La curva de capacidad, también conocida como curva de rendimiento, es una
herramienta utilizada en el ámbito de la gestión de la calidad y la mejora de procesos. Se utiliza para evaluar y visualizar la capacidad de un proceso para producir resultados dentro de los límites especificados.
En el contexto de la calidad y la mejora de procesos, la capacidad se refiere a la
habilidad del proceso para producir resultados consistentes y dentro de las especificaciones establecidas. La curva de capacidad permite a los equipos de calidad y gestión visualizar qué tan bien un proceso está cumpliendo con las especificaciones del cliente o los estándares internos.
La curva de capacidad se crea comparando la distribución de los resultados del
proceso con los límites de especificación. Generalmente, se representa mediante un histograma que muestra la distribución de los resultados del proceso, junto con líneas que representan los límites de especificación superior e inferior. Esta representación permite identificar si el proceso está produciendo resultados dentro de los límites establecidos y qué tan cerca está de los límites.
Hay varios índices de capacidad que se utilizan para cuantificar la capacidad de
un proceso, como el índice de capacidad del proceso (Cp), el índice de capacidad del proceso corregido (Cpk) y otros. Estos índices proporcionan una medida numérica de la capacidad del proceso para producir resultados dentro de los límites de especificación.
En resumen, la curva de capacidad es una herramienta importante en la gestión
de la calidad y la mejora de procesos, ya que proporciona una manera de evaluar y visualizar la capacidad de un proceso para producir resultados dentro de los límites especificados, lo que permite identificar oportunidades de mejora y tomar decisiones informadas para optimizar el rendimiento del proceso.
CP y CPK Son Medidas de Capacidad de Proceso Utilizadas en El Ámbito de La Gestión de Calidad para Evaluar La Capacidad de Un Proceso para Cumplir Con Las Especificaciones Del Cliente