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Trastornos de la Excreción: Enuresis y Encopresis

Estos trastornos consisten en la incapacidad para controlar de forma


voluntaria la emisión de orina o heces, una vez superada la edad
madurativa en la que se debería tener la capacidad de control. Episodios
de enuresis y encopresis pueden producirse tanto durante el día como en
la noche, y ambos trastornos pueden presentarse de forma
independiente, conjuntamente o junto a otras enfermedades.

ENURESIS
La Enuresis es la emisión involuntaria de orina.
Se estima que en la actualidad existen más de 500.000 niños enuréticos y que
afecta entre el 15 – 20% de los niños de 5 a 6 años, y al 6-8 % a los de 10
años.
La edad normal para el control de la micción se sitúa en los 5 años.

Tipos de enuresis

Dependiendo del momento en el que tiene lugar, diferenciamos entre:

 Enuresis Diurna: Cuando la pérdida involuntaria de orina sucede cuando


se está despierto. En estos casos hay una gran probabilidad de que
exista un motivo anatómico o biológico que lo genere.
 Enuresis Nocturna: Cuando la micción involuntaria tiene lugar durante
las horas de sueño, y una vez superada la edad que se considera
apropiada para haya un adecuado control de esfínteres en dicho
momento.
También se tiene en cuenta en la etapa en la que se manifiestan los trastornos:

 Enuresis Primaria: Es el tipo de enuresis en el que la incontinencia


nunca ha tenido lugar durante periodos prolongados en el tiempo.
 Enuresis Secundaria: Se conoce como el tipo de enuresis donde si ha
habido un periodo de control en la micción completo de al menos seis
meses.
Normalmente como consecuencia de estos episodios, el niño suele evitar los
actos sociales, sobre todo aquellos que implican la noche, puesto que puede
darse el caso de que se moje la cama o la ropa, o que sea objeto de burlas por
parte de otros niños.Es bastante frecuente que los niños que sufren de
Enuresis se aislen.

CAUSAS

Las causas pueden deberse a distintos factores:

 Factores Genéticos: Si durante la infancia, ambos progenitores


sufrieron de enuresis, la probabilidad de que el hijo la sufra es de un
77%. En el caso de haberlo sufrido un solo progenitor la probabilidad se
reduce a un 44% . Cuando ninguno de los progenitores ha presentado
enuresis, entonces la probabilidad de que la presente su hijo es de un
15%.
 Factores Fisiológicos: Pueden darse problemas en la capacidad
vesical o la secreción de hormona antidiurética (ADH).
 Factores relacionados con el sueño: No existe ninguna fase concreta
durante el patrón del sueño en que tenga que aparcer. Puede producirse
en cualquiera de ellas.
 Factores Psicológicos: el estrés puede aumentar que los episodios
sucedan con más frecuencia aunque por lo general, no suele ir asociado
a problemas emocionales.
 Enfermedades orgánicas: Enfermedades como la alteración en la
estructura del aparato genitourinario, infecciones urinarias, anomalías
neurológicas y enfermedades que produzcan poliurina.
SÍNTOMAS

Para que se pueda hablar de Enuresis ha de cumplir los siguientes criterios


diagnósticos en el DSM V.

 Emisión repetida de orina en la cama o en la ropa, ya sea de manera


voluntaria o involuntaria.
 La frecuencia a la que se manifiesta es significativa por lo menos 2
veces a la semana, un mínimo de tres meses consecutivos, o por la
presencia de malestar clínicamente significativo, o deterioro en lo social,
académico u otras áreas importantes del funcionamiento.
 La edad cronológica es de 5 años (o un grado de desarrollo
equivalente).
 No puede atribuirse a los efectos de una sustancia (por ejemplo,
diurético) u otra afección médica.
Normalmente, en el diagnostico se especifica si se trata de Enuresis nocturna,
diurna o ambas.

PRONÓSTICO

El pronóstico en el tratamiento es bastante favorable, puesto que la mayoría


de los niños responden positivamente al tratamiento, aunque puede
conllevar entre semanas y meses el conseguirlo, dependiendo de cada sujeto.
En la mayoría de los casos, se tiende a mejorar de forma espontánea en la
pubertad.
Aunque no es una amenaza para la salud, la Enuresis puede afectar
gravemente la autoestima del niño, por lo que será determinante la respuesta
de la familia ante estos episodios.

TRATAMIENTO

Para el tratamiento farmacológico existen varias opciones: la Desmopresina,


que disminuye el volumen de líquido durante el sueño. También se utiliza
la Oxibutina, que aumenta la capacidad de la vejiga y la Imipramina que,
debido a sus efectos secundarios, solo se prescribe cuando no han funcionado
la medicación mencionada anteriormente.

