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Módulo I.

- Proceso de Comunicación

Tema 3 Elementos de la Comunicación

EMISOR / FUENTE

También conocido como fuente de comunicación, transmisor, codificador, encodificador, comunicador, cifrador, etc. Es
aquel que inicia la comunicación; puede ser una persona o grupo de personas que laboran y envían un mensaje. En
principio selecciona los signos, señas o símbolos adecuados y a la postre utilizará el canal idóneo para hacer llegar un
mensaje al receptor para obtener la respuesta correspondiente.

Es importante señalar que el “emisor” le da un sello propio a su mensaje, tomando en cuenta que éste posee su propia
personalidad con todas las implicaciones, tales como la cultura que posee o la posición social que ocupa dentro de un
sistema social

El emisor deberá reunir una serie de habilidades comunicativas que le permitan codificar el mensaje en forma adecuada,
de tal manera que se pueda entender fácilmente. Las habilidades fundamentales que el emisor debe reunir consisten en
hablar correctamente, utilizar los signos, señales y símbolos propios del mensaje, así como pensar y reflexionar sobre lo
que desea expresar.

Los seres humanos nos comunicamos la mayor parte del tiempo mediante el lenguaje, el cual consiste en un sistema de
símbolos arbitrarios y convencionales. Se dice que son símbolos arbitrarios y convencionales porque entre las palabras y
el concepto que ellas representan no hay una relación intrínseca y necesaria. Es un sistema porque cada una de las partes
sólo adquiere su valor dentro del total del que forma parte.

Por otro lado, pensar y reflexionar antes de emitir un mensaje nos permite expresar adecuadamente lo que deseamos, de
tal manera que esto nos permita utilizar el lenguaje adecuado en el momento oportuno y, obviamente, adoptar una
actitud conveniente.

Así, la capacidad de pensar nos permitirá manipular y llevar a cabo las siguientes operaciones básicas de la comunicación:
seleccionar, abstraer, intercomunicar, almacenar o memorizar, subdividir, recordar, recombinar, reconocer, sintetizar,
cuestionar y aplicar los materiales de información que poseemos.

Una vez que el emisor ha pensado lo que va a decir, conviene que reflexione para analizar sus operaciones y principios y
poder así decidir si toma una nueva determinación.

Las actitudes son el conjunto de respuestas que adopta un organismo ante determinados estímulos externos, de ahí que
éstas predeterminen o condicionen la conducta mental y física del organismo, haciéndose patentes en la postura
benévola, pacífica o amenazadora de una persona, de un partido, de un gobierno, etc.

Respecto al nivel de conocimiento, es importante señalar que un emisor no puede comunicar lo que desconoce o no
domina; por el contrario, una súper especialización del conocimiento y la erudición que no se emplean en forma adecuada
bloquean la comunicación. Por lo anterior, para que haya una buena comunicación es indispensable que el emisor se sitúe
al nivel de conocimiento del receptor, de tal manera que su mensaje sea comprensible.

Ahora bien, otro aspecto que afecta a la comunicación de una manera determinante es el factor ambiental, es decir, el
influjo que ejerce el contexto social en la comunicación, pues un grupo social posee fuerzas generalizadas que se ponen
de manifiesto en las normas legales, políticas, gubernamentales, de seguridad, y paz colectiva, etc., las cuáles por razones
obvias determinan la conducta comunicativa.
Berlo propuso cuatro factores que pertenecen a la fuente y que pueden aumentar la fidelidad del mensaje

1.- Habilidades comunicativas (la escritura, la palabra hablada, la lectura, la audición y el pensamiento o raciocinio).

Son ideas bien pensadas, facilidad de palabra y el empleo de palabras claras, conocimiento de la ortografía, reglas
gramaticales, etc. La única manera de modificar deficiencias en este aspecto de la comunicación será tener una
retroalimentación de alguien que, teniéndonos la suficiente confianza, nos haga ver nuestros errores para tomar
conciencia y actuar en consecuencia. Si lo anterior no ocurre, es decir, si alguien no nos hace ver claramente estos errores,
difícilmente llegaremos a saber qué tan hábiles somos (aunque de alguna forma poseamos una idea al respecto) y,
consecuentemente, no tomaremos acciones que conduzcan a corregir adecuadamente nuestras habilidades para
comunicar.

2.- Actitudes

Se pueden definir como los sentimientos de atracción o rechazo hacia otras personas, objetos, asuntos o temas y/o
situaciones. Ejemplos de actitudes son: actitud del emisor hacia sí mismo y hacia el receptor (personas), actitudes hacia el
tema que se está tratando (asunto), actitudes hacia la propia comunicación (tema) y hacia el hecho mismo de comunicarse
(situación).

