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Año I, N.

º 3
Ius Puniendi jul. - ago. 2017
Sistema Penal Integral ISSN: 2410-5759
pp. 335 - 347

Derecho Procesal Penal

algunaS diSquiSicioneS en torno a la duda


razonable y el eStándar de Prueba en
materia Penal
Un enfoque inicial que, franca y abiertamente, linda
con el escepticismo*
Dante Gustavo DelGaDo alata**
Universidad Católica San Pablo
dante.delgado@ucsp.edu.pe

Sumario
1. A modo de introducción – 2. Doctrina sobre la duda razonable – 2.1. Estado actual
de la cuestión: ¿duda razonable como estándar de prueba? – 2.2. ¿Duda como indecisión
de juicio? – 2.3. La vuelta de timón: Presunción de inocencia y algún grado tolerable de
duda, ¿qué grado? – 2.4. ¿Un asunto sin salida? La constatación de pruebas de cargo y
de descargo y el principio in dubio pro reo – 3. Jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la República del Perú sobre la duda razonable – 3.1. La duda en la interacción
presunción de inocencia-insuiciencia probatoria-in dubio pro reo – 3.2. Duda positiva (o
relexiva) y equilibrio de razones antagónicas: ¿qué notas deinitorias tendrían las razones
en pro y en contra de la responsabilidad penal del acusado? – 3.3. Duda razonable: ¿de
verdad es factor de decisión? – 3.4. De nuevo, la duda en la interacción presunción de
inocencia-insuiciencia probatoria-in dubio pro reo – 4. Para hablar de estándares de
prueba, en general, y del estándar de prueba penal, en particular. A modo de conclusión
y a propósito de lo que seguiría – 5. Referencias bibliográicas.

reSumen
El autor desarrolla un breve análisis, pero sintético y crítico, de la PalabraS clave
doctrina procesalista-penal y de algunas decisiones judiciales ex-
pedidas por las Salas Penales de Corte Suprema de Justicia de la Decisión judicial
República del Perú que se han ocupado de la duda razonable en el Duda razonable
contexto del juicio penal. Estándar de prueba
Presunción de inocencia

* Artículo recibido el 25 de agosto de 2017 y aprobado para su publicación el 01 de agos-


to de 2017.
** Abogado, por la Universidad Católica San Pablo. Bachiller en Derecho, con mención
en Gestión Pública. Profesor Asistente de Derecho Penal, en la Universidad Católica
San Pablo. Técnico Administrativo II, adscrito a la Presidencia de la Cuarta Sala Penal

deas 335
revista ius PunienDi Derecho Procesal Penal

AbstrAct
The author develops a brief but synthetic and critical analysis of the Keywords
procedural-crime doctrine and some judicial decisions issued by the
Criminal Chambers of the Supreme Court of Justice of the Republic of Judicial decision
Peru that have dealt with reasonable doubt in the context of criminal
Reasonable doubt
trial.
Standard of proof
Presumption of innocence

ideaS centraleS del autor

«Miranda Estrampes (2012, pp. 53 y ss.) señala que con la implemen-


tación del Código Procesal Penal de 2004, nuestro país adoptó el “estándar de
prueba” del convencimiento más allá de duda razonable en cuanto presupuesto
habilitante para fundar una decisión de condena» (p. 338).

«[L]a institución in comento proviene de la tradición jurídica de Com-


mon Law (Tarrufo, 2012, p. 280)» (p. 338).

«[E]n las Ejecutorias Supremas pronunciadas como consecuencia del


trámite de los Recursos de Nulidad N.º 897-2014 Lima y N.º 941-2014
Callao, (…), expuso, resumidamente y bajo la ponencia de los Jueces Supremos
Morales Parraguez y Cevallos Vegas, respectivamente, dos aspectos nucleares
en torno a la duda razonable: por un lado, que ésta imposibilita airmar que
se haya desvirtuado la presunción de inocencia y, por ello, obliga a absolver al
imputado en virtud del principio in dubio pro reo; por otro, que la resultancia
de la insuiciencia probatoria hace lugar a la subsistencia de la duda razona-
ble» (p. 344).

«[H]acer depender a la duda razonable de la insuiciencia probatoria


para aplicar el in dubio pro reo y, en consecuencia, absolver airmando la
presencia de una duda, es erróneo y notoriamente injusto, pues, en tal caso,
ello equivaldría a considerar probada la incriminación iscal, pero con vacíos,
como si se intentara decir que se absuelve al acusado porque el delito se probó
a medias» (p. 345).

de Apelaciones con Función Liquidadora de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.


