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5 ejercicios poderosos para sanar a tu niño interior

El trabajo con tu niño interior es una herramienta poderosa para sanar trauma, patrones
de pensamiento negativo y conductas que a la larga generan una situación negativa
para ti. El niño interior no es un niño literal, es un “pequeño tú” metafórico. La parte de
tu psique que todavía es infantil, inocente y llena de asombro, todas esas características
con las cuáles venimos al mundo de manera innata.

El psicólogo Carl Jung fue el primero en utilizar el término “Niño Divino”, que identifica
esa parte de nuestra psique que representa esa naturaleza creativa en todos nosotros.
Asimismo, la terapeuta de arte Lucia Capacchione inició el movimiento hacia la
“reconstrucción” de nuestro niño interior en la década de 1970 y estableció ejercicios
muy poderosos pero muy sencillos para conectar con esta parte creativa (los cuales
son parte de mi curso para Sanar a tu niño Interior).

Conectar con tu niño interior


¿Qué es el niño interior?
Como te comentaba el niño interior es parte de tu psique, contiene todas tus
necesidades insatisfechas y emociones infantiles reprimidas, así como nuestra
inocencia infantil, entusiasmo natural y creatividad, que están guardados dentro de
nosotros mismos.
Las emociones reprimidas se refieren a todas las cosas que de niño te enseñaron a no
sentir o las emociones que socialmente se enseña a reprimir, como el no llorar, no
enojarse, etc.
Lo cierto es que es casi inevitable que esto sucede cuando los padres, la educación y
la sociedad imponen reglas y estándares que reprimen el sentir de las emociones,
cuando nuestra sociedad está más enfocada al aspecto intelectual y racional que sin
querer nos van haciendo reprimir y desconectarnos de este aspecto emocional y
creativo tan importante para nuestro equilibrio como seres humanos.
Lo importante de este punto es que estas emociones no desaparecen, los traumas
sufridos en la infancia no se esfuman, al contrario, permanecen reprimidos en tu
subconsciente, el cual los hace surgir en situaciones inesperadas y ser reflejan en
nuestro comportamiento habitual, la forman en la que nos vemos a nosotros mismos y
la forma en la que nos relacionamos con los demás.
El trabajo con el niño interior es un componente vital del viaje del despertar espiritual
porque nos reconecta con un elemento herido de nosotros mismos. Cuando volvemos
a conectar con esta parte fragmentada de nosotros mismos, podemos comenzar a
descubrir la raíz de muchos de nuestros miedos, fobias, inseguridades y patrones de
autosabotaje. ¡Aquí es donde ocurre la verdadera sanación y liberación!

¿Cómo reconocer si tienes a un niño interior herido?


¿Cómo sabes si tu trauma pasado te está afectando profundamente en este
momento? ¿Está conectado con tu niño interior?
Estos son algunos signos que muestran que puedes beneficiarte del trabajo con el niño
interior:

• Sientes que algo anda mal contigo, en lo más profundo de ti.


• Experimentas ansiedad cuando sales de su zona de confort.
• Sientes la necesidad de complacer a la gente.
• Te cuesta trabajo establecer límites personales.
• No tienes un fuerte sentido de identidad.
• Te gusta deliberadamente estar en conflicto con las personas que te rodean.
• Te apegas fácilmente a las cosas, emociones, personas, y te cuesta dejarlas ir.
• Te sientes inadecuado como hombre o como mujer.
• Te críticas a ti mismo y te es fácil que juzgues a las demás personas.
• Eres implacable contigo mismo, rígido y perfeccionista.
• Te cuesta trabajo comprometerte y confiar.
• Tienes problemas profundos de abandono y te aferrarías a las relaciones, incluso
cuando son tóxicas.
Como puedes ver hay muchas más señales de que tu niño interior puede estar herido.
A decir verdad, todos nosotros, no importa cuán pequeños o insignificantes sean,
tenemos traumas de nuestro pasado que debemos reconocer y sanar.