La combinación ideal es el tener una actitud positiva: hacia sí mismo (seguridad, confianza), hacia el tema (conocimiento,
comprensión) y hacia el receptor (es para mí una persona profesional, comprensiva, inteligente, dinámica). La
combinación de que la comunicación sea efectiva se incrementará.

3.- Nivel de conocimiento

Se refiere al grado de conocimiento que tiene el emisor del tema que trata. Este conocimiento puede variar desde un alto
grado de especialización, hasta poca o nula información del tema. Es claro que, a mayor conocimiento, la posibilidad de
tener una comunicación más exitosa se incrementa y viceversa.

4.- Posición dentro del sistema cultural social

Se refiere a la selección de palabras que las personas utilizan, es decir: el contexto cultural. Por ejemplo: personas de
clase social o de sistema cultural diferente, se comunican en forma diferente. Intervienen factores de sensibilidad,
idiosincrasia, percepción, valores socioculturales, etc.

MENSAJE

El mensaje es la información total que el emisor ha codificado, para ser transmitida por medio del habla, gestos, escritura,
pintura, movimientos corporales, señales de humo o banderas, etc., y que va a ser captada por el receptor.

Por la calidad del mensaje podemos darnos cuenta de la educación, instrucción, inteligencia, sensibilidad, etc. De nuestro
interlocutor.

Ahora bien, cuanto más conscientes seamos de nuestra expresión oral, la haremos más clara, más útil y, desde luego, más
comprensible para los demás. Así llegaremos a lograr el objetivo que se persigue al emitir mensajes y recibirlos, que es el
logro de la comunicación, la interacción entre seres sociales.

El pensamiento de cada individuo se expresa por medio del lenguaje, éste lo transmite, simplifica y precisa. Con esto se
logra la expresión cabal y exacta de nuestras ideas, reflexiones, raciocinio, procesos mentales, emocionales, etc.
Además, el lenguaje le da al pensamiento una expresividad fija, hasta ciento punto estereotipada, permitiéndonos así
organizar cada vez mejor esa actividad intrínseca e importantísima de la vida humana.

Para afinar y concretar la capacidad de expresión oral o elocución, el vocabulario nos dará un apoyo invaluable, pues
cuento más vocabulario conozcamos y manejemos, seremos más eruditos y, en consecuencia, podremos traducir y verter
en el mensaje mayor número de ideas.

Consideramos tres factores del mensaje: código, contenido y tratamiento.

1.- CÓDIGO.- Conjunto de símbolos que se estructuran de tal manera que tengan algún significado para alguien, de ahí
que, para que el receptor entienda la información que le transmite el emisor, es indispensable que ambos hablen el mismo
idioma, es decir, que manejen el mismo código.

El receptor será capaz de entender el mensaje, puesto que ambos hablan el mismo idioma; sin embargo, si el emisor le
transmite el mismo mensaje a un inglés que no habla francés, no lo entenderá, puesto que no manejan el mismo código.

Cuando pretendemos codificar un mensaje debemos seleccionar: El código a utilizar, los elementos del mismo, y la manera
en que estructuraremos sus elementos, a fin de que sea fácil de utilizar.

El uso de las palabras adecuadas y la correcta estructuración de las palabras, hilándolas en frases que sean claras y de fácil
asimilación para el receptor en una redacción limpia y clara facilitarán el entendimiento del mensaje y por ende habrá una
comunicación efectiva.

Es importante destacar que la comunicación humana necesita de manera definitiva de un código para realizarse. El
hombre ha ideado múltiples códigos para efectos de comunicación, como es el caso de los idiomas, el código Morse, el
sistema Braille, la pintura, los semáforos, las matemáticas, etc.; por ello, de la selección adecuada del código dependerá
el éxito en la comunicación.

2.- CONTENIDO.- El contenido del mensaje está integrado por el material seleccionado por el emisor para expresar su
propósito. Suele ocurrir que por no tener claro lo que se pretende expresar, decimos una cosa por otra; y en consecuencia
se altera el sentido de la comunicación.

3.- TRATAMIENTO.- El tratamiento es el modo o forma de expresión del mensaje. Este factor implica varios criterios y
decisiones por los que puede optar el emisor con relación al código y al contenido del mensaje. Así se amplían las
posibilidades de elección personal relativas a datos, evidencias, afirmaciones, expresiones, secuencia, amplitud,
profundidad, etc. Esto permite que el emisor se pueda decir de diferente manera.

