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turación turística», y que se estudia más adelante.

En el Turismo hay, evi-


dentemente, dos masas: la viajera y la receptora; ambas caen en el dominio
de la Sociología.
Pero, de nuevo, otras facetas del Turismo vienen a complicar la cues-
tión. Si el Turismo tiene hoy la trascendencia que posee, si los gobernantes
le conceden su máxima atención, si los financieros se lanzan a promover em-
presas turísticas, es, en primer lugar, porque el Turismo se ha revelado
como potente fuerza económica. En frase ya repetida dijimos que «dejaba
una alfombra de divisas a su paso». Ahora el Turismo, como fenómeno eco-
nómico, juega entre demanda y oferta turística; cae bajo el dominio de la
Economía. Y es cierto que existe una rama, la Economía Turística, que
cada día toma mayor entidad.
No es extraño que este efecto económico haya sido el primero en des-
pertar la atención de los interesados; pero sí es curioso que éstos no fue-
ran los economistas, sino los políticos, lo cual habla a favor de una prio-
ridad «histórica», cronológica, de la Política del Turismo
Turismo Pero si la Política
es una ciencia de actuación, hay que reconocer que todas las medidas de
organizaci
organi zación
ón y de promoción turíst
turística
ica act
actúan
úan fundamen talmente sobre el nú-
cleo receptor, y sólo en me nor medida -propaganda, transpor
transportes-
tes- en el
lado de la demanda. No obstante. otra característica del mundo de hov. la
coordinación de esfuerzos a través de organizaciones internacionales, posee
esa universalidad que alcanzaría para la Política Turística, juntamente con
la Política Interior, el primado de ciencia central del Turismo.
Fue Kurt Krapf, el benemérito director y fundador del Instituto de Re-
cherches Touristiques, de la Universidad de Berna, el pionero, como en
otras muchas investigaciones, de la trascendencia de la Política Turística.
En su admirable trabajo Mesures d mganisation et de promotion du Tourts-
me, fue el primero que estableció la evolución histórica de esta Política, y
con ella las bases de su comprensión. Ciertamente, no hay después enFyos
doctrinales sobre la materia, aunque desde el punto de vista práctico se
hayan intentado recopilaciones, que son más bien cuerpos legislativos y co-
mentarios
matura de sobre
Kurt textos
Krapf. legales. Ello nos hace lamentar más la muerte pre-
Mas otra vevezz surge la dud a de qu e la Política Turíst
Turística
ica puede ser el nú-
cleo básico de nuestra asignatura. Es natural estimar que la «versión» po-
lítica
lít ica del Tu rismo no haría más q ue confirmar una ve vezz m ás el rango el
elevado
evado
de la Política en general, de la Política, con letras mayúsculas, del predo-
minio del horno poltticus en todas las acepciones que se quiera dar al tér-
mino polis.
Porque lo cier
cierto
to es que, frente a u concepto qu e sólo exis
existe
te en un plan-
teamiento el d e Krapf) sin se seguidor
guidores,
es, por imperativo de los pol
polít
íticos
icos,, los
economistas hicieron su entrada en la investigación del fenómeno turístico
cronológicamente en la primera mitad del siglo actual, y lo hicieron con
un fervor tal que puede decirse que la conomía Turística es la que más
bi
bibli
bliogr
ograf
afía
ía ofr
ofrece
ece,, tanto en monogr
monograf
afía
íass <ier
<iertament
tamentee no te
teóri
óricas
cas - c o m o
en anál
análisi
isiss macroeconómicos
macroeconómicos o rnicroe
rnicroeconómicos
conómicos d e determinadas zonas.
zonas. E l
mismo Kurt Krapf marchó por este camino, juntamente con su compañero
Walter Hunziker, en obras ya clásicas sobre la teoría del consumo, como
resultado entre oferta y demanda; los caracteres de estas fuerzas conver-
gentes, su situación e n el tiemp o estaciona lidad) y en el espacio local
localiza-
iza-
ción geográfica); su medida y los problemas que plantea; la difusión de la
riqueza turística, con tendencias y fluctuaciones; el precio, la renta tu-
rística; el comercio internacional y las balanzas de turismo; la redistribu-
ción de ingresos; el desarrollo económico de las regiones y de los países,
la rentabilidad de las empresas turísticas, etc. Menges, Morgenroth, Pierre
De fert -aunque
-aunque procede del campo de la Geogra Geografífía-,
a-, A rthu r H au lo t, Mo r-
tier, Paul Bernecker, Juan de Arespacochaga y otros muchos han sido los
seguidores de Schullern zu Schattenhofen, que publicó su obra Turismo y
Economia Nacional antes de la pri primer
meraa G uerra Mundi
Mundial al 19 1 1) .
Pero por importante que nos parezca la faceta económica del Turis-
mo, y por bien que aceptemos la existencia de una Economía Turística, no
podemos creer que la esencia, la médula del Turismo, se reduzca a una ma-
nifestación pura y escueta del horno economicus y que los múltiples factores
que integran nuestro fenómeno tengan su base, su raíz, en la Economía.
Si volvemos
volvemos al Dun Duntto de ~ a r t i d a re
recor
cordamos
damos el hec hecho
ho hist
históri
órico
co como
despl
des plaza
azamie
mient
ntoo del . ~ o m b r e or el anc
ancho
ho campo de llaa G eografía,
eografía, veremos
veremos
que hemos analanaliza
izado
do ssolamente
olamente al hom bre Psicología) o al hombre-masa
hombre-masa So-
ciología),
ciologí a), y a los efect
efectos
os qu e el viaje prop orcion a Econ om ía, Política). Per o
ahora nos aparece otra facies distinta, la Geografía, el espacio en sí donde
el hecho se realiza. La e d í a Turística
Po rque hay, iinnegabl
nnegablemente
emente,, una Geog rafía
rafía del Turismo, qu e comprende
una geografía de mercados, una geografía de circulación o tráfico y una geo-
grafía de núcleos receptores. El Turismo actual nos aparece aquí, muy de-
finido, en grandes zonas emisoras y receptoras y en corrientes turísticas,
que podríamos
podríamos llamar
llamar «tra
«tradici
dicionale
onales»
s» - q u e sigu
siguen
en las
las grandes
grandes ví vías:
as: Atlán-
ticoo N orte , ferrocarriles, carreteras, etc.-,
tic o «novísimas», d e origen estric-
tamente turístico -charters cruceros, tours de ,agencias, itinerarios calle-
je
jeros
ros,, etc.-. La Geo grafía Turística ten dría en cuen ta, además, los fen ó-
menos de «localización» del hecho turístico: nacimiento. evolución. satura-
ción e incluso muerte de las corrientes y núcleos receptóres, como fenóme-
nos de una geografía humana extrañamente fascinante y moderna que nos
vuelve a plantear el problema de la validez del determinismo geográfico.
La «seducción del Mediterráneo», o la «llamada del Sur», y los esfuerzos
para lograrla: apertura del túnel del Mont Blanc, etc.
N o se ha hecho desde est
estee campo
campo ta n atracti
atractivo
vo u n est
estudio
udio decidido. Hay
que citar con especial respeto los capítulos que en la revista Repertoire des
Voyages publicó hacia
hacia los años cincue nta Ch arles Réau q u e tamb ién ffirma-
irma-

