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Articulo 3
Articulo 3
Pearson
Muchas veces los estudios publicados se refieren al adolescente mismo, enfocándolo desde
el ángulo del porqué de su conducta, o desde el de las dificultades que su comportamiento
provoca en el adulto. Es solo hace muy poco que se estudio la conducta del adulto hacia el
adolescente.
Los hechos y las actitudes de los adolescentes no son bien conocidas y fácilmente
percibidas por todos los adultos. Es también extraño como los adultos no parecen
comprender en absoluto los fenómenos que son propios de la adolescencia y que, se sientan
intrigados por ellos.
Nuestros recuerdos conscientes empiezan a los 6 o 7 años. Entonces ¿Por qué parece existir
una brecha tan grande entre el adulto y el adolescente; porque entonces el adulto se siente
tan perplejo e intrigado ante los fenómenos de la adolescencia?
Al llegar a la edad mediana el adulto siente que pierde juventud. Nota que su hijo
adolescente se está convirtiendo rápidamente en un vigoroso adulto joven. Compara sus
menguantes oportunidades de triunfo y sus capacidades ahora casi estáticas con el
floreciente desarrollo de su hijo, e inconscientemente siente envidia. En su inconsciente su
hijo parece ser ahora una replica del que fue su propio padre. Entonces trata de poner a su
hijo en su lugar de la forma que quiso hacerlo con sus padres. El adolescente entonces tiene
que lugar contra esas actitudes y acciones de los padres y de otros adultos, que se producen
en forma inconsciente.
La adolescencia reaviva el conflicto que provocan sus impulsos instintivos; pero se espera
que le adolescente al mismo tiempo que tiene que lidiar con sus conflictos intrapsíquicos,
adquiera capacidades que son cada vez mas complicadas.
Como parte del problema tenemos que durante este periodo la organización social, tiende a
considerar al estudiante -cronológicamente un adolescente avanzado y adulto joven- como
si siguiera siendo un niño.
Es necesario que el individuo sepa con exactitud cuales son los limites de su propio ego y
reconozca que existe una clara línea de demarcación entre él y las demás personas. Tiene
que reconocerse a si mismo como individuo; no como miembro de un grupo o de su
familia, sino como él. Él mismo. Tiene que adquirir un sentido de identidad personal.