No obstante, aun cuando se disponga de un contenido interesante y se utilice el código más adecuado, si el tratamiento
no es el correspondiente, éste propicia la inefectividad de la comunicación.

El tratamiento implica dos factores:

a).- La personalidad del emisor, esto es, sus cualidades psíquicas heredadas (temperamento) y las características
adquiridas (carácter) que hacen al hombre original; la personalidad del emisor se refleja en el tratamiento que le dé a su
mensaje.

b).- El emisor debe tomar en consideración las características objetivas y subjetivas del receptor en el momento de
adaptarse a su coeficiente intelectual y emocional, de tal manera que el receptor tenga la suficiente capacidad para
asimilar la comunicación o información. Debido a lo anterior el emisor debe seleccionar un código que el receptor pueda
entender y decodificar con facilidad (comprender). El contenido del mensaje deberá ser convincente para el receptor,
pero también deberá adaptarse a sus intereses y necesidades.
De acuerdo con Schramm, un mensaje deberá reunir determinadas características para que funcione bien:

1.- El mensaje debe formularse y entregarse de tal manera que capte la atención del receptor.

2.- El mensaje debe utilizar signos y un código común al emisor y al receptor para transmitir el significado.

3.- El mensaje debe despertar necesidades de la personalidad del receptor y sugerir alguna manera de satisfacer dichas
necesidades.

4.- El mensaje debe sugerir para satisfacer esas necesidades una forma adecuada a la situación en la que se encuentra el
receptor en el momento que es impulsado a dar la respuesta deseada.

Aún cuando un mensaje parezca muy sencillo, en realidad no es así, pues no sólo sus signos tienen significados diferentes
para cada persona, sino que cuenta asimismo con dos clases diferentes de significados:

1.- Significado denotativo, es decir, el significado que aparece en los diccionarios y que, obviamente, es común para todos
aquellos que los leen, y

2.- Significado connotativo, que se refiere al significado evaluativo o emocional que varía considerablemente entre los
individuos de diferentes niveles, aun cuando hablen el mismo idioma (una palabra puede tener un significado diferente
para dos individuos de diferente nivel).
Por otra parte, los mensajes tienen un significado superficial y significado latente; por ejemplo: cuando se pregunta por
la salud o el estado de una persona (“¿Cómo está José?), no se hace por tener interés real sobre la salud o estado de esa
persona, sino como una regla de cortesía. En este caso en particular, la relación social que une al emisor con el receptor
tiene un significado superficial. Sin embargo, puede suceder que el emisor tenga realmente interés en saber cómo está
José, en cuyo caso la relación del emisor con el receptor es de carácter afectivo y, en consecuencia, tiene un significado
latente.

CANAL

Otro aspecto de particular relevancia en el proceso de la comunicación al emitir un mensaje es la manera por la cual se
hará llegar con efectividad al receptor, para lo cual es preciso seleccionar el canal adecuado.

Canal es el vehículo por medio del cual se transmite, recibe o difunde el mensaje. Tomando en consideración la estructura
formal de los canales, podemos clasificarlos en naturales y artificiales.

Canales naturales: Son los que el hombre posee de una manera innata, y con los que se relaciona con el exterior, es el
caso de los cinco sentidos: vista, tacto, gusto, oído y olfato.

Canales artificiales: También denominados medios, son lo que el hombre ha creado para transportar los mensajes a través
del tiempo y el espacio. Estos aparatos o mecanismos se ponen de manifiesto en el cine, la radio, la televisión, el teléfono,
la fotografía, el telégrafo, los altavoces, etc. Y, desde luego, afectan de alguna manera a los niveles fisiológicos del receptor.

Ahora bien, antes de que el emisor se comunique, debe elegir el canal o medio adecuado para hacer llegar su mensaje
hasta el receptor, por ejemplo: si el transmisor necesita pronunciar un discurso, con toda seguridad utilizará el canal del
habla; sin embargo, si el auditorio es muy grande, la voz no será suficiente, por lo que será indispensable amplificar la voz,
de tal manera que el emisor pueda ser escuchado por todo el auditorio.

Por lo anterior, el emisor deberá decidir cuántos serán los canales necesarios que surtan efecto en los cinco sentidos del
o los receptores y por cuál medio se transportará el mensaje: escritura, radio, teléfono, fotografía, etc.
FORMAS DE TRANSMISIÓN:

• La palabra oral o escrita,


• Señales (audibles, visuales o perceptibles por otros sentidos) y la comunicación mímica,
• Símbolos convencionales y comunicación gráfica,
• Los medios mecánicos (impresos),
• Los medios electrónicos,
• La comunicación mixta (combinación de medios (electrónicos y mecánicos).

