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- Introducción a los problemas de la adolescencia. G.

Pearson

Muchas veces los estudios publicados se refieren al adolescente mismo, enfocándolo desde
el ángulo del porqué de su conducta, o desde el de las dificultades que su comportamiento
provoca en el adulto. Es solo hace muy poco que se estudio la conducta del adulto hacia el
adolescente.

Los hechos y las actitudes de los adolescentes no son bien conocidas y fácilmente
percibidas por todos los adultos. Es también extraño como los adultos no parecen
comprender en absoluto los fenómenos que son propios de la adolescencia y que, se sientan
intrigados por ellos.

Nuestros recuerdos conscientes empiezan a los 6 o 7 años. Entonces ¿Por qué parece existir
una brecha tan grande entre el adulto y el adolescente; porque entonces el adulto se siente
tan perplejo e intrigado ante los fenómenos de la adolescencia?

La falta de comprensión y el fastidio repudio hacia la conducta adolescente se hace presente


no solo en los adultos maduros, sino también en adultos de 20 y 30 años. La presencia de
esa sensación de fastidio y rechazo indica que se ha producido la represión; y si esta obra,
se producirán amnesias respecto a muchos recuerdos de su periodo de adolescencia. Capaz
esta amnesia no se haga muy presente en relación con los contenidos referentes a los
recuerdos; como con los sentimientos y pensamientos íntimos conscientes que formen parte
del recuerdo. El adulto repudia habitualmente este periodo de su vida, resultando de ello la
imposibilidad de comprender al adolescente y simpatizar con él.

Si el adulto sufre de amnesia respecto a su adolescencia, reacciona con disgusto y fastidio


sobre la conducta, no hace otra cosa que defenderse contra los recuerdos detallados de su
propia adolescencia. Este sentimiento defensivo produce en el un conjunto de actitudes
inconscientes hacia el adolescente.

La amnesia que se produce en el adulto, en cuanto a los recuerdos de la adolescencia y sus


esfuerzos para reforzar esta represión mediante sentimientos opuestos de ridículo y disgusto
por el comportamiento del adolescente proporcionan la respuesta a la pregunta. Por causa
de la amnesia, la comprensión que tiene el adulto (maduro o joven) de los fenómenos de la
adolescencia es la misma que tiene de los fenómenos de la infancia anterior a la latencia;
sencillamente no existe.
La resistencia inconsciente al crecimiento de los padres a sus hijos es de carácter universal.
Es evidente que las influencias culturales juegan su papel en los conflictos intrapsíquicos;
pero los conflictos intrapsíquicos que descubrió Freud son universales, sea cual sea el grado
de civilización alcanzado por una cultura. Las actitudes conscientes e inconscientes del
individuo adulto hacia el adolescente se solidifican dentro del grupo en forma de
costumbres y procedimientos legales referidos al adolescente “Esto se hace por el bien del
adolescente, para su propia protección”

- Problemas del adolescente.

Se enfatizarán los postulados psicoanalistas de ciertos conceptos operativos sobre la psique,


como la teoría de la estructura de la mente y la teoría de las etapas del desarrollo de la
libido. El punto central de la adolescencia se encuentra en el establecimiento maduratorio
orgánico de la pubertad. La pubertad, sin embargo, marca el punto final en los cambios
orgánicos que se venían produciendo desde que los impulsos instintivos han comenzado a
ser reactivados al final de la latencia, lo que ocurre generalmente alrededor de los diez años
y medio. Investigaciones psicoanalistas descubrieron que existen dos etapas en el periodo
que corre entre los 10 y medio hasta la pubertad. Periodo pre-pubertario y periodo
pubertario. Cuando la pubertad queda establecida, pero se siguen produciendo ciertos
reajustes emocionales e intrapsíquicos que se tienen que llevar a cabo; al periodo donde
ocurre se le denomina pospubertario.

Los fenómenos de crecimiento y maduración se hacen mas evidentes al observador durante


la adolescencia que en cualquier etapa de la vida (a excepción del prelatente) pero lo mas
importante es el hecho de que el ser humano advierte en mayor grado su propio crecimiento
y desarrollo durante la adolescencia que en cualquier otro momento de su vida. Es esta
observación en combinación con los procesos de crecimiento y maduración lo que produce
muchos sentimientos conscientes e inconscientes y reacciones emocionales en el
adolescente.

