Está en la página 1de 19

La Era de Núñez: Regeneración y Transformación en Colombia.

Gabriela Esmeral, Ana María Muñoz y Rafael Ortiz

Escuela Mayor de Derecho, Universidad Sergio Arboleda

Historia Política y Constitucional de Colombia II

Profesor Daniel Vargas

29 de febrero de 2024
I. Introducción

La segunda mitad del siglo XIX marcó un periodo tumultuoso en la historia de


Colombia, donde el país experimentó cambios políticos significativos bajo la
sombra de figuras como Rafael Núñez. Este período de transformación política y
social se caracterizó por la transición hacia la Belle Époque, una época de
relativa estabilidad y optimismo cultural. Este hecho contrasta fuertemente con
los conflictos anteriores y subraya un periodo en el que se intentó combinar la
modernidad con un mayor nivel de avance cultural e hitos en la democratización
e integración nacional.

El optimismo de esta época formaba parte de una tendencia más amplia en


toda América Latina. Tras el estallido inicial de euforia posterior a la
independencia, hubo un periodo en el que las aspiraciones culturales eurófilas
se hicieron prevalentes a medida que algunas partes de la región, incluida
Colombia, intentaban modernizarse y adoptar aspectos de la alta cultura y la
riqueza europeas. Este periodo fue esencialmente optimista y fue testigo de los
intentos de mantener la vitalidad cultural a pesar de los retos planteados por los
conflictos anteriores.

"La Belle-Époque (1870-1914) fue un período de gran prosperidad para


aquellas economías que incorporaron la tecnología del vapor en sus economías
nacionales. La principal manera en que el vapor impulsó el progreso en ese
momento fue a través de los ferrocarriles, que permitieron la consolidación de un
modelo de crecimiento económico liderado por las exportaciones." (Luzardo,
2019, párr.1)

En concreto, este periodo se destacó por una visión optimista hacia la


integración racial y regional, ya que las élites intentaron crear una identidad
nacional más cohesionada más allá de las prescripciones legales o culturales
hispánicas. Esto fue especialmente notable durante la especialmente optimista
década de 1820, e incluso ya en la segunda mitad del siglo XIX existía la
esperanza de que se pudieran sanar las desavenencias culturales.

Además, estas aspiraciones hacia el progreso también eran visibles en el


ámbito económico, donde había un inflado sentido del optimismo que
caracterizaba las ambiciones de los líderes agroexportadores colombianos.

A lo largo de estas décadas, la sociedad colombiana fue recomponiendo su


identidad y sus relaciones internacionales, y los académicos debatieron
opiniones optimistas sobre las relaciones raciales y la cultura nacional. Además,
el optimismo impregnaba las interpretaciones de las relaciones internacionales,
siendo Colombia parte de un paisaje latinoamericano cada vez más abierto a los
enredos legales y constitucionales globales.

Sin embargo, esta visión optimista no estuvo exenta de desafíos, ya que la


época también se caracterizó por la confrontación de diferencias culturales,
resaltadas por los diversos rincones optimistas pero aislados de la sociedad
colombiana.

En general, este período combina las difíciles secuelas de los conflictos con
un optimismo orientado hacia el futuro que desempeñó un papel considerable en
la configuración del camino de Colombia hacia la modernidad cultural y política
en el período previo al siglo XX.
A. Contexto histórico

Durante la década de 1870, Colombia se vio inmersa en una agitación política


marcada por graves tensiones regionales y conflictos internos. Tras una guerra
civil, la nación tuvo que lidiar con las repercusiones del conflicto, que incluyeron
enfrentamientos armados y divisiones ideológicas que contribuyeron a una
sensación general de incertidumbre nacional.

Un aspecto significativo del contexto de posguerra en Colombia durante esta


época fue la campaña presidencial de 1875, que fue fundamental en la política
de esa década. La campaña se caracterizó por el debate en torno a los
principios benthamistas, que plantearon cuestiones asociadas al malestar
público. Según (Park, 1986), “Núñez fracasó en su intento de la presidencia en
1875, pero se convirtió en la figura política central de Colombia en cinco años, y
con el apoyo Conservador mantuvo su dominio hasta su muerte en 1894” (p.1).
A pesar de no haber triunfado en las elecciones, Núñez, más tarde se convertiría
en una figura política crucial para el país, y donde este fue acusado por los
Nuñistas de incitar esta discordia pública.

El gobierno trató de contener este malestar y a los potenciales enemigos de la


paz pública proporcionando al presidente múltiples herramientas legales
diseñadas para sofocar las perturbaciones políticas. Mientras tanto, el proceso
de construcción del Estado colombiano se vio empañado por los conflictos,
especialmente en los territorios subnacionales como Antioquia y Cauca. Estas
regiones son significativas porque personifican las cuestiones interconectadas
de los discursos políticos, la configuración territorial y las disputas fiscales que
alimentaron conflictos más amplios dentro del país.

La década de 1870 también fue testigo de los intentos de las élites por acabar
con la cultura política abierta que había surgido a principios de siglo, esfuerzos
que a menudo iban dirigidos a los subalternos colombianos que estaban
adquiriendo una voz más significativa en la sociedad.

A pesar del turbulento clima político, hubo un resquicio de esperanza en forma


de prosperidad económica que comenzó a cultivarse durante el mismo periodo.
Sin embargo, la yuxtaposición del crecimiento económico con las luchas para
prevenir y contener la agitación política puso de relieve las complejidades que
definían el panorama social y político de Colombia durante la década de 1870.

B. Transición hacia la Belle Époque

La transición a la Belle Époque en Colombia marcó un cambio significativo en


la disposición cultural y social del país, resonando con los cambios más amplios
experimentados en Europa durante un período caracterizado por el optimismo, el
avance tecnológico y la estabilidad cultural. Esta época, aunque fue un
fenómeno europeo, dejó su huella en América Latina, incluida Colombia,
influyendo en sus artes, moda y pensamiento intelectual a medida que la
sociedad intentaba superar los trastornos del pasado y entrar en una era de
progreso.