Exconsultor de la Cooperación Alemana al Desarrollo, Agencia de la GIZ en el Perú.

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DelGaDo alata, D. alGunas Disquisiciones en torno a la DuDa razonable...

1. A modo de introducción a fecha de hoy, manejo sobre uno


El presente trabajo constituye, y otro tópico; sin embargo, puede
en esencia, parte del Plan de Tesis más mi deseo de profundizar en el
que presenté en la Facultad de De- tema y recibir críticas constructivas
recho de la Universidad Católica y observaciones desde todo ángulo
San Pablo, de Arequipa, para de- y, por ello, las presento, además de
sarrollar la Tesis: “Más allá de toda porque las relexiones que existen en
duda razonable. Crítica a las concre- el medio nacional sobre estos temas
ciones actuales del estándar de prueba –que, valgan verdades, son pocas–
penal”, con el in de obtener el Títu- no se alejan del discurso “estándar”
lo Profesional de Abogado –que, fe- acerca de los estándares de prueba,
lizmente, obtuve en julio pasado–. en general, y del estándar de prue-
Comprende, asimismo, algunos ba penal, en particular (incluida la
aportes de los autores que abordan duda razonable), y, en cambio, las
ideas aquí planteadas pueden consi-
la temática del estándar de prueba y
derarse, de hecho, heréticas.
de la duda razonable que, a la fecha
de la presentación del aludido Plan, Antes de entrar en materia,
consulté; evidentemente, no son to- no quiero dejar de agradecer al Sr.
dos los que existen hoy por hoy. Dr. Tomás Gálvez Villegas por ha-
berme instado a publicar este texto
En resumidas cuentas, el tex-
en la Revista Ius Puniendi. Sistema
to que el lector tiene en sus manos
penal integral, de la que es Director
contiene, reunidas y resumidas,
Académico, tras revisar una versión
las “primeras relexiones” que hice
preliminar del mismo. Gestos así no
sobre la temática del estándar de
se reciben todos los días.
prueba penal y la duda razonable,
así como alguna que otra conside- 2. Doctrina sobre la duda razona-
ración de corte teórico que, tiempo ble
después, en la Tesis, tuve que re-
2.1. Estado actual de la cuestión:
plantear para mejorar –es, como se ¿duda razonable como estándar
dice, lo propio de investigar–. de prueba?
Desde luego, esto ya es mo- Miranda Estrampes (2012, pp.
tivo bastante para disculparme 53 y ss.) señala que con la implemen-
por presentar, así, estas “primeras tación del Código Procesal Penal de
relexiones” a la comunidad jurí- 2004, nuestro país adoptó el “están-
dica peruana y no la hipótesis que, dar de prueba” del convencimiento

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más allá de duda razonable en cuanto expone la literatura actual que se


presupuesto habilitante para fundar ocupa de la duda razonable en tanto
una decisión de condena. estándar de prueba penal.
Como es sabido, la institución Tras un extenso estudio ju-
in comento proviene de la tradición risprudencial acerca de qué cabría
jurídica de Common Law (Tarrufo, entender por duda razonable en
2012, p. 280). el Common Law, Laudan (2011,
pp. 55-86) concluyó que, efectiva-
Que, en tal contexto, la duda
mente, dicho concepto, por vago y
razonable sea el “parámetro” o “ba-
subjetivo, además de incontrolable,
remo” a emplear para decidir los
es también indeinible y, por con-
hechos de la causa, es decir, que
siguiente, no puede alzarse como
constituya un estándar de prueba,
estándar probatorio de ningún tipo.
no es algo ajeno a nuestra Doctrina; De hecho, Taruffo también lo con-
además, que no se trate de cualquier sidera así cuando escribe que:
tipo de duda, pues cabría descartar
[E]l signiicado exacto de este cri-
–de inicio– tanto a la duda imagi- terio es incierto: por un lado, no es
naria como a la meramente posible, posible saber cómo lo aplican efec-
también es algo de lo que se ha ocu- tivamente los jurados norteamerica-
pado, en nuestro medio, Reyna Al- nos, que no motivan sus veredictos;
por otro lado, la deinición de «duda
faro (2015, pp. 336 y ss). razonable» es todo menos clara, y los
intentos de atribuirle una cuantiica-
Aunque en el presente tra- ción no han producido resultados2.
bajo no pretendo controvertir tal
idea más que tangencialmente1, es 2.2. ¿Duda como indecisión de jui-
preciso indicar que lo anotado en cio?
el párrafo que precede es parte –re- En la tradición jurídica de Ci-
sumida, pero completa– de cuanto vil Law –de la que, guste o disguste

