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CORONAVIRUS EN ANIMALES.

Aunque los murciélagos y los pangolines se han convertido en los principales


protagonistas durante la pandemia del coronavirus por su papel en la transmisión
de la enfermedad, lo cierto es que a medida que ésta ha ido avanzando se ha
evidenciado su contagio en otras especies, algunas con mayor o menor
afectación.
En el caso del murciélago, es el animal que se considera "reservorio" del SARS-
CoV-2 -como el de varios tipos más de coronavirus-. Sin embargo, este mamífero
solo es portador del virus, no le afecta ni tienen ningún tipo de sintomatología, al
igual que sucede con el pangolín, quien es uno de los principales candidatos a
huésped y transmisor.

Otras especies donde se ha detectado el coronavirus son los gatos y perros, los
visones, los hurones, los leones o los tigres. Según un informe de Sanidad, en
estudios experimentales se ha observado infección en gatos y hurones, con
replicación activa del virus en vías respiratorias. Una situación que también se ha
observado, aunque con "mucha menor intensidad" en los perros.

De hecho se han detectado varios gatos en todo el mundo con síntomas de


coronavirus que habían sido contagiados por los humanos ya que residían en
familias con miembros que habían contraído el virus. Científicos del Harbin
Veterinary Research Institut de la Academia China de Ciencias
Agrícolas inocularon el SARS-CoV-2 en las vías respiratorias de varios gatos
domésticos subadultos (ocho meses de edad). A dos de ellos se les practicó la
eutanasia seis días después y se hallaron restos de ARN del virus y partículas
infecciosas sin que invadieran los pulmones. A los otros tres gatos se les
detectaron anticuerpos contra el virus por lo que no enfermaron.

Más leones y tigres infectados de gatos y perros

Sin embargo, aunque se han detectado casos de perros y gatos infectados, los
Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU asegura que el
número es muy bajo. Sin embargo, se ha detectado un mayor caso de tigres y
leones infectados en zoos de Nueva York que presentaban síntomas
respiratorios y posteriormente dieron positivo en coronavirus. Estos animales
habrían sido contagiados por uno de sus cuidadores que pasó la enfermedad,
aunque tras varios días se recuperaron.

En las últimas semanas también se ha detectado el virus en varias granjas de


visones de los Países Bajos. Éstos presentaban síntomas respiratorios y
gastrointestinales y las granjas afectadas y las granjas experimentaron un mayor
número de muertes de lo habitual entre esta especie. Se cree que los trabajadores
habrían podido transmitirles el virus.
Varios estudios han experimentado con primates y han concluido que los
macacos Rhesus, los macacos cynomolgus, los monos verdes africanos y los
titíes comunes pueden infectarse con el SARS-CoV-2 y enfermarse en un
laboratorio. Si bien los macacos Rhesus desarrollaron un cuadro clínico con fiebre,
pérdida de peso, presencia de virus en tejidos oronasales, lesiones pulmonares,
viremia y eliminación de virus, el macaco cangrejero y el tití tuvieron un cuadro
clínico más leve.
Respecto a ratones, cerdos, gallinas y patos, no parece que les afecte el virus
tras la inoculación experimental. Si bien hay evidencias de que los humanos
pueden transmitir el virus a otras especies, un informe del Ministerio de Sanidad
asegura que "no hay evidencia de transmisión desde los animales a los humanos
ni parece que la enfermedad en animales tenga una gran contribución en la
epidemia".

El coronavirus causante de la Covid-19, el SARS-CoV-2, no solo afecta a los


humanos. Hasta ahora se conocían casos puntuales en especies como los gatos o
de gran alcance como los visones criados en granjas (ver en La Vanguardia ).
Ahora empezamos a saber que el nuevo coronavirus supone también una amenaza
potencial para muchas otras especies de animales, y esto afecta especialmente
aquellas que se encuentran en peligro de extinción.

Un estudio liderado por expertos de la Universidad de California en Davis (Estados


Unidos) publicado en la revista Proceedings of the National Academy of
Sciences se ha basado en el análisis genómico para comparar el principal receptor
celular del virus en humanos, con el de más de 400 especies de animales
vertebrados, incluidos aves, peces, anfibios, reptiles y mamíferos.