En el caso del Tratamiento Psicológico, lo primero que se lleva a cabo es un


análisis de las bases del problema, para poder hacer un tratamiento lo mas
personalizado posible en cada caso.

Las técnicas que se suelen emplear son:

 Incorporación de Rutinas. Consiste en miccionar antes de irse a la


cama, restringir los líquidos entre 2 o 3 horas antes de la hora dormir, y
entrenamientos en mantener la cama seca y cambiar la cama y el pijama
cuando alguno de ellos , o ambos, se ha mojado.
 Alarmas Urinarias. Se trata del uso de sensores de humedad, que se
activan con una alarma cuando hay un episodio de micción involuntario,
y que despierta al niño para que sea consciente de lo que ha ocurrido.
 Ejercicios de vejiga para aumentar su capacidad de ésta
Es fundamental incluir a los padres para poder explicarles las pautas a seguir
en casa, así como guiarles en cuanto al manejo de emociones asociadas a los
episodios enureticos, como la vergüenza, frustración o la angustia.

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 Tratamientos
 Acoso escolar – Bullying
 Déficit de atención e hiperactividad
 Habilidades Sociales
 Separación o Divorcio
 Trastorno Negativista Desafiante (TND)
 Trastornos Específicos del Aprendizaje (TEA)

ENCOPRESIS

Se caracteriza por la eliminación de forma involuntaria de excrementos ya


formados, semiformados o líquidos, repetidamente en lugares inapropiados
para ello, es decir, en la ropa o el suelo.

Debe de producirse después de los 4 años, una vez que el niño ha aprendido a
utilizar el inodoro.

Por lo general, el niño no es consciente de lo ocurrido hasta que no se le están


escapando las heces. En algunas situaciones puede tratarse de un acto
voluntario para conseguir atención.

Es más frecuente en los niños varones. En torno a los tres años de edad, el
16% de los niños muestran todavía signos de incontinencia fecal una vez a la
semana o más, pero alrededor de los cuatro años solo está presente en el 3%
de los pequeños, mientras que por encima de los siete años afecta a menos de
un 1% de los niños.

Aproximadamente, un tercio de los niños que presentan encopresis también


sufren de enuresis. Cuando se da la coexistencia de ambos trastornos, en el
20% de los casos hablamos de enuresis diurna y también cabe mencionar que
un 10% de las niñas que padecen de Enuresis y Encopresis, tienen infecciones
urinarias recurrentes.

Tipos de Encopresis

 Encopresis primaria o continua: Cuando tiene lugar de forma continuada


desde el nacimiento del niño.
 Encopresis secundaria o discontinua: son los casos en los que la
incontinencia se da habiendo existido un periodo anterior de control de l
esfínter adecuado. Suele presentarse a los 5-6 años de edad.
 Encopresis retentiva: Tipo de Encopresis asociada a casos de
estreñimiento.
 Encopresis no retentiva: Cuando no hay relación entre la incontinencia y
periodos de estreñimiento.
Se les llama incontinencia fecal cuando la expulsión involuntaria de
heces se debe a motivos anatómicos o enfermedades médicas, como
pueden ser malformación anal, cirugía de ano, traumatismos de ano o
mielomeningoceleo por el uso de laxantes.
CAUSAS

Las causas de la Encopresis suelen ser funcionales, aunque existen factores


ambientales que están presentes y contribuyen a su desarrollo y permanencia
en el tiempo, tales como:

 Estreñimiento: En la mayor parte de los casos, la Encopresis es el


resultado de un estreñimiento crónico. Al alargarse el tiempo de
retención en el organismo, Las heces tienden a ser mas duras y secas,
que supone una mayor dificultad para su expulsión y que el niño evite
querer defecar. Esta acumulación provoca que progresivamente haya
una pérdida de las heces blandas o liquidas, reduciéndose notablemente
el movimiento intestinal.
 Problemas emocionales: El estrés o situaciones nuevas que impliquen
cambios adaptativos en el niño pueden generar encopresis, como por
ejemplo empezar el colegio o cambiar a uno nuevo, la separación de los
padres o el nacimiento de un hermano.
 Otras: La Encopresis también puede deberse a que el proceso de ir al
baño haya sido prematuro, difícil o complicado, a que se hayan
producido cambios nutricionales o incluso a que por diferentes motivos,
hayan surgido cambio de horarios para ir al baño.
También hay que tener en cuenta que existen unos factores de riesgo, como
son:

 Tomar medicación que provoque el estreñimiento como efecto


secundario, como puede ocurrir con los antitusivos.
 Sufrir episodios de Ansiedad o Depresión
 Sufrir otros trastornos como el Trastorno de Espectro Autista (TEA) o
el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
SINTOMAS