ba Auer). Son
Geografía ellos una tal
del Turismo, magnífica serie, que podría
como, siguiéndole, servir
la vemos de baseDespués,
nosotros. de una
los trabajos de Pierre Defert, Raymond Balseinte, Madame Germaine Vey-
ret-Verner, especialmente el primero, con sus estudios de localización turís-
tica,, vie
tica vienen
nen a agrupar aspectos parciales,
parciales, algunos de los cuales - e 1 factor
clima,
clima, por ej
ejemp
empl-
l- son, o podrían ser, los fundam entos d e una climatol
climatolo-
o-
gía turística.
Quizá si todas estas facetas no han llenado
- a encaiar en una doctrina
sistemática ha sido porque, aparte la complejidad de nuestro fenómeno, éste
se ha presentado, en su escasa vida de medio siglo, como un fenómeno cam-
biante y movible. Cambiante en preferencias por lugares de atracción, en
transportes, en categorías, en estructura de gastos; movible, prácticamente
en todo; es decir, humano. Cometemos un error si pretendemos analizarlo
en la
la au ietu d de nuestro estudio ccomo
omo un fenóm eno fósi fósill v estratificado.
El hombre, preso en las categor
categorías
ías kantianas - e s p a c i o y tiemp
mpoo-, actúa
actúa
de acuer
acu erdo
do ccon
on ella
ellas.
s. ?Cómo ha
hace
cerr entrar el T i e m ~ o n el fenómen
fenómenoo tu
turí
rís-
s-
tico? Bruhnes dice: u los hechos humanos son hechos en perpetua trans-
formación y deben ser medidos como tales». Reclús: e movilidad
de todo lo que nos rodea es enorme». El Tiempo entra en el Turismo me-
dido por la Estadística. Constituye ésta un ineludible factor en nuestros
estudios. No cabe comprensión del fenómeno sin ella. Es auténticamente bá-
sica para medir esa movilidad, ese continuo cambio. Pero la stadística
~uríitic os dará cifras y porcentajes que serán inmediatamente interpre-
tados por la Economía, por la Psicología, etc. Es decir, la Estadística se
nos presenta como medio de trabajo, instrumento básico, pero instrumento.
Todo lo que antecede nos ha servido para ir enfocando las diversas caras
de nuestra asignatura. El técnico de Turismo ideal sería aquél que conjun-
tase sabiamente todas ellas. puede haber un Técnico Turístico, Turistó-
logo o algo así- qu e aba rqu e la totalidad en grado efic eficiente
iente??
Sí puede deducirse que el técnico de turismo, de base economista, debe
ampliar sususs conocimientos
conocimientos en Sociologí
Sociología,
a, en Psicolo
Psicología,
gía, en Ge ografía, en
Política,
Política, etc.; que e l de base
base soci
socioló
ológic
gicaa debe en tra r en el campo de la
Economía, etc. Y que la forma de entrar más completa y perfecta es a
través de la labor de equipo, de seminario, de diálogo, de contacto perso-
nal. Como en todas las investigaciones modernas, la formación profesional
trasciende aquel áureo período en que el hombre se bastaba a sí mismo
para, con su intelecto, elevarse por encima de sus conocimientos.

E L ORIGEN DE L AS P A LA BRA S <<T URIST A>> <<TURISMO»

E n The Oxford English Dictionary (Oxford, 1950, s. v.) hallamos di


chas palabras
palabras con las fechas concret
concretas
as d e 18 00 y 1 81 1, respectivam ente:

TOURIST: On e w ho rnrnak
akees a tour oorr tours sp. m e wh o doe
doess tthis
his for
recreation;
recreatio n; one w ho trav
travels
els for pleasme or cu
cultur
lturee visiting
a number
numb er ooff pla
place
cess fo
forr their ob jects o f inter
interest,
est, scenery or
the like.
TOURISM he theory and practice of touring; travelling for pleasure.
Use, depreciatory.

Ambas poseen la raíz tour y los sufijos -ist, -km, que analizaremos.
L a ~ r i m e r a . our. aDarece documentalmente en 1760. en el intransitivo
to make a tour m circuitus jou journe
rneyy in w hich many pl
place
acess m e visite
visitedd for
recreation or business). Pero con anterioridad, hacia 1746, s conoce la
frase to take a turn (in or about a place, esp. riding or driving).
Tour, según la mayoría de los diccionarios, procede en el inglés del si-
glo XVIII, probablemente como galicismo, del francés tour. Ello haría que
Ea inve
invención
nción d e lalass palabr
palabras
as «turismo» y «turista » fuera
fuerann ingles
inglesas as pa
para
ra de-
signar una actividad iniciada primeramente en Inglaterra. Dejando aparte
la cuestión de si ello responde a la realidad o fue un mwimiento que tuvo
en el gesto de Europa sus paralelos, es lo cierto que, limitándonos a la eti-
mología, hallamos las dos raíces, tour y turn, ambas procedentes del latín
tornus (torn o) com o subs substa
tanti
ntivo,
vo, y tornare (redondear, tornear, labrar a
torno, en el latín vulgar, girar como verbo.
-

H acia el sigl
sigloo XII existe en Inglaterra el vocablo torn, por el cual es
difícil determinar (como ya indica Gamillscheg: Etymol. W6rterbuch d.
franzosischen
franzosisc hen Sorache. Heidelber. 19 28 ) cuál cuáles
es .voc
.vocablos
ablos ro ed den directa-
mente del latín tm s d e los q;e der deriVa
iVann del verbo. ~ a - i d e a e gir
giro,
o, de
viaje circular, de vuelta al punto de partida, se deduce claramente de la
raíz común, que originaría tornus y tornare.
Parece, pues, que el turn británico de 1746 (to take a turn) cedió su
lugar hacia 1760 al tour que nos ocupa (to make a tour), de influencia
francesa, derivándose de aquí el Tour'er: une who makes tours.
Más culto que l sufijo -er, y más profesional, es e l sufij sufijoo -ist, que pudo
tomarlo Inglaterra del francés -iste, pero de orígenes latino. A t a , y griego,
- W T ~ C o n l o s q uuee s formaban sustantivos agentes de verbos en -L<ELV
(-ize) B ~ ~ F T L F L~VZ: T L Q T ~atín:
< ; baptista). Toure
Tourerr y tourist son, pues,
sinónimos; pero co n el tiempo se prefir
sinónimos; prefirió
ió la forma culta (quizá por influjo
de los viaies a Grecia v Roma). Formas similares son: copier, copyist;
cycler-cyclist; philologer->hildog;st, etc.
El sufijo -ism, para determinar el fenómeno general de los viajes, tiene
su entronque con el griego -Laya<.
Arthur Haulot presenta la posibilidad de un origen hebreo de la pala-
bra Tour. Fig
Figur
uraa e n la Bibl
Biblia
ia ((Nú
Nú mero s, cap. X II , vers
vers.. 17), en q ue M ois
oisés
és
envía un grupo de representantes al país de Canaán para «visitarlo» e infor-
mar posteriormente sobre sus condiciones topográficas, demográficas y
agrícolas.