En Colombia, la Belle Époque se reflejaba en los cambios de la cultura y la


sociedad de élite en las zonas urbanas. Mostró la evolución de la élite desde una
clase semi feudal a otra más moderna y cosmopolita. Es típico de este periodo
centrarse en las artes, el aumento de las actividades de ocio y la adopción de los
avances tecnológicos. “Las ciudades de la Belle Époque de finales de siglo se
consolidaron gracias a la expansión agrícola y comercial, transformar el campo
era un requisito para alcanzar el anhelado “progreso”. Bajo lemas como
“gobernar es poblar”, los gobiernos latinoamericanos buscaron transformar el
campo con políticas de colonización de tierras e inmigración. En Colombia, a
diferencia de otros países, la colonización de tierras condujo, en ciertas
regiones, a la formación de un campesinado nativo, mestizo e independiente, el
cual impulsó el capitalismo agrario de finales de siglo.” (Romero, 2019, p.31)

El papel de Rafael Núñez fue fundamental en esta época. Como figura


destacada, sus políticas y su liderazgo condujeron a Colombia hacia lo que se
conoce como La Regeneración, en la que su gobierno hizo hincapié en la
estabilidad política y social tras una época de discordia.

Es un hecho conocido en la historia que el papel de Núñez en la transición de


Colombia hacia una nueva era incluyó la reforma política y los esfuerzos por
fortalecer la unidad nacional. Durante su mandato se forjó un Estado
centralizado y se implementó la Constitución de 1886, que marcaría la política
colombiana durante décadas.

Cabe destacar que esta transición no se limitó a los aspectos culturales, sino
que también abarcó cambios económicos. Colombia, como el resto de América
Latina, se vio afectada por las políticas y tendencias económicas de la Belle
Époque. Por ejemplo, el compromiso del país con la economía global durante
esta época dio lugar a ciertas políticas proteccionistas cuando la prosperidad y el
crecimiento de la Belle Époque empezaron a desafiar las coaliciones
económicas establecidas previamente.

Sin embargo, a pesar de los avances culturales y económicos sugeridos por la


Belle Époque, no se podían ignorar los retos de Colombia con respecto al
momento de su industrialización y evolución económica. El país había sido
históricamente lento en la adopción de nuevas tecnologías, perdiéndose tres
importantes olas tecnológicas cruciales para la transición de un país de renta
baja a uno de renta alta.

En otras palabras, si bien la Belle Époque fue una época de florecimiento


cultural y progreso económico que caló en la sociedad colombiana, su
crecimiento económico y sus avances tecnológicos durante este periodo fueron
algo moderados en comparación con los estándares mundiales. El legado de
figuras importantes como Núñez durante esta época sentó las bases de los
cambios en la sociedad colombiana, buscando la estabilidad y el progreso en
medio de una historia de turbulencias políticas.

II. Rafael Núñez y la Regeneración

Rafael Núñez desempeñó un papel central en la política colombiana de


finales del siglo XIX, especialmente a través de su liderazgo de "la
Regeneración", un movimiento político que pretendía revitalizar y fortificar la
identidad conservadora en Colombia.

Elegido presidente en 1880, Núñez llegó al poder durante un periodo


caracterizado por la inestabilidad política y social. Concebía la Regeneración
como un retorno a los principios conservadores tradicionales, que consideraba
cruciales para la estabilidad y el progreso del país. Bajo su dirección, el
movimiento se caracterizó por la defensa de valores conservadores, el
fortalecimiento del poder ejecutivo y el establecimiento de políticas destinadas a
reforzar el control gubernamental.

Durante su presidencia, Núñez adoptó medidas centralizadoras para


consolidar el poder del gobierno central. Sus políticas se enmarcaron en el
rechazo a las reformas liberales y en el deseo de restaurar el papel de la Iglesia
Católica en la sociedad colombiana.

La Regeneración de Núñez también supuso la promulgación de un orden


autoritario, que recortaba las libertades individuales para mantener la estabilidad
y el equilibrio entre la autoridad centralizada y la conservación de las tradiciones
conservadoras. En este contexto, Rafael Núñez, líder de "la Regeneración",
proclamó la frase ominosa "Regeneración o catástrofe" (Posada, 2019, párr. 5)
durante su presidencia, expresando su compromiso con revitalizar los principios
conservadores que consideraba esenciales para la estabilidad y el progreso de
Colombia.

El impacto duradero de la Regeneración de Núñez dejó una huella


significativa en la historia política colombiana, influyendo en la trayectoria del
país durante décadas. Su liderazgo y las políticas de este período fueron
fundamentales para establecer el conservatismo como una fuerza dominante en
la política colombiana, un legado que perdura en la evolución de la nación.

A. Ascenso al poder

El surgimiento de Rafael Núñez como figura política nacional en Colombia


está ligado a su liderazgo durante la época de "la Regeneración". La presidencia
de Núñez, iniciada en 1880, fue una coyuntura crítica en Colombia, que condujo
a una revisión política que pretendía recentralizar y fortalecer la gobernabilidad
del país. Como defensor de los valores conservadores tradicionales, Núñez trató
de restablecer el orden social y político, que consideraba esencial para el
progreso y la estabilidad de Colombia.

En este período también se hizo hincapié en el apoyo bipartidista a las


reformas, aunque bajo el liderazgo de Núñez se pasó de una minoría liberal a
una corriente más conservadora. Su postura política fue una reacción contra las
reformas liberales de las administraciones anteriores, con una agenda que
incluía la restauración del papel de la Iglesia Católica en la sociedad colombiana,
el aumento del poder de la rama ejecutiva y el recorte de las libertades en
nombre de la estabilidad.

El enfoque biopolítico de Núñez, analizado junto a figuras modernas como


Álvaro Uribe, refleja los matices del poder presidencial en Colombia. Las
estrategias políticas de su época impactaron el panorama constitucional y
político posterior, contribuyendo a la fundación del establecimiento político que
perduraría hasta bien entrado el siglo XX.

B. Guerra de 1876-1877

Durante sus mandatos, Núñez se enfrentó a la oposición y a los retos de


gestionar un país marcado por el regionalismo y la fragmentación política. Sin
embargo, a pesar de los conflictos por sus reformas políticas y económicas, su
gobierno dejó una huella notable en la política colombiana y en sus estructuras
centrales de poder.

La influencia de Núñez y su administración se extendió más allá de las


reformas inmediatas, afectando al clima político posterior y a la percepción de la
democracia en Colombia. Este impacto duradero es testimonio de su importante
papel en la configuración de la narrativa de la historia política colombiana.