Los criterios diagnósticos del DSM V para la encopresis son:

 Excreción repetida de heces en lugares inapropiados (p. ej., en la


ropa, en el suelo), ya sea de forma involuntaria o voluntaria.
 Al menos uno de estos episodios se produce cada mes durante un
mínimo de 3 mes.
 La edad cronológica es de por lo menos 4 años (o un grado de
desarrollo equivalente).
 El comportamiento no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de
una sustancia (p. ej., laxantes) u otra afección médica, excepto por un
mecanismo relacionado con el estreñimiento.
PRONÓSTICO

Para la obtención de resultados eficaces, es necesaria la implicación


conjunta de varios profesionales: psiquiatras, psicólogos infantiles,
gastroenterólogos y pediatras que realicen el diagnositico y determinen la mejor
forma de tratamiento según cada caso.
El 90% de los casos presentan una notable mejora durante el primer año,
aunque se requiere de paciencia, tanto por parte de la familia como del
paciente, porque la tasa de recaída a medio plazo es del 50%.

TRATAMIENTO

La forma más efectiva de tratamiento es cuando se combina medicación y


tratamiento psicológico. Hay niños que responden de forma positiva al
tratamiento en cuestión de meses y otros, con casos más complicados, que
necesitan años.

En el tratamiento farmacológico de la Encopresis no retentiva se


utiliza Imipramina, y para el tratamiento de la encopresis por
estreñimiento se prescriben Enemus o laxantes para descongestionar el colon
y que éste funcione con normalidad.

Dentro del tratamiento psicológico se utilizan diferentes técnicas:

 Modificación de conducta: Implica la evaluación de las circunstancias


ambientales y fisiológicas que anteceden a la deposición; y su
modificación para que puedan llegar a producirse una rutina continuada
y satisfactoria.
 Entrenamiento y psicoeducación para padres, ya que necesitan
saber como actuar ante la situación.
 Psicoterapia para los problemas emocionales asociados como son
la ansiedad, fobia a la defecación, baja autoestima y los posibles
sentimientos de culpa y de vergüenza que se generan a raíz del
problema.
Trastornos de la Excreción: Enuresis

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos


Mentales DSM-5 (DSM-5) (p. 355) “…implican la eliminación inapropiada de
orina o heces…”. Normalmente estos trastornos se suelen diagnosticar en las
primeras etapas del desarrollo ya sea en la infancia o la adolescencia.

Es común en niños de 5 años de 5-10%, en niños de hasta 10 años de un 3 a


un 5% y alrededor del 1% en las personas con 15 años. La enuresis nocturna
es más común en niños y la enuresis diurna es más común en niñas.

Enuresis
Tiene que ver con la emisión constante de orina en lugares inapropiados.

Trastornos de la excreción:
Enuresis
RUBÍ PONCE TABA

 mayo 30, 2021

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos


Mentales DSM-5 (DSM-5) (p. 355) “…implican la eliminación inapropiada de
orina o heces…”. Normalmente estos trastornos se suelen diagnosticar en las
primeras etapas del desarrollo ya sea en la infancia o la adolescencia.

Es común en niños de 5 años de 5-10%, en niños de hasta 10 años de un 3 a


un 5% y alrededor del 1% en las personas con 15 años. La enuresis nocturna
es más común en niños y la enuresis diurna es más común en niñas.

Enuresis
Tiene que ver con la emisión constante de orina en lugares inapropiados.

Encopresis:
Es la excreción repetida de heces en lugares inapropiados.

Nota: En ambos trastornos es necesario tomar en cuenta

1. Edad cronológica.
2. Edad del desarrollo.
3. Ambos trastornos pueden ser voluntarios o involuntarios.
4. Pueden darse por separado o de manera conjunta.
¿Cuáles son los criterios para saber si es enuresis?
Enunciamos algunos de los criterios diagnósticos del DSM-5.
 La emisión de orina en la cama o en la ropa es repetida (voluntaria o
involuntariamente).
 La conducta es significativa cuando aparece por lo menos 2 veces por semana
durante mínimo 3 meses consecutivos, o cuando el niño (adolescente o adulto)
presenta problemas en lo social, académico, laboral u otras áreas importantes
en su vida diaria.
 La edad al menos debe de ser de 5 años.
 No podemos atribuir la enuresis a efectos fisiológicos de una sustancia o una
condición médica.
Subtipos
Enuresis monosintomática: sólo es nocturna y es el tipo más común
principalmente durante el primer tercio de la noche.

