Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CAPITULOS 61-80:
PARTE II
CAPITULOS 81-100:
PARTE III
CAPITULOS 101-110:
Maquiavelo.
.
JIMIN.
—Alguien debe traer el dinero, no sé por cuánto tiempo más Anthony nos
ayude. — Contesta el frotando sus ojos. — ¿Tu?, ¿Cómo te fue?
Niega con la cabeza y sale del cuarto de estudio. Brinco por todo el
departamento hasta frenarme en los ventanales. Aplaudo emocionado al
ver que está anocheciendo finalmente y todas las luces se van
prendiendo. ¡Nueva York es precioso!
—Nadie.
— ¿No pediste esa la otra vez? –Pregunta el con una ceja alzada y
examinando la carta.
Ella vuelve a asentir con una gran sonrisa. Observo por la ventana
dejando una mano en la mesa y otra donde apoyo mi barbilla. Observo
los autos pasar al igual que la gente hasta que siento la cálida mano de
Taehyung ponerse sobre la mía. Volteo.
—Ya… —Lamo mis labios y frunzo de nuevo la boca. —Ah, por cierto
Tae. Ayer me encontré con Nayeon, ¿Podemos invitarla a cenar alguna
vez?
—Claro. –Dice él. — Sí, siempre. ¿Que? No, espera. Repite lo que
dijiste.
— Recibimos la maldita foto suya atado, débil y llorando hace… casi dos
años. –Mi voz se ahoga.
—Respira. –Se inclina un poco hacia mí. — Eres un buen medico Jimin.
Estas salvando muchas vidas, tienes una beca, ¿Qué más quieres?
—Por cierto, como última cosa. –Dice esta vez Taehyung. — La semana
pasada Helen me dio unos cupones. ¿Los quieres? Tú comes más en la
calle que yo.
.
.
YOONGI.
—Deja de imaginar que son ellos. —Paso junto a él. —No lo son.
Su sonrisa de a poco se va borrando.
—Solo dime cuales son los juguetes. —Dice él. —Por favor... Yoongi...
—No te diré.
—Kai nos espera mañana a las once. —Guarda su teléfono. —Ya sabes.
—No vayas a hacer eso. —Cierra los ojos y niega con la cabeza. —La
última vez terminaste abriendo el un chico a la mitad, vomité.
—Para mí lo es.
— ¿Debo callarte?
— ¿Por qué cada vez que lo dices siento que vas a besarme o algo? —
Dice negando con la cabeza. —Es cómico Yoongi.
—Por eso mismo. —Se tensa un poco y voltea a verme. — ¿Lo ves? Nos
entendemos.
—Tu orgullo siempre pude antes que cualquier calentura tuya. —Asiento.
—Me sorprende Jeon.
—Si quieres puedo bajar ya. —Se quita el cinturón. —Veré el lindo
cuchillo que me dejaste y mañana te agradezco.
— ¿Lo ves? Por estas cosas te quiero. —Observa por el retrovisor que
no venga nadie. —Ahora sí. Nos vemos mañana.
Contesto.
—Dejé mis llaves... de nuevo. —Lo escucho decir del otro lado.
JIMIN.
Voy corriendo por los pasillos con unas hojas pegadas al pecho. Me
detengo en la habitación 465 donde Sehun ya está allí con la mujer que
se encuentra en la cama.
— ¿Riesgos? —Pregunta.
Asiento y vuelvo a correr ahora con las manos sueltas. Me cruzo con
algunos enfermeros que están moviéndose en todos los sentidos. Parece
que hoy está muy agitado por acá.
— ¿Es el...?
Taehyung va a matarme.
—Es solo una semana, no moriré. —Suelto una pequeña risa. El soba mi
mejilla. —Tae...
—Prométeme una última vez que estarás bien. —Me dice severamente
Taehyung observándome fijamente.
—Estaré bien. —Le digo rodeando mis brazos detrás de su cuello, abulto
mi labio inferior. —Ya Tae, debes irte, no quiero que se te haga tarde.
—Al amor de mi vida, ¿se encuentra por aquí? —Elliot se quita sus
lentes de sol y me observa pícaro, me pierdo en sus ojos azul celeste.
Sus labios van a atacar los míos estampándome contra la pared. Mis
labios se abren más y gimo en su boca tirando de su cabello al sentir sus
manos desesperadas irse dirigiendo a mi ropa para despojarla.
Aprieto con más fuerza mis ojos y busco con el tacto su camisa. Tomo el
borde y tiro hasta arriba, separándonos para quitársela y desprenderla de
su cuerpo. Él me sonríe y sigue besando mi cuello dando mordidas que
me sacan uno que otro jadeo. Enredo mis piernas en su cintura.
—Te extrañaba. —Dice bajando sus manos por mi pecho hasta tomar
mis pantalones. —Este mes fue una locura verte y no arrastrarte al
cuarto del conserje para al menos una mamada.
—No pasa nada. Estarás bien. —Soba mi espalda con suavidad. —Todo
estará bien bebé... estoy contigo.
No...
¡No!
¡Basta!
¡Ya basta!
“Si crees en algo, comienza a pedir por tu alma, por tu mente y por tu
cuerpo...”
Yoongi...
Regresa...
63
YOONGI.
Doy vuelta con él en mis dedos repetidas veces hasta que se desliza
provocando una abertura en mis dedos. No suelto ningún jadeo de dolor,
de hecho apenas muevo un musculo de mi cara. Observo simplemente la
sangre brotar de la herida deliciosamente, comenzar a deslizarse por mi
piel, una gruesa gota que se sigue deslizando dejando un camino rojo en
la palma de mi mano.
Tocan a mi puerta.
Muy serio.
¿Medicina? ¿Hospital?
—Lo es. –Dice ella del otro lado. — Uno muy bueno por cierto.
Me sigo manteniendo en un gran silencio. Parece que todos los ruidos
exteriores se callan por completo. Solo escucho la voz de Clara del otro
lado aumentando mi ansiedad. Siento los tics en mi cuerpo y la sed de
sangre consumirme y enloquecerme.
—No hay nadie allá, no tenemos hombres. –Dice. — Los que están al
este los he mandado a ir por Taehyung y seguirlo. Allá en Nueva York no
hay nadie, es muy peligroso.
—¿Entonces? –Pregunto.
—Por el momento solo pasa la información. –Le digo apretando cada vez
más fuerte el teléfono. — Absolutamente todo de Jimin.
Hay un pequeño silencio del otro lado. Espero a que Clara conteste pero
se ha quedado extrañamente callada. ¿Qué le ha sucedido? Sabe cómo
detesto cuando tardan en responderme, mierda.
—Lo necesito. –Susurro y sonrió. — Pero necesito que esto quede entre
tú y yo.
—Necesito que saques otro vuelo para otra persona. –Presiono más el
collar.
—Claro. ¿A dónde?
JIMIN.
—Muy bien. ¿Qué tal tú? –Pregunta ella. —Era por la cena, ¿quieres que
vaya mañana? –Pregunta.
—Oh. Lo siento, olvide informarte que Taehyung salió hace dos días. –
Muerdo mis labios. — Regresa la próxima semana.
—Me alegro, está bien que trabaje mucho. –Dice feliz. — Pues bueno,
dejo de molestarte. Seguramente te estas preparando para una súper
salida o reunión.
Agarro la secadora y con eso peino mi cabello rubio. Lo peino hacia atrás
y le doy forma hasta que luce suave, brillante y muy sedoso. Lo peino un
poco hacia atrás y succiono un poco mis labios antes de soltarlos
creando un sonido más bien candente.
—Enseguida.
—Dame un vodka en rocas. –Le digo con una sonrisa. — Bien frio.
Y el también.
No nos decimos ni una sola palabra. El tira de mi cuello y pega mis labios
a los suyos metiendo su lengua y besándome con desespero. Y es
extraño. Es extraño que me esté comiendo así la boca y yo le
corresponda tan sencillamente cuando apenas se su nombre. Pero no
me importa.
Busco mi teléfono y veo que son casi las dos de la madrugada. Niego
con la cabeza y avanzo por las calles hacia la casa. He tenido suficiente.
JIMIN
Las lágrimas resbalan por mis mejillas y muerdo con fuerza mis labios
cuando siento que me toman con más fuerza. Mi cuerpo se niega a
responder, estoy completamente helado.
Él me toma con fuerza de los brazos por atrás. Me remuevo y golpeo con
fuerza hasta zafarme. Peleo como puedo pero es un segundo cuando
siento un fuerte peso aventarme y aplastarme contra la pared. Toda mi
respiración vuelve a fallar y me mantengo en un crudo silencio sintiendo
todo mi cuerpo doler, ardes, suplicar, retorcerse ante el tacto que me
quema.
Y lo toco. Siento su piel cálida bajo mis fríos dedos. Sintiéndolo real…
—Yoongi…
—Hola, muñeco.
—Te estuviste portando muy mal pequeño muñeco. –Susurra con burla
deslizando el filo del cuchillo por mi garganta haciendo una suave
presión. — ¿Qué hare contigo?
Pero estoy helado. Mi mente aun no procesa lo que está sucediendo. Me
pierdo en sus facciones más endurecidas, aquel rostro que ha cambiado
un poco… más… hombre. Ya no un adolescente sino… un adulto. Un
hombre.
No puede serlo.
—Así que así será. — Espeta gélido sin mover ni un musculo de la cara.
—Yo vine a matarte Jimin. –Enfoca siniestro. — ¿Estás seguro que con
esa actitud no estas acortando tus momentos de vida? –Pregunta con
una sonrisa cada vez más grande.
—Pobre muñeco idiota. Tan ingenuo. Tan inocente. –Relame sus labios.
—Y nunca aprendiste. Nadie lo hizo.
— ¡Espera ahí! –Me suelta y se aleja negando con la cabeza. — ¡Ese día
ella entro en mi cuarto, yo fui a asesinar a alguien! ¡Jamás me acosté con
ella!
¿Qué?
—Y-yo…
—Estabas enojado…
— ¡No somos nada! ¡Metete eso en tu cabeza Min! –Le grito. Bien. El
alcohol definitivamente suelta mi lengua más de lo que debería. — ¡Estas
mal si crees que me pondré de rodillas frente a ti sin irme a tirar a otros
hombres! ¿Qué? ¡Soy humano y tengo mis malditas necesidades!
Le doy una sonrisa tan grande como puedo y lo empujo lejos de mí para
comenzar a avanzar por la banqueta. Me cruzo de brazos y avanzo
rápido, preocupándome por no escuchar sus pasos detrás de mí. ¿Qué
está haciendo?
Lo siento colocarse detrás de mí. Mantengo la vista fija tan duro como
puedo obligándome a no voltear. Comienzo a temblar un poco, mis
manos tengo que volverlas en puños para que dejen de moverse o evitar
que hagan algo que no quiero.
—Te haré una ultima prueba. –Susurra, siento su tibio aliento golpear
contra mi cuello. — Será lo último que voy a pedirte. En base eso,
decidiré si dejarte ir de una vez por todas o al contrario… volveré a
aferrarte duramente a mí. Más que antes.
—Bésame.
Siento a Yoongi abrazarme por detrás. Me siento derretir allí mismo, pido
a gritos darme la vuelta y arrastrarme en su piel, aferrarme y pegarme a
él duramente sin despegarme. Arrastrarme por su ropa y abrazarlo,
besarlo, sentir su piel desnuda golpeando contra la mía.
Muerdo mi labio para acallar el jadeo que trata de salir cuando siento sus
labios rozando contra mi cuello mandando electricidad pura por todo mi
cuerpo. Toda la muerte y el vacío dentro parecen esfumarse. Mi corazón
late con rapidez, todo mi cuerpo revive en sensaciones, cada fibra de mi
cuerpo reacciona, mis vellos se erizan y casi puedo sentir mi sangre
volver a calentarse con el puro tacto.
—Ahora que lo pienso. –Se aleja negando con la cabeza. — Solo estoy
perdiendo mi tiempo aquí contigo. Ya me quedó en claro que te he
perdido. Ni modo. Suerte con tu vida Jimin. Fue bueno estar contigo
mientras duro.
¿Qué?
—Sigue con tu linda vida. Quedas fuera de juego. –Sacude sus manos. –
Regresaré con mi muñeco. Tu… supongo te deseo suerte. No vemos
Park.
¡No! ¡No!
Y nunca se había sentido tan bien. Mierda. Que nunca se había sentido
así de bien. Quiero meterme debajo de su ropa para sentir su calidez,
sus brazos alrededor de mi cuerpo se siente tan bien, tan protector y
cálido. Aquel frio consumiéndome desaparece por completo. Aquella
caricia, su corazón retumbando en mis oídos, la rapidez a la que va, su
agarre haciendo más presión al igual que mis brazos y mi fría y húmeda
mejilla debido a las lágrimas reposando en él.
—Quiero hacerte mío… —Su voz falla. — Quiero marcar cada rincón de
tu cuerpo, tatuando tu cuerpo con mis marcas, abrir tus piernas y
enterrarme profundo en ti. Quiero sentirte apretarme y gritar en mi boca
que no me has olvidado, que nadie más que yo puede complacerte como
yo lo hago, que no existe otro hombre en tu vida que no sea yo.
Duele.
—Dilo.
Me rehusó a hacerlo.
—Dilo. –Repite con más fuerza enterrando sus dedos a mis costados.
—No existe otro hombre en mi vida que no seas tú… —Susurro cerrando
mis ojos con fuerza. — Mío.
—Tuyo. –Repite el antes de besarme con hambre. — Mío…
—Tuyo…
65
JIMIN.
Buzón de voz.
Conforme los días pasaban era cada vez más probable. Sin embargo, el
que Taehyung no me contestara ni diera rastros de vida comenzaba a
preocuparme seriamente. Le había marcado, mandado mensajes, hasta
correos y nada. Se había esfumado. Hable a su empresa y dijeron que
tuvo que extenderse. Se negaron a darme explicaciones.
Llevo estos días muy ansioso, algo hiperactivo. Puedo ver el libro y releer
las páginas cuatro veces y aun así no estaría prestando atención. Por
suerte es la última hora y me siento más relajado, en cuarenta minutos
salimos.
—No creí que vinieras. –Susurro en voz baja y vuelvo la vista al frente.
—No lo sé. –Vuelvo la vista a los cuadernos. — Cuando nos vemos casi
siempre terminamos… haciendo eso. Y…
—Ahora mismo estoy teniendo un terrible deja vú. –Cierro mis ojos.
—Elliot. –Me volteo hacia él. — Aprecio todo esto pero creo que
debemos cortarlo. Terminarlo simplemente y…
Elliot y yo avanzamos por los pasillos hasta colarnos en uno donde hay
dos aulas, ambas vacías. Me arrincona en el espacio, me cruzo de
brazos frente a él.
—Nada.
—Jimin.
— ¿Entonces?
— ¿Aprecias tu vida?
—Por supuesto.
—Aléjate de mí.
—No puedes entenderlo pero créeme cuando te digo que estamos mejor
lejos. –Le digo lamiendo de nuevo mis labios. — Por favor Elliot. No
quiero que termines… lastimado.
Muerto.
—Entiendo que estas intentando huir pero debes enfrentarlo. –Sigue el.
— Jimin. No te odio. Si fueras un simple polvo me hubiera rendido a la
primera que me rechazaste.
—Elliot…
—No lo sé. –Froto mis brazos. — Quizás contigo. Pero fue en Julio el 12.
—Once.
—Misma cosa.
—En esas, puedo decir que solo tres pudiste haber realmente disfrutado.
–Dice sin pena. —Y está bien. Me reconforta el saber que yo no soy el
problema.
— ¿Entonces?
—No puedes saberlo hasta que lo intentemos. –El alza sus hombros,
pongo mis ojos en blanco pero el atrapa mi barbilla. –Anda, dame un
beso.
—Elliot… —Comienzo.
—Uno.
¡Chupetones!
— ¡Ah, maldita sea! — Salgo corriendo del pasillo para volar a los baños
pese a la voz de Elliot a mis espaldas. Me descubro y siento algo frio en
mi sangre al ver tres chupetones. Forman una línea casi perfecta, dos
son rojizos, uno casi morado. Maldigo. Genial. Lo que faltaba.
— ¡Jimin! — Llaman.
Tiene.
Que.
Ser.
Una.
Jodida.
Broma.
—Vine por ti. –Contesta frio. — Deja de hacer dramas por todo.
—Care full what you sell from inside of you. –Sigue la canción.
El ríe.
— ¡Ya basta!
—Más si lo gritas.
—Lastima.
—Así que dime. –Vuelve la vista hacia mí. — ¿Cuántos dedos te metiste
pensando en mí?
—No lo harás.
—No me rendiré muñeco.
¿Por qué siento que lo estoy gritando más para mí que para él?
—Más contigo.
—Maldito seas.
—Bájame. –Espeto.
—Oblígame.
Mi sangre hierve.
—Yoongi…
— ¿Qué demon…?
YOONGI
¿Y ahora?
Algunas veces no puedo evitar pensar como hubiese sido todo esto si
fuese “normal” Jimin y yo siendo dos simples estudiantes. El uno muy
carismático y alegre y yo uno callado y frívolo, ambos seguramente
enamorados, viviendo una escolaridad normal. Ir a su casa para estudiar
juntos y cenar con su madre sin que acabe en una masacre. Que me
observe con sonrisas y no con miedo. Que nuestras rondas de sexo sean
simplemente intensas sin sangre, azotes y dolor de por medio. Donde los
castigos sean dejarlo en abstinencia y no torturarlo. Donde la más grande
amenaza sea “cortamos” y no un “voy a matarte”1
Joder, no, ¡Que aburrido! Yo quiero abrir su linda piel y hundir mis dedos
en las heridas para sentir su caliente carne muscular bajo la yema de mis
dedos. Me he planteado necrofilia si se trata de él y de su cuerpo pero he
llegado a la conclusión (después de varios rodeos en ese aspecto) que
eso no funcionaría en lo más mínimo.1
Así que por esa razón y muchas otras ha quedado fuera de mis
posibilidades el tener un buen polvo cuando Jimin no está. O estaba,
mejor dicho. Ya encontrare la forma de que termine en cuatro frente a mí
en un simple movimiento de manos.
— ¿No fuiste bien cogido estos años verdad muñeco? –Preguntó en voz
baja soltando inevitablemente después de una risa. — Claro que no. No
estuve allí.
Al final, solo yo sé cómo le gusta que lo follen y puedo hacerlo sin ningún
problema. Tal para cual. Por eso mi rabia no es tan descontrolada,
porque si, se lo tiraron, pero sigue insatisfecho y lo estará siempre. No si
no soy yo el que está allí en su cama. ¿O una mesa? ¿Sofá? Donde se
le ocurra… yo me lo doy.
— ¿Me crees tan idiota como para no saber qué haces allá realmente? –
Me interrumpe. — ¿Park Jimin quizá no tendrá algo que ver?
— ¿Y se puede saber cómo mierda sabes tú que Jimin está aquí? –Abro
mis ojos furioso y aprieto el teléfono con fuerza.
—Que regreses.
—Eso no sucederá.
— ¡No! ¡No! ¡No! –Me interrumpe repetidas veces causando que apriete
con fuerza el volante. He llegado al hotel ya. — ¡Te quiero acá mañana
mismo y sin Jimin!
— ¡Van a matarlo!
— ¡No tiene por qué hacerlo! Mientras más lejos te mantengas de él, es
mejor por ambos. ¿Me entiendes? No son idiotas, si te ven con él lo
usaran para chantajearte.
—No lo harán.
—Yoongi por favor. Es Jimin. –Contesta seco, aprieto más mis puños. —
Le tocan un cabello y tú llegarías como una bestia a matarlos a todos. Se
meterán en tu maldita cabeza a través de él, será lo que usaran para
llevarte a ellos. ¿Recuerdas lo que dijiste alguna vez?
—Solo déjame…
—Gracias. –Muerdo mis labios un poco sin creer lo que acabo de decir.
Me mantengo en silencio.
—Aprenderás a hacerlo.
El hacer su vida…
¿Olvidándome?
— ¡MIERDA! –Grito con fuerza y bajo hecho una fiera el auto pateando
absolutamente todo y soltando humos. No pienso permitirlo, nunca
sucederá. Lo matare antes de siquiera dejarlo irse lejos.
Prefiero ser yo quien acabe con su vida antes de nunca más volver a ser
parte de ella.
JIMIN.
Cuelgo.
Otro día sin tener noticias de él. Ya es martes. ¿Dónde está? Debió
volver ya ¡¿Dónde está?! Me dejo caer en la mesa temblando de pies a
cabeza y apretando el teléfono contra mi pecho sintiendo las lágrimas
hormiguear en mis ojos antes de deslizarse por mis mejillas. Sorbo un
poco por la nariz y tapo mi cara mordiendo más fuerte mis labios en un
desesperado intento de no romper a llorar.
Bajo las escaleras tan rápido como puedo hasta llegar a la entrada del
edificio. El fresco aire golpea mi cara mandando un gran alivio por todo
mi cuerpo. Me cierro la chaqueta y después de observar de izquierda a
derecha comienzo a avanzar en silencio bajo las luces de Nueva York y
su noche nublada.
Tomo la carta y cruzo mis piernas perdido en los distintos licores que
aparecen frente a mí. Frunzo un poco mi ceño y observo las cervezas
con aros de cebolla. Hay una promoción de dos cervezas al precio de
una y una orden de alitas al centro que me persuade.
Asiento un poco decidiéndome quizás por ella y mis ojos siguen bajando
por todo lo que hay. La verdad no es nada particularmente increíble pero
es agradable que den comida. Más si son alitas en promoción. Me gustan
las alitas.
—Y de ti. –Me burlo. — Veo que no funcionó tan bien como pensaba.
— ¿A qué viene ese comentario de mal gusto? –Pregunto cada vez más
molesto.
El silencio permanece.
No me molesto en ver la cara que pone. Cierro los ojos y tomo una
profunda respiración antes de prestar atención a la música y comenzar a
moverme. Un grupo de chicos visiblemente muy borrachos me observa y
comienzan a aplaudir y a festejar. Tiran de mi brazo y me meten en su
círculo mientras cantan a todo pulmón y se mueven.
Bueno…
¿Quizás?
JIMIN.
No puedo evitar reír ante las palabras de Yoongi. Luce tan desesperado
el pobre diablo.
De acuerdo. Cuando deje el cambio todavía allí estaban. Las metí en mis
bolsillos y me fui a bailar. Baile... si... baile... de acuerdo. ¿Luego qué?
