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Due to its colonial history, Colombian culture is very similar to that of other Latin American
countries. The colonial legacy of the Spanish extends throughout the country and
indigenous peoples have distanced themselves from their pre-Columbian roots. Today,
Colombian culture is a mix of European and indigenous customs and traditions that are
reflected through music, art, literature and the relationship with nature.
Colombia's geographical layout, with the hostility of its terrain and the abrupt variety of its
climate, has always made travel and communications extremely difficult, which has
contributed to fostering widespread regionalism. Despite this regionalism, football is the
bond that unites Colombian society, also divided into economic classes. Another
celebration that also keeps the Colombian people united is the carnival. Carnival occupies
a very important place in Colombian culture and is a highly anticipated festival year after
year.
Music is an essential part of Colombian culture, with a great love for cumbia and vallenato
throughout the country. Artists like Shakira have popularized Colombian music throughout
the world. Gabriel García Márquez is the most prominent figure in Colombian literature,
with Colombia being the common denominator of all his literary works. Fernando Botero and
his unmistakable and world-renowned abstract style are the greatest exponent of the
Colombian art scene.
HISTORIA7 HISTORY: Colombia surgió, como los demás países de Iberoamérica excepto
Cuba y Puerto Rico, como unidad con pretensión de independencia política a raíz de la
invasión napoleónica a la península ibérica. Tras la secesión de Venezuela y Ecuador en
1830 el país vivió diversas guerras civiles hasta la llamada Guerra de los Mil Días, entre
1899 y 1902. La causa principal de las guerras fue la pugna entre Bogotá y sus vinculadas
y el resto del país. El ordenamiento federal bajo la llamada Confederación Granadina de
1858 y luego bajo los Estados Unidos de Colombia fue muy inestable. Ello abrió el paso al
proyecto de Rafael Núñez, de establecer centralización política con descentralización
administrativa, en 1886.
Este ordenamiento, de carácter conservador, sufrió una gran transformación en 1936, con
redefiniciones fundamentales que lo transformaron en liberal. Tras una nueva guerra entre
liberales y conservadores entre 1948 y 1957 se estableció un mecanismo de transición
hasta 1974. Entre tanto, la constitución tuvo otra transformación en 1968, que la volvió
tecnocrática. En 1986 se estableció la elección popular de alcaldes, y en 1991 se
improvisó un nuevo ordenamiento constitucional centralista, con entrega de recursos a los
municipios para atención a necesidades en salud y educación bajo reglas establecidas en
Bogotá. Los departamentos perdieron importancia como elementos articuladores del
desarrollo social y económico, y los procesos electorales y de formación de altas cortes se
degradaron. Desde entonces la calidad del gasto público se ha deteriorado. La
consecuencia práctica es la promoción de la corrupción. Pese al crecimiento económico
sostenido, el país es aún muy desigual en ingresos y oportunidades, lo cual es obstáculo
para el crecimiento ulterior. Preocupan las deficiencias en educación e infraestructura,
que dificultan la inserción en la economía mundial y la debilidad del Estado: en los últimos
cuarenta años Colombia ha vivido la guerra de la coca, que facilitó la ocupación de mitad
del territorio por las Farc a finales del siglo pasado y contaminó las instituciones.
La minería del oro y productos primarios, como el tabaco y la quina, fueron la base de la
economía hasta que comenzó el ciclo del café en el último cuarto del siglo diecinueve. El
grano fue pilar de la economía hasta hace medio siglo, pero desde hace nueve décadas
hubo inversión en industria, y desde la posguerra prosperó la política de protección a la
producción nacional, impulsada por la Comisión Económica para América Latina (Cepal),
hasta 1990; la crisis de la deuda latinoamericana indujo la apertura de la economía, lo que
puso fin a la estrechez cambiaria, pero desde entonces la mala gestión pública
desindustrializó el país.
Colombia emerged, like the other Latin American countries except Cuba and Puerto Rico,
as a unit with a claim to political independence following the Napoleonic invasion of the
Iberian Peninsula. After the secession of Venezuela and Ecuador in 1830, the country
experienced various civil wars until the so-called War of a Thousand Days, between 1899
and 1902. The main cause of the wars was the struggle between Bogotá and its affiliates
and the rest of the country. The federal order under the so-called Grenadine Confederation
of 1858 and then under the United States of Colombia was very unstable. This paved the
way for Rafael Núñez's project, to establish political centralization with administrative
decentralization, in 1886.
Gold mining and primary products, such as tobacco and cinchona, were the basis of the
economy until the coffee cycle began in the last quarter of the nineteenth century. Grain
was a pillar of the economy until half a century ago, but for nine decades there was
investment in industry, and since the postwar period, the policy of protecting national
production, promoted by the Economic Commission for Latin America (ECLAC), prospered
until 1990. ; The Latin American debt crisis led to the opening of the economy, which put
an end to the exchange rate tightness, but since then poor public management
deindustrialized the country.
The population grew, from less than three million in 1819 to five million in 1900, 11 million
in the mid-20th century, and nearly 50 million today. The country, 70% rural at the end of
the Second World War, was already half urban in the mid-sixties, and today it is only 20%
rural. The modernization of Colombian society, a transformation similar to that of other
Latin American countries, has not generated more benefits because the State does not
adequately fulfill its basic task of legislating, judging and administering. It is urgent to better
organize the public to build a different country, one that takes advantage of the virtues of
society.