Incontinencia urinaria: sólo es diurna y se presenta en ausencia de enuresis


nocturna.

a. Incontinencia urgente: Las personas tienen síntomas urgentes, repentinos e


inestabilidad de la vejiga.
b. Emisión pospuesta: retrasan conscientemente las ganas de orinar hasta que
hay incontinencia.
Factores de riesgo
 Ambientales: Retraso o relajación del aprendizaje para ir al baño y el estrés
psicosocial.
 Genéticos y fisiológicos: se asocia a retrasos del desarrollo normal en los
ritmos circadianos de la producción de orina, originando anormalidades para la
sensibilización de la vejiga. Puede ser un trastorno heredado, el riesgo en la
infancia es de 3.6 veces mayor en hijos de madres enuréticas y de 10.1 veces
mayor en el caso de incontinencia urinaria paterna.
¿Cómo afecta a los niños?
Limita las actividades sociales del niño como no poder quedarse en casa de
sus amigos, no poder ir a campamentos o actividades nocturnas.

Tiene efectos sobre la autoestima del niño lo que puede desarrollar depresión y
consecuencias en el aprendizaje.

Produce aislamiento social por parte de las amistades o por parte del propio
niño, por vergüenza.

Si existe enfado, castigo o rechazo por parte de los cuidadores, el aislamiento


social puede ser más severo aún.

Recomendaciones:
a. No forzar el control de esfínteres en los niños
b. Reforzar positivamente cuando se esté enseñando al niño al uso del sanitario
c. Evitar castigar, regañar o avergonzar al niño cuando se orine en lugares no
apropiados
d. Mostrarle apoyo y motivación de que fue un accidente y que es posible hacerlo
mejor en la siguiente vez.
e. Estar siempre en constante comunicación con el niño para que sepa cuando
debe informar que necesita ir al baño.
f. Mostrar siempre respeto, empatía y afecto cuando ya se tenga al niño con
problemas de micción nocturna.
g. Solicitar ayuda profesional de un médico o psicólogo según sea el caso.
Referencias
American Psychiatric Association (2014). Diagnostic and statistical manual of
mental disorders (5a. ed), pp. 355-357.
INTERVENCIONES TEA

Clasificación de los modelos de intervención:

Dentro de la gran diversidad de modelos de intervención, podemos seguir la


siguiente clasificación, propuesta en 1997 por el grupo de Mesibov [28] (Tabla
II):

Intervenciones psicodinámicas Prácticamente no se usan hoy día; parten


de una interpretación obsoleta del autismo, como daño emocional secundario a
la falta de desarrollo de un vínculo estrecho del niño con los progenitores,
especialmente la madre. No existe evidencia de que el autismo tenga una causa
psicológica [29] y los tratamientos psicoanalíticos (holding therapy, gentle
teaching, Pheraplay) no han demostrado evidencia en estudios rigurosos de
investigación [30].

Intervenciones biomédicas

Se han hecho diversos intentos por tratar los síntomas nucleares del autismo a
través de medicaciones o modificaciones en la dieta, en un intento de poder
llegar a ‘curar’ el autismo. Hasta la fecha ninguno de estos tratamientos ha
demostrado eficacia alguna de forma científica.

Medicación

No existe un tratamiento médico para las manifestaciones nucleares del


autismo, aunque algunas medicaciones tratan los síntomas y las enfermedades
que suelen asociar los niños con TEA, como la epilepsia, los trastornos de
conducta o las alteraciones del sueño. Fármacos específicos como naltrexona
[31], secretina [32,33] o ACTH [34] se han demostrado inefectivos.

Medicina complementaria y alternativa

Las dietas de exclusión (libres de gluten o caseína) [35,36], los tratamientos


antimicóticos o con quelantes [28], la evitación de la vacuna triple vírica [37,38]
o los suplementos dietéticos o vitamínicos [39-41] no han demostrado eficacia,
e incluso algunos pueden resultar potencialmente dañinos.

Intervenciones psicoeducativas

Intervenciones conductuales, Se basan en enseñar a los niños nuevos


comportamientos y habilidades, usando técnicas especializadas y estructuradas:

– Programa Lovaas. El Dr. Lovaas, en la Universidad de California-Los Ángeles,


desarrolló el Young.

Autism Project [42,43], proponiendo un entrenamiento exhaustivo y altamente


estructurado. A pesar de que con su método se consiguen mejorar habilidades
como la atención, la obediencia, la imitación o la discriminación, ha sido
criticado por los problemas en la generalización de las conductas aprendidas
para un uso en un ambiente natural espontáneo, por basar sus resultados
fundamentalmente en la mejora del cociente intelectual (CI) y porque el medio
de aprendizaje altamente estructurado no es representativo de las interacciones
naturales entre adultos y niños [44].

