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TEMA 3

A.Coincidencias entre la lógica formal y la lógica informal


Entramos, pues, en el ámbito del razonamiento y la argumentación, en el ámbito de la
lógica. Los orígenes de la lógica se sitúan en la Edad Antigua, en Grecia, en China y en la
India de modo simultáneo.

Desde el punto de vista de la filosofía, se puede dividir en:


● Formal: tiene su origen en la lógica deductiva de Aristóteles.
● Informal: nace con la retórica empleada por los sofistas y sistematizada por
Aristóteles.

Tanto en una como en otra, se trata de establecer una serie de proposiciones que sirven
como razones (premisas) para intentar deducir, a partir de ellas, otra proposición
(conclusión). Pero, a pesar de esta coincidencia de partida, los procedimientos que usa
cada una son distintos.

Para distinguir entre premisas y conclusión, hay que tener en cuenta que responden a estos
dos esquemas:
● CONCLUSIÓN + «porque» o «ya que» o «dado que» o «como» (o similares) +
PREMISAS.
Ejemplo: «Estamos contentas [CONCLUSIÓN] porque aprobamos los exámenes
[PREMISA] y jugamos al baloncesto [PREMISA]».
● PREMISAS + «por tanto» o «por eso» o «de ahí que» o «por consiguiente» o «en
consecuencia» (o similares) + CONCLUSIÓN.
Ejemplo: «Aprobamos los exámenes [PREMISA] y jugamos al baloncesto [PREMISA]; por
eso, estamos contentas [CONCLUSIÓN]».

B.Definición de lógica formal


Tradicionalmente se ha considerado una rama de la filosofía, pero en el siglo xx la lógica
pasó a ser principalmente parte de las matemáticas, o incluso una ciencia formal
independiente. Además, es una ciencia fuertemente interdisciplinar, ya que es objeto de
estudio de la informática, de la lingüística o de las ciencias cognitivas.

La lógica formal define unas reglas determinadas de razonamiento, a través del uso de un
conjunto preestablecido de símbolos, que garantizan su validez, dentro de un proceso
deductivo.

Es un procedimiento vacío de contenido, pues no importa la significación de las palabras u


oraciones, sino su adecuada organización según unas reglas. Es, por tanto, la forma del
razonamiento lo que garantiza su validez, y, por ello, es un razonamiento aséptico. Su
proceso es similar al de una demostración matemática.

Es el estudio de las formas o estructuras lingüísticas del razonamiento humano. No le


interesa la verdad material (la correspondencia entre los hechos y el pensamiento), sino la
validez formal (el cumplimiento de las reglas de la lógica). Por ejemplo, ante el
razonamiento «si eres humano, comes nueces; si comes nueces, eres una ardilla; por lo
tanto, los humanos son ardillas», a la lógica no le interesa si las premisas o la conclusión
son verdaderas. Tan solo le interesa si el razonamiento está bien construido. Establece, de
este modo, una separación entre la forma del razonamiento y su contenido. De ahí su
denominación de «lógica formal».

Así pues, desde el punto de vista filosófico, la lógica estudia los elementos que constituyen
los razonamientos (el concepto y la definición, la enunciación o proposición) y los modos de
su estructuración formal, atendiendo a los métodos y resultados de la lógica matemática
moderna.

3.1.El razonamiento y sus elementos constitutivos

Los razonamientos están constituidos por juicios o proposiciones, y estos, por conceptos.

A.Conceptos

Los conceptos son los elementos básicos del conocimiento.

Son representaciones mentales de objetos, cualidades o situaciones, que se forman a partir


de la abstracción de las realidades particulares y que expresan sus rasgos o propiedades
características y genuinas.

Por ello, los conceptos pueden ser considerados:


● Universales: se pueden aplicar a todos y cada uno de los elementos que
pertenecen a ese conjunto y solo a ellos.
● Abstractos: representan las cosas prescindiendo de sus características particulares.
Su expresión verbal se realiza a través de los nombres o sustantivos. Así pues, los
conceptos «mesa», «silla», «coche» se refieren a las propiedades comunes y definitorias de
todos los objetos que se pueden identificar como mesas, sillas o coches.

En consecuencia, las definiciones de los conceptos deben seguir unas reglas:

1. La definición debe convenir a todo lo definido y solo a los definidos.


2. La definición debe hacerse a partir del género próximo y la diferencia específica.
3. La definición no debe incluir elementos sobreentendidos o superfluos.
4. Lo definido no debe entrar en la definición.
5. La definición no debe ser negativa.

B.Juicios o proposiciones

A partir de ahí se construyen los juicios o proposiciones, que son operaciones mentales o
expresiones lingüísticas en las que se afirma o se niega algo de un sujeto.

Consta de tres elementos: sujeto, verbo y predicado. Por ejemplo, «la mesa es verde» es un
juicio o proposición que consta de un sujeto («mesa»), un verbo («es») y un predicado
(«verde»). Indican relaciones de conveniencia o no conveniencia entre sujeto y predicado,
dando lugar, respectivamente, a juicios verdaderos (por ejemplo, «la nieve es blanca») o a
juicios falsos (por ejemplo, «los seres vivos son inmortales»).
No debe confundirse oración con proposición. Las oraciones que no tienen una función
informativa no se consideran proposiciones porque solo en estas se afirma o niega algo y,
por tanto, pueden ser verdaderas o falsas. Por ejemplo, son oraciones pero no
proposiciones: «¿Está lloviendo?»; «¡Ven aquí!»; «Ojalá lleguen mañana». Son oraciones y,
a su vez, proposiciones: «En esta clase hay tres pizarras»; «Ayer fuimos al cine».

Además, según su contenido, los juicios o proposiciones pueden ser:


● Analíticos: expresan contenidos cuya verdad o falsedad se puede determinar sin
recurrir a la experiencia, porque en el predicado se indica algo que ya está implícito
en el sujeto. La relación entre sujeto y predicado es necesaria. Pueden ser
verdaderos («los solteros no están casados») o falsos («el triángulo no tiene tres
lados»).
● Sintéticos: expresan contenidos cuya verdad o falsedad se establece comprobando
mediante la experiencia si efectivamente se cumple el enunciado o no. Por ello, la
relación entre sujeto y predicado no es necesaria, sino contingente.
Por ejemplo, «todas las personas de esta clase viven a menos de diez minutos de
sus casas».

C.Razonamientos

Finalmente, se construyen los razonamientos: procesos mentales en los que se parte de


juicios o proposiciones conocidas (premisas) para deducir o inferir, a partir de ellas, otro
juicio o proposición (conclusión).

Pueden ser:
● Deductivos:A partir de, al menos, una premisa general (ley o principio) se acaba
concluyendo una proposición particular (un fenómeno o hecho concreto).
(Todos los hombres son mortales/Sócrates es hombre./Sócrates es mortal.)
● Inductivos: De un conjunto de premisas particulares se pretende establecer un
enunciado universal. Ciertamente, las premisas pueden apoyar la validez de la
conclusión, pero no la garantizan de modo absoluto.
(El padre de Anita, fumador empedernido, fue diagnosticado de cáncer de pulmón./ El
abuelo de Andrea, fumador desde los veinte años, tiene cáncer pulmonar./La madre de Brais
fumó durante muchos años y tuvo cáncer de pulmón./Fumar provoca cáncer de pulmón.)

4.La lógica informal

Más allá de la lógica formal, en la vida cotidiana precisamos desarrollar el razonamiento y la


argumentación de un modo menos «formal», más complejo y dinámico que el permitido por
el corsé de la formalización.

La lógica informal también exige solidez y consistencia argumentativa, pero en el


razonamiento informal la estructura de la argumentación no se atiene sólo a la forma de los
enunciados, sino que el contenido de las proposiciones, su contexto, las intenciones del
hablante e incluso el componente emocional son relevantes. Porque, a diferencia de la
lógica formal, que busca convencer a través de la validez del razonamiento, el objetivo de la
argumentación informal es, sobre todo, persuadir. Es la base de la oratoria.

4.1.Las siete reglas básicas de la argumentación informal


Según las recomendaciones del breve, claro, preciso y práctico libro de Anthony Weston,
Las claves de la argumentación, las siete reglas básicas para una correcta
argumentación son:

● Distinguir claramente las premisas de la conclusión.


● Presentar las ideas en orden natural: primero, las premisas; después, la conclusión.
● Partir de premisas fuertes, que apuntalen sólidamente la conclusión.
● Usar un lenguaje concreto, específico y definitivo, evitando términos imprecisos y
generales.
● Evitar, en la medida de lo posible, un lenguaje emotivo; en cualquier caso, nunca
menospreciar o ridiculizar las opiniones distintas ni a las personas con las que se
dialoga.
● Emplear términos consistentes, sin eufemismos ni circunloquios.
● No usar un vocabulario ambiguo, ya sea equívoco (que se puede referir a objetos
totalmente distintos) o análogo (que designa cosas en parte iguales y en parte
distintas).

4.2.Tipos de argumentos en la lógica informal


Continuando con la exposición de Anthony Weston, podemos ver los distintos tipos de
argumentos que pueden emplearse en una argumentación informal, con sus respectivas
reglas:

● Argumentos a base de ejemplos:


Tratan de defender una afirmación a partir de uno o más ejemplos específicos en apoyo de
una generalización. El número de ejemplos debe ser significativo y representativo,
como muestra de la generalización: a mayor extensión del conjunto al que nos referimos,
mayor cantidad de ejemplos precisamos.
Una condición básica es comprobar si hay contraejemplos que refuten las generalizaciones.
● Argumentos por analogía:
En ocasiones damos más crédito a un ejemplo llamativo que a una exhaustiva recopilación
de casos. A este tipo de ejemplo se le llama analogía. Debe ser siempre una comparación
relevante.
● Argumentos de autoridad:
A menudo, debemos confiar en otras personas para informarnos y sustentar nuestras
opiniones, porque no podemos probar ni comprobar todas nuestras afirmaciones. No
podemos conocer de primera mano todos los productos del mercado, ni el desarrollo de los
hechos históricos, ni de las condiciones de la geografía física, etc. Así pues, nos vemos en
la necesidad de argüir a partir de informaciones que nos aportan otras personas.
En ese caso, hay que adoptar ciertas prevenciones: debemos tomar en cuenta las
informaciones de fuentes de reconocido prestigio en el asunto que se plantea, y que se
suponen imparciales. En nuestra argumentación, hemos de citar y reconocer las fuentes,
dando fiabilidad a las premisas y permitiendo además una posible verificación externa de
las afirmaciones. Finalmente, debemos tener siempre presente que los ataques personales
no descalifican las fuentes; ¡solo descalifican al atacante!
● Argumentos basados en la causalidad:
A veces tratamos de explicar por qué sucede alguna cosa argumentando acerca de sus
causas; esto es, intentamos descubrir una correlación entre un hecho (entendido como
causa) y otro hecho (al que consideramos consecuencia del anterior).
En la ciencia se buscan de modo significativo este tipo de argumentaciones, que exigen
atender a dos cuestiones: ¿explica el argumento cómo la causa conduce al efecto?;
¿propone la conclusión la causa más probable? Recordemos que dos hechos
correlacionados no necesariamente están relacionados entre sí; pueden tener una causa
común, o cualquiera de los dos puede causar el otro. En cualquier caso, las causas pueden
ser tan complejas que muchas veces resulta muy difícil saber qué causa qué.
● Argumentos deductivos
Corresponden a los modelos establecidos en la lógica formal. Por ello, si las premisas son
verdaderas y la argumentación, válida, entonces la conclusión será también verdadera.
Vamos a mencionar como argumentos deductivos más destacados las fórmulas tautológicas
que indicábamos al final del apartado de la lógica formal:

➔ Modus Ponens: «Si Marta está de baja, no podrá jugar el partido. Marta está de baja.
Entonces, Marta no podrá jugar el partido».
➔ Modus tollens: «Si es de noche, no se ve el sol. Se ve el sol. Entonces, no es de
noche».
➔ Silogismo hipotético: «Si bebo, no conduzco. Si no conduzco, no puedo ir al baile.
Entonces, si bebo, no puedo ir al baile».
➔ Silogismo disyuntivo: «O son las siete o son las ocho. No son las siete. Entonces,
son las ocho». O también: «O son las siete o son las ocho. No son las ocho.
Entonces, son las siete».
➔ Dilema constructivo: «Si es sábado, voy a la disco. Si es domingo, voy al cine. Hoy
es sábado o es domingo. Entonces, o voy a la discoteca o voy al cine».

4.3.Las falacias

Las falacias son errores en la argumentación porque no respetan las reglas del buen
razonamiento.

Muchas de ellas son tan comunes que incluso tienen sus propios nombres. Para identificar
esos errores, cabe recordar las reglas que mencionamos anteriormente.

A.Falacias formales

Se deben a un error lógico: la relación inadecuada entre las premisas y la conclusión


invalida el argumento.

● Afirmación del consecuente. Es falacia deductiva de la forma: Si p entonces q / q /


Por lo tanto, p. Por ejemplo: «Si las calles están heladas, el correo se demora. / El
correo se demora. / Por lo tanto, las calles están heladas». Esta falacia se parece al
modus ponens, pero no es igual. ¡Tened cuidado!
● Negación del antecedente. Es una falacia deductiva de la forma: Si p entonces q /
No p / Por lo tanto, no q. Por ejemplo: «Si las calles están heladas, el correo llega
tarde. / Las calles no están heladas. / Por lo tanto, el correo no llega tarde». Esta
falacia se parece al modus tollens, pero no es igual. ¡Tened cuidado aquí también!

● Falso silogismo disyuntivo. Es la falacia en la que se pretende usar el silogismo


disyuntivo, pero se hace inadecuadamente porque adopta este esquema: p o q / p /
Por lo tanto, no q. Por ejemplo: «Andrea siempre sale con su perro o con su gato. /
Andrea sale con su perro. / Andrea no sale con un gato». ¡Ojo!, la disyunción —si no
se expresa claramente como excluyente— puede ser inclusiva y, con ello, ese
razonamiento no sería correcto.

● Generalización. Es una falacia de las más comunes, derivada del hecho de extraer
conclusiones a partir de una muestra muy pequeña. Por ejemplo: «Dado que todos
los ingleses que conozco son rubios, puedo afirmar con seguridad que todos los
ingleses son rubios». Este error del razonamiento está en la base del problema del
método inductivo, como veremos más adelante.

B.Falacias no formales

En este caso, no se trata de un error lógico, sino de un engaño, una confusión o una
mentira (intencionada o no) que pretende pasar por argumento. Las hay de los siguientes
tipos:
❖ De relevancia o pertinencia
En toda argumentación, la función de las premisas es aportar información relevante para
poder afirmar la verdad de la conclusión. En esas falacias, las premisas no aportan
información relevante o pertinente. Se distinguen:
● Ad baculum
Apelación a la fuerza. Por ejemplo, don Quijote para demostrar la belleza de Dulcinea: «O
juráis ahora mismo que mi dama Dulcinea es la más hermosa del mundo o tendréis que
batirse conmigo».
● Ad hominem
Atacar a la persona en vez de atacar sus argumentos. Puede ser:
- Ofensiva
El ataque se dirige a la persona: «Pérez mantiene que la sal disuelve la nieve; pero eso es
falso porque Pérez es aparvado».
- Circunstancial
Trata de negar lo que afirma una persona invocando a las circunstancias o intereses de esa
persona: «Plantar árboles en la ciudad no es bueno porque esas plantaciones las defienden
las empresas dedicadas a la horticultura».
- Tu quoque (tú también)
No se rebate el argumento, sino que se apela a la posición del otro interlocutor: «Claro que
es cierto que Papá Noel existe. Tú también lo defendías hace unos años».
● Ad populum
Apelar a las emociones de una multitud o al hecho —supuesto o verdadero— de que «todo
el mundo lo hace». Es un tipo de falacias muy usada en publicidad: «X es el mejor, porque
X lo compra el 90 % de la población».
● Ad misericordiam
Apelar a la piedad como argumento en favor de un trato especial: «Sé que he suspendido
todos los exámenes; pero si no apruebo este curso, se quedará sin vacaciones toda mi
familia, que tanto las necesita… ¡Debería aprobarme!».
● Ad ignorantiam
Apelar a la ignorancia. Defender que una afirmación es verdadera solo porque no se ha
demostrado que sea falsa. Un ejemplo clásico es la declaración del senador McCarthy que,
interrogado sobre la prueba de su acusación de comunismo a una persona, afirmó: «No
tengo mucha información sobre esto, excepto la declaración general de la Oficina de que
nada hay en el expediente para refutar sus conexiones comunistas».
● Ad verecundiam
Apelar a una autoridad. Por ejemplo: «La evolución de las especies existe porque lo dijo
Darwin». No es válido defender la verdad de una conclusión por el hecho de que haya sido
defendida por una autoridad en la materia. Pero, obviamente, es más legítima esa creencia
que cuando la idea no está sustentada por una persona experta.
❖ Ambigüedad
Usar dentro de un mismo contexto distintas significaciones de palabras o frases.
● Por equívoco
Por el uso de una palabra polisémica: «Todos los padres son varones. Marta y Pepe son
padres. Por lo tanto, Marta y Pepe son varones».
● Por anfibología
Por la estructura de la oración. Por ejemplo: «Este cuadro es de Picasso». ¿Se refiere a que
es propiedad de Picasso o a que ha sido pintado por Picasso?
❖ Por analogía gramatical
● De composición
Asume que el conjunto debe tener las propiedades de sus partes. Por ejemplo: «Dado que
los miembros del equipo son deportistas magníficos, el equipo debe ser un equipo
magnífico». Aunque puede suceder que haya deportistas magníficos individualmente, pero
que tengan poco talento para cooperar en equipo.
● De división
Contrario al anterior, asume que las partes de un conjunto deben tener las propiedades del
conjunto. Por ejemplo: «Dado que es un equipo magnífico, los miembros del equipo deben
ser magníficos». Un grupo puede cooperar bien sin ser individualmente destacados.
❖ De presunción, petición de principio o petitio principii
Usar de un modo implícito la conclusión como una premisa: «Dios existe porque así lo dice
la Biblia, y es verdad porque Él la escribió».

Las definiciones y ejemplos de las siguientes falacias:


1. Argumento ad antiquitatem - si algo se hace desde hace mucho tiempo esta
bien(Tradiciones)
2. Argumento ad conditionallis - el argumento está condicionado, no puede ser
probado o directamente falso(El asesino se habría puesto de acuerdo con la policía
para no ser juzcado)
3. Argumentum ad consequentiam- Responde a un argumento refiriéndose a las
consecuencias negativas de este(No llovió, porque estaría mojado,por lo que ese día
no llovió)
4. Argumento ad nauseam-Debate que se alarga hasta que produce
cansancio/mareo.(Repetir un mismo argumento hasta que la gente lo crea)
5. Falacia de la pendiente resbaladiza-Argumento que propone que con un primer
paso se llegará a un resultado desastroso.(Si no llevo boli a clase, no podré escribir,
por lo que no podré estudiar,suspenderé y repetiré)
6. Falacia del falso dilema-Argumento que solo propone dos punts de vista cuando en
realidad hay más puntos de vista(No he ido a clase,estoy malo o haciendo pellas,
realmente estoy de viaje)
7. Falacia you tubium-Conjunto de falacias que se imponen en un debate sacadas de
youtube (Conspiraciones)

4.4.Los sesgos cognitivos


Hasta ahora hemos visto cómo se articula el pensamiento racional. Pero, aunque nos
consideremos seres racionales, la mayor parte del tiempo no actuamos de manera lógica.
Nuestras acciones dependen, sobre todo, de instintos básicos, de emociones y
sentimientos, de intereses inconscientes o de interacciones sociales.
A ese conjunto de condiciones, circunstancias y experiencias que determinan no solo
nuestra toma de decisiones, sino también nuestra percepción y evaluación de la realidad las
denominamos sesgos cognitivos. En definitiva, son estrategias o atajos mentales que
usamos para procesar la información y que nos llevan a tomar decisiones de modo
«intuitivo».
Han sido generados durante nuestro proceso evolutivo como especie para una respuesta
rápida ante situaciones de peligro o incertidumbre. Ocurren en nuestro cerebro en muchas
más ocasiones de las que somos conscientes. Los sesgos cognitivos más frecuentes son:
● Sesgo de la ilusión de la verdad. Tendencia a considerar que las afirmaciones
oídas repetidas veces deben de ser verdaderas, independientemente de su
verosimilitud.
● Sesgo endogrupal (o de «favoritismo»). Tendencia a privilegiar y favorecer a los
miembros de tu mismo grupo antes que a las personas ajenas al mismo.
● Sesgo de la autoridad. Defiende que las personas suelen fiarse más de las
opiniones de quienes tienen poder o están al mando.
● Sesgo del anclaje. Tendencia a favorecer la primera información (también conocida
como el ancla) que se recibe por encima de cualquier adición posterior.
● Sesgo del presente. Tendencia por la cual las personas favorecen los beneficios
inmediatos por encima de las compensaciones futuras. Tendemos a preferir las
recompensas a corto plazo y las que se vayan a recibir antes.
● Sesgo del observador. Tendencia del investigador a influir en el resultado del
experimento investigado. Está vinculado al sesgo de confirmación (la tendencia a
buscar y favorecer la información que concuerde con nuestras creencias).
La demostración de la existencia de todos estos sesgos cognitivos nos induce a pensar que
en nuestras opiniones y creencias existen «estereotipos» o «prejuicios mentales», que
inciden en gran medida en una supuesta objetividad a la hora de argumentar y defender
nuestras posiciones y de justificar decisiones exclusivamente desde los razonamientos
lógicos.
Los idolos:

Es un falso Dios que nos distrae y aleja del Dios verdadero, además de que no nos permite
conocer el mundo tal y como es.

Son los siguientes:

● Idolos de la tribu: son los defectos propios de la naturaleza humana, como la


influencia de los afectos en la investigación científica o el mero aferrarse a una
concepción y buscar que todo lo demás cuadre con ella.
● Idolos de la caverna: son defectos de personas individuales. Las personas han sido
influenciadas por su educación, por sus costumbres y por su idiosincrasia. Son
defectos que proceden de la cultura.
● Ídolos del foro: son los defectos del lenguaje. Las palabras pueden inducirnos a
pensar cosas mal. Por ejemplo, podemos creer que las palabras "fortuna" o "hado",
al poder ser sujetos de predicación, son entonces substancias.
● Ídolos del teatro: son las teorías filosóficas tradicionales que Bacon considera
productos de la imaginación. Divide estas teorías en tres grupos: la filosofía sofística
(Aristóteles, que aplica dialéctica a la naturaleza); la filosofía "empírica" (para Bacon
el trabajo de Gilbert, el teórico del magnetismo, es producto de poca y estrecha
observación, carente de método); y la filosofía supersticiosa (Platón y Pitágoras,
teóricos de doctrinas que acaban siendo meramente "teológicas").

Pensar Rápido y Pensar Lento:


-El pensamiento rápido o sistema 1, es cuando actuamos sin pensar en nuestras
creencias ni deseos, sino que es una acción automática. Haciendo uso de este pensamiento
nos basamos en nuestros instintos y sesgos cognitivos/Ídolos

-El pensamiento lento o sistema 2, es cuando tenemos que pensar y razonar para poder
elaborar una respuesta apropiada, requiriendo esfuerzo y atención. De esta manera
emitimos juicios basados en nuestros conocimientos.

6 Características para analizar un argumento:

1. Identifica la conclusión - la conclusión es lo que afirma el argumento.


2. Identifica las premisas - tienes que razonar sobre los diferentes premisas que
puedes sacar, ya que si no es una, tiene que ser la otra
3. Elimina irrelevancias - una irrelevancia puede ser una razón de una premisa, o un
giro linguístico. No tienen relevancia para la conclusión, y deben eliminarse.
4. Elimina referencias al texto - si sustituimos las referencias al propio texto con las
palabras a las que se refieren, será más fácil entender.
5. Elimina la terminología inconsistente - Quedate con solo un termino y no con
varios sinónimos para el mismo término
6. Proporciona las premisas polémicas suprimidas:Hay que buscar las premisas
polémicas ya que así podemos saber cómo de fuerte es el argumento.
Relación entre ídolos y los sesgos cognitivos:

La relación entre los sesgos cognitivos y los ídolos de Francias Bacon, es que los dos no
nos permiten ver el mundo como es, es decir, que al tener sesgos tenemos ídolos y
viceversa. Ya que van juntos y son lo mismo.

TEMA 5

1.Cuestiones iniciales
Existe una diferencia fundamental entre el comportamiento animal y la acción
humana. Mientras que el animal está gobernado por el instinto, la acción humana está
gobernada por la flexibilidad en el aprendizaje. Esta es abierta y libre, mientras que aquella
está determinada.
El carácter libre y abierto de la acción humana es lo que hace que el ser humano sea
responsable de sus actos.

La conciencia moral es la que orienta nuestra conducta en la dirección de lo que


consideramos correcto y lo que nos permite juzgar nuestras acciones y las de los demás
como buenas o malas.

A partir de aquí estableceremos las cuestiones preliminares de la ética:


● La diferencia entre moral y ética.
● La distinción entre el ser y el deber ser.
● La deliberación moral.
● Las condiciones del diálogo y del juicio ético.
● La posibilidad de una ética racional.

1.1.Diferencia entre moral y ética

La palabra ética deriva del griego êthos (ἦθος), que significa ‘carácter, naturaleza moral’.

La ética o filosofía moral es una parte de la filosofía que estudia la conducta humana.

Analiza lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo, así como el buen vivir, la virtud, la
felicidad y el deber. La palabra moral traduce la expresión latina moralis, que deriva de
mos, moris y significa ‘costumbre’. Desde la etimología hay poca diferencia entre ética y
moral: una y otra hacen referencia a una realidad parecida.
Por ello, ética y moral están relacionadas. Pero, tradicionalmente se aplica el término ética
a la disciplina académica que estudia la moral. Cabe indicar que:
● Las acciones sobre las que reflexiona la ética son las acciones morales, que son
aquellas realizadas de manera libre, ya sean privadas, interpersonales o políticas.
● La ética no elabora los problemas morales, sino que reflexiona sobre ellos.
● La ética no se limita a observar y describir esas acciones. Busca determinar si son
buenas o malas, emitir juicio sobre ellas y así ayudar a encauzar la conducta
humana.
Cada vez se habla más de la necesidad de un comportamiento ético, no solo en el plano
individual, sino también en el colectivo. La ética responde a esta necesidad al elaborar y
verificar afirmaciones o juicios. Cuando empleamos sentencias éticas valoramos
moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. Empleamos juicios morales cuando,
por ejemplo, afirmamos que ese profesor es justo o esa compañera es solidaria. Los
términos justo y solidaria implican valoraciones de tipo moral.

Aristóteles desarrolló y afinó aquella significación de êthos y, a partir de él, pasa a


considerarse que es el «carácter» de una persona, pero que se puede moldear, forjar o
construir su modo de ser o êthos.
Pero hoy, pese a que a menudo se usan de manera indistinta como si fuesen sinónimos, se
reconoce que tienen significados divergentes. Desde el comienzo de la humanidad existe el
interés por regular, mediante normas o códigos, las acciones concretas de las personas. En
todas las comunidades, en todos los pueblos, sociedades o culturas se encuentran normas
y prohibiciones que definen su moral. Por ejemplo, el deber de respetar a los mayores, la
prohibición de apropiarse de lo que pertenece a los demás o la condición de cumplir las
promesas.

El conjunto de esas costumbres constituye la moral de un pueblo o de un sujeto. Moral y


ética se distinguen y se complementan. Del mismo modo que teoría y práctica
interaccionan, los principios éticos regulan el comportamiento moral, pero este
comportamiento incide y altera los mismos principios. Como señala José Luis Aranguren,
«la moral es una moral vivida, mientras que la ética es una moral pensada».
Se entiende por bien lo que en la sociedad se considera moral y digno de imitar. El mal
tiene un significado contrario: lo inmoral, digno de rechazo. El pensador medieval Tomás de
Aquino manifiesta que «el mal se opone al bien y, como el bien, es algo propio de todo ser
que existe, pues siempre es mejor ser que no ser y parece que el mal es algo que se aleja
del bien y, por tanto, del ser». La ética tiene como finalidad definir y animar a los seres
humanos hacia el bien y procurar evitar y huir del mal.

Definición Ejemplos

Moral ● Práctica: «moral vivida». ● Hago «lo que está bien» y no «lo que
● Da pautas para la vida cotidiana. está mal».
● Se refiere a normas para un ● «Tienes que ayudar a tus compañeros
colectivo. y compañeras».
● Influye en la conducta de una ● «Es lo que hace todo el mundo» (que
persona desde el exterior o desde cada uno se preocupe solo de sí
el inconsciente. mismo, por ejemplo).
● «Lo hago porque es lo que me
enseñaron».

Ética ● Teórica: «moral pensada». ● Pienso si algo está bien o mal y qué
● Enuncia principios generales o valores están en juego.
universales inspiradores de toda ● La generosidad es un bien en sí
conducta. mismo.
● Se refiere a normas para el ● «Hago esto porque pienso que es lo
individuo. mejor».
● Influye en la conducta de una ● «Hago esto porque es lo que me dicta
persona desde su misma mi conciencia».
conciencia y voluntad.
1.2.El «ser» y el «deber ser»
La diferencia entre el «ser» y el «deber ser» radica en los valores morales y éticos de las
personas. Solo aquellos individuos que tengan claro cuáles son los valores morales y éticos
que deben regir su vida en sociedad serán capaces de llevar una vida centrada en el «deber
ser».
Ser es lo que se constata como hecho, mientras que el deber ser implica lo que se
preceptúa al cumplimiento libre de los seres humanos.

Para Hans Kelsen, jurista y filósofo, el derecho debe basarse en el deber ser, en el sentido
de que no es algo que acontece, sino un sistema de normas.
El problema del ser y el deber ser es una distinción que hace el pensador escocés David
Hume en su obra Tratado sobre la naturaleza humana. Establece que deducir oraciones
normativas a partir de oraciones descriptivas no es legítimo desde el punto de vista del
razonamiento estricto. Las oraciones descriptivas dicen lo que es (por ejemplo «los
dictadores son crueles»), mientras que las normativas dicen lo que debe ser («los
dictadores deben ser crueles»).
La teoría ética de Immanuel Kant se basa en el deber ser, que es «la necesidad de una
acción por respeto a la ley en sí misma». El conocimiento del deber compete a todas las
personas. No hace falta ni ciencia ni filosofía para saber qué es lo que debe hacer el ser
humano para procurar ser una persona honrada y buena, y hasta sabia y virtuosa. El deber
ser es la serie de normas, escritas o no, según las cuales todas las personas que formen
parte de una sociedad tienen que actuar, porque es esta la que determina cuáles de sus
actos son correctos y aceptados y cuáles no.

1.3.La deliberación moral


Uno de los conceptos más complejos para la interpretación de la ética es lo que se llama
deliberar (τὸ βουλεύεσθαι), y su relación con lo que podríamos denominar la «acción
moral».

En general, la deliberación es el proceso que conduce a la decisión para llevar a cabo una
acción determinada.

Pero solamente la persona que puede realizar esa acción es quien delibera. A través de la
deliberación se pueden analizar y establecer ventajas y desventajas de una situación,
determinar alternativas, establecer quiénes se benefician o perjudican; es decir, lleva a
esclarecer cómo se puede tener éxito y evitar el fracaso, teniendo en cuenta la perspectiva
moral.
Así pues, la consideración de los valores en conflicto en el problema ético implica reducir la
incertidumbre para alcanzar una decisión razonable, esto es, la más prudente y no
solamente la más correcta. Pero, además, es imprescindible situar la persona y su dignidad
en el centro mismo de la ética, lo que conlleva afirmar el concepto de dignidad humana.
Uno de los ámbitos en los que más desarrollo está teniendo este asunto de la deliberación
moral es la bioética, que tiene como referente derechos humanos básicos: el derecho a la
vida, el derecho a la integridad personal, el derecho a la libertad personal, el derecho a la
intimidad y el derecho a la protección de la salud. Por eso es una disciplina en la que
confluyen de un modo muy intenso y complejo los distintos modos de tomar decisiones
éticas, y es un ámbito de referencia en el asunto de la deliberación moral.
1.4.Las condiciones del juicio y del diálogo ético
Un juicio ético es la facultad de razonar y determinar qué acción, conducta o actitud es la
más adecuada de entre un conjunto de alternativas, en función del sistema de valores que
compartimos con la sociedad donde vivimos.

El juicio ético Ejemplos

Consiste en tomar la decisión más racional ● Un político que ha sido descubierto


y adecuada ante una disyuntiva, eligiendo mintiendo sobre algo personal
la más acorde a la moral y a la ética. pierde la credibilidad y la confianza
para sus actividades públicas.
Para decidir convenientemente, hay que ● Quien copia en un examen deja de
usar la razón y escoger la mejor opción, tener la confianza del profesorado y
basándose en el conocimiento acerca de lo recibe el reproche del alumnado que
que está bien o mal. se esfuerza.

Para la ética comunicativa, el discurso debe ocurrir en una situación ideal de habla. Para
Jürgen Habermas, «el que expresa un punto de vista moral está suponiendo que expresa
algo universalmente válido». La universalidad se logra en el diálogo, en el discurso, y está
implícita en la comunicación. Existen, sobre todo, dos dimensiones del diálogo:
● La que lo vincula con una concepción ética de la coexistencia democrática (en la
medida en la que se reivindica el valor ético de la igualdad entre toda la ciudadanía).
● La que lo concibe como un procedimiento para la solución pacífica de las
controversias (en la medida en la que se rechaza el recurso a la fuerza para resolver
los conflictos).
Un aspecto crucial en la reflexión sobre el diálogo se refiere a los desafíos que enfrenta en
cuanto método para encontrar soluciones satisfactorias a las diferentes controversias que
se desarrollan en las sociedades contemporáneas de carácter pluralista. Por ello, resulta del
máximo interés el análisis de la función que el diálogo tiene en la democracia y, de manera
especial, en su valor «instrumental» para solucionar los conflictos.

1.5.
B.Universalismo y relativismo

El universalismo moral es la postura ética que defiende la existencia de una verdad moral
universal sobre cada cuestión moral concreta.

Sócrates fue un defensor explícito del universalismo moral, que consideraba un vínculo
indestructible con la razón del hombre. Esta perspectiva del pensamiento socrático se
oponía al convencionalismo moral de los sofistas.
La ética universal afirma que sí es posible establecer criterios universales que nos
permitan discernir, aun integrando culturas diferentes, cuando una conducta es buena o
mala, justa o injusta. Además, según Sócrates, ese universalismo moral tendría como
consecuencia lo que se llama intelectualismo moral: para actuar bien, hay que saber lo que
es el bien; el mal es fruto de la ignorancia (como vemos, una perspectiva claramente
cognitivista acerca del bien).
El relativismo moral es la postura que defiende que no existen principios morales
universales o absolutos.

En consecuencia, cada sociedad debe aceptar sus respectivos valores morales, ya que no
existen principios morales universales. La concepción de la ética profesada por los sofistas
en la Antigüedad suele ser considerada el modelo del llamado «relativismo moral», aunque
este haya adoptado diversas formas a lo largo de la historia. Desde el ámbito de la ética, el
relativismo afirma que toda moral es relativa al grupo social dentro del cual se construye.
Algunas expresiones del relativismo son: «esa es su verdad, no la mía», «esto es verdad
para usted, pero no para mí» o «no existen las verdades absolutas».

C.La propuesta de Adela Cortina (etica de minimos y de maximos)


Como intento de superar esa oposición entre universalismo y relativismo, Adela Cortina
distingue dos niveles en la ética:
● Ética de mínimos. Está formada por los elementos básicos en los que todos
podemos estar de acuerdo y que posibilitan la convivencia y la tolerancia. El nivel
de mínimos asegura el respeto y la vida democrática. Los mínimos morales que una
sociedad democrática debe transmitir son principios, valores, actitudes y hábitos a
los que no se puede renunciar, pues hacerlo sería renunciar a la propia humanidad.
Tiene como ideal la justicia. Según la autora, «las éticas de justicia se ocupan de aquellos
deberes de justicia que son exigibles a cualquier ser racional que se deje llevar por
intereses universalizables». Las éticas de mínimos son sostenibles y globales.
● Ética de máximos. Son los ideales de vida buena, los modelos de excelencia que
cada persona considera como más perfectos y a los que aspira. Tienen un carácter
individual, en el sentido de que no se pueden exigir a todo el mundo porque no todos
compartimos la misma jerarquía de valores. Las éticas de la felicidad y de la dicha
son éticas de máximos.
Promueve ideales de vida buena y, en la medida en que resulta buena, se aconseja y se
invita a seguir, pero no se exige cumplir.

2.Tipos de teorías éticas

La ética es cualquier reflexión crítica, análisis o estudio de las normas y los valores morales.

Por lo tanto, no es algo circunscrito al ámbito académico o a los especialistas de la filosofía.


La hacemos todas las personas cuando reflexionamos acerca de si determinada norma es
válida (la obligación de ser justos, por ejemplo) o cuando discutimos si un valor como la
sinceridad debe supeditarse a otro (la amistad, por ejemplo). Una teoría ética es una teoría
filosófica que intenta fundamentar la moral, que intenta justificar su validez y su legitimidad.

En toda teoría ética hay una serie de preceptos o normas (por ejemplo, «busca el término
medio» o «haz lo que beneficie a la mayoría») y unos valores (como la templanza, la
utilidad…). La teoría deberá justificar estas normas y valores. Dependiendo del tipo de
fundamento que proporcione, hablaremos de un tipo de teoría ética o de otro. Así,
tendremos distintas teorías éticas según entiendan qué es el bien.
2.1.Éticas de la virtud

La ética de la virtud considera que estas (en tanto que rasgos internos de la persona) son
el núcleo fundamental de la ética.

Por su parte, la teoría de las virtudes de Aristóteles enfatizó la importancia práctica de


desarrollar la excelencia, virtud o areté, del carácter como la forma de lograr lo que es más
importante: una conducta excelente (praxis). Aristóteles distingue tres clases de vida:
La vida del placer, que se ocupa del goce y de los placeres corporales.
La vida política, enfocada en las nobles acciones (que se desprenden de la virtud).
La vida filosófica, dedicada a la prudencia y a la contemplación de la verdad.

Para Aristóteles, las virtudes más importantes son las del alma, sobre todo las que se
refieren a la parte racional de la persona; y, por ello, la vida filosófica será la excelente,
tal como arguye en su Ética a Nicómaco. El ser humano que posee la excelencia del
carácter tenderá a:
Hacer lo correcto, en el momento adecuado y de la manera correcta.
Ser un exitoso ejemplo de humanidad.
Vivir esa vida excepcional hasta la muerte, alcanzado su fin (telos: τέλος).
Esa excelencia de la vida filosófica o contemplativa es placentera en sí misma y, por ello,
genera la eudaimonia («bienestar», «felicidad» o «florecimiento humano»).
En Occidente, la ética de la virtud fue el enfoque predominante del pensamiento ético en los
periodos antiguo y medieval. Olvidada en la Edad Moderna, volvió a ser relevante en el siglo
xx y hoy es uno de los tres enfoques dominantes en las teorías normativas (junto a la
deontología de Kant y el consecuencialismo). Su autor actual más destacado es Alasdair
MacIntyre.
2.2.
B.Epicureísmo
Su creador es el pensador griego Epicuro. Según el epicureísmo, el bien supremo
—aquello que todos los seres humanos perseguimos y que nos llevará a la felicidad— es el
placer. A diferencia del hedonismo de Aristipo de Cirene, no se busca simplemente
maximizar el placer, sino que se trata además de minimizar el dolor.
La persona sabia es aquella que sabe calcular a qué placeres decir sí y hasta dónde, y qué
sufrimientos rechazar o aceptar. Por ello, son preferibles placeres suaves y duraderos
(como los derivados de la buena amistad y de cierta frugalidad) a los intensos y efímeros.
Para hacer ese cálculo, Epicuro distingue tres tipos de deseos y nos da normas para
satisfacerlos:
● Deseos naturales y necesarios. Más que deseos son necesidades primarias y
biológicas: alimentarse, beber y dormir. Su satisfacción siempre hace feliz al ser
humano.
● Deseos naturales y no necesarios. Nacen del deseo de los seres humanos de
variar y obtener más placer de la vida. Por ejemplo, satisfacer el apetito con un plato
exquisito y no con un trozo de pan, satisfacer la sed con un zumo y no con agua, y
dormir en la más cómoda de las camas. Estos deseos debemos moderarlos.
● Deseos no naturales y no necesarios. El lujo, el poder, la riqueza, la fama, la
gloria, el prestigio, etc. A estos deseos debemos renunciar, pues no se sacian
nunca.
La lucha contra los miedos que paralizan al ser humano es fundamental para la filosofía del
Epicuro. Esto le ha valido el nombre de Tetrafármaco o medicina contra los cuatro miedos
más generales: el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, el miedo al dolor y el miedo al
fracaso en la búsqueda del bien. Era un antiguo remedio griego, usado también más tarde
por los romanos, formado por cera amarilla, resina de pino, colofonia y sebo de carnero.

C.Estoicismo
Su fundador es el pensador griego Zenón (siglo iv a. C.). Sus ideas tuvieron un gran éxito
siglos más tarde y entre personas de las clases sociales más dispares: esclavos, como
Epicteto; filósofos, como el cordobés Séneca, y emperadores, como Marco Aurelio. Según
los estoicos, todo el universo y cuanto en él sucede está regido, dirigido y determinado por
una ley, principio o razón universal que todo controla y domina.

El ser humano debe someterse a la necesidad de la naturaleza, tal y como se expresa en la


máxima moral estoica: «vive de acuerdo con la naturaleza». Esta aceptación del destino
lleva al ideal ético, que consiste en la tranquilidad de ánimo y la imperturbabilidad
(apátheia): permanecer impasibles ante todo aquello que no depende de nosotros, que en
ocasiones puede ser el amor, el éxito, la salud y la riqueza; siempre la muerte y los golpes
de la fortuna.
El objetivo es la no resistencia a lo que es y no puede no ser, a través del autocontrol, el
autodominio y la eliminación de las pasiones (el dolor, el temor, el deseo y las emociones).
Es decir, el objetivo es comprender y aceptar lo que no se puede cambiar. La norma moral
para conseguir semejante objetivo es un férreo dominio de la voluntad.

D.Utilitarismo
Los principales representantes de esta teoría ética son los filósofos ingleses Jeremy
Bentham y John Stuart Mill. Según esta doctrina, nuestra conducta debe regirse por el
principio de utilidad o interés de la mayoría. De ahí el principio utilitarista por excelencia: una
acción es buena cuando produce la mayor felicidad para el mayor número de personas. En
cada acción debemos calcular la cantidad de utilidad o inutilidad que proporcionará. Pero
como la persona vive en sociedad, el cálculo del interés debe hacerse en relación con la
utilidad colectiva.
El principio básico de moralidad y justicia es que la felicidad de los individuos debe ser
compatible con la felicidad del conjunto. Las leyes e instituciones sociales han de jugar
un papel básico en la promoción de los intereses públicos y en su conciliación con los
intereses privados.

2.3.
A.La ética de la buena voluntad kantiana
La ética de Kant es formal ≠ material
Kant realiza una distinción entre imperativos hipotéticos e imperativos categóricos:
● Hipotéticos. Establecen un mandato para la consecución de un fin. Por ejemplo,
«debes estudiar para aprobar».
● Categóricos. Establecen un mandato que representa la necesidad de la acción en
sí misma, sin ninguna otra finalidad: «debes estudiar porque debes estudiar».
Kant considera que la única acción éticamente válida es aquella que sigue cualquiera de las
tres formulaciones del imperativo categórico:
● Obra solo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo
tiempo, en ley universal.
● Obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse, por tu voluntad, en ley
universal de la naturaleza.
● Obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en
la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca solo como un medio.
En definitiva, lo que hace buena una conducta no es la conducta misma, sino la
intención con que se realiza. Para comprender con qué intención se debe actuar para que la
conducta sea moralmente buena hay que tener en cuenta los tres tipos de acciones que
Kant distingue:
● Contrarias al deber. Son acciones inmorales, como no atender a los heridos en un
accidente.
● Conformes al deber pero realizadas por interés o miedo, por lo tanto, sin valor
moral. Por ejemplo, atender a los heridos por miedo a sanciones o en busca de
reconocimiento.
● Por respeto al deber. Solo estas acciones son moralmente buenas: atender a los
heridos porque asumimos esa acción como un deber ineludible.
Así, para Kant, la voluntad es la facultad gracias a la cual podemos determinar nuestra
conducta en virtud de principios. Es el motor de la acción moral. La buena voluntad es la
que interviene cuando queremos hacer el deber por el deber.
Por ello, es una ética autónoma: cada persona en cada caso aplica el imperativo
categórico, dándose a sí misma su propia ley moral y estableciendo su deber
independientemente de causas externas. Lo contrario sería la heteronomía moral, propia de
las éticas materiales o de la felicidad.

B.La ética de la voluntad de poder de Nietzsche


Contra la perspectiva kantiana y contra la historia de la ética y de la filosofía, Friedrich
Nietzsche proclama que los valores tradicionales de la cultura occidental han desaparecido
y que no hay más remedio que crear otros nuevos y ponerse a sí mismo en el lugar de Dios,
símbolo de los valores tradicionales.
En su Genealogía de la moral (1887), Nietzsche analiza los conceptos de bueno y malo
para descubrir que, a lo largo de la historia del pensamiento, se ha alterado el significado
básico de los valores morales. Acusa de esa «perversión» a la filosofía iniciada por
Sócrates (que sobrevalora la razón) y a la psicología del cristianismo (que sobrevalora los
valores de los «débiles», resentida contra los valores naturales de los «fuertes»). Así,
Nietzsche considera que siempre han existido dos tipos de personas (los señores y los
esclavos), con morales contrapuestas:

Señores Esclavos

Tipos de personas Son las personas fuertes, Son personas débiles, inferiores, plebeyas,
superiores, distinguidas, vulgares, cobardes. Se sienten incapaces de
poderosas, individuos que no exteriorizar su cólera, de ahí su resentimiento,
aceptan sujetarse a normas ni ser rencor y deseo de venganza, y también su
masa y, por ello, viven en necesidad de ser masa, pues como individuos
permanente lucha y peligro, carecen de fuerza y valor.
arriesgando su seguridad sin
temor.

Moral Su moral es la del dominador. No poseen una moral autónoma sino


Son personas autónomas porque heterónoma, pues son incapaces de crear sus
se dictan a sí mismas sus propias normas y salirse de lo que el rebaño
normas de conducta, creando sus establece. Por ello, promueven valores que
propios valores: plenitud, poder, sirven para proteger su debilidad: compasión,
fuerza, dureza, disciplina, piedad, dulzura, amor al prójimo, igualdad,
confianza. paciencia, resignación, humildad, bondad,
pasividad.

Nietzsche afirma que en la cultura occidental ha triunfado la moral del esclavo, debido
primero al racionalismo propio de la filosofía griega y luego al cristianismo. Con ambas
influencias, la cultura occidental supone la rebelión de los esclavos, que imponen la idea de
que todas las personas somos iguales. Entonces, nuestra cultura representa el triunfo de los
mediocres.

Frente a ello, Nietzsche sostiene que hay que sustituir lo pretendidamente bueno por lo que
es realmente bueno. Hay que sustituir la humildad por el orgullo, la piedad por la crueldad,
la comodidad por el riesgo. Es lo que se conoce como transmutación de los valores.
El superhombre es el nuevo ser humano que será capaz de llevar a cabo esa
transmutación. Rechaza la razón y escoge los sentidos, los instintos, la intuición. Con ellos
capta el sentido de la vida. Se contenta con este mundo y no busca trasmundos. Conoce la
voluntad de poder y el eterno retorno.

DEONTOLOGÍA (principios y normas que han de regir las profesiones)


La deontología ​es la rama de la ética que trata de los deberes, especialmente de los que
rigen actividades profesionales, así como el conjunto de deberes relacionados con el
ejercicio de una profesión. A su vez, es parte de la filosofía moral dedicada al estudio de las
obligaciones o deberes morales (Juramento de Hipocrático). Sus principios son:
- La integridad: fomento de relaciones de confianza con los compañeros.
- El sentido de la responsabilidad
- La disciplina (Diatiro→enseñar en latín)
- Sentido de trabajo en equipo
Características:
- Orientada al deber
- Normas y códigos

BIOÉTICA
La bioética es la rama de la ética que reflexiona sobre los principios que deben dirigir la
conducta del ser humano con respeto a la vida, tanto de los seres humanos como del resto
de seres vivos. Los principios bioéticos son: beneficencia, no maleficencia, autonomía,
justicia.
La ética medioambiental es la parte de la filosofía que se preocupa por la forma en que los
seres humanos interactúan con el entorno natural y cómo nuestras acciones afectan el
medio ambiente.
Algunas de las teorías medioambientales más destacados son:
1) Antropocentrismo: Coloca a los seres humanos en el centro de atención y considera
que el valor de medio ambiente radica en su utilidad para satisfacer las necesidades
humanas.
2) Biocentrismo: Sostiene que todas las formas de vida tienen un valor intrínseco y
merecen ser tratadas con respeto y consideración, sin importar su utilidad para los
seres humanos.
3) Ecocentrismo: se enfoca en el valor inherente de los ecosistemas y considera que
estos tienen derechos y merecen ser protegidos y preservados
4) Ética de la Tierra: propone que el planeta Tierra en su conjunto es un organismo vivo
y merece un respeto y cuidado especial.

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