Yoongi me beso. Llevo sus manos a mi cintura, nos besamos de nuevo y
yo salí corriendo. No me molestaron las llaves cuando corrí. Ya no
estaban cuando salí del bar. No cayeron mientras corría... entonces...
—¿Hola? —Pregunto.
Silencio.
—¿Hola? —Repito alzando un poco mi ceja.
Silencio.
Una risa ronca del otro lado me pone los pelos de punta.
¡Pero que!
Saco mi teléfono que tiene poca pila y prendo la lámpara para iluminar el
entorno. Está lleno de telarañas y completamente vacío. Hay basura,
botellas vacías y prendas sucias. El silencio es absoluto y aquello
comienza a inquietarme.
"6"
—Dame otra pista. Por favor. —Digo en voz alta para que me escuche.
— Yoongi.
No lo hará, ¿cierto?
Suspiro rendido.
—Bien. —Me digo en voz baja. —Es hora de ser el cazador esta vez.
Y finalmente aquel ruido que me pone alerta que voy por buena vía. Un
golpe seco que me hace esbozar una sonrisa y avanzar por donde voy.
Lo he escuchado no muy lejos, del lado izquierdo.
—¿Y te digo que es lo más divertido de todo esto? —Me freno junto a
una puerta y me apoyo en la pared sonriente. —Que hay uno en especial
que me recuerda un poco a ti. No porque sea un sádico sumamente
enfermo. No.
Sonrío de nuevo.
—Me recordó a ti porque me hacía gritar creo que incluso más de lo que
hacía contigo.
La puerta se azota con fuerza una última vez y escucho más golpes y
cosas caerse. Pateo la puerta tan fuerte como puedo aventándola lejos.
Entro volviendo a azotar la puerta observando a Yoongi de espaldas, con
el cuchillo enterrado hasta el fondo de la pared. Sus hombros suben y
bajan con rapidez y su cuerpo esta rígido.
Es aterrador. Y me encanta.
Puedo sentir lo molesto que está ahora y sin embargo sigue sin lanzarse
sobre mí. Algo espera y no estoy seguro de que es. Sigo retrocediendo
poco a poco, en lentitud tortuosa que ninguno de los dos piensa quebrar.
Yo no. Voy contando los segundos, retrocediendo al mismo ritmo que el
avanza, observando ahora el filo brillante que se levanta sobre mí.
Él me toma con fuerza de las mejillas y levanta mi mirada, mis ojos llenos
de lágrimas antes de que se acerque y apenas roce mis labios.
Silencio.
—Con eso podrás pagar un taxi. —Sigue. —Tu pequeño castigo deberá
esperar un poco.
—Pero...
Trago pesado.
—Lo sé. —Contesto.
Silencio.
JIMIN.
—¿Qué? —Repito.
—Y esa vez que te vi subir con aquel chico de cabello negro. —Niega
con la cabeza. —Yo decía que su rostro me sonaba de algún lado.
Vaya...
—Tuve la misma reacción pero ahora está más que claro. —Pellizca mi
nariz. —Eres el pequeño Jimin, el juguetito de Min Yoongi, nuestro
enemigo este, arma letal de Forcraft, el hijo adoptado de Park Chaerin...
los fugitivos del bando contrario. Eres tu pequeñín, siempre estuviste
frente a nuestras narices. ¿Quién lo diría?
—Papa estará feliz cuando le diga lo que descubrí. —Se burla. —Pero
hay un problema y es que me gustas demasiado, Jimin. No te mentía.
Eres un chico maravilloso y lo que menos quiero hacer es hacerte daño,
¿me entiendes?
—Lo sé. Peleare por tu confianza así que por favor solo te pido eso. –Me
toma las manos. —Ve mañana. Hablaremos tranquilamente y te
explicare la situación, llevare evidencia si eso quieres. Confía en mí.
—Por favor. –Pide una última vez. —Es lo único que te pido.
—Ven acá Jimin. –Me abraza con fuerza. —Nunca más volveré a hacerte
esto pero estoy preocupado y… voy a perder la cabeza.
—Está bien allí, no pasa nada. –Niego con la cabeza. —Solo… por
favor…
Taehyung no está.
—Anthony… —Susurro.
—Algo así.
—Explícate.
Hay un largo silencio del otro lado. Muerdo mis labios con fuerza. ¿Por
qué no contesta? ¡No me está tranquilizando en nada!
—Me dijo que era el hijo de Sullivan y que necesitaba hablar conmigo,
que su padre quería matarme seguramente pero él no lo permitiría y me
cito mañana pero no sé qué hacer, te juro que he tratado de encontrar
algo pero simplem…
— ¿Dónde te ha citado?
— ¿Iras?
—Bien. –Él toma aire. —De acuerdo. Primero lo primero, si vas necesitas
seguridad. ¿Tienes gas pimienta? ¿Navajas?
—Le pediré a una amiga que me acompañe. ¿Eso te hace sentir mejor?
–Pregunto. —Vigilará todo de lejos mientras yo hablo con él. No sabrá
que es amiga mía ni compañera, podría ayudarme.
—Bien. Dile que grabe cualquier cosa y Jimin, te lo suplico. Ten cuidado.
Muerdo mis labios con fuerza y observo el teléfono junto a mí. Me siento
frente a él y lo tomo jugueteando un poco. No es una idea maravillosa,
mucho menos inteligente pero es una situación de emergencia. Alguna
mentira se me ocurrirá. Algo. Lo que sea. Es momento de confiar en mi
lado mentiroso y espera a que de lo mejor de sí. Ahora más que nunca.
Trago duro y cojo el teléfono comenzando a marcar mordiendo mis uñas.
Espero un pitido, dos pitidos y finalmente contestan.
YOONGI.
¿Qué mierda?
Rio.
—Solo estoy jugando. –Le digo. —Podría ir pero necesito algo a cambio.
—No será esta noche porque no tengo mis juguetes acá. —Le digo
fríamente. —Pero si te pido otra cosa muñeco.
¿Pero qué…?+
69
JIMIN.
Voy avanzando por las calles hasta que me detengo junto a una pared y
me coloco los lentes de sol. Me mantengo así unos segundos hasta
levantar la mirada y observa a Yoongi del otro lado de la calle igualmente
con lentes de sol y mordiendo su labio coquetamente.
Bueno. Hoy el día está lindo así que es un buen día para morir. Sin
buenos polvos, pero muerto.
¿Qué acabo de pensar?
—No olvides de quien eres muñeco. —Lo escucho decir a mis espaldas.
—Evítame llegar y armar un escándalo.
—Elliot la verdad es que no quiero estar mucho tiempo aquí así que... —
Ladeo un poco mi cabeza. — Agradecería que comenzaras, por favor.
—Claro. —El asiente. —Pero antes que nada, te lo dijo Jimin, vengo
solo.
El suspira.
—Bien. Creo que ya sabes quién es mi padre, ¿cierto? Sí, claro que lo
sabes. —Comienza nervioso.
—Derek Sullivan.
—Mi padre se llevaba bien con tu madre. —Comienza. —En esa cena,
me hablaron de ella...
—No les daré la espalda. —Contesto, mi voz sale helada. —Ni a Forcraft
ni a Min.
— ¿Por qué? —Pregunta alzando una ceja. —¿Qué te han hecho?
¿Realmente te benefició Yoongi? ¿Él en tu vida?
—No. No lo hago. —Me contesta frívolo. —Solo puedo ver que sea lo
que sea que hayan tenido ustedes dos, no fue bueno.
—No pienso hacerlo. —Me contesta serio. —Sin embargo será también
cuestión de tiempo hasta que no pueda cubrirte más. ¿Los sabes?
Trataré de ocultar tus huellas tanto como pueda pero a cierto punto te
encontrara y te tendrá.
¡Genial!
—No quiero que porque mi padre sea un loco que va tras de ti signifique
que tú y yo dejemos de ser amigos. —Sonríe un poco. —Me agradas
Jimin. Pese al corto tiempo de conocernos. Hemos hecho muchas cosas
juntos pasado agradables momentos.
—Eh... y-yo... —Me zafo un poco de él hasta retirar mi mano. —No creo
que sea una buena idea Elliot, la verdad yo d-debo irme...
—No tengas pena Jimin. Todos somos raros en ese sentido. Eso lo
vuelve más interesante. —Me guiña el ojo y me sigue sonriendo. —
¿Probamos?
—No creo que sea una buena idea. —Me levanto de la mesa
bruscamente. —Elliot, debo irme.
¡¿Justo ahora?!
Finjo demencia y avanzo un poco cuando me toman nuevamente. Volteo
hacia Elliot que me tiene tomando del brazo hasta que siento a alguien
más tomarme del otro brazo con muchísima más fuerza y jalonearme sin
piedad.
Trago duro y después de ver a Elliot que tiene una ceja alzada volteo
hacia el otro lado. Vaya. Luce realmente molesto...
Observo a Elliot con los labios mordidos suplicando con la mirada que no
meta la pata.
— ¿Novio? —Pregunta Elliot viéndome con una ceja alzada. — ¿Tú y él?
¿Novios?
— ¿Qué carajos fue eso? —Pregunto antes de que él diga algo. Sueno
molesto.
— ¿Novios? ¿Tú y yo? —Pregunto quizás con voz más aguda de la que
me hubiese gustado.
—Este Min Yoongi prefiere esperar un poco para que su venganza sea
impecable y perfecta. —Me dedica una gatuna sonrisa. —Y hablando de
venganzas, ya me canse que estés jugando al niño coqueto estando yo
cerca.
—Es hora de tu castigo muñeco. —Me sonríe antes de reír como un loco.
—O debería decir... ¿novio?
Abro mi boca tanto que mi mandíbula duele. Mis mejillas se tornan
violentamente rojas y el cosquilleo sube por todo mi cuerpo, mi corazón
se escandaliza y mi respiración falla.
—Oh, vamos mi amor. Será solo hoy día. —Sigue con burla tomando mi
barbilla. —Veamos como funcionaríamos tú y yo de pareja.
—Ups. —Sonríe antes de tomarme con fuerza para abrazarme por detrás
tomando mi cuello.
Observo la calle vacía y aun así trato de gritar pero tapa mi boca con
fuerza y siento que coloca un paño húmedo en mi nariz. Me revuelco en
sus brazos tratando de no inhalar pero es cuestión de segundos cuando
mi vista se torna más y más borrosa y los sonidos lejanos. Peleo tanto
como puedo pero mi cuerpo se va sintiendo más y más pesado hasta
que no me responde más.
.
.
Voy abriendo mis ojos con suma lentitud hasta que finalmente logró
captar la poca luz que hay. Suelto un débil gruñido y lentamente me voy
reincorporando hasta quedar de rodillas. Mi cuerpo se tambalea un poco
y es cuestión de segundos hasta que recupero mi sentido de orientación
y logro mantenerme en pie.
JIMIN.
Abro la puerta. Todo está oscuro. Inhalo profundo y voy saliendo del
baño con lentitud cerrando la puerta detrás de mí quedando en la
oscuridad total. Me mantengo quieto unos segundos hasta escuchar
unos extraños ruidos que me ponen en alerta y erizan toda mi piel.
Colores beige, rojos. Una gran cama donde hay una maleta apoyada,
una pared enfrente que me hiela por completo al ver un extraño
mecanismo colocado con muchas cosas filosas y cadenas colgando con
unas esposas. Me estremezco y lentamente sigo recorriendo hasta
detrás de mí donde pego un enorme brinco sintiendo mi pulso ir a mil.
Nadie me desea tanto como él. Yo no deseo a nadie más que él.
Voy dirigiendo mis manos hacia el nudo de la bata para retirarla pero el
levanta la mano mostrándome su palma. Un sencillo acto que me pide
detenerme. Lo hago.
Él sonríe.
¿Qué?
Dirijo mis manos con prisa hacia el nudo pero el vuelve a detenerme. Mis
dedos quedan sobre el nudo sin moverse ni un poco. Espero a que me
conteste por qué me ha frenado.
Aprieto mis labios y con una lentitud tortuosa voy zafando el nudo,
tirando de una cuerda zafándolo por completo. La abertura de mi pecho
se va mostrando poco a poco más abajo. Me mantengo quieto y
lentamente voy deslizando la bata con la ayuda de mis hombros,
sintiéndola resbalar con lentitud sobre mi cuerpo hasta que cae al suelo.
Mi respiración falla y casi me siento caer debido al temblor en mis
rodillas. La mirada de Yoongi cambia por completo y finalmente sus ojos
brillan con deseo desbordado que sacude todo mi cuerpo. Lame sus
labios y se vuelve a levantar con la respiración pesada, yo tiemblo un
poco y mis labios se abren ansiosos por probar los suyos. Nuestra
distancia se acorta y finalmente nuestros pechos rozan.
—Súbete. —Vuelve a ordenar solo que esta vez sin la sonrisa y con un
tono gélido.
Me subo quedando un poco más alto que Yoongi pero pese a eso le
sigue luciendo muchísimo más alto. Tan intimidante… Dios.
—N-no pero…
—Entonces cállate.
¿Cuál es su problema?
— ¿Sabes lo difícil que fue colocar todo? —Pregunta. —Llevo días. Tuve
que traer todo por separado.
Niego con la cabeza. El también niega sin borrar su sonrisa: —No lo haré
porque quiero escuchar tus gritos de dolor y placer. —Toma el látigo en
sus hombros. — Así que te explicaré como está el juego.
Toma nuevamente los aros de cuero que toman mis muñecas y las
ajusta. Suelto un grito al sentir pequeñas y puntiagudas puntas
enterrarse en mi piel. Aprieto mis puños y siento un poco de sangre
brotar.
Comienzo a temblar.
—Esa fue la parte del dolor. —Su sonrisa se vuelve más enferma. —
Ahora vayamos a la de placer.
¿Eh?
No puedo evitar que toda mi boca se esté haciendo agua en este preciso
instante. Él se va acercando poco a poco hasta finalmente quedar frente
a mí, dejando todas sus cosas y solo quedando con el látigo. Comienza a
dar vueltas hasta detenerse y dedicarme otra sonrisa.
—Comencemos. —Sonríe mordiendo sus labios. Ajusta mis muñecas por
completo. Grito con fuerza al sentir todos los picos enterrarse en mi piel y
los hilos de sangre comenzar a deslizarse a gran velocidad. Mis ojos se
empapan de lágrimas.
—Bien. —Sonríe.
—No. —Contesto.
— ¿Por qué? —Roza con mis costillas.
El silencio reina.
—Tuyo. –Contesto.
—No te creo. —Niega con la cabeza y ajusta más, suelto otro grito. —
¿De quién eres? —Repite sobre mis labios.
—Demuéstramelo.
Pega sus labios con furia contra los míos. Se sube a la plataforma y me
toma de las caderas para que no caiga soltándome un ahogado gemido.
Todo mi cuerpo tiembla en descontrol total, duele, se contrae y revuelca
al sentirlo nuevamente cerca.
Muerde mis labios. ¡Oh dios! Sus dientes se escurren sobre mi belfo
antes de quedar sobre mi e ir a mis pezones. Coge el cuchillo y hace una
abertura en las palmas de sus manos dejando que las gotas escurran. Le
arrebato el cuchillo y paso mi lengua por el filo para lamer su sangre
gimiendo alto.
—Ah… —El jadeo escapa de mis labios cuando mi erección roza contra
mi vientre. —Y-Yoongi… ¡Mgh!
—Estamos enfermos.
— ¿Qué?
—Mierda Jimin.
— ¡Oye!
JIMIN
Y sí. He acertado.
Lo ignoro por completo y comienzo a recoger toda mi ropa con prisa pese
a sus llamados con mi nombre. Mis manos tiemblan cuando me pongo la
ropa interior y maldigo en voz baja. Rebusco todas mis cosas y vuelvo en
desesperación total hasta que Yoongi me toma firme de los hombros
para detenerme.
Mierda. De nuevo.
Aprieto mis labios y asiento. El niega con la cabeza rodando los ojos y
toma mi brazo para jalarme fuera de la habitación después de tomar las
llaves del auto. Bajamos corriendo y prácticamente cruzamos corriendo
la calle. Nos abalanzamos dentro del coche y Yoongi enciende
rápidamente el motor.
Bien. Son las once con ocho minutos. Tengo tiempo. Hay tiempo. Si,
¡Excelente!
—Nada. —El niega con la cabeza sin borrar la sonrisa y vuelve la vista al
frente.
— ¿Tú que crees? —Me pregunta con aquel brillo en sus ojos.
—Creí que lo hacía. —Murmuro un poco sin dejar en paz mis manos.
—Lo siento, es divertido. –Contesta. –Pensar que hace unos años eras
tan distinto, más… torpe. Lento.
El silencio se instala al igual que una leve capa de tensión. Volteo a ver a
Yoongi pero él ha borrado su sonrisa y se mantiene frívolo viendo al
frente. Observo la esquina de la Universidad y el semáforo en verde pero
que no avanzan.
— ¿Y eso? –Pregunto.
—Te vendrás conmigo una semana. –Contesta sin más. —Baja ya.
Cuando estés me mandas un mensaje y pasare por ti.
—Gracias.
Tres…
Estoy jodido.
***
—Lo sé. Me quede dormido. –Digo con prisa. — ¿Ya te vas también?
—Todo bien, gracias. –Asiento con una sonrisa. –Debo irme, ¿Hablamos
luego?
Bien… Bien… ¿Qué puede salir mal? Para empezar, ¿Por qué me pidió
quedarme con él? ¡Agh, esto es una locura! Debo dejar de hacer esto
pero… no, ¿a quién engaño? ¡Claro que me encantara estar con él una
semana los dos solos! ¿Qué haremos? ¡Oh, puedo decirle que vayamos
a comer pizza! ¿O tendrá algo planeado? Esto es extraño. Demasiado
extraño.
Bueno, conociendo que es Min Yoongi y las miles de sorpresas que
vienen detrás de él, puedo darme una idea que no puedo predecir nada
porque me saldrá con curiosas sorpresas. Así es con él. Una vez allí
agarro mi maleta y allí comienzo a meter toda la ropa que necesito.
Pongo cepillos de dientes, de cabello, lociones, desodorantes…
básicamente cosas de higiene personal, dinero, ropa, cargadores, llaves,
teléfono. ¿Qué más? ¡Libros!
¿Qué más?
¿Por qué pese a todo lo que hemos hecho me sigo sintiendo así?
Agarro las cosas y cierro los cajones y rápidamente las meto a la maleta
debajo de toda la ropa. Mi teléfono comienza a sonar y cuelgan
rápidamente. Era más aviso que llamada. Bueno, aun así, comprendo el
mensaje.
—Cosas.
— ¿Qué cosas?
—Cosas.
¿Qué?
— ¿Sullivan? —Repito.
Los colores son cafés y blancos. Un vasto espacio con dos pequeñas
escaleras subiendo a una base con mesa, sillones, cafetera y un enorme
ventanal de cortinas gruesas color rojo dando una espléndida vista de la
ciudad. El piso es de loza y esta impecable. La cama King de colchas
rojas y blancas elegantes y perfectamente acogedora y suave. Hay
también espejos rodeando un poco la cama por la parte de la base en un
medio circulo. ¡Por Dios!
—Dos por día. –Me explica. —Uno para desayuno y otro para cena. Son
gratuitos, para el buffet pero a partir de mañana.
—Bien. –Sigue y frota un poco su barbilla. — Iba a decirte algo más pero
creo que lo he olvidado.
—Iré a ver a unas personas. Son cosas del trabajo que me pidió Forcraft
estando acá.
—Si y el muy bastardo me dejó en cargo unas cosas, así que ya sabes,
para quedarme también necesito trabajar.
— ¿No puedes verlos otro día? –Pregunto mordiendo mis labios.
—Mañana pero prefiero que sea de una vez. –Contesta con cierta
brusquedad.
— ¿Por qué?
—No quería usar ese término pero no hay otro. –Se cruza de brazos. –
Eres débil y un poco ingenuo, te comen fácilmente.
— ¿Si tanta carga soy para ti entonces para que me pediste estar
contigo? –Mi sangre comienza a hervir y me acerco lo suficiente a él. —
¿Eh? ¡Vamos, contesta!
—Te voy a cortar los dedos por lo que hiciste. —Amenaza con voz
helada.
Él me toma del cuello y empuja con fuerza antes de estampar sus labios
con los míos con una fuerza descontrolada y morder mis labios. Gruño y
comienzo a tocar su pecho desnudo con mis manos enredando mis
brazos detrás de su nuca para profundizar más.
—Voy a joderte duro a ver si así aprendes… —Dice sobre mis labios
antes de darme una fuerte nalgada que me hace chillar.
— ¡Te odio pedazo de imbécil! –Le grito antes de morder con fuerza sus
labios sin despegarlo. El comienza a empujarme con fuerza pero no
decido dejársela tan fácil. Enredo mis piernas en las suyas y giramos, yo
quedando sobre él.
Saca su teléfono.
— ¿Si? –Llama de mala gana. — Voy para allá. Si. Estoy en camino.
—Seré rápido. –Me observa con una ladina sonrisa. — Muñeco idiota.
—Serás castigado por eso. –Me dice mientras yo muerdo mis labios. —
Después de cenar.
Otra sonrisa asoma por mis labios que muerdo después. Tan loco que ni
yo comprendo…
YOONGI.
Matt…
Recuerdo las otras reuniones que hemos tenido que estamos ambos. El
me observa bastante pero cuando yo lo observo, el otro desvía la mirada.
Se mordía mucho los labios y eso era terriblemente atractivo para mí ya
que tengo cierta debilidad por los que se muerden los labios.
Will esboza una sonrisa coqueta que provoca que las mejillas de
Matthew se tiñan suavemente de rosa. ¿Qué mierda? ¿Forcraft le da a
su primo para que lo ayude y él le coquetea? ¿Qué mierda le sucede al
tío de Jungkook? Aprieto mis puños, ¿Qué habían sido aquellos ojitos?
¿Qué acaso se traían algo?
— ¡No tengo nada con el! — Grita tomando mis manos para que lo
suelte.
—No te creo. –Esbozo una falsa sonrisa, que no me tome tampoco por
idiota. Lo suelto y me alejo pero él me vuelve a tomar del brazo y me tira
a él.
— ¡Mírame Min Yoongi! –Me dice acercándose más a mí, observo aquel
verde que admito me gusta bastante. Mas contrastando con su piel
canela y su cabello claro. — ¡No tengo nada con Will, no podría! ¡Tú nos
conoces bastante bien! ¡Sabes que…!
