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El documento discute la doctrina de la Trinidad, explicando que es una paradoja y no una contradicción. Aunque parece contradictorio que Dios sea uno y tres al mismo tiempo, la formulación histórica es que Dios es uno en esencia y tres en persona. La Trinidad no viola el principio de no contradicción porque Dios no es uno y tres en la misma categoría. La distinción entre esencia, persona, subsistencia y existencia ayuda a entender cómo Dios puede ser uno y tres simultáneamente.
El documento discute la doctrina de la Trinidad, explicando que es una paradoja y no una contradicción. Aunque parece contradictorio que Dios sea uno y tres al mismo tiempo, la formulación histórica es que Dios es uno en esencia y tres en persona. La Trinidad no viola el principio de no contradicción porque Dios no es uno y tres en la misma categoría. La distinción entre esencia, persona, subsistencia y existencia ayuda a entender cómo Dios puede ser uno y tres simultáneamente.
El documento discute la doctrina de la Trinidad, explicando que es una paradoja y no una contradicción. Aunque parece contradictorio que Dios sea uno y tres al mismo tiempo, la formulación histórica es que Dios es uno en esencia y tres en persona. La Trinidad no viola el principio de no contradicción porque Dios no es uno y tres en la misma categoría. La distinción entre esencia, persona, subsistencia y existencia ayuda a entender cómo Dios puede ser uno y tres simultáneamente.
ace algún tiempo, un profesor de filosofía me comentó su
opinión sobre la doctrina de la Trinidad. Según él, esa doctrina es una contradicción y la gente inteligente no acepta contradicciones. Estoy de acuerdo en que la gente inteligente no debe aceptar contradicciones. Pero me sorprendió que clasificara a la doctrina de la Trinidad como una contradicción porque, como filósofo, él había sido entrenado en la disciplina de la lógica. Por lo tanto, sabía la diferencia entre una contradicción y una paradoja. UNA PARADOJA La fórmula de la Trinidad es paradójica, pero de ningún modo es con- tradictoria. La ley de no contradicción dice que algo no puede ser lo que es y no ser lo que es al mismo tiempo y en la misma relación. Por ejemplo, puedo ser un padre y un hijo al mismo tiempo, pero no en la misma relación. La formulación histórica es que Dios es uno en esencia y tres en persona; él es uno de una manera y tres de otra mane- ra. Para violar la ley de no contradicción se tendría que decir que Dios es uno en esencia y al mismo tiempo tres en esencia, o que Dios es uno en persona y al mismo tiempo tres en persona. Por lo tanto, cuando consideramos las categorías formales de pensamiento racional, vemos objetivamente que la fórmula de la Trinidad no es contradictoria. La iglesia luchó profundamente con este tema en los primeros cuatro siglos para ser fiel a la enseñanza clara de las Escrituras: que Dios es uno y también que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son todos divinos. Resolver esa aparente contradicción fue una gran hazaña. A primera vista, parece como si la comunidad cristiana estuviera confesando fe en tres dioses, lo cual violaría el principio de monoteísmo, tan profundamente enraizado en el Antiguo Testamento. Sin embargo, como ya mencionamos, el concepto de la Trinidad es paradójico pero no contradictorio. La palabra paradoja se basa en un prefijo y una raíz del griego. El prefijo para significa "al lado de". Cuando nos referimos a ministerios paraeclesiásticos, a los paramédicos, o los paralegales, tenemos en mente organizaciones y gente que trabaja al lado de otros. De la misma manera, una parábola era algo que Jesús daba al lado de su enseñanza para ilustrar un punto. La raíz de la palabra paradoja viene del griego dokeo, que significa "parecer" o "aparentar". De modo que la palabra paradoja se refiere a algo que, cuando se coloca al lado de algo más, parece ser contradictorio hasta que un examen más de cerca revela que no es así. La fórmula cristiana de la Trinidad —Dios es uno en esencia en tres personas— puede parecer contradictoria porque estamos acostumbrados a ver a un ser como una persona. No