Tur esd ehebreo


concepto «viaje antiguo,
«viaje ya no reconoci
d e descuybierta», existe enmiento,
el moderno.
reconocimiento , explor Corresponde
exploraci
ación.
ón. al
La Corporación Turística Israelí tiene como insignia dos hombres Ile-
vand o de hombro a hombro un largo pal
palo,
o, del que penden rac
racimo
imoss de uvas,
tal como los enviados de Israel regresaron de su viaje (1).

«TOURS» Y «TOURISTES» EN LA LITERATURA DE VIAJE


VIAJESS

XIX
Los que
títulos libros de referencia,
hacen viajes hastacomo
principios del asiglo
es lógico, nos aparecen
su contenido. con
Estos títulos,
curiosamente, pueden encuadrarse en grupos:

Viajes de ; Reise von ueber nach


nach ;
Relación de viajes de ; Description ;
Travels through ; Tableau de ;
Reise durch ; Letters from ;
yem
ye m s Jou m ey through ; Narrative of Jou rney
rne y thro ugh
Voyage en ; Itinéraire descriptif de ;
Nouveau Voyage en ; visit to ;
e Voyageur ; Recollections of ;
Journey through
through t n the yems
yems ; Excursion of ;
Reise von nach
nach ; Travelling tn

La primera vez, que sepamos, que se emplea como título en la portada


de una publicación la palabra tour es precisamente en un libro inglés sobre
España. Se trata de Henry Swinburne, en su Picturesque Tour Spain, edi-
tado e n Londres
Londres,, e n 18 10 , en tamaño folio
folio y con 20 grabado
grabadoss en cobre.
A él sigue, en 1928, Stendhal, que publica sus excursiones por Francia y
con el sonoro y entonces original título de Memorias de un Turista.
Después, t w r s y touristes se generalizan, pero no en demasía. Los más
antiguos referidos a España son los editados también en Londres, de Tho
mas Roscoe: The Tourist in Spain, ilustrado por David Roberts, en tres
tomos, en octavo (1836, 1837, 1838), conteniendo cada uno 21 preciosos
grabados en acero y tratando, respectivamente, de Andalucía, Vizcaya y
las Cast
Castil
illas
las;; del mismo autor, el año 18 38 , apar ece The Taurist in Spain
aparece
and Marocco, también con grabados de David Roberts. Y en 1839,
W . H. Harrison publica Tbe Tourtst in Portugal, ilustrado por James
Hollan d; siendo preprecis
cisoo llegar
llegar hast
hastaa 18 43 par
paraa encontrar la
la obra d e la
la
marquesa de Londonderry: Journal o/ three Manths Tour in Portugal,
Sprrin, Afrtca, justo un año después de la aparición de la Guía de España
y Portugal, d e O Shea.
Shea.

TourismHAUMT:
1)
e*, h e . rimeourirme la Bible.
et XIV
stre 1961, annh aRevue de YAcadérnie
nouveíie e (page Internationale
17 . du
L E V O LU
LU C IIO
O N D E L C O N C E P T O T U R IIS
SMO

E n sus pr
princi
incipios
pios histór
históricos
icos y en el concepto
concepto simple y vulgar de la
palabra
pal abra se ha entendid o siempre que Tu rismo es solamente «viaje por
placer». Aún hoy dia mucha gente lo estima de esta manera y no compren-
de que se sumen en sus estadísticas otros viajes de motivación distinta a la
enunciada. Para ellos
ellos los
los técnicos
técnicos de Turism o y otras per
personas
sonas interesadas
se han confabulado con designios más o menos oscuros para apo derarse de

la
quetotalidad
visita una
visita de feria
los viajes
extranjera
extranjer quea mueven
un enferm a ola que
Humanidad.
acude a uUn
acude comerciante
n balneario u

creyente
cre yente qu e peregri
peregrinana a un santuario un técnic técnicoo qu e interviene
interviene e n un con-
gresoo no son « turistas» según esta opinión res
gres tringida y antigua. Y sin
restringida
embargo hay motivos más que suficientes para admitir la tesis opuesta y
aceptar plenamente la multivalente facies del Turismo.
E n primer lugar el argumento numérico. Si Si los viajes
viajes desde la la anti-
güedad hasta el siglo X I X inclusi
inclusiveve tuvieron com o preferpreferencia
encia otros motivos
q u e el del pl
placer
acer de viaj
viajar
ar a partir d el comienzo del sigl sigloo las corrientes
turístic
turí sticas
as alcanzan tales cifras cifras q u e aplastan literalmente las del tráfico
comercial
comerc ial el de cura
cura el religi
religioso
oso etc . Todos ellos ellos juntos
juntos constituyen un
porcentaje minúsculo del propiamente turíst turístico.
ico. E n segundo lugar estos
viajess «n o turísticos» -segú
viaje segúnn los tra tradicional
dicionalististas-
as- son e n realidad d esde
nuestro p un to d e vistvistaa mixtos y difícidifícilmente
lmente se separ
parable
abless d el tráfico
tráfico turís-
turís-
tico. Un viajero de ferias o cong congre
resos
sos un enferm o d e cuerpo o de alma alma se
comp orta en realidad
realidad para el hotelero el agente agente d e viajes
viajes e l transpor-
tistaa etc. d e una manera idénti
tist idéntica
ca e indifer
indiferenciada
enciada a la la del turista auténtico.
Pe ro no es sólo por e l he hecho
cho d e pagar
pagar los servi
servicios
cios qu e necesit
necesitaa es decir
decir
por e l efecto en el núcleo receptor
receptor qu e loloss recibe por lo que pueden perfec- perfec-
tamente incluirse dentro del tráfico del Turismo. Es que el viajero se
comporta consigo mismo como turista. El comerciante visitará la exposición
y hará las compras o ventas convenientes para su negocio en las horas en
que la feria se halle abierta al público; incluso desde el hotel celebrará
conferencias telefónicas o expedirá o recibirá telegramas sobre asuntos de
su trabajo.
trabajo. Pe ro dispondrá d e una serie de horas llibres ibres que dedicar
dedicaráá según
sus gust
gustos
os a visitar
visitar ci
ciertos
ertos mon umen tos y museos o lugares de diversión
o ambas cosas o a callejear simplemente por el «placer» de descubrir la
ciudad desconocida. La doctrina antigua se resquebraja y comienza a admi-
tir que sería turista unas horas a l día y no turista las que dedicase a su
negocio.
Es determinativo del «turista» pagar sus gastos con dinero ganado pre-
viamente. Incluso se admite la teoría de que el turista no puede dedicarse
a actividades lucrativas. Ambos conceptos no son ya tampoco enteramente
válidos
vál idos en el supue sto de que puede emplearse emplearse el Travel n o w p a y l a t o
lan -aunqu
-aunquee exista en este caso el pago más o menos inmediato del
proveedor del c r é d i t w o formas formas del turiturismo
smo en que el vi viaj
ajer
eroo com o 10s
polizones a bordo, encuentran l medio de costear sus gastos a cambio de
prestaciones personales.
Finalmente,
Final mente, existen
existe n facetas más menos picarescas: el que realiza con-
trabando, que costea con creces
creces sus viajes;
viajes; e l que viaja
viaja para adquirir un
determinado producto, cuyo precio en el país extranjero compensa el des-
plazamien
plazamiento;
to; el que abandona
abandona l hotel sin pagar y deja una secuela de
estafas a su paso;
paso; e l que ha sido víctim
víctimaa de
d e un robo que
qu e le deja abando-
abando-
nado; l que sufre un accidente o enfermedad que le obliga a gastos impen-
sados y de larga duración, etc.
Hoy día viene recomendándose el empleo de la palabra «visitante tem-
poral», especialmente en la Estadística turística, pero ello, como puede
verse, no es resolver l problema, sino orillarlo.

