la maldita casa del árbol que nunca había terminado
más allá de martillar un montón de escalones en el lado del árbol para
alcanzar las ramas más altas.
Paul se detuvo a unos metros de distancia, con el estómago revuelto
mientras su amigo entraba en su visión. Las nubes se habían separado
en el cielo de la noche, iluminada por la luz de la casi luna llena.
—Jackson, ¿eres tú? —Preguntó, no muy seguro. Sin camisa, Jackson
parecía más un hombre de lo que recordaba, sus hombros eran más
anchos, sus músculos hinchados y fuertes. Casi no lo reconoció y dio un
paso hacia atrás cuando Jackson volvió la cabeza hacia él.
—Jesús, eso no es gracioso, hombre —gimió, un conejo ensangrentado
colgaba entre los dientes de Jackson. —Este no es el momento para
bromas enfermas de monstruos.
29
La ansiedad de Paul sólo crecía cuando Jackson se volvió,
encorvándose, el sonido de la carne desgarrándose y los huesos
crujiendo sólo podía asociarse con la imagen de Jackson comiendo un
conejito. El aire frio de la noche hormigueaba sobre su piel apenas
cubierta y Paul se molestó. Era la puta mitad de la noche, Jackson había
salido de la nada y lo había besado. ¿Y ahora estaba tratando de asustarlo
fingiendo estar asesinando y comiendo un conejo crudo?
—¡Qué mierda está pasando contigo! —gritó Paul, acechando con sus
suaves zapatillas, sin importarle que sus tiras de tela se arrastraran y se
ensuciaran en el césped húmedo. —He intentado contactarte toda la
noche, Jackson. Necesitamos hablar de esto... —Él entrecerró los ojos
cuando Jackson ni siquiera se dio la vuelta.
—¡Eres un estúpido, deja de joder y habla conmigo! —Él agarró el
hombro de Jackson para forzar al muchacho a girarse, sólo para que su
aliento cayera. Había algo realmente mal en Jackson y no era sólo el
hecho de no usar su camisa, también había logrado perder sus
pantalones en algún momento de la noche, el muchacho ahora estaba
completamente desnudo.
Su piel se sentía como fuego, rugiendo, a pesar de que había estado en
el frío durante horas. Por no hablar de que su hombro se sentía como el
acero, el músculo duro y peligroso justo debajo de su piel. Paul dejó caer
su mano, dando un paso atrás cuando Jackson empezó a hacer lo que
sólo podía describir como un gruñido. —Jackson... en serio, necesito que
no estés jodiendo conmigo en este momento —susurró, odiando el miedo
que crecía dentro de él mientras veía la sangre oscura que corría por los
brazos de su amigo. Tropezó hacia atrás, Jackson se puso de pie en un
movimiento fluido, aquel ruido extraño provenía definitivamente de él
cuando el chico parecía alzarse como una torre sobre él. Jackson siempre
había sido más alto que él, pero ahora el chico parecía ser enorme.
—Jackson, deja de joder —Su voz se agrietó, Paul dio un paso más
lejos, las tiras de tela que fluían de sus brazos ahora agarradas
firmemente como una cuerda de salvación.
—Mierda, Paul, ese aroma —Jackson murmuró bruscamente, su voz
demasiado baja y salvaje para ser normal. —¿Por qué tienes que oler así?
¿No entiendes lo que me estás haciendo?
Tragando con dificultad, Paul se mantuvo firme. Jackson estaba
30
hablando... No tenía mucho sentido, pero era lo suficientemente
coherente como para saber que fuera lo que fuese, no era un monstruo
rabioso. ¿Joder, Jackson tenía rabia? ¿Era por eso qué estaba
preguntando por hombres lobo y esa mierda? Los salvajes
pensamientos de Paul se detuvieron cuando Jackson finalmente se
volvió. A pesar de sí mismo, retrocedió un paso, con los ojos muy
abiertos: —Maldita mierda, Jackson... ¿En serio comiste ese maldito
conejo? La sangre le goteaba por la barbilla, la garganta y el pecho.
