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ACTO II

(J)Fernández: (Toma una revista, lee. Mira el saco insistentemente, se acerca, los
toca. Se sienta a leer nuevamente, mientras que de reojo mira los elementos. Se
para nuevamente, los toca y al final se los prueba.)
(Se mira en el espejo y posa.)
(Se sienta en el escritorio.)
(Lee un libro, arranca una página.)
(Encuentra una pipa, se saca selfis de distintos ángulos.)
(Prescribe y conversa con un paciente imaginario.)
Cuénteme, ¿a qué se debe su visita?
(Se cruza de piernas por encima del escritorio.)
(Suena el timbre. Se asusta. Piensa que hacer. Se acerca a la puerta lentamente
dubitativo, escucha y se vuelve. Suena nuevamente el timbre, abre y atiende).

(J)Fernández: ¡Buenas tardes señorita!

(V)Sra. Alina: Buenas tardes, ¿la doctora González, ¿verdad?

(J)Fernández: (Duda) Eh…. ¡sí! señorita, pase, ¿primera vez no?

(V)Sra. Alina: Así es doctora.

(J)Fernández: Pase, tome asiento que le voy a llenar la ficha de entrada yo, porque
mi secretaria está ausente hoy, no es por la regla eh, está engripado… ¿Apellido?

(V)Sra. Alina: Fernández

(J)Fernández: ¡No, Fernández, no puede ser! ¿Usted tampoco sabe quién es?

(V)Sra. Alina: ¡No entiendo!

(J)Fernández: (Asiente con la cabeza) Sí, sí, puede ser Fernández… ¿Nombre?
(V)Sra. Alina: Alina.

(J)Fernández: ¿Estado civil?

(V)Sra. Alina: Casada, (con énfasis) y si pudiera, ¡separada!

(J)Fernández: ¿Sexo?

(V)Sra. Alina: (Risueña) ¡Ay Dr.! ¡Femenino!

(J)Fernández: ¡No! ¿cada cuánto?

(V)Sra. Alina: (Asombrada) N-n-no sé… no lo anoto Dr., no llevo un registro cada vez
que lo hago… ¡pero qué pregunta!

(J)Fernández: Bueno, obviémosla. (Señalando el sofá) ¡Sáquese la ropa y acuéstese!

(V)Sra. Alina: ¿Cómo dijo, doctor?

(J)Fernández: Eh, que se acueste, que se acueste. (Se acuesta)

(V)Sra. Alina: (Mira a su alrededor). Pero doctora, ¿esto es una sala de espera?,
¿usted atiende aquí?

(J)Fernández: Ah… ¡sí!… a todos los pacientes les llama la atención. En realidad, es
un consultorio, excelentemente ambientado como sala de espera, realizado por un
arquitecto que diseña solamente los consultorios de los grandes terapeutas de
Europa. Bueno, le voy a explicar a grandes rasgos, como es mi estilo de terapia. Yo
soy terapeuta e iridóloga.

(V)Sra. Alina: ¿Iridóloga?, ¿y para que utiliza esa especialidad en la terapia?


(J)Fernández: Le explico. Yo primero le miro los ojos, observo detenidamente que
me dicen. (Se acerca). Hablando de ojos (dulce) ¡qué bonitos son!

(V)Sra. Alina: (Sorprendida) ¡Gracias!

(J)Fernández: (Acercándose, moviendo la cabeza) ¡Y esos labios, por favor, que


sensuales!, (amaga darle un beso) (Tose, se retira) Eh… como le decía, observo
detenidamente y si sus ojos me dicen que está todo bien, que su cuerpo está sano,
yo ya me quedo tranquila, lo descarto y me ocupo solamente de su cabeza.

(V)Sra. Alina: ¡Una terapia muy particular usa usted, doctor!

(J)Fernández: Si, muy particular, pero muy efectiva. Otra particularidad de mi


tratamiento, es que luego de una minuciosa investigación, si es necesario y
beneficioso para el paciente, es la inclusión de sexo como parte de la terapia.

(V)Sra. Alina: ¡Es la primera vez que escucho algo así doctor!

(J)Fernández: Lo mío es innovador dentro de la psiquiatría, solo unas pocas


terapeutas reconocidos a nivel mundial lo estamos aplicando, con excelentes
resultados para la paciente…… y para la psiquiatra.

(V)Sra. Alina: ¿Para el psiquiatra?

(J)Fernández: Así es señora, porque no olvide que no hay nada que haga más feliz a
un terapeuta, que ver contenta a su paciente.

(V)Sra. Alina: Bueno… no sé… veremos… ¡estoy desconcertada!, me toma de


sorpresa la propuesta.

(J)Fernández: Quédese tranquila, que la va a pasar bien, eh… me refiero, que va a


estar bien.

(V)Sra. Alina: ¡Espero!


(J)Fernández: Bueno, señora Fernández, por hoy hemos terminado, mi primera
sesión suele ser cortita… eh… de presentación.
Sra. Alina ¿Qué le debo, doctora?

(J)Fernández: (se toma la cabeza, se recuesta).

(V)Sra. Alina: ¿Qué le pasa Dr., se siente mal?

(J)Fernández: Estoy saturada, sin fuerzas, ¡mi mente ya no da más! Hoy atendí 14
pacientes. La mayoría con problemas muy serios y el resto, (gesto negación con la
cabeza, y los brazos), ¡locos de la guerra! ¿A Ud. no le incomoda si me ausento a mi
oficina unos minutos?, necesito hacer un poco de meditación.

(V)Sra. Alina: Tranquilo Dr. no tengo ningún apuro, hágalo tranquilo.

(J)Fernández: (Se va a su oficina)

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