– Análisis aplicado de la conducta (ABA) contemporáneo. Se basa en promover


conductas mediante refuerzos positivos y extinguir las no deseadas eliminando
consecuencias positivas, buscando un mecanismo de ‘extinción’. Se describirá
más adelante. Algunos de los modelos basados en ABA contemporáneo son:
Pivotal Response Training (PRT), Natural Language Paradigm (NLP) e Incidental
Teaching.

Intervenciones evolutivas

Ayudan al niño a desarrollar relaciones positivas y significativas con otras


personas. Se centran en enseñar técnicas sociales y de comunicación, en
ambientes estructurados, así como desarrollar habilidades para la vida diaria
(habilidades ‘funcionales’ y ‘motoras’):

– Floor Time (tiempo suelo) DIR (Developmental Individual-Difference,


Relationship-Based Model): modelo de desarrollo basado en las diferencias
individuales y en las relaciones.

– Responsive Teaching (RT): educación en responsabilidad.

– Relationship Development Intervention (RDI): intervención para el desarrollo


de relaciones.

Intervenciones basadas en terapias

Se centran en trabajar dificultades específicas, generalmente centrándose en el


desarrollo de habilidades sociales y de comunicación (patología del lenguaje) o
en el desarrollo sensoriomotor (terapia ocupacional):

– Intervenciones centradas en la comunicación: estrategias visuales e


instrucción con pistas visuales, lenguaje de signos, sistema de comunicación
por intercambio de imágenes (PECS), historias sociales (social stories),
dispositivos generadores de lenguaje (SGDs), comunicación facilitada (FC), y
entrenamiento en comunicación funcional (FCT).

– Intervenciones sensoriomotoras: entrenamiento en integración auditiva (AIT)


e integración sensorial.

Intervenciones basadas en la familia, Su fundamento se basa en enfatizar


la idea de que la inclusión de la familia en el tratamiento es fundamental para
las necesidades del niño. Aportan entrenamiento, información y soporte a todos
los miembros de la familia. Son los programas PBS y el programa Hanen.

Intervenciones combinadas

Algunas intervenciones combinan elementos de métodos conductuales y


evolutivos, por lo que generalmente resultan más eficaces: el modelo SCERTS,
el modelo TEACCH (comentado más adelante), el modelo Denver y el modelo
LEAP.

Intervención conductual: análisis aplicado de la conducta (ABA)

El método ABA (Applied Behavior Analysis) es una intervención en la que se


aplican los principios de la teoría del aprendizaje de una manera sistemática y
mesurable para incrementar, disminuir, mantener o generalizar determinadas
conductas objetivo (lectura, habilidades académicas, habilidades sociales, de
comunicación y de la vida diaria) [45-47]. Ayuda a los niños a incrementar
conductas, aprender nuevas habilidades, mantener las conductas, generalizar o
transferir conductas a otra situación, restringir o disminuir las condiciones en
donde ocurren conductas desadaptativas y reducir las conductas desadaptativas
[48].

Entrenamiento en ensayos separados (Discrete Trial Training, DTT), Es


uno de los métodos de instrucción que usa el ABA. Descompone habilidades
específicas en pequeños pasos, que se aprenden de una manera gradual, por lo
que se enseñan desde habilidades de atención hasta otras más complejas como
conductas verbales o sociales. Se empieza con habilidades sencillas,
aumentando la complejidad a medida que el niño avanza. Las técnicas
originarias de intervención, altamente estructuradas, se basaban casi
exclusivamente en el DTT.

La manera de trabajar es en forma de ensayo, con cuatro elementos:

– El terapeuta presenta una orden o pregunta clara (estímulo).

– En caso necesario, la orden va seguida de un refuerzo.

– El niño responde de manera correcta o incorrecta (respuesta).

– El terapeuta proporciona una consecuencia: una respuesta correcta recibe un


refuerzo, mientras que una incorrecta se ignora o se corrige.

Así pues, las técnicas tradicionales del ABA se han reconvertido en


intervenciones conductuales más naturales, con técnicas como el Incidental
Teaching o el PRT, que mejoran la generalización de las habilidades [50]. Hoy
día tiende a hablarse de intervenciones precoces e intensivas basadas en
métodos conductuales (EIBI, Early Intensive Behavioural Interventions). En
general, se asume que estos programas producen una mejoría en el CI y
cambios positivos, aunque no significativos, en la conducta adaptativa y el
lenguaje expresivo y receptivo [10,42,51-58]. Parece ser que la mejoría en el CI
es mayor en los primeros 12 meses de tratamiento y que después la ganancia
se estabiliza. Las revisiones más recientes, no obstante, propugnan que no sólo
el CI es importante, sino también la valoración de otros objetivos en relación a
habilidades sociales o de comunicación. Debido a la falta de recursos y de
profesionales especializados que puedan aplicar la terapia, muchos padres de
niños afectados han recibido formación para realizar terapia conductual en su
casa.

