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Les proponemos poner en práctica las técnicas de lectura global y de lectura analítica

con el texto de este artículo que la Nathional Geografic publicó en enero, relacionado
con un tema que nos ocupa a todos.

Este es el enlace al material original en línea:

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/la-proxima-pandemia-podria-venir-
del-artico-_18952

CIENCIA VIRUS

La próxima pandemia podría venir del Ártico


El cambio climático es innegable, pero algunas de sus consecuencias todavía son
desconocidas. Investigaciones recientes sugieren que el calentamiento global podría causar
que virus preservados en los hielos del Ártico salgan al exterior, incluso provocar nuevas
pandemias.
Actualizado a 15 de enero de 2023, 11:50

FOTO: ISTOCK
Francisco Jódar

Podría ser el principio de una película de terror o de un best-seller de


aeropuerto: virus conservados durante milenios en los hielos árticos
quedan liberados por el deshielo ligado al aumento global de las
temperaturas. Estos microorganismos encuentran seres vivos con los que
nunca han estado en contacto, y que por esa razón resultan extremadamente
vulnerables a la infección. Se cocina la receta para el desastre: animales que
transmiten el patógeno a otros animales, que a su vez se topan con los seres
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humanos que todo lo invaden y… Así es como puede empezar una
pandemia al estilo de la de Covid-19.
Y ahora, la realidad en la que se basa este argumento de ficción menos
fantasioso de lo que parece: un análisis del fondo y las aguas del lago Hazen
(el más septentrional de Canadá), sugiere que los virus liberados del hielo por
el calentamiento global podrían infectar a nuevos huéspedes –ya sean plantas,
hongos, animales, microorganismos…– y acabar llegando a otros entornos, un
fenómeno conocido como ‘infección por derrame’ o ‘derrame de patógenos’.
La investigación, desarrollada por biólogos de la Universidad de Ottawa
(Canadá) y publicada en Proceedings of the Royal Society B, sostiene además
que la posibilidad de que esto ocurra es mayor en lugares cercanos a
glaciares en deshielo, como es el caso del lago Hazen, el de mayor volumen
al norte del Círculo Polar Ártico.

Así infecta el coronavirus las células humanas

ANÁLISIS GENÉTICO
Para saber más del posible peligro, los investigadores recogieron muestras de
los sedimentos del lago canadiense y del lecho de un río que lo alimenta. Al
secuenciar el ARN y el ADN de las muestras identificaron qué tipo de virus y
qué posibles huéspedes susceptibles de infección (ya fueran hongos,
animales y plantas) había en lugares determinados.
A continuación, compararon los árboles filogenéticos de los virus con los de sus
posibles huéspedes. Cuando esas genealogías eran muy parecidas, lo más
probable es que el virus hubiera evolucionado a la par de su ‘víctima’, sin
cambiar de huésped. Cuando había notables diferencias, es que el virus había
dado un salto a otra especie. Y si ya lo había hecho, lo podría repetir, lo que
lo haría más peligroso.

Destruir los ecosistemas puede generar pandemias

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VIRUS Y HUÉSPED
Los científicos de la Universidad de Ottawa descubrieron también que las
diferencias en las genealogías de virus y huéspedes eran mayores en los
sedimentos del lago que en el lecho del río, y tienen una teoría para
explicarlo: el vertiginoso deshielo de los glaciares incrementa el volumen
de sedimentos que circulan por las aguas, y con ello las opciones de que
entren en contacto virus y huéspedes que normalmente permanecerían
alejados.
Según escriben los investigadores en el resumen de su investigación,
“mostramos que el riesgo de derrame de patógenos aumenta con la escorrentía
del derretimiento de los glaciares, un indicador del cambio climático. Si el
cambio climático también desplaza hacia el norte la gama de especies
que sean posibles vectores virales y reservorios, el Alto Ártico podría
convertirse en terreno fértil para pandemias emergentes”.

El coronavirus visto a través del microscopio

ZOONOSIS Y OTROS PELIGROS OCULTOS


BAJO EL HIELO
No estamos ante una buena noticia, y es que los datos científicos afirman que
el Ártico se ha calentado cuatro veces más rápido que el resto del planeta, así
que resulta probable que en esa región del globo haya un ejército de virus
congelados a punto de reactivarse gracias al calor. Y aunque la mayoría de
esos microorganismos no nos hacen daño, no sabemos qué podemos
encontrar, dada su abundancia: se calcula que solo en los océanos hay al
menos 1.031 virus individuales, y que los mamíferos y las aves albergan
alrededor de 1,7 millones de tipos de virus que no conocemos.
El peligro del que alerta la investigación de los biólogos canadienses ya ha
dado algunos avisos: en 2016, en el norte de Siberia, un brote de ántrax
maligno enfermó de gravedad a decenas de personas y mató a un niño de 12
años. Según los especialistas, su origen habría sido el cadáver de un reno
infectado por la bacteria Bacillus anthracis. El animal llevaba al menos 75 años
conservado bajo el permafrost, la capa de hielo permanentemente congelada
de las regiones circumpolares, que también está sufriendo los embates del
cambio climático, y que puede darnos sorpresas desagradables al derretirse:

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los científicos han hallado en ella microbios con más de 400.000 años de
antigüedad.

Un grupo de científicos volvió a hacer infeccioso un virus gigante que llevaba 30.000
años preservado en el permafrost siberiano

En 2014, investigadores del Centro Nacional Francés para la Investigación


Científica en Aix-Marsella volvieron a hacer infeccioso un virus gigante que
llevaba 30.000 años preservado en el permafrost siberiano. Y en 2020, un
equipo de investigadores chinos y estadounidenses descubrió 28 nuevos
virus en muestras de hielo de la meseta tibetana. Calcularon que tenían unos
15.000 años.

La peste negra cambió nuestro sistema inmunitario

UN BUEN CALDO DE CULTIVO


El cambio climático y la explotación desatada de la biosfera pueden propiciar
las pandemias. Según un informe de WWF, la destrucción de los hábitats
naturales y el tráfico de animales nos acercan a especies con las que
nunca hemos tenido contacto y que pueden albergar virus y bacterias
desconocidos. Según este documento, “el cambio climático está amplificando
las principales amenazas que afectan a la biodiversidad y favorece la
expansión de virus y bacterias, o de sus vectores, debido a su preferencia por
ambientes húmedos y cálidos, facilitando la aparición de determinadas
especies en nuevas áreas donde pueden llevar enfermedades antes
desconocidas o desaparecidas”.

"Elcambio climático está amplificando las principales


amenazas que afectan a la biodiversidad y favorece la
expansión de virus y bacterias", apuntan desde WWF.

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En este contexto, la ‘vuelta a la vida’ de los microorganismos preservados en el
hielo es una amenaza más. Y no va a ser fácil de evitar: el Acuerdo de París de
2015 pretende que a finales de siglo la temperatura global del planeta no
supere en más de 2 °C la de los niveles preindustriales, o, en el mejor de los
casos, los 1,5 °C. Pero según el Informe sobre la brecha de emisiones 2021,
elaborado por la ONU, las políticas nacionales en marcha nos llevan a “un
aumento de la temperatura global de 2,7 °C para fines de siglo”. Para no pasar
de 1,5 °C, “necesitamos reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de
efecto invernadero en los próximos ocho años”.

Calentamiento global: los glaciares han perdido 9,6 billones de toneladas de hielo en 50
años

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