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de fuerza
Integrantes:
Israel Bravo
Matías Quiñones
Luis Segura
Preguntas.
1. Las principales hormonas que generan un estado anabólico son el factor de crecimiento
insulínico tipo 1 (IGF-1), la hormona del crecimiento (GH), la testosterona y la insulina.
La IGF-1 es un péptido homologo que, como su nombre lo indica, tiene una similitud
estructural con la insulina. El IGF-1 lleva a cabo señalizaciones intracelulares con efectos
anabólicos y anti catabólicos sobre el musculo, por tanto, fomenta un mayor crecimiento
tisular (Sandri, 2008), En humanos se han identificado 3 isoformas: IGF-1 Ea, IGF-1 Eb e
IGF-1 Ec. Este último (IGF-1 Ec) es una variante específica para el tejido muscular y se
expresa en respuesta a una carga mecánica, desarrolla su acción de modo
autocrina/paracrina. Debido a lo anterior se ha denominado factor de crecimiento mecano
(MGF) (Goldspink, 2005).
La hormona del crecimiento es una superfamilia de hormonas polipeptídicas liberadas por
el lóbulo anterior de la glándula pituitaria. Esta hormona se segrega de forma pulsátil y,
fuera del ejercicio, su emisión más elevada tiene lugar durante el sueño. La GH tiene
propiedades tanto anabólicas como catabólicas. De un lado estimula la lipolisis
(degradación de los lípidos) y por otro promueve la captación celular de aminoácidos y su
incorporación a diversas proteínas.
La testosterona es una hormona esteroidea derivada del colesterol, sintetizada en las
células de Leydig de los testículos mediante el eje hipotálamo-hipófisis-gonadal, también
se sintetizan pequeñas cantidades en las glándulas suprarrenales y en los ovarios. El
hombre tiene una cantidad de testosterona circulante aproximadamente 10 veces superior
a la de la mujer, y se piensa que esta discrepancia entre géneros es en gran parte la
responsable de la mayor musculación que presentan los varones pospubescentes.
La insulina es una hormona peptídica secretada por las células beta del páncreas. En las
personas sanas, la insulina regula el metabolismo de la glucosa facilitando el
almacenamiento del glucógeno en el musculo y en el tejido hepático. La insulina está
implicada en el anabolismo muscular, estimulando tanto las fases de iniciación como de
elongación de la traducción proteica. La insulina también ejerce efectos anabólicos a través
de la activación de la mTOR (mammalian target of rapamicyne).
3. La GH tiene una estrecha relación con IGF-1, la GH llega al hígado, donde se estimulan las
células hepáticas para producir el factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1). Esta
hormona se produce en la liberación de sangre como respuesta en la estimulación de GH.
Cuando los niveles de IGF-1 son altos, envían señales al hipotálamo y a la glándula
pituitaria para reducir la producción de GH. Como podemos observar la hormona GH
estimula directamente la producción de IGF-1 en el hígado, y esta misma hormona antes
mencionada actúa periféricamente para intervenir muchos de los efectos anabólicos de la
GH. La relación que tienen estas 2 hormonas mencionadas es esencial para la regulación
del crecimiento, crecimiento muscular y las adaptaciones que se tienen al ejercicio
(Velloso, 2008).
La GH y el IGF-1 desempeñan papeles anabólicos, estimulan el crecimiento muscular y la
síntesis de proteína. En la recuperación post ejercicios, se produce una liberación de estas
hormonas, lo que conlleva que el cuerpo pueda recuperarse y fortalecer sus tejidos.
La testosterona que aumenta durante y post entrenamiento puede mejorar la sensibilidad
a la insulina. Esto nos quiere decir que una mejor sensibilidad nos ayuda en una mayor
eficiencia en la utilización de nutrientes para la síntesis de proteína y la recuperación.
Se ha sugerido que esta hormona (testosterona) incrementa la liberación de otros agentes
anabólicos incluidos la GH y el IGF-1/MGF (Sculthorpe, 2012)
La interacción entre la insulina, la GH y la IGF-1 en el periodo post-entrenamiento crea un
entorno anabólico optimo. La insulina mejora la eficiencia del transporte de nutrientes
mientras la GH y la IGF-1 proporciona señales anabólicas para el crecimiento y la
reparación muscular (Bosch-Barrera, 2009).
4. Cortisol es una hormona del grupo de los glucocorticoides, cuya liberación desde las
glándulas suprarrenales, está influenciada por los ciclos circadianos. Esta se encuentra en
sus niveles máximos durante la mañana, al inicio de la actividad física (luego de despertar)
y sus niveles mínimos se encuentran durante la media noche. El cortisol es liberado
durante el ejercicio para disponer de los sustratos energéticos necesarios para la actividad
física del día (Kraemer, Ratamess, Hymer, Nindl, & Fragala, 2020). El entrenamiento de
resistencia con cargas elevada (altos volúmenes, altas intensidades, poco descanso entre
series, etc.) ha demostrado incrementar en mayor medida los niveles de cortisol (Kraemer,
y otros, 1990). El ratio testosterona/cortisol ha sido largamente estudiado, y se presenta
como un indicador de la sobrecarga física, aunque se debe aplicar con precaución debido a
la alta variabilidad inter-sujetos (Vervoorn, y otros, 1994).
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