Los estudios no han podido demostrar la superioridad de uno u otro método de


aplicación.

Intervención combinada: el modelo TEACCH

El modelo TEACCH –Treatment and Education of Autistic and Related


Communication Handicapped Children (tratamiento y educación de niños
autistas y con problemas de comunicación)– fue fundado en 1966 por el Dr.
Schopler, en la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos).

El modelo TEACCH se centra en entender la ‘cultura del autismo’, la forma que


tienen las personas con TEA de pensar, aprender y experimentar el mundo, de
forma que estas diferencias cognitivas explicarían los síntomas y los problemas
conductuales que presentan. Sus actividades incluyen, entre otras: diagnóstico,
entrenamiento de los padres, desarrollo de habilidades sociales y de
comunicación, entrenamiento del lenguaje y búsqueda de empleo [47]). Se
basa en identificar las habilidades individuales de cada sujeto, usando diversos
instrumentos de valoración y, de forma característica, el perfil psicoeducacional
–PsychoEducational Profile-Revised (PEP-R) .

El programa enfatiza el aprendizaje en múltiples ambientes, con la colaboración


de diversos profesores. Intenta mejorar diferentes problemas como la
comunicación, la cognición, la percepción, la comunicación, la cognición, la
percepción, la imitación y las habilidades motoras [26].

Se basa típicamente en cinco componentes:

– Centrarse en el aprendizaje estructurado.

– Uso de estrategias visuales para orientar al niño (estructura de la clase, del


material y de la agenda) y para el aprendizaje del lenguaje y la imitación.

– Aprendizaje de un sistema de comunicación basado en gestos, imágenes,


signos o palabras impresas.

– Aprendizaje de habilidades preacadémicas (colores, números, formas, etc.).


– Trabajo de los padres como coterapeutas, usando en casa los mismos
materiales y técnicas.

Hoy día, el método TEACCH es el programa de educación especial más usado


en todo el mundo y existen informes de su eficacia en mejorar habilidades
sociales y de comunicación, reduciendo conductas mal adaptativas y mejorando
la calidad de vida y disminuyendo el estrés familiar [64,65]. A pesar de sus
bases racionales, actualmente no existen estudios controlados, aleatorizados y
bien diseñados que hayan podido demostrar su eficacia con claridad, por lo que
este método, aunque prometedor, precisa aún de una validación científica
[26,66].

Conclusión

Los TEA constituyen un conjunto de alteraciones en el neurodesarrollo que


afectan de forma global a las funciones cerebrales superiores del individuo y
que se expresan con un grado mayor o menor de afectación de la inteligencia y
del lenguaje. Las características nucleares básicas ya se describieron hace más
de 50 años, y en la actualidad seguimos sin disponer de un método diagnóstico
infalible, por lo que su identificación se sigue basando en síntomas y conductas
observables.

La detección precoz es fundamental para poder incidir de manera satisfactoria e


intentar variar el pronóstico funcional a largo plazo. Por tanto, los pediatras de
atención primaria deben conocer los signos de alarma, y ante la presencia de
rasgos autistas, derivar a un centro de atención temprana o a los servicios de
neuropediatría (Tabla III). La intervención en los TEA debe seguir un modelo
multidisciplinar, que involucre no sólo a los diversos especialistas (neurólogos,
psicólogos, logopedas, etc.), sino también a la familia, al entorno educativo y a
la comunidad.

No existe unanimidad en cuanto al método de intervención más idóneo, pues


éste se debe adaptar al entorno y a las características individuales. Dada la
gran heterogeneidad de los pacientes y a la dificultad en comparar las
intervenciones, resulta complicado recomendar, en base a la evidencia
científica, un método u otro. No obstante, parece que las intervenciones
combinadas –que integran conocimientos de varios métodos, aunque
generalmente con elementos de base conductiva–, realizadas en ambientes
estructurados, pueden incidir de manera positiva en la adquisición de nuevas
habilidades en los TEA.

Es importante incidir en la importancia de involucrar a la familia en el


tratamiento. El niño vive integrado en su ambiente familiar, por lo que una
adecuada información y educación redundará en un mayor aprendizaje con un
menor grado de estrés e insatisfacción. La familia no sólo necesita un
diagnóstico adecuado, precisa también información, educación para saber cómo
tratar a su hijo, apoyo por parte de las instituciones y solidaridad y
comprensión por parte de la sociedad.
A continuación les mencionamos los tratamientos que describiremos,
si bien no son todos los que cuentan con evidencia intentamos
describir los más comunes. Es importante tener en cuenta que la
información se modifica, se realizan estudios nuevos con lo cual
pueden ingresar nuevos procedimientos o ampliarse los rangos etarios
donde se recomienda la intervención.