L ESC UEL B E R L I N ES
ES

Es en ella donde el análisis del Turismo encuentra su punto de partida,


gracias a los esfuerzos de Glücksmann Benscheidt y otros varios.
En 1929, el primero
primero d e ello
elloss (Dte wissenschaftltche Durchdringung des
Fremdenverkehrs), en la revista V e r k e h r u ~ di d e r 1929, pág. 40), defi-
nía el Turismo todavía como:

«Un vencimiento d d espacio por personas que afluyen un sitio


donde no poseen lugar fijo de residencia.»

chwink y Bormann continúan viendo en 61 el mismo aspecto de tras-


lación temporal, movimiento de personas, conjunto de viajes que consti-
tuyen sólo una faceta del Turismo, buscando, para completar su definición,
las motivaciones principales:
Schwink (D ie Bedeutung
Bedeutung des Fremdenverkehr
Fremdenverkehrss fuer e B qe ris ch e W ir t-
schaft, rev. M o n d ic h e Mitte
Mitteil
ilunge
ungenn des Bundes ddeut
eutsc
scher
her Verkehrs
Verkehrsvere
vereine,
ine,
núm. 10-71, dezember 1929-januar 1930):
«Movimiento de personas que abandonan temporalmente el lugar
de su residencia permanente por cualquier motivo relacionado con
el espíritu su cuerpo su profesión.»

Bormann Arthur) (Die Lehre vom Fremdenverkehr, Berlín, 1930):

«Turismo es el conju
conjunto
nto de los
l os viajes
viajes cuyo objeto es el pl
plac
acer
er o
por motivos comerciales o profesionales u otros análogos y du-
rante los cuales la ausencia de la residencia habitual es temporal.
No son turismo los viajes realizados para trasladarse al lugar de
trabajo.»
Otros autores, paralelamente, traen definiciones similares, que abarcan
otros aspectos. oscher insiste en el carácter de consumo de lujo, que
recoge Josef trsdner en su enunciación:

«Tráfico de viajeros de lujo (aquellos que de motu propio se de-


tienen en un sitio fuera de su lugar fijo de residencia y con su
presencia en ese país no persiguen ningún propósito económico,
sino que sólo buscan la satisfacción de una necesidad de lujo).»

Morgenroth en su Diccionario Manual de Economía Potítica, aclara


estas necesidades:

«Tráfico de p x m s que se alejan temporalmente de su lug r fijo


de residencia para detenerse en otro sitio con objeto de satisfacer
sus necesidades vitales y de cultura o para llevar a cabo deseos de
diversa índole, únicamente como consumidores de bienes económi-
cos y culturales »

Fuera de la escuela berlinesa, otros autores hcen también sus aporta-


ciones. Así:

Leczyck Stanislas) Zagadienia Geografii Tyryxum, Krakow 1 9 3 7 ) :


«El movimiento turístico es aquel en que participan los que du-
rante cierto tiempo residen en cierto lugar, como extranjeros o
forasteros, y sin carácter lucrativo, oficial
oficial (d
(dee servici
servicio)
o) o militar.

Como puede observarse n un principio, el concepto de Turismo es


derivado del tráfico, viendo en él una de sus facetas, quizá en sus comienzos
la más briilmte. En efecto, en la Prehistoria del Turismo, antes de la apa-
rición de su característica masiva, el turismo aparece como ser animado de
mavimiento. e aquí que las primeras definiciones signifiquen la supera-
ción de
d e las distancias especides y que incluso
incl uso ssee delimi
delimitan
tan a llaa alta clas
clasee
social y econ6mica
se presenta, que en aquellas épocas podían permitírselo. El Turismo
por tanto, n este primer intento, como una parte del tráfico.
Pudiendo ser este de mercancías, de ideas (comunicaciones) y de personas,
el Turismo se incluye en el tercer grupo debiendo @pararse del tráfico
turístico aquellos que no tengan la calidad de turistas.
Esta calidad exige una definición exacta. a no es sólo la superación
del espacio intermedio, hecho que se logra con cualquier transporte. Bien
se despoja al tráfico turístico de intencionalidad aimpura*, al viajar por
, viajar,
viajar, por eell plac
placer
er del viaj
viaje,
e, por el viaje en sí; bien se admiten otras
motivaciones. Si, teóricamente, pueden satisfacer estos conceptos de inten-
cionalidad, es cierto que la definición sigue envuelta e n nebulosas, puesto
que lala intencionalidad no es en la mayoría de las ocasiones, tan poco com-
pleja que no abarque una suma de elementos.
L PREVI DEFINI ION DEL CONCEPTO TURIST

La definición de Turismo y de tráfico turístico exigía la previa defini-


ción de turista. S e empezó por el medio más sencillo, e l negativo. Par
P ara
a
Glucksmanu y Golden:

«Prácticamente no cuentan en el tráfico turístico aquellas perso-


nas que, por las disposiciones legales de un país, se ven obligadas
a formalizar deespues de un ciecierto
rto tiempo de estancia una res
resi-
i-
dencia.~

El tráfico turístico,
turíst ico, dif
difere
erenaa
naa del tráfico de viaj
viajero
eross no turistas, exige,
exige,
como se ve, la ida y vuelta tour: vue vuelta
lta);
); implica estancia,
estancia , pero también
regreso. Es migración. Ahora bien: parecen
parecen surg
surgir
ir nuevos roce
rocess c
con
on el trá-
t rá-
fico de viajeros no turistas, con aquellos que también retornan. Norwal
A. J.): La ndustri
ndustriaa ddel
el Turismo, 1936):

Tourist; « tourist is one who enters a foreign ountry for what-


soever purpose than for permanent residen e or iegdai business
cro~s order and sp nás in the country of temparary sejourn mo-
ney which h s been eamed e1sewhere.s

Ehrensperger entendió un sentido estricto del tráfico turístico: el de


personas sin remuneración en su viaje; y en sentido amplio: el de aquellas
que realizan un trabajo remunerado. Llegó incluso a considerar varias cla-
ses de estos turistas:

a) obreros transeúntes ocasionales;


b) tráfico de fronteras;
C representaciones diplomáticas;
d) rephentaciones de organismos internacionales.

Es fácil comprender que la teoría amplia de Ehrensperger, la del tráfico


remunerado,, se presta
remunerado controversia,
controvers ia, en espe
especial
cial las dos clases
clases primeras,
que fueron excluidas por un Comité de Ex Expert
pertos
os en Es
Estadístic
tadísticaa de la Soc
Socie-
ie-
dad de Naciones en propuestas elevadas a l Consejo el 22 de enero de 1937.
En aquellas f s se había planteado a escala internaci
internacional
onal la nec
necesi
esi--
dad de obtener estadísticas de Turismo en los diferentes países miembros,
a fin de coordinar esfuerzos de promoción y de estudi
estudio.
o.