— ¿Yo? –Ahora si suelto una risa. — ¡Tú eres aquí el que provoca Matt!
—No me engañas Min Yoongi, no desde ese día. –Matthew esbozo una
cínica sonrisa que me provoca otra sonrisa burlona. — Pude ver
perfectamente la desesperación en tus ojos y el deseo cuando me
estrellaste contra esa pared aquella noche y me besaste.
Abro mucho los ojos cuando Matthew se acerca a mí y me rodea con sus
brazos antes de plantar sus labios contra los míos en un apenas
perceptible suspiro. Me mantengo estático mi cuerpo sintiendo al chico
de ojos verdes pegarse cada vez más a mi jugar con mis labios y lengua.
—Tienes que saber que el único con él que me comporto así es contigo,
con nadie más que tú.
— ¿Por qué no jugamos también con los cuchillos que traigo? —Me
susurra antes de morder el lóbulo de mi oreja soltándome un gruñido. —
Sabes que me encanta.
—Si eso gustas. — Esboza una sonrisa mientras me empuja para zafar
nuestros cuerpos. Se reincorpora y me observa de brazos cruzados.
Esbozo una sonrisa gatuna cuando se quita toda la ropa superior y me
hace una seña para que vaya por él.
— ¿Así que quieres jugar? –Pregunto relamiendo mis labios mientras voy
zafando botón por botón de la camisa que tengo. — Si te quedas en esta
habitación sucederán cosas muy malas Matthew. Deberías huir.
— ¡¿Van a salir o que tanto hacen?! — Grita del otro lado Sanghye,
mierda.
JIMIN.
—Yo quiero que… sepas algo… —Su agarre se tensa y baja la mirada al
instante tomando mi mano. — Yo…
—No te quiero aquí conmigo. — Sus palabras salen como mil cuchillas
enterrándose en mi pecho. — Necesito que te vayas.
— ¿Qué sucede? ¿Yoongi que demon…?
¡No, no! ¡Es mentira! ¡No puede hacerme esto! ¡NO PUEDE HACERME
ESTO!
— ¡No me iré sin que me des una maldita explicación! — Grito ahora yo.
Me separo de él. ¿Yo detenerlo? ¿Cómo mierda puedo detener algo del
que no tengo el control?
— ¿Ju-jugar?
Retrocedo y suelto una pequeña risa que oculta miles de dolores detrás.
—Lo entiendo. — Digo mordiendo mis labios para ahogar los sollozos. —
Es divertido mientras haya un límite y yo lo he quebrado completamente.
He cruzado la raya, lo he hecho. ¿Es eso?
—No podemos seguir así. Lo veo Jimin, lo he visto y notado estos días.
Me negaba rotundamente hasta el mismo Anthony siquiera sin vernos lo
supo.
—No somos nada y sin embargo nos tratamos como si fuéramos nuestro
todo.
—Por eso mismo. –Dice con la misma voz gélida. —Yo soy un sádico, tu
un masoquista. Nunca tenemos suficiente, nos embarramos en este
juego buscando desesperados más y más hasta que un día nos lleve a la
muerte.
Sus palabras duelen por ser tan ciertas. Duelen porque hemos llegado a
lo que no creí llegar y me duele tanto saberlo. Ya no es simplemente un
capricho, no me duele que me ignore o simplemente quiera alejarse. Ya
no es eso.
—De mi lado sé que será casi imposible dejarte, por eso te digo que lo
hagas tú. –Me dice. —No tenemos una promesa que nos una, tu no
estas enfermizamente obsesionado conmigo como yo contigo. Déjame
quizás te cueste pero volverás a adaptarte como antes. No quiero seguir
con esto.
—Mátame.
—Solo dilo… —Me dice con voz apagada. — Solo dilo y… acabalo.
Lentamente voltea hasta que nuestros ojos cruzan. Los suyos llenos de
desespero y molestia, los míos en agonía pura. Estoy retorciéndome en
el maldito juego que he creado, con aquel fuego que he jugado y me ha
quemado, ahora matándome lentamente.
— ¿Qué quieres que te diga Jimin? — Dice con voz neutra, apagada,
filosa mostrando a través de ello la frustración. — ¿Qué yo te amaré
algún día? No puedo prometerte eso. Te he mentido muchas veces pero
con eso no lo haré.
Paso saliva en un desespero de calmar el maldito llanto que no parece
detenerse.
Dolor…
Más dolor…
Y un poco más…
Golpeo la puerta en silencio absoluto todavía con los ojos rojizos de tanto
llorar y el temblor en mis piernas. El frio me cala los huesos y aun así no
es suficiente a comparación del frio que sea instalado en mi interior.
JUNGKOOK.
Mis ojos recorren la habitación con una ceja alzada. Clara se encuentra
junto a mí con una ceja alzada también y brazos cruzados. Ambos
entramos observando los papeles pegados, notas de periódico regados,
y fotos colgadas en la pared unidos por hijos rojos. Me siento en una
película de crimen, es una locura.
—Y vaya que estuvimos cerca ¿Ves eso? –Señala las cosas tiradas. –
Prácticamente ha dejado incluso ropa. Viendo las línea desordenada que
formas los papeles seguramente estuvo metiendo solo los importantes,
no ha podido quitar… todo eso.
Cruzo miradas con ella. Clara alza los hombros y apunta con su barbilla
la pared.
—Obsérvalo por ti mismo. — Me dice.
Avanzo hacia los papeles que están atados. ¿Qué mierda es eso?
¿Notas de periódicos antiguas? ¿2006? ¿2008? ¿Francia…?
—No solo el italiano lo domino. –Sigue y alza una ceja. — ¿Por qué no le
preguntas a Forcraft? Él lo domina muy bien.
¿Por qué Taehyung tiene fotos de Yoongi y Jimin? ¿Por qué hay un
signo de interrogación en todos lados? ¿Fotos mías? ¿De mi tío? ¿Qué
le sucede?
Abro rápidamente los cajones tan rápido como puedo hasta que escucho
algo azotarse con fuerza cerca de mí. Abro otro cajón observando unos
cassettes. Alzo una ceja y agarro los cuatro antes de meterlos dentro de
la mochila y salir rápidamente observando una última vez detrás de mí.
Niego con la cabeza y salgo cruzando velozmente el pasillo para
reunirme con Clara en la parte de abajo.
¿Por qué Taehyung dejo todo esto? ¿Qué acaso encontró algo?
—No hasta tener algo de Taehyung. –Le digo. — Iré al hotel a trabajar un
rato, te veo allí.
—Gracias. — Y entro.
Observo la habitación del hotel y los colores cafés claro que la rodean.
Es bastante acogedora. Las cortinas espesas están cerradas y música
jazz está colocada de fondo dando un ambiente muy tranquilo y
reconfortante. Dejo la mochila en el suelo y me voy a sentar al sofá
esperando por él.
—Bien. Nuevamente lamento aparecer así pero… creo que tengo que
informarte algo. –Digo frotando un poco mi barbilla. –Si no te importa.
—Lo sé. –Suspiro. –Aun así hay algunas cosas que… no comprendo.
—En este año dejo de saberse cosas de él. –Me dice alzando ambas
cejas. — ¿Lo investigaste?
—Ya. –Asiento.
—En realidad no. Estaba husmeando por internet acerca de todo estoy y
me salió. Lo imprimí porque me causo un poco de interés. Quería ver si
podías traducirme.
—Bien.
— ¿Y si no quiero decirte?
Anthony une sus cejas antes de que una sonrisa burlona asome por sus
labios. Yo también alzo mi ceja demostrando que no me intimida en lo
absoluto.
—Existe el traductor, así que no tengo problema con ello. –Le sonrió con
suficiencia. –Al cabo que no me urge.
¡Maldita sea!
¡Juro que estoy a punto de agarra cualquier cosa y estrellársela en la
cara! ¡La lámpara resultara atractiva en su lindo rostro! Y no bromeo.
—Tú luces sexy enojado así que no tengo problema. –Alza sus hombros
de nuevo.
— ¿Eh?
Pestañeo algo confundido por lo que dijo y uno mis cejas. El comienza a
reír.
Estoy a tres.
—Lo buscaste.
Pongo los ojos en blanco. Que dolor de culo me provoca este hombre.
—No tengo problema con ello. Soy muy paciente. –Contesta tranquilo.
Abro la boca y siento mis mejillas cosquillear con fuerza al mismo tiempo
que mi garganta se cierra. Eso no lo vi venir. Me ruborizo y al instante
desvió la mirada sintiendo mi corazón latir con fuerza.
—Te vas a cansar en unos minutos, voy a empujarte, golpearte y saldré
de esta habitación azotando la puerta detrás de mí. –Digo en un
desesperado intento de desviar la conversación que me ha erizado los
vellos de la nuca.
— ¿Por qué no hacemos un trato? ¿Qué debo hacer para que me dejes
ir? –Bajo mi brazos con el cuchillo.
—Uno grande.
Nuevamente silencio.
—El texto que encontraste. –Apunta con la barbilla. –Ese del 2008, habla
de la última aparición de Min Suga en Europa, en Francia.
Abro el papel y lo observo con detenimiento hasta que mis ojos dan con
el rayón.
“4”
Cuatro hijos…
Me mantengo en silencio.
JIMIN.
Voy revisando una última vez los libros que tengo frente a mí. Me fuerzo
a concentrarme en lo que tengo plasmado enfrente pero me resulta
imposible con este dolor de cabeza y ansiedad que comienza a hundirme
en la desesperación total.
—Es una simple tontería. –Niego con la cabeza pero Elliot se levanta
bruscamente del sofá provocando que me preocupe. — ¿Elliot?
—Voy a matarlo. –Sisea furioso. — ¡Juro por Dios que voy a matarlo!
—No vas a hacerlo. –Le digo clavándole duro la mirada. — ¡No hagas
una estupidez, Elliot! ¡Es Min Yoongi de quien estamos hablando!
—Al menos esta noche estaré aquí. –Me dice sobando mi espalda. –No
te lo prometo los siguientes días.
—Si vas no me voy a perdonar por eso. –Le digo. –Te odiaré, te odiaré
por no confiar en mí y traicionarme de esta forma.
—¿Realmente me amas?
—Claro.
—Va a dar la una. –Me dice con suavidad. — ¿Ya quieres ir a dormir?
— ¿Jimin? –Pregunta.
Esta aquí.
—Cierra la ventana. –Le susurro volviendo la vista a él. Elliot alza una
ceja. — Cierra todas las puertas y ventanas ahora.
— ¿No tuviste a nadie mejor con quien huir? –Pregunta con voz pesada
y ligeramente arrastrada, mi silencio permanece. — ¿El hijo de Sullivan?
¿Es serio muñeco?
Mi respiración falla.
—Por cierto, te ves lindo con aquella camisa negra, ¿no fue la que traías
cuando nos reencontramos?
—Está sedado, así que tendremos la casa para jugar. ¿Qué me dices? –
Ríe.
Eso no es nada más ni nada menos que yo siendo cubierto por una bolsa
y tirado a la cajuela bruscamente. Pero no siento el dolor. Tampoco el
calor. Nada. Ya no siento nada.
YOONGI.
Que idiota. Que idiota por amarme y enamorarse de mí. Que jodida
mierda.
Es una jodida mierda porque tendré que alejarlo, porque deberé alejarme
de él. No. No estoy feliz de que se haya enamorado de mí, es algo que
me pone incómodo y sé que perderé toda mi dignidad diciendo esto
pero…
Yo realmente lo quiero conmigo.
Aun así Forcraft fue claro. Me deberé alejar de él. Alejarme por su bien,
más por el mío y no tener nada con lo que me puedan coger. Nada que
me mueva los pies del suelo y siga manteniendo el control y orden que
había en mi vida antes de Jimin.
Sabía que las cosas comenzaban a marchar mal cuando nos acercamos.
Desde sencillos abrazos hasta un “te llevo a la Universidad”. Cuando ya
no importaba simplemente que me encantara su cuerpo sino que el
simplemente me daba ese equilibrio que a veces tanto necesitaba.
Aunque perdiera el control el seguía allí y es algo que me sigue dejando
sorprendido.
Será de hecho muy divertido. Logre renta una cabaña cerca de Moose
River Plains, es un bosque simplemente divino lleno de vegetación y ríos
donde simplemente podrías perderte. Instale todo, vigile el terreno que
vamos a usar con pensarlo vuelvo a relamerme.
Es una fantasía muy enferma pero estoy seguro que el estará feliz por
complacerme. Aquí pagara por todo. Por acostarse con Taehyung, por
haberse ido con otros hombres, inclusive un pequeño castigo por
enamorarse de mí, las veces que se pasó de sus tonos conmigo y varias
cosas que le tengo muy guardadas.
JIMIN.
Me acerco al árbol y palpo viendo una cerradura que impide que avance.
Rozo la cerradura y maldigo soltándola. Nuevamente reviso el entorno
tratando de darme una idea de donde estoy pero no tengo idea. Hay
muchos árboles, demasiada vegetación que me impide ver bien y un lago
más adelante, un poco a mi izquierda.
Mantengo la mirada hasta que observo aquellos ojos grises reflejar la luz
de la luna, examinándome fijamente con tanta intensidad que me
estremezco. Retrocedo de espaldas hasta dar con el árbol con mis ojos
muy puestos en él. Abro la boca y mi garganta se seca al ver la ropa que
lleva puesta y lo que lleva en la mano.
Me esté jodiendo.
Dirige sus manos y mirada a mis talones y tira un poco sacando una
llave. El sonido de las cadenas zafándose y el chasquido que producen
me da una ola de alivio que me tranquiliza bastante. Al menos ya no me
siento tan vulnerable.
¿Por qué volvió si el mismo me dijo que no volviera? ¿Por qué lo hace?
¿Qué sucede? ¿Por qué está actuando así? ¿Qué se le ha metido en la
cabeza? ¿Quién lo entiende? ¿Cuál es el punto? ¿Por qué? ¿Por qué no
es sincero conmigo? ¿Qué es lo que realmente sucede con él? ¿Con
nosotros? ¿Qué siente? ¿Por qué huye? ¿Por qué aquel cambio? ¿Qué
espera? ¿Qué busca? ¿Qué…?
Succiona su índice y con ese vuelve a tocarlo dando suaves círculos que
me enchinan la piel y mandan la cabeza casi al suelo. Trato de
reaccionar a su toqueteo dándolo un manotazo pero apenas la levanto, él
la atrapa firme en el aire en un seco movimiento.
—Siempre me puso verte llorar. –Me dice apretando más. — Creo que es
algo de lo cual nunca me voy a cansar.
Él se limpia con lentitud sin dejar de verme. Alza sus hombros y vuelve a
apuntarme chocando con fuerza el anillo del arma contra mi frente.
—Si tanto insistes podría hacerlo. –Dirige sus manos al gatillo sin
dudarlo. — Será admirable y terriblemente caliente para mí ver tus sesos
salir volando y salpicar el árbol detrás de ti. Podría masturbarme luego y
violar tu cuerpo desnudo viendo tu frene volada.
Que…
Vete… vete ya. Lárgate Yoongi… vete… te lo ruego… vete… vete por lo
que más quieras.
—Sé que estas por aquí muñeco. –Comienza a decir con voz
escalofriante. — No hay más huellas en la tierra más adelante en el
entorno.
Escucho que dispara tres veces en distintas direcciones. Cierro mis ojos
y me mantengo escondido rogando para que esto finalice lo más rápido
posible.
Sigue.
—Cinco.
Una sed que nunca había sentido. Un hambre que ruge en mis instintos
más enfermos sacándolos a flote. Mi mente llenándose de imágenes
perturbadoras y mi boca se abre entrando en un trance más fuerte donde
ya no controlo nada. El ruido vuelve en un seco golpe y siento mi pecho
comenzar a estrujarse y mi garganta despejarse como si quisiese
vomitar.
Y no lo hago.
Y otra. Y otra.
Y otra.
— ¡No me atrapas maldito imbécil! –Grito con fuerza antes de reír como
un niño pequeño. — ¡A que no me atrapas, a que no me atrapas, a que
no me atrapas!
Suelto una última risa y sigo corriendo por pura diversión al verlo jodido
tratando de perseguirme. Me dura poco ya que me encuentro con un
camino de piedras y plantas con espinas que me niego a atravesar.
Retrocedo y me desvió un poco a la derecha pero eso es suficiente para
que el me alcance.
—Quizás.
—No te dejare irte. –Le susurro con una sonrisa. –Eres mío Min Yoongi…
—Voy colando mis manos por su pecho observando como su mirada
comienza a cambiar. –Así como yo soy tuyo. Eres mío y no te permitiré
que te alejes de mi porque no estoy dispuesto a dejarte ir. –Me detengo
en sus mejillas. — Porque si me dejas Yoongi… yo me voy a suicidar.
—La cabaña que nos espera esta allá. –Me dice observando a la
derecha. No muy lejos, curiosamente.
—Créeme que lo haré. –Me dice con voz ronca y ojos desbordando de
deseo.
YOONGI.
Aprieto mis muñecas enterrando mis dedos en las palmas de mis manos.
Lo veo moverse y lentamente acercarse a mí. Mis ojos se abren más y
todo el aliento se me va cuando queda despampanante bajo la tenue
pero increíblemente pasional luz.
—Sí, admito que me gusta que juegues con mi cuerpo. –Su semblante se
oscurece por completo. — No con mi corazón.
—Yo jamás te pedí que te enamoraras de mí. –Es lo único que puedo
contestarlo sintiendo mi voz salir filosa e increíblemente pesada.
—Eres… —Dejas sus palabras al aire y aprieta sus labios. –Un ser
humano repugnante. Para ti es muy fácil tronar tus dedos y que yo ya
este de rodillas frente a ti, es fácil jugar conmigo y tratarme como se te
de la maldita gana, ir y venir una y otra vez. –Se acerca con una
expresión sombría y sus puños apretados. —Te es fácil confundirme,
jugar con mi cuerpo, cabeza y corazón. ¿Te digo que? Me cansé.
Suelto una pequeña risa sin poder evitarlo. Es tan patético que no puedo
evitar sentir pena.
Voy a abrir la boca pero el azota con fuerza la pared con sus manos. Mi
boca se cierra al instante…
—Pero dejemos nuestra charla. No tengo nada más que decir. –Alza sus
hombros. — Ahora prefiero jugar a ser tú. ¿No te excita? Estarás a mi
disposición, ¿no quieres saber que voy a hacerte?
—Si crees que te rogaré estas muy equivocado. –Esbozo una sonrisa.
Vuelvo a morder mis labios y lazar mi cabeza hacia atrás cuando él toma
firme el cuchillo y comienza a cortarme. Su mano tiembla ya que no sabe
qué tan profundo ir lo cual resulta divertido pero el dolor es más fuerte así
que me abstengo a soltar una carcajada.
Nunca había tenido tantas ganas de matarlo como ahora mismo. Lo que
le espera cuando logre librarme. — ¿Estas satisfecho? –Siseo furioso.
Suelta una risa y lame la sangre del cuchillo frente a mí. Vuelvo a apretar
mis puños y él saborea un poco la sangre en su boca. — No sabe mal,
pero prefiero la mía. —Y deja el cuchillo.
Veo que regresa atrás y toma el látigo. ¡Oh mierda, ahora si voy a
matarlo!
—Te azotaré el cuerpo hasta hacerte sangrar. –Amenaza con una
sonrisa. — Y finalmente llegaremos a mi parte favorita. Una que yo bien
disfruto y estoy seguro que tú también.
—Nop. –Me sigue sonriendo. — Quiero ver que nombre escapa de tus
labios mientras gimes.
Carajo.
Puta mierda.
Me jode.
—Mierda, luces tan sexy. –Me dice. — Te quiero dentro Yoongi, ¿no te
encanta cuando entierras tu polla profunda en mí?
—J-Jimin… —Mi voz quiebra sin aguantar más. — Jimin, y-ya basta.
Se abre más de piernas y yo muerdo mis labios tan fuerte que duele. Veo
como toma aquel dildo y juguetea con su entrada rozándolo solamente
de arriba abajo y gimiendo en voz baja. Lentamente comienza a
introducir un poco y a sacarlo. Vuelve a meterlo otro poco y jadea más
agudo.
— ¡M-mas… m-más!
Mete sus cinco dedos más no su mano. Une los cinco dedos
comenzando a dar círculos y metiendo y sacando un poco.
—Yo no he acabado.
—Prepárate, bebé. Que ahora te toca a ti ser castigado por mí. –Le digo
alzando su barbilla con el filo y esbozando una sonrisa llena de
satisfacción. — Castigado al estilo enfermo masoquista de Min Yoongi.
JIMIN.
No quiero hacerlo.
Soy un chico malo que se porta muy mal. Soy un chico con una cabeza
que no funciona bien por más que trate de huir de aquellos murmullos
internos. Aquello que prefería pasar de largo y bloquear, bloquear todo lo
que provoca y lo bueno que se siente en mí. La fuerza que tengo para
aguantar las atrocidades que me vuelven más adicto a aquello que me
hace daño.
Entonces está bien. Estoy dispuesto a dar otro paso con él. Estoy
dispuesto arrancar aquella vida tan tranquila y encerrarme en lo profundo
y oscuro. Estoy dispuesto a perderme en la oscuridad si son sus manos
las que me van a guiar.
—No tienes idea de lo que me estas pidiendo, Park Jimin. –Amenaza con
aquella voz ronca que me hace retorcerme de tan solo pensarlo.
—No puedo dejar que me mates, es algo obvio que primero intentaría
matarte a ti. –Le digo pasando mis brazos detrás de su nuca y tirar de el
para que nuestros pechos choquen. Nuestros ojos hacen profundo
contacto. –Pero debe haber algo más, Min. Tu pequeña mirada me está
gritando que te ahorras muchas cosas cuando estoy dispuesto a
cumplirte tus caprichos. Solo susurra lo que quieres hacer y lo haremos
juntos. –Mi mano va a su mejilla y sus ojos siguen examinándome. –No
me importa cuán doloroso sea, sé qué harás que termine disfrutando. Así
eres, no te basta con complacerte solamente a ti, te gusta complacerme
a mí también. Te hace sentir poderoso, ¿no? Claro que sí.
Veo que toma un pequeño frasco y saca dos pastillas. El coloca una en
su mano y se la toma antes de acercarse a mí nuevamente con la pastilla
entre sus dedos.
Suplico con la mirada que me deje respirar pero el comienza a sobar sus
dedos sobre aquellas bragas de encaje masturbándome. Mi cuerpo
vuelve a sacudirse y por instinto me arqueo un poco sacudiéndome con
violencia.