Durante el gobierno de Rafael Núñez, la Guerra Civil Colombiana de 1876-


1877 representó importantes tensiones políticas y económicas que evidenciaron
los conflictos internos de la nación. El conflicto armado surgió debido a disputas
entre diferentes facciones políticas e intereses regionales, subrayando el
panorama político divisivo que caracterizó a Colombia durante esta época.

Esta guerra civil marcó un momento crucial en la evolución política de


Colombia y desempeñó un papel en el establecimiento de la influencia de Núñez
y la posterior era de la Regeneración. La agitación del conflicto subrayó la
necesidad de una transformación en el liderazgo para restaurar la estabilidad del
país. Las consecuencias de la guerra incluyen el rápido declive de la influencia
conservadora y allanaron el camino para el ascenso de Rafael Núñez, que en
aquel momento era un liberal moderado.

La respuesta de Núñez a la guerra y sus políticas posteriores tuvieron un


impacto significativo en la trayectoria futura del país, dando lugar a políticas
centralistas que definirían su presidencia. Su mandato como presidente inició un
cambio del federalismo al centralismo en las finanzas locales y el gobierno,
reflejando la filosofía política de Núñez y las influencias de los conflictos de la
época, incluyendo la guerra de 1876-1877.

Además, supuso una revisión de la dinámica del poder regional y sentó las
bases para el cambio político fundamental conocido como Regeneración.
Durante este periodo, Núñez propuso una reforma política que pretendía unir a
la nación y disipar el fervor y la fractura de la política colombiana tras la guerra
civil.

En suma, la Guerra Civil de 1876-1877 tuvo repercusiones nefastas sobre el


sistema de educación pública, la política regional y la trayectoria más amplia de
la gobernabilidad colombiana, efectos que se sintieron y abordaron durante la
presidencia de Núñez y moldearon sus prioridades y reformas legislativas. “Los
historiadores suelen considerar que la guerra de 1876-1877 en Colombia fue
desencadenada por la respuesta de los conservadores, en asocio con la Iglesia,
al proyecto liberal de establecer un sistema de educación pública que permitiera
elegir entre educación laica o religiosa, y romper el monopolio que mantenía la
Iglesia; de ahí el nombre tradicional de “Guerra de las Escuelas.” (Santoque,
2010, p.1)

C. Guerra de 1885 y las consecuencias de La Humareda

La Guerra de 1885, también conocida como La Humareda, fue un conflicto


definitivo durante la presidencia de Rafael Núñez. Esta guerra civil, librada entre
fuerzas liberales y conservadoras, culminó con cambios significativos en la
sociedad y el gobierno colombianos, ya que las fuerzas conservadoras
capturaron Bogotá en 1885.
Las consecuencias de La Humareda fueron profundas, sirviendo para
consolidar el poder bajo Núñez e iniciando un periodo marcado por el
autoritarismo y la solidificación de los valores conservadores dentro del país. La
guerra dejó cicatrices sociales y políticas duraderas, que influyeron en la
estructura del gobierno colombiano y en la visión de la nación sobre la
estabilidad y el orden.

Este período de transición vio la creciente influencia de Núñez y su


administración en la dirección del país hacia un sistema gubernamental más
centralizado, que resonaba con el ethos del movimiento Regeneración que
buscaba fortalecer la autoridad del gobierno central. Las secuelas de La
Humareda no sólo incluyeron la centralización política, sino que también
impactaron la dinámica regional en Colombia, ya que condujeron a una división y
movilización más pronunciadas entre los grupos locales.

Así, la Guerra de 1885 y específicamente la Batalla de La Humareda fueron


fundamentales en la configuración de la trayectoria política de Colombia, dando
como resultado la consolidación de la presidencia y el poder de Rafael Núñez, la
restauración del régimen conservador y sentando las bases para el futuro
panorama político de Colombia. “Los radicales desde un comienzo estaban en
desventaja pues carecían de armamento y de recursos suficientes. Además, se
cometieron grandes errores de estrategia militar. Esta desigualdad de fuerzas
presupone encuentros sangrientos, como quedó demostrado en Honda, en el
sitio de Cartagena en La Humareda, considerada como "la más grande matanza
de liberales". (González, 1986, p.2)

III. La Crisis de 1885 y la Desaparición de la Constitución de Río Negro

La crisis de 1885 en Colombia, marcada por la Guerra de 1885 y los


acontecimientos en torno a La Humareda, fue decisiva para el desmantelamiento
de la Constitución federalista de Rionegro, vigente desde 1863. Esta
Constitución había concedido una importante autonomía a los estados, pero el
periodo que precedió a 1885 estuvo plagado de frecuentes crisis y conflictos que
pusieron de manifiesto la fragilidad y la contención inherentes al sistema federal
colombiano.

La región en estudio, que "en la época federal se constituyó en una "frontera


de tensión" entre los Estados soberanos del Cauca y Antioquia" (Borja, 2010,
p.1), desempeñó un papel crucial durante la crisis de 1885 en Colombia,
marcada por la Guerra de 1885 y los acontecimientos en torno a La Humareda.
Esta región, caracterizada por tensiones entre estados soberanos, contribuyó
significativamente a la fragilidad del sistema federal colombiano que finalmente
llevó al desmantelamiento de la Constitución federalista de Rionegro, vigente
desde 1863.

La Guerra de 1885 actuó como catalizador de importantes cambios


constitucionales. No sólo consolidó el poder de Rafael Núñez, sino que impulsó
un nuevo orden político en Colombia. En este contexto, la declaración de que la
Constitución de Rionegro dejaba de existir representó un cambio decisivo de un
modelo de gobierno federalista a otro más centralizado.

Tras el conflicto, y como resultado directo de la agitación y la victoria


conservadora, en 1886 se promulgó una nueva constitución que sustituyó a la
Constitución federalista de Rionegro. La nueva constitución centralizó el poder
político y limitó la autonomía de los estados, marcando una transformación
significativa en la estructura del estado colombiano y en su enfoque de gobierno.

La disolución de la Constitución de Rionegro y los acontecimientos de la crisis


de 1885 significaron el dominio del poder conservador y el inicio de un largo
periodo de gobierno conservador en Colombia. Este cambio tuvo profundos
efectos en el panorama político del país, influyendo en la educación pública, el
papel de la iglesia y la administración pública, dando lugar a una era definida por
la centralización de la autoridad y la reducción de la influencia de las regiones en
la política nacional.