Lu udefinicidn»de i Sociedad de Naciones.

on el fin d e hacer más comparables las estadísticas turísticas internacionales, el


término «Turismo» debe ser intemr etado,, en principio. omo significatiw de toda
intemretado
person que viaje durante v ~ n t i ~ boo o Ü por cualquier otro país que el de
su r e s i d d habitual.
El omité decide que las personas que se hden compr endi das en las siguientes
categorías habrán de considerarse como turistas:
1 Las personas que efectúen un viaje de placer o por razones de familia, sa-
lud, etc.
2 ) Las personas que acudan a una reunión o en calidad d e servi servicio
cio cientí
científicos,
ficos,
administrativos, diplomáticos, religiosos, deportistas, etc.).
3 Las personas que viajan por negocios.
4 Los visitantes de los cruceros marítimos, incluso cuando la duración de su
estancia es inferior a veinticuatro horas. Estos úitimos debieran ser contados
en grupo aparte, en caso necesario aun sin distinción, según el domicilio
habitual.
No serán considerados como turistas
turistas::
1 Las personas que lleguen provistas o no de contrato de trabajo para ocupar
un empleo en el país o para ejercer una actividad profesional.
2) Pers
Personas
onas qu e vengan a ffij
ijar
ar ssuu rresi
esidencia
dencia e n el país.
3 Los estudiantes y jóvenes alojados en pensionados o escuelas.
4 ) Los fronterizos y personas domiciliados en un país y que tienen su trabajo
en otro. ,
5 Los viajeros en tránsito sin parada en el país, incluso cuando la travesía del
mismo les lleve ás de veinticuatro horas.

La Asamblea General de la Unión Internacional de los Organismos Ofi-


ci
cial
ales
es de Tu rismo con sede
sede en Dublín, e n 1950 admitió q ue los estudiantes
estudiantes
y j6venes residentes en el extranjero debían ser incluidos en la denomina-
ción de «turista». Salvo esta excepción, la defini ión de la Sociedad de
Naciones es utilizada como base d e los
los trabaj
trabajos
os del G rupo de Estudios.
Estudios.

ULTIM S DEFINI IONES

E n estos años anteriores


anteriores a la
la conflagra
conflagración
ción mundial d e 19 39 ya er a no
~ ó l o e interés teóri
teórico,
co, sino d e inter
interés
és genera
general,
l, el fenómeno del Turismo.
Y lo era por los efectos económicos en los núcleos receptores. Las defini-
ciones que hemos visto hablaban de ciertas motivaciones, pero llevaban el
acento principal al tráfico. Glucksmann en 1935, ya indicó el error:

«Quien interpreta el Turismo como un problema de transporte lo


confunde con el tráfico de turistas. El Turismo empieza allí donde
el tráfico termina n e l puerto
puerto del Turis
Turismo lugar de h o s
mo en el lugar
pedaje.~ El tráfico de viajeros conduce al Turismo. Sin embargo,
no es el Turismo propiamente dicho, n i siqui
siquiera
era e n parte.*

De aquí surgirá, poco despub, la mejor definición del Turismo enun


ci2da antes de la 11 Guerra Mundi
Mundial,
al, y debida
debida t a m b i h a Glucksma
Glucksmann:
nn:

«Turismo es la suma de las relaciones existentes ntr personas


que se encuentran pasajeramente n u n lugar de estancia y los
naturales de s lugar.»
Retocada ligeramente por Benscheidt también de la escuela berlinesa,
como sigue:

«El conjunto
conj unto de rel
relacio
aciones
nes pa
pací
cífi
fica
cass entre viajeros que se detienen
en un sit
sitio
io las personas no do miciliadass llí y los naturales de es
domiciliada
región.»

Después d e la Gu erra Mu ndial empiez


empiezan
an a proliferar
proliferar las monograf
monografías
ías
sobrela Turism
cen aperturao. de
Hallamo s en ellas
horizontes ede
llasla muchas
escuela defi
definiciones:
de niciones: unas, que
Berlín e insisten en descono-
aspectos
parciales;
parcia les; otra s, qu e la perfecc
perfeccionan.
ionan.
Troisi ( e n a Rendita Turistica: Teoria e fatti, 1942 ), no se esmera esmera n
este enunciado:

«Conjunto de traslados temporales de personas, originados por


necesidades de reposo, de cura, espirituales o intelectuales.»

Para Marcel Gautier su definición nos aparece esquemáticamente con-


figurada:

«El conjunto de fenómenos económicos y sociales originados por


los viaje
viajes.»
s.»

La definición actualmente aceptada es de los investigadores Hunziker y


Krapf All
Allgemei
gemeine
ne Freden verkeh rslebre). D a t a d e 1 9 4 2 , y dice así:

«Turismo s el conjun
conjunto
to de las rela
relaciones y fenómeno
ciones fenómenoss producidos
por el desplazamiento y permanencia de personas fuera de su lu-
garr d
ga dee domicil
domicilio
io en ta
tant
nto
o que dichos d desplazamie ntos y perma-
esplazamientos
nencia no estén motivados por una actividad lucrat
lucrativa.»
iva.»

N o queremos termina r est,a panorámica d e llas


as definiciones
definiciones sin recordar,
por su lado, a Schdern Schattenhofen q u e e n 1 9 1 1 Turismo y Econo-
rnia Naional) escribía:

«Turismo es el concepto que comprende todos los procesos espe-


cialmente los económicos, que se manifiestan en la afluencia per-
manencia y regreso del tur
turist
ista
a h
hacia en y fuera de un determinado
acia
municipio país o estado »

Procediendo de campo de la Economía era natural que cargase el én-


fasis sobre los procesos económicos, pero es lo cierto que su clara visión
le hizo adelantarse varios años al concepto actual y no empaña su defini-
ción
ci ón el he
cretado. hecho
cho de
Claro que en
es que, tre enpara
incluso ella
ella laelprimera
definido, que de
época todavía no estaba
la escuela con-
berlinesa,
cuando el Turismo era considerado como tráfico, no se tuvo en cuenta de
una manera directa la propia definición de este concepto Guntzel):

«Trá fico es aquella actividad económic


«Tráfico económica a que se ocupa en la crea-
ción empleo de medios para
para facilitar
facilit ar las relaciones
relaciones entre sujeto
suj etoss
económicos espacialmente separados.*

Porque es evidente que en ella está incluido no 5610 el transporte, sino

la permanencia en lugar extraño.