 Intervención cognitiva conductual


 Tratamiento integral de comportamiento para niños pequeños
(EIBI)
 Entrenamiento en producción lingüística
 Tratamiento de respuestas pivote
 Intervenciones naturalistas
 Autogestión
 Programa de habilidades sociales
 Instrucción e intervención mediada por pares

Intervención cognitiva conductual

Son intervenciones manualizadas que han sido modificadas para


adaptarse a personas con TEA, las principales adaptaciones son: el uso
de ayudas visuales, agendas de cómo se va a estructurar la sesión y uso
de principios del análisis conductual aplicado.

La intervención demuestra ser efectiva en pacientes de 6 a 12 años


incrementando habilidades interaccionales, funciones cognitivas y
reduciendo las conductas problemáticas.

Los aspectos principales en donde se centra esta terapia son:

 Descripción de sentimientos y emociones.


 Entrenamiento en resolución de problemas.
 Reestructuración cognitiva
 Identificación de ansiedad y/o angustia
 Asignación de tareas principalmente en registros de
pensamientos y comportamientos
 Asesoramiento a padres
Tratamiento integral de comportamiento para niños
pequeños

Es un tratamiento integral e intensivo, se pueden conocer también por


sus siglas en inglés EIBI (Early Intensive Behavioral Intervention). La
programación de tratamiento apunta directamente a habilidades
esenciales disminuidas en pacientes con TEA y utiliza los principios
del análisis conductual aplicado (ABA).

Presenta estudios que demuestran su eficacia en pacientes desde bebés


hasta 9 años incrementando habilidades como el juego, los pre-
requisitos académicos para incrementar el aprendizaje, las funciones
cognitivas, la comunicación y las habilidades motoras.

Su característica principal es que es intensivo e individual, se estiman


entre 25 y 40 horas semanales de terapia durante dos o tres años. Las
decisiones sobre la programación se basan en datos, por lo que el
registro de las actividades es fundamental. Utilizan como herramienta
principal de trabajo el ensayo discreto.

Entrenamiento en producción lingüística

La intervención se centra en que el paciente con TEA adquiera una


producción verbal para comunicarse. Comienza con una evaluación e
identificación de pre-requisitos para la formulación de objetivos.

Es recomendable y demuestra su eficacia en pacientes de 3 a 9 años.


Utiliza herramientas como el modelado de verbalizaciones,
seguimiento de instrucciones, uso de música para motivar el habla y
refuerzos constantes a la producción verbal dirigida.

Como su nombre lo indica el objetivo principal de trabajo de la técnica


es la comunicación verbal y también sienta sus bases en el ABA.

Tratamiento de respuesta pivote (pivotal response


treatment)
Es un modelo de tratamiento que se basa en los principios científicos
del ABA. Puede denominarse también paradigma del lenguaje
natural porque se centra la intervención en el lenguaje. Se basa en los
intereses y la iniciativa del paciente y se ha demostrado eficaz para
desarrollar habilidades del lenguaje, comunicación, juego y mejor
comportamiento social.

La técnica demuestra ser efectiva en niños de 2 a 16 años sobre todo en


el área de la comunicación verbal, la cual resulta una habilidad
prerequisita para las habilidades sociales a enseñar posteriormente.

El objetivo primordial del tratamiento es que el niño pueda participar


de forma independiente y autónoma de su vida y en relación con los
demás; para esto será necesario contar con entornos inclusivos. En este
modelo es primordial brindar capacitación a los familiares, maestros, y
compañeros; sin el apoyo de ellos no serán posibles las intervenciones.

El tratamiento se realizan en los ambientes más naturales posibles, el


hogar, la escuela, la comunidad; cuanto más variado y natural sea el
ambiente, más se beneficiará la generalización de las habilidades.

Una de sus principales características es que se centra en cuatro áreas


centrales del desarrollo:

 La motivación para responder a señales ambientales y sociales


naturales
 La respuesta a estímulos múltiples
 La gestión del propio comportamiento
 La iniciación de comportamientos sociales

Dentro de cada una de dichas áreas se emplean diferentes consignas


para buscar enseñar e incrementar las habilidades que resulten en un
mejor funcionamiento.