1 Tal empresa, de hecho, requeriría un número considerable de páginas. Hacia el inal del
texto, sin embargo, señalaré algunos puntos claves para hablar —lo más rigurosamente
posible— acerca de los estándares de prueba, en general, y del estándar de prueba penal,
en particular.
2 Ver Taruffo (2010, p. 249). Los intentos de “cuantiicación” de la duda a los que se
reiere el profesor de Pavía son los derivados de los modelos matemáticos —principal,
aunque no únicamente— bayesianos. Cfr., de modo crítico sobre estos y entre los más
recientes, Schiavo (2013, pp. 54-72); allí mismo, sobre los esquemas de Wigmore (pp.
72-88). Cfr., sobre lo mismo, Laudan (cit., pp. 65 y ss.), Nieva Fenoll (2010, pp. 129-
137) y Gascón Abellán (2002, pp. 162-172).

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a algunos, forma parte nuestro De- denunciados por Laudan se yergue


recho–, no suele hablarse de están- en la base de esta particular apro-
dares de prueba. ximación: la presencia (o ausencia)
No obstante, las veces en las de la duda subjetiva del juez vendría
que la Doctrina continental hace a ser el grado de conocimiento (o
referencia a la duda (por lo gene- convencimiento) necesario para que
ral, sin caliicativos), lo hace en el él absuelva (o, de ser el caso, con-
entendido de concebirla como un dene), es decir, sería el estándar de
estado mental del juez, como si fue- prueba.
ra un interludio para que el mismo Si lo anterior es así –como, en
alcance la certeza (a secas o moral), efecto, es–, no parece tener mucho
la íntima convicción, la convicción sentido persistir en modelos subjeti-
subjetiva u otros análogos para con- vos de aproximación a la prueba pe-
denar3. En el mejor de los casos, nal. Algo más debe tener que decir
todo esto no signiica otra cosa que la Doctrina.
exigirle al mismo un alto grado de
conocimiento o convencimiento, 2.3. La vuelta de timón: Presunción
de inocencia y algún grado to-
pero forzosamente subjetivo, para lerable de duda, ¿qué grado?
condenar.
Reyes Molina (2012, pp. 229-
Ahora bien, si se ve bien el
247), haciendo de recibo lo señala-
asunto, de lo dicho a deinir a la
do por Laudan, plantea como so-
duda (y, si se desea, a la duda ra-
lución dotar de contenido al grado
zonable) como indecisión del jui-
tolerable de duda por el Derecho
cio, como hace, por ejemplo, Sen-
para tener, de este modo, un están-
tís Melendo4, hay solo un paso, y,
dar probatorio “objetivo” que, por
por cierto, dándolo no se resuelve
ser tal –ya no “subjetivo”–, no vio-
ningún problema; por el contrario,
lentaría el derecho a la presunción de
se crea uno: toda la temática de la
inocencia del que, como siempre se
prueba penal se resuelve, en deini-
dice, goza el acusado.
tiva, según el subjetivo criterio del
juez penal sobre la resultancia de Lo anterior tendría sentido
las pruebas. En suma, el recurso a únicamente si la duda razonable
los iniscalizables criterios subjetivos fuese un estándar probatorio y si,

3 Cfr., por todos, Cafferata Nores (1998, pp. 8-9).


4 Tomo la cita de Quispe Farfán (2003, p. 44).

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concurrentemente, ella se hallase hecho le favorece al reo o no” (Ibíd.,