Conectar con tu niño interior


¿Qué es el trabajo con el niño interior?
El trabajo del niño interior es el proceso de contactar, comprender, abrazar y sanar a tu
niño interior.
Tu niño interior representa tu primer yo original que entró en este mundo; él/ella
contiene tu capacidad para experimentar asombro, alegría, inocencia, sensibilidad y
alegría.
Desafortunadamente, vivimos en una sociedad que nos obliga a reprimir a nuestro niño
interior y “crecer”. Pero la verdad es que, si bien la mayoría de los adultos “crecen”
físicamente, no desarrollamos una inteligencia emocional que nos permita tener un
bienestar general en nuestras vidas. En otras palabras, la mayoría de los adultos
tenemos reacciones y comportamientos que sólo reflejan el poco desarrollo emocional
que tuvimos desde niños.
Esta reconexión te permite acceder a las partes fragmentadas de ti mismo para que
puedas descubrir la raíz de tus fobias, miedos, inseguridades e inclinaciones de
autosabotaje.
En lugar de simplemente encontrar y observar los síntomas de su dolor, la sanación del
niño interior te ayudará a ir directamente al núcleo y revelar cuándo comenzaron sus
problemas y tratarlo de manera efectiva.

Conectar con tu niño interior


5 ejercicios poderosos para sanar a tu niño interior
En lo profundo de nosotros residen los recuerdos de las experiencias que tuvimos de
niños. Estos recuerdos continúan viviendo e interactuando con el presente.
Nuestro niño interior es la fuente de nuestra vitalidad y creatividad, y desarrollar una
relación con nuestro niño interior ayuda a sanar esos problemas emocionales que
resultan de no honrar esta parte de nosotros mismos en nuestra vida adulta.

Aquí hay 5 formas de conectarte inmediatamente con tu niño interior.

1. Reconoce a tu niña interior y hazle saber que estás ahí para ella.
Reconoce a tu niño interior, comienza a hablarle y a tratarla con amabilidad y respeto.
Algunas cosas que le puedes comenzar a decir son:
• Te quiero.
• Estoy aquí para ti.
• Lo siento.
• Gracias.
• Perdóname por abandonarte o no reconocerte.
Algo que te puede ayudar a reconectar más fácilmente con tu niño interior, puede ser
el ver fotos tuyas cuando eras niño y así recordar esa presencia de esa parte tan
importante de ti mismo.
Adquiere el hábito de hablar con tu niño interior. También puedes comunicarte con él o
ella a través de un diario en donde le puedas escribir o escribiéndole una carta en donde
le pidas perdón o donde le digas que quieres tener una relación más cercana con él o
ella.

2. Trabajo con el espejo


La técnica de mirarse en el espejo es una forma simple pero poderosa de reconectarse
con tu niño interior, de hecho, esta es una de las prácticas que yo recomiendo
enormemente en el Reto de la Transformación para mejorar la autoestima, pues es una
técnica muy sencilla pero sumamente poderosa. Este es un excelente camino de
curación para tomar junto con el punto anterior (o hablar con su niño interior), ya que te
permite abrir tu corazón de una manera extremadamente directa.
Para probar esta práctica, asegúrate de tener algo de privacidad. Necesitas un estado
mental bastante neutral (es decir, no intentes esto cuando estés deprimido o estresado),
yo recomiendo lo hagas cuando te levantas y lo incluyas como parte de tu rutina
matutina.
Encuentra un espejo, coloca una mano suave sobre tu corazón y mírate con dulzura.
Haz esto durante al menos cinco minutos.
Notarás que los pensamientos e incluso las emociones inesperadas salen a la
superficie al principio. Déjalos pasar. No te apegues a ellos. Velos como nubes en el
cielo. Y recuerda, está bien cualquier emoción que sientas, sobre todo al inicio de tu
práctica, especialmente si surgen sentimientos de dolor. Luego, una vez que te sientas
listo, llama a tu niño interior. Puede hacer esto hablando en voz alta o mentalmente
Una vez que sientas que la presencia de tu niño interior emerge en tus ojos, di algo
amable y cariñoso a esta parte vulnerable de ti. Por ejemplo, podrías decir “Te veo”,
“Estoy muy orgulloso de ti”, “Creo que eres valiente y fuerte” o lo que sea que te atraiga.
Observa qué sentimientos surgen dentro de ti mismo. Básicamente, aprovecha esto
como una oportunidad clave para practicar el amor propio y la compasión,
especialmente si surgen sentimientos difíciles o intensos.
Para terminar esta práctica, date un abrazo y deja que tu niño interior sepa cualquier
otra cosa en tu corazón y mente. Escribe en un diario tu experiencia.