Intervenciones naturalistas

Son un conjunto de prácticas que modifican el ambiente basadas en el


ABA. Son diseñadas específicamente para alentar a los pacientes en
comportamientos basados en sus propios intereses cuya meta es el
aprendizaje de habilidades complejas que resultan reforzadas
naturalmente por medio de la interacción con el ambiente. Se
realizan,como su nombre lo indica, en entornos naturales como el
hogar, la escuela o la comunidad.

La intervención demuestra ser eficaz independientemente del nivel


cognitivo o las habilidades de lenguaje expresivo que tenga el paciente;
aumentando las habilidades de la comunicación y sociales en niños de
preescolar, primaria y secundaria.

Los objetivos específicos de la intervención son el incremento de la


comunicación y las habilidades sociales: aumento en el vocabulario,
mejor entendimiento y ejecución de la comunicación no verbal,
incremento de la atención conjunta, procedimientos por turnos, etc.

Autogestión (self-management)

Las intervenciones de autogestión ayudan a los pacientes con TEA a


adquirir habilidades para regular sus comportamientos inadecuados y
aumentar conductas adaptativas en sus entornos naturales (la escuela,
el hogar o la comunidad).

Se les enseña a describir e identificar los propios comportamientos


inadecuados y adecuados, monitorearlos y registrarlos con el fin de
recompensarse a sí mismos por actuar de forma adecuada.

Esta intervención presenta estudios de efectividad en pacientes de edad


escolar, desde la niñez hasta la adolescencia y promueve habilidades
propias de reglas sociales en la interacción con otros como el juego, la
adaptación a determinadas situaciones, maneras de comunicarse y uso
del lenguaje.

Los objetivos a tratar con esta intervención serán primordialmente las


conductas inapropiadas o que interfieran en la socialización, tanto en el
hogar como en la escuela, aumentando las habilidades sociales que
incluyan responder a los demás, compartir, responder a las tareas,
iniciar interacciones y habilidades para jugar con otros.

Grupos de habilidades sociales


Son grupos en donde se enseña a personas con TEA maneras
adecuadas, apropiadas y adaptativas de interactuar con otros
compañeros. La cantidad ideal de pacientes es entre dos a ocho y
cuentan con un facilitador o terapeuta que se encarga de guiar el
trabajo. Se realizan intervenciones con instrucciones específicas, juegos
de roles, prácticas situacionales con la propia devolución de los
ejercicios para construir aprendizaje en conjunto.

La evidencia que presentan es desde los 4 a los 12 años de edad para el


dominio social, aunque hay estudios aislados que demuestran
efectividad también en pacientes adultos, un rango etario que hay que
seguir estudiando.

Los objetivos de la intervención son:

 Toma de perspectivas diferentes


 Habilidades para la conversación
 Enseñanza en resolución de problemas
 Reconocimientos de emociones propias y de los demás
 Teoría de la mente
 Habilidades específicas de la interacción: saludar, dar y recibir
cumplidos, compartir, pedir y ofrecer ayuda y turnos
conversacionales.

Instrucción e Intervención mediadas por pares

Es una intervención que se realiza mediada por compañeros a quienes


se les enseña cómo interactuar con niños con TEA y cómo ayudarlos a
aprender habilidades sociales que aumenten las interacciones en el
ambiente natural. Se les enseña cómo involucrarlos tanto en juegos
entre compañeros como en actividades de aprendizaje con los
maestros.

Esta práctica mantiene los criterios para ser considerada basada en la


evidencia en grupos preescolares y primaria teniendo efectos positivos
en el desarrollo académico, interpersonal e incrementando las
habilidades sociales.

El objeto de abordaje principal son las habilidades sociales y es


utilizado tanto en entornos clínicos como escolares.
Conclusión

Los niños con trastorno del espectro autista, si bien


comparten los criterios diagnósticos, presentan infinidad de
características distintas. El espectro tiene una variabilidad
enorme y es interesante a la hora de elegir los tratamientos
tener en cuenta las características propias de cada niño para
cotejarlas con la evidencia y así establecer el tipo de
tratamiento que puede ser más beneficioso para el caso. A
simple vista podemos ver qué tratamientos son más eficaces
en determinadas edades, entornos y disponibilidad de
tiempo; pero también es necesario ver las fortalezas del niño
y sus intereses para intentar tomar las decisiones correctas.

Referencias bibliográficas:

Class, J., Pollack, E., & Ladew, P. (2015). Findings and Conclusions:


Addressing the Need for Evidence-Based Practice Guidelines:
National Standards Project, Phase 2. National Autism Center.

Odom, S. L., Cox, A. W., & Brock, M. E. (n.d.-a). National Professional


Development Center on Autism Spectrum Disorders.
(2013). Implementation Science, Professional Development, and
Autism Spectrum Disorders. Exceptional Children, 79, 233–251.

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