vinculada al derecho a la presun- p. 26).
ción de inocencia. No obstante,
Esta tesis tiene, de hecho, el
esto no parece ser del todo pacíico
mérito de contar con un compo-
en la Doctrina, ya que, como anota
nente claramente objetivo: ha de
Chiesa Aponte (2002, pp. 51 y ss.),
constatarse la presencia de pruebas
no existe tal nexo y, actualmente,
de signo contrario (de cargo y de
se reconoce que es posible imponer
descargo). Pero, ¿esto basta para
una condena con menor rigor pro-
airmar que hay –por lo menos–
batorio que el que la duda razonable
una duda razonable? ¿De qué enti-
exigiría. Dicho con otras palabras,
dad tendrían que ser las pruebas de
ésta no supondría, por tanto, una
exigencia alta (o, si se quiere, muy cargo y las de descargo? Lo único
alta) (Taruffo, p. 249) de suicien- claro, hasta aquí, es que no basta
cia de la prueba incriminatoria. que ante la incriminación «plausi-
blemente» corroborada del órgano
En todo caso, la incógnita persecutor –como precisa el citado
persiste: ¿cuál sería, pues, el grado autor (Ibíd. p. 25)– se alcen, en con-
de duda tolerable? Y, del mismo tra, pruebas de descargo para anun-
modo: ¿cómo interpretar ese grado ciar, sin más, la presencia de duda
de manera objetiva? La cuestión del (o duda razonable) y, consiguiente-
estándar de prueba penal sigue, de mente, proceder con el efecto que
hecho, en la penumbra. impone el principio in dubio pro reo
2.4. ¿Un asunto sin salida? La cons- y, así, decretar la absolución.
tatación de pruebas de cargo y
de descargo y el principio in No obstante, la aproximación
dubio pro reo en mención trae consigo también
nuevos interrogantes, a saber: ¿cuán
García Cavero (2010), desde
«plausiblemente» corroborada debe
otra arista, expone que el asunto de
ser la incriminación iscal y, del
la duda razonable en el proceso pe-
mismo modo, cuán «plausiblemen-
nal se resuelve con advertir la con-
te» conirmada tendría que estar la
currencia de pruebas de cargo y de
hipótesis defensiva?
descargo (p. 25) porque, en dicho
contexto, el “in dubio pro reo lleva Parece que, en efecto, hay que
a tener, en caso de duda, por no hacer algo más que destacar la sola
probado o por probado un hecho, presencia de actividad probatoria
dependiendo de si la prueba de este de cargo y de descargo para absolver

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por duda (o duda razonable). Tal ba «normal» puede producir en el


vez estudiar la «plausibilidad» de las «ánimo» del juzgador.
hipótesis sea una alternativa. Pero También ese año la Corte Su-
dejaré esto acá, sino nunca llegaré a prema fue tajante al prescribir que,
la Jurisprudencia, que es la que real- salvo alternativamente, los litigantes
mente quiero controvertir. no pueden proponer la insuiciencia
3. Jurisprudencia de la Corte Su- probatoria y el in dubio pro reo como
prema de Justicia de la Repú- motivos de impugnación. La expli-
blica del Perú sobre la duda cación de esto, aunque parezca una
razonable trivialidad, es algo en verdad intere-
3.1. La duda en la interacción pre- sante: en el primer caso, la prueba es
sunción de inocencia-insui- «inocua» para destruir la presunción
ciencia probatoria-in dubio pro de inocencia y, por ello, esa misma
reo prueba no puede, en el segundo
La historia de la duda razona- caso, generar duda.
ble en la Jurisprudencia de la Corte Cabe, sin embargo, hacer dos
Suprema, tan solo por hallarle un reparos –de orden general– a todo
término inicial con el cual poder esto:
emprender su estudio, la ubicaré en
el año 19995. Primero, distinguir lo que
constituiría insuiciencia probato-
Ese año nuestro Alto Tribunal ria de aquello que cabría entender
señaló que la insuiciencia probato- cubierto por el principio in dubio
ria se encuentra ligada al derecho pro reo en base a conceptos como
constitucional a la presunción de el que se reiere a la «incapacidad»
inocencia [arts. 2, num. 24, lit. e), de la prueba para desvirtuar la pre-
y 139, num. 11, de la Constitu- sunción de inocencia del acusado,
ción], y lo explicaba haciendo alu- el que, destaca la «inocuidad» de
sión a la «incapacidad» que el cau- esa prueba para dicho propósito,
dal probatorio tiene para desvirtuar y, inalmente, el que, a partir de
tal presunción. Allí mismo sostuvo, la constatación del impacto que la
también, que el in dubio pro reo se prueba «normal» puede producir en
halla asociado a la duda que la prue- el «ánimo» del juez reiere la presen-