A. Anuncio de Núñez

(Olano, 2019) plan que "Pero, con el combate de La Humareda, el 17 de junio


de 1885, el ejército radical, comandado por los generales Gabriel Vargas Santos,
Ricardo Gaitán Obeso y Daniel Hernández, fue completamente derrotado. Así,
se sellaría el último episodio sangriento de la Carta del 63 y se abriría las
puertas a la Carta de 1886.” (pp.2) En el marco de la agitación política de la
época, Rafael Núñez anunció el fin de la Constitución de Rionegro, como
reacción a la Guerra de 1885 y al consiguiente triunfo de las fuerzas
conservadoras que él lideraba. Esta proclamación de la extinción de la
Constitución simbolizaba una ruptura con la estructura legal anterior y significaba
un cambio sustancial en la dirección política de la nación. Núñez pretendía
consolidar su autoridad e instaurar un nuevo orden alineado con su ideología
política y la del Partido Conservador.

La Constitución de Rionegro de 1863, que incorporaba una estructura


federalista que otorgaba un alto grado de autonomía a los estados, había sido
definida de manera ambigua y sujeta a diversas interpretaciones. Al anular esta
constitución, Núñez y sus partidarios pretendían promover la creación de una
nueva constitución que centralizara el poder y redujera la autonomía de los
estados. Esto estaba en línea con la visión de Núñez y el movimiento
Regeneración, que enfatizaban un gobierno centralizado fuerte que pudiera
imponer el orden y la unidad en todo el país.

La constitución subsiguiente, promulgada en 1886, puso fin a la era de


federalismo inaugurada por la Constitución de Rionegro. Cambió el nombre de
los Estados Unidos de Colombia por el de República de Colombia y marcó una
desviación del modelo descentralizado que había definido la política colombiana
durante las décadas anteriores.

El respaldo de Núñez a esta nueva constitución centralista facilitó la


reafirmación del control gubernamental central y reflejó una tendencia más
amplia contra la fragmentación y la inestabilidad que habían caracterizado a
Colombia desde mediados del siglo XIX.

La eliminación de la Constitución de Rionegro del marco legal y político de


Colombia representó, por lo tanto, no sólo un cambio en la letra de la ley, sino
también un cambio en el equilibrio de poder de una unión de estados a una
nación unificada bajo un potente gobierno central. Este cambio tuvo
implicaciones duraderas para la evolución política del país y la dinámica entre
sus instituciones centrales y las entidades regionales.

B. Impacto en la estructura política


La abolición de la Constitución de Rionegro tuvo un profundo impacto en el
marco político de Colombia. Al acabar con la Constitución vigente, Rafael Núñez
allanó el camino para una reorganización del sistema político del país bajo los
principios de la Regeneración. Núñez trató de centralizar el poder en el gobierno
central, reforzando así el papel presidencial y recortando las libertades
individuales en aras de la estabilidad y el orden. Este cambio en la estructura
política reflejó un avance hacia un período de mayor autoritarismo y control
gubernamental, impactando las instituciones democráticas a favor de un
gobierno más fuerte y centralizado.

La extinción de la Constitución de Rionegro marcó un hito importante en la


consolidación del poder de Núñez y en la transformación del panorama político
colombiano durante la Regeneración. Fue una época que disminuyó la
importancia de los estados como unidades políticas sustantivas, siguiendo la
intención de Núñez de fomentar la uniformidad y la unidad nacional. El impulso a
una nueva Constitución, catalizado por los conflictos y el movimiento de la
Regeneración, se gestó en un ambiente político que vio el surgimiento de un
nuevo orden político con diferentes sensibilidades respecto a la gobernabilidad,
las libertades civiles y el papel del Estado.

La culminación de este proceso fue la promulgación de la Constitución de


1886, que redefinió aún más la identidad política de Colombia, restándose de los
rasgos federalistas definidos por la Constitución de Rionegro y sentando las
bases para un gobierno central más fuerte. Esta nueva constitución alteró
significativamente la separación de poderes y la estructura gubernamental
establecida por la Constitución de Rionegro, centralizando la autoridad y
reduciendo el peso político de los estados dentro de la república.

En esencia, la desaparición de la Constitución de Rionegro se convirtió en un


punto de inflexión, impulsando a Colombia hacia una trayectoria de
centralización gubernamental que definiría su política a lo largo del mandato de
Núñez y más allá, influyendo en el enfoque de gobierno del país y en su
evolución política durante los años venideros.

IV. Núñez y el Colegio Nacional de Delegatarios

Durante su gobierno, Rafael Núñez desempeñó un papel fundamental en la


formación y funcionamiento del Colegio Nacional de Delegados, institución que
tuvo trascendencia en la elaboración y revisión de los proyectos constitucionales.
Este cuerpo colegiado se formó con el propósito de consolidar y formalizar la
participación de diversas regiones y sectores en la creación de propuestas para
una nueva Constitución.

Bajo los auspicios de Núñez, se elaboró la Constitución de 1886, redactada


por un selecto grupo de intelectuales. Esta nueva constitución pretendía acabar
con el federalismo que caracterizaba a la nación bajo la Constitución de
Rionegro, pasando a un sistema con una forma de gobierno altamente
centralizada. La Constitución de 1886 marcó una ruptura con el enfoque
federalista anterior e inició un periodo de centralización que dominaría la política
colombiana durante más de un siglo.

Por lo tanto, el Colegio Nacional de Delegados parece haber sido un


movimiento de Núñez para manejar el proceso de reforma constitucional, para
reunir apoyo para su visión de una Colombia unida, y para involucrar a un
espectro más amplio de la élite política en la elaboración de la nueva estructura
centralista. Esta participación de diversas regiones y sectores en los debates
constitucionales podría considerarse una forma de aumentar la legitimidad de la
nueva Constitución y de garantizar que reflejara una gama más amplia de
intereses, aunque el objetivo final fuera crear un marco de gobernanza nacional
más cohesionado bajo un gobierno central fuerte.

La intención de Núñez no era simplemente consagrar sus ideales políticos en


la Constitución, sino también crear instituciones duraderas que reforzaran la
nueva realidad política y administrativa de Colombia. Este colegio de
delegatarios, por lo tanto, jugó un papel fundamental en la conformación y
refrendación de las políticas y cambios que Núñez buscaba implementar.