VIAJEROS
VIAJEROS VISITANTES TURI STAS

La Organización Mundial de Turismo


Turi smo ha sintetizad
sinte tizado
o una clasif
clasificac
icación
ión
de todos los viajeros en un intento de llegar a la concreción del contenido
del término Turista. Para ello, parte del genérico Viajeros, que divide en
aquellos que se incluyen en las estadísticas del turismo y aquellos otros
que no se incluyen, tales como los trabajad
trabajadores
ores fronterizos nómadas
nóm adas pasasa-
a-
jeros en tránsito que son los que no abandonan el área de tránsito de un
puerto o un aeropuerto; si el tránsito incluy
incluye
e uno o va varios
rios días, si deben
figurar en las estadísticas de turismo), refugiados miembros de las Fuer-
zas Arm ada
adass repre
representa
sentantes
ntes consulares y diplomáticos en estos tres casos,
cuando se desplazan de sus países de origen hacia otros donde están en
funciones, o l regreso), inmigrantes temporales e inmigrantes perma-
nentes.
Aparte todos los anteriores, los que figuran en las estadísticas reciben
el nombre de Visitantes, y pueden dividirse en dos grandes grupos. Los
visitantes que pasan por lo menos una noche en el país visitado, que reci-
ben el
e l nombre
nombr e especifico de Turistas; y los que pasan menos de una no-
che aunque
aunq ue si
si son viajeros
viajeros en tránsito
tráns ito o escala,
escala, pueden visitar el país uno
o varios días, regresando al barco o l tren para dormir), a los que se les
denomina Excursionistas.
Los excursionistas comprenden tres grupos: Visitantes del día, llama-
dos también de menos de veinticuatro horas; Pasajeros en crucero, que,
aunque se incluyen en este grupo, se aconseja dar una relación separada
de ellos, y Tripulaciones que se refiere a las tripulaciones de aviones, que
no son residentes en el país visitado y que permanecen durante el día).
Finalmente, queda el grupo principal, los Turistas, cuya característica
temporal
temp oral -una noch
noche
e m í n i m e se ha inindi
dica
cado
do anterior
anteriorment
mente.e. También
También
tienen tres grupos: N o residente
residentess extranjer os) -pa
extranjeros) -para
ra el turism
tur ismoo recep-
tivo procedente del exterior- N o residentes nacionales) -par -para
a el turism
tur ismo
o
interior-; Nacionales residentes en el extranjero - q u e deb
deben llevavarr cue
cuen-
ta aparte- y Miemb
Miembros
ros de tripulación no resident
residentes)
es) - q u e ha
hacen uso de
medios de alojamiento del país visitado.
Esta clasificación podría completarse, en este último apartado, con los
Residentes en el país que visitan zonas de éste donde no residen. Estos
últimos se comportan como los propios turistas nacionales en su propio
iP P0.

Si prescindimos
tar nuestras ahora deaceptar
ideas podemos todas las
quedefiniciones
turistas sonanteriores, para concre-
todos aquellos que se
desplazan fuera de su domicilio habitual con intención de regresar. Etimo-
lógicamente, la palabra tour es tan explícita como para implicar la vuelta, y
sólo ella.
ella. Los restantes añadidos qu e se han visto -v
-via
iaje
je por place
placer,
r, pa
pago
go
d e los servi
servicios
cios con dine ro previam ente ganado, etc.
etc.-- son simplemente
añadidos para delimitar una forma de viaje que por su extrañaa y espec-
tacularidad fue absorbiendo hacia 1800 todas las otras formas existentes.
En la mentalidad de aquella época antiturística, pragmática, destacaba el
qu e se arriesgaba
arriesgaba un tour sin más propósito que el del mjsmo viaje. Era
un desocupado, un snob. Pero el primitivo concepto del tour se v io circuns-
crito y limitado injustamente. Para nosotros, turista es el que hace un
tour independientemente de sus motivaciones.
La generalización de los viajes a lo largo del siglo xrx va produciendo
unoss curio
uno curiosos
sos efec
efecto
toss en el núc
núcle
leoo receDt
receDtor
or.. H asta aho
ahora
ra.. el ~ a í s u e recibía
turistas vivía su propia vida, sin ser afectado por aquéllos. Desde este
momento tiene que ir paulatinamente equipándose en transportes y hotele-
ría, industrias que empiezan a conocer el valor económico de los viajeros.
Surgen poco a poco organizaciones para defensa y promoción de intereses
comunes. Empiezan tímidas campañas de propaganda, se abren oficinas de
información,
infor mación, etc. E n 18 28 Gineb ra registr
registraba
aba 5 0.0 00 extranjeros; hac hacia
ia
18 60 los Estados
Estados Unidos enviaban unos 40 .000 am eri ericano
canoss a Euro pa; en
18 78 Cook transporta 7 5.000 personas
personas a la Exposició
Exposiciónn d e París; en 19 10
Mónaco, centro de la vida elegante europea, recibía en el Principado a
miilón y medio d e turistas.
turistas. Como es lógico
lógico supo ner, est
estas
as m asas va
vann a con
con--
figurar la vida entera de los núcleos receptores. Ya no cabe la actitud indi-
ferente ante aquel primitivo turista aislado de antaño. El núcleo entero va
a ser impregnado de «turismo».
Con ello llegamos, pues, a la palabra mágica: Turismo. ¿Qué es el Tu-
r ismo?
ismo? Turismo es, por p or u n la
lado,
do, conjunto
conjunto d e tur
turis
ista
tas,
s, que cad
cadaa v a so
sonn
más numerosos; por el otro, son los fenómenos y relaciones que esta masa
produce a consecuencia de sus viajes. Turismo es todo el equipo receptor
de hoteles, agencias de viajes, transportes, espectáculos, guías-intérpretes,
etcétera, que el núcleo debe de habilitar para atender a las corrientes tu
rística
rís ticass que lo invaden -y que no prom overía si no las re reci
cibi
bies
ese-
e-.. Tu rism o
en las organizaciones privadas o públicas que surgen para fomentar la in
fraestructura y la expans ión del núcleo;
núcleo; las campañas de propaganda q ue
hay que planear, ejecutar y difundir; la creación de Oficinas de Informa-
ción; la creación de escue
escuelas
las para la enseña
enseñanzanza del Turismo; el estudio d el
Tu rism o par
paraa de du cir las líneas
líneas gener
generales
ales de lala política
política a seguir;
seguir; la promo-
ción del Turismo social.
También es Turismo los efectos negativos o positivos que se producen
e n las pobla
poblacione
cioness re
recept
ceptoras
oras -e c o n ó m ic o s, socia
sociales
les,, religi
religiosos,
osos, etc.
c.-- por
el «contagio»
«contagio» de los extranjeros y en tre estos últimos; últimos; y el que a su vez
se produce por el de estas poblaciones con las próximas, aunque estas últi-

mas urno
al--, reciban
culltural
cu reciyban
paraturistas
terminar -una
unaesta especie
lista, n od elimitativa,
efecto
limitat iva,multiplicador
multipli cador
Tu rismo m oral o
es también,
por paradoja, el efecto que se produce en un núcleo receptor cuando se
corta la afluencia turística. Es decir, que pueden darse efectos turísticos
-n
-nega
egati
tivos-
vos- sin tur ista s.

CONDICIONANTES D E L V I A J E

Toda persona es un turista potencial. Pero esta potencialidad debe con-


vertir
vert irse
se en act
actoo para q u e exi
exist
staa e l turista. De aquí que los primeros intentos
d e definición
definición del Turis m o hicieran
hicieran especial mención d el tráfitráfico
co turístico.
Cuando el turista se reintegra a su lugar de origen cesa, claro es, de ser
turista, para reintegrarse a su potencialidad.
Pa ra realizaci
realización
ón d e Tu rism o se precisan
precisan dos condicionantes:

a Voluntad.
b Posibilidad.

