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Actividad 1: Análisis De Lectura

Lic. Gabely Fernanda De Santos Escobedo

Universidad Iexpro

Maestría En Psicología Clínica Y De La Salud

Epistemología Y Psicología De La Salud

Dra. Lina Edelmira Mancilla Vera

Lunes 04 De marzo Del 2024


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INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE PSICOLOGIA DE LA SALUD

El ser humano siempre ha mostrado interés por estudiar los conceptos de salud y
enfermedad desde tiempos remotos. Las causas de los mismos se atribuían a factores
sobrenaturales además de a los que son inherentes al ser humano o a su entorno. El
enfoque biológico era el enfoque en el tratamiento de la enfermedad, pero también de
vital importancia los aspectos individuales y sociales que favorecen la presencia o
ausencia de enfermedad, y aquí es donde entra en juego la Psicología. Es esencial
abordar la enfermedad desde un punto de vista biopsicosocial.

En la era actual el concepto de salud está definido como “el estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades” (Cardozo y Rondón, 2014 p. 1081 citado de Perea, 2004) por lo cual es
de suma importancia el papel del equipo multidisciplinario conformado por varias áreas
de especialización para fomentar la salud y la prevención de las enfermedades, tanto
biológicas como comportamentales, donde la Psicología busca no sólo explicar, si no
prevenir los procesos de salud – enfermedad.

Evolución del concepto de salud

Según Cardozo y Rondón (2014) existen varias teorías que intentan explicar los
procesos de salud – enfermedad, desde factores sobrenaturales, factores naturalistas,
así como los factores emocionales, donde Sigmund Freud es el máximo representante.
El pensamiento mágico religioso era la explicación a la enfermedad en las eras primitivas,
donde la enfermedad era un castigo divino y la salud como una bendición.
Posteriormente en la Grecia clásica se comenzó a identificar a la salud con el aspecto
fisiológico y natural, mientras que la enfermedad era vista como un desorden
contranatural o patológico. La importancia de la higiene personal y pública la introdujeron
las civilizaciones egipcia y mesopotámica, mientras que la civilización romana enfatizaba
la importancia en el cuidado del cuerpo y el saneamiento del medio ambiente.
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En el periodo medieval le dieron mayor importancia a lo que ellos veían como


prevención de las enfermedades buscando crear barreras en sus fronteras,
implementando el aislamiento o la cuarentena en los ciudadanos con alguna
enfermedad, pero dejando de lado el origen de dicha enfermedad. A inicios del siglo XVII,
se comienza a percibir a la enfermedad como un fenómeno natural, así como la salud,
comenzando a estudiarla desde el enfoque naturalista que tenía la creencia de que la
enfermedad era causada debido a desequilibrios en los fluidos corporales.

Mencionan además que, en el siglo XX, se da apertura a la primera Escuela de


Higiene Ambiental y Experimental en Alemania. En el siglo XIX, la salud se definía como
ausencia de lesión o enfermedad, adjuntando otros conceptos como disfunción e
infección. Desde el descubrimiento de la penicilina y la comercialización de los
antibióticos, las campañas de vacunación, de lavado de manos y la creación de centros
médicos, el avance en medicina fue innegable, además de que se pudo comprobar que
las enfermedades tenían causas multifactoriales, tomando en cuenta también los
factores psicosociales (p. 1082 y 1083).

Sin duda el ser humano ha intentado explicar los procesos de salud enfermedad
satisfaciendo la necesidad de darle sentido a los fenómenos que experimenta,
definiéndolos desde su cosmovisión histórica, religiosa y social, donde finalmente logra
concebirse como un todo, una unidad soma – psiqué, tomando en cuenta el factor social,
dotando a dicho proceso de una explicación más científica y con el objetivo de prevenir
la enfermedad y promover la salud integral.

En 1946 la Organización Mundial de la Salud define a la salud como “el estado de


competo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades”. (Cardozo y Rondón, 2014 p. 1083 citado de Perea, 2004).