5 Tomo las referencias jurisprudenciales del presente epígrafe 3.1. de San Martín Castro
(2014, p. 794).

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cia de una duda en él, revelan –en Además, como anota Nieva Fenoll
el fondo– una remisión clara a con- (2013), esa primigenia distinción –
ceptos supuestamente «autoeviden- de la que, ciertamente, depende la
tes», pero que, por muy supuestos segunda–, no es más que producto
que sean, no terminan de justiicar de confusión terminológica, toda
el recurso a criterios subjetivos sub- vez que con una y otra noción no
yacentes que, por ser precisamente se busca otra cosa que no sea recor-
tales, tornan iniscalizable la deci- darle al juez el deber que tiene de ser
sión (de condena o absolución –da imparcial, y nada más (p. 76).
exactamente lo mismo–) al control
racional. Así, uno podría pregun- 3.2. Duda positiva (o relexiva) y
equilibrio de razones antagó-
tarse, entre otras cosas, lo siguiente: nicas: ¿qué notas deinitorias
¿cuándo la prueba es «normal»?, y, tendrían las razones en pro y
siéndolo, ¿cuándo produciría una en contra de la responsabilidad
duda en el ánimo del juez?, ¿cuán- penal del acusado?
do, en in, la prueba sería «inocua» Más recientemente, bajo la
para (o «incapaz» de) destruir la ponencia del Juez Supremo Pariona
presunción de inocencia? ¿Es posi- Pastrana, el 13 de febrero de 2013,
ble, en última instancia, distinguir la Sala Penal Permanente de la
entre insuiciencia probatoria, in Corte Suprema dictó Ejecutoria en
dubio pro reo y –por qué no– duda el Recurso de Nulidad N.º 2595-
razonable6? 2012 Lima. En tal Resolución se
Segunda, pretender diferenciar puso de relieve que para condenar a
el derecho a la presunción de ino- una persona es preciso llegar a la cer-
cencia del principio in dubio pro reo teza sobre su responsabilidad penal
y, en base a dicha distinción, plan- y que ello no ocurre cuando se per-
tear la existencia de una separación ciben dudas al respecto. Siendo así,
tajante –a nivel conceptual– entre el Alto Tribunal señaló que la duda
insuiciencia probatoria y duda ra- positiva o relexiva, como la deno-
zonable, no parece muy acertado. mina Mixán Mass –autor citado en
De un lado, la primera distinción la decisión–, debe emerger del equi-
es algo que considera erróneo An- librio de las razones antagónicas
drés Ibáñez (2009, pp. 84 y ss.). contrapuestas en pro y en contra de

6 Arbulú Martínez, reiriéndose a lo último, contesta que no es clara la diferencia entre la


insuiciencia probatoria y la duda razonable. Cfr. Arbulú Martínez (2013, pp. 862-865).

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la responsabilidad o irresponsabili- asunto de percepción, forzosamente


dad penal del acusado7. nadie más que él– las pruebas?
También aquí cabe hacer dos 3.3. Duda razonable: ¿de verdad es
órdenes de cuestionamientos: factor de decisión?
Primero, como se señaló antes, En la Sentencia dictada en el
airmar la necesidad de contar con marco del Recurso de Nulidad N.º
la certeza (a secas) para fundar una 14-2013 Cajamarca, del 22 de oc-
decisión de condena no parece su- tubre de 2013, la Sala Penal Transi-
poner, per se, mayor “garantía” para toria, bajo la ponencia del Juez Su-
la misma; tampoco lo ha de supo- premo San Martín Castro, expresó
ner, en rigor de coherencia, para el que «la presunción de inocencia im-
dictado de una decisión absolutoria. pone la duda razonable como factor
Segundo, la presencia de ra- de decisión».
zones antagónicas contrapuestas, Al respecto, debo hacer dos re-
relativas a la responsabilidad o irres- paros breves:
ponsabilidad del acusado, pese a ser
Primero, señalar que la duda
un baremo un tanto más objetivo,
razonable es el factor de decisión im-
como el que aludía a la constatación
puesto por la presunción de inocen-
de la existencia de pruebas de signo
cia, sin decir cómo actúa en cuanto
contrario, ¿basta para airmar que,
tal, no ayuda a entender la materia
en tal caso, debe emerger –al me-
sobre la que tal factor de decisión
nos– una duda positiva o que ésta
proyectaría sus efectos y cómo lo
sea relexiva? Si el carácter relexivo
haría. En tal comprensión, en sí
de ésta es, como se señala, fruto de
misma considerada, la duda razona-
la constatación de un equilibrio de
ble no resulta particularmente útil.
razones, ¿qué notas deinitorias ten-
drían que tener las razones en pro y Segundo, aunque no se sepa
en contra de la responsabilidad del con exactitud la data de su proce-
acusado? ¿Se trata de un asunto que, dencia, que correspondería, quizá,
como se dice en la Sentencia objeto a ines de noviembre de 2013 o
de análisis, en verdad se halla sujeto inicios de 2014, lo cierto es que,
a cómo perciba el juez –y, por ser un con criterio muy distinto –de he-

