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3.1. Fideísmo
Existen filósofos que optaron por negar a la razón la posibilidad de llegar a
demostrar la existencia de Dios. En este sentido, consideran que su
existencia puede ser afirmada exclusivamente por la fe: encuentran la
mejor prueba de que Dios existe en la Autoridad y la Revelación de los
Libros Sagrados. (Biblia, Corán, Upanishad, Torah, etc.).
En algunos casos, el fideísmo recurre al sentimiento personal y al
misticismo para conectar con la divinidad, con la existencia de un ser
superior, y no por la argumentación racional. Todas estas posturas son
denominadas deístas. Dentro de la perspectiva o corriente fideísta
destacamos a dos pensadores medievales, Agustín de Hipona y
Guillermo de Okham, y a un filósofo de la Modernidad: Pascal.
Agustín de Hipona
Para el pensamiento
agustiniano, como para
todos los pensadores de
la Edad Media, la verdad
más alta e importante es
el conocimiento de Dios.
Agustín, firmemente
convencido de sus
creencias cristianas,
dice que para entender primero hay que creer. considera que la razón y
la fe están unidas de
forma indisoluble. La fe es la confianza en la verdad de las Sagradas
Escrituras, de la Biblia. Y, por ello, es la guía que indica las verdades que
deben aceptarse, mientras que la razón puede ayudar a comprender mejor
el sentido de estas creencias. Por eso afirma Agustín que es preciso creer
para entender, ya que la fe tiene prioridad ante la razón, a la que debe
orientar y conducir hacia la Verdad.
la unica manera de llegar a dios es con la fe.
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es fideísta pero va atener dos argumentos para demostrar que dios existe, por ello tambien se
le puede considerar teísta
Guillermo de Okham
Okham (Inglaterra. 1290-1349) fue
mucho más radical que Agustín de
Hipona al defender que no es posible
demostrar de un modo racional la
existencia de Dios. Y ello por dos
motivos:
todo el
•Porque de Dios no tenemos ningún empirismo
filosofico
“conocimiento intuitivo sensible”, es esta unido a
decir, no tenemos de Él ningún tipo delos sentidos
impresión sensorial. Este autor se ubica
en una tradición filosófica denominada
empirismo losó co que afirma que no
podemos establecer conocimiento sin el
apoyo de la percepción sensorial. Sin
embargo, esta premisa del empirismo no conduce a este autor ni a la
duda ni a la negación de la existencia de Dios. el conocimiento va
asociado a los
ya que no tinee una experiencia directa de dios no cree en el.
sentidos
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se puede guiar con el fideísmo por
que como no se puede saber nada de
él hay que valerse pro la fe, la fe llega
donde la razón no.
• Porque Dios es un problema del cual solo se puede ocupar la fe y no
la razón. Siguiendo el argumento empirista anterior, el conocimiento
racional tiene unos límites que no puede traspasar. Y aquí es donde
juega su papel la fe, que según Okham nos permite ir más allá de
esos límites dándole a nuestra razón una información o un
conocimiento -“Dios existe”- que esta nunca podría obtener por sí
mismo y que obtiene mediante la revelación.
Por tanto, para Okham -como para todos los filósofos medievales- la
fe no suprime la Razón pero sí la completa y la perfecciona,
llevándola más allá. Así pues, de Dios no podemos saber nada
filosóficamente. Pero la Revelación nos muestra que Dios es creador
y conservador del Universo. Igualmente nos manifiesta su
omnipotencia que le permite hacer todo aquello que desee.
la Modernidad: Pascal.
Blaise Pascal
(Francia.1623-1662)
escribió en su obra
Pensamientos lo
siguiente:
“Dios de Abraham,
de Isaac, de Jacob.
No de los lósofos ni
de los sabios”
Con esta afirmación,
Pascal rechazaba todas las reflexiones nacidas en el terreno de la filosofía
y que pretendían demostrar la existencia de Dios. Creía en la existencia de
una religión auténtica -representada por los personajes bíblicos- que
trascendía todos los razonamientos de filósofos, y que merecía la pena
seguir.
Sin embargo, Pascal ideó un razonamiento para justificar la necesidad de
creer en Dios (no para demostrar su existencia). Se conoce como la
Apuesta de Pascal”, y consiste en tener en cuenta que sólo hay dos
alternativas: creer o no creer en Dios. Si finalmente no existe, nada se
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pierde al creer en él, porque ni la vida ni la muerte tendrán sentido. No
obstante, si existe y no he tenido fe, no alcanzaré la vida eterna y lo habré
perdido todo.
Por tanto, Pascal razona que es preferible creer en Dios porque de este
modo se tiene ocasión de ganarlo todo o de no perder nada. Y si no se cree,
uno puede llegar a perderlo todo.
3.2. Teísmo
El argumento
ontológico de la
existencia de
Dios. Anselmo
de Canterbury
Uno de los
argumentos que más
discusiones despertó
en la época medieval
y moderna es el
argumento
ontológico. Fue ideado por san Anselmo (Italia. 1033-1109), monje
benedictino fundador de la teología escolástica y doctor de la Iglesia.
Según explica san Anselmo, todo el mundo tiene una idea de Dios en su
mente. Esta idea se entiende como el ser más perfecto, o siguiendo sus
palabras: “El ser mayor que el cual nada puede ser pensarse”. O, dicho de
otro modo: “El ser perfecto cuyo mayor no puede ser pensado”.