La primera es condición anímica, el motor puesto en marcha por el de-


seo, cuyo despertar puede originarse por diferentes causas, simultáneas
O no:

ropaganda;
mim etismo» infinfluenc
luencia
ia del medio,
medio, vanidad, etc.);
etc.);
ábito de otr os viajes
viajes y experiencia);
onveniencia física, intelectual o moral cura balnea ria, descan-
so, estudios, fe, incluso spleen ;
educción obligatoriedad).

La posibilidad abarca otros factores, generalmente externos al indivi-


duo, tales como Tiempo, Dinero, Medios de Transporte, etc. Las clases
económicamente fuertes han dispuesto siempre de estos condicionantes; de
a q uí
u í q u e el Tu rism o haya sido en un principio depo rte y oc
ocupaci
upación
ón de ricas.
ricas.
La llamada «democratización» del Turismo solamente ha llegado cuando
la masa
masa ha obte nid o la conquista de las vacaciones
vacaciones Tiempo ), y, sobre
todo, d e las vacac
vacacione
ioness retribuidas
retribuidas Din ero).
EL ESEO E EVASIONB

Si nos remontamos a la consideración de que el Turismo es un despla-


zamiento geográfico podremos estimar estimar q que
ue en su funda
fundament
mento o más esque-
mático halia
haliamos
mos un sujeto: e l Hombre Homb re y un objet objeto:
o: la m movilidad
ovilidad -bie
-bien
n
en Turismo itin itinerant
erantee bien en sedentario o resid residen
encia
cial-
l- qu
quee se repre-
senta por la tierra. Hombre y Tier Tierra
ra son pues elementos nece necesari
sarios
os para
la existencia del Turismo. La movilidad del primero sobre la segunda que
puede darse en varias formas y motivos deberá ser obje objetoto de análisis. La
actuación del HombHo mbre re sobre la Tier
Tierrara es en principio económica. ésta
nos aparece
aparece en un u n doble aspecto
aspecto d e simple espacespacio
io o de productor
productoraa de
materias primas.
En el primero es un ancho campo ilimitado; aunque el hombre haile
un e urnene más confortable para su vida en lugares de un clima determi-
nado. Ello no obsta para que la dispersión de la Humanidad abarque tierras
de clim
climas
as inhóspitos hacia hacia el Pol
Poloo o hacia los Trópicos.
Pero es la Tierra como productora la que condiciona la vida humana
sea de animales para la caza -culturas paleolíticas y caza cazadoras
doras-- sea co
como
mo
tierra agrí
agrícol
colaa - c u l t u r a s neolític
neolíticas
as y sisigu
guie
ient
ntes
es-- sea
sea produc
productoratora de ener-
gla mineral hidráulica etc.
El Hombre frente a la Tierra Madre desarrolla civilizaciones diferentes.
En principio vemos al hombre paleolítico depender de la caza de bisontes
o cémidos. Como éstos depend dependenen d dee los pa
pastos
stos el Hombre es nómada.
Cuando inventa la agricultura se hace sedentario. Nomadismo y sedenta-
rismo son dos «conductas» diversas y antagónicas. Nosotros herederos de
ambos somos
somos sedentarios pero lleva llevamos
mos en un subconsciente profundo prof undo
el recuerdo
recuerdo oscuro
oscuro de una etapa de la Humanidad que q ue duró milenios: la
etapa nómada móvil d e aventura y de temor; pero de íntima comunión comunión
con la Naturaleza.
Nomadismo y sedentarismo son dos concepciones de la vida. El trán-
sit o de una a otra
sito ot ra debió ser tremendame
tremendamentente largo creand
creando o eestadios
stadios de
pueblos «recolectores» naturales s decir sin siembra previa ni roturacio-
nes. Hubo que adivinar que la la semilla enterrada resurg
resurgiría
iría de nuevo n
planta como en el mito de d e Demete
Demeterr y Kora. Incluso entr entree los primiti-
primiti-
vos actuales hallarnos
hallarnos esto
estoss estadios intermedios: pueblos esquimales por
ejemplo.
Pero
Per o hay más
más como los hombres «azules» del Sahar Saharaa o los gitanos qu quee
deambulan
deambu lan todo o parte del
d el año unidos con un hil hilo
o invisibl
invisiblee a un núcleo
geográ
geo gráfic
ficoo que sima
si ma de referencia
referencia.. En cambi
cambioo los sedent
sedentarios
arios pueblos que
desarrollan después toda la civilizac
civilización
ión actual seguirán mirando con recelrecelo
o
al eterno viajero no afincado en parte alguna.

JuanEsRamón
presumible que en
Jiménez en su
nuestra
nuest ra conci
conciencia
cuarteta: encia surja esta opinión que refleja
Mar desde el huerto
Huerto desde el mar.
Ir con que pasa
pasa cantando
O verlo desde el huerto pasar.

El nómada es hombre de largos horizontes. Contempla el paisaje en


conjunto, en síntesis. En su raciocinio deduce de arriba a abajo, de lo gene-
ral a lo particular. Su estética es la de los grandes volúmenes y las masas
d e color,
color, pero
per o unas y otras se deshacen cuando las traspasa. Su religión es
panteísta.
El sedentario, en cambio, es tranquilo, quieto. Se cierra en el pequeño
marco del horizonte vallado de su huerto. Más allá está el peligro, lo des-
conocido. Pero en su mundo lo conoce todo: el terrón de tierra que abre
con la azada.
azada. Es hom bre d el d etall
etalle,
e, del ,análisis
,análisis.. Su raciocini
raciocinioo es desde
lo suyo, particular, a lo general desconocido. Su estética, de lo minúsculo.
Su religión, monoteísmo.
Pero el nomadismo lleva prioridad de siglos en la historia de la Huma-
nidad. Desde la aparición del hombre hasta el Neolítico, hacia el 5 antes
d e Cri
Crist
sto.
o. El n ~ m ad is m o uma algo
algo asasíí como medio mill millón
ón de años.
años. El
Neolítico, y no en todos los sitios, unos siete mil.
Cierto es que el sedentarismo ha originado toda la civilización actual,
y desde un primer paso, que todavía perdura, del agricultor que vive en
«su» Naturaleza, pero vida natural, al fin, produce una segunda cultura.
Ya no es el aprovechamiento directo de los productos agrícolas, sino su
transformación. Es la civilización industrial la que se abre paso paulatina-
mente para desembocar en el mundo moderno industri,al y u r b a n o . U ~ b e
industria frente a la aldea autárquica, agrícola y ganadera.
Es e n e ste medio m oderno donde e l hombre vivive
ve hacina
hacinado,
do, d e espalda
espaldass
a la Tierra que le produjo, inmerso en una cultura artificial de asfalto,
luces neón, acondicionamiento de aire y calefacción, transportes y centros
de trabajo y de diversión «masificados», domicilios estrechos, sin un rayo
de sol donde el hombre actual disfruta de una vida sin libertad y sin Tierra,
a cambio de un alimento seguro y de unos goces civilizados.
Es en estos cuerpos esclavizados donde la mente puede añorar la liber-
tad antigua y la Tierra perdida. Surge en lo hondo un deseo de «evasión»
d e l as cade
cadena
nass ddii ari
ari as:
as: cacade
dena
nass del vesti
vestido
do 4 e l uello
uello dur o y la corbata,
o del zapato de tac tacón
ón--, de l asfalto, d e la luz eléctrica
eléctrica,, de l teléfono,
teléfono, de
todo lo que huele a encierro y que ha perdido su atractivo de «jaula dora-
da». Evasión, ¿a dónde?; a la Naturaleza: bien en su estadio nómada
total, bien al pequeño mun do d el agri agricultor
cultor y pastor del Neolíti
Neolítico:
co: Turismo
itinerante o Turismo residencial.