Esta definición puede ser un tanto ideal por decir poco, ya que ninguna persona
ha tenido un desarrollo biopsicosocial perfecto, pero esto no quita que la meta sea lograr
el máximo esfuerzo y resultados en cuanto a nuestra salud con enfoque integral.
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Historia y definición de Psicología de la salud

Conforme a Cardozo y Rondón (2014) la definición de la Psicología de la Salud


ha ido cambiando a través del tiempo según la intervención de varios autores, entre ellos
Morales, Oblitas, Piña y Rivera; y finalmente por Freidman y Adler, siendo definida por
primera ocasión por Matarazzo en 1988. De todas éstas intervenciones se ha logrado
definir a la Psicología de la Salud como una rama de la Psicología que tiene el objetivo
de promover, mantener la salud, además de la investigación de las variables psicológicas
que intervienen en los procesos de salud – enfermedad de un individuo en su medio
ambiente (p. 1084).

La Psicología de la Salud centra su interés principalmente en los problemas de


salud físicos y orgánicos, aplicando los conocimientos en psicología sobre conducta,
causa biológicas y sociales para poder promover la salud, prevenir (de forma primaria,
secundaria o terciara) la enfermedad y tratar los problemas de salud.

Por lo tanto, las intervenciones de Psicología de la podrán ser aplicadas en centros


de salud, hospitales, consulta privada, unidades de salud laboral, organizaciones
gubernamentales y centros educativos.

La Psicología de la Salud en México

Según Piña, Sánchez, García, Ybarra, y García (2013) la Psicología y la salud en


México comenzó a introducirse a partir de la década de los años ochenta y en la
actualidad aún no termina por conformarse como un campo de actuación profesional
plenamente establecido (p. 349).

La psicología de la Salud en México aún está en vías de desarrollo ya que aún no


se diferencia claramente de otras áreas de formación y funciones a desempeñar. De
hecho, la intervención psicológica se menciona vagamente en los marcos normativos,
como por ejemplo el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación
de Servicios de Atención Médica y sin mención alguna en el Reglamento de la Ley
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General en Salud en Materia de Investigación para la Salud, destacando en su lugar la


intervención de los profesionales de medicina.

Es esencial que los psicólogos tengan a la mano herramientas, competencias,


normatividad y recursos para cumplir con los objetivos de la Psicología de la salud,
accediendo a un posgrado y formación adicional, puesto que a nivel licenciatura existe
una limitante importante en los programas de estudio para poder realizar una
intervención terapéutica exitosa en la aplicación clínica, señalando que para dichos
licenciados en psicología es posible detectar la problemática, pero no atenderla de forma
adecuada.

La interdisciplinariedad en el estudio y atención a los problemas de salud

Desde la naturaleza de la psicología, que se centra no sólo en el estudio y


tratamiento de una problemática que presenta un individuo, si no en distintas
interacciones como: su conducta, pensamiento, emoción, sensaciones físicas, a su vez
la relación que mantiene con su contexto, es casi imposible pensar que para atender los
problemas de salud de una persona es necesario sólo la intervención de un sólo
especialista de salud.

Según Piña, Sánchez, García, Ybarra, y García (2013) es importante atender


todas las necesidades de salud del paciente, haciendo uso del equipo multidisciplinario,
que es el conjunto de especialistas de salud (medicina general o de especialidad,
psicología y salud, psicología clínica, enfermería y trabajo social) según sea el caso, que
van a ayudarlo en su proceso de salud – enfermedad (p. 353).
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cardozo, I., y Rondón, J. (2014). La salud desde una perspectiva psicológica.

Revista Electrónica de Psicología Iztacala. 17 (3), pp. 1081- 1084.

Piña, J., Sánchez, C., García, I., Ybarra, J. y García, C. (2013). Psicología y salud

en México: algunas reflexiones basadas en el sentido común y la

experiencia. Diversitas: Perspectivas en Psicología, vol. 9, (2), pp.

349 y 353

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