A. Rol en la elaboración de proyectos constitucionales

Rafael Núñez pretendía establecer una base legal que reflejara los principios
de la Regeneración y consolidara el poder del Partido Conservador. El Colegio
Nacional de Delegados fue convocado por Núñez para discutir y redactar
propuestas constitucionales alineadas con sus ideales políticos. Este proceso de
creación constitucional estuvo influenciado por la visión conservadora de Núñez,
que abogaba por un gobierno fuerte, centralizado y arraigado en los valores
tradicionales.

El movimiento Regeneración, del que Núñez fue uno de sus artífices junto con
Miguel Antonio Caro, influyó profundamente en la historia colombiana de este
periodo. Su objetivo era la Regeneración política y moral del país, buscando
volver a lo que ellos consideraban los valores tradicionales colombianos y
fortalecer el papel del gobierno en la aplicación de estos principios. El período de
la Regeneración, que se inició con el ascenso de Núñez a la prominencia
política, se caracterizó por los esfuerzos para poner fin al liberalismo de la era
anterior y llevar a cabo una restauración conservadora.

El Colegio Nacional de Delegados, por lo tanto, no fue sólo un foro


constitucional sino también un instrumento político a través del cual Núñez buscó
reconstruir la estructura legal e institucional de Colombia. Su trabajo fue clave
para desarrollar la Constitución de 1886, un documento perdurable que marcaría
el futuro de Colombia, subrayando el giro del país hacia un régimen más
centralista y conservador. La Constitución de 1886 encarnaría en última
instancia el espíritu de la Regeneración, reduciendo la estructura federalista en
favor de un gobierno nacional centralizado, y alterando significativamente el
equilibrio de poder en favor de la rama ejecutiva y las autoridades centrales.

A través de esta asamblea, Núñez, con el apoyo de figuras conservadoras


clave, pudo ejercer una influencia considerable sobre la dirección futura del país,
consagrando dentro de la constitución los principios que guiarían a Colombia en
los años venideros.

B. Colaboración con Caro

En el Consejo Nacional de Delegados, Rafael Núñez trabajó estrechamente


con Miguel Antonio Caro, figura destacada del Partido Conservador. Juntos,
Núñez y Caro se centraron en la redacción de propuestas constitucionales que
reflejaran su visión compartida de Colombia. Su colaboración reforzó la postura
conservadora y contribuyó a la consolidación del poder durante el periodo de la
Regeneración.

Este Consejo Nacional de Delegados se convirtió así en un foro clave donde


se gestaron las ideas que darían forma a la nueva Constitución, marcando un
periodo de transformación política en Colombia bajo el movimiento de
Regeneración liderado por Núñez. La alianza entre Rafael Núñez y Caro se
convirtió en un instrumento para la reorientación del país hacia la gobernabilidad
conservadora y en la plasmación institucional de sus ideales colectivos, como se
evidencia en la influencia que ambos ejercieron sobre el proceso de reforma
constitucional.

La colaboración de Núñez y Caro ejemplificó la dinámica del movimiento


Regeneración, destacando el papel de las élites intelectuales y políticas en la
configuración de la política nacional. A través de sus esfuerzos, la nueva
Constitución de 1886, que marcó un cambio definitivo del federalismo a una
estructura centralista, fue finalmente promulgada, estableciendo marcos legales
e institucionales que persistirían hasta bien entrado el futuro de la gobernabilidad
colombiana.

El trabajo de Núñez y Caro con el Consejo Nacional de Delegados puso de


relieve su papel clave en la narrativa más amplia de la historia colombiana
durante esta época, muy centrada en infundir principios conservadores y
centralistas a los fundamentos jurídicos del país. De esta manera, aseguraron un
legado político que alteró fundamentalmente la trayectoria de la formación del
Estado colombiano y el carácter de su sistema político.

V. Proyectos de una Nueva Constitución

Durante la era de la Regeneración en Colombia, Rafael Núñez encabezó los


esfuerzos para redactar una nueva constitución que reflejara los principios y
objetivos del Partido Conservador. Estos proyectos constitucionales fueron
fundamentales para consolidar el poder político y establecer un marco legal que
apoyara la visión conservadora de Núñez. Los aspectos clave de estos
proyectos incluyeron:

1. Centralización del poder:


Los proyectos buscaban reforzar la autoridad del gobierno central, recortando
los poderes de las entidades locales y regionales. Núñez aspiraba a un Estado
fuerte y centralizado que pudiera mantener el orden y la estabilidad en todo el
país.

2. Fortalecimiento del Ejecutivo:


Se propusieron cambios para reforzar el papel del presidente, solidificando su
autoridad y capacidad de decisión. Esto se alineaba con la idea de un liderazgo
fuerte capaz de aplicar eficazmente las políticas conservadoras.

3. Influencia de la Iglesia católica:


Los proyectos reflejaban la estrecha relación entre el conservadurismo y la
Iglesia católica. Buscaban otorgar a la Iglesia un papel dominante en la
sociedad, asegurando que sus valores y principios fueran centrales en la
estructura social y cultural de Colombia.

4. Restricciones a las libertades individuales:


En nombre de la estabilidad y la moralidad, se propusieron restricciones a
ciertas libertades individuales. Esto incluía límites a la libertad de prensa y
expresión, destinados a controlar la información y mantener la cohesión social
bajo principios conservadores.

Estos proyectos constitucionales marcaron una etapa importante en la historia


política de Colombia, sentando las bases para un gobierno conservador más
autoritario y centralizado durante el período de la Regeneración.

A. Ideales y propuestas

Durante el periodo de la Regeneración en Colombia, Rafael Núñez tomó la


iniciativa de iniciar proyectos para redactar una nueva constitución imbuida de
ideales y valores conservadores. Estas iniciativas pretendían crear un marco
legal que reforzara el papel del gobierno central, restringiera las libertades
individuales para garantizar la estabilidad y propagara los principios
conservadores por toda la sociedad. Núñez se esforzó por forjar una constitución
que consolidara el control del Partido Conservador y reflejara su visión de un
Estado fuerte y centralizado.

Fue un periodo en el que Colombia pasó de una estructura federalista a una


más centralizada, con el movimiento de Regeneración bajo Núñez, que significó
una profunda transformación en los fundamentos ideológicos de la nación. Como
reflejo de este cambio, la Constitución fue diseñada para concentrar el poder en
el gobierno nacional, estableciendo así un firme control sobre los procesos
administrativos y de formulación de políticas.