7 De idéntico tenor y bajo la misma ponencia es la Ejecutoria Suprema proferida por la


misma Sala Penal en el Recurso de Nulidad N.º 4011-2011 Lima, del 13 de marzo de
2013.

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cho, diametralmente opuesto– al 897-2014 Lima y N.º 941-2014


anterior, los Jueces Supremos San Callao, de los días 9 de octubre y
Martín Castro y Rodríguez Tineo 14 de noviembre de 2014, la Sala
emitieron el Voto en Discordia en Penal Permanente, de la que una
la causa tramitada merced a la in- y otra decisión provienen, expuso,
terposición del Recurso de Nulidad resumidamente y bajo la ponencia
N.º 2966-2012 Lima. En él (que, de los Jueces Supremos Morales Pa-
al inal, hizo mayoría y generó Re- rraguez y Cevallos Vegas, respecti-
solución) se expresó –entre otros vamente, dos aspectos nucleares en
aspectos muy interesantes– que si torno a la duda razonable: por un
bien sobre la acusación pesa la carga lado, que ésta imposibilita airmar
de la prueba más allá de duda ra- que se haya desvirtuado la presun-
zonable, actualmente no existe un ción de inocencia y, por ello, obliga
criterio de razonabilidad de la duda, a absolver al imputado en virtud del
fundamentalmente en razón a su principio in dubio pro reo; por otro,
vaguedad extrema. Tan solo por que la resultancia de la insuiciencia
ello, no cabe insistir en que la duda probatoria hace lugar a la subsisten-
razonable sea factor de decisión de cia de la duda razonable.
absolutamente nada8. Además de lo señalado supra
3.4. De nuevo, la duda en la inte- en el epígrafe 2.3. acerca de la fal-
racción presunción de inocen- ta de nexo entre la presunción de
cia-insuiciencia probatoria-in inocencia y la duda razonable, y a
dubio pro reo
diferencia de lo dicho en el epígra-
Tiempo después, en las Eje- fe 3.1., respecto a la distinción que,
cutorias Supremas pronunciadas se dice, habría entre insuiciencia
como consecuencia del trámite probatoria e in dubio pro reo, aquí
de los Recursos de Nulidad N.º se parte de señalar que el último

8 Allí mismo hay otra indicación importante en lo relacionado al estándar de prueba en


materia penal. Ésta destaca la necesidad de asumir la postura de Ferrer Beltrán, que aquí
no puedo más que enunciar y dejar para otra ocasión la crítica respectiva. Para el autor
en mención: correspondería al juez determinar si la hipótesis incriminatoria explica e
integra coherentemente los datos del caso y permite conirmar predicciones que puedan
emerger de esos mismos datos, y, dilucidar si tal hipótesis es capaz de rebatir las demás
hipótesis –explicativas de los mismos datos– compatibles con la inocencia del acusado
(hipótesis plausibles), exceptuando de dicho análisis a las meras hipótesis ad-hoc (v.gr.:
complot), por no ser susceptibles de demostración empírica. Cfr. Ferrer Beltrán, (2007,
p. 147).

