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TEOLOGÍA SISTEMÁTICA, J. Oliver Buswell, Jr. T.2 “El Hombre y su vida de Pecador”, PP.

17-19

Franz Delitzsch sobre la tricotomía (1813-1890, Teólogo, Biblista y Hebraísta alemán)

He hecho referencia anteriormente a la gran obra Biblical Psychology [Psicología Bíblica] del profesor Franz
Delitzsch. No hay duda de que fue un erudito de extraordinaria habilidad e influencia y que su obra contiene una
tremenda cantidad de información detallada. Puesto que los tricotomistas lo citan con frecuencia como una
autoridad en su punto de vista, será bueno examinar algunas de sus declaraciones para ver cuál en verdad era
ese punto de vista.
En una sección titulada «La falsa y la verdadera tricotomía» empieza con la declaración: «Es inútil decir que la
dicotomía o la tricotomía es exclusivamente la representación bíblica de la constitución de la naturaleza humana.
La Escritura habla en algunos lugares de una manera definitivamente dicotomista, como por ejemplo Mateo 6:25;
Santiago 2:26; 1 Corintios 6:20; (según la lectura del textus receptus), en otros, de una manera absoluta e
innegablemente tricotomista, como 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 4:12. Porque hay una falsa tricotomía y en
oposición a ella una dicotomía bíblica, y hay una falsa dicotomía y en oposición a ella una tricotomía bíblica». (p.
103)
En una nota anterior indiqué que Delitzsch no hace distinción de categorías entre entidades sustantivas y
atributos funcionales. Si se reconoce esta distinción, entonces la cuestión llega a definir claramente. No conozco
a nadie que niegue que el ser no material del hombre tiene muchos atributos funcionales y estos se pueden
llamar por numerosos nombres. La única tricotomía que es censurable es aquella que mantiene que hay dos
entidades sustantivas en el ser no material del hombre, y esta tricotomía tiene que ser verdadera o falsa. Cuando
Delitzsch habla, como lo hace en la cita de arriba, no sostiene una tricotomía sustantiva, ni cualquier clase de
tricotomía a la cual se haga objeción aquí. En realidad, aunque Delitzsch no lo reconoce explícitamente, hay en el
fondo de mucho de lo que él dice, un reconocimiento inconsciente de la verdad del punto de vista dicotomista y
la falsedad de la tricotomía que hemos rechazado. Dice él, por ejemplo: «Según su representación [de la
Escritura], el hombre es la síntesis de dos elementos absolutamente distintos…. El cuerpo no es el precipitado
del espíritu ni el espíritu el sublimado de la materia». (p. 105 ss.)
Que la distinción de Delitzsch entre alma y espíritu es una distinción de función y no de entidades sustantivas es
evidente de esta declaración: «El alma es el aspecto externo del espíritu, y el espíritu el aspecto interno del alma;
y la parte más interna de la naturaleza del hombre es su ego, que es distinto del espíritu, alma, y cuerpo». (p.
179) Debe ser evidente al lector que en esta cita la palabra «distinto» significa distinto funcionalmente y no
distinto sustantivamente, una distinción de «aspecto», no de sustancia. Nada hay en la obra de Delitzsch que
muestre que la diferencia entre «alma» y «espíritu» sea otra que una diferencia de nombres funcionales para la
misma entidad sustantiva, el mismo tipo de diferencia que prevalece entre corazón y mente.

El hombre no es una trinidad

Una idea bien establecida en la mente de la mayoría de los tricotomistas es que el hombre como cuerpo, alma, y
espíritu es un reflejo de la Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y que esta naturaleza tricótoma del hombre es
lo que constituye la imagen de Dios o por lo menos es un aspecto de esa imagen.
(1) Se ha mostrado más arriba, que «ciencia, justicia, y santidad, con dominio sobre las criaturas» o, en otras
palabras, la naturaleza no material del hombre, en sus funciones intelectuales, morales, y espirituales, y su
reinado potencial sobre lo demás de la creación son, según la Biblia, lo que constituye la imagen de Dios en el
hombre. Se ha mostrado que el cuerpo del hombre no es en ningún sentido una
parte o un aspecto de la imagen de Dios.
(2) Cuando se dice que Cristo, la segunda persona de la Trinidad, es la imagen del Padre debe ser argumento
suficiente para mostrar que no hay base para la tricotomía en la doctrina de la imagen de Dios en el hombre. En
2 Corintios 4:4 Pablo hace referencia a «la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios».
En Colosenses 1:15 se refiere a Cristo como «la imagen del Dios invisible». Si pues la segunda Persona de la
Trinidad es en sí misma la imagen de Dios, «el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia»
(He.1:3), sígase que la expresión «imagen de Dios» no tiene referencia a su naturaleza trina, sino que se refiere a
su naturaleza personal espiritual. Por eso, la imagen de Dios en el hombre no es una trinidad, sino que es la
semejanza de la naturaleza personal y espiritual de Dios.
(3) Cualquier tentativa por fabricar una analogía entre las personas de la Trinidad y la supuesta naturaleza
tricótoma del hombre resultaría en una seria herejía. Según los tricotomistas el espíritu es muy superior al alma,
y el alma y el espíritu son muy superiores al cuerpo. ¿Cómo entonces podría haber una analogía al Ser Trino de
Dios, cuyas tres personas son «las mismas en sustancia, iguales en poder y en gloria»? ¿A qué persona de la
Trinidad correspondería el cuerpo, si el Dios Trino en la esencia de Su Ser pre–encarnado es incorpóreo?
Cualquier tentativa de encontrar la imagen de Dios, desde el punto de vista tricótomo del hombre tiene pues que
llevarnos a absurdas, contradicciones y serias herejías.

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