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La experiencia que me relataron los padres a los que pregunté cómo fue que enseñaron
a su hijo de aproximadamente dos años en ese entonces a ir al baño es la siguiente:
Su método para enseñar a su hijo a ir al baño básicamente consistió en colocar alarmas
y llevar al niño al baño, incluso si no mostrara necesitarlo, además de felicitarlo cuando
realmente hacía del baño. Comentan que con el tiempo esto resultó bien dado que el niño
comenzó a pedir ir al baño por su propia cuenta, pues, parece que aprendió a relacionar
la sensación de ir al baño con el sitio del cuarto de baño.
También mencionan haber hecho uso de otros recursos de tipo gráfico-lúdicos tales como
cuentos, canciones y pictogramas, para hacer a su hijo participante de su proceso de
aprendizaje.
Juicio clínico:
Fue un entrenamiento en control de esfínteres mediante método del ensayo,
complementado con recursos visuales y auditivos.
Realmente, considero que el entrenamiento de esfínteres ha sido saludable y positivo.
Me parece excelente la utilización de recursos visuales y auditivos como complemento a
un método de enseñanza basado en el ensayo. Además, uno de los aspectos más
resaltables es la manera en que reforzaban y potenciaban las habilidades de su hijo a
través de estímulos verbales de felicitación, ayudándole por tanto a reforzar el
aprendizaje de los conceptos necesarios.