—Ya que luces tan animal cero que comenzare a llamarte mi pequeña
zorra. –Me estremezco y niego con la cabeza mientras siento las
vibraciones aumentar haciéndome temblar. — ¿No? ¿No quieres?
Cabeceo con la saliva fuera sintiéndolo jalar mis piernas y tirarme hacia
él. Abre mis piernas y repentinamente siento mi entrada casi chocar con
su abdomen y mi miembro termina en sus muslos. Lo observo a través
de mis hombros con una sucia sonrisa y el vuelve a palmearme con
fuerza.
— ¡S-si! — Grito. — ¡Azótame, azótame!
—Es hora de lamer tu linda entrada como siempre quise. –Me susurra
ronco con una mirada completamente enferma.
Muerdo mis labios y me acomodo un poco casi hasta que mis testículos
rozan su barbilla.
Sacudo mis muñecas enterrando más los picos y gritando de dolor pero
viéndome cegado nuevamente cuando su lengua se pasea por mis
testículos cuando me jala más hacia él.
Me mantiene fija la mirada mientras los mete a su boca mandándome
escalofríos y una vergüenza enorme pero que sin duda disfruto. Cierro
mis ojos unos segundos y vuelvo a abrirlos cuando finaliza. Agarra el
cuchillo y me observa fijo.
—Ese es mi chico.
Otro fuerte azote que me hace tensar más mis piernas y lloriquear ahora
de dolor. Las lágrimas salen sin piedad de mis ojos mientras observo mis
pezones increíblemente erectos y duros. Vuelvo a temblar brincando un
poco y suelto gritos más potentes cuando siento el orgasmo venir.
Yoongi me retira de su boca y comienza a respirar pesado. Observo toda
su boca empapada de sangre pero luce sumamente satisfecho y feliz el
maldito bastardo.
Mis piernas siguen tensas así que simplemente muerdo mis labios. El me
lanza aquella mirada y yo inmediatamente asiento relamiendo mis labios
con deseo y sintiéndome terriblemente hambriento.
YOONGI.
Otro gemido sale de mis labios y lo tomo con más fuerza escuchando sus
preciosos gemidos salir de su boca, admirando su cuerpo arqueado
hacia atrás y aquellos preciosos pezones endurecidos y erectos
invitándome a degustarlos. Comienzo a juguetear con ellos y apretarlos
mientras él me observa con poder con su linda cara de placer. Lloriquea
y entierra sus uñas en mi soltando otro gruñido y me rasguña fuerte.
El aprieta más y grita cuando yo entierro también mis uñas en él. Siento
un escalofrió y él también se tensa antes de seguir moviéndose con
respiración pesada. Vuelvo a pellizcar sus pezones con fuerza y el voltea
a verme con su labio inferior temblando.
Observo los caminos rojos por toda su espalda, las cicatrices blancas
que permanecen, los golpes violetas y otros rojizos. Cualquiera pensaría
que es grotesco y asqueroso pero para mí no hay nada más hermoso
que verlo así. Tan herido, tan débil.
Me siento llegar así que voy embistiendo más fuerte viendo su cuerpo
tendido en la cama y sus ojos cerrados mordiendo sus labios. Observo
algo húmedo en su entrepierna así que simplemente rio al percatarme
que él se ha corrido ya. Doy otras fuertes embestidas antes de llegar yo
también y sentir mis músculos contraerse debido a mi orgasmo.
—Quiero hacerlo otra vez. —Me dice volteando para conectar miradas.
— ¿Y por qué no? —Le pregunto ladeando mi cabeza con una sonrisa.
—Se ve. —Me dice con una sonrisa ladeada. — Aunque hay cosas que
no.
—En definitiva sigues siendo un pequeño idiota que le fascina ser
maltratado por mí. —Contesto con el afán de molestarlo.
Comienza a rasguñar mis brazos pero decido jugar un poco más. Salgo
lentamente de él antes de enterrarme en un duro movimiento que lo hace
gritar y apretar mi brazo con ambas manos. Aflojo mi agarre y lo observo
desesperado tomar bocanadas de aire con ojos cristalinos.
—¿Qué demon...? —Lo corto volviendo a estrujar su frágil y suave
cuello.
Mantengo mi aire lo más que puedo y cuando no siento que aguante más
y el prácticamente ha comenzado a mover su boca en desespero sin
nada que salga, lo suelto y tomo sus brazos para lanzarlos detrás de su
cabeza y mantenerlo allí mientras sigo moviéndome.
—Que sean nueve veces. Nueve días no nos vimos. —Toma mi mano y
la aprieta con la suya. —Vamos dos, dame siete más.
—Hazlo. —Me dice sin verme recogiendo más ropa. —Creo que me he
acostumbrado. ¿Y qué? ¿Sabes que diferencia a Elliot de ti? —Me voltea
a ver lanzando chispas. —El me ama.
Todo en mí se hiela y me abalanzo sobre el dispuesto a tronarle el cuello
pero me detengo cuando saca de la ropa la navaja y me apunta con ella
al cuello. Me mantengo inmóvil viendo el filo casi rozar con mi cuello y su
mirada oscurecida en su totalidad.
—Se llama Matthew. —Le sigo diciendo y su risa calla. —Es el primo de
Anthony. Desde que tengo memoria me ha atraído pero es algo más
superficial. Es muy curioso porque lo he amado desde el primer cruce,
¿sabes?
—Es cierto que nunca podre tenerlo y debo conformarme con verlo de
lejos y una que otra vez intentar arrastrarlo a la cama. Desgraciadamente
nunca he podido y no soy exactamente de su interés. Juega un poco
conmigo pero aun así no puedo evitar enamorarme un poco más cada
que lo veo.
—No puedo.
—Me tienes.
—No lo sé.
— ¡Yo te amo! ¡No puedes hacerme esto! —Me grita. — ¡Tú eres mío!
¡MIO!
— ¡No te dejaré! —Vuelve a gritar. — ¡Te amo! ¡Te amo! ¡No me dejes,
te lo ruego! ¡No me dejes!
—Volveré.
—No.
—No quiero.
— ¡Te dije que no! —Me grita llorando. — ¡No me toques más! ¡Si vas a
irte solo vete ya y déjame a mí en paz!
—Déjame. —Suplica.
—Muy bien.
— ¡NO! ¡YA DEJAME! —Vuelve a gritar cuando estiro su otra pierna y las
tomo mientras él se revuelca. Trata de golpearme.
—Es la última advertencia que te daré. Será a la buena o a la mala. Tú
eliges.
—Te pedí una última vez. No me iré sin sentirte una última vez.
—No te conviene hacerme enojar. —Le advierto por última vez. —Jimin,
prometo que si no abres los ojos y te comportas como se debe mucha
gente lo pagará caro. ¿Quieres que vaya tras Elliot finalizando esto?
¿Jungkook?
—No dolería si no estuvieras así. —Le digo y doy una fuerte embestida
para abrirme paso al momento en el que el vuelve a llorar. —Deja de
llorar Jimin, me estas poniendo realmente de malas.
—No puedo.
Me está fastidiando. Respiro profundo y lo tomo de la barbilla y lo obligo
a verme suavemente. El me mantiene la vista con ojos cansados y
rojizos de dolor. Sobo su mejilla y beso su frente antes de respirar
profundo y apretar mis labios.
—Es la mentira más hermosa que me has dicho. —Ríe un poco sin dejar
de apretarme.
Siento su cuerpo aflojarse y otra risa rota salir de sus labios. Vuelve a
cerrar sus ojos y lentamente comienza a besarme mientras comienzo a
moverme sintiéndolo tranquilo pese a las lágrimas que van escurriendo
de sus mejillas.
JIMIN.
El dolor viene desde muy adentro. Una mancha negra engullendo toda la
poca luz que queda. No puedo salir, no puedo bajar más a aquel infierno
sin una mano que me esté tirando. Estoy estancado sin poder hundirme y
sin poder salir. Estoy atrapado conmigo mismo, atrapado y desesperado
por no saber qué hacer.
Me apoyo y jugueteo con la carta que está en mis bolsillos. Llego quizás
más tarde de lo que creía y después de verificar que tengo todo, me
abalanzo dentro del departamento. Prendo todas las luces y cierro la
puerta con fuerza comenzando a correr por el departamento.
No…
Agarro el florero que voy a estrellar a la pared junto con los libros.
Arranco páginas y comienzo a aventar todo entre gritos.
Aprieto los vidrios rotos que voy a estrellar y me golpeó la cabeza contra
la pared repetidas veces. Mi cabeza enloquece llevándome al pánico.
Golpeo más fuerte y comienzo a rasguñar la pared levantando mis uñas
con las astillas.
Golpeo con fuerza escuchando sonidos del otro lado. Agarro la silla y
comienzo a golpear con fuerza rasgando más el papel tapiz. ¡Que me
abra maldita sea, que me abra!
— ¡ABREME! ¡ABREME!
Observo mis manos empapadas en sangre y los vidrios allí clavados. Los
arranco entre sollozos de dolor y me arrastro como puedo hasta tomar la
carta y abrirla con dedos temblorosos. Cae repetidas veces y casi la
rompo debido a los temblores pero me fuerzo a leerla.
“Jimin
Es muy probable que cuando leas esto yo ya no está más contigo. Las
palabras no se me dan bien, nunca he sido bueno en ello pero estoy
intentándolo como no tienes una idea.
— ¡Jimin! –Gritan del otro lado. — ¡Jimin por dios! ¿Dónde estás? ¿Qué
te ha sucedido? ¡Dime ya! ¡Dime que estas bien!
¿Qué sentido hay ahora? ¿De qué sirve? Me pide no olvidarlo cuando es
lo que más dolor provoca. ¿Qué más quiere de mí? ¿No le ha sido
suficiente succionarme? ¿Tengo algo más que darle aparte de mi vida,
de mi corazón, sufrimiento y lágrimas? El hilo de mi vida está en sus
dedos y el sigue buscando más.
¿Qué es esto? ¿Qué me hace? ¿Por qué no puedo encontrar más la paz
si no está conmigo?
TAEHYUNG.
Recuerdo que una vez Yoongi me dijo que Jimin comería siempre de su
mano. Recuerdo que él me dijo en una ocasión que todo estaba
firmemente planificado y que Jimin seria suyo de una forma o de otra.
Que lo tendría para él, que sería el único que amaría y que nunca se
podría zafar aunque lo suplicara.
Cuando supe que algo no iba bien fue cuando fui a un bar. ¿Llegue en
mal momento? Si. Estuve en el lugar equivocado en el momento
equivocado. Pudo salir de otra forma, me queda claro, pero sin ello, no
estaría a donde he llegado.
Eran ellos los del grupo L. Y estaban buscando personas. Personas que
aparentemente estaban ocultas por la mafia.
—Solo uno. –El hombre la mostro. —Habla de los hijos de Min Suga pero
todas han sido censuradas. Esta es la única original.
Ahí fue el error que logre captar. Yo de toda la vida que viví en Oregón
con Yoongi. Ahí habla que fue en el 2008 cuando se suicidó la única
persona que sabía el paradero del hijo menor. Revise fechas, Yoongi no
podía ser el menos así que mi teoría de Jimin tomo fuerza.
Somos sencillos peones de algo que va mucho más allá. De algo que no
comprendemos y gira entorno a cosas más complejas que un simple
amor enfermizo y muchas mentiras de por medio.
Ellos dos están locos, pero sin ellos no es posible finalizar todo esto.
Necesito juntarlos y que finalmente utilicen toda esa locura para algo
bueno. Para acabar con esto ya. Si ellos dos llegaran a aliarse siendo
poderosos, el mundo temblaría. Jimin no es idiota, he podido estudiarlo y
es en realidad un chico manipulador del que no me fio. Sé que me
engaña, sé que no me ama, sé que tiene cosas ahí de las que nadie
sabe. Ni el mismo Yoongi. Solo yo y por eso he sacado provecho.
Es muy curioso que estudiemos a Park Jimin por fuera y nos demos
cuenta de que es un ser abismal y terriblemente putrefacto, arrastrado
por sus demonios y completamente fuera de sí. Todo es un juego de
Jimin, todo es un juego planeado por el que logre pillar pero fingí no
meterme en eso. De una forma u otra me facilita el trabajo, por eso lo
deje seguir con su “malévolo plan”, ya veré después como lo remedio.
—Lo sé. —Le digo sentado frente a él jugando con la copa de vino. —
¿Qué harás?
—Algo tendré que decirle. –Sigue sin despegar la vista. —Lo voy a
asfixiar con sentimientos. El comenzará a confundirse y muy
probablemente terminará marchándose cuando eso pase.
—Mejor dicho que no. –Ríe con inocencia. —Las cosas se pondrán muy
interesantes Taehyung. Será mi momento de usar todo lo que he
aprendido.
—El nunca ganar por la fuerza lo que se puede ganar con la mentira. —
Expulsa el humo de sus labios, apenas me he dado cuenta que ha
cogido un cigarro. —Nada más placentero que estafar al estafador,
nunca lo olvides mi querido Tae.
—Es Jimin. –Me dice con voz ida. —Necesitas volver en este mismo
instante a Nueva York.
-Halsey ; gasoline.
81
JIMIN.
Sonrió.
—Tae…
—Es algo de lo que no te puedo hablar aun, Jiminnie. –Me dice con
suavidad sin dejar de tomar mis mejillas. — ¿Por qué cada día te pones
más y más hermoso?
Rio débilmente y sorbo por mi nariz antes de observarlo fijo a los ojos. El
soba mi mejilla y traga pesado mientras baja su mirada a mis labios. Yo
lo relamo y abro un poco invitándolo a hacer lo que quiere.
—Jimin… —Me susurra casi con dolor. — Yo…
Taehyung sonríe pero él me mantiene una mirada más bien seria ahora.
Ladeo mi cabeza y uno mis cejas al instante que mi sonrisa se borra.
—Tae…
—No lo sé. Jamás lo había visto. –Digo dándole otro sorbo al té. –
Supongo será interesante.
—Yoongi…
Silencio.
—Me voy a dormir. –Espeto sin verlo y agarrando la taza para finalizar lo
que queda en un sorbo. —Ya tuve suficiente por hoy.
—Me preocupo por ti. –Dice abrazándome más fuerte. –Jimin, creas o no
te convertiste no solo en un amigo para mí. Me gustas mucho.
—Cuando finalice con esto. –Digo viendo la pared y sintiendo sus manos
sobar con suavidad mis caderas que van subiendo y masajeando
suavemente. —Mmm…
—Por eso dormiré. –Observo una cazuela que esta frente a mí. –Lavaré
esto y me iré a acostar. Descansa.
Él se detiene. Gracias.
Vuelvo a agarrar la cazuela y sigo frotando hasta que siento sus manos
nuevamente en mi espalda y bajando hasta mi trasero que aprieta un
poco. Doy un brinco y me remuevo molesto pero siento que mete sus
manos y comienza a masajearme suavemente. Me estremezco y la
esponja casi resbala de mis manos.
Yoongi…
—… en la cama.
— ¿Qué?
JIMIN.
Me toma para besarme pero yo siento como si fuese veneno puro en mis
labios. Trato de seguirle torpemente el beso pero mi cuerpo comienza a
tensarse y a removerse provocando que lo suelte. Me dejo caer en seco
nuevamente en las colchas y tapo mi cara sintiendo las embestidas más
fuertes.
Muerdo mis labios con más fuerza y vuelvo a gritar cuando roza una y
otra vez con mi próstata erizando mis vellos y mandando grandes olas de
placer. Mi cuerpo tiembla y lo aprisiono entre mis piernas colocando mis
manos en su pecho para tocarlo un poco. Él está parado frente a la cama
mientras yo me siento rozar el borde ligeramente preocupado de que
pueda caer. Gimo de nuevo.
—Jimin… —El me llama y abro los ojos con mis labios mordidos. —Y-ya
voy a llegar.
— ¡Golpéame!
Chillo cuando me azota con más fuerza. Muerdo las colchas para ahogar
los sollozos y grito más fuerte sintiendo como comienza a palmear
chasqueando en secos y dolorosos sonidos. Sigue palmeando y
rasguñando un poco. Siento finalmente mi erección palpitar con cada
trazo de rasguño en mi piel y las fuertes palmadas que arden dolorosa y
deliciosamente en todo mi cuerpo.
—Pagarás. –Le susurro al espejo. –No te la dejaré tan fácil esta vez,
Yoongi.
¡Detente!
Mierda.
No lo saben.
El nunca poder estar juntos, y aun así el sol moría cada noche para dejar
a la luna salir.
.
Los días siguientes no resultan ser tampoco de maravilla. Perdí mi
semestre en la Universidad así que tengo que esperar al próximo para
inscribirme nuevamente. La verdad no busco pelearme con ello, puedo
encontrar trabajo mientras tanto en algún lugar. Mesero quizás, un lugar
de comida rápida.
Aunque es cierto que esto me ha ayudado un poco para hacer lo que voy
hacer, también me pone algo triste al saber que estaré atrasado en la
carrera. Me gusta la medicina pero mi Universidad es demasiado
exigente y algunas veces tengo conflictos. Mi beca cuelga en un hilo y no
sé si poder recuperarla, son demasiadas cosas y mi cabeza es un
desastre de estrés.
—Me veré con Elliot. –Le digo a Taehyung la mañana siguiente, el voltea
a verme mal. — Es tu momento para detenerme antes de que lo lleve
más lejos, Taehyung.
“Park Jimin”
Mantengo la vista fija y comienzo a creer que esto es solo una mala
broma aunque algo me dice que no lo es. Mantengo la vista fija en el
teléfono y lentamente comienzo a teclear:
Trago pesado sintiendo algo helado irme recorriendo otra vez. Trato de
aguantar la respiración y mi mente comienza a rebuscar en todas las
opciones. ¿Quién es esta persona? ¿Cómo sabe e mi o de Taehyung?
Oh dios, ¿por qué?
“Tu nombre es Park Jimin, eres adoptado, nadie sabe nada de ti y eres
producto de muchas búsquedas y conflictos a nivel mundial. Park
Chaerin era tu madre adoptiva, era amiga de Kyle y Sullivan, que por
cierto, estuvieron el día de su muerte en la cena de año nuevo hace dos
años exactos. Estas actualmente en Nueva York con Kim Taehyung bajo
el cuidado de Anthony Forcraft muy probablemente, moviéndose para no
ser encontrados. Huyeron de Min Yoongi quien ahora tiene de su lado a
Jeon Jungkook, sobrino de Will que es un importante jefe del lado del
Washington. Muchos dicen que estás enamorado del hijo de Min Suga,
que es el padre de anteriormente nombrado Min Yoongi, aunque
realmente eso no importa pero podría usarlo para chantajearte. En fin,
podría seguir… ¿lo deseas?”
“Bien… me convenciste.”
“Estaremos en más contacto pronto.
— ¿Mingyu?+
83
JIMIN.
— ¿Mingyu?
—Eso quería preguntarte. Vivo aquí desde hace rato. —Le contesto
también sintiendo mis ojos picar. — ¿Y tú?
—Tenemos que hablar de muchas cosas. —Me dice con un tono más
triste y yo paso saliva. —Como que fue lo que ocurrió. ¿Estas libre
ahora?
—Oh, tengo una comida con un amigo. —Le digo mordiendo mi labio
inferior. —Bueno, salgo a comer con él.
—Te contaré todo cuando tenga tiempo, lo prometo. —Le digo cogiendo
mis cosas nuevamente. —Dame tu número, así podemos ponernos en
contacto.
—Si.
—Igualmente, Gyu.
Él se despide comenzando a avanzar mientras yo me aferro a las bolsas
y comienzo a avanzar al departamento. Mi corazón va rápido y aun no
proceso que me lo haya encontrado. ¿Qué hace aquí? ¡Es decir, si, ya
me dijo por que! Pero... ¿por qué? Es decir, ¿por qué volver a
encontrarnos? ¿Ahora?
Creo que la única persona que amo sanamente. El único novio que tuve
quien... quien sí me amo y destruí. Dios, debo dejar de pensar en todas
esas cosas.
Observo unas cosas que no son mías allí y escucho un golpe cerca.
Volteo y me acerco a la recamara hasta abrir la puerta en un movimiento.
Definitivamente no debí hacerlo.
— ¡Por la mierda, Kim! —No puedo evitar gritar al verlo embistiendo
duramente a otro chico que me observa sin color y la boca muy abierta.
— ¡Lárguense a hacer sus cosas a otro lado, tengo que cambiarme!
— ¿Tu cita con Elliot no era a las tres? —Me pregunta Taehyung aun
dentro del chico.
Omnisciente.
Sus ojos grises recorren rápido el entorno con cuidado. Nadie esta, así
que se pone en cuclillas y comienza a rebuscar en la mochila negra con
unas manchas amarillas en la parte inferior una jeringa. La agarra y abre
otro pequeño frasco donde pincha la punta y comienza a extraer líquido.
Golpea la punta con sus dedos para quitar el aire y algo de líquido brota
expulsándose casi a sus pies.
—Es una sorpresa porque nunca vienes, estas fiestas son mi ambiente.
—Contesta Matthew alzando sus hombros con una sonrisa. —Así que
dime, ¿qué haces aquí?
El castaño de ojos verdes pudo tener el precioso honor de ver los ojos de
Yoongi tan furiosos, cambiar al pánico total, a un terror y una bruma que
se instaló en su cuerpo poniéndolo lento. Observo a la agresiva bestia
volverse una piedra y su labio inferior comenzar a temblar un poco
mientras sus ojos se volvían más y más oscuros.
Solo quedaba trabajar para buscar testigos, huellas, cabello o algo que
los llevara a un sospechoso.
Matthew observaba las noticias en silencio, Anthony junto a él, Jungkook
también a su costado con los ojos muy puestos en la pantalla.
Matthew salió de la cocina dejando a los otros dos solos que seguían
escuchando el reportaje y viendo las imágenes censuradas. El macabro
escenario sangriento y desquiciado que sabían perfectamente quien lo
había dejado. Se observaron entre ellos, Jungkook apretando sus labios
y Forcraft tragando duro y desviando la mirada.
Jimin asintió.
Jimin por su lado observo las grandes puertas de la oficina abrirse frente
a él dejando el vasto espacio a la luz. Avanzo lento con Elliot, viendo al
imponente y atractivo rubio de casi cincuenta años detrás del escritorio.
—Jimin. —Sonrió Derek Sullivan. —Bienvenido.
—Por favor…
.
