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La llave mágica

Había una vez, una niña llamada Marcela, jugaba todo el tiempo a los videojuegos,
miraba la televisión, usaba el celular, ella se divertía con algo que fuera electrónico. La
mamá muy preocupada se acercó y le dijo.
—No puede ser Marcela, que juegues todo el tiempo a los videos juegos o estés
viendo el televisor, te estás perdiendo todo lo lindo de la creatividad y la imaginación.
—Mamá, yo soy creativa, diseño mi casa en los video juegos y visto a mis personajes
con la ropa más linda. —Responde enojada.
—Pero Marcela me refiero a que pintes, dibujes, inventes algo nuevo o lo que vos
quieras hacer pero no estar con algo electrónico.
—Pero eso es muy aburrido.
—No, estar viendo una pantalla es aburrido, Marcela te contaré la historia de una
niña para que te des cuenta qué es la imaginación y comienza así:
Un día normal, en la ciudad de Milán, una pequeña nena se había despertado muy
tranquila y muy cansada, se vistió y preparó su mochila para luego ir a su escuela. En esa
mañana la mamá le entregó un regalo, un collar de oro muy lindo que tenía una llave, y
le contó que era muy importante, porque era de su tátara abuela, y que cuando volviera
de su escuela le seguiría contando la historia sobre el collar.
Cuando llegó a su escuela comenzó teniendo una materia muy aburrida, historia. La
profesora empezaba a contar cómo se había fundado Roma. Ella estaba tan aburrida y
cansada que empezó a cerrar los ojos muy lentamente. De pronto, escuchaba ruidos de
caballos, personas gritando, vio que había un ejército de soldados peleando y ella estaba
entre medio de esa pelea, no entendía nada lo que sucedía- comenzó a preguntarse ¿Qué
hago acá? ¿Dónde estoy? apabullada salió corriendo muy rápido, se escondió atrás de
unos arbustos y tenía mucho miedo. Comenzó a darse cuenta de que estaba en el lugar
que narraba su profesora. De pronto escuchaba unos gritos diciendo, “hermano Numitor
fuiste destronado y ahora yo seré el rey Amulio”, ella pensó y le parecía haber escuchado
esos nombres. Después se terminó de dar cuenta que era el mito que estaba contando la
profesora de historia, de repente un soldado la vio y le apunto con un cuchillo diciendo:
“no te escaparás niña” y en ese momento abrió los ojos gritando “Nooooo”. Todos los
compañeros de ella se quedaron mirándola y la profesora muy enojada le dice que si se
vuelve a dormir iba a tener una reunión con sus padres.
Después como todos los martes con la escuela se iban a la Iglesia de San Maurizio al
Monastero Maggiore, a rezar, en ese momento, comenzó a pensar en la pintura de
Leonardo da Vinci “La última cena” y empezó a sentirse parte de la mesa. Lo vio a Jesús,
cuando toma el pan y pronuncia la acción de gracias. Diciendo: "Tomad y comed. Esto es
mi cuerpo".
Ella sentía el sabor, era como si lo tuviese tomando de verdad. Nuevamente la
profesora le grito y le dijo que ya era la segunda vez que se dormía y que mañana tendría
una reunión con sus padres.
Llegó a su casa muy confundida, le parecía raro lo que le había pasado en la escuela,
entonces le contó todo a su papá y él le dijo que capaz había sido porque estaba cansada,
y le recomendó que olvidara todo, que pensara en algo lindo. Entonces se fue a la cama y
se durmió y empezó a soñar: estaba caminando en un pueblo y encontraba a mucha gente
bailando la tarantela (es conocida como el baile de las arañas). También veía niños de su
edad jugando a la rayuela, a los trompos, y a un montón de juegos. Ella se había acercado
para jugar con ellos y estuvo jugando un buen rato, después le regalaron un trompo para
que la próxima jugara con ellos y de repente su mama la despertó y cuando se dio cuenta
que tenía el trompo que le habían regalado en sus sueños se asustó mucho. Su mamá le
agarró la mano y le preguntó qué le pasaba, le contó todo lo que le había sucedido en su
día. Su mamá la calmó y le dijo que se quedara tranquila, que era normal que pasara
todo esto porque el collar que tenía puesto era la llave de otro mundo extraño que en su
imaginación, iba a interactuar con personas de verdad pero en un mundo imaginario
donde todo puede pasar, pero en el presente estará su cuerpo durmiendo que todos los
personajes que habían visto en ese mundo iban a seguir en su sueño pero nunca en la
realidad.
La madre concluyó el cuento y le pidió a Marcela que lo mantuviera en secreto
porque la magia estaba en el collar y que nadie la iba a entender, como también le contó
que la vida de la niña había cambiado porque todos los días ella se imaginaba algo
diferente, como poder ir a distintos lugares del mundo o también se imaginaba como si
estaba adentro de una película o serie animada, y le gustaba mucho. Pero se dio cuenta de
que no podía vivir en un mundo de fantasía que debía dedicarse tiempo en estar con su
familia y con sus amigos. Así que cuando estaba muy aburrida usaba el collar o estaba con
sus seres queridos.
Marcela le preguntó: ”mamá esa historia es falsa”,
Su mamá le respondió que es real porque la niña del cuento era ella. Marcela quedó
muy asombrada. La mamá le mostró el collar de la historia y se la dio a su hija, y le dijo:
“Te voy a dar esto si me prometes que ya no jugaras más a los video juegos”, Marcela muy
contenta le dijo que sí. Desde ese entonces Marcela aprendió que hay cosas más
importantes que estar con la tecnología.

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