El énfasis en el dominio del gobierno central sobre las autoridades regionales


y el fortalecimiento de los poderes ejecutivos fueron vistos como pasos
fundamentales para reflejar la visión del Partido Conservador de Núñez. Estas
medidas eran indicativas del compromiso de Núñez con un modelo de liderazgo
fuerte capaz de hacer cumplir las políticas conservadoras y mantener el orden
nacional.

Además, el proyecto de constitución pretendía consagrar la posición


dominante de la Iglesia católica en la sociedad colombiana, lo que está en
consonancia con la creencia conservadora tradicional del papel integral de la
Iglesia en la formación de los valores sociales y la orientación de las normas
éticas. La limitación de libertades como la de prensa y expresión se consideró
una faceta esencial para mantener la cohesión social y el tejido moral bajo el
gobierno conservador.

El periodo de la Regeneración estuvo marcado por la defensa de estos


cambios constitucionales, que se proyectaban como una transición de Colombia
hacia un modelo de gobierno que resonaba con la visión conservadora y
centralizada de Núñez y del Partido Conservador. La Constitución de 1886
resultante fue un legado significativo de este período, sentando las bases de una
estructura política que influiría en la trayectoria de la gobernabilidad colombiana
durante los años siguientes.

B. Núñez y su visión para Colombia

Rafael Núñez, en colaboración con Miguel Antonio Caro, desempeñó un papel


importante en la configuración de los proyectos constitucionales que buscaban la
transición de Colombia hacia un Estado regido por principios conservadores. La
visión de Núñez para Colombia era la de una nación bajo el fuerte dominio de un
gobierno centralizado que pudiera garantizar el orden y la estabilidad. Esta visión
abrazaba la idea de que la Iglesia Católica debía tener un papel dominante
dentro de la sociedad, subrayando el estrecho vínculo entre el conservatismo y
la institución religiosa.

Los proyectos constitucionales fueron componentes clave de la consolidación


del poder de Núñez en medio de la Regeneración. Su redacción y posterior
implementación estuvieron orientadas a institucionalizar las transformaciones
políticas y sociales ocurridas, marcando un período de profundos cambios
jurídicos y políticos en Colombia. La Constitución buscó consagrar las reformas
de la Regeneración, que reflejaban no sólo el espíritu conservador de la época,
sino también las ideologías personales de Núñez y Caro, quienes condujeron a
la nación a través de esta coyuntura crítica.

Esta evolución constitucional fue también indicativa del consenso y


colaboración más amplios entre Núñez y Caro, alineándose con la postura
ideológica de Caro y sus contribuciones intelectuales. La colaboración entre
Núñez y Caro tuvo como resultado final la creación y ratificación de una
constitución histórica que marcaría la trayectoria de la futura gobernabilidad y
formación cultural de Colombia.

Así pues, la Constitución que se forjó durante la Regeneración fue un hito que
incrustó la visión de Núñez y Caro en el tejido nacional, sentando un precedente
conservador en el entorno político de Colombia y apoyando un legado que
influyó en la política colombiana y en la estructura social más amplia durante
generaciones. Esto sin duda alguna se pudo notar en las características de la
misma Carta Magna. (Olano, 2019) explica que “En la Constitución de 1886,
“centralista, hispánica y confesional” - se pueden apreciar cuatro rasgos
fundamentales: “Unidad nacional, libertad religiosa, derechos para todos,
estabilidad y autoridad”, que corresponden a la siguiente explicación.” (pp.15).

VI. Núñez y Caro: Alianza Conservadora

Durante la época de la Regeneración en Colombia, Rafael Núñez desempeñó


un papel crucial al asumir la presidencia y liderar un movimiento conservador
destinado a restaurar la estabilidad política y social. Su éxito no solo se debió a
sus habilidades políticas, sino también a la estrecha alianza que forjó con Miguel
Antonio Caro, un destacado político y escritor conservador. Esta colaboración
entre Núñez y Caro fue esencial para la implementación de las políticas
regeneradoras que buscaban centralizar el poder, limitar las libertades
individuales y restaurar los valores tradicionales.

La alianza entre Núñez y Caro se basó en una ideología conservadora


compartida. Ambos líderes abogaban por la preservación de las estructuras
sociales y políticas existentes, promoviendo la autoridad centralizada como
medio para mantener la estabilidad en un momento de agitación interna. Al
asumir la presidencia, Núñez contó con el respaldo y la participación activa de
Caro en el gobierno, ocupando diversos cargos estratégicos que le permitieron
influir en la formulación y ejecución de políticas clave.

La colaboración entre Núñez y Caro no estuvo exenta de desafíos.


Enfrentaron oposición tanto interna como externa, ya que las políticas
conservadoras generaron tensiones con facciones liberales y regiones que
resistían los cambios propuestos. A pesar de estos desafíos, la alianza se
mantuvo sólida, dejando un legado duradero en la historia de Colombia.

El papel de Caro no se limitó simplemente a la esfera política, ya que también


influyó en áreas como la educación y la cultura. Buscó promover valores
conservadores y fortalecer la identidad nacional a través de estas instituciones.
La alianza entre Núñez y Caro dejó una huella profunda en la dirección del país
durante la Regeneración, configurando el curso político y social de Colombia y
dejando un legado que resonaría en los años posteriores.

A. Dinámica política entre Núñez y Caro

La dinámica política entre Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro durante el


periodo de la Regeneración en Colombia se caracterizó por una colaboración
estrecha y complementaria. Ambos líderes compartían una visión conservadora
de la sociedad y trabajaron de manera conjunta para establecer un gobierno que
reflejara sus ideales políticos.

La alianza entre Núñez y Caro fue esencial para la consolidación del poder del
Partido Conservador en Colombia. Aunque Núñez ostentaba la presidencia,
Caro desempeñó un papel crucial como ideólogo y consejero. Su influencia se
extendió más allá de su posición oficial, ya que contribuyó de manera
significativa al diseño de políticas y estrategias del gobierno. La habilidad de
Caro para articular visiones políticas y su pensamiento conservador fortalecieron
la base ideológica del gobierno de Núñez, proporcionando coherencia y
dirección a las políticas implementadas durante ese período.

La colaboración estrecha entre Núñez y Caro no se limitó solo a la esfera


política. Caro, además de su participación en el ámbito gubernamental, también
tuvo un impacto en la cultura y la educación en Colombia. Su papel como
director de la Academia Colombiana de la Lengua le permitió influir en la
promoción de valores conservadores en la sociedad, defendiendo la tradición y
contribuyendo a la creación de una identidad cultural acorde con los principios
del Partido Conservador.