Durante el periodo latente el niño desarrollara defensas adecuadas contra la expresión


directa de sus impulsos instintivos. Este equilibrio se ve alterado en el transcurso de muy
pocos años por el recrudecimiento de un nivel mucho mas elevado de la energía de sus
impulsos instintivos. El adolescente percibe este aumento de estos impulsos en forma de
sentimientos inconscientes, deseos y necesidades; y tiene así que desarrollar nuevos
métodos de expresión y nuevas defensas contra las presiones ejercidas en favor de una
expresión directa
El conflicto entre las generaciones tiene lugar durante el transcurso de la mayor parte de la
vida humana. La hostilidad se presenta en forma muy nítida en la generación más joven
durante la adolescencia, y también se hace presente en ese momento en la generación
mayor, es decir, durante la vida del adulto joven la hostilidad se pone en mayor manifiesta
en la generación mayor. Este conflicto de generación no se pone de manifiesta cuando el
niño se encuentra en el periodo prelatente, aun cuan es allí donde nacen las raíces de todos
los conflictos.

Jones describió la fantasía de la reversión de las generaciones, la cual es responsable, en


gran medida de la hostilidad que se produce entre las generaciones durante la adolescencia.
El niño en el Edipo se dice a si mismo: “esperemos; cuando yo sea grande el será pequeño
y entonces me las va a pagar por la forma que me trata ahora” al finalizar la situación
edípica esta fantasía queda reprimida dentro del inconsciente; pero lista para “despertar”
cuando se inyecte en ella suficiente cantidad de energía por la presencia de frustraciones de
carácter interno o externo.

Al llegar a la edad mediana el adulto siente que pierde juventud. Nota que su hijo
adolescente se está convirtiendo rápidamente en un vigoroso adulto joven. Compara sus
menguantes oportunidades de triunfo y sus capacidades ahora casi estáticas con el
floreciente desarrollo de su hijo, e inconscientemente siente envidia. En su inconsciente su
hijo parece ser ahora una replica del que fue su propio padre. Entonces trata de poner a su
hijo en su lugar de la forma que quiso hacerlo con sus padres. El adolescente entonces tiene
que lugar contra esas actitudes y acciones de los padres y de otros adultos, que se producen
en forma inconsciente.

El adulto debería de inmiscuirse en la vida del adolescente y muy particularmente en su


vida psíquica lo menos que sea posible. El adolescente siente una gran necesidad de
defenderse contra cualquier reavivamiento de los sentimientos edípicos reprimidos, porque
hay en su vida verdaderas restricciones culturales y fisiológicas; el adulto no necesita estas
defensas, ya que cuenta con mayor libertad para gratificar sus deseos y necesidades.
Comprende al adulto de una forma mas realista y mucho mejor de lo que el adulto lo
comprende a él. Esta falta de comprensión por parte del adulto es un factor importante del
conflicto de las generaciones en la adolescencia.

La adolescencia reaviva el conflicto que provocan sus impulsos instintivos; pero se espera
que le adolescente al mismo tiempo que tiene que lidiar con sus conflictos intrapsíquicos,
adquiera capacidades que son cada vez mas complicadas.

Como parte del problema tenemos que durante este periodo la organización social, tiende a
considerar al estudiante -cronológicamente un adolescente avanzado y adulto joven- como
si siguiera siendo un niño.
Es necesario que el individuo sepa con exactitud cuales son los limites de su propio ego y
reconozca que existe una clara línea de demarcación entre él y las demás personas. Tiene
que reconocerse a si mismo como individuo; no como miembro de un grupo o de su
familia, sino como él. Él mismo. Tiene que adquirir un sentido de identidad personal.

Se concluye entonces que los fenómenos de la adolescencia son el resultado de la forma en


que el ego tiene que desarrollarse para poder realizar los nuevos esfuerzos a que lo obligan
los procesos de crecimiento y maduración.

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