Jackson tenía garras. No como esas tonterías estilizadas que se veían
falsas, sino curvadas y terribles garras. Con los ojos clavados en el rostro
de Jackson, Paul contuvo la respiración mientras estaba atrapado en
aquellos ojos de color ámbar que brillaban extrañamente.
—Jackson...
—No deberías estar aquí, Paul. No cuando hueles como eso —Jackson
gruñó en advertencia. Paul estaba pensando en la misma puta cosa,
especialmente cuando vio los colmillos del chico. Jackson dio un paso
hacia él y su aliento se detuvo, tropezando con su propio pie detrás de él.
—J-Jackson, no soy un conejo. Para de mirarme así.
Parpadeando, Jackson estalló en una sonrisa, sus ojos brillantes y
colmillos parpadeando de una manera que envió un escalofrío por la
columna vertebral de Paul. —No, no eres un conejo. Definitivamente,
eres una perra. Paul se aventó hacia atrás y lanzó un grito mientras se
dirigía al suelo, Jackson lo sujetó sin esfuerzo. La adrenalina corriendo
a través de él mientras luchaba por liberarse, Paul no pudo evitar notar
que las orejas de Jackson estaban puntiagudas y alargadas.
—Mierda, eres un hombre lobo.
Él no creía en hombres lobo, ¡no había tal cosa como hombres lobo!
Pero aquí estaba Jackson con las orejas, colmillos, garras y los ojos
brillantes y santa mierda. Tratando de procesar este giro confuso, Paul
tardó un momento en darse cuenta de que Jackson no estaba
arruinándole la vida. No, el idiota le estaba volviendo a oler como si no
pudiera obtener suficiente. —Jackson, sea lo que sea, podemos
arreglarlo. Estoy seguro de que hay doctores o... ¡Oye!
Él golpeó su mano en la parte de atrás de la ridículamente fuerte 31
espalda de Jackson cuando el moreno empujó su otro brazo, clavando su
cara en su cuello y respiro hondo. —Eso hace cosquillas y estás tirando
la sangre encima de mí, idiota. Asqueroso.
Jackson hizo otro de esos ruidos de intimidación y gruñó, su lengua
deslizándose con determinación en la carne de su brazo interior, pero
Paul estaba lejos de tener miedo de la mierda que le había sucedido a su
amigo, él todavía era Jackson.
—¡Eh, ser un hombre lobo no es una maldita excusa para molestarme!
Ahora deja de ser tan... Jackson —se interrumpió con un jadeo, la mano
caliente de Jackson deslizándose por su muslo y agarrando su culo con
fuerza.
¡Maldita sea! ¿Por qué sigo tan jodidamente duro? Su rostro se
ruborizó, Paul golpeó en el hombro de su amigo de nuevo y cuando eso
no funcionó, envolvió los dedos en el cabello del chico y le levantó la
cabeza.
—Jackson, en serio, habla conmigo. ¿Te gusto, aunque se un poco?
Porque si sólo estás caliente, estoy seguro de que hay una jodida línea de
chicos gay que estaría encantado de hacerlo con un hombre lobo en
Halloween.
—Sólo quiero cogerte a ti —dijo Jackson sin rodeos, sus ojos dorados
se fijaron en sus labios, luego bajando por su cuerpo con hambre. Una
ola de calor lo golpeó fuertemente con esas oscuras palabras.
Paul luchó para tragar la saliva en su boca, encontrando realmente
difícil respirar con Jackson mirándolo de esa manera. —Soy más que una
pierna para montar.
Por un momento, él pensó que había llegado a través de su amigo,
Jackson levantó la cabeza y lo miró a los ojos. Entonces Jackson se
acercó, sus labios ensangrentados a pulgadas de los suyos.
—No quiero tu pierna. Voy a joder tu culo virgen, hasta que estés lleno
de todo mi semen.
Santa mierda. Respirando con dificultad, Paul tiró del pelo de
Jackson, pero el chico no se movió. —Jackson, no soy gay. Sabes que no...