— ¿Prometes sernos fiel, Jimin? –Pregunto Derek. —Tendrás que
renunciar a tus antiguos contactos y estar completamente de nuestro
lado. Somos a partir de ahora tu hermandad.
— ¿Nos será fiel, Yoongi? –Pregunto Jin viéndolo fijamente con frialdad.
—Somos tu familia no puedes darnos la espalda y tendrás que prometer
que no nos darás la espalda.
“Y era dulce y agrio al mismo tiempo… como un vino que tomabas pese
a tener la mejilla abierta; pero no podías escapar de aquella fragancia
que se volvía adictiva desde el primer trago. Te lastimaba, ardía y al
mismo tiempo te llenaba y calmaba la sed descontrolada. Era un licor
único, donde el sabor variaba en dulces y amargos, pero nunca dejaba
de ser igual de fuerte.
Y me había emborrachado por completo. Y, como buen curioso que era
que comenzó jugando, entre trago y trago, me había vuelto adicto a él.”
—De cuando Park Jimin escribió lo que se sentía amar a Min Yoongi.
84
JIMIN.
—Lo sé. –Beso sus labios. — ¡Oh! Mira la hora… creí que era más
temprano.
Solo espero que el también este metido en algo que sepa manejar. No
me cabe duda que puede llegar a ser astuto, pero mientras no interfiera
en mis planes, no tengo por qué verlo como una amenaza. Es mi amigo,
fue una especie de amante y un confidente y protector. Me hubiera
gustado que durara más nuestra paz pero no podía mantenerse el agua
calmada por mucho tiempo. La marea sube. Las aguas se agitaban.
YOONGI.
El disparo final es lo que lo manda al suelo. El seco sonido hacer un poco
de eco antes de dejar el crudo silencio detrás de él.
—Nada mal. –Me dice Jin asintiendo aun sin demostrar nada. —Supongo
que puedes mejorar en la puntería, pero no eres catastrófico en ello.
—Es muy fácil que lo digas a que lo hagas. –Digo viéndolo mal. —
Muéstrame tu entonces.
—Las ramas de fuego no son lo mío. –Me contesta con su aire superficial
que me está erizando los nervios. —Solo te estoy ayudando a mejorar,
no puedes conformarte con saber dispara bien a un objetivo sin
movimiento. Si está corriendo, si hay obstáculos, ¿Qué harás?
Ruedo los ojos y guardo el arma viendo al hombre muerto frente a mí. Jin
también lo observa con indiferencia y saca su teléfono para teclear un
par de cosas.
No quiero irme.
— ¿Podrás con eso, Yoongi? ¿Te crees capaza de asesinar al único que
has amado?
—No me creen.
—Te creemos.
Oh, definitivamente ya los tengo bajo las palmas de mis manos. Eso era
todo lo que necesitaba. Y es curioso porque ellos siendo tan grandes
esperaba más de ellos, pero con los ataques y atentados es más que
obvio ahora cual es la técnica de juego que utilizan.
Miedo. Amenaza. Violencia.
JIMIN.
El despertador suena justo al cinco para las seis. Me cuesta un poco
levantarme pero al final termino cediendo al aventar las cobijas lejos de
mi cuerpo. Me reincorporo y aun en la oscuridad me arrastro al cuarto de
baño para despertarme con una rápida ducha.
—Entra. — Me dice.
Me acerco y entro sentándome en el asiento del copiloto. Es casi un
reflejo cuando tomo el cinturón de seguridad y me lo coloco antes de
suspirar.
—Por favor, dime Derek. –Me dice tranquilo e inclusive con una chispa
infantil y alegre. —Vale, soy tu superior, tu jefe y toda la cosa, quizás
suegro próximamente, quien sabe. —Bromea y yo me tenso a lo que el
vuelve a sonreír. —Solo juego, Jimin. Vamos, ya sé a dónde iremos. Hay
un pent-house cerca de la avenida principal, tiene un restaurante con una
vista esplendida a la ciudad y es sumamente agradable. ¿Quieres ir?
—Bien. Nada mejor que tener una conversación tranquila con unos
huevos benedictinos y un buen jugo de naranja con pan casero. El café
también es delicioso: lo traen de Colombia.
—Veras Jimin, a veces los detalles que parecen los más insignificantes,
son los más importantes. –Alza sus hombros. —Suele pasar, por eso hay
que mantenerse alerta siempre.
—Siempre he preferido el otro lado, aun así tu madre no era mal partido,
pero jamás llegue a verla así.
—No es nada nuevo, desde joven siempre supe que bateaba hacia los
dos. Tuve novios y novias pero solo una esposa que es la madre de
Elliot. En fin, fuera de eso… —Entrecierra sus ojos y ríe. —Bueno, mejor
cuéntame de ti. ¿Gay?
No puedo evitar reír un poco: —No, está bien. Solo es… extraño. Es
decir, no en el sentido de malo pero te creía diferente.
—Estuve con vampiros todo este tiempo. –Hago una mueca. —Nunca
creí encajar.
JIMIN.
—El restaurante esta hasta arriba. –Me dice Derek a lo que yo asiento.
—Vamos.
—No estoy seguro. –Alzo mis hombros. — Nunca voy preparado para
saber que comer, normalmente llego y después de revisar la carta me
decido por algo.
Yo los sigo aun con la vista muy fija en el exterior y los enormes edificios,
las personas que parecen hormigas y los coches de juguete. Nos
sentamos en un gabinete de sillones negros junto a un pequeño muro de
plantas que tapa la vista, pero no me quejo. Es sin duda muy hermoso el
lugar y jamás me creí estar en uno así. Era impresionante.
—Todo lo que tenga que ver con actuar en público. —Contesto casi al
instante. —Bailar, cantar, dar un discurso o esas cosas. No soy muy
fanático me pongo nervioso.
—M-me gustan. —Muerdo mis labios. —Es decir, me gustan más que las
armas de fuego.
—Una… ¿Motosierra?
—No soy fanático de sesos volando, así que… creo que entonces un
arma de fuego estaría bien. Un tiro firme y seco. —Alzo mis hombros. —
Podría acostumbrarme.
— ¿Seguro?
— ¡Por supuesto!
—Bueno…
—No estoy seguro de que hare, realmente siquiera creí estar aquí. —
Confieso. — Quiero encontrarlo y… torturarlo mentalmente. Y
físicamente también. No lo sé, algo se me ocurrirá.
—Lo haré.
— ¿Y después?
— ¿Y después?
—No lo sé.
—Si quiero dejarte eso en claro, Jimin. —Retoma. —Si estás conmigo es
porque quieres estar conmigo y no por vengarte de Min Yoongi. Eso es
punto y aparte y no volcare todo mi trabajo a encontrarlo solo por ti. El
gusto te durara poco. Si esa es tu meta en la vida, te lo digo, no
funcionara. No puedes meterte conmigo, vengarte creyendo así tener
más poder sobre él y una vez que finalices, dejarlo vivo o salirte sin más.
—Bien. —Asiento.
Taehyung se ha ido.
Pero por otro lado seria esclavizarme a algo que no quiero. Aunque
siempre puedo fingir una muerte… podría huir, hacerme pasar por
muerto. Puedo esperar a tener algo de Yoongi y ponerme en contacto
con él para idear un plan y juntos desaparecer. O hacer algo. La verdad
es que hay varias opciones que me acercan, aunque quizás no sean tan
difíciles de llevar a cabo.
—Las katanas son un arma que fantaseo mucho tener y sin duda el
entrenamiento personal me ha cautivado.
JIMIN
— ¿Jimin? —Pregunta del otro lado con voz ronca. — ¿Qué pasa?
— ¿Qué demonios?
—Sé que será complicado que yo me acerque a él, así que ya tengo un
plan para eso. —Esbozo una sonrisa.
— ¿Cuál?
—Claro. –El suelta una risa. — ¿Crees que llegará corriendo a tus brazos
si te lo propones? Él está con su familia Jimin. No vendrá a ti nunca más.
Forcraft lo está buscando y no…—
—Es lo único que te diré, ¿bien? —Me dice cansado. — Se fue con el
grupo L. Lo vimos en el aeropuerto con los otros hijos de Min Suga. Se
han ido.
— ¡Taehyung no me jodas!
—Te dejé dinero en el banco, todo lo que tenía ahorrado. Úsalo bien y
podrás vivir perfectamente bien durante mucho tiempo. Tengo que
colgarte.
—Te dije que no te diría más, Jimin. –Me dice. –En serio tengo que
colgarte antes de que alguien escuche de lo que estamos hablando. Ten
cuidado y espérame. No hagas una tontería.
Min Suga.
Oh, maldita sea. Necesito ese diario. Necesito revisar ese diario ahora
mismo y ver que dice allí dentro. Si hay cualquier cosa de su padre podre
tener más información al respecto. Había escuchado hablar de él, creí
que era solo una coincidencia el apellido con el de Yoongi, realmente
jamás me enfoque en el hasta ahora. El grupo L, Min Suga, Min Yoongi,
Park Chaerin… si esta Park Chaerin entonces también esta Derek. Y si
esta Derek, esta Kyle. Y si esta ellos dos, están Clara, Will y Anthony.
No…
No…
“Hemos pasado por muchas cosas similares y nunca dijiste nada. ¿Por
qué ahora sí?”
Por la mierda.
El grupo L. El grupo L me está buscando, estaba, no lo sé. A esas
reuniones a las que iba mi madre, ¿iba a hablar con Derek? Eso
explicaría por qué cuando fue la cena y apareció Yoongi, Derek y Kyle
reaccionaron. Yoongi era el hijo de la mafia enemiga. Querían detenerlo.
Mis ojos dan una punzada y las lágrimas invaden al instante que tapo mi
boca.
—Habla Mingyu.
—No sabría decirte, Jimin. Esa noche fue muy confusa y habían
demasiados hombres. Era confuso, no recuerdo y solo…
—¿Estas b…—?
Y por mí.
Trato de abrir la boca pero siento otro disparo rozar cerca haciéndome
gritar de dolor pero no me detengo. Escucho la voz escandalizada de
Taehyung del otro lado preguntando que mierda está sucediendo.
“Mátalos a todos”
“Mátalos a todos”
“Mátalos a todos”
“Mátalos a todos”
Me volteo al otro hombre a quien agarro con fuerza antes de irme a los
golpes y aferrarme más fuerte al cuchillo y brincarle encima. Comienzo a
enterrar el cuchillo sin descanso en su pecho gritando más y más alto
hasta que mi garganta arde y toda la sangre salpica en mi cara.
— ¿Jimin?
—Elliot… estoy bien… —Susurro sintiendo mi garganta arder. — Estoy
entre Dilerson y la avenida diez… junto al callejón que da al café.
—Eso… haré….
JIMIN
Cobro conocimiento antes de que llegue Elliot. Abro los ojos soltando un
pequeño grito de dolor al instante tapo mi oreja, que es la fuente de tal
dolor. Lentamente me voy reincorporando viendo mis manos teñidas de
sangre. Mis recuerdos vagan y la imagen clara de hombres muertos
apuñalados por mi vuelve a mi cabeza. La energía descontrolada y la
rabia que me impulso a cometer algo que jamás creí llegar a hacer.
Mate a alguien.
— ¿Jimin? — Escucho.
—Elliot. —Aprieto mis labios y suspiro. —En serio agradezco todo lo que
estás haciendo, pero no puedo seguir contigo a partir de ahora. E-es
decir, solo te traería más problemas que soluciones. —El abre la boca
pero lo callo. –Necesito independizarme en mi totalidad, lanzarme al
vacío completamente solo. Se acabó el Jimin acompañado de tal
persona, ya no confió en nadie. Sigo solo a partir de ahora para hacer lo
que yo quiera. Es mi cacería y no quiero que nadie más se interponga en
el camino, no importa cuánto tiempo más me lleve.
— ¿Cuáles?
—Uno, eres Park Jimin. A estas alturas ya todos saben quién eres tú en
cualquier mafia. — Comienza. — Dos, tienes el precioso cabello rubio
único como Park Chaerin. Destellos dorados y cafés como si fuese un
degradado. Tres, fuiste el muñeco de Min Yoongi. Tu cuerpo está lleno
de heridas, marcas y cicatrices fáciles de identificar. Y cuatro, tienes la
mitad de una oreja volada.
Suelto un gruñido pero no quiero morir por una infección. El dolor vuelve
apenas vuelvo a pensar en él y me tambaleo fuera del auto con Elliot
tomándome de los brazos para que no pierda el equilibrio.
TAEHYUNG.
—Mandaré a Jeongyeon a que vaya por ti. —Me dice. —Yo estoy con
Will y Clara en una reunión. Le pediré que te lleve a una casa, allí estarás
todos por el momento. Te veré en la noche.
—De acuerdo.
—Ha pasado un tiempo. –Me dice ella divertida. –La última vez que te vi
huías con Park Jimin por tu vida.
—Ya sabes, aquí siempre para salvarte. —Bromea y quita los seguros.
—Bienvenido a casa.
Vuelvo a cargar con las maletas y las voy a dejar justo donde me dijeron.
Es una habitación bastante grande donde quepo perfectamente. Quizás
hasta cuatro podrían estar acá. Acomodo las cosas y salgo cerrando la
puerta detrás de mí. Bajo las escaleras y observo a Ross muy apurada
en la cocina.
—Vivo acá. — Me contesta aún sin color en su piel. — T-tu… creí que
estabas en Nueva York.
Aprieto mis labios evitando decir algo más. El me sigue viendo fijamente
y desvía la mirada un par de segundos. Talla sus ojos y respira profundo.
— ¿Dónde está Jimin? –Pregunta secamente. — ¿El hijo de puta terminó
traicionándote? Oh, claro que lo hizo. Es una maldita puta arrastrada que
se folla cualquier bicho viviendo que se cruce en su camino. Es un
bastardo de mierda, un traidor asqueroso y un mentiroso manipulador
jugando a la víctima que tiene bien merecido cada maldita cosa que le ha
pasado. Me repugna siquiera mencionarlo. Me repugna como ser
humano. No puedo creer que fui su mejor amigo tanto tiempo.
Y es difícil y extraño. Yo los recuerdo como los mejores amigos, los que
se mantenían abrazados, en risas, cuidándose y protegiéndose. Jimin
siempre corría a Jungkook y él lo recibía protector. Jimin lo defendía aun
así recibiera una bala a cambio y creo, realmente creo nunca haber visto
una amistad tan duradera y potente como la que tenían ellos en aquel
entonces.
—No me interesa. –Sus palabras escupen veneno por todos lados. –Tú y
el son la porquería más asquerosa latiendo en esta tierra. El ni se diga.
Escuchando lo que ha hecho, arrastrándose tras Sullivan por Yoongi me
da una idea de cuan bajo autoestima y dignidad tiene. Es un perro
faldero corriendo tras su dueño, enfermo masoquista de poder, obsesivo,
manipulador, dramático y mentiroso de mierda. No me interesa que
suelte lágrimas falsas en la noche pensando en mí. El día que lo tenga
en frente voy volarle la maldita cabeza y poco me importa lo que Yoongi
haga. Lo matare.
— ¿A qué te refieres?
—No me detendrá.
—Así que ese es el juego. –El esboza una siniestra sonrisa. –Jimin
jugando a tener varios tras él y se va con uno u otro dependiendo que le
convenga. Lo protegiste, te tuvo, y te botó cuando llegó otro. ¿Elliot, no?
Y se arrastró con él para llegar a su padre, lo cual, conociendo a Jimin,
no me hubiera sorprendido que también le hubiera abierto las piernas al
padre para tenerlo hechizado bajos sus enfermos encantos. –Ríe.
—Oh, ¿vas a negarlo? –Luce divertido. –El mismo Yoongi ha dicho que
es una jodida puta. Cuantas veces no lo dijo prácticamente a todos se
nos ha pegado debido a él.
—No termino de creerte, pero suponiendo que es cierto, Jimin tiene sus
motivos. Y si crees que es una puta por enredarse con tres hombres,
resultaría extraño contando con cuantos te enredaste tú.
—Me dio mucha en su debido momento pero ahora tengo otras razones
para odiarle y odiarte. –Se separa. –No son los primeros en mi lista pero
siguen en ella y obtendré mi venganza tarde que temprano. Y si, buscaré
a Jimin antes de que decida esfumarse. Tengo unas cosas que hablar
con él.
—Y el que ríe último, ríe mejor. –Le contesto de vuelta con una sonrisa. –
Ten cuidado, pequeño. Jimin no es el mismo que conociste y te
sorprendería su cambio. Quizás hasta te calentaría. Jimin es un arma de
seducción peligrosa que podría pincharte a ti si se lo propone.
—Claro. –El ríe de buena gana. –Todos caen por Park Jimin pero yo ya
lo conozco. Sé que sus sonrisas no me harán rendirme a sus pies o sus
lindos ojos o labios. No me interesa que intente conmigo, fui su mejor
amigo, ahora es de mis peores enemigos. Soy más inteligente que eso.
—No hagas esto más pesado de lo que ya es. Sencillamente tengo aun
unos asuntos que arreglar con el que no te incumben. Si serán las
últimas palabras que le diré, que valga la pena entonces. Bien. No lo
matare. Creo que duele más el peso de las palabras que el de varias
apuñaladas.
Y tras reír una última vez, se aleja dejándome con las palabras en la
boca.
88
JIMIN
—No sería tan mala idea si no fuese demasiado obvio. A estas alturas
medio continente debe conocer mi tonto apodo.
— ¿Puppet? —Pregunta alzando sus hombros.
—Así que... Park Jimin. —El doctor toma lugar frente a mí con una
carpeta. —Ya con los últimos análisis podemos darte de alta
perfectamente aunque te recomendaría quedarte solo un día más para
cualquier cosa. Más vale estar prevenido.
—Oh, sí. Entiendo. —El doctor me sonríe. —En ese caso puede irse. Si
por cualquier cosa su herida se infecta o las amputaciones, no dude en
volver. Lo estaré atendiendo sin problema alguno.
Siento mis ojos salirse de mis orbitas. En ese preciso instante la bata cae
el suelo y quedo completamente desnudo frente a él.
— ¿No? —El ríe. —Dudo mucho que le hayas puesto los mismo peros al
niñato de Kim Taehyung, ¿cierto? O al lindo chico de intercambio que
vino.
—No quiero dinero, Jimin. —Niega con la cabeza. —Te quiero a ti.
—Siempre estuvo jodido, Elliot. —Le contesto sintiendo mi voz salir más
helada de mis labios de lo que esperaba. —Me sentí a gusto contigo, la
pase bien inclusive. El problema fue que el... volvió. No puedo hacer
nada contra ello. ¿Y te digo que? —Mis labios se aprietan en una fina
línea un par de segundos. —Me enamoré de él. Al principio lo imaginaba
como un pequeño desliz, un engaño de mi cabeza. Me “enamoraría” de
el sin realmente estarlo. Esa era la idea.
Voy caminando por los pasillos a mayor velocidad cuando escucho unos
pasos firmes detrás de mí. Volteo un poco y veo a Elliot caminando a mi
costado con una sonrisa y un teléfono a su costado.
—Si quieres decirme algo que sea ahora, estoy a nada de irme. —Le
digo.
—Y veo claramente que eres una sucia víbora que se arrastra, seduce y
muerde. Envenenas y te vas simplemente diciendo palabras bonitas. Que
gran actor. Realmente te enseñaron bien. —Alza sus cejas. —Es jodido
que este enamorado de ti. He hecho tonterías para que sea reciproco: te
di cobijo cuando Yoongi te rompió el corazón, te di comida, te di agua
caliente, te ayudé en la Universidad y a conseguir becas, te ayudé en tus
berrinches de soledad cuando Taehyung no estaba, casi muero por tu
culpa, tu psicópata me sedo y perfectamente pudo haberme matado, me
das el susto de mi vida con un intento de suicidio, juegas con mis
sentimientos y mi cabeza para tenerte protegido, acercarte a mi padre y
que muy lindamente después te hagas hacia atrás. Oh, claro: no
olvidemos que también te salve el culo y traicione a mi progenitor. ¿Que
recibo a cambio? Un largo y aburrido discurso de tu plan fallido, tus
enfermizos sentimientos al psicópata de Yoongi y un sencillo “lo siento”.
¡Que considerado eres! Al menos me hubieras dejado galletas con un
moño rojo.
—Elliot...
—Bien jugado. —Es lo único que logro decir. —Bien jugado, Elliot.
Maldito bastardo.
.
Mi teléfono suena cuando me encuentro caminando entre los callejones
de Washington. No estoy seguro de que mierda voy a hacer pero el
primer paso es teñirse el cabello. Estuve investigando y no tienen un
retrato mío fijo. Maldito Sullivan, no dudo que la policía no me llevara a la
cárcel sino directamente a sus pies. ¿De qué otra forma sabrían de mí?
¿Mi nombre? ¿Fugitivo? ¿En serio? ¿No encontró algo más original
como “Muñeco demente por tener el corazón roto”? No lo sé. A Yoongi le
habría gustado probablemente.
— ¿Si? —Pregunto.
—Jodida mierda, estás bien. —Dice Taehyung del otro lado. — ¿Dónde
carajos estabas?
—En el hospital por una oreja volada debido a mi suegro demente que
me disparo ¡Oh! Y huyendo de la policía federal. Ya sabes, cosas de
todos los días.
—Creí que tener a toda una mafia detrás de mí era horrible y ahora la
policía esta también tras de mí. Esto no puede ponerse mejor, debería
ser el protagonista de una novela de criminales.
—Oh no, no harás eso. —Dice él. —Quédate con ese teléfono antes de
esfumarte.
— ¿Que?
—No creo estar listo para eso. —Aprieto la tela de mis pantalones. —Y-
yo no podría ni verlo a los ojos, le he mentido durante tanto tiempo que...
—Si te sirve de algo, está muy consciente de todo lo que hiciste y se
sabe toda y la absoluta verdad. Por eso mismo creo que deben
seriamente hablar. Él está enojado y créeme que MUY enojado. Esta
cabreadísimo y no dudaría de meter una bala en tu frente si pudiera.
Quizás podrías... no lo sé... tranquilizarlo.
—Define tranquilizar.
—Hablar con el... —Deja las palabras en el aire. —Ya sabes, lo que
haces para salirte con la tuya.
Frunzo el ceño.
—No quiero jugar a este tipo de juegos contigo Jimin... mmm... —Ríe un
poco. —Pero te doy el número telefónico de Yoongi si lo haces. El que
tiene ahora, obviamente.
— ¿Si?
—Ten cuidado. —Su tono suena más serio. —Jungkook realmente sabe
cómo usar cuchillos.