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es consecuencia de la primera, es De hecho, ellas ni siquiera


decir, lo contrario. Sobre ello, sin son capaces de salir de la vertiente
embargo, es de referir que hacer subjetivista en la que, consciente o
depender a la duda razonable de la inconscientemente, se incardinan,
insuiciencia probatoria para aplicar y, por ello, no ofrecen mayores pis-
el in dubio pro reo y, en consecuen- tas para decir qué exige el estándar
cia, absolver airmando la presencia de prueba en materia penal, o, al
de una duda, es erróneo y notoria- menos, qué nivel de exigencia pro-
mente injusto, pues, en tal caso, ello batoria denota –si alguien todavía
equivaldría a considerar probada la considera que denota algo– la duda
incriminación iscal, pero con va-
razonable.
cíos, como si se intentara decir que
se absuelve al acusado porque el de- Alguien podría pensar que,
lito se probó a medias9. cambiando el punto de partida por
uno de cariz racionalista –ya no per-
4. Para hablar de estándares de
prueba, en general, y del están- suasivista o subjetivista–, tal empre-
dar de prueba penal, en parti- sa podría tener éxito. Las cosas, sin
cular. A modo de conclusión y embargo, no son tan fáciles como
a propósito de lo que seguiría
parecen. Deliberadamente, de he-
Aunque aquí no me he referi- cho, omití aquí realizar algún ensa-
do a la temática amplia y general de yo de construcción argumentativa
los estándares de prueba, sino solo en tal sentido.
al estándar que, según se dice, rige
en el proceso penal (la duda razo- Considero que, antes de llevar
nable), creo conveniente destacar a cabo tal empresa constructiva, es
que ninguna de las aproximaciones preciso focalizar todo el esfuerzo
doctrinales y jurisprudenciales exa- posible en diseñar o esquematizar
minadas en los apartados y epígra- un modelo de justiicación de la de-
fes anteriores permite destacar qué cisión sobre los hechos (y, por ende,
es necesario –y qué no lo es– para sobre la prueba) en la Sentencia pe-
declarar probado un hecho en el nal. Sería, una vez hecho, algo así
proceso penal. como el piso sobre el cual construir
Ninguna de ellas, como se vio, el ediicio de los estándares de prue-
resuelve el asunto de la suiciencia de ba, en general, y del estándar de
la prueba. prueba penal, en particular, supo-

9 Cfr. Nieva Fenoll (2013, p. 74).

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Sistema Penal Integral
revista ius PunienDi Derecho Procesal Penal

niendo que deban tener algún lugar – Arbulú Martínez, V. J. (2013).


en la teoría de la decisión judicial. Derecho Procesal Penal, t. I,
Independientemente de que Lima: Ediciones Legales.
tales estándares deban tener algún – Cafferata Nores, J. I. (1998).
sitial en la construcción de la deci- La prueba en el proceso penal.
sión sobre la prueba y los hechos, en 3ª ed. Buenos Aires: Depalma,
ese “piso común” podrían entrar a
– Chiesa Aponte, E. L. (2002).
tallar –en un lugar especíico, por
Derecho procesal penal de Puer-
cierto– tópicos tales como la racio-
to Rico y Estados Unidos, vol.
nalidad y la razonabilidad de la de-
II, 1ª ed., 1ª reimp. Bogotá:
cisión, así como su legitimidad.
Forum.
Sea como fuere, el norte de
– Ferrer Beltrán, J. (2007). La
dicha empresa –que, actualmen-
valoración racional de la prue-
te, me hallo editando–, no es otro
ba, Madrid: Marcial Pons.
que conseguir decisiones judicia-
les diáfanas, ya de condena, ya de – García Cavero, P. (2010). La
absolución, decisiones en las que prueba por indicios en el proceso
la duda ya no ofenda al acusado y penal, Lima: Reforma.
donde uno –cualquiera–, situado – Gascón Abellán, M. (2002).
desde una perspectiva externa, pue- Los hechos en el derecho. Bases
da exigir un control de racionalidad,
argumentales de la prueba. 2ª
sin necesidad de remitir a criterios
ed. Madrid: Marcial Pons.
subjetivos como el que, en algunas
jurisdicciones, supone el principio – Laudan, L. (2011). Por qué
(procedimental) de inmediación. un estándar de prueba subjetivo
y ambiguo no es un estándar.
Pero ésta es historia de otro
(Trad. R. Calvo Soler), en:
cuento que, Dios mediante, espero
Laudan, Larry, El estándar de
pronto tener la fortuna de compar-
prueba y las garantías en el pro-
tir.
ceso penal, Buenos Aires: Ham-
5. Referencias bibliográicas murabi.
– Andrés Ibáñez, P. (2009). – Miranda Estrampes, M.
Prueba y convicción judicial en (2012). La prueba en el proce-
el proceso penal, Buenos Aires: so penal acusatorio. Relexiones
Hammurabi. adaptadas al Código Procesal

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