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FACULTAD DE MEDICINA HUMANA

ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA

MONOGRAFÍA SARS-COV-2

CURSO: MICROBIOLOGÍA

TURNO: JUEVES 06:00 p.m.

MESA: 1

DOCENTE: ARAUJO JIMENEZ, ARMANDO

AUTORES:
o ALBA SALCEDO, VANESSA
o ARROYO ANGELES, HECTOR
o BARBA ESPINOZA, AMADEO
o BAUTISTA CORDERO, GIANELA
o CARBAJAL RODRIGUEZ, CAMILA
o CHÁVEZ YUPA, JEANPIERRE
o CHUQUIMANGO RODRIGUEZ, MARTHA
o CÓRDOVA NÚÑEZ, CARLOS MANUEL
o ESQUIVEL SAAVEDRA KEVIN EFRAIN
o GARCÍA HURTADO IRENE MELISSA
o GARCÍA LIÑAN DICKMAR
o GÓMEZ DÍAZ ALFREDO SEBASTIAN

PERIODO 2020-10
INTRODUCCIÓN

Tomando en cuenta las circunstancias que está pasando nuestra comunidad y


todo el mundo a causa del SARS-COV-2, es importante estudiar las propiedades
y los efectos de este en la salud y qué tan trascendental puede ser para las
comunidades futuras.

En el presente proyecto de investigación estudiamos aspectos relacionados al


Covid-19, que está provocando una nueva pandemia dejando además numerosas
muertes y cada vez más personas contagiadas. Este análisis es de enfoque
general, tomando en cuenta la historia que acompaña la evolución de este virus,
sus propiedades, epidemiología, tratamiento y la manera en cómo nos afecta, es
decir, su fisiopatología, que, como ya se ha demostrado por numerosos estudios,
es sistémico o generalizado.

Lo que se busca con el trabajo presentado es informar y aclarar ciertos aspectos,


ya que, por el hecho de que el SARS-COV-2 es un agente actual, aún existen
conceptos confusos, tales como las propiedades de las pruebas que se emplean
para diagnosticar a una persona con el nuevo coronavirus, los efectos específicos
en cada sistema u órgano. Todo aquello se explica en el desarrollo de este
documento.

Los intereses del equipo productor de este proyecto son comunes los cuales son
adquirir información y a la vez informar, procurando otorgar seguridad al lector
acerca de lo investigado hasta ahora sobre el SARS-COV-2, ya que se han
notificado varios casos en los que se cometen delitos o errores de la gente por
una falsa información, provocando la desesperación y el pánico de la población.

A continuación, se mostrará el estudio de cada aspecto relacionado al nuevo


coronavirus, los cuales han quedado establecidos en el índice. Toda información
mostrada en este estudio ha sido recopilada de fuentes verídicas en el ámbito
médico.

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INDICE

INTRODUCCIÓN.................................................................................................................2

MARCO TEÓRICO...............................................................................................................4

CAPÍTULO 1: PANDEMIA POR EL NUEVO CORONAVIRUS........................................4

1. HISTORIA..............................................................................................................4

2. EPIDEMIOLOGÍA..................................................................................................6

CAPÍTULO 2: MICROBIOLOGÍA DE LOS CORONAVIRUS...........................................9

1. FAMILIA CORONAVIRIDAE..................................................................................9

2. SARS-COV-2.........................................................................................................9

3. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS................................................................................19

CAPÍTULO 3: FISIOPATOLOGÍA DEL COVID-19.........................................................23

1. SISTEMA CARDIOVASCULAR...........................................................................23

2. SISTEMA NERVIOSO.........................................................................................25

3. SISTEMA RESPIRATORIO.................................................................................26

4. SISTEMA URINARIO...........................................................................................27

5. SISTEMA DIGESTIVO.........................................................................................28

6. SISTEMA ENDOCRINO......................................................................................29

7. SISTEMA OSTEOMUSCULAR...........................................................................31

CONCLUSIONES...............................................................................................................33

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...................................................................................34

ANEXOS............................................................................................................................39

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MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO 1: PANDEMIA POR EL NUEVO CORONAVIRUS

1. HISTORIA
En los últimos treinta años han aparecido nuevas enfermedades, a las que se
le han denominado “enfermedades emergentes”, ejemplo de ellas son: la
enfermedad de los Legionarios, el SIDA, las enfermedades hemorrágicas
severas como el Ébola, Guanarito, Sabia, Hantavirus, entre otras.¹
El género coronavirus fue descrito por primera vez en 1965 por Tyrrell y Bynoe,
como semejante al virus de la bronquitis de los pollos.²
Se estableció el término coronavirus (por el prefijo corona, que denota dicha
apariencia en las proyecciones estructurales de su superficie) para dar
significado a este nuevo género viral.³
En este siglo se ha descrito por primera vez una nueva enfermedad infecciosa
de origen viral, la que se ha denominado Síndrome Respiratorio Agudo Severo
(SRAS). En noviembre del 2002, un hombre de negocios falleció de una
misteriosa enfermedad respiratoria aguda en la provincia de Guangdong (China
Popular), la cual cuenta con 75 millones de habitantes.
Posteriormente aparecen cientos de casos similares en esta misma provincia,
que fueron causa de numerosas muertes, pero lamentablemente
permanecieron sin notificación científica. Es recién, en febrero del 2003,
cuando los médicos de Hong Kong difunden a la comunidad científica la
existencia de una enfermedad respiratoria desconocida de comportamiento
epidémico en el continente asiático. Un médico procedente de Guangdong, que
presentó este proceso respiratorio febril agudo severo, había estado
hospedado en el noveno piso de un hotel de Hong Kong y doce de otros
huéspedes del mismo piso enfermaron días después. Todos ellos se
convirtieron posteriormente en los casos índices al regresar a Vietnam,
Singapur y Canadá.⁴
El SRAS fue reconocido por primera vez el 26 de febrero de 2003 en Hanoi,
Vietnam. La posterior aparición de casos a Europa y América del Norte
produjeron nuevos brotes en estos países, por ello el 12 de marzo del 2003, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la alerta mundial y bautizó a

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esta nueva enfermedad con el nombre de Síndrome Respiratorio Agudo Severo
(“SRAS”), y definió los casos sospechosos y probables.
Se considera que la principal forma de transmisión es la vía aérea. Se ha
detectado más de 100 millones de copias de ARN viral en el esputo de
pacientes en la fase aguda.⁵
Por otro lado, se conoce que el virus puede permanecer en el medio ambiente
alrededor de 3 horas. Se han encontrado también partículas vírales en las
heces de pacientes convalecientes.⁵
En diciembre de 2019 se identificaron en Wuhan (China) una serie de casos de
neumonía originados por un nuevo coronavirus. Este nuevo coronavirus tiene
distintas denominaciones: 2019-nCoV según la OMS y SARS-CoV-2 según el
Comité Internacional de Taxonomía de Virus. La enfermedad que lo causa se
ha denominado 2019-nCoV1. El 7 de enero de 2020, el nuevo coronavirus fue
anunciado oficialmente por las autoridades chinas como el agente causal de
dichas infecciones.⁶
Una incógnita que continúa siendo investigada es el reconocimiento del origen
zoonótico de dicho virus, pero debido a su estrecha similitud con los
coronavirus de murciélago, es probable que estos sean el reservorio primario
del virus, pues con la reaparición de esta nueva clase de coronavirus se
realizaron diversos estudios y se descubrió que el 2019-nCoV es un 96%
idéntico a nivel del genoma a un coronavirus de murciélago; el mismo estudio
reveló que dicho virus pertenece a la especie de SARS-CoV ⁷ es así como se
especula que el SARS-CoV se transmitió a los humanos de animales exóticos
en mercados en el brote de hace 18 años, mientras que el MERS-CoV se
transmitió de los camellos a los humanos.⁸
Los informes documentaron que muchos de los primeros pacientes
identificados tenían como factor común el contacto con un mercado de
mariscos y animales, sin embargo, otros no establecieron contacto con dicho
lugar en ningún momento, lo que evidencia la infección limitada de persona a
persona después de identificar grupos de casos entre familias, así como la
transmisión de pacientes a trabajadores de la salud. ⁹ A su vez, un estudio
publicado recientemente estimó que un 95% de los casos de infecciones por
2019-nCoV en Wuhan presentaron síntomas antes del 12 de enero de
2020¹⁰⁻¹¹, dato que asociado a su período de incubación sugiere una alta

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posibilidad de riesgos de propagación de la enfermedad relacionada con los
viajes.¹²

2. EPIDEMIOLOGÍA

Durante las últimas décadas, el mundo se ha expuesto a una serie de


amenazas por brotes virales emergentes de diferente índole, los cuales, sólo al
estudiarlos en detalle, surge la posibilidad de comprender su verdadero
impacto, no sólo de forma inmediata, si no también, a largo plazo. 13

Recientemente, el 12 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud de


Wuhan, en la República Popular de China, hizo público un reporte de 27 casos
humanos quienes cursaron con una neumonía viral, de los cuales 7 pacientes
se encontraban en condiciones críticas, la cual tenía como etiología un nuevo
patógeno humano con alta capacidad zoonótica, conocido provisionalmente
como Coronavirus novel 2019 (2019-nCoV), y unas semanas después como
Enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19) causada por el virus SARS-
CoV-2. 13

Los principales síntomas asociados a esta virosis son fiebre (83-98%), tos (76-
82%), disnea (31-55%) y dificultad respiratoria (17-29%), entre otros que aún
están en estudio como hallazgos radiográficos en aquellos pacientes quienes
presentaron compromiso grave, presentando alta similitud con la
sintomatología causada por los coronavirus respiratorios del Síndrome
Respiratorio Agudo Severo (SARS-CoV) y del Coronavirus del Síndrome
Respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV). Entre dichos hallazgos se ha
descrito en tomografías de pulmón opacidades en vidrio esmerilado, mixtas con
imágenes de consolidación, agrandamiento vascular en la lesión y
bronquiectasias de tracción. 13

Durante las primeras semanas del año 2020, el mundo evidenció el surgimiento
del COVID-19, cuya letalidad estimada durante los primeros dos meses de su
aparición, oscila entre 2-3%, con un 10% de la población afectada presentando
manifestaciones clínicas graves, estando detrás del SARS-CoV, el cual causó
epidemias en China durante el periodo de 2002-2003 y el MERS-CoV, que

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afectó a Arabia Saudita y países vecinos en el periodo entre 2012-2013, y
continúa hasta la actualidad generando casos en humanos. Dichos síndromes
alcanzaron mortalidades cercanas al 10% y 37% respectivamente. 13

La epidemia de estas infecciones emergentes está influenciada por numerosos


factores como el cambio climático, los niveles de urbanización, número de
viajes aéreos, condiciones socioeconómicas de cada población, entre otros
factores. En el caso del COVID-19, preocupó especialmente el hecho de que la
ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei, la cual tiene cerca de 11 millones
de habitantes, posee uno de los aeropuertos internacionales más grandes de
China, con conexiones aéreas directas con gran parte de las principales
ciudades del mundo, en el caso de América Latina, con conexiones a través de
Estados Unidos, hacia ciudad de México, Sao Paulo y Bogotá, facilitando la
propagación de estos virus. 13

En las siguientes semanas, países fuera de China reportaron casos


importados. Reconociendo la importancia del control epidemiológico para
prevenir y controlar la propagación del COVID-19, la Organización Mundial de
la Salud (OMS) declaró el 30 de enero de 2020, el brote como una emergencia
de salud pública de importancia internacional, lo cual, configura una alerta
global que le indica a las autoridades de cada nación implementar medidas de
vigilancia, pruebas diagnósticas, estrategias de manejo del paciente y
comunicación adecuada de la información, con la finalidad de prepararse frente
a la posible llegada de casos importados de cualquier lugar del mundo dónde el
virus emergente esté presente, y no sólo de China . El día 11 de marzo de
2020, la OMS declaró al COVID-19 en situación de pandemia. 13

Diariamente, la OMS genera reportes de situación epidemiológica relacionados


a la infección global por SARS-CoV-2, los cuales son actualizados en tiempo
real, como el caso de la página de la OMS, ProMEDmail, o el sitio web
especializado de la Universidad John Hopkins llamado "Coronavirus COVID-19
Global Cases / CSSE”. El segundo, tiene la participación activa de múltiples
agencias internacionales entre las cuales destaca la Sociedad Internacional
para Enfermedades Infecciosas, y un equipo experto en enfermedades

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infecciosas, quienes revisan cada reporte, para posteriormente actualizar la
plataforma. 13

A la fecha, 18 de marzo de 2020, el número total de casos registrados en el


mundo es de 214 010, de los cuales, China aporta 81 102 casos (37,89%), y el
restante de 132 908 casos (62,11%) en los demás países, donde destacan
Italia, con 35 713 casos (16,89%), Irán con 17 361casos (8,11%) y España con
11 309 casos (6,49%). El número de muertos a la fecha es de 8727, lo cual
establece, una letalidad de 4,08%.13

Es importante recalcar que el mayor número de casos para una ciudad persiste
en la provincia de Hubei (casi 68 mil casos), sin embargo, con el pasar de las
semanas, hemos visto como la extensión de la enfermedad ha superado
fronteras geográficas y se empiezan a notificar casos en distintas regiones del
mundo, por lo cual, la proporción de casos en China, incluso, comienza a
disminuir. 13

Como era de esperar, el COVID-19 llegó a América Latina y el Caribe, el día 25


de febrero de 2020, cuando el Ministro de Salud de Brasil confirmó el primer
caso en la región. Hasta el momento, todos los países de Sur América están
afectados, con más de 350 casos en Brasil. Argentina, con 79 casos, ha sido el
primer país en reportar una muerte asociada al mismo. En el caso del Perú, el
6 de marzo de 2020 se confirmó en un piloto comercial que regresaba de
vacaciones en Europa, y a la fecha ya son 145 los casos confirmados sin
ninguna muerte. La mayoría de los casos en América Latina son procedentes
de Europa, particularmente de Italia y especialmente de ciudades del norte de
dicho país. Por ello, Italia más que China, se ha convertido en uno de los
países a tener en cuenta en la sospecha de infección por SARS-CoV-2,
seguido por España para países de América Latina). Como se aprecia, muchos
países latinoamericanos, ya no están en fase de preparación sino en fase de
contención y se deben activar en cada una de las instituciones de salud los
protocolos correspondientes. En el último reporte de situación de la OMS, la
gran mayoría de los países de las Américas empiezan a presentar transmisión
local.13 (FIGURA 1).

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CAPÍTULO 2: MICROBIOLOGÍA DE LOS CORONAVIRUS

1. FAMILIA CORONAVIRIDAE

Los virus coronavíridos (Coronaviridae) están divididos en dos familias: los


Orthocoronavirinae (más comúnmente llamados coronavirus) y los
Letovirinae.
Dentro de los coronavirus o "CoVs" hay cuatro grupos principales y ellos
tienen nombres de letras griegas: alfa, beta, gamma y delta.14
"Los CoV alfa y beta infectan en gran medida a los mamíferos y
probablemente se originaron en murciélagos, mientras que los CoV gamma
y delta infectan y se originan en gran medida a las aves", explica el doctor
Anthony Fehr, profesor de enfermedades infecciosas de la Universidad de
Kansas, en Estados Unidos.
Varios mamíferos, como los cerdos y los humanos, albergan múltiples
coronavirus
Hace poco más de dos años en China hubo un brote de un coronavirus
porcino, el SARS-CoV, que se originó en murciélagos y que mató a 25.000
cerdos, recuerda el profesor que es coautor del estudio "Coronavirus: una
visión general de su replicación y patogénesis". 14-15
Pero específicamente en los humanos, hay siete tipos de coronavirus
conocidos que pueden infectarnos, los denominados HCovs, dice Fehr a
BBC Mundo. 14
Cuatro de ellos (HCoV-229E, HCoV NL63, HCoV-HKU1, y HCoV-OC43)
"suelen causar un resfriado común y pueden ser potencialmente más
graves en personas inmunocomprometidas", explica el especialista.
Y los tres restantes tipos de coronavirus que han causado brotes de
enfermedades graves en humanos son el SARS-CoV (2002-2003), MERS-
CoV (2012-actualidad) y ahora el SARS-CoV-2 2019, que se desconoce
hasta cuándo estará presente.15

2. SARS-COV-2
El coronavirus ha recibido el nombre de SARSCoV-2 por parecerse, en su
información genética, al virus que causó la epidemia del Síndrome
Respiratorio Agudo Grave (SARS de su definición en inglés) en 2003. El

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SARS-CoV-2 es un beta coronavirus, de la familia Orthocoronaviridae
caracterizado por tener una cubierta lipídica en la que sobresalen unas
proteínas que le dan la apariencia de tener una corona.16
Al igual que el virus de la gripe, que pertenece a la familia
Orthomyxoviridae, el SARS-CoV-2 es un virus de ARN. Es decir, el
genoma de ambos virus está formado por una cadena de ARN. La
diferencia entre ambos está en que el SARS-CoV-2 presenta un genoma
de ARN positivo mientras que el de la gripe es de ARN negativo. Eso que
puede parecer algo testimonial, hace que el SARSCoV-2 pueda comenzar
a producir proteínas víricas rápidamente una vez entra en las células
mientras que el de la gripe necesita copiar su genoma para poder hacer
esa función. Hay un paso más que hace al virus de la gripe diferente, tal
vez menos peligrosa.16-17
La estructura del SARS-CoV-2 es muy simple, una cubierta en forma de
bicapa lipíca igual a la que presenta cualquier célula en la que se
concentran esencialmente dos proteínas, la proteína S que utiliza el virus
para entrar en las células humanas uniéndose a una proteína muy
abundante en el epitelio respiratorio, digestivo y el endotelio vascular o
cardiaco como es la ACE-2. La ACE-2 es una proteína esencial para el
funcionamiento de órganos como el respiratorio o el corazón ya que
procesa un factor esencial para mantener el control de la presión arterial y
el funcionamiento de los vasos sanguíneos, por lo que la capacidad de
infección del virus es muy alta. La otra proteína de la cubierta es la proteína
E, una proteína anclada a la membrana que interviene en múltiples
actividades para la formación del virus como son el ensamblaje, la
formación de la envuelta y en la infección de otras células.16-17
Como en todos los coronavirus, en el interior de la envuelta se encuentra el
genoma que consiste en una única hebra de ARN en secuencia positiva, es
decir, listo para ser leído por los ribosomas de las células para la
fabricación de proteínas. Además, este ARN está unido a una proteína
llamada Proteína N que formará la nucleocápsida que protege al ARN de
su identificación por el sistema inmunitario y a una proteína que controla su
replicación llamada nsps.16-17

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Como todos los virus, el SARS-CoV-2 introduce su material genético dentro
de la célula y utiliza la maquinaria celular para generar sus propias
proteínas y posteriormente replicar su material genético generando
decenas a centenares de nuevos virus que acaban matando la célula y
saliendo al exterior.17
Dos tercios del ARN viral, ubicados principalmente en el marco de lectura
abierto 1a/1b (ORF 1a/1b, por sus siglas en inglés), codifican 16 proteínas
no estructuradas, que interfieren con la respuesta inmune innata del
hospedero. La parte restante del genoma del virus codifica cuatro proteínas
estructurales esenciales, incluida la glicoproteína espiga (S, de su término
original en inglés Spike), responsable de la unión y fusión del virus con las
membranas celulares; la proteína de membrana (M), responsable del
transporte transmembrana de nutrientes, liberación de la partícula viral y
eventual formación de su envoltura; las proteínas de nucleocápside (N) y
las proteínas de envoltura (E).16-17
La enzima convertidora de angiotensina 2 pertenece a la familia de ACE de
dipeptidil carboxidipeptidasas, ACE1 y ACE2 tienen actividades tróficas
diferentes. Existen dos formas de ACE2, una transmembrana y otra
soluble, la primera de ellas es una proteína transmembrana con un dominio
extracelular que sirve como receptor para la proteína S. Estudios en
modelos murinos y humanos tratados con inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina (iECAS) y ARA 2 (antagonistas de receptor
de angiotensina 2) han demostrado la sobreexpresión de ACE2
transmembrana y soluble, que pueden hacerlos más susceptibles a la
infección por coronavirus, esto debido a que la unión de SARSCoV-2 a la
ACE2 atenúa la actividad residual (antiinflamatoria, vasodilatadora y
antioxidante) y permite la sobreexpresión de ACE1 y angiotensina 2 con
acciones finales sobre su receptor, principalmente proinflamatorias,
vasoconstrictoras y oxidantes, mecanismos que explican parte de la lesión
pulmonar observada en los individuos afectados.16-17

pág. 12
PROTEÍNAS VIRALES:

1. Proteína S:

La glicoproteína S se proyecta en forma de espículas y en el caso de


SARS CoV-2 es de mayor longitud, ya que tiene entre 16 a21 nm. Se
ha descrito que en el caso de SARS-CoV, MERS-CoV y SARS-CoV-2
la proteína tiene entre 1104 a 1273 aminoácidos y comprende una
subunidad (N)-terminal denominada S1 y una subunidad C-terminal
denominada S2. La glicoproteína S es clivada por una proteasa
celular furina-like en dos péptidos del mismo tamaño, S1 y S2. El sitio
de clivaje es un pentapéptido altamente básico. En la subunidad S1,
se encuentra el dominio de unión al receptor (RBD) que abarca
aproximadamente 200 residuos, en la posición 318-510 del SARS
CoV. El subdominio RBD es responsable de que la proteína S se
organice en espículas en forma de trímero. En cambio, en S2 se
localiza el péptido de fusión, responsable de la fusión de la membrana
viral y celular, en el proceso de entrada del virus a la célula y del
efecto citopático, en forma de sincicios, que puede producir este virus
al infectar células en cultivo o en la infección in vivo. S1 es muy
variable entre los distintos coronavirus, mientras que S2 es muy
conservado. Tanto el dominio N-terminal como el dominio C terminal
de S1 pueden unirse a los receptores del hospedador. El subdominio
externo contiene 2 bucles expuestos en la superficie que se unen con
ECA2 por sus siglas en inglés Angiotensin-Converting Enzyme 2. 17
(FIGURA 2)

2. Proteína N o proteína de la nucleocápside

La proteína N (43 a 50 KDa) conforma la nucleocápside helicoidal


uniéndose a lo largo de todo el genoma viral. Esta proteína es
fosforilada en un número discreto de serinas y treoninas. Aunque el
rol de esta fosforilación aún no ha sido determinado se ha sugerido
que está relacionado a funciones regulatorias. Por ejemplo, la
fosforilación dispara un cambio conformacional en N aumentando su
afinidad por el RNA viral (Wang et al., 2003). La proteína N contiene 2

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dominios, ambos capaces de reconocer el RNA viral. Además, se ha
reportado que N se une a nsp3 (proteína no estructural 3) para dirigir
el genoma al complejo de replicación y transcripción así como el
empaquetado de la nucelocápside. También funciona como
antagonista del interferón y un represor de RNA de interferencia
codificado por el virus. Otra importante función es su asociación con
otra proteína estructural: M. 17 (FIGURA 2)

3. Proteína de envoltura, E.

Es un polipéptido pequeño que se encuentra en cantidades limitadas


en la envoltura viral. Durante el ciclo de replicación, se expresa
abundantemente dentro la célula infectada, pero solo una pequeña
cantidad se incorpora en la envoltura del virión. La mayoría de la
misma se encuentra localizada en el sitio de tráfico intracelular, como
el complejo de Golgi, donde participa en el ensamblado de la partícula
y se considera que es muy importante en la producción y maduración
de partícula viral.17 (FIGURA 2)

4. Proteína de membrana, M

Es la proteína estructural más abundante, y la responsable de darle la


forma al virión. El monómero M, que oscila entre 25 y 30 kDa, es una
proteína de membrana que está incrustada en la envoltura a través de
tres dominios transmembrana. El extremo amino constituye un
ectodominio pequeño; mientras que el endodominio C-terminal es la
mayor parte de la molécula y está situada en el interior del virión o en
la cara citoplasmática de la membrana intracelular. El ectodominio
puede ser modificado por glicosilación, lo cual influye, tanto en el
tropismo de los órganos a infectar, como en la capacidad inductora de
interferón (IFN) de algunos coronavirus. Asimismo, esta proteína
colabora en la fijación de la nucleocápside a la membrana de
estructuras internas tales como el complejo de Golgi y es la
responsable del transporte transmembrana de nutrientes, la liberación
del virión y la formación de la envoltura.17 (FIGURA 2)

pág. 14
5. Proteínas no estructurales y accesorias.

La mayoría de las proteínas no-estructurales, nsp1 a nsp16, han sido


reportadas con funciones específicas durante el proceso de
replicación de los coronavirus. Entre las funciones se destacan RNA
polimerasa RNA-dependiente, helicasa, metil-transferasa y
endoribonucleasa. Sin embargo, las funciones de algunas de ellas
aún son desconocidas o solo están predichas por estudios
bioinformáticos.16-17
Además de las nsps y las proteínas estructurales, diferentes CoV
codifican proteínas denominadas “accesorias” como la HE, 3a/b y
4a/b. Estas proteínas se traducen del RNA genómico (junto con las
estructurales) y tienen funciones en la supresión del sistema 7 inmune
innato. Se ha sugerido que estas proteínas han sido adquiridas por
diferentes coronavirus para este propósito ya que su función no es
necesaria en cultivos celulares.16-17

CICLO DE REPLICACIÓN DE LOS CORONAVIRUS

Los coronavirus entran a la célula blanco por medio del contacto con
receptores celulares específicos. La interacción entre la proteína S y un
receptor ubicado en la membrana celular dispara el proceso de entrada
al citoplasma celular. El receptor para el virus SARS-CoV es la proteína
ACE2. Esta molécula es una proteína ubicada en la membrana celular
con actividad carboxipeptidasa e involucrada en la regulación de la
presión sanguínea y la función cardíaca. La ACE2 cliva la angiotensina
1 en angiotensina 2, molécula que produce vasoconstricción y aumento
de la presión arterial. La angiotensina 2 estimula en las glándulas
suprarrenales la secreción de aldosterona, cuya función es la
reabsorción del sodio y el agua y la eliminación del potasio, a nivel
renal, produciendo el aumento de la presión arterial. En humanos se
expresa en células epiteliales de pulmón e intestino delgado los cuales
son los blancos primarios de SARS-CoV. Estudios estructurales han
demostrado que la mutación de solo 2 residuos aminoacídicos en una
proteína permitió el salto de especie (de la civeta asiática al humano).
Recientemente se ha demostrado que esta proteína también funciona

pág. 15
como receptor para el nuevo SARS-CoV-2. Un estudio sugiere que
variantes genéticas de la proteína ACE2 en las distintas etnias
poblacionales podrían presentar distintos niveles de afinidad y
reconocimiento con SARSCoV-2; y así explicar la severidad de la
enfermedad en los distintos continentes.16-17 (FIGURA 3)
Luego del reconocimiento del receptor, los coronavirus ingresan al
citoplasma por endocitosis y fusión con vesículas ácidas que permiten
la liberación de la nucleocápside. Alternativamente estos virus pueden
fusionarse directamente con la membrana plasmática por un
mecanismo dependiente de una proteasa celular quien cliva a la
proteína S del virus y permite exponer su péptido fusión.17
Una vez liberada la nucleocápside al citoplasma comienza la traducción
y expresión del gen de replicasa viral. Por un mecanismo intrincado de
desplazamiento de ribosomas celulares se traducen dos polipéptidos
definidos pp1a (440–500 kDa) y pp1ab (740– 810 kDa) de diferente
longitud. A partir de estos, y por un proceso autoproteolítico, se
expresan las proteínas no estructurales (designadas nsp1 a nsp16)
necesarias para formar el complejo replicasa-transcriptasa (RTC) y
completar un ciclo de infección exitoso.17 (FIGURA 3)
Río abajo del gen de la replicasa se encuentran los genes estructurales
S, M, E y N; que serán expresados a partir de mRNA subgenómico una
vez que el RTC esté conformado y activo. Las factorías replicativas de
los coronavirus provocan remodelamientos estructurales membranosos
muy complejos en las células infectadas. Extensivas y
morfológicamente diversas redes de vesículas, conectadas con el RE
permiten la compartimentalización del proceso de síntesis viral
protegiéndolo de ribonucleasas y evitando el reconocimiento de la
respuesta inmune innata. 17
Las proteínas estructurales M, S y E son expresadas asociadas al RE
desde donde serán transportadas hacia el sitio de ensamblado y junto
con las nucleocápsides formarán las nuevas partículas virales. Los
coronavirus se ensamblan a través del sistema ERGIC y luego las
partículas maduras son exportadas hacia la membrana plasmática en
el interior de vesículas son secretadas por exocitosis.17

pág. 16
PATOGENIA:

La mayoría de los coronavirus se propagan a los hospedadores


susceptibles por vías respiratoria o fecal-oral de infección, y la
replicación ocurre primero en las células epiteliales. Sin embargo,
además de la infección local de las vías respiratorias o entéricas, varios
coronavirus causan enfermedad respiratoria aguda grave. Según la
literatura publicada y las observaciones clínicas de pacientes con
COVID-19, se han propuesto hipótesis razonables sobre la patogénesis
de la infección por SARS-CoV-2 en humanos. El virus puede acceder al
tracto respiratorio a través de las membranas mucosas, especialmente
la nasal, orofaríngea y laríngea, y luego ingresar a los pulmones por
continuidad. Posteriormente, puede ingresar a la sangre desde los
pulmones, causando viremia y finalmente atacando todos los órganos
que expresan ACE2.16-17
La ACE2, es el receptor identificado como puerta de entrada para
SARS-CoV-2, es una enzima adherida a la membrana celular de
células ubicadas en el cerebro, corazón, arterias, endotelio respiratorio,
pulmones, específicamente en sus células alveolares tipo II (AT2, por
sus siglas en inglés), hígado, intestinos, riñones y testículos. Su función
principal es reducir la presión arterial al catalizar la escisión de
angiotensina II (un péptido vasoconstrictor) en angiotensina 1–7 (un
vasodilatador).16 (FIGURA 4)
El SARS-CoV-2 se une a toda célula corporal que expresa ACE2 y
TMPRSS en su superficie, causando una respuesta inflamatoria
sistémica. Esta se inicia con una tormenta de citocinas, la cual consiste
en una liberación de grandes cantidades de citocinas pro inflamatorias
(IFN-a, IFN-g, IL-1b, IL-6, IL-12, IL-18, IL-33, TNF-a, TGFb, etc.) y
quimiocinas (CCL2, CCL3, CCL5, CXCL8, CXCL9, CXCL10). Se trata
de un violento ataque del sistema inmune, causando daño alveolar
difuso, insuficiencia orgánica múltiple y muerte, en los casos graves de
infección por SARS-CoV-2, al igual que ocurrió con SARSCoV y ocurre
con MERS-CoV.17-18

pág. 17
La unión de SARS-CoV-2 a los receptores ECA2 ubicados en la
superficie de las AT2 reviste especial importancia, ya que desencadena
una cascada de inflamación en las vías respiratorias inferiores,
ocasionando un síndrome de dificultad respiratoria aguda. La lesión
característica de este síndrome, el daño alveolar difuso, ha sido
encontrada en la mayoría de pacientes fallecidos por neumonía grave
por COVID-19.
El SARS-CoV-2 no solo obtiene la entrada a las células pulmonares a
través de ECA2. Posteriormente, regula de forma negativa su
expresión en la superficie de estas células, a tal grado que la enzima
se torna incapaz de ejercer efectos protectores sobre los órganos
corporales. La regulación negativa de la expresión de ECA2 en las
células pulmonares, conlleva a la acumulación sin oposición de
angiotensina II y a la activación local del sistema renina-angiotensina-
aldosterona (SRAA). Se ha postulado, pero no probado, que esta
actividad no controlada de angiotensina II puede ser en parte
responsable de la lesión orgánica en COVID-19, conllevando a lesión
pulmonar aguda, remodelación desfavorable del miocardio,
vasoconstricción periférica y permeabilidad vascular aumentada.
Mientras que la activación local del SRAA puede modular las lesiones
pulmonares provocadas por la agresión viral. Recientemente, un
estudio realizado en 2020, reportó manifestaciones neurológicas como
dolor de cabeza, mareos, alteración del conocimiento, ataxia,
enfermedad cerebrovascular aguda, epilepsia, hipogeusia, hiposmia,
hipoxia y neuralgia, en 78 (36.4 %) de 214 pacientes con COVID-19.
Como la pandemia aún está en curso, una descripción detallada de las
manifestaciones neurológicas por COVID-19 surgirá a medida que se
publiquen más estudios. Los mecanismos patogénicos subyacentes a
la invasión del sistema nervioso central aún se desconocen. La ruta
hematógena parece ser la vía más probable para que el SARSCoV-2
llegue al cerebro, pero hay otras rutas hacia el sistema nervioso
central, como a través de la placa cribiforme del hueso etmoides cerca
del bulbo olfatorio. Esta puerta de entrada debe tomarse en cuenta,
sobre todo, en pacientes con COVID-19 que en fase temprana

pág. 18
presenten pérdida del olfato y/o el gusto. No hay que perder de vista
que varios de los signos y síntomas neurológicos, observados en casos
de COVID-19, podrían ser una manifestación de hipoxia, acidosis
respiratoria y/o metabólica, en una etapa avanzada de la enfermedad.
COVID-19 a lo largo de la pandemia se ha caracterizado por presentar
complicaciones como la miocarditis, la enfermedad tromboembólica, la
coagulación intravascular diseminada, la hipercitoquinemia y las
complicaciones renales, además de la enfermedad respiratoria. Los
mecanismos subyacentes de estas comorbilidades aún no se
comprenden completamente 33. Sin embargo, es de hacer notar que
los receptores ACE2 también son expresados ampliamente te en las
células endoteliales de múltiples lechos vasculares y de muchos
órganos. Hallazgos sugieren que la infección por SARS-CoV-2 facilita
la inducción de endotelitis en varios órganos, como consecuencia
directa de la infección viral y/o de la respuesta inflamatoria del
hospedero. La endotelitis por COVID-19 podría explicar la disfunción
microcirculatoria sistémica y sus secuelas clínicas, al cambiar el
equilibrio vascular hacia una mayor vasoconstricción, con una isquemia
orgánica subsecuente, edema tisular y un estado proclive a la
hipercoagulación.17-18 (FIGURA 4)
Hasta el momento se sabe que el virus puede causar síntomas leves
parecidos a la gripe, como fiebre, tos, dificultad para respirar, dolor en
los músculos y fatiga. Los casos más graves desarrollan neumonía
grave, síndrome de dificultad respiratoria aguda, sepsis y shock séptico
que pueden conducir a la muerte. Las personas con afecciones
crónicas parecen ser más vulnerables a las formas graves de la
enfermedad. Sin embargo, en comparación con el SARS-CoV (10% de
mortalidad) y el MERS-CoV (35% de mortalidad), el SARS-CoV-2
parece ser menos virulento en este punto, con la excepción de los
ancianos y aquellos con afecciones de salud subyacentes. 18

pág. 19
3. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS

Al sospechar de un posible caso de SARS-COV-2, es importante tomar en


cuenta el protocolo determinado y realizar las pruebas diagnósticas de
manera adecuada para obtener resultados seguros y confiables.

El diagnóstico de este agente microbiológico es importante para el manejo


adecuado y para la correcta prevención de aumento de casos positivos,
pero la realización de estas pruebas no es tan simple. Existen factores que
ayudan a decidir si hacer una prueba y estos pueden variar de acuerdo a
donde vivas, un médico puede determinar si realizar una prueba
basándose en tus signos y síntomas, aunque existe el hecho de que
muchos pacientes son asintomáticos, o basándose en el hecho de haber
tenido contacto con alguien diagnosticado con COVID-19.19

Para realizar este tipo de pruebas se deben tomar muestras biológicas,


estas pueden ser: esputo, saliva o sangre. Estas muestras se envían al
laboratorio para ser analizadas.

El sitio web de la FDA aprobó dos tipos de pruebas para diagnosticar


SARS-COV-2: prueba molecular o de detección de ácidos nucleicos (PCR)
y prueba de detección de antígeno, sin embargo, también se considera la
prueba de detección de anticuerpos (IgM, IgG).20

A) PRUEBA MOLECULAR P DE DETECCIÓN DE ÁCIDOS


NUCLEICOS:

Es también llamada prueba de reacción en cadena de la polimerasa


(PCR), esta técnica es la más confiable y la más recomendada por la
detección y amplificación de ácidos nucleicos, es decir el material
genético de virus (ARN del Covid-19). Las muestras más utilizadas para
realizar esta prueba son respiratorias y no respiratorias: nasofaríngeas,
las más recomendadas, y muestras orofaríngeas. En cuanto a las
muestras no respiratorias tomamos en cuenta sangre y material de
desecho. En caso de infección grave se puede tomar muestras de vías
respiratorias más profundas o de expectoración, aspirado endotraqueal y

pág. 20
endobronquial. Particularmente, se han encontrado hallazgos del ARN
viral en muestras de orina y heces. 20

El encargado de la salud que se encargará de realizar la prueba tiene


que utilizar un hisopo largo y flexible para las muestras nasofaríngeas y
orofaríngeas (nasal o salival). Los resultados pueden salir en unos pocos
minutos si se las analiza en ese mismo lugar o puede demorar algunos
días si se envían al laboratorio. Los resultados obtenidos por esta
técnica se consideran muy exactas y confiables. El hisopo se introduce
en una de las fosas nasales y se desplaza por el suelo de la cavidad
nasal siguiendo el tabique hasta la nasofaringe, hasta la muesca de
seguridad, sin forzar si se encuentra resistencia. Se gira la torunda con
suavidad durante 5-10 segundos. A continuación, se debe introducir el
hisopo en un medio de transporte adecuado, para virus o universal,
romper el mango del hisopo por la muesca y cerrar el tapón, a no ser
que se vaya a usar de forma inmediata en un test rápido. 21

Para el diagnóstico de SARS-COV-2 se debe realizar una variante de la


prueba de PCR, esta es la prueba de RT-PCR (de transcriptasa inversa)
el cual se realiza en laboratorios de microbiología clínica con personal
experto y con altas medidas de seguridad. Para empezar, la muestra
debe ser inactivada. Este proceso consta de dos fases: extracción y
amplificación de los ácidos nucleicos. El material genético del virus
(ARN) es monocatenario y muy inestable, lo que dificulta la obtención
de resultados, por lo que se procede a transcribir de forma inversa a
ADN complementario utilizando una transcriptasa inversa A partir de
aquí, se utiliza el procedimiento de PCR convencional para amplificar el
ADNc. Se utilizan secuencias cortas de ADNc, cebadores o “primers”,
para seleccionar la parte del genoma a amplificar. La temperatura de la
muestra se sube y se baja repetidamente para ayudar al ADN
polimerasa a duplicar la secuencia del ADN que está siendo copiada.
Con esta técnica se producen millones de copias de la secuencia
estudiada en unas horas. 21

pág. 21
Los genes más comúnmente usados para el diagnóstico de Covid-10
son: GEN E (recomendado por la OMS como screening de primera
línea), GEN RdRp y GEN N (para estudio de confirmación). 21

A pesar de su alta especificidad y sensibilidad, se han detectado falsos


negativos y falsos positivos, en estos casos se recomienda repetir el
muestreo. Estos falsos positivos pueden aparecer si la toma de muestras
es inadecuada, si la cantidad de muestra es escasa, inadecuado
transporte de muestra o si hubo errores pre-analíticos. En el caso de los
falsos positivos, pueden aparecer si hay error preanalítico en el
etiquetado de muestras o una contaminación cruzada de muestras
durante el proceso 21

Otras de las técnicas de diagnóstico para COVID-19 son las pruebas


rápidas basadas en detección de antígeno y anticuerpos. De manera
general, estas son pruebas cualitativas que ofrecen resultados positivos
o negativos. Algunas de las técnicas usadas son: técnicas de
aglutinación (indirecta o pasiva), inmunofluorescencia,
enzimoinmunoanálisis (ELISA), contrainmunoelectroforesis, métodos
luminométricos e inmunocromatografía (flujo lateral).

B) PRUEBAS DE DETECCIÓN DE ANTÍGENO:

La presencia del virus en el organismo se puede confirmar por la


detección de ciertas partículas, las cuales pertenecen a la nucleocápside
(N) o también las proteínas virales espiga que rodean a esta, formando
una envoltura compuesta (S), específicamente las subunidades S1 o S2,
las proteínas de envoltura (E) y de membrana (M). 21

Al igual que en la prueba de PCR, las muestras se obtienen con un


hisopo del exudado nasofaríngeo u orofaríngeo, o de esputo. Según
estudios se obtuvo el conocimiento de que hay mayor carga antigénica
en esputo y muestra nasofaríngea que en la orofaríngea y sobre todo en
la fase aguda de la infección, es decir los primeros 7 días, sin embargo,
la sensibilidad de esta técnica es baja (60%). 21

pág. 22
Estas pruebas diagnósticas no están por completo aceptadas por la
misma baja sensibilidad, pues se pueden obtener resultados positivos
los cuales pueden indicar una infección de SARS-COV-2 pero también
pueden reaccionar contra ciertos antígenos no pertenecientes al
coronavirus dando falsos positivos. El caso es el mismo con resultados
negativos, ya que este no indica necesariamente la ausencia del agente
en el organismo.21

C) PRUEBAS DE DETECCIÓN DE ANTICUERPOS:

El análisis de anticuerpos, también conocido como prueba serológica, se


hace después de la fase inicial de infección de la COVID-19. Detectan la
presencia de anticuerpos IgM e/o IgG frente SARS-CoV-2 en una
muestra de sangre, suero o plasma. Un profesional de atención médica
toma una muestra de sangre, generalmente de la punta de un dedo o de
una vena en el brazo. Luego la muestra se analiza para determinar si
has desarrollado anticuerpos contra el virus. 21

El procedimiento de esta prueba inicia con la colocación de la muestra


de sangre en el casete, se añade el tampón o diluyente y se obtienen los
resultados en 15 minutos aproximadamente. Se debe observar una
banda coloreada marcada para que la determinación sea válida.
Adicionalmente, si aparece coloreada la línea M indica positividad de
IgM, lo mismo para la IgG. 20

Según la Sociedad Española de Inmunología (SEI) tras la infección se


generan anticuerpos de tipo IgM y aunque parece que empiezan a
elevarse aproximadamente 5-7 días tras la infección, los test los
detectan mejor a los 8-14 días. Pasados 15-21 días aparecen los
anticuerpos de tipo IgG.

La sensibilidad mostrada de este test es de 88.66% según y una


especificidad de 90.63%, pero no se pueden descartar los falsos
positivos ante la presencia de otros anticuerpos formados contra otros
virus respiratorios. Tras obtener los resultados, se puede interpretar de

pág. 23
diferentes maneras. Se presenta el cuadro de interpretación según los
resultados obtenidos. 21 (TABLA 1)

Como en las otras pruebas, se pueden obtener falsos negativos por


realización de técnica inadecuada, fallos en los kits o si se tomó muestra
en una fase precoz. Las ventajas de esta prueba es que dan resultados
más rápido (15 minutos aproximadamente), menor exposición del
sanitario, útil para estudiar epidemiología. Las desventajas de este son
los falsos negativos y falsos positivos.21

CAPÍTULO 3: FISIOPATOLOGÍA DEL COVID-19

1. SISTEMA CARDIOVASCULAR

El proceso de esta enfermedad es de gran interés, siendo uno de los


sistemas más comprometidos el cardiovascular, por lo que deseamos
explicar su papel que consideramos protagónico y cuya comprensión
debe de ser de gran relevancia para aquellos involucrados en las ciencias
de la salud, e incluso a los interesados de la comunidad.
La hipertensión es una de las principales comorbilidades asociadas al
COVID-19, cuyo tratamiento se basa en inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina 2 (ECA-2) y de la propia angiotensina. Se
observó que el tratamiento con inhibidores del sistema renina
angiotensina aldosterona (SRAA), donde tienen gran importancia los
antes mencionados, no estaba asociado a un aumento del riesgo de
infección por el nuevo coronavirus, así como tampoco lo estaba con el
aumento del riesgo de complicaciones por el mismo agente (incluyendo
hospitalización y muerte). Este factor tampoco se ve afectado por motivos
de sexo, edad o historia de riesgo cardiovascular.
Se observó además que el uso de inhibidores del SRAA comparado con
otras drogas antihipertensivas casi disminuían a la mitad el riesgo de
respuestas negativas en pacientes con COVID-19 que tenían diabetes.
Otros estudios sugieren que el uso de inhibidores del SRAA confiere
efectos protectores contra las complicaciones e incluso la muerte en
pacientes con COVID-19, a comparación de otras drogas

pág. 24
antihipertensivas, a pesar que estos estudios no fueron restringidos a solo
pacientes con diabetes.
Una interpretación razonable es que no hay evidencia que apoye las
especulaciones que los inhibidores del SRAA incrementen los riesgos del
SARS-COV-2. Tampoco hay evidencia que sugiera que, una vez
infectado, el riesgo de hospitalización por COVID-19, progresión a
complicaciones más severas, o muerte, se incremente con estos
inhibidores del SRAA a comparación de otras drogas antihipertensivas,
22
incluso estudios sugieren que podrían reducir el riesgo de estas.

Hay que mencionar también que los infartos de miocardio incrementa la


expresión de la ECA2, aumentando la probabilidad de sufrir daño cardiaco
posterior. Esto contribuye a entender el efecto del COVID-19 en los
órganos.
El daño cardíaco es la causa más común de complicación relacionada al
incremento del riesgo severo de enfermedad en pacientes con el nuevo
coronavirus. Aproximadamente el 23% de pacientes con COVID-19
tuvieron daño cardiaco, y 13% mostraron una elevación de la creatina
kinasa. El mRNA y proteína ECA2 tuvieron niveles de expresión más
elevados en pacientes con daño cardiaco, aumentando el riesgo de
complicaciones severas por COVID-19, incluyendo fallo cardiaco.
Además, Liang Chen et al. sugieren que el corazón humano infectado con
SARS-CoV-2 ataca a los pericitos, resultando en desorden microvascular.
Este causa disfunción en las células endoteliales de los capilares, baja
reactividad microvascular y alta permeabilidad vascular. SARS-CoV-2
tiene un dominio de unión en su receptor que encaja bien con los
receptores humanos para ECA2. Asimismo, los residuos de aminoácidos,
incluyendo 491Tyr, 441Leu, 479Gln, 487Asn, 472Phe y 480Ser de la
proteína espina madura del SARS-CoV-2 están involucrados en la unión
con el receptor ECA2. Por lo tanto, estos residups de aminoácidos en el
dominio de unión son de importante consideración en el diseño de drogas
para un tratamiento potencial. Juntando todos estos datos, se muestra
que el COVID-19 en pacientes con enfermedad cardiovascular

pág. 25
normalmente provoca resultados de condición crítica y muerte. 23 (TABLA
2)

La resonancia magnética cardiaca (Cardiac MRI) con su precisión única


define la morfología cardiaca y su función, así como proveer
características a sus tejidos, lo que lo vuelve bien adaptada para estudiar
el compromiso cardíaco en COVID-19. Recientemente, Inciadri et al.
mostraron daño miocárdico biventricular severo con edema y realce con
gadolinio en un caso de COVID-19. En ausencia de estenosis arterial
coronaria epicárdica, la disfunción miocárdica subclínica en COVID-19
sería una consecuencia de una disparidad en la función de la
microcirculación endotelial, observada durante las etapas tempranas de la
inflamación sistémica en respuesta a la infección, que presagia y brinda
mal pronóstico a pacientes con una establecida enfermedad
cardiovascular y dispar función de la microcirculación endotelial.
Adicionalmente, COVID-19 media directamente la infección de células
endoteliales que podría contribuir a daño cardíaco. En resumen, se
muestra que los elevados biomarcadores de daño cardiaco son asociados
con edema miocárdico generalizado sin contraste de galadio en una MRI
cardíaca, a pesar de un normal ecocardiograma durante la infección por
COVID-19.24 (FIGURA 5)

2. SISTEMA NERVIOSO

Los virus respiratorios pueden llegar a penetrar el SNC, la neurovirulencia


del SARS-CoV-2 se basa en la afectación de este sistema por otros virus
respiratorios, la existencia de complicaciones por otros tipos de
coronavirus y agregado a esto lo que se vive en los últimos meses en los
pacientes con COVID-19 que han presentado algunas manifestaciones
neurológicas asociadas al SNC. Según los estudios de necropsia de los
pacientes con COVID-19 grave hay presencia de degeneración neuronal y
edema cerebral.
La infección por SARS-CoV-2 se ha asociado con la aparición de un
síndrome de liberación masiva de citoquinas (o tormenta de citoquinas)
que puede alterar la permeabilidad vascular, producir coagulopatía y un
pág. 26
efecto proinflamatorio que, a nivel del sistema nervioso central y en los
casos más graves, conlleva a la aparición edema cerebral.25
En la mayoría de estudios realizados se ha descrito una afectación de las
vías respiratorias principalmente, pero muchos de ellos también sugieren
la afectación del SNC y en menor medida del músculo esquelético.
Algunos de estos pacientes murieron por un síndrome hiper inflamatorio,
ya que este virus tiene la capacidad de infectar a macrófagos, astroglia y
microglía, las que en experimentos han mostrado tener la capacidad de
secretar factores proinflamatorios (IL-12, IL-6, IL-15 y TNFa). Otra de las
implicancias es que el SARS-COV-2 utiliza el ECA2 (enzima convertidora
de angiotensina 2) la que se encuentra expresada en el parénquima
pulmonar, endotelio vascular, cerebro, corazón, riñón e intestino. Las
neuroglias del SNC expresan el ECA2 que ante una infección directa
produce que se comprometa la barrera hematoencefálica,
desencadenando la respuesta neuroinflamatoria, lo que podría potenciar
la inducción de los trastornos ventilatorios.
Dentro de las manifestaciones clínicas del SNC se encuentran mareos,
deterioro del estado de conciencia, enfermedad cerebrovascular y ataxia;
cabe recalcar que la mayoría de estas manifestaciones se observan en
personas con COVID-19 grave.
Por lo tanto, los pacientes tratados por la pandemia del COVID-19,
presentan y presentarán alteraciones neurológicas múltiples que deben
alertar a los neurólogos para su tratamiento.26

3. SISTEMA RESPIRATORIO
El COVID-19 forma parte de la familia de los virus conocida como
Coronaviridae. El nuevo patógeno β-coronavirus del subgénero
Sarbecovirus se denominó inicialmente como el nuevo coronavirus (2019-
nCoV); fue identificado en un brote de neumonía en Wuhan. Los
pacientes desarrollan alteraciones en el sistema respiratorio, pudiendo
llegar a padecer neumonía severa, edema pulmonar o síndrome de
dificultad respiratoria aguda.El SARS-CoV2 entra en las células de los
alveolos (los neumocitos) y utiliza el contenido que hay dentro de ellas

pág. 27
para multiplicarse de forma masiva, hasta matar a la célula en la que se
encuentra. Según los datos disponibles hasta la fecha, cuando entra en
una célula, puede infectarla y liberar entre 10.000 y 100.000 partículas
virales nuevas. Y el procedimiento se repite: entran en las células
cercanas, ampliando la infección. Al multiplicarse, el virus acaba con
estos neumocitos y por eso se dificulta mucho el trabajo que deben
realizar en cada inspiración para que el oxígeno llegue a la sangre y se
reparta a todos los órganos del cuerpo.27
Estos neumocitos tienen gran cantidad de una proteína llamada ACE2,
que es por donde el virus se une para entrar a la célula, lo que facilita su
entrada. Esto se complica en el caso de las personas con hipertensión
arterial, ya que se sabe que estos pacientes tienen en su cuerpo grandes
cantidades de esta proteína, lo que puede aumentar las opciones de que
el virus entre; de ahí que estas personas sean un grupo de riesgo.
La destrucción de los alveolos genera una respuesta de nuestro sistema
de defensa en forma de inflamación. Este proceso natural eficiente nos
permite defendernos de los virus, bacterias y agentes externos. Pero
provoca irritación y aparece la fiebre, uno de los principales síntomas de
la COVID-19. En los casos más leves, puede pasar desapercibida o no
darse síntomas, pero al tener el virus en nuestro organismo, podemos
contagiar a otros; por ello es fundamental quedarse en casa. Y si la
infección se expande en los pulmones, es entonces cuando se origina la
neumonía.
Una vez que el virus entra a los pulmones, se deposita en los alvéolos
dónde nuestras defensas producen una exacerbación inflamatoria rápida,
nivel intersticio y parénquima pulmonar, causando una neumonía aguda
severa que conduce a insuficiencia respiratoria Las áreas afectadas (del
pulmón) no van poder cumplir su función. Si el porcentaje de afectación
es mayor, el paciente va a requerir soporte respiratorio asistido, a través
de un equipo de ventilación mecánica”, dijo por su parte.28

4. SISTEMA URINARIO
La marcada expresión de la enzima convertidora de la angiotensina 2
(ACE2), que actúa como receptor funcional para la entrada del virus a la

pág. 28
célula, en los podocitos y los túbulos proximales renales, sugiere que el
riñón puede ser un importante órgano blanco del Covid-19 y constituye un
factor de riesgo para el desarrollo de la lesión renal. El compromiso del
riñón en la infección del virus Covid-19 es común en los pacientes
hospitalizados y se caracteriza por proteinuria (63%), en ocasiones en el
rango nefrótico (34%), hematuria (20%), y el incremento de los productos
nitrogenados (NU) (27%) y la creatinina (19%), los cuales son unos
hallazgos relativamente frecuentes en la mayoría de los casos de la
infección viral y se han considerado como un factor de riesgo en la
mortalidad.29
En la lesión renal aguda, que se acompaña de severa acidosis metabólica
se origina por el proceso inflamatorio relacionado con la sobreproducción
de citocinas, rabdomiolisis, sepsis y el daño directo del virus sobre las
células de los túbulos renales.29
Los pacientes renales crónicos, en estudios con virus similares al Covid-
19, muestran que son más susceptibles a desarrollar complicaciones
graves por la infección viral tales como neumonías con cuadro de
insuficiencia respiratoria aguda y lesiones renales agudas que pueden
terminar en reemplazo renal permanente en algunos casos. Sin embargo,
un estudio reciente no mostró deterioro en la función renal en pacientes
renales con la infección del virus SARS-CoV-2.30

5. SISTEMA DIGESTIVO
Una parte de los pacientes con COVID-19 sufre manifestaciones
digestivas, como anorexia, diarrea (en un 2-14 %), náuseas (en un 1-5
%)y dolor abdominal. También se han descrito vómitos (predominante en
población pediátrica, se presenta en el 66,7 %) y dolor abdominal.
Aunque no está del todo claro el porqué del tropismo de COVID-19
por el tracto gastrointestinal, se ha demostrado que la enzima
convertidora de angiotensina 2 (ECA2), la cual tiene una alta
expresión en el sistema gastrointestinal, es empleada como receptor
de entrada del virus al enterocito, lo que favorece su replicación a este
nivel. Esto ocasiona mal absorción, desequilibrio en la secreción
intestinal y activación del sistema nervioso entérico, dando como

pág. 29
resultado la presencia de diarrea , parece presentar menos
manifestaciones gastrointestinales en comparación con los otros
coronavirus humanos.31
Respecto a la lesión hepática en pacientes con infección por SARS-
CoV-2, es limitada y su mecanismo no es claro; sin embargo, se han
documentado diferentes grados de alteración del perfil bioquímico
hepático y su asociación con una tasa mayor de mortalidad.
Como se mencionó anteriormente, existe un tropismo de las
glicoproteínas de membrana del SARS-CoV-2 por los receptores de
ECA2, los cuales también se encuentran presentes a nivel de los
conductos biliares; esto podría explicar el patrón colestásico
evidenciado en algunos pacientes.
En la mayoría de los casos de COVID-19, las manifestaciones digestivas
precedían la aparición de las manifestaciones respiratorias o aparecían
conjuntamente con ellas, aunque se han reportado casos de pacientes
cuyos síntomas únicos de la infección fueron los síntomas por parte del
aparato digestivo.32

6. SISTEMA ENDOCRINO
La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) parece ser un factor de riesgo para
contraer COVID-19. De hecho, la DM2 y la hipertensión arterial se han
identificado como las comorbilidades más comunes para otras infecciones
por coronavirus, como el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) y el
síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV). 33
Una vez adquirido COVID-19, la diabetes ha demostrado de forma
consistente ser un factor de riesgo de mal pronóstico. La probabilidad de
desarrollar un cuadro severo e ingresar en las unidades de cuidados
intensivos (UCI) es de más del doble en las personas con diabetes y la
mortalidad descrita es hasta tres veces superior. 34
La existencia de un estado de inflamación crónica en la diabetes, el
deterioro de la respuesta inmunológica y la alteración de la coagulación,
podrían estar entre los mecanismos fisiopatológicos subyacentes que
contribuyen al aumento de la morbimortalidad de la COVID-19 en las
personas con diabetes. Se ha descrito además un posible daño directo al

pág. 30
páncreas por el SARS-CoV-2, que podría empeorar la hiperglucemia, o
incluso inducir la aparición de diabetes transitoria. 34
La hiperglucemia crónica afecta negativamente la función inmune, se
asocia con mayor riesgo de diferentes tipos de infección y mayor
morbimortalidad en pacientes con síndrome respiratorio agudo grave
(SRAS) y la optimización del control glucémico reduce las complicaciones,
incluidas las infecciones.34-35
Pacientes con DM2 e hiperglucemia tienen un estado de inflamación
metabólica que los predispone a una liberación aumentada de citocinas.
Para COVID-19, una tormenta de citoquinas (es decir, niveles muy
elevados de citocinas inflamatorias) se ha implicado con la falla
multiorgánica en pacientes con enfermedad grave. 33
Entonces, la inflamación metabólica comprometerá el sistema inmunitario,
desencadenará una respuesta inmunitaria desregulada, reduciendo la
capacidad del cuerpo para combatir la infección, perjudicando el proceso
de curación y prolongando la recuperación, lo cual resulta en una
patología pulmonar más agravada y prolongada. 33
Por otro lado, el coronavirus SARS-CoV-2 ingresa a las células humanas
a través de la glicoproteína de la punta de la envoltura, que también es
responsable de la transmisión de huésped a huésped. Esta glicoproteína,
que se encuentra en la superficie del virus, se une a la enzima
convertidora de angiotensina 2 (ACE2; ubicada en las células humanas)
para ingresar a la célula. Además, se requiere la serina proteasa celular
TMPRSS2 para cebar la entrada viral a través de ACE24. 33
ACE2 tiene la función de degradar la angiotensina II en angiotensina 1–7
y actúa como un punto regulador clave para el sistema de angiotensina en
el sistema respiratorio. Cuando aumenta la actividad de ACE1 y se inhibe
la ACE2, la angiotensina II intacta actúa a través del receptor de
angiotensina 1 (AT1R) o AT2R para ejercer respuestas proinflamatorias y
estimular la secreción de aldosterona; estos efectos no solo aumentan la
presión arterial y potencialmente causan hipocalemia, sino que también
aumentan la permeabilidad vascular localmente, aumentando el riesgo de
síndrome de dificultad respiratoria. 33

pág. 31
Respecto a la obesidad, existe una falta general de datos sobre el
impacto en COVID -19 pero se asocia al síndrome de apnea del sueño,
así como a la disfunción del surfactante, que puede contribuir a un
escenario peor en el caso de la infección por COVID-19. 35

7. SISTEMA OSTEOMUSCULAR

El músculo es uno de los tejidos afectados por el COVID-19. Se puede


hallar necrosis y atrofias en pacientes con un cuadro clínico crítico así
como miopatías, siendo la manifestación neurológica más reportada.
(TABLA 3). La injuria muscular con elevación de niveles de creatina
quinasa y lactato deshidrogenasa se logró observar en pacientes
graves.36-37

Otra de las causas probables de la alteración muscular mencionada en


este estudio fue la terapia por corticoesteroides intravenosos en dosis
altas puede producir miopatías agudas por esteroides, asi como un
posible ataque directo a los nervios o músculos periféricos por el virus del
SARS como mecanismo de daño, ya sea a través de los nervios
olfatorios, invadiendo áreas como el tallo encefálico y tálamo; o mediante
invasión en terminales nerviosas periféricas y luego ganando acceso al
SNC a través de una ruta sináptica desde el sistema respiratorio, una vez
que haya interactuado con el receptor ECA 2. 36-38

En pacientes observados en el estudio referenciado, estos desarrollaron


trastornos del nervio periférico sensoriomotor 21 a 25 días después del
inicio del SARS, también refirieron parestesia distal de extremidades e
hiperestesia, asimetría en problemas sensoriales, amplitudes de potencial
de acción muscular compuesto reducidas temporalmente y denervación
aguda con aumento de polifasia, Estos hallazgos son consistentes con la
polineuropatía axonal o polirradiculoneuropatía axonal predominante
motora. 38

En modelos animales, la activación de la enzima convertidora de


angiotensina II (ECAII) induce alteraciones del musculo esquelético por

pág. 32
disfunción mitocondrial y del número de fibras oxidativas que reduce la
capacidad de ejercicio por atrofia muscular. Aún está por investigar si la
expresión de ECAII por el COVID-19 contribuye a la miopatía del musculo
esquelético. 36-37

pág. 33
CONCLUSIONES

1. Esta nueva enfermedad producida por un virus del género coronavirus es


una enfermedad viral de tipo epidémico que en un tiempo récord ha sido
diagnosticado, gracias a la colaboración de los científicos de varios países.

2. SARS CoV - 2 ha causado pánico y zozobra a nivel mundial, en


comparación con el virus de la inmunodeficiencia humana, tuberculosis,
malaria e influenza.

3. Aún no se puede predecir cuál será el curso de esta nueva enfermedad ni


el impacto global que genere. Pero desde ya sabemos que el SARS-CoV-2
ha cambiado la forma de practicar la medicina de hoy.

4. En el capítulo de Microbiología de los coronavirus nos menciona acerca de


qué familia, clasificación y tipo de COVID que existe. Por otro parte,
también se hace referencia a que nosotros los humanos tenemos una
proteína llamada ACE2 la cual tiene una gran afinidad y reconocimiento
hacia el SARSCoV-2.

5. Se realiza tipo de pruebas con muestras biológicas, estas pueden ser:


esputo, saliva o sangre. El diagnóstico se puede hacer mediante la prueba
de PCR la cual es una técnica muy confiada e inclusive la más
recomendada por la detección y amplificación de ácidos nucleicos.

6. En el capítulo 3 Fisiopatología del COVID-19 nos menciona como va


evolucionando la enfermedad y conocer un poco más de ella existen
análisis que sugieren que algunos anticuerpos monoclonales específicos
de SARS-CoV pueden ser efectivos para neutralizar el 2019-nCoV.

7. Podemos recalcar que el SARS-CoV-2 penetra en la célula empleando


como receptor a la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA-2 por sus
siglas en inglés), una exopeptidasa de membrana presente
fundamentalmente en el riñón, los pulmones y el corazón.

pág. 34
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pág. 39
ANEXOS

FIGURA 1. Origen geográfico de los casos importados a diferentes países de


América Latina, de COVID-19, al 17 de marzo de 2020.

FIGURA 2: Estructura de coronavirus. A: imagen tomográfica crioelectrónica de


viriones purificados del virus de la hepatitis de ratón (MHV) (Cortesía de Benjamin
Neuman, David Bhella y Stanley Sawicki.); B: Esquema que muestra las
principales proteínas estructurales del coronavirus virión: S, proteína espiga; M,
proteína de membrana; E, proteína de envoltura; y N, proteína nucleocápside.
pág. 40
FIGURA 3: Ciclo de replicación de los Coronavirus. El ciclo comienza con el
reconocimiento del receptor celular en la superficie de la membrana. Este evento
desencadena el ingreso y desnudamiento de la partícula dentro del citoplasma
celular. Luego los ribosomas celulares llevan a cabo la traducción del gen
(+gRNA) de la replicasa (RTC) viral. A partir de este gen se expresan proteínas no
estructurales necesarias para los siguientes pasos del ciclo replicativo. Una vez
sintetizados los intermediarios replicativos (-) sgRNAs se expresan, asociadas al
retículo endoplasmático (ER), las proteínas estructurales: S, E y M. El
ensamblado de la partícula se produce con el encuentro de las nucleocápsides
por una vía exocítica dependiente del sistema ERGIC. Las nuevas partículas
infectivas son secretadas al medio extracelular donde pueden comenzar un nuevo
ciclo. Ver más detalles en el texto.

FIGURA 4: Entrada del SARS-CoV-2 a la célula hospedero. (A) Las proteínas


espiga S en la superficie del coronavirus se unen a los receptores de la enzima

pág. 41
convertidora de angiotensina 2 (ECA-2) en la superficie de la célula diana; (B) La
serina proteasa transmembrana de tipo II (TMPRSS2) se une y escinde el
receptor ECA-2. En el proceso, la proteína espiga S se activa; (C) La proteína
ECA-2 escindida y la proteína espiga S activada facilitan la entrada viral. La
expresión de TMPRSS2 aumenta la captación celular del coronavirus. Modificado
de: Rabi A. SARS-CoV-2 and Coronavirus Disease 2019: What We Know So Far.
Pathogens. 2020; 9(3): 231. DOI: 10.3390/ pathogens9030231.

FIGURA 5: A) Electrocardiograma (ECG) de bloqueo del fascículo anterior e


inversión de onda T en aVL. B) Resonancia Magnética Cardiaca (Cardiac MRI)
con función ventricular izquierda y derecha normal y sin anormalidades
observables en la región mural. C) No se observa fibrosis focal al utilizar realce
con gadolinio. D) Edema global a nivel de T2. E) T2 elevado globalmente. F) T1
elevado globalmente.Sugiere daño agudo al miocardio.24

pág. 42
IgM IgG INTERPRETACIÓN

- - No hay infección, o la infección es reciente

+ - Infección aguda

+ + Infección aguda más evolucionada

- + Infección crónica o pasada

TABLA 1: Cuadro de interpretación de datos para prueba de detección de


anticuerpos.21

TABLA 2: Órganos y células atacadas por COVID-19 con el nivel de riesgo de


fallo orgánico.23

pág. 43
TABLA 3. Manifestaciones neurológicas relacionadas a la infección por SARS-
CoV-2.36

pág. 44

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