En conjunto, la dinámica política entre Núñez y Caro fue esencial para la


consolidación y perpetuación del poder conservador durante la Regeneración,
marcando una época donde la colaboración estrecha entre líderes políticos y
pensadores ideológicos fue determinante para la configuración del rumbo político
y cultural de Colombia.

B. Influencia en la dirección del país

La alianza entre Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro durante la Regeneración


en Colombia ejerció una influencia significativa en la dirección del país.
Compartiendo ideales conservadores, ambos líderes colaboraron estrechamente
para consolidar y perpetuar el poder del Partido Conservador. Aunque Núñez
ocupaba la presidencia, la relación con Caro fue crucial, ya que este último, a
pesar de no ostentar un cargo ejecutivo, desempeñó un papel importante como
ideólogo y consejero. La colaboración entre ambos fortaleció la base ideológica
del gobierno de Núñez, proporcionando coherencia y dirección a las políticas
implementadas durante ese periodo.
La influencia de Núñez y Caro se manifestó en políticas conservadoras
destinadas a restablecer la estabilidad social y política. Centrados en la
consolidación del poder central, promovieron medidas que restringían las
libertades individuales en aras de un orden necesario para el progreso del país.
Su impacto se extendió a la formulación de proyectos para una nueva
constitución, reflejando sus ideales conservadores y buscando establecer un
marco legal que respaldara la autoridad del gobierno central.

Seguidamente, la alianza tuvo repercusiones en el ámbito educativo y cultural.


Caro, en su papel como director de la Academia Colombiana de la Lengua,
contribuyó a la promoción de valores conservadores en la sociedad y a la
defensa de la tradición. Este aspecto cultural fortaleció la cohesión de la base
social que respaldaba las políticas conservadoras, marcando una fase
importante en la historia de Colombia donde el conservadurismo y la
centralización del poder dominaron la escena política durante la Regeneración.

VII. Antes y Después de los Temas Abordados

Antes de la Regeneración, Colombia se encontraba inmersa en un periodo


caracterizado por tensiones políticas, sociales y económicas. La Guerra de
1876-1877 evidenció las profundas divisiones en el país, exacerbando las
disputas entre facciones políticas y regiones. Esta inestabilidad política se
reflejaba en la falta de cohesión y dirección en el gobierno, generando un
ambiente propicio para la intervención de líderes que buscaran restablecer el
orden. Además, el contexto internacional, con la transición hacia la Belle
Époque, añadía un elemento de cambio y transformación en la escena global.

La llegada de Rafael Núñez al poder marcó un cambio significativo en la


dirección de Colombia. La alianza entre Núñez y Miguel Antonio Caro durante la
Regeneración buscó establecer un nuevo orden político y social. La desaparición
de la Constitución de Río Negro, anunciada por Núñez, simbolizó un quiebre con
la estructura legal anterior, dando paso a una consolidación del poder
conservador y a una centralización gubernamental más fuerte.

La Guerra de 1885, conocida como La Humareda, y sus consecuencias,


consolidaron el poder de Núñez, estableciendo las bases para un gobierno
autoritario. La alianza Núñez-Caro influenció la dirección del país, promoviendo
políticas conservadoras que restringían las libertades individuales en aras de un
orden necesario. La formulación de proyectos para una nueva constitución
reflejó estos ideales conservadores, marcando una transformación profunda en
las estructuras políticas y legales de Colombia.

Asimismo, la influencia en la educación y la cultura, a través de figuras como


Caro, contribuyó a la promoción de valores conservadores, fortaleciendo la
identidad nacional acorde con los principios del Partido Conservador. En
conjunto, la Regeneración representó una fase de cambio en Colombia, donde la
estabilidad política se logró a costa de un mayor control gubernamental y la
consolidación de un modelo conservador que perduró en los años subsiguientes.

A. Contexto Previo a la Regeneración

Antes de la Regeneración, Colombia se encontraba inmersa en un contexto


de transición hacia la Belle Époque, un periodo que abarcó aproximadamente
desde fines del siglo XIX hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. Este
período estaba caracterizado por un ambiente de optimismo, desarrollo
económico y avances culturales en diversas partes del mundo. Sin embargo, en
el caso de Colombia, la situación era compleja.

En el ámbito político, la nación enfrentaba tensiones internas, divisiones


partidistas y conflictos armados, como la Guerra de 1876-1877. Este conflicto
reflejaba las profundas diferencias ideológicas y regionales que existían en el
país. Además, la estructura política estaba fragmentada, con disputas entre
liberales y conservadores, lo que dificultaba la consolidación de un gobierno
estable.

La Guerra de 1876-1877 dejó secuelas en la estabilidad política, exacerbando


las divisiones existentes y creando un ambiente propicio para la intervención de
líderes que buscaban restaurar el orden y la autoridad. Este contexto previo a la
Regeneración se caracterizaba por la necesidad de un cambio que pudiera
poner fin a la inestabilidad política y sentar las bases para un desarrollo más
coherente del país.

La llegada de Rafael Núñez al poder marcó un punto de inflexión en este


contexto previo. La Regeneración se presentó como una respuesta a los
desafíos de la época, buscando establecer un nuevo orden que reflejara los
ideales conservadores y pusiera fin a la inestabilidad política que prevalecía en
Colombia.

B. Impacto y Transformaciones Después de Núñez

Con la llegada de Núñez al poder y la instauración de la Regeneración,


Colombia experimentó un cambio significativo en su dirección política y social.
Monroy (2012), explica que este fenómeno de la Regeneración fue

“(...) un proyecto con fuertes intereses ideológicos, políticos y sociales,


que pretendía un cambio en las estructuras del país. El ideal era construir
un modelo de sociedad, fortalecido por un proyecto nacional, que
convirtiera a todos los individuos en ciudadanos miembros de una nueva
nación, orientados y regidos por la Constitución de 1886, la cual contenía
todos los principios y fundamentos. Entonces Regeneración no fue sólo
una palabra, fue la manera más acertada de llegar a la población, de
crear un lenguaje político que permitiera fomentar unas ideas y prácticas
que cambiaran los destinos de la Nación a finales del siglo XIX.” (pp.2)

La alianza entre Núñez y Caro marcó una era de consolidación del poder
conservador, con políticas destinadas a restablecer la estabilidad mediante la
centralización del gobierno y la restricción de libertades individuales. La
desaparición de la Constitución de Río Negro simbolizó la transición hacia un
nuevo orden legal.