Esbozo una sonrisa ladina antes de mordisquear mi labio inferior que
succiono. Una risa divertida sale de mis labios.
JIMIN.
Un efímero segundo...
Es el... Es Jungkook.
— ¿Kook? —Le pregunto una última vez comenzando a sentir miedo con
su gélida y dura mirada.
—Es más fácil decirlo que hacerlo. No te recomiendo seguir con esto
Jungkook, que de no ser por ti, yo jamás estaría en esta situación. Si no
me hubiera vuelto tu amigo en aquel entonces probablemente no estaría
en esta situación. Pagué todo esto por quedarme a tu lado siempre,
mejor ahórrate todo lo que tengas que decir, Jeon. No me interesa.
Terminarás perdiendo. Todo lo que me digas sabré devolverte las
palabras con más dureza, no juegues así conmigo.
El alza una ceja y dirige las manos a los botones de su camisa. Yo paso
saliva y guardo silencio abruptamente observando su mano jugueteando
con el botón cerca de su cuello. Le grito a través de la mirada que no se
atreva pero el lentamente zafa un par de botones. Yo mantengo mi vista
en sus ojos hasta que siento que retira sus manos. Alza un poco sus
cejas.
—Te escucho. —Le contesto empujando más fuerte mis brazos cruzados
contra mi pecho.
—Bien, eso no era necesario. —El tose suavemente sin dejar de reír. —
Sí, es bueno. Es atrayente.
—Lo amas.
—Si. Así es. —Contesto sintiendo la amargura recorrer mis venas con
dolor. —Estoy enamorado de Min Yoongi. Me ahorqué con mi propia
cuerda. Me encerré en el falso sentimiento de amor convencido que era
una mentira y nunca pude salir. Así que sí. Si eso es lo que realmente
quieres escuchar, estoy enamorado. Lo amo.
—Amo a Min Yoongi como nunca creí amar a nadie. — Las palabras se
esfuman de mi boca y siento algo agrio y dulce recorrerme. — Porque lo
amo más que a cualquier cosa que conozca. Porque mientras el esté
aquí no hay temores, no hay dolores. Mientras el esté aquí conmigo la
vida corre y no se frena, porque me hace sentir vivo, porque lo amo,
porque soy suyo y porque le pertenezco en mente, cuerpo y alma. Es mi
chico Jungkook. Es mi Yoongi. Eso nunca va a cambiar. Lo amo. Lo amo
con locura.
Lo amo…
Maldita sea, lo amo.
—No necesito saber mucho más. Me ha quedado claro. —El ríe un poco.
—Realmente… realmente creí que estabas fingiendo hasta que vi ese
algo en tus ojos. Tu boca puede decir tantas cosas pero eres igual a él.
El cuerpo los delata, sus ojos.
—Lo único que necesitaba para comprender esto era… escucharlo de las
bocas de los protagonistas de esto. El no tuvo un discurso tan diferente
al tuyo. No dijo que te amaba, tampoco dijo estar enamorado de ti. Dijo
otra cosa que aún recuerdo claro y me hizo ver tristemente que quizás,
por muy loca que sea su relación, conserva una belleza que pocos
entienden.
Muerdo mis labios con fuerza evitando perder la calma. Aprieto los puños
suavemente y tomo una profunda respiración.
—Era obvio, Jimin. El huye de ti y regresa una y otra vez. ¿No te diste
cuenta de eso? Tú eres el pilar y él siempre fue el que te estuvo
rodeando, tirando y aflojando, acercándose cuando tenía miedo de
perderte y alejándose para controlarse. Es que tú… tú realmente no
tienes idea, ¿verdad? —Jungkook luce estupefacto. —No tienes idea de
cuan dependiente es a ti.
—Eso sería lindo. –Siento una sonrisa colarse en mis labios. –Aunque no
comprendo por qué me estas ayudando. Querías matarme, ¿no? ¿Por
qué repentinamente me haces sentir plenamente poderoso respecto a
Yoongi? ¿Y sacando el tema de los sentimientos y el amor? Querías
arreglar cuentas conmigo y me diste una guía paso por paso de como
tomar control sobre él, me diste una charla sumamente motivadora
acerca de lo que dice y piensa sobre mí. ¿Por qué? Si fuera tú, lo último
que querría es que mi mejor amigo traicionero logre lo que realmente lo
haría feliz y sentirse lleno. Peor siendo gracias a mí.
—A ningún lado. –El alza sus hombros. –Era solo una prueba, algo así.
—Así que Taehyung. –Sonrió. –Él también me dio una tarea por hacer.
—Oh, ¿en serio? –Pregunta divertido. –Vaya, parece que los dos
terminamos siendo sus peones.
—No. –Vuelvo a sonreír. –Porque sé que pese a que no fue una perdida
para ti, yo si pasaré la prueba.
Bien.
—Solo puede entrar uno allí. –Apunta con su barbilla.
—Solo quiero ver tu cicatriz. –Le contesto tranquilo cuando trata de tomar
mis manos. –Para esto te jale. No por nada más.
No puedo hacer esto. No puedo. Yoongi tenía razón, maldita sea, tenía
razón. Debo mantener lejos a mis debilidades y cerca a mis enemigos.
Mierda, mierda, mierda.
.
.
Se quitó los auriculares y soltó un largo suspiro viendo los papeles frente
a él. Tomo el enorme puñado de papeles que observo con detenimiento
antes de esbozar una débil sonrisa.
No se había equivocado…
Su plan funcionaria.
90
A: A.F
DE: Km *******
ASUNTO: VIAJE
DE: Km *******
ASUNTO: Jimin
A: ***_******
DE: A.F
ASUNTO: Reunión
.
A: xjnx.xrxnssne
DE: Km *******
Espero poder confiar en ti, sigo sin comprender de qué va todo esto.
A: ***_******
DE: Jjk_08
ASUNTO: Reunión
A: Jjk_08
DE: ***_******
ASUNTO: Regreso.
.
.
A: Km *******
DE: xjnx.xrxnxxne
ASUNTO: Urgente
DE: Km *******
ASUNTO: Trabajo
A: xjnx.xrxnxxne
A: Km *******
DE: xjnx.xrxnxxne
¿Y cómo pretendes que hablen si ambos se odian? ¿Los pondrás a
prueba acaso?
A: xjnx.xrxnxxne
DE: Km *******
Si las cosas salen como las tengo previstas, Jimin seguirá queriendo
mucho a Jungkook y tendrá una debilidad incluso más grande que a Min.
Eso lo uso a mi favor porque Jimin le hará caso a Jungkook y el me hará
caso a mí. Todos ganamos, bella.
En caso de que no, puedo borrar a Jeon del tablero.
A: Jjk_08
DE: Km********
ASUNTO: MAPA
EXTRACTO DE PERIODICO
<<C’ est maintenant que quelques mois plus tard après la localization de
P.H qu’il c’est suicidait en sautant depuis la huitiéme étage du HOTEL
STRUKM localisé en Arizona aux États Unis. Grâce aux notes qu’il a
laissé et une exhaustive enquête, on peut assure que l’assassin le plus
dangereux en Europe, Min Suga, a eu en total, quatre enfants dont on ne
connaît pas où est ce qu’ils sont.
<<Es ahora que meses más tarde después de la localización de P.H que
se ha suicidado brincando desde el octavo piso del HOTEL STRUKM
localizado en Arizona, Estados Unidos. Gracias a las notas que ha
dejado y una exhaustiva búsqueda de la policía, podemos asegurar que
el asesino más peligroso de Europa, Min Suga, tuvo en total cuatro hijos
de los cuales no sabemos dónde se pueden encontrar.
Así mismo, hay otras pruebas que demuestran que el importante criminal
sigue vivo. Nos preguntamos que hará la policía respecto a ello. >>
EXTRACTO DE PERIODICO
<<El edificio de oficinas del periódico Wold and news ha sido incendiado
ayer 04 de julio a las 12 de la noche. El jefe de la editorial Malcom Stuart
fue asesinado hace 3 días en Alabama, EU. >>
EXTRACTO DE PERIODICO
“Los estudiantes que deban irse podrán volver para estudiar su último
año con los papeles necesario para permitir la entrada. En ese caso,
podrán estudiar en la Universidad Linsday acá en Estados Unidos
gratuitamente” dice Anne Stal. >>
OREGON; WWN
A: Km *******
DE: Jjk_08
ASUNTO: MAPA
A: ***_******
DE: Jjk_08
ASUNTO:
A: Jjk_ 08
DE: ***_******
ASUNTO: Respuesta
[4 meses después]
YOONGI.
— ¿Dónde está?
—Bueno, creo que aprendió del mejor. —Contesto con una suave
sonrisa y al instante relamo mis labios.
—Eso y que las cinto mafias de Estados Unidos en este tiempo han
comenzado a juntar fuerzas. Poco a poco las tensiones parecen
arreglarse y no pasara mucho antes de que oficialmente se vuelva una
gran red. —Jin suspira y desvía la mirada. —Si ellos se juntan, no
podremos con ellos. Nos convenía mantenerlos separados pero todo se
nos está saliendo de las manos.
—Lo capto, ¿pero qué mierda quieres que te diga? —Me volteo y
comienzo a dar vueltas sintiéndome ansioso repentinamente. —Cuatro
meses, Seokjin. Cuatro jodidos meses y no sabemos nada de él.
—No lo haces. —Aprieto más fuerte. —Así que seré breve porque no me
interesa perder más el maldito tiempo.
—De todas las personas con quien jugaría, la mejor se guarda para el
final. –Suelta una risa ronca. –Así que al menos, esta vez, no jugaré
contigo.
—No pudo hacer eso. Necesita a alguien. No puede hacer esto solo.
—Lo subestimas demasiado, Yoongi. –El ríe de nuevo. –Tu muñeco es
sumamente listo. Entró en un estado de paranoia donde no confía ni en
su sombra. Créeme cuando te digo que estoy completamente seguro que
está llevando todo esto por su propia cuenta en soledad. Escondido en
algún lugar o bien moviéndose demasiado rápido.
—La última vez que le hable estaba en Washington DC. Supimos que
después estuvo en Carolina del Sur y allí su punto se esfumo del rastreo.
Park Jimin dejo de existir.
— ¿Qué mierda hacía en Carolina del Sur? ¿Qué hay allá? —Pregunto.
Taehyung suelta un gruñido del otro lado: —Si bueno, esa es otra
historia.
— ¿Qué quieres?
— ¿Dónde estás?
—Francia.
—Norte de Francia.
— ¿Tiempo límite?
—Pagaré.
—Eso espero.
Colgamos.
Mar. ¿Mar?
Los aeropuertos están bloqueados. Las mafias siempre vigilan.
Un crucero.
—Tengo motivos para creer que hay una persona que se ha estado
acercando a nosotros. —Le contesto. —Necesito que me hagas un favor.
—Claro.
Debo esperar a tener la lista en manos. Algo me dice que estará allí pero
cifrado. Sé que mi muñeco me está buscando, es algo completamente
personal y con todo lo que hace lo que busca es intimidarme,
amenazarme. Y si está haciendo esto solo, me lleva al sencillo y lógico
razonamiento que me hará saber de un modo o de otro que se está
acercando. Así es el.
Así que comenzara acá. Mandara una. No mandara otra hasta que se la
conteste. Necesita de algo que lo impulse a moverse o se queda
estancado. No toma decisiones ni avanza hasta tener una base, un plan
o algo claro. Desde el colegio lo notaba. Siempre era la cabeza de
trabajos grupales, estructuraba las cosas y después las ponía en obra.
No seguía hasta recibir indicaciones, mas eso no significaba que
estuviese pensando también por su propia cuenta.
No apuesta. Reta. Provoca. Con todo lo que está haciendo sabe que me
provoca, sabe que voy a enterarme tarde o temprano. Él no puede
enterarse de mis cosas más él sabe que siempre me enteraré de las
suyas. Sabe que en ese aspecto lleva siempre ventaja de su desventaja.
Aprieto los labios y decido destensar por completo mi cuerpo con ayuda
de agua más caliente. Siento todavía su fragancia como si estuviese al
lado mío. Apoyo mi frente contra el cristal de la ducha y exhalo
suavemente tratando de calmar los pensamientos y centrarme en otra
cosa. No puedo. Su imagen clara se encuentra allí. Su risa, sus gemidos,
sus mordidas en mi cuerpo, sus labios traviesos abriéndose paso junto a
los míos, su mirada cegada de deseo.
Yoongi…
Vuelvo a abrir los ojos apretando con más fuerza el interior de mi mejilla
con mis dientes. Relamo mis labios sintiendo el chorro de agua caliente y
observando todo irse llenando poco a poco de humo. Lentamente voy
deslizando mi mano por mi abdomen hasta alcanzar mi pelvis.
Jodida mierda.
Muerdo mis labios y gruño ronco cuando voy bajando más hasta rozar
suavemente con mi miembro. Lo tomo con suavidad resistiéndome,
apretando más fuerte los ojos pero sintiendo una descarga de
electricidad cuando comienzo a hacer un suave movimiento de arriba a
abajo.
Yoongi…
Y su maldita voz vuelve.
Jodida mierda.
YOONGI.
Observo los hombres que llevo que son mucho menos que las mujeres
pero debo esperar a Namjoon antes de tener un número oficial. Me doy
una semana cuando mucho para tener la lista lo más corta posible. Debo
tener cuidado ya que no puede volarse ningún detalle así que debo ser
precavido y sumamente cuidadoso.
Las horas van pasando hasta que dan casi las seis de la noche. Namjoon
me entrega la lista con puros varones.
—Lo dudo. Aun así, él toma bastantes precauciones. –Le contesto. –Me
hare cargo a partir de ahora, gracias.
Reviso mil pasajeros más hasta que mi cabeza duele y me veo obligado
a descansar los ojos. Siento nauseas así que me tomo una pastilla y
apago la computadora para seguir mañana. En los nombres
definitivamente no aparece el nombre de “Park Jimin”. Comienzo a
preocuparte seriamente que quizás estar equivocado porque allí si no
tendría la más absoluta idea de donde mierda esta.
Todo lo que tengo es esta lista. Espero realmente encontrar respuestas
allí o esto se jodera bastante más de lo que ya está jodido.
—No tengo idea, pero te busca. —Me dice sin quietarme la vista de
encima.
— ¿Quién crees?
No puede ser…
— ¿Dónde estás?
Silencio.
—Marzo. Europa.
—No lo sé. –Miento entre risas. –Yo tampoco tengo una puta idea de que
hablar. Creo que ahora si la cabeza se le ha volado.
— ¡Oh pero claro que sí! –Asiento repetidas veces. — ¡Es más! ¡Debe
ser hasta un llamado!
— ¡Esto es terrible!
Niego con la cabeza y relamo mis labios. Namjoon estará ocupado así
que sé que no me molestara con este asunto de hackeo. Estará más
preocupado por Jimin y seguramente no tardara en decirle a Seokjin.
Todos buscaran en el aeropuerto, seguramente dejara pistas falsas para
distraerlos de donde seguramente estará.
Chupo mis labios y veo que de esos 1,720, solamente 278 fueron de ida
y se quedaron en España. 278 varones mayores de edad que fueron de
ida a España en Marzo. No concuerdan sus nombres con familias así
que la búsqueda realmente la he reducido. 278 varones y uno de ellos es
mi muñeco.
Aprieto mis labios. 278 hombres y aun así siguen siendo demasiados. Al
menos no se comparan a los del principio.
Park Jimin… veamos que tienes para mí y que tan bueno eres dando
pistas.
113 nombres. 113 nombres siguen siendo demasiados. Alzo una ceja.
Debe haber algo más.
Este niño me resulto más listo de lo que realmente creía. Elige bien sus
palabras.
Vuelvo a todos los nombres que tenía, es decir los 278. De allí solamente
selecciono los europeos o estadounidenses los que tienen solo “2
palabras”. Para mi sorpresa son en realidad pocos. Muy pocos. La
mayoría son extranjeros.
Quedo con 26. 26 nombres de los cuales siento que hay algo allí oculto.
Los releo una y otra vez, lento, sereno, tratando de no perder
concentración. Forma sentido y a la vez no. Observo los nombres que
comienzan con J. Eso sería realmente un buen inicio probablemente. Si
no hay nada, puedo intentar otras después.
Jean Ronsar.
Jean Pousset.
Jarno Pebreg.
Jean-Baptiste Purail.
Jérime Anstuv.
Jules Cerf.
Joffrey Lingst.
Jacques Duren.
A primera vista realmente no parece haber nada, sin embargo hay un par
de nombres que me causan bastante curiosidad: Jarno Pebreg, Jean—
Baptiste Purail, Jérime Anstuv y Jules Cerf. Aquellos cuatro nombres me
hacen sospechar de cosas curiosas.
Observo de nuevo:
—Jarno Pebreg
—Jean-Baptiste Purail
—Jérime Anstuv
—Jules Cerf
— ¿Por qué?
YOONGI
—Lo estoy.
Jungkook suelta un suspiro del otro lado y poco después da una risa.
—Te depositaré, no importa cuanto sea. Es una situación que trata con…
digamos… un contacto del pasado.
—Jules… Cerf.
— ¿Si, Jeon?
— ¡Pero escucha!
— ¡Pero esto tiene que ver contigo! ¡Mientras más rápido lo sepas, más
rápido…!
— ¡Pero espera!
— ¿Lo sabes, no? ¿El lugar donde se reúnen brujas y brujos para
realizar hechizos o rituales? –Su voz suena temblorosa. –Yoongi,
escúchame… por favor, te lo suplico, escúchame bien lo que te
voy decir.
— ¿Qué? No. No, no. Jimin no es ningún tipo de brujo pero… pero fue
marcado por el aquelarre. Todos los niños que estuvieron allí fueron
marcados. Acusaban el lugar de asesinar a los niños como ofrendas para
el diablo y poco después fue quemado.
— ¿Cómo es la marca?
—Estoy seguro que el la habría notado si así fuera. Creo que cualquier
persona común lo notaria.
— ¿Por qué me estas sacando todo esto ahora? ¿Qué tiene que ver toda
esta mierda con la mafia, con nosotros?
—Está bien. Cuando estemos los cuatro reunidos podrán verlo con sus
propios ojos.
.
— ¿Qué haces acá?
—Digamos que tengo un asunto que atender allí. Una persona a la cual
detesto estará por allí esos días y me vendría bien liberar estrés
dándome el gusto de tronar su cuello entre mis manos.
—La verdad sí. — Relamo mis labios y le sonrió. El truena sus puños. —
Mira, realmente acá no estoy haciendo nada más que rascarme las bolas
y observar las paredes. En lo que se arregla toda esta mierda puedo ir a
España. Estoy en nuestro territorio, ¿Qué te asusta?
—Iríamos contigo.
—Vete sacando esa idea de la cabeza que si crees que acceder a ella,
estas equivocado. –Niega.– O vamos Namjoon y yo contigo o nuestra
gente de seguridad. Diez personas te estarán siguiendo y probablemente
te ayuden a limpiar el desastre después de que mates a tu hombre. Solo
no vas.
—Necesito ir solo, si voy con demasiados llamaré la atención.
—Me queda claro. –Relame sus labios. –Aún así no estoy seguro de
dejarte ir.
—Por favor. —Pido. —Y jamás utilizo esa palabra. Por favor, déjame ir.
Jin me mantiene la vista fija un par de segundos antes de alzar sus
hombros. Yo trato de mantenerme sereno y seguro mientras el muestra
claro nerviosismo. Sigue frotando su barbilla y finalmente hunde sus
manos en sus bolsillos.
—Barcelona. Tomó un vuelo hacia allá hace cinco días. –Poco después
que me marcó. –De allí rentó un auto. No hay evidencia visual solo de
registro… entonces no podemos decirte que ruta tomo pero si un posible
itinerario.
— ¿Cuál?
—El hotel tiene un tipo de trato con aquella renta de autos, pueden
estacionarse en su estacionamiento gratuitamente si la persona va a
hospedarse. Regalan también pequeños recorridos para turistas debido a
eso.
Esta vez soy yo quien corta. Aviento el teléfono y me coloco boca abajo
mientras abro la computadora y después de que arranque ingreso a
internet sin dejar de mordisquear la pluma. Mis ojos viajan entre las
páginas disponibles hasta entrar a la oficial.
JIMIN.
Por eso use el aeropuerto y pese a que odie con cada gota de mi ser los
aviones, fue necesario para llegar a Barcelona. En esa misma terminal
rente un auto que está relacionado con el Hotel Montecristo.
Me anote con nombre claro y fijo para entrar al sistema y que así, si logra
conseguir entrar de alguna forma o seguirme, le resulte fácil. Hasta tuve
que reservar mi estancia acá, así si pregunta por mí, dará fácilmente.
Llevo las cosas con suma tranquilidad y me voy a dar un par de paseos.
Casi a las cuatro paso por recepción para dirigirme nuevamente al cuarto
pero la mujer que lo atiende me llama.
—Usted pidió una habitación para una persona pero… hubo un pequeño
cambio.
Pestañeo al instante.
—No. Aviso que estaría aquí a las cinco de la tarde máximo para recoger
su llave. —Ella asiente.
—Hasta luego.
Comienzo a avanzar pero con cada paso siento mis piernas temblar y
temblar cada vez más. Subo corriendo y como alma que se carga el
diablo, huyo a la habitación en la que estoy. Azoto la puerta detrás de mí
y me apoyo contra ella observando la estancia. Mierda. Mierda. Mierda.
“Bar 8 pm”
JIMIN
Alzo una ceja y una pequeña sonrisa se forma en mis labios. Hago un
repaso mental de tolo lo que tengo. Sirve. Podría intentar... ay dios,
bueno... qui-quizás podría ser bueno... siempre hay una primera vez para
todo y-y...
Paso saliva y mis mejillas siguen tomando algo color. ¿En qué momento
me volví tan... tan pervertido? Bueno, no pervertido sino tan... es decir,
¿con tantas ideas respecto a cosas... sexuales? Yo hasta donde sabia la
metías, la sacabas, gemías, llegabas y se acababa. Nadie me dijo que
habría cuchillos, látigos, sangre, esposas y un sinfín de cosas
verdaderamente extrañas y que de tan solo recordarlas quiero comenzar
a gemir en voz alta.
— ¡Jules Cerf! —Me saluda antes de que diga algo. —Min Yoongi acaba
de llegar.
—Quería apartar una pequeña sala privada. —Le contesto. —En el bar.
Reímos nuevamente.