La mano de Jackson rasgó las tiras alrededor de su cintura, la tela se
desgarró con sus garras. —No importa —él sonrió, sus ojos se cortaron
cuando Paul volvió a tirar su cabello, inclinando su cabeza hacia atrás en
el doloroso agarre—. Princesa, se siente increíblemente bien cuando 32
haces eso. Voy a follarte y morderte, y vas a ser mío.
—Maldita sea, Jackson ¡Deja de ser tan idiota!
Odiaba cuando lo llamaba princesa y el bastardo lo sabía. Su amigo
sólo le sonrió demoniacamente, el estómago de Paul cayó ante aquellos
ojos ámbar brillando sobre él. Antes de que él pudiera girar la cabeza,
Jackson se abalanzó, aplastando sus labios con los suyos, su mano
agarrando su barbilla para evitar que escapara. Mientras la gran lengua
de Jackson se introducía en su boca, Paul trató de luchar contra la mano
que rasgaba el resto de las tiras alrededor de sus caderas. No sirvió de
nada, el beso de Jackson lo consumió todo, robando su aliento y sus
sentidos mientras su boca era saqueada implacablemente.
—Sí —gruñó Jackson, besándolo de nuevo, Paul gimiendo mientras su
labio fue mordido y tirado con fuerza. —Voy a hacerte mío, Paul. Siempre
vas a ser mío. Mi preciosa perra.
—Maldita sea —Paul gruñó, las caderas de Jackson moviéndose, su
polla desnuda y pegajosa mientras se frotaba contra su ombligo. Eso
probablemente no debería sentirse tan malditamente bueno, pero lo
hizo, su propio pene estaba duro en respuesta.
Los dedos de Jackson se curvaron en su cinturón, el aliento de Paul
acelerándose increíblemente rápido. Dios, estaba hablando en serio.
¿Pensó seriamente que iba a dejar que lo follara? La boca de Jackson
tomó la de él, exigiendo con intensidad. Paul gimió mientras la lengua
de su amigo le acariciaba el interior mientras los dedos calientes
agarraban su polla y la apretaban firmemente. El calor le quitó los
pensamientos, Paul se encontró moviéndose en el tacto, gimiendo
cuando la mano de Jackson lo dejó tan repentinamente. Sus boxers
fueron derribados, el frío aire de la noche picó en su piel recordándole
que estaba en el patio trasero de Jackson en medio de la puta noche y se
suponía que era totalmente recto.
—¡Maldición, Jackson-mmph! —Labios otra vez aplastaron los suyos,
Paul sintió el mundo girar. Antes de que lo supiera, su rostro estaba
siendo empujado hacia la hierba, sus caderas estaban levantadas y la
mandíbula de Jackson raspaba su piel sensible mientras su boca
hirviente besaba y chupaba entre sus nalgas. —Mierda... santa mierda —
Gimió en voz alta entre jadeos, los dedos de Paul cavaron en la tierra,
luchando contra la sensación de locura. Los pulgares de Jackson 33
extendieron sus mejillas de par en par, abriéndolo, con la lengua húmeda
sobre su agujero fruncido y empujando dentro.
—¡Oh, Dios mío! —gimió, la sensación de la lengua caliente de Jackson
provocaba dentro de su entrada más allá de cualquier cosa que pudiera
haber esperado o preparado. Era enloquecedor, confuso, y si su mente
estuviera trabajando, sería totalmente embarazoso. Pero la sensación de
la lengua de Jackson deslizándose dentro y fuera de su pasaje era tan
abrumadoramente intensa, que Paul sólo podía jadear.
—Joder, eres dulce... y tan apretado —Jackson gimió, retrayendo sus
garras para poder empujar su pulgar en el agujero de Paul y abrirlo más
ampliamente para empujar su lengua. —Relájate, hermoso. Abre ese
pequeño y apretado agujero para mí.