La Guerra de 1885, también conocida como La Humareda, y sus


consecuencias, dejaron cicatrices profundas, pero consolidaron el poder de
Núñez y establecieron las bases para un gobierno autoritario. La colaboración
entre Núñez y Caro influyó en la dirección del país, fortaleciendo la identidad
conservadora y marcando el inicio de una fase donde el conservadurismo y la
centralización del poder dominaron la escena política.
Además, la influencia en la educación y la cultura, a través de figuras como
Caro, contribuyó a la formación de una identidad nacional más acorde con los
valores conservadores. En conjunto, la Regeneración representó un periodo de
transformación profunda en Colombia, donde la estabilidad política se logró a
expensas de un mayor control gubernamental y la consolidación de un modelo
conservador que perduró en los años siguientes.

VIII. Conclusión

La segunda mitad del siglo XIX representó una época de grandes


transformaciones para Colombia, marcada por el ascenso al poder de Rafael
Núñez y el movimiento de la Regeneración. Tras años de inestabilidad política,
conflictos internos y una crisis en el sistema federal, Núñez logró afirmar su
liderazgo e influir profundamente en la dirección del país.

En alianza con el intelectual Miguel Antonio Caro, Núñez puso en marcha una
agenda conservadora y centralizadora, plasmada en una nueva Constitución que
acabó con la estructura federal anterior. La consolidación de su poder estuvo
ligada a eventos clave como la Guerra de 1885 y la desaparición de la
Constitución de Río Negro, hitos que marcaron la transición hacia un Estado
más autoritario y unipartidista.

La Regeneración moldeó no solo las estructuras políticas de Colombia, sino


también su identidad cultural y social. Por medio de figuras como Caro, se
difundieron activamente los valores del conservadurismo en áreas como la
educación, sentando las bases de una narrativa nacional acorde a esta
ideología. El legado de Núñez perduró durante décadas, institucionalizando un
sistema centralizado de gobierno que, si bien trajo estabilidad, también implicó
menos libertades individuales y un mayor control estatal.

En síntesis, el periodo histórico analizado constituyó una coyuntura definitoria


para Colombia, donde el liderazgo de Núñez y el movimiento regenerador
determinaron en gran medida el derrotero político y cultural que adoptaría el país
en las décadas venideras. Su influencia sentó las bases para la hegemonía
conservadora y un modelo de Estado que, con altibajos, se mantuvo hasta bien
entrado el siglo XX.
IX. Referencias bibliográficas

Ramírez, G. (2022). Liberalism in Colombia. Econ Journal Watch, 19(1), 142.

Sanchez Sierra, J. C. (2011). Worshiping Leadership: Morality, Revolutionary


Values, and the Politics of Magnicidio (Assassination) in the Case of Camilo
Torres and Fabio Vásquez with the ELN, Colombia 1963-1978 (Doctoral
dissertation, Virginia Tech).

Park, J. (1986). Regionalism as a Factor in Colombia’s 1875 Election. The


Americas, 42(4), 453–472.

Haan, F. (1987). Rafael Nuñez and the politics of Colombian regionalism,


1863-1886. Boletín de Estudios Latinoamericanos y Del Caribe, 42, 122–125.

Hartlyn, J. (1989). Chapter Seven Colombia: The Politics of Violence and


Accommodation. In L. Diamond, J. Linz & S. Lipset (Ed.), Democracy in
Developing Countries: Latin America (pp. 291-334). Boulder, USA: Lynne
Rienner Publishers.

Janes, R. (1984). Liberals, Conservatives, and Bananas: Colombian politics in


the fictions of Gabriel García Márquez. Hispanófila, 82, 79–102.

Posada-Carbó, E. (1994). Elections and Civil Wars in Nineteenth-century


Colombia: The 1875 Presidential Campaign. Journal of Latin American Studies,
26(3), 621–649.

Posada-Carbó, E. (2007). Language and Politics: On the Colombian


“Establishment.” Latin American Research Review, 42(2), 111–135.

De la Guardia Wald, R. (2020). La Regeneración and Paz Científica in


Colombian Panama, 1878–1903. Education, Conservatism, and the Rise of a
Pedagogical Elite in Colombian Panama: 1878-1903, 41-89.

Borja, M. (2010). Espacio y guerra: Colombia federal 1858-1885. Universidad


Nacional de Colombia.

Rivera, E. From federalism to centralism: local finances in Cundinamarca,


Colombia 1872-1910.

Pita, R. (2022). Repercussions of the civil wars in Colombia on the public


education system, 19th century. Cadernos de História da Educação, 21.

Delpar, H. (1971). Aspects of Liberal Factionalism in Colombia, 1875-1885.


Hispanic American Historical Review, 51 (2): 250–274.
Kerguelén, R. (2014). Political Discourses, Territorial Configuration and
Taxation:: Conflicts in Antioquia and Cauca, Colombia (1850-1899).

Posada, J. (2019). Regeneración y catástrofe. Biblioteca Nacional de


Colombia. Obtenido de https://bibliotecanacional.gov.co/es-co/proyectos-
digitales/historia-de-colombia/libro/capitulo8.html
Luzardo-Luna, I. (2019). The Price of the Regeneration: How Colombia Missed
the Belle-Époque, 1870–1914. Colombia’s Slow Economic Growth. Palgrave
Studies in Economic History.

Olano, Hernán. (2019). Historia de la regeneración constitucional de 1886.


Revista IUS, 13(43), 161-178.

Monroy, C. (2012). De Federalismo a Regeneración. El paso de Estados


Soberanos a Departamentos Político-Administrativos. Boyacá, 1886-1903.
Revista de Historia Regional y Local, 4(7), 218-239.

Rosas, P. A. (1986). Gonzalo españa. La guerra civil de 1885: Núñez y la


derrota del radicalismo. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura,
(13-14), 342-344.

Ortiz Mesa, L. J. (2004). Fusiles y plegarias: guerra de guerrillas en


Cundinamarca, Boyacá y Santander, 1876-1877. Universidad Nacional de
Colombia. Sede Medellín.

Sánchez, S. R. (2021). La historia olvidada de la arquitectura en Colombia: La


vivienda rural y la modernización durante la República Liberal. Dearq, (29), 28-
39.

También podría gustarte