—Lo siento, no quería decir eso. —Ríe nerviosa. —Me refiero a conocer
algunos así finalmente. Las cosas por acá son algo aburridas.
.
.
YOONGI.
“Bar; 8 pm”
Mis ojos viajan directo al reloj colgando en la pared. Falta hora y media.
Doblo la hoja y trato de tranquilizarme. Jodida mierda, estoy a punto de
verlo de nuevo. Sé que no ha pasado mucho pero aun así siento como si
hubiese sido una eternidad sin verlo. Jodida mierda, ¿qué voy a hacer?
¿Sorprenderlo? ¿Atacarlo? ¿Golpearlo? ¿Besarlo? ¿Follarlo hasta que
se quede sin aire? Mi mente es un revuelo donde siento mi estómago
apretarse un poco.
Nervios.
¿Nervios?
Dejo las cosas en su lugar y salgo del cuarto de baño viendo los tintes.
Joder, ¿cómo lucirá de cabello negro? Es algo que me está causando
cierta intriga además de su cambio y ver como se comportara ahora
conmigo. No niego que estoy emocionado y a la vez a la defensiva.
Realmente no se bien como sentirme.
Una pequeña risa nasal se escapa antes de que niegue con la cabeza y
avance a la salida. Salgo de la habitación a paso lento y avanzo a
recepción para preguntar dónde se encuentra el bar. Algo me dice que
no es exactamente dentro del hotel, sino en otra instalación cercana.
— ¡Espere! Lleve esto. —Me entrega una pequeña tarjeta. —Así tendrá
barra libre por estar hospedado acá en caso de que quiera un trago.
—De acuerdo. —Asiento.
— ¡Disfrute! —Sonríe.
—La necesitaré.
Sigo recorriendo bebiendo la cerveza hasta que siento que alguien toca
mi hombro. Me detengo y observo al instante detrás de mi hombro con
un escalofrió. Observo a un barman quien me extiende una hoja de
papel.
Y como olvidarlo...
Como olvidar el hermoso niño pequeño que me observo con una mirada
confusa y después llena de pena, de mejillas sonrojadas y una extraña
expresión demasiado dulce y bondadosa. Me perdí en sus lindos ojos y
una horrible sensación me recorrió al encontrarlo demasiado lindo.
Yo jamás me sentía así por las personas, siquiera por las mujeres en
aquel entonces. Me dio una rabia absoluta encontrarlo sumamente lindo
y con una necesidad de tocar aquellas suaves mejillas o de mantener la
vista durante horas en sus pequeños labios rosados. ¿Cómo olvidar al
mocoso enano de ocho años cuando yo creí que tenía no más de cuatro?
Respira...
Hasta que siento a alguien rozar mi espalda y unas manos cubrir mis
ojos. El tibio aliento choca suavemente en mi oreja:
JIMIN.
Silencio.
—Yoon-gi. —Trato con ambas manos retirar las suyas pero aprieta y mi
aire se corta y comienzo a toser seco. Muerdo mis labios más fuerte y
aprieto enterrando mis uñas. — Suel-suelta.
Silencio.
Trato de dar una patada pero él se hace un poco hacia atrás y suelta una
mano de mi cuello para atrapar mi pierna y enredarla en su cadera con
firmeza. Una enorme ola de calor me golpea la entrepierna y siento mi
maldito pulso acelerarse sintiendo el agarre ir sobre mi muslo y su cuerpo
pegarse al mío chocando nuestras entrepiernas.
—Yo. —Sonríe.
Rasguño su mano y cierro mis ojos con fuerza. Trato de removerme con
fuerza y siento su agarre a los costados de mi cuello aplastando y
cortando el aire mandando otro pequeño dolor. Siento sangre en mi boca
que no dudo en escupirle y el gruñe soltándome al instante para
limpiarse. Esbozo una sonrisa estando en el suelo y comienzo a reír
viéndolo ponerse contra la pared y restregar su manga del traje contra su
cara con desesperación.
—Eres asqueroso. –Dice entre dientes. –No jodas, ¡creo que me entro al
ojo!
—Eres tan imbécil. ¿Por qué no puedes tomarte mis amenazas en serio?
—Para serte sincero no tengo ni puta idea de lo que estoy diciendo, solo
sé que realmente me alegra verte, muñeco estúpido.
—No es divertido.
— ¡No puedo!
—Eres un loco que está siendo buscado por seis mafias, policía y vete a
saber cuántos más. Eres un loco por hablarme y por tocar los botones
correctos por hacerme venir a ti. ¿Tienes idea de cuánto te odio por eso?
—Que romántico.
—Cuando no.
—Te odio.
—Eres…
—Cabrón.
—Idiota.
Ruedo los ojos y el me imita. Le hago una seña al barman que se acerca
rápidamente.
—Por los casi trece años que llevamos conociéndonos. —Me dice
levantando su trago con una sonrisa.
—Salud, Jimin.
—Por una noche donde nada importe. —La levanto también. —Salud,
horroroso.
—No lo sé. —Alza sus hombros. — ¿Te parece hasta que me vaya?
—Ya sabes cómo es esto. — Veo que toma una cerveza y le da un trago.
— Solo que esta vez no planeo irme en seco y dejándote allí botado
como si nada.
Hasta que se calma por completo. Sus labios solo se mueven con suma
delicadeza sobre los míos y nuestras lenguas se acarician
constantemente pero a un ritmo lento. Succiona un poco mi lengua pero
yo solo me doy el lujo de cerrar mis ojos y respirar la fragancia de Yoongi
y el alcohol. El acaricia mi espalda y juguetea con sus dedos
mandándome pequeños golpecitos que me producen escalofríos y erizan
todos mis vellos.
—Algún día deberás decirme que mierda haces que no puedo dejar de
besarte una vez que comienzo. — Le digo suavemente y el esboza una
sonrisa. — Mi odio es tal que no puedo odiarte más. Me resigno. Estoy
ofendido.
— ¿Romántica? Dudo que esa sea la palabra correcta. Hasta donde sé,
no te he entregado flores y pedido ser mi novio.
—Peor aún. Me convertiste en tu novio sin siquiera pedírmelo. –Me
separo y alzo ambas cejas.
JIMIN.
—Ya verás. —Me quito todo lo que tengo de ropa a excepción de la ropa
interior. Voy por el lubricante en el baño y regreso colocándolo en la
mesa. — Comenzaremos con algo suave. ¿Te parece?
—Abre la boca.
—Joder, solo falta que me llames “daddy” y podría decir que hemos
hecho de todo.
Tiemblo y mis piernas lo hacen igual y cierro los ojos lanzando mi cabeza
hacia atrás sintiéndolo juguetear con su lengua. Mis piernas se tensan y
amenazan con cerrarse de golpe y mi erección se levanta más
soltándome un gritito. Mi respiración comienza a hacerse pesada.
Mis manos se aferran a mis piernas que rasguño con fuerza y sigo
cabalgando más rápido sintiendo mi entrada contraerse y todo mi cuerpo
golpear con fuerza. Un gemido ronco sale de sus labios así que
comienzo a ir cada vez más rápido en un desesperado intento por querer
correrme. Siento el ardor que me enloquece y me vuela la cabeza y casi
escurriendo la saliva sigo montándolo.
Sigo montando más rápido mientras jugueteo con el cuchillo entre mis
dedos. Me hago pequeñas cortaduras en el pecho chillando agudo al
sentir los ardores pero no es lo mismo yo hacerlo a que el me lo haga. El
me ayuda haciendo su cadera de arriba a abajo y entra más profundo en
mí rozando contra mi próstata de una forma que me está haciendo tocar
el maldito infierno.
—Entonces castígame. —Muerdo mis labios con fuerza. —Es una orden.
Me tira sobre la cama y solo abre mis piernas lo suficiente para exponer
mi entrada. Siento su glande rozar suavemente y solamente meterlo un
poco y sacarlo comenzando a torturarme con temblores.
Y aun así solo él calma la tormenta. Solo necesito de sus labios para
sentir la paz recorrerme y su lejanía para entrar en agonía pura. Pero
podre con ello… él es mío, yo soy suyo y todo esto es nuestro. No
tendremos límites. Los límites jamás existieron.
JIMIN.
Relamo mis labios sintiendo un cálido calor recorrerme al verlo tan cerca
de mí y sentir su piel desnuda contra la mía. Mi mandíbula se aprieta un
poco así que no dude en inclinarme hacia él y morder su pezón
suavemente sintiendo su suave textura. El suelta un gruñido ronco que
me hace sonreír por mis adentros y sigo desplazando mis mordidas por
su pecho, subiendo poco a poco hasta llegar a su mandíbula que vuelvo
a morder.
— ¿Umh? —El ríe todavía sin abrir los ojos. —Que amable forma de
despertarme.
— ¿Sigues sentido por eso? — Alza una ceja y ladea un poco su cabeza.
—Será divertido.
—Tú te lo buscaste.
Hago caso omiso. Lo escucho tomar un largo suspiro y con una fuerza
inhumana me empuja hacia adelante y en un firme movimiento me pone
pecho contra la pared. El movimiento es tan violento que siento un mareo
y por soltar un quejido termino liberando su mano. El coloca sus manos
sobre las mías y su pecho contra mi espalda acorralándome por
completo. Yo siento la respiración pesada.
—Ojo por ojo, diente por diente, muñeco. — Me susurra antes de encajar
sus dientes fuerte en mi cuello.
Asiento en un letargo donde mis ojos no pueden despegarse del filo más.
.
.
YOONGI.
Muy lento…
Disfruto su sabor yendo tan lento como puedo sintiéndolo agitado debajo
de mí. Su piel tiene un rubor natura debido al éxtasis y sus pezones
están tan duros que me es un placer morderlos. Lamo su pezón una
última vez y atrapo su boca entre mis labios. El vaivén sigue siendo lento,
paso mi lengua por su belfo sintiendo el sabor de su sangre tan dulce
que eso es todo lo que necesitaba para volver a enloquecer.
— ¿Qué creías? ¿Qué solo iba a venir, follarte, hacerte llorar, gemir y
largarme?
El alza una ceja nada divertido por mi mal chiste mientras que yo trato de
aguantar la risa. Él se cruza de brazos y allí me detengo para carraspear
la garganta.
—Lo que quiero decir es. — Retomo. — Que quiero estar contigo. Vine
para estar contigo y voy a aprovecharlo aunque me mandes al carajo.
Soy un egoísta de mierda y te quiero conmigo.
El aguanta la sonrisa. Descruza sus brazos y se relame antes de verme
con una sonrisa pícara.
— ¿A dónde? — Me pregunta.
JIMIN.
Yoongi tuerce sus labios y alza una ceja. Yo alzo mis hombros,
realmente no se a que puede referirse. Las posibilidades son infinitas y
conociéndolo, puedo esperar de todo.
Me toma el brazo antes de que diga cualquier cosa y salimos del cuarto.
Me suelta y comienza a avanzar viéndome divertido y yo francamente
comienzo a asustarme. ¿Significa que hará algo? ¿Cuándo? ¿Lo hace
por molestar o realmente habla en serio? Miles de preguntas rondan en
mi cabeza y parece que él se divierte viéndome confundido ya que su
sonrisa se ensancha y comienza a dejar pequeños besos en mi mejilla
que cada vez me ponen más tenso. Estamos en un camión que nos está
dando el tour por la ciudad pero el sentimiento sigue ahí.
—Te amo. —Repite riendo. —Te amo, Jimin. Te amo. Te amo. Te amo.
Te amo. Te amo mi hermoso muñeco, te amo. Te amo, Park Jimin.
—Córtalo ya... —Siseo entre dientes empujándolo fuerte pero el sigue
riendo. — ¡Ya déjame!
— ¿Por qué juegas así conmigo? ¿Por qué no puedes amarme, Jimin?
—Solloza dramático. —Admito que me gusta que juegues con mi
cuerpo... —Suspira. —No con mi corazón.
El camino arranca impidiendo que me baje. Me cruzo de brazos y
observo el suelo apretando mis dientes y enterrando mis uñas en mis
brazos. Respira Jimin, solo es un gran imbécil. Respira... respira...
tendrás tu venganza pronto. Solo aguanta un poco más... solo un poco,
Jimin. Solo un poco y le devolverás el golpe.
—Cállate por la mierda. —Sisea entre dientes. —Deja de hacer esto más
difícil, Jimin.
— ¿Qué?
—Bien, acá esta. —Yoongi me avienta a sus pies. —Mi dinero, ahora.
Yo sigo en un crudo silencio sin saber que decir, siento las espesas
lagrimas deslizarse por mis ojos y después a uno de los hombres
tomarme con fuerza. Me levanta y me mantiene firme mientras yo niego
con la cabeza, demasiado débil para poder decir o gritar algo.
TAEHYUNG.
—En realidad no tengo sueño así que iré a bañarme y si todavía tengo
energía, bajare a acompañarlos.
—El alza sus hombros. —Hay vodka, por cierto, en la cocina.
—Entonces ahora eres parte del club de los huérfanos. —Anthony ríe
con cierta tristeza.
—Supongo que lo soy. —Alzo mis hombros. —Esa cena… fue realmente
devastadora para todos.
—Es parte del grupo L. —Contesta expulsando el humo con una sonrisa.
—Y está buscando a Jimin… aunque… para ser francos. —Observa el
cigarro unos momentos antes de sonreír. — No me sorprendería que ya
lo hubiera hecho.
JIMIN.
Pierdo completa noción del tiempo. Cuando me quitan el saco que llevo
en la cara, observo que estamos dentro de un jet privado. Suelto un
gruñido y me fuerzan a sentarme donde me atan al asiento con fuerza,
ajustando nudos, cuerdas y me quitan el trapo de la boca.
—No van a escucharte aunque grites, así que puedes intentarlo. –Me
dicen quien he reconocido como Wonho. –Vendrá a verte mi jefa y el jefe
acá a cargo. Te recomiendo comportarte, no se gente fácil con la cual
lidiar.
—Así que tú eres Park Jimin. –Esboza una pequeña sonrisa y se echa su
cabello hacia atrás. –Debo admitir que eres bastante guapo. Yoongi tiene
realmente buenos gustos.
— ¿Importa? –Alza una ceja y ríe. La veo abrir un pequeño cajón y de allí
sacar un licor que va sirviendo en un vaso. Le mantengo la mirada hasta
que ella finaliza y lo deposita en la mesa frente a nosotros.
—No me sorprende. –Contesto con burla. –Debe ser difícil para ti ver que
prefiere los culos a tus buenos pechos.
—Bien, no vamos a discutir por Yoongi. –Clara frota sus sienes. –En
serio, Matthew. Yo no voy a ponerme a pelear por él.
—Yoongi es pasado para mí, no sigo volcada en el ya. –Clara aprieta sus
puños.
—Oh, cierto. Que ahora tienes tus ojos puestos en su otro muñeco. –Ríe
Matthew. — ¿Jeon? ¿Jungkook, no?
—Oh, ¡vamos! ¿En serio, Jimin? –Se ríe Matthew. — ¿Nunca se te cruzo
por la cabeza por qué tu ex mejor amigo de repente se volvió aficionado
a los cuchillos?
— ¿Lo ves? Está más loco que Jungkook, tú y yo juntos. –Matthew alza
sus hombros divertido. — ¿Qué te hizo Yoongi, Jimin?
— ¡Bien, ya fue suficiente! –Grita ella. — ¡No estamos acá para discutir
por Yoongi! ¡Supérenlo de una maldita vez, es un mujeriego y jamás
cambiara! ¡Juega, te dice palabras bonitas y se larga! ¿Entendido?
¡Corta ya! ¡Supérenlo! ¡Jamás va a amarte ni a ti! –Señala a Matthew. —
¡Ni a ti! –Me señala a mí. — ¡Ni a Jungkook, ni a mí!
—Escúchame, Jimin. –Dice ella sin ser dulce pero tampoco agresiva. –Te
lo pediré yo: trata de mantenerte controlado y neutro. Trataran de picarte
para hacerte enloquecer. No les des el maldito gusto. ¿Bien?
Ella suspira y me suelta sin decir nada más. Nos mantenemos en silencio
unos cuantos segundos que yo siento realmente eternos y pesados.
Finalmente Clara vuelve a tocarme para captar mi atención.
—No dejes que te mande al suelo. —Repite. —No voy a mentirte Jimin,
tienes potencial. Tienes un buen potencial pero no lo podrás desarrollar
solo. O es acá en América o en Europa. Si Yoongi te lanzo a nosotros, no
creo que haya sido en vano. Ignoro sus razones, realmente no puedo
darte detalles ya que no me toco estar ahí el día en que hablaron de eso.
—Suspira y me suelta el brazo peinando su cabello de lado. —Yoongi te
tiene un cariño especial. Al menos, un poco más que a todos nosotros y
ese es un avance. No quiero que estés en contra de nosotros, será más
fácil para ti y para nosotros si sencillamente obedeces.
—Pues en ese caso, creo que deberás hablar con Anthony respecto a
eso. –Clara luce seria. –Porque al menos el, no fue quien mato a tu
madre.
Clara niega con su cabeza: —Deberás hablar con Forcraft, pero estoy
segura que no fue el. –Me observa unos breves segundos y voltea hacia
atrás. –Te dejaré, necesitas algo de descanso antes de llegar a Estados
Unidos. Vendré en cuatro horas a darte algo de comer. ¿Bien?
—De nada.
JIMIN.
—Llegamos.
—Bien. —Dice ella deteniéndose un poco para crear distancia entre los
que están delante de nosotros.
—Voy a explicarte cual es el plan para que no hayan sorpresas, ¿bien?
—Las cinco mafias ahora estamos en una tregua de paz. Habrá una
reunión para discutir de esto y acerca de quién va a tenerte y que va a
pasar contigo. —Sigue. —El grupo L ahora está débil, así que si vamos
a atacar o tomar cualquier decisión, es ahora.
Taehyung aprieta mi mano con una suave sonrisa que le devuelvo antes
de soltarme de él y avanzar detrás de Jungkook. Subimos las escaleras
en un silencio abismal hasta llegar al tercer piso nombrado. Jungkook se
abre un poco y empuja una puerta apuntando el interior con su barbilla.
—Acá. –Me contesta. –Te vendré a despertar a las ocho. Anthony quiere
hablar contigo.
.
.
YOONGI.
— ¿Si? –Pregunto.
—No lo haré. –Le contesto agresivo. –No me detendré hasta extraer todo
de Jimin. Necesita aprender y con esto aprenderá. Le di tiempo, le di
todo y por un efímero momento creí haberlo logrado pero al verlo llorar
en aquel callejón mientras yo estaba con Matthew me confirmo que
todavía se resiste. No me detendré hasta que lo suelte y se deje llevar.
— ¿Por qué? —-Susurra ella. — ¿Por qué le haces esto al pobre chico?
—El día que lo comprendas, entenderás. –Le digo en voz baja. –Aunque
ese día espero realmente que falte mucho para que llegue.
Escucho ruidos.
YOONGI.
—No quieras jugar conmigo, Yoongi. –Me dice entre dientes. –Sabíamos
que tu jamás lo traerías de vuelta, no eres apto en lo más mínimo para
estas cosas. Eres débil.
—Si tú lo dices. –Alzo de nuevo mis hombros. –Lo que me sorprende, y
debo felicitarte, es toda tu actuación. Maldita sea. –Suelto una risa. –Yo
realmente me trague tu cuento de hadas en el colegio. Parecías muy
enamorado de Jimin.
Mingyu trata de darme un golpe que esquivo con facilidad soltando una
risa: — ¡Maldito imbécil! —Grita él. — ¡No me obligues a dispararte,
Yoongi! ¡Dime donde mierda esta Jimin!
—No tengo idea. Deje de verlo hace un par de días. —Le contesto
esquivando otro golpe que trata de darme. —Yo solo me quede con su
collar porque me resulta curioso el rastreador que está allí. ¿Se lo
colocaste? Oh, pobre Jiminnie. ¿Cómo reaccionara cuando se entere
que su novio lo utilizaba?
—Hm. —El ríe apretando sus labios. —Te sientes realmente orgulloso de
lo que hiciste con Jimin, ¿no? Eres un enfermo.
—Si Jimin fuera el lindo niño que conocí, ahora sería bocadillo de leones
y lo habrían cogido hace años. Lo único que hice fue fortalecerlo. Aunque
claro, están mis caprichos ocultos debajo de eso. –Relamo mis labios y
Mingyu baja el arma.
—Oh, pero miren que cosa más linda. –Se burla Mingyu mordiendo sus
labios divertido. –Tenemos al gran y temible Min Yoongi enamorado de
un lindo niño.
—El día en que vea a mi padre, podre coger ese reconocimiento. –Le
contesto con simpleza. –Ahora… tú buscabas a Jimin.
—Habla. –Mingyu juega con la pistola en sus manos sin dejar de verme
fijamente a los ojos.
.
JIMIN.
—Al estudio. —Es lo único que dice antes de darse media vuelta.
—No lo dudo, Jimin. –El sigue serio frente a mí. –Sin embargo yo
deposite toda mi confianza en ti. Te salve y cuide de Yoongi, te di
alimento, vivienda y absolutamente para todo lo que necesitaras yo
estaba ahí para ti.
—Lo sé. –Aprieto mis labios. –Lo sé, lo sé, lo siento tanto. –Me sincero. –
No estaba pensando claramente en ese entonces. De hecho, no sé si lo
hago realmente. No sé qué hago la mayoría del tiempo.
—Lo es. –Volteo a ver sus ojos verdosos. –Realmente lo siento, Forcraft.
No te miento, estoy aterrado ahora mismo y el único lugar donde me
siento a salvo es contigo.
—Terco como mula. –El niega con la cabeza. –Ya extrañaba que le
pusieras “peros” a todo. –Alza una ceja. –Por cierto, lindo cambio.
—No suena tan mala idea. –Resoplo. –A este ritmo moriré de viejo a los
treinta años.
Lo rodeo fuerte en mis brazos con una sonrisa. Nos estrechamos antes
de separarnos con una sonrisa y avanzar fuera del estudio. Anthony y yo
expandimos nuestros ojos cuando vemos a Taehyung y Jungkook
reincorporándose de golpe y tambaleándose hacia atrás. ¿Estaban
espiando a través de la cerradura?
—Jungkook…
— ¡Maldito mentiroso!
Realmente todos acá estamos muy enfermos. Y lo sé. Esto acabará muy
mal. Esto acabara jodidamente mal si seguimos así…
102
JIMIN.
—Tú me gustas, Jimin. –Dice el a lo que yo alzo una ceja y Jungkook ríe
secamente.