Anselmo defiende que tanto los creyentes como los no creyentes
comparten esa misma idea de Dios, y que la diferencia entre ambos reside
en que el creyente, además de tener ese concepto de Dios, afirma que
existe. Ahora bien, si se supone que no existe, como afirmaría un ateo,
Anselmo razona que Dios “no sería el mayor que el cual nada puede
pensarse”. La existencia es un atributo que contribuye a que un ser sea
más perfecto. Si tengo la idea de Dios, pero no incluyo su existencia,
entonces no se trata del ser más perfecto, lo cual resulta contradictorio.
Anselmo concluye que el no creyente en realidad se contradice, porque si
analiza bien la idea de Dios, tendría que concluir con su existencia. Por
definición, el ser mayor que el cual nada puede ser pensado tiene que
existir no sólo en nuestra mente sino en la realidad. Por ello concluye:
Dios existe.
Este argumento establece un salto desde el ámbito de la mente, la idea de
Dios, al ámbito de la realidad (ontología): Dios es real porque existe. Y se
sirve del atributo de la perfección como “puente”. Procede de lo perfecto
ideal a lo perfecto real. De este modo, se deduce que si ese Ser es
perfecto, necesariamente tiene que existir, si no, no sería perfecto.
El argumento ontológico en la
Modernidad. Descartes
Descartes (Francia.1596-1650)
recurre al argumento ontológico
formulado en la Edad Media por
Anselmo de Canterbury. Lo reformula
a partir de la defensa de la existencia
de las ideas innatas, aquellas que
posee el ser humano de nacimiento y
que por ello forman parte de su propia
naturaleza. Estas ideas han sido
puestas por Dios en nuestra mente en
su acto creador para que pueda ser
conocido.
La Idea de Ser Perfecto o Ser In nito es una idea innata que tienen todas
las personas (incluidas los no creyentes) en su mente; es decir, la idea de
un ser que posee todas las perfecciones al que identificamos con Dios. Si
este ser posee en verdad todas las perfecciones entonces necesariamente
tiene que existir pues, en caso contrario, ya no sería el ser que posee todas
las perfecciones, pues habría una al menos que no tendría (la de la
existencia). Por tanto, Dios existe.
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El argumento
ontológico de la
existencia de
Dios. Tomás de
Aquino
Santo Tomás (Italia.
1225-1274) desarrolló
también en la Edad
Media los cinco célebres argumentos sobre la existencia de Dios: las
llamadas Cinco vías, que ilustran en qué sentido es la divinidad la
condición de posibilidad de la existencia de seres y orden del mundo.
Resumimos estas vías o caminos hacia Dios en dos argumentos: el
argumento cosmológico de la existencia y el argumento cosmológico
del orden.
piens que todo tiene una causa, debe haber sido creado por algo o por alguien
por lo tanto el mundo si existe es por que ha sido creado por alguien, por Dios.
no podemos concer a dios ya que nuestra mente esta limitada por la razon y no podemos llegar
mas allá.
piensa que existe dios y que nos encontraremos con el despues de la muerte.
3. 3. Deísmo
va distinguir entre lo que podemos saber y lo que no. Nuestra razón tiene
limites, nuetsra mente no shace ver el mundo de una manera determinada.
En las obras Crítica de la razón
práctica y Fundamentación de la
metafísica de las costumbres, Kant
(Prusia. 1724-1804) encuentra una
vía alternativa mediante la cual
podemos aproximarnos a las ideas
de Dios y el alma humana. Es
importante señalar que, para Kant, la
inmortalidad y la existencia de Dios
son asuntos que escapan al
conocimiento humano, porque de
ellos no tenemos ninguna evidencia
dice que la realidad no se puede empírica. No se trata de realidades
conocer, sino como lo dice tu mente fenoménicas, sino que son realidades
metafísicas. Por eso se trata de cuestiones que están más allá del límite de
lo que puede conocer la razón teórica.
No obstante para Kant, Dios debe existir en calidad de Juez Justo, Ser
sobrenatural y trascendente, para garantizar la consecución de nuestra vida
moral, es decir, la vida de muchos seres humanos que han seguido el bien
y el deber, en la vida del más allá. En el mundo terrenal, como lugar
imperfecto lleno de sufrimiento, dolor e injusticia, no siempre actuar según
lo correcto nos lleva a la felicidad; las buenas acciones no se recompensan
con la felicidad.
La existencia de Dios y de un sentido de la vida trascendente concilia
moralidad y felicidad. Así Dios es la garantía de la realización de las
esperanzas humanas: que la felicidad reine -aunque sea en el más allá- en
la medida en que se haga el bien. El mal y el dolor no pueden de ningún
modo triunfar, según Kant. De este modo, para el lósofo alemán, Dios es
el fundamento y esperanza de la felicidad -futura- de los que han cumplido
con el deber moral; es la unión entre virtud moral y felicidad.
Tenemos que suponer que el alma es inmortal, porque la vida humana es
demasiado breve como para permitir que culmine con éxito el proceso de
perfeccionamiento moral que va haciendo que nuestro comportamiento se
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vaya ajustando cada vez más al cumplimiento del deber moral. Es preciso
creer que Dios existe y que su bondad in nita es la garantía de que nuestra
actuación de acuerdo con la acción moral puede obtener en otra vida la
merecida recompensa de la felicidad eterna
He aquí un texto ilustrativo del argumento ético-moral de Kant
dice que cuando llegue la muerte dios recompensara. alos buenos y castigara a los malos.
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