En la correcta selección del canal, nuestro mensaje llegará al receptor en la forma pensada por el emisor, a continuación,
se presenta una guía para la selección de los canales establecida por David K. Berlo:

SELECCIÓN DE LOS CANALES:

• Los canales disponibles,


• El costo de utilización del canal seleccionado,
• La preferencia de la fuente por un canal determinado,
• Que canales son recibidos por el mayor número de personas al menor costo,
• Cuáles tienen mayor impacto,
• Cuáles son más adaptables al tipo de objetivo de la fuente,
• Cuáles son más adaptables al contenido del mensaje.

Los canales a través de los cuales transmitimos gran cantidad de mensajes muchas veces son informales, sin embargo,
debemos cuidar la unidad que debe existir entre el contenido y la forma de expresión de nuestros mensajes, a fin de que
estos no resulten contradictorios.

RECEPTOR

El receptor es la persona (o grupo de personas) que recibe el mensaje del emisor. Se conoce al receptor también como
decodificador, descifrador, intérprete, preceptor y destino. Una vez que el receptor recibe el mensaje, lo decodifica e
interpreta su propósito.

Es importante advertir que aun cuando el receptor y los otros componentes del proceso de la comunicación se describan
por separado, esto se hace para efectos de análisis, no obstante, en la práctica todos ellos están estrechamente vinculados
e integran, en consecuencia, una totalidad, pues lo que le afecta a un componente del proceso indudablemente repercute
en los demás.

Cuando el receptor después de recibir el mensaje, analizarlo comprenderlo y decodificarlo lo acepta o lo rechaza, este
proceso le convierte, al codificar la respuesta, en emisor de una comunicación de retorno.

Respecto a las características del receptor, cabe señalar que éstas son semejantes a las del emisor, ya que se trata de
habilidades, actitudes, nivel de conocimiento y rol sociocultural.

Las habilidades consisten en saber escuchar, poder leer mensajes y emplear la reflexión o el pensamiento para decodificar
de manera adecuada el mensaje.

Las actitudes del receptor pueden afectar el mensaje en pro, en contra o en forma neutral, con una participación activa o
pasiva, de lo que va a depender que el mensaje sea efectivo.
Puede suceder que el receptor no conozca el código o carezca de los antecedentes relativos al contenido del mensaje, o
bien que sus conocimientos al respecto no sean suficientes, en cuyo caso existe la posibilidad de que interprete de manera
equivocada el mensaje.

Por otra parte, la clase social de la que proviene el receptor sin duda afecta la manera en que éste interpreta el mensaje,
si tomamos en cuenta sus creencias, costumbres, valores, hábitos, leyes, normas, ingresos económicos, ideología
política o religiosa.

El receptor juega un papel muy importante al realizar una comunicación, puesto que en determinado momento si el
receptor no recibe el mensaje, sencillamente no hubo comunicación.

Es importante poner en relieve que la comunicación existe siempre y cuando el receptor tenga la oportunidad de actuar
en calidad de emisor, lo cual le permite afectar con su respuesta la conducta el emisor original; por esto la
retroalimentación permite comprobar el grado de efectividad de la comunicación y se constituye, a su vez, en un valioso
elemento para corregir los errores que el emisor haya cometido.

RETROALIMENTACIÓN o FEEDBACK

La retroalimentación juega un papel muy importante en el proceso de la comunicación, pues constituye prácticamente el
cierre del mismo, sin el cual no hay garantía de que se haya logrado la comunicación. El poder observar la reacción del
receptor del mensaje de la fuente constituye un factor fundamental a fin de poder evaluar si el propósito u objetivo de la
comunicación fue alcanzado ó no, así como el grado en que ésta se logró.

En resumen, la retroalimentación es:

1.- El elemento básico de diferenciación entre el proceso de información y el de comunicación.


2.- Una respuesta a un mensaje enviado dentro del proceso de la comunicación.
3.- La oportunidad que da el receptor para que el emisor corrija sus contenidos o formas de comunicarse.
4.- Una respuesta a un estímulo que fue el mensaje.

Existen dos tipos de retroalimentación:

1.- La que se genera en el intercambio de información

2.- La certificación de que el mensaje original fue recibido bien interpretado y con el sentido correcto en que fue
enviado.