Paul frotó la cara en la hierba, gritando cuando Jackson se empujó
hacia él más profundamente, forzándolo a abrirse, sus entrañas calientes
sintiendo cada toque de la gruesa lengua del chico mientras se burlaba y
atormentaba dentro de él. Los dedos de Jackson cavaron en su culo,
empujándolo hacia atrás con fuerza, forzando a su lengua a ir más
profundo, haciéndole montar el apéndice resbaladizo.
—Jackson... Jackson, por favor….
Indescriptiblemente, Jackson era implacable, su lengua
inmediatamente reemplazada con dos gruesos dedos, su saliva la única
cosa que facilitaba el paso de los dígitos en su apretado agujero. Estaba
aún más loco, Paul se agarró al suelo, las lágrimas y el sudor ardiendo en
sus ojos mientras luchaba por comprender qué demonios le estaba
pasando. Se sentía tan extraño. Intenso, sucio y tan jodidamente bueno.
—¿Más? —preguntó Jackson con un gruñido bajo mientras chocaba
sus dedos profundamente en su pasaje.
Asfixiado por un grito, Paul echó la cabeza hacia atrás, sus muslos
temblorosos mientras empujaba hacia atrás sobre los dígitos gruesos.
Dios, no era dolor, sólo el sentimiento de que apenas podía
comprenderlo. Sin embargo, no podía obtener suficiente, Paul sollozó y
empujó hacia atrás la siguiente vez que Jackson llevó sus dedos dentro
de él. Gruñendo en respuesta, Jackson envolvió un brazo alrededor de
su pecho y empujó a Paul hacia arriba y hacia atrás contra su pecho.
Trabajó sus dedos más profundamente en su canal apretado, estirándolo
desde ángulos diferentes, acariciando dentro y afuera mientras Paul
34
temblaba y jadeaba desesperadamente en sus brazos.
Jackson añadió un tercer dedo a los dos que ya lo jodían y Paul estaba
seguro de que iba a correrse.
—Joder, Paul, déjalos entrar —Jackson gimió en su oído mientras su
pasaje se extendía alrededor de los dedos del chico. —Dios, te voy a joder
tanto. Mi polla va a estar tatuada en el interior de tu culo, cariño.
—Jackson... —Las lágrimas corrían por la cara de Paul cuando los
dedos de Jackson acariciaron algo nuevo dentro de él, todo su cuerpo se
tensó, y el blanco parpadeó detrás de sus ojos.
Paul gritó y agarró el brazo fuerte sosteniéndolo erguido. Los labios de
Jackson se apretaron contra su oreja, el chico lamiendo alrededor de la
concha. —Dime, Paul. Dime lo mucho que quieres sentir mi polla dentro
de ti. —Saliva le goteó por la barbilla que Paul no sintió, todo su foco
estaba en los gruesos dedos que trabajaban dentro y fuera de su pasaje
en golpes implacables. No podía querer algo así, incluso si lo que Jackson
estaba haciendo se sentía tan increíble.
—Estas tan duro, cariño —Jackson besó su cuello abruptamente. —Vas
a estar siempre duro para mí. Vas a saber a quién perteneces una vez que
te coja.
Los ojos de Paul se cerraron cuando el muchacho acarició su interior
una vez más antes de que finalmente retirara los dedos atormentadores.
Se relajó un poco, su amigo lo sostuvo apretado mientras algo grueso, y
caliente se apretaba entre sus mejillas y se posaba contra su grieta. Paul
exhaló en una explosión cuando se dio cuenta de que era el pene de
Jackson. Dios, realmente iba a joderlo. —Jackson —jadeó, algo caliente
y húmedo goteando por su culo. Era el pre semen de Jackson, demasiado
para ser normal, el muchacho gruñendo mientras se balanceaba hacia
delante y frotaba la polla por toda la longitud de su grieta, mojándola
con su pre semen hasta que estaba húmeda y recubierta. Gruñó, su boca
húmeda mientras besaba su cuello. —Voy a joderte hasta que seas mío.