En concreto, se ha comparado la enzima convertidora de angiotensina


2 o ECA2, que se halla habitualmente en diferentes tipos de células y tejidos,
incluidas las células epiteliales de la nariz, la boca y los pulmones. En los seres
humanos, 25 aminoácidos de la proteína ECA2 intervienen para que el virus se una
y entre en las células.

Los investigadores utilizaron estas secuencias de 25 aminoácidos de la proteína


ECA2 y modelaron su estructura proteica junto con la proteína pico SARS-CoV-2,
para evaluar cuántos de estos aminoácidos se encuentran en la proteína ACE2 de
las diferentes especies.
La conclusión de este análisis es que los animales con los 25 residuos de
aminoácidos que coinciden con la proteína humana tienen el mayor riesgo de
contraer el SARS-CoV-2 a través de ECA2. Según Joana Damas, primera autora
del artículo, “se prevé que el riesgo disminuirá cuanto más difieran los residuos de
unión a ECA2 de la especie de los humanos”.

Lo más preocupante es que aproximadamente el 40% de las especies


potencialmente susceptibles al SARS-CoV-2 están clasificadas como
“amenazadas” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y
pueden ser especialmente vulnerables a la transmisión de persona a animal.

“Los datos proporcionan un punto de partida importante para identificar poblaciones


de animales vulnerables y amenazadas en riesgo de infección por SARS-CoV-2”,
explica Harris Lewin, otro de los autores del estudio, con el que sus autores confían
que “inspire prácticas que protejan la salud humana y animal durante la pandemia”.

Especies vulnerables

Entre las especies más vulnerables ante el nuevo coronavirus se incluyen varias
especies de primates en peligro crítico, como el g orila occidental de las tierras
bajas, el orangután de Sumatra y el gibón de mejillas blancas del norte. Estas
especies, según los científicos, tienen un riesgo muy alto de infección por SARS-
CoV-2 a través de su receptor ECA2.

Algunos mamíferos marinos como las ballenas grises y los delfines nariz de
botella, así como hámsteres chinos, también están en la lista de especies
vulnerables.

En cambio, los animales domésticos como gatos o el ganado vacuno y


ovino presentan un riesgo medio, mientras que en el caso
de perros, caballos y cerdos se ha encontrado que su riesgo de contaminación es
más bajo. La forma en que esto se relaciona con la infección y el riesgo de
enfermedad debe determinarse mediante estudios futuros, pero para aquellas
especies que tienen datos de infectividad conocidos, la correlación es alta.

Programas de protección

En los casos de infección por SARS-CoV-2 documentados en animales como


visones, gatos, perros, hámsteres, leones y tigres, el virus puede estar tanto
utilizando receptores ECA2 como utilizar otros receptores distintos para acceder a
las células huésped.

Ante el riesgo potencial de que los animales contraigan el nuevo coronavirus de los
humanos, y viceversa, algunas instituciones como el Zoológico Nacional de San
Diego, que contribuyeron con material genómico al estudio, han fortalecido
sus programas para proteger tanto a los animales como a los humanos.

Los autores instan a tener precaución contra la sobreinterpretación de los riesgos


animales predichos en función de los resultados computacionales. Los científicos
señalan que los riesgos reales solo pueden confirmarse con datos experimentales
adicionales.

La investigación ha demostrado que el antepasado inmediato del SARS-CoV-2


probablemente se originó en una especie de murciélago . Estos animales tenían un
riesgo muy bajo de contraer el nuevo coronavirus a través de su receptor ECA2, lo
que es consistente con los datos experimentales reales.

Lo que aún no se sabe es si los murciélagos transmitieron directamente el nuevo


coronavirus a los humanos, o si pasó a través de un huésped intermedio, pero el
estudio respalda la idea de que uno o más huéspedes intermedios estuvieron
involucrados.

Los datos permiten a los investigadores determinar qué especies podrían haber
servido como huésped intermedio en la naturaleza, ayudando a los esfuerzos para
controlar un futuro brote de infección por SARS-CoV-2 en poblaciones humanas y
animales.

El coronavirus será el gran protagonista de 2020. El virus, que tuvo su primer caso
en China en noviembre, se ha expandido por todo el mundo y, actualmente, hay
más de 1,2 millones de casos confirmados, con 76.500 muertes y 292.467
pacientes recuperados. Ha llegado incluso a los animales.
El virus, que se convirtió en pandemia, ha tocado muy de cerca a los animales.
Incluso algunos de ellos han sido objeto de prueba de varios científicos para tratar
de averiguar más datos sobre la enfermedad. No obstante, hay una máxima clara:
no hay evidencias seguras de que los animales transmitan el COVID-19. Sin
embargo, hay cuatro casos activos de animales que han contraído la enfermedad.
Se piensa que el coronavirus se generó a causa de la transmisión de un
murciélago chino a un pangolín y, de éste, al ser humano. El comportamiento del
medio natural sigue siendo indescifrable y el boomerang ha vuelto a los animales,
esta vez a los felinos y a los perros. La Organización Mundial de Sanidad Animal
(OIE) insiste en que "la propagación de actual del COVID-19 se debe a la
transmisión de humano a humano", pero hay cuatro casos confirmados de
animales con coronavirus.

De los perros de Hong Kong a la tigresa del Bronx

Los primeros casos confirmados de coronavirus en animales se dieron el pasado


26 de marzo. El Gobierno de Hong Kong confirmó que dos perros (un pastor
alemán y una pomerania) habían dado positivo después de realizar la prueba a 17
perros y ocho gatos en casas de personas que habían sido infectadas por el virus.
El propio Gobierno puso en cuarentena a los animales y dio una serie de
instrucciones a seguir para proteger a las mascotas: que los contagiados no
mantengan contacto, mantener el ambiente limpio y lavarse las manos antes y
después de sacarlos a pasear. El día 31 se confirmó un tercer positivo, de un gato,
en la región.
Comportamiento incierto del virus en animales

El pasado 23 de marzo, las autoridades de Bélgica lanzaron un comunicado en el


que se informaba de un caso sospechoso en un gato cuya dueña había dado
positivo por COVID-19. Aseguraban que "había presencia de SARS-CoV2 en el
gato", pero los elementos analizados no podían concluir que el animal tenía una
infección vírica. Comportamiento extraño e incierto.
En China y en Estados Unidos, dos de los países que trabajan a contrarreloj en
busca de una vacuna, ya han hecho varios experimentos con animales. El Instituto
de Investigación Veterinaria de Harbin inoculó el virus en diferentes animales y,
según sus resultados, "sólo se replicó de manera eficiente en hurones y gatos".
También experimentaron con cinco gatos, a los que sacrificaron a los pocos días.
Los resultados, inciertos. Ningún gato tenía los síntomas típicos, pero se produjo
un contagio a un felino que estaba en la jaula de al lado. Se deduce que fue a
través de gotas respiratorias.
William Karesh, director presidente del grupo de trabajo sobre enfermedades de la
fauna salvaje de la OIE, publicó en su cuenta de Twitter un mensaje en el que
aseguraba que había que mantener la distancia con los gatos como si fueran
humanos. Precisamente él fue uno de los primeros en extender la opinión de que
los animales y los humanos tiene una misma salud ("One Health") y simboliza la
corriente que dice que, tanto animales como humanos, pueden transmitir el virus.

Los veterinarios, no obstante, apuntan que son casos puntuales y todas las
asociaciones de animales -incluida la OIE- aseguran que no existe justificación
alguna para tomar medidas relacionadas con las mascotas. El Centro de Control
de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), en un informe del 4 de abril,
informaba que la transmisión del virus animal-humano se producía "a través de
secreciones respiratorias y/o material procedente del aparato digestivo".
Tan sólo parece haber una hipótesis clara: los animales no transmiten el
coronavirus, pero sí pueden padecerlo. El virus, todavía desconocido por sus
peculiares características, también afecta a los animales y su transmisión es tan
indescifrable como la es en los humanos.
La competición de las verduras

Tomatito y Zanahorio eran dos amiguitos que siempre estaban muy alegres
y contentos. Cada día iban a casa de todos los niños a llevarles un montón
de tomates y zanahorias porque a los niños les encantaba comérselos a
cualquier hora del día.

Tomatito y Zanahorio eran la envidia de todas las demás verduras y


hortalizas. Ninguna otra familia de verduras conseguía que los niños se
entusiasmasen tanto a la hora de comérselas.
- Mirad, ahí van Tomatito y Zanahorio con sus carretillas repletas de
tomates y zanahorias para repartir. Ojalá los niños me hicieran tanto caso a
mi y a mis esparraguitos – dijo Don Espárrago

Un día, mientras estaban un montón de verduras reunidas, apareció Doña


Patata.
- ¿Pero qué os pasa a todos?, ¿A qué vienen esas caras tan tristes? –
preguntó Doña patata
- Los niños no nos hacen caso. Cuando vamos a sus casas no nos quieren.
Sólo se alegran cuando Tomatito y Zanahorio les llevas su ricos tomates y
sus enormes zanahorias – contestaron las verduras.

Doña patata, que era una señora muy mayor e inteligente y a la que los
niños querían mucho les dijo:
- ¡Tengo una idea! Tengo un truco para que se den cuenta de lo ricos que
estáis y de lo buenos que sois para su alimentación.

Entonces, Doña Patata se puso manos a la obra y preparó una competición


de verduras en la que todos demostrarían sus cualidades.

Todas las verduras participaron: espárragos, brócolis, coliflores, judías,


cebollas, calabacines, alcachofas…y también los tomates y las zanahorias.

La competición comenzó y en ella todas las verduras tenían que explicar a


los niños cuáles eran las cosas buenas que conseguirían si las comían.
- Yo me llamo Brócoli y soy una verdura muy completa llena de vitaminas
que os dará mucha energía para crecer y que seáis buenos estudiantes.
- Yo me llamo Alcachofa y soy una verdura que hará que vuestro corazón
sea muy fuerte y resistente para que seáis buenos deportistas.

Y así, todas las verduras explicaron sus cualidades, pero los niños
abuchearon a todas las verduras.
- ¡¡Buuuuu!! ¡¡Buuuu!! ¡Yo sólo quiero comer verduras ricas y vosotras no
nos gustáis nada! – gritaban los niños
Pero Doña Patata, que era tan querida por todos, tenía un plan. Había
preparado riquísimas recetas usando sus patatitas y el resto de verduras.

Por un lado, hizo un puré de patatas con brócoli y zanahoria que estaba
para chuparse los dedos, por otro hizo un plato de espárragos con jamón,
también preparó arroz con tomate y salchichas, una tortilla de calabacín,
cebolla y patata y un montón de cosas más.

Tapó los ojos a todos los niños y les dio a probar todos y cada uno de los
platos.
- ¡¡Uhmmm!! ¡Qué puré más rico! Creo que es de patata y zanahoria, pero
tiene algo más que me gusta mucho – dijo uno de los niños
- ¡Anda! Pero si esta tortilla está riquísima! – dijo otro

Todos los niños probaron los platos que Doña Patata había preparado y
tuvieron que votar sus platos preferidos.
- ¡Yo voto al puré! ¡yo a la tortilla! – gritaban todos a la vez

Cuando Doña Patata les enseñó qué era lo que habían probado aunque la
mayoría de los niños no se lo creían.
- ¡Pero eso es imposible! ¡Si yo odio el brócoli! – dijo un niño
- ¡Y yo los espárragos! – dijo otro

Y Doña Pata, que sabía que con su pequeño engaño les demostraría que
con imaginación todo era posible, les dijo:
- Es muy importante que comáis todas las verduras que podáis y no sólo
tomate, zanahoria o patata. Hay mil maneras de comerlas y siempre las
podéis mezclar con otras que os gusten más para conseguir sabores tan
ricos como los que habéis probado hoy. ¡Es sólo cuestión de imaginación!

Desde ese día, los niños se animaron a probar otras cosas y Tomatito y
Zanahorio llenaron sus carretillas de un montón de verduras de diferentes
colores y sabores.
Todas las verduras vivieron felices a sabiendas de que los niños se estaban
alimentando tan bien que crecerían muy fuertes e inteligentes.
Los dos gemelos y la caja mágica

Érase una vez dos hermanos gemelos que se llamaban Juanito y Miguelito.
Tenían el mismo color de pelo, los mismos ojos y la misma sonrisa. Además
su madre siempre los vestía igual. Pero había algo que los diferenciaba:
uno era más travieso que otro. Juanito siempre hacía rabiar a Miguelito
hasta que lo hacía llorar.

En vacaciones fueron a visitar a sus abuelos. Ellos vivían en una casa en


mitad del bosque donde había muchos árboles y sitios para jugar. Un día,
mientras corrían al lado del río, Juanito hacía rabiar a su hermano
continuamente así que al final Miguelito decidió esconderse en una casita
de madera que encontró por el camino.

Se quedó allí un rato esperando a que Juanito lo dejara tranquilo cuando,


de repente, encontró una caja que brillaba mucho. Era una caja preciosa,
bastante pequeña y pintada con muchos dibujos antiguos. Miguelito se
acercó a la caja y la miró detenidamente hasta que la cogió y la abrió muy
despacio. Al abrir la caja, una voz muy dulce le dijo:
- Soy la caja mágica de los deseos. Puedes pedirme todo lo que quieras
pero has de ser bueno y no ser egoísta, sino me iré apagando poco a poco
hasta no poder hacer realidad los deseos de ningún otro niño nunca jamás.
Miguelito soltó la caja porque se asustó mucho al oír aquella voz, pero
rápidamente se acercó de nuevo y volvió a abrirla.
- Pídeme un deseo y te lo concederé, pero piénsalo bien porque tiene que
ser un deseo importante - dijo la caja.

Miguelito cerró la caja y la guardó en su mochila. Cuando llegó a casa de


sus abuelos la escondió debajo de la cama sin darse cuenta de que su
hermano Juanito, estaba espiándole desde la ventana.

Cuando Miguelito salió de la habitación, Juanito fue a buscar lo que su


hermano había escondido y se encontró con aquella preciosa caja. Cuando
la abrió, la caja le dijo:
- Soy la caja mágica de los deseos. Puedes pedirme todo lo que quieras
pero has de ser bueno y no ser egoísta, sino me iré apagando poco a poco
hasta no poder hacer realidad los deseos de ningún otro niño nunca jamás.

Juanito, rápidamente, pidió a la caja que aquella habitación se llenase de


golosinas para él sólo y la caja le concedió el deseo.
Empezó a comer y comer hasta que llegó su hermano Miguelito. Éste vio
todas aquellas chucherías y pidió a Juanito que le dejara comer alguna,
pero su hermano le dijo que todas eran para él porque así se lo había
pedido a la caja mágica.

Miguelito se enfadó mucho porque su hermano le había quitado la caja y


porque además estaba siendo egoísta al no querer compartir con él ninguna
golosina. Tenía miedo de que la caja se enfadara así que fue corriendo a
abrirla y fue cuando vio que la cajita ya no brillaba tanto.

Miguelito había pensado su deseo, así que cuando la cajita le habló, le dijo:
- Cajita mágica, me encantaría que me ayudases a hacer que mi hermano
se portase mejor conmigo, con mis papás y con nuestros amigos y que no
fuera tan egoísta.

La caja le concedió el deseo y, por sorpresa, todas aquellas golosinas de la


habitación desaparecieron. Juanito se sorprendió mucho, pero algo había
cambiado. En vez de enfadarse con Miguelito, se acercó a él y dándole un
abrazo fuerte le pidió perdón por haberse portado mal con él.

Miguelito estaba muy feliz, porque la caja mágica había cumplido su deseo.
Ahora su hermano Juanito se portaba muy bien con todos y jugaba con él
sin hacerle rabiar.

Los dos hermanos guardaron la caja mágica y siguieron pidiéndole deseos.


Siempre pedían juntos buenos deseos para su familia y sus amigos y la
preciosa caja mágica nunca dejaba de brillar.
El conejito soñador

Había una vez un conejito soñador que vivía en una casita en medio del
bosque, rodeado de libros y fantasía, pero no tenía amigos. Todos le habían
dado de lado porque se pasaba el día contando historias imaginarias sobre
hazañas caballerescas, aventuras submarinas y expediciones
extraterrestres. Siempre estaba inventando aventuras como si las hubiera
vivido de verdad, hasta que sus amigos se cansaron de escucharle y acabó
quedándose solo.

Al principio el conejito se sintió muy triste y empezó a pensar que sus


historias eran muy aburridas y por eso nadie las quería escuchar. Pero pese
a eso continuó escribiendo.

Las historias del conejito eran increíbles y le permitían vivir todo tipo de
aventuras. Se imaginaba vestido de caballero salvando a inocentes
princesas o sintiendo el frío del mar sobre su traje de buzo mientras
exploraba las profundidades del océano.

Se pasaba el día escribiendo historias y dibujando los lugares que


imaginaba. De vez en cuando, salía al bosque a leer en voz alta, por si
alguien estaba interesado en compartir sus relatos.

Un día, mientras el conejito soñador leía entusiasmado su último relato,


apareció por allí una hermosa conejita que parecía perdida. Pero nuestro
amigo estaba tan entregado a la interpretación de sus propios cuentos que
ni se enteró de que alguien lo escuchaba. Cuando acabó, la conejita le
aplaudió con entusiasmo.

-Vaya, no sabía que tenía público- dijo el conejito soñador a la recién


llegada -. ¿Te ha gustado mi historia?
-Ha sido muy emocionante -respondió ella-. ¿Sabes más historias?
-¡Claro!- dijo emocionado el conejito -. Yo mismo las escribo.
- ¿De verdad? ¿Y son todas tan apasionantes?
- ¿Tu crees que son apasionantes? Todo el mundo dice que son
aburridísimas…
- Pues eso no es cierto, a mi me ha gustado mucho. Ojalá yo supiera saber
escribir historias como la tuya pero no se...

El conejito se dio cuenta de que la conejita se había puesto de repente muy


triste así que se acercó y, pasándole la patita por encima del hombro, le
dijo con dulzura:
- Yo puedo enseñarte si quieres a escribirlas. Seguro que aprendes muy
rápido
- ¿Sí? ¿Me lo dices en serio?
- ¡Claro que sí! ¡Hasta podríamos escribirlas juntos!
- ¡Genial! Estoy deseando explorar esos lugares, viajar a esos mundos y
conocer a todos esos villanos y malandrines -dijo la conejita-

Los conejitos se hicieron muy amigos y compartieron juegos y escribieron


cientos de libros que leyeron a niños de todo el mundo.

Sus historias jamás contadas y peripecias se hicieron muy famosas y el


conejito no volvió jamás a sentirse solo ni tampoco a dudar de sus
historias.
LA LLORONA.

La llorona es una mujer alta y estilizada cuyo atuendo es de color blanco, aunque no es
posible distinguir sus rasgos faciales. Los relatos populares, la describen también como una
mujer sin pies, en efecto, parece desplazarse por el piso sin rozarlo.

El mito de 'la llorona' afirma que su eterno penar se debe a que busca a un hijo recién
nacido que asesinó arrojándolo al río para ocultar un pecado. Y en esta línea, es parte de su
penitencia, castigar a los muchachos que andan de amores prohibidos: se sube a sus
caballos y puede llegar a matarlos en un helado abrazo mortal.

Se la llama 'la llorona' porque sus gemidos son tan insistentes que hasta enloquece a los
perros, mientras deambula por las noches (sobre todo cuando es noche de plenilunio).

La mayoría de los relatos, la consideran señal de malos presagios, un indicador de mal


agüero: puede acercarse para enfermar a las personas, empeorar a los enfermos o traer
desgracias a los seres queridos.

En otros relatos, 'la llorona' se presenta como un ser inofensivo que necesita consuelo y
ayuda, despertando piedad en la gente que, cuando se acerca a consolarla, les roba todas sus
pertenencias.
Afrodita y Ares
Afrodita o Venus, diosa del amor, estaba casada con Hefesto o Vulcano el herrero, a
quien nunca le fue fiel.

Cierto día, Helios, dios del sol, vino a Hefesto y le dijo que había visto a Afrodita con su
amante Ares, dios de la guerra en el propio palacio de Hefesto.

Enfurecido de celos, Hefesto con el intenso calor de su furia, forjó una red de metal tan fina
y ligera que era casi invisible, pero indestructiblemente resistente.

Colocó la red en los postes de la cama y en las vigas del dormitorio. Cuando Afrodita y
Ares, se fueron hacia la cama... ¡la red los atrapó tan fuerte que no podían escapar!

Hefesto llamó entonces a todos los dioses para reirse de los amantes atrapados. Acudieron
Poseidón, Hermes y Helios. Hefesto exigió que Zeus le devolviera la dote que tuvo que
entregar por Afrodita, pero se conformó con una compensación que pagaría Ares .

Y mientras todos se reían, Poseidón ofreció ser el fiador de la deuda. Luego los amantes
fueron liberados.
La Yeguatzihuatl en Chiapas

Se dice que en las calles de este Pueblo Mágico de México se puede ver a una
mujer de vestiduras blancas y cabello obscuro vagando por las noches. Quienes
tienen la mala suerte de toparse con ella huyen de inmediato, pero hay quienes se
sienten muy valientes y comienzan a seguirla y una vez que están cerca de ella, la
Yeguatzihuatl se aleja.

Lo que estos valientes no saben, es que la misión de la Yeguatzihuatl es llevarlos


hasta ser perdidos entre las ciénegas. Una vez atrapados por el lodo de la
ciénega, esta mujer lanza un grito desgarrador que perturba el ambiente mientras
que, en forma de burla, les da cigarros y dulces a sus víctimas mientras esperan a
ser rescatados por algún viajero que pase por casualidad. Cuando el sol aparece
todos aquellos dulces y cigarros toman su verdadera forma: huesos y estiércol.
La Mulata de Córdoba en Veracruz, México
¿Recuerdan que les dije que estas historias tenían algo de verdad? En el Archivo
General de la Nación se encuentra un expediente que narra una historia ocurrió
hace muchos años en el estado de Veracruz.

Durante el siglo XVI, la Santa Inquisición culpó de ser bruja a una mujer de
nombre Soledad que vivía en Córdoba. El rumor era que tenía un pacto con el
diablo para lucir siempre joven. Sin embargo, Soledad era una herbolaria muy
hábil que se dedicaba a curar cualquier tipo de afecciones en su comunidad
además de poseer una gran belleza que causaba envidias.

Se sabía que era una mujer solitaria y un poco huraña al rechazar una gran
cantidad de pretendientes sin importar si fueran ricos o pobres. Entre los
rechazados estaba el alcalde de Córdoba: Don Martín de Ocaña, quien al sentirse
despechado comenzó el rumor de que Soledad era una bruja y que le había dado
una pócima que le hacía sentir un amor desmedido por ella.

Aunque muchos habían sido curados por ella, tenían miedo de ir en contra de la fe
católica y ser juzgados por la Santa Inquisición. Al ser interrogados, muchos
dijeron haberla visto volar sobre los tejados, reír macabramente por las noches y
algunas mujeres aseguraron que Soledad las acosaba para venderles pócimas de
amor.

Por tales acusaciones, Soledad fue encerrada en la cárcel de San Juan de Ulúa y
condenada a la hoguera. Durante su aislamiento, usó su belleza para convencer a
un carcelero y que le diera un pedazo de carbón con lo cual ella se entretenía
dibujando en las paredes.

Un día antes de ser ejecutada, Soledad le mostró al carcelero un hermoso barco


de velas que había dibujado en una de las paredes y le preguntó: “¿Qué le falta a
este barco?” El carcelero respondió: “Navegar, mi señora” y ella contestó: “Pues
mira cómo navega”. Con asombro, él vio como Soledad se mezcló con su dibujo y
comenzó a alejarse y desaparecer para siempre.

Notando la falta del carcelero, los demás soldados bajaron solo para encontrar la
celda vacía y al carcelero sin vida.

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