Desde el punto de vista práctico la retroalimentación es muy delicada en su manejo, pues dependiendo la forma en que
se utilice, puede ser constructiva y estimular la continuación del proceso de comunicación o reprimir dicho proceso.

El emisor debe favorecer la retroalimentación, ya que a él/ella le corresponde cerciorarse que el mensaje haya logrado su
objetivo. Si la mirada del receptor es clara y se dirige a él, si revela atención y el cuerpo está en actitud de escuchar,
significa que el mensaje se ha transmitido.

Por el contrario, si la cabeza está caída, con las cejas arqueadas, mientras los ojos buscan a lo lejos la línea del horizonte
y los pies se mueven inquietos, triturando objetos reales o imaginarios, significa que el proceso de la comunicación ya no
circula y ¿de quién es la culpa? ¡Del que habla!

Cuando sienta que la comunicación está fallando, diríjase a su interlocutor. Adáptese a él, pregúntese qué puede ser lo
que impida la adhesión de su mensaje. La comunicación es un proceso de transacción. ¡Cambie de papel! Haga preguntas
como éstas: = ¿Estás siguiéndome? =, = ¿Me explico? = Utilice la redundancia y regrese a su discurso. Pida a alguno que
explique lo que entendió de lo que usted ha dicho. Reanude la exposición desde cero, si es preciso; entonces será que tal
vez no había usado un lenguaje común. Hay que poner a cada persona en su marco de referencia. ¡Hablar de las cosas
con simplicidad no es lo mismo que decir simplezas!

La retroalimentación, como cualquier flujo de comunicación, se presta a distorsiones y de ahí que deba aprenderse qué,
cómo y cuándo retroalimentar.

La retroalimentación encuentra a su mayor obstáculo en la resistencia de la gente a recibirla. En estas ocasiones, la


retroalimentación se interpreta de una manera exageradamente personal y se le considera una amenaza y no un
mecanismo para corregir la ejecución de la tarea.

RECOMENDACIONES:

La retroalimentación debe:

a. Dirigirse a juzgar el mensaje y no al emisor para evitar que éste se sienta agredido.
b. Ser constructiva y no un medio de agresión.
c. Ser específica. Evitar las ambigüedades.
d. Evitar dar la impresión de ser un contraataque o defensa contra el mensaje original. Evitar la confrontación.
e. Hacer referencia al contenido real del mensaje original.
f. Ser objetiva (tomar en cuenta los factores emotivos que envuelvan a los mensajes).
g. Evitar ser impositiva para no convertir la comunicación en una competencia.
h. Llevar una cantidad de información limitada a la capacidad de asimilación del receptor.

Toda retroalimentación transmitida adecuadamente debe tener los siguientes efectos:

A.- Mejora la transmisión de lo que se comunica, dado que las personas involucradas en el acto comunicativo van
verificando si están comunicando lo que desean comunicar.

B.- Reducir la distorsión o aumentar la precisión de lo que se comunica a través de una constante verificación y
reorientación en caso de existir errores.

C.- Facilitar el proceso de aprendizaje. Gracias a la retroalimentación la gente sabe lo que hizo bien o lo que hizo mal y
cómo corregirlo.

CODIFICADOR

Una vez que el emisor tiene una idea que comunicar, debe traducirla en palabras orales o escritas, o algún tipo de símbolos
que posean un significado claro y comprensible para el receptor. A esta traducción se le da el nombre de codificación:
poner una idea en un código.

Junto a los elementos (emisor y codificador), existen por lo menos, cuatro factores que pueden aumentar la fidelidad en
la comunicación, a saber: las habilidades comunicativas, actitudes, grado de conocimiento y la posición dentro del sistema
social que tiene la fuente o emisor; estos cuatros elementos afectan la posibilidad de éxito en la comunicación del emisor,
el propósito de su comunicación, sus mecanismos de codificación y sus mensajes. Son elementos muy importantes que
debemos considerar, puesto que estos factores afectarán también la forma en que el receptor habrá de responder a los
mensajes que se le envían.
DECODIFICADOR

A fin de completar el proceso de la comunicación, el mensaje debe ser decodificado por el receptor. Decodificar
significa pasar del código a la idea, es decir, que el receptor encuentre el significado e interprete el mensaje que envió el
emisor.

Ahora bien, algo importante de considerar es que el receptor interpreta los mensajes sobre la base de sus propias
experiencias. Por lo mismo, al enviar un mensaje siempre es requisito indispensable conocer quién (es) es (son) nuestro(s)
receptor(es) y así tratar de adecuar lo que comunicarnos a las características de quién lo recibe.

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