podemos concebir cómo un ser puede estar contenido en tres personas y aun así ser solo un ser. En ese sentido, la doctrina de la Trinidad es misteriosa; perturba la mente cuando pensamos en un ser que es absolutamente uno en su esencia, pero tres en persona. ESENCIA Y PERSONA Cuando mi esposa y yo vivíamos en Holanda, aprendimos que la gente limpia sus casas con una stofzuiger, una aspiradora que literalmente significa "succionador de cosas". Pudieron haber usado un término más sofisticado, más metafísico, pero la palabra cosas explica mucho. ¿Qué es la cosa que distingue a un ser humano de un antílope, a un antílope de una uva o a una uva de Dios? Es la esencia de la cosa, su ousios, palabra griega que significa "ser" o "sustancia". La cosa de la deidad, la esencia —la ousios— es lo que Dios es en sí. Cuando la igle- sia declaró que Dios es una esencia estaba diciendo que Dios no está una parte en un lugar y otra parte en otro lugar. Dios es un solo ser. Parte del problema que tenemos para explicar cómo Dios es uno en ser pero tres en persona es que esta fórmula deriva del latín persona, del cual derivamos la palabra "persona" en nuestro idioma. Su función principal en el latín era como término legal o como término utilizado en las artes dramáticas. Se acostumbraba que actores de mucha experiencia representaran más de un papel en una obra, y los actores distinguían sus personajes usando máscaras, cuya palabra en latín era persona. Por eso, cuando Tertuliano dijo que Dios es un ser en tres personae, estaba diciendo que Dios existe simultáneamente como tres roles o personalidades: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Sin embargo, la idea de "persona" en esa fórmula no corresponde exactamente con nuestro concepto de personalidad, en el cual una persona significa un ser diferente. SUBSISTENCIA Y EXISTENCIA Para distinguir entre las personas de la Trinidad se han utilizado otros términos. Uno es subsistencia. Esta palabra nos parece familiar porque casi siempre se usa para describir a quienes viven por debajo de niveles económicos básicos. Una subsistencia en la Divinidad es una diferencia real pero no esencial en el sentido de ser una diferencia en el ser. Cada persona en la Trinidad subsiste o existe bajo la presencia de la deidad. La subsistencia es una diferencia dentro del alcance del ser, no un ser o una esencia separada. Todas las personas en la Divinidad tienen todos los atributos de la deidad. Otro término importante para entender la distinción entre las personas de la Trinidad es existencia. El término existir se deriva etimológicamente del latín existere, compuesto por ex ("fuera de") y stere ("estar"). Desde un punto de vista filosófico, remontándonos más allá de Platón, el concepto de existencia se refiere al ser puro que no depende de nada para su capacidad de ser. Es eterno. Tiene el poder de ser dentro de sí. De ningún modo es criatura. La existencia creada no se caracteriza por ser, sino por llegar a ser, porque la principal característica de toda criatura es que cambia. Lo que seas hoy mañana cambiará un poco, y el día de hoy eres diferente a lo que fuiste ayer. Dios no existe del mismo modo que existen los seres humanos, porque eso haría de Dios una criatura, dándole existencia derivada o dependiente. Más bien decimos que Dios es. Dios es, no está llegando a ser ni cambiando. Dios es el mismo eternamente, así que decimos que Dios es un ser. Los teólogos no hablan de la Trinidad como tres existencias sino como tres subsistencias; es decir, dentro del único y no derivado ser de Dios —en una dimensión menor— hemos de distinguir entre estas subsistencias que la Biblia llama Padre, Hijo y Espíritu Santo. No hay tres existencias o seres sino más bien tres subsistencias dentro de ese único ser eterno. Es necesario que distingamos entre las tres personas porque la Biblia hace la distinción. Es una distinción real pero no esencial, y al decir que "no esencial" no quiero decir que no es importante. Quiero decir que aunque hay diferencias reales dentro de la Divinidad, no las hay dentro de la esencia misma de la deidad. Un ser, tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.