Asícon
figura el Turismo , al menos
las siguientes el produ cido po r e l deseo
caracte~ísticas: deseo de evasión,
evasión, se con-
1 Es un producto de la civilización de las grandes urbes industria-
lizadas.
2 Es un movimiento temporal que dura psicológicamente hasta cuan-
d o la
la comunión con la Natural
Naturaleza
eza se satura y la «jaula dorada»
dorad a»
recobra su atractivo.
3 Surge con más fuerza cuando el verano funde el asfalto y hace un
horno incandesce
incandescente
nte de
d e la ciudad o e n clima
climass más
más fríos cuando
esa misma estación recuerda al hombre la dulzura del clima na-

tural.
sión enEllo produce
otras estaciola
nesestacionalidad
estaciones busca del turística.
en busca clima
clima desead Unao segunda
deseado oca-
condicion
condicionada
ada
a la posibi
posibilid
lidad
ad de romper
romper las
las cadena
cadenass - c l a s e s de lujo
lujo-- y al venci-
miento de las distancias.

L CIVILIZ CION D E LOS <<LOISIRS»

La llamada civilización del ocio loisir en francés


francés es la meta
meta no de-
masiado lejana de la civilización actual. Loisir viene del latín licere estar
permitido referido al tiempo libre fuera
fuer a d e las ocupaci
ocupaciones
ones habituale
habitualess de
libree disposició
libr disposición.
n. E l sentido d e esta palab
palabra
ra no es pues solamente ocio
sino reposo
pueda también comodidad
ser considerada comod
como idad
trabajyo la
trabajo realización
realización
remunerado:
remune de toda
toda
rado: entretenimi
entre acción
ento qu
tenimiento e os
no
juegos
jueg
práctica
prác tica del deporte
depo rte vida de relación
relación actividad
actividades
es culturales -e xpos
xp osic
icio
ione
ness
conferencias et etc.
c.-- y Turismo.
Turis mo. Es el concepto
conce pto del dopolavoro italiano.
La civilización del ocio ha comenzado en la actualidad a tener carta de
naturaleza en las preocupaciones de los sociólogos políticos y economistas
economistas
y con
con una intensidad creciente a consecuenc
consecuenciaia del aumento progresi
progresivo
vo del
d el
tiempo libre en todas las capas de la sociedad.
En efecto si compar
comparamos
amos las condicione
condicioness de vida de los trabajadores del
siglo pasado y anteriores según se desprende de los noveli novelistas
stas de su época
época
con los d e hoy día vemos cómo la fijación de la jornada laboral lab oral la con-
quista de la semana «inglesa» y las vacaciones anuales han venido a implan-
tar nuevas formas de vida antes desconocidas. La automación la técnica del
trabaj o los nuevos medios de
trabajo d e organización y de productivid
produ ctividad
ad y la ciber-
nética dan como resultado una mayor producción a costa de un menor
esfuerzo humano. Con ello se va logrando una reducción paulatina de jor-
nadass un mayor período de vacaciones
nada vacaciones y un adelanto en
e n la edad de jub
jubi-
i-
lación.
En los países desarrollados la jornada semanal es de unas cuarenta ho-
ras de
d e trabajo. Fourast
Fo urastié
ié indica cómo en Norteamérica se acaba
acaba de implan-
implan-
tar para los obreros electricistas de la construcción la de treinta y dos
horas semanales
semanales y que esta conquista será imitada próxima
próximament
mentee por todo
t odo
el mundo trabajador de los Estados Unidos y Europa. Se consideran y
seis semanas
semanas d e vacaciones
vacaciones ininterrumpidas al año lo que junto a las
restantes
restant es fiestas
fiestas y domingos
domingos viene a dar un total ded e nueve
nueve mese
mesess de trabajo
anual, siendo,
siendo, po r tan to trein ta y seis
seis semanas por treinta y dos horas),
solamente mil ciento cincuenta y dos horas de trabajo al año.
Si estimamos ahora la vida laboral de un trabajador entre los veinte y
los sesenta años, es decir, unos cuarenta años de vida activa, da un con-
junto de cuarenta y seis mil ochenta horas de trabajo. Se estima como
meta a alcanzar en un futuro no lejano la de las cuarenta mil horas
Frente a esta actividad laboral hallamos la vida humana, extendiéndose
cada vez en mayor longevidad. Considerando sólo la actividad del ocio

entre
hay unlostotal
quince y los setenta
de quinientas y cinco años,
veinticinco es decir, durante
mil seiscientas sesenta
horas de años,
existencia,
de las que podemos deducir las cuarenta mil horas laborales, quedando li-
bres no menos de cuatrocientas ochenta y cinco horas
N o es ex trañ o qu e esta cifra preocupe a sociól
sociólogos,
ogos, economistas y polí-
polí-
ticos. Y que al amparo de estas perspectivas se plantee la civilización de
los lo s rs como un auténtico problema para el próximo futuro. Jamás hubo
para el hombre tan gran oportunidad de atender a una formación huma-
nística tan completa como la que se avecina. Educación elevada, compren-
sión internacional, serán sus resultados. En este tiempo libre de millares
de horas el Turismo tiene su parte importante, y por ello vemos su futuro
con toda confianza.

LA SEDU ION DEL MEDITERR NEO

Para el estudioso del Turismo no es un descubrimiento el auténtico


éxodo que en verano, pero en invierno también cada vez en mayor cuantía,
lanza a los europeos del norte y del centro a las playas del Mediterráneo.
La cuenca mediterránea cobra así un interés específico, como un hecho
de la civilización actual dentro del marco de la Geografía Humana. Cada
año más millones de europeos sienten la «llamada del Sur», como si se tra-
tase de un gigantesco balneario en el que se recobrara la salud perdida, o
un gran centro de peregrinación de una religión panteísta. Ante este hecho
cabe preguntarse qué es el Mediterráneo y cuáles son sus elementos de
atracción. Si esta fuerza imantada, surgida en pocos años, tendrá una per-
sistencia prolongada o es una moda pasajera. Si se puede actuar sobre el
M editerráneo para refor
reforzar
zar las corrientes turísti
turísticas.
cas. ¿ P o r qué el Medi-
terráneo?.
Indudablemente, todo el futuro de nuestro Turismo se halla inmerso
en estas preguntas. Para España, donde el impacto de nuestros visitantes,
desde 1950, ha significado el «despegue» de nuestra economía, la contes-
tación a ellas significa la mayor o menor urgencia en los planes de des-
arrollo; la confianza o desconfianza
desconfianza e n el «mono cultivo» actual del Turis-
mo; la promoci
promoción
ón ráp
rápida
ida o cuidadosam ente limitada de centros y zonas
zonas de
interés; la polít
política
ica en tera a seguir, en una palabra, en el últim o tercio
del siglo xx

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