—Claro que te gusto. —Contesto con una sonrisa llevando otro bocado a
mi boca. —No los juzgo, no se preocupen. Ya somos lo suficientemente
grandes para arreglar nuestros problemas como nosotros queremos.
— ¿Podemos dejar de hablar de esto? Por favor… —Jungkook frota sus
sienes con ojos cerrados y yo relamo mis labios antes de reír un poco y
negar con la cabeza.
—Oh, ahora todos somos Maquiavelo en esta mesa. –Ríe Taehyung con
sorna.
—Lo estuve. –Jungkook alza sus hombros. –No fue tan malo.
—Jungkook, no jodas. –Taehyung niega con la cabeza. –Es Yoongi. No
te voy a creer que esas cicatrices no te las haya hecho el.
Conociéndolo...
—Una vez. –El alza sus hombros de nuevo. –No llegamos a más allá. El
masoquismo no es exactamente lo mío y siempre estábamos rodeados.
No había momentos particularmente íntimos para… conectar de esa
forma. –Empuja su lengua contra el interior de su mejilla.
— ¿Jimin? –Escucho mi nombre y despego mis ojos del libro que tengo
viendo a Anthony.
—Clara viene hablar conmigo y verificar unas cosas para la reunión que
se llevara a cabo. Matthew… él no sé qué viene. –Alza una ceja. –
Supongo que la acompaña.
—Claro. –Rio secamente. –Bajo en unos instantes. ¿Estaré presente?
— ¿Te tratan bien? –Ella frota mi espalda cuando me coloco junto a ella.
—El día que Taehyung lo haga enojar, no estare ahí para defenderlo. —
Dice observándonos y pasa la vista a Clara. — ¿Subimos?
Yo alzo una ceja con cierta repulsión pero viéndolo bien… es algo
creíble. Es decir, pese a su personalidad de niño pequeño no tiene
exactamente rasgos de ser suave o sometido.
—Una vez que comienzas a matar, no paras. –Sigue Jungkook con una
sonrisa. –Es placentero… muy placentero.
—Ya déjalo, Matt. –Dice. –Al pobre le está dando vueltas la cabeza.
¿Salimos? Las altas horas de la noche están llegando.
—No tengo nada que hacer, así que acepto. — Matthew entrecierra sus
ojos viéndome. — ¿Lo llevamos?
—Ya veo. — ¿Así que quieren jugar conmigo? Muy bien. —Ustedes
vayan. No me apetece todavía empaparme de sangre. Ya que supongo
ustedes aprendieron con Yoongi, prefiero esperar a que le venga a
enseñarme.
—No creerás que el volverá por ti, ¿o sí? –Pregunta Matthew riendo un
poco. –Te ha entregado por voluntad propia.
Alzo mis hombros con una sonrisa antes de darles la espalda y avanza
hacia mi habitación en silencio. Muerdo mis labios pero la sonrisa no se
esfuma y no tardo en sentir un cosquilleo que me hace comenzar a reír
en voz baja. “Tenemos muchas deudas que deben pagarnos en Estados
Unidos… muchas, muchas deudas…”
Muy bien, mi amor. Yo ya estoy aquí esperando y listo para cobrar. ¿En
cuánto tiempo llegas tú, hmm?
103
YOONGI
Han pasado un par de días los cuales no han resultado muy entretenidos
que digamos. Relamo mis labios jugando con el cuchillo que porto en mis
manos. Un escalofrió me recorre al recordar los lindos momentos que he
pasado con él y los otros grandes momentos que pasare pronto.
—Muchos leones en una misma jaula. –Ríe seco. –Siento que eso no
resultara bien.
—Oh, por supuesto que no. –Le contesto. –Eso lo vuelve más
emocionante, ¿no lo crees?
—Hare una llamada. –Le digo a Mingyu quedándome atrás. –Te alcanzo
en un momento.
—Hola, primito. –Contesto más bien con un todo amistoso falso. –No
marco de forma pacífica. ¿Bien? Daré una sencilla instrucción que
deberás seguir al pie de la letra. ¿Me oyes?
— ¿Qué te hace creer que voy a obedecerte? –Habla Taehyung del otro
lado.
—Lo harás. –Le contesto frio. –Diles a todos, absolutamente a todos, que
estoy en Estados Unidos y cobraré deudas.
Un gélido silencio se forma del otro lado de la línea.
Más silencio.
.
.
JIMIN POV.
— ¡Abre! –Grito.
Paso saliva.
—No fue algo bueno si eso crees. –Habla Taehyung de mala gana
volviendo a guardar su teléfono.
—No tienes nada que ver con esto, ¿verdad? –Me pregunta.
Solo un poco más. Solo queda fingir un poco más. No sé bien que está
planeando pero sé que quiere el papel que mejor se me da. Al niño
inocente. Confió en el. Aprendí a leer y a recibir sus órdenes sin la
necesidad que me lo diga verbalmente. He aprendido a leer y a captar su
mirada y sus acciones.
¿Pero quienes son las ovejas? ¿Y por qué hacerlo? Eso aún no me
queda claro.
Supongo que solo queda esperar por las sorpresas que traerá. Nunca me
había sentido tan emocionado por ello. Es decir, siempre era el quien
actuaba por su cuenta pero ahora ha tocado ser un equipo. Somos él y
yo. No más Yoongi solamente.
Jimin y Yoongi, era ahora.
Ah, cosa de todos los días. Manipula y chantajea, por tu sonrisa inocente,
finge ser un idiota, muerde, dispara y salte con la tuya. Oh, adorable.
¿No? Mis dedos se van moviendo ágilmente por el teléfono al momento
que ruedo un poco en la cama y pongo el altavoz escuchando los pitidos
hasta que descuelgan.
Silencio.
—Ex, ¿Qué?
—Veremos. –Repite.
—Oh sí. –Casi puedo sentir su sonrisa del otro lado. –Las cosas se
pondrán… interesantes. ¿No lo crees?
—Adiós, muñeco. +
Y colgamos.
104
JIMIN POV.
— ¿Qué tan malo puede ser? —Taehyung alza sus hombros. —Si nos
toca morir, moriremos. Fin de la historia.
El silencio se instala.
—Dejen eso, por favor. —Pido bajando el cuchillo y frotando mis sienes.
—Dejen de mencionar a Yoongi o lo que sea. Por favor. Me está
comenzando a doler la cabeza.
—Es filete de ciervo a la parrilla con frutos del bosque. —Me dice antes
de seguir comiendo.
—Descansa. —Me dicen casi todos por igual con miradas algo difíciles
de analizar.
.
Mis ojos se abren y me percato que es plena madrugada. Casi. Son las
cinco de la mañana. Me reincorporo de la cama observando el reloj y
suelto un suspiro volviéndome a acostar. Me remuevo incómodo,
sintiendo la erección matutina que me está causando cierta incomodidad.
Me coloco de costado y me aferro a la almohada, soltando un gruñido
cuando la sensible tela roza con mi sensible zona.
Suelto un suspiro.
— ¿Min Suga tuvo una niña? —Pregunta Clara riendo. —Yo estuve
investigando y nunca supe de una mujer a excepción de la madre de
Yoongi y la de Namjoon y la de Seokjin.
—Era obvio que para mantenerla oculta no sacara nada. —Habla ahora
Taehyung. —Bien, yo estuve detrás del grupo L, buscan a una chica que
nació en el 95. Esto todos lo saben.
Derek Sullivan.
—Jimin debe tener algo que lo haga valer tanto. —Habla Sullivan. —No
entiendo por qué el grupo L lo desea tanto. Debe tener algo en su
cerebro, en su cuerpo o en su sangre. Quién sabe.
Avanzo por el pasillo y bajo a la cocina para tomar un vaso de agua. Una
vez mi garganta refrescada, vuelvo a subir a mi habitación y me acuesto.
Toda mi cabeza da vueltas y es un poco incómodo ya que exactamente
en un par de horas, deberemos viajar a una zona alejada para tener la
famosa reunión con los europeos, alias, grupo L.
.
YOONGI POV.
—Oh, ¿Y cómo llegamos? ¿En taxi? Esperaba que una limo viniera a
recogernos para ya sabes, llegar con estilo y toda la cosa. —Comento
divertido pero Mingyu realmente parece que quiere estrangularme a
través de sus ojos. — ¿No?
—Ellos ya van para allá, nosotros iremos al hotel a ponernos algo más
decente. —Me explica y yo asiento. —Más vale ser rápidos ya que si
llegamos tarde será un poco incómodo.
Rápidamente uno toma una habitación y se mete a bañar. Salgo con una
toalla enrollada en la cintura y me coloco un traje impecable que está
colgado en el armario. Saco unas papas que abro y comienzo a
comérmelas tranquilamente. Mingyu al verme suelta un grito.
—Tengo hambre.
—Bueno, la reunión a las cuatro, ¿no? Nos queda casi una hora. —
Observo la hora igualmente. —Trata de relajarte. Si me pones nervioso,
las cosas saldrán muy malas una vez que lleguemos. ¿Puedes hacer
eso?
.
.
JIMIN POV.
—Si. —Asiente Forcraft. —En la otra camioneta van Sullivan, Elliot, Kyle,
Kai y Wonho.
—Yo entro. —Anthony toma el billete con una sonrisa. —Se ignorarán.
—Clara, serás leyenda. —Habla ahora Taehyung. —La única mujer entre
todos los hombres de la mafia. Eres una sensación para las mujeres.
JIMIN
Pasamos por un jardín bastante lindo hasta una puerta negra. Anthony
toca y esta se abre, dejándonos pasar a una estancia color melocotón
con sofás rojos. Will, Clara y Forcraft avanzan hacia la chica detrás del
mostrador y ella comienza a mover la mano como si estuviese dando
indicaciones. Yo me sigo removiendo un poco sintiéndome terriblemente
incómodo.
Suelto una leve risa junto con los jóvenes. Los adultos sin embargo, se
mantienen serios. A excepción de Forcraft. Él es como un niño en el
cuerpo de un adulto.
— Bueno, el jefe ha hablado. — Anthony alza sus hombros. — Hay que
mantenernos tranquilos. ¿Bien? No perdamos el objetivo de vista.
Tenemos que conservar a Jimin con nosotros e intentar investigar para
qué lo quieren. Saquen beneficio, nosotros tenemos la ventaja.
— Algo que no entiendo es, ¿por qué les tememos? — Kai habla. — Es
decir, nosotros somos once, ellos solamente cuatro. ¿No podríamos
simplemente tenderles una trampa?
— Porque si la puta mafia Europea que hemos matado a los hijos de Min
Suga, van a exterminarnos. — Habla Kyle exasperado.
Nos acercamos a la mesa circular con quince sillas. Hay una pequeña
abertura que te permite ingresar al centro que está viendo hacia la
puerta. Anthony se coloca del lado derecho tomando la primera silla.
Yo juego con mis manos debajo de la mesa, escuchando los pasos más
cercanos. En unos segundos dos figuras aparecen. Mis ojos se amplían
un poco viendo los impecables trajes que portan y un aura tan frívola y
oscura que me estremece. Creo que a todos.
Mingyu...
No puedo creer que estén allí quietos los dos. ¿En qué momento? ¿Qué
mierda está sucediendo?
— Sí, tengo unas cosas qué decir. — Yoongi apoya sus codos en la
mesa y todos se mantienen en silencio. — Hagan lo que hagan, Jimin
será nuestro. — Sonrío y yo siento a Anthony tensarse. — Y se largará
con nosotros, así que no hagan esto más difícil.
— ¡Claro que sí! — Le grito con lágrimas en los ojos. — ¡Tú estabas allí!
¡Confío en Anthony y sé que no fue él! ¡Sullivan tampoco, solo fuiste tú el
capaz de hacer eso!
— Vamos Mingyu, solo acaba con esta mierda y di que fuiste tú. —
Anthony lo observa con ojos furiosos.
— Tenía dos disparos, ¿crees que sería capaz de levantar un arma y
tirar? — Mingyu lo observa molesto. — ¡Tú mismo me viste al derribar la
puerta!
YOONGI
— Que digan la verdad. ¿Por qué Jimin vale tanto? ¿Qué tiene él que
todos quieren? ¿Por qué todos ofrecen tanto por él? — Sigue
preguntando él. — ¿Por qué lo ocultaron tanto tiempo? Sé que su padre
está vivo. Sé que fingió su muerte sólo para protegerse y armar este
escándolo, ¿pero por qué?
Seokjin sonríe y alza sus hombros con cinismo absoluto. Yo río bajo y
desvío la mirada. Menuda mierda, yo no quería nada de esto pero aquí
me encuentro. Nunca le debí hablar de Jimin a Forcraft, nunca debió irse
a Nueva York para conocer a Sullivan... joder.
— Les daremos una hora para pensar en la propuesta. Tienen que estar
las cinco firmas. — Seokjin deja la pluma frente a Anthony, Taehyung y
Jungkook. — Hasta entonces estaremos al lado. No hagan una tontería,
por favor. O ya saben cómo acabará esto.
JIMIN
"Ven al baño".
— A-Anthony... — Llamo.
— Este baño sólo tiene una puerta de entrada y salida, estará bien. —
Dice y me observa asintiendo. — Adelante.
— Yoon... — Susurro.
— No hay tiempo de explicaciones, sé que me odias y... — Empieza él
pero yo niego y lo callo plantando mis labios en los suyos.
Tomo lugar y Kai se sienta a mi lado sin decir nada. Jungkook saca su
teléfono y observa a los presentes antes de que salga nuevamente.
Suspiro y cierro mis ojos sintiéndome fatigado. El dolor de cabeza es
insoportable.
.
JUNGKOOK
Avanzo por los pasillos con cierta prisa verificando que no haya
absolutamente nadie más aquí conmigo. Me topo en la otra sola color
beige que está completamente vacía. Pestañeo varias veces y observo el
entorno hasta ver a Yoongi frente a una ventana.
— Cierra. — Me pide.
— Yoongi...
— Era una tarea simple pero también fuiste títere de Taehyung y ahora
de Forcraft. Dime, ¿ya se te olvidó que he sido yo el que ha estado
cuidándote siempre? — Dice violento y yo retrocedo. — ¡RESPÓNDEME
JEON!
— ¡DETENTE! — Le grito.
Disparo.
— Estoy del tuyo pero por favor, no mates a Wonho. — Trato de calmarlo
y avanzo un poco a él a paso lento. — Él... ha estado conmigo siempre,
no dirá nada. Confío en él.
Kyle... maldición.
YOONGI
YOONGI
Fue difícil, pero después de tantos días pensándolo, logré tener todo bien
estructurado. Era claro que para llevarme a Jimin necesitaba a más de
una persona conmigo, una persona de cada bando. Había hablado con
Taehyung antes y le dije que si me ayudaba escondiendo una camioneta,
escaparíamos juntos con Jimin. No costó mucho convencerlo, él quiere
acercarse a Europa y sobre todo a mí.
— Correcto. — Sonrío divertido y volteo para ver a Elliot. Alzo una ceja
divertido y después de sonreír una vez más, regreso la vista al frente
manteniéndome en silencio.
.
SEOKJIN
Mis ojos observan con exasperación la sala que está de cabeza y a los
heridos. Probablemente este sería el salón de la muerte si Namjoon no
hubiese gritado en media pelea que Mingyu no estaba ni Yoongi
tampoco. Poco después fue Forcraft quien dijo que Taehyung se había
esfumado y Sullivan gritando que Elliot también había desaparecido.
— En la sala estábamos Elliot, Kai y yo. — Habla otro chico que tiene
cierto parecido con Forcraft debido al cabello chino. — Cuando los
balazos fueron fuertes, Mingyu apareció y dijo que necesitaba ayuda
para calmarnos. Kai y yo salimos corriendo y Elliot quedó solo.
— Pero si ellos tampoco están, ¿eso significa que huyeron con Yoongi?
¿Por qué? — Pregunta la chica.
Pellizco mi nariz y suspiro largo. Joder, ¿por qué pasan estas malditas
cosas? Pienso rápido en una solución pero francamente no se me ocurre
nada. Buscarlos es una opción, ¿pero cuál? A este punto sus
rastreadores ya los aventaron. Yoongi es demasiado listo.
¿Pero por qué involucrar a tantos? ¿Qué mierda está haciendo ahora? Si
fuera por él mataba a todos y después se largaba. Ah...
Forcraft niega pero yo alzo una ceja y lo sigo apuntando. Namjoon toma
a Jeon quien suelta un pequeño quejido cuando es cargado. Le hace
seña a dos hombres de seguirlo y avanzan fuera del lugar. Yo guardo mi
arma y veo a todos los presentes.
— Miren la cámara siete. — Apunta la chica y observo yo. Nos veo salir
para ir a la otra habitación, a Yoongi salir y poco después a Jimin con
Jeon, el chico joven fallecido y otro. Poco después Kim Taehyung sale a
paso rápido.
— Les doy una semana para encontrar a Jimin y a los demás. — Veo a
Forcraft. — O te prometo que asesinaremos a Jungkook y toda Europa
se lanzará contra ustedes. Les llevamos ventaja, mi paciencia no es
eterna. Usen el tiempo sabiamente y cuando los encuentren, marquen a
este número. — Les extiendo una tarjeta. — Por cada día de retraso les
mandaré una parte del cuerpo del tierno castaño. — Sonrío grande y algo
sarcástico. — El séptimo día será la cabeza. No negocio nada más, ya
fuimos demasiado buenos con ustedes.
— De hecho, sí. Busca a otro chico con la misma complexión que Jeon y
secuéstralo de igual forma. Vamos a jugar un poco con Occidente. —
Sonrío. — Ellos ya lo hicieron demasiado con nosotros.
.
YOONGI
— En realidad no. Nadie más que tú, Jeon, Jimin y yo sabemos. Bueno,
ahora Mingyu. — Volteo a verlo y dejo mi saco en una silla. — Aquí nos
hospedaremos unos días en lo que yo finalizo de estructurar unas cosas.
Los tres desesperados y el pobre maldito que los rechazó a todos por mí.
Río de nuevo y me siento en el borde de una mesa viendo la lámpara
que tintinea un poco haciéndome sonreír. Relamo mis labios y echo mi
cabeza hacia atrás con una sonrisa escuchando el canto de agonía una
vez más dentro de mi cabeza.
Todo ha valido la pena. Todo lo que he hecho para llegar hasta aquí ha
valido cada malditamente seguro. Mi maldito juego que hace su último
movimiento aquí, el ajedrez donde el rey negro queda con tres piezas
blancas que exterminará con su noble alfil.
JUNGKOOK
Volteo una vez más a mi derecha y solo alzando una figura que parece
estar sentada en un sofá. Trato de moverme pero gruño volviendo a
tomar mi pierna que sigue dando dolorosas punzadas que me hacen
apretar mis labios. Son como mil pequeñas cuchillas enterrándose al
mismo tiempo y desgarrando por igual, una sensación sencillamente
abominable e increíblemente dolorosa.
Le mantengo la vista aún fríamente y pese a aquellos ojos tan vacíos que
le helarían el alma a cualquiera, no dejo que me intimide en lo más
mínimo. Alzo mis hombros y desvío la mirada sin saber bien qué
contestar.
— Oh, por favor. ¿Crees que no se dará cuenta que tarde que temprano
lo utilizaste también? — Rueda los ojos. — Con ellos ya estás
manchado, apenas se sepa la verdad, te dejarán o matarán. — Comenta
con voz firme pero a la vez extrañamente apacible. — Con nosotros no lo
estás aún.
— ¿Y? — Sigo. — ¿Como sé que después de que obtengas lo que
quieras no vas matarme?
— ¿En serio? — Ahora yo alzo una ceja sin creerle ni una jodida mierda.
Maldita sea, Jeon Jungkook. Eso te pasa por no pensar antes de actuar
en el pasado.
JIMIN
Las voces que se escuchan son las que me hacen abrir mis ojos
pesadamente, cerrándolos de nuevo cuando la luz es demasiado fuerte
para mí. Los aprieto y vuelvo a abrirlos cuando escucho un par de golpes
secos y un pequeño dolor en la zona de mis hombros. Levanto la vista y
mis ojos se expanden por completo al ver a Mingyu, Elliot y Taehyung
atados y vendados frente a mí, los tres removiéndose desesperados.
Nene...
Veo que toma aquel precioso cuchillo que roza con mi cuello, tirando mi
brazo bruscamente que jala y corta. Chillo adolorido cuando mi piel se
abre en una fina pero larga línea rojiza por todo mi antebrazo que me
hace ahogar un grito. Me remuevo de nuevo por enésima vez y veo a los
otros que parecen no reaccionar y estar igual de atónitos que yo.
Sin duda esa no es una opción. No, joder. Esa no es ninguna y maldita
opción definitivamente. Paso saliva y sigo negando repetidas veces pero
él, cuando menos me lo espero, me suelta una dura bofetada que me
hace volear la cabeza en un quejido. Escucho gruñidos y veo a los
demás removiéndose, dedicándole miradas de desprecio al azabache
quien suelta una carcajada sombría.
—No, no... No se enojen; le encanta, ¿no es así, muñeco? —Acaricia mi
mejilla pero yo le inmediatamente me niego al tacto viéndolo mal.— ¿No?
—Repite y ahora avanza hacia los tres chicos frente a mí, tocando la
cabeza de cada uno hasta ponerse detrás de Mingyu que es el que se
encuentra en el centro. —Bien, eso no importa ahora. Vamos a seguir,
apenas estamos calentando motores.
—Si no lo haces tú, seré yo y créeme que no será lindo. —Repite en una
pequeña amenaza burlona en mi oreja. —Primer castigo muñeco, vamos
poco a poco. —Se separa y se coloca junto a mí cruzado de brazos y con
la barbilla en alto. — Tres puñaladas, tú decides a quién dárselas;
puedes incluso darle una a cada uno, pero debes enterrar ese cuchillo
tres veces. —Lo veo al instante escandalizado. —Adelante.
—Hazlo ahora o seré yo mismo quien les abra el maldito cráneo. —Sisea
molesto y yo sigo negando porque se que es capaz de hacerlo. —
Vamos, Jimin... deja de darle más vuelta a las cosas y haz lo que te pido
antes de que sea más tarde. No quiero que agotes mi paciencia. —Me
levanta bruscamente tirando de mi brazo que alza. —Tres puñaladas
solamente.
Su sonrisa se ensancha y vuelve a colar el cuchillo en mi mano haciendo
que levante la mirada y me coloque frente a ellos una vez más. Siento las
lágrimas deslizándose y no queriendo dejar de lado la justicia entