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CENTRO TRILINGÜE DE EDUCACIÓN SUSTENTADA EN

VALORES

MAESTRIA EN EDUCACIÓN

COMPETENCIAS EN LA EDUCACIÓN

ENSAYO

DOCENTE:

Ana Susana Tejeda Hernández

ALUMNA:

Amahirany López González

Fecha: 22/Agosto/2023
Aprendizaje por competencias en la educación

La educación desempeña un papel fundamental en el desarrollo de las sociedades y la

preparación de individuos para enfrentar los desafíos del mundo moderno. En un entorno en

constante evolución, es esencial reconsiderar los enfoques educativos para garantizar que los

estudiantes estén equipados para el futuro. La incorporación de competencias en la educación se

ha convertido en una estrategia clave en este sentido.

El aprendizaje por competencias es una de las corrientes pedagógicas de más reciente creación

que entiende que un sistema rígido de memorización como la escuela tradicional suele ser

ineficaz para transmitir el conocimiento; comprende conocimientos teóricos y prácticos como un

desarrollo complementario de tal forma que el educador debe hacer evaluaciones de actitudes

prácticas para saber el nivel de desarrollo del conocimiento y reafirmarlos o decidir si ha

adquirido las competencias necesarias para pasar al siguiente nivel de conocimiento a

desarrollar. Según Gonczi y Athanasou, (2008), “las competencias son una compleja estructura

de atributos necesarios para el desempeño de situaciones específicas, que combinan aspectos

tales como actitudes, valores, conocimiento y habilidades con las actividades a desempeñar” (p.

28).

Competencias en el ámbito mexicano

Las competencias son conjuntos de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que permiten

a las personas enfrentar una variedad de situaciones y desafíos. A diferencia del enfoque

tradicional de transmisión de información, la educación basada en competencias busca

desarrollar habilidades integrales en los estudiantes para su aplicación en diversos contextos.

Este enfoque promueve el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la colaboración.


Una competencia esencial en la educación actual es el pensamiento crítico, que involucra la

capacidad de analizar, evaluar y sintetizar información de manera imparcial, cuestionando

supuestos y argumentos para llegar a conclusiones fundamentadas. Esta competencia permite a

los estudiantes tomar decisiones informadas en un entorno saturado de información y

desinformación.

La comunicación efectiva es otra competencia vital. En un mundo globalizado, la

capacidad de expresar ideas de manera clara y persuasiva es fundamental. La educación basada

en competencias fomenta la comunicación verbal, escrita y visual, así como la adaptabilidad a

diferentes audiencias y situaciones.

La colaboración también se destaca como una competencia crucial. Dado que muchos

problemas actuales son complejos y requieren soluciones multidisciplinarias, los estudiantes

deben aprender a trabajar en equipo, aprovechando las fortalezas individuales y respetando las

diferencias. La colaboración fomenta la creatividad y promueve la empatía intercultural.

La adaptabilidad y la flexibilidad son competencias esenciales en un mundo en constante

cambio. La rápida evolución tecnológica y las transformaciones sociales y económicas exigen

que las personas sean capaces de aprender y desaprender de manera continua. La educación

basada en competencias cultiva la disposición de los estudiantes para enfrentar lo desconocido y

abrazar el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

En cuanto a los enfoques en los que se da la educación basada en competencias en

México (en la década de los noventa) se encuentran el conductista, el funcionalista y el

constructivista; sin embargo, hay indefinición a nivel internacional y nacional acerca de las

competencias, debido a que no existe un concepto único y aceptado de manera general. Se pone
énfasis en distinguir que no todo son competencias laborales o bien perfil de egreso, que hay que

reestructurar el concepto y hablar mejor de competencias profesionales o académicas.

Competencias emocionales

La preocupación por la formación de personas capaces de adaptarse a las exigencias del

mundo actual se refleja en las recomendaciones de organismos internacionales como la

UNESCO (1998a, 1998b), que a través del informe Delors (1997), propone cuatro pilares en los

cuales se debería cimentar la educación para el siglo XXI: aprender a conocer, aprender a hacer,

aprender a convivir y aprender a ser. Los últimos dos pilares (aprender a convivir y a ser), se

encuentran íntimamente relacionados con habilidades sociales y emocionales que ayudarían a los

estudiantes a desarrollarse integralmente a lo largo de toda su vida. También al identificar el

conjunto de competencias necesarias para que tanto niños como adultos lleven vidas

responsables y exitosas en una sociedad moderna, establece una categoría específica de

competencias clave para interactuar con grupos socialmente heterogéneos.

En relación al Proyecto Tunning, González y Wagenaar, (2003), mencionaban que:

Trata de seguir un enfoque integrador, considerando las capacidades por medio de una

dinámica combinación de atributos que juntos permiten un desempeño competente como

arte del producto final de un proceso educativo lo cual enlaza con el trabajo realizado en

educación superior. Las competencias representan una combinación de atributos (con

respecto al conocimiento y sus aplicaciones, aptitudes, destrezas y responsabilidades) que

describen el nivel o grado de suficiencia con que una persona es capaz de desempeñarlos.

(p.80).
De acuerdo con los organismos ya mencionados, la propuesta de la Unión Europea para

estandarizar la educación superior (ES) en conocimientos, habilidades y actitudes (Proyecto

Tuning), lo cual establece que entre las competencias generales que debe manejar cualquier

profesionista están las que le permiten relacionarse con otros, tales como: capacidad para el

trabajo en equipo, habilidades interpersonales, capacidad para conducir hacia metas comunes,

capacidad para actuar ante nuevas situaciones y capacidad para la toma de decisiones, todas ellas

relacionadas con competencias emocionales e inteligencia emocional.

En conclusión, las competencias en la educación representan un enfoque integral y

orientado hacia el futuro en la formación de los estudiantes. Más allá de la mera transferencia de

conocimientos, este enfoque busca empoderar a los estudiantes con habilidades prácticas y

habilidades de pensamiento que les permitan sobresalir en un mundo complejo y cambiante. Al

adoptar y promover la educación basada en competencias, las instituciones educativas están

sentando las bases para la preparación de ciudadanos activos, críticos y capaces de enfrentar los

desafíos del siglo XXI.


Referencias

ANUIES, (2000), La educación superior en el S. XXI: líneas de desarrollo, México, ANUIES,

Gonczi, A. & Athanasou, J. (2008). Instrumento de la Educación Basada en Competencias:

Perspectiva de la teoría y la práctica en Australia. In A. Argüelles (Ed.), Competencia

laboral y educación basada en normas de competencia, (pp. 265-288). México, D.F.:

Limusa, SEP, CNCCL, Conalep.

González, J. & Wagenaar, R. (2003). Tuning Educational Estructures in Europe. Informe Final

Fase I. Bilbao: Universidad de Deusto y Universidad de Groningen.

http://www.anuies.mx/servicios/d_estrategicos/documentos_estrategicos/21/sXXI.pdf

UNESCO (1998a), Declaración mundial sobre la educación superior en el S. XXI, París,

UNESCO. http://www.unesco.org/education/educprog/wche/declaration_spa.htm

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