3. Haz una actividad que te permita sentirte como un niño nuevamente


Siéntate y piensa en lo que amabas hacer cuando eras niño. Quizás te gustaba trepar
a los árboles, jugar con bloques de juguete, abrazar osos de juguete o comer algún
alimento en específico. Tómate el tiempo para incluir cualquier actividad que te gustaba
hacer de niño en tu vida actual.
A través del trabajo del niño interior, es posible que puedas conectar con aspectos que
eran naturales para ti, pero que de alguna forma reprimiste. Te darás cuenta que hay
virtudes y cualidades que puedes traer a tu vida actual como adulto.
Esta conexión puede realmente cambiar tu vida, pues te verás de otra forma, podrás
sacar a la luz todas esas cualidades que tal vez ni sabías que tenías.
Es importante que conviertas en un hábito este “tiempo de juego” y explores cualquier
vergüenza o sentimiento de incomodidad que sientas al respecto. Es completamente
normal sentirse un poco tonto al principio, pero es importante mantener la mente abierta
y desarrollar una mentalidad de curiosidad.

4. Presta atención a tus sentimientos y emociones


Estamos muy acostumbrados a evitar o ignorar a nuestras emociones. Muchas veces
porque así nos educaron o porque nos cuesta trabajo identificarlas, pero un proceso
sumamente importante para sanar y desarrollar una inteligencia emocional involucra la
identificación de nuestras emociones.
Tu niño interior es sensible y vulnerable. Es importante prestar atención a los miedos e
inseguridades de tu niño interior, así como a las alegrías y sentimientos de asombro
que a menudo surgen cuando te conectas con tu niño interior. A lo largo del día, consulta
y presta atención al cómo te sientes.
Desarrolla un hábito de preguntarte constantemente “¿Cómo me siento ahora?” y
posteriormente puedes continuar con la pregunta “¿Por qué me siento así? y ¿qué
puedo hacer para sentirme mejor?”

5. Utiliza la meditación o visualización para conectar con tu niño interior.


Una de las formas más sencillas para conectar con tu niño interior es la de meditar y/o
visualizar.
En este momento, la meditación ha sido muy investigada en los campos de la
neurociencia y la psicología. Incluso hay estudios que sugieren que la meditación de
atención plena cambia la actividad cerebral en áreas relacionadas con las emociones.
Por eso, no es sorprendente que muchos terapeutas y psicólogos utilicen el viaje de
meditación para la sanación del niño interior.
Si eres un principiante en la meditación, puede ser difícil para ti sentarte con tus
pensamientos o vaciar tu mente de distracciones. Aquí te sugiero comiences primero a
desarrollar un hábito de meditación que te ayude a sentirte más confortable en este
estado.
La meditación requiere mucha práctica. Requiere que seas honesto pero amable
contigo mismo, tus pensamientos y tus emociones. El proceso de “presenciar sus
pensamientos” puede ser una técnica particularmente difícil, si no estás acostumbrado
a ello.
Sin embargo, puede comenzar haciendo el enfoque más fácil y común de la meditación:
enfocándose en la respiración.
Si ya tienes experiencia en meditación, entonces puedes utilizar la meditación para
ayudar a conectar con tu niño interior y saber qué momentos son necesarios sanar.

Un ejemplo de esto lo puedes hacer siguiendo los pasos a continuación:


• Relájate, cierra los ojos y respira profundamente.
• Imagina que estás bajando una escalera.
• Al pie de la escalera hay un lugar mágico en donde puedes hacer los cambios
que deseas, un lugar seguro en donde puedes ser tú mismo.
• Pasa un poco de tiempo en tu lugar mágico. Sumérgete en él. ¿Cómo se ve,
cómo huele y cómo suena?
• Una vez que te hayas familiarizado con tu lugar mágico, imagina que tu yo más
joven ha entrado, tal vez a través de una puerta o una cascada.
• Abraza a tu yo más joven y haz que se sienta como en casa.
• Cuando estés listo, pregúntale a tu niño interior, por ejemplo, “¿Cuándo fue la
primera vez que me sentí triste o asustado?” Es posible que desees formular la
pregunta en terminología infantil.
• Espera la respuesta.
• Asegúrate de abrazarlo, agradecerle y decirle lo mucho que significa para ti.
• Dile adiós.
• Deja tu lugar mágico y sube las escaleras.
• Vuelva a la conciencia normal.
Espero esto te ayude a conectarte con tu niño interior.

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