Paul gimió, el calor se elevó a través de él en una ola. Joder, mierda,
¿por qué quería eso? ¿Por qué quería que Jackson lo quisiera de una
manera tan jodida?
Con su mano apretada en su cadera, Jackson empujó hacia adelante,
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Paul contuvo su aliento cuando sintió su cuerpo abriéndose a la punta
gruesa y manchada del pene de su amigo.
—Joder, oh joder... tan grande —Paul jadeó con voz ronca, el tamaño
de Jackson lo abrumó mientras su agujero se extendía. —Demasiado
grande —gruñó débilmente.
Jackson gruñó en su oreja y lo tiró hacia atrás, lentamente bajándole
en su gran longitud a pesar de sus protestas. Con la cabeza colgando, las
cejas fruncidas, Paul trató de evitar perder la cordura, pequeños gritos
escapándose de él mientras Jackson empujaba su polla más
profundamente. No se detuvo hasta que estuvo enterrado hasta su base,
Paul gimiendo de alivio y agonía una vez que se detuvo en su interior.
Podía sentir cada centímetro, su pasaje apretando una y otra vez
alrededor del pene palpitante que lo llenaba tan completamente.
—Dios tú estás apretado... Sabía que estarías jodidamente apretado.
Jackson movió una mano sobre el pecho de Paul, frotando su carne
mientras el chico lloriqueó. Él torció su pezón más cercano, la cabeza de
Paul cayendo pesadamente contra su pecho mientras que el rubio tomó
aire.
—¿Listo, bebé? ¿Listo para que te follen duro? ¿Listo para tomar mi
nudo y toda mi semilla como una buena perra?
Gruñendo, Paul sacudió la cabeza. Estaba tan cerca. Tener a Jackson
dentro de él le hizo querer correrse tanto. —No soy... tu perra.
—Lo eres—Jackson gruñó, empujando hacia adelante, Paul sollozando
mientras sentía algo aún más grande en la base de la polla de Jackson
extendiendo su entrada abierta, su piel se estiró para tratar de acomodar
la carne gruesa.
—Mierda, oh mierda, Espera... Joder, Jackson —balbuceó Paul, casi
desmoronándose cuando Jackson lo hizo de nuevo, su carne se abrió a
la gruesa hinchazón y luego se contrajo cuando retrocedió.
—Tranquilo cariño. No quiero hacerte daño—gruñó Jackson, sus
dientes mordisqueando la mandíbula de Paul. —Joder, te sientes tan
bien por dentro. ¿Te gusta? ¿Te gusta estar lleno de mi pene?
—Cállate—Paul jadeó, volviendo su cabeza a la mirada en los ojos
extrañamente brillantes de Jackson. —Tu pene está en mi culo. ¿Podrías
no hacerme preguntas estúpidas en este momento? 36
Gruñendo de nuevo, Jackson se inclinó hacia delante, besando al chico
con ferocidad. Sintiéndose más bien temerario de cómo iba toda aquella
noche, Paul lo besó de nuevo, poniendo toda su rabia y necesidad en él.
Los dedos de Jackson se clavaron en su cadera justo antes de empujar
hacia adelante de nuevo, Paul sollozando cuando ese nudo grueso
extendió su entrada aún más. —Mierda, ¿qué es eso? —Gimió, gritando
cuando Jackson volvió a empujar otra vez.
—Sólo un poco más, Paul —gruñó Jackson, empujando hacia delante
para angustia de Paul.
El chico siguió hinchándose, frotando esa protuberancia hinchada,
haciéndola entrar en su culo hasta que, con un sollozo de Paul,
finalmente pasó los apretados anillos de su entrada y se enterró en su
canal.
—No, mierda... Joder, Jackson, es demasiado —aulló Paul, el nudo se
hinchó inmediatamente más grande, llenando su canal con el tamaño.
Paul tembló, Jackson sosteniéndolo apretado, su aliento y su cuerpo
caliente en su piel. —Mucho —murmuró Paul sin aliento. —Tan grande.
—Eso es todo —Jackson gimió suavemente. —Voy a darte todo de mí.
Eres mío, Paul.
Paul se arqueó, dándose cuenta de que Jackson iba a eyacular dentro
de él. Mierda, su mejor amigo iba a correrse en su culo. Se apretó
alrededor del grueso nudo, gimiendo cuando momentos más tarde, las
olas calientes de esperma salpicaban su canal, Jackson gruñendo y
golpeando hacia adelante, empujando lo más profundo que podía
conseguir. —Joder, sí. Toma todo, Paul. Toma mi semen, cariño.
Gruñendo en su oído, Jackson lo empujó hasta sus manos y rodillas,
envolviéndose alrededor de su espalda y sosteniéndolo con su peso
mientras lo jodía. Su grueso nudo mantuvo a Jackson atado
profundamente dentro de él mientras empujaba corriente tras corriente
de semilla caliente dentro del agujero dolorido de Paul. Cada empujón
frotaba su nudo contra su próstata, Paul gimiendo, sus gritos
amortiguados en la hierba mientras su cabeza y sus hombros fueron
empujados hacia abajo, Jackson lo clavó en su lugar mientras lo llenaba
con su semen. La mano de Jackson encontró su polla, fisgoneando
alrededor del órgano necesitado, sacudiéndolo bruscamente. Paul llegó 37
con un sollozo, las lágrimas corriendo por su rostro cuando su orgasmo
se liberó de él en olas calientes de semen por todo el césped.
—Tú eres mío... Siempre vas a ser mío —dijo Jackson sin aliento, Paul
apenas podía oír sobre el rugido de su corazón latiendo en su oído.
—Mi compañero. Mi Paul.
Los labios de Jackson le tocaron el cuello, deslizándose por el sudor
que lo cubría. Se produjo un pellizco repentino y luego los colmillos
rasgaron su carne, Paul boquiabierto en la agonía silenciosa mientras el
dolor abrumaba su cuerpo. Paul ahogó un suspiro, su grito se liberó de
su pecho con un croar. El peso de Jackson lo mantuvo en su lugar hasta
que, finalmente, benditamente, la oscuridad cayó y se deslizó hacia la
inconsciencia.
Capitulo cinco
Paul se despertó lentamente, su mente llena de niebla y confusión.
Estaba en la cama de Jackson, solo y desnudo, y no podía recordar cómo
había llegado allí. Se incorporó, levantando la mano automáticamente
hasta su cuello, donde aún permanecía un fantasma de dolor. Pero todo
estaba en su cabeza, la herida en su cuello estaba curada excepto por una
fina cicatriz. Poco a poco, mientras respiraba tranquilamente, recordaba
su noche, y con ella una locura extraña empezó a burbujear.
Podía oír a Jackson caminando por las escaleras, sus sentidos
recogiendo cosas como el olor de su amigo a su alrededor. No, no amigo.
Su compañero. Jackson lo había convertido en su compañero. Paul se
puso de pie, acechando a través del cuarto hacia el espejo en la parte
superior de la mesa. Su reflejo le devolvió la mirada, el tinte de cabello
verde había teñido su frente, su piel rayada de blanco y cubierta de
marcas. Sus ojos azules tenían un nuevo brillo y cuando él abrió su boca
él podía ver una agudeza en sus dientes que no había estado allí antes.
La fuerza también era diferente, Paul miro fijamente en los rasguños y
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los moretones que Jackson le había dejado, aunque la herida de
apareamiento se había curado. Lo había dejado con más que eso. Los
dedos de Paul se deslizaron sobre los moretones en su culo y empujó en
su entrada, su aliento se cortó. Se mordió el labio, gimiendo por la
sensación de la semilla de Jackson aún dentro de él, caliente y goteando
de su agujero.
Joder, se sentía bien. Tan jodidamente bueno. Gimiendo, echó la
cabeza hacia atrás, empujando hacia atrás y empujando sus dedos más
profundamente, su polla dura y goteando. Hubo un crujido, la puerta se
abrió, Jackson lo observó desde la puerta.
—Vete de aquí —le exigió Paul, jadeando mientras volvía a hundir los
dedos.
Jackson cruzó la distancia en un instante, Paul mirándolo, viendo la
diferencia de las facciones de su amigo. Todavía no era totalmente
humano, pero sus orejas y dientes eran casi normales incluso si sus ojos
brillaban de color ámbar.
—Paul, yo, uh, la jodí. No debería haber... —Jackson parecía tener
mucha dificultad para concentrarse, sus ojos pegados al cuerpo desnudo
de su amigo y al duro pene, y los dedos que seguían bombeando en su
agujero—. Te he querido, bueno, desde siempre. Creo que me perdí con
la luna y todo...
—¿No podrías haberme dicho algo?—Paul gruñó, arqueándose cuando
Jackson dio un paso al otro lado y se apretó contra él, con las caderas
frotándose juntas.
Jackson inhaló lentamente, un gemido bajo liberándose al tacto de la
piel caliente de Paul. —No estaba seguro. Estaba oscuro cuando sucedió.
Pensé que debía haber imaginado que me habían mordido.
Paul resopló, su mirada le derritió. —¡No, imbécil, que estás
enamorado de mí!
Jackson agarró su muñeca, Paul mordiéndose el labio cuando el
muchacho sacó sus dedos libres de su agujero apretado.
—Debería habértelo dicho, pero... pero tenía miedo de que te fueras.
No podía perderte—Jackson se encontró con su mirada, tanto 39
sentimiento en sus ojos que Paul quería apartar la vista. —Te amo,
simplemente no quiero vivir sin ti. Lo siento mucho.
Jackson tiró de la mano atrapada de Paul, lamiendo los dígitos, Paul
mirando fijamente cuando el moreno gimió y chupó en su boca. Mierda,
era difícil permanecer enojado con él cuando hacía cosas sexis como esa.
—Vete a la cama—dijo Paul, fulminándolo cuando Jackson levantó
una ceja. —No soy gay, idiota. Yo sabría si soy gay.
—¿Y me vas a meter en la cama...?
—Voy a joderte —dijo Paul como si fuera la cosa más obvia de todas. Y
para él, lo era. —Eres el maricón. Eres quien se supone que quiere pene.
Sonriendo con vacilación, Jackson lo tiró hacia la cama. —Realmente
no es así como funciona.
—Al diablo que lo es —murmuró Paul, mientras el calor le subía a las
mejillas cuando Jackson se inclinó y le besó el cuello.
—Pues seguro, que si me metes tu pene eres un total maricón,
princesa.
—Deja de llamarme así —gruñó Paul, empujando al muchacho hacia
atrás. Y con el peso combinado de él y de su amigo, Jackson se tambaleó
hacia atrás, las piernas del chico se doblaron cuando golpearon el lado
de la cama y cayó con un plop.
—Bueno, joder—susurró Jackson, mirándolo, con el cabello
alborotado, los ojos muy abiertos.
Mirando a sus propias manos y la fuerza que sentía flexionando sus
músculos, Paul se encontró sonriendo un poco en el lado demente.
Jodidamente dulce. Sí, él podría hacer este trabajo totalmente. Él alzó la
cabeza, Jackson tenía una mirada ardiente en sus ojos hambrientos que
recorrían su cuerpo desnudo.
Mientras lo observaba, Jackson se quitó la camisa, revelando sus
fuertes músculos, tonificados y devastadoramente sexis. Sus manos se
acercaron desabrochando sus pantalones vaqueros, los ojos de Paul
atraídos por el bulto que llenaba la tela de abajo.
De acuerdo, sí, definitivamente podría joder eso.
Ya amaba al idiota. Nunca iba dejar de querer a Jackson. Ahora él iba 40
a tener que añadir algunas nuevas actividades a cómo pasar su tiempo
juntos. Comenzando por joder el culo apretado de su mejor amigo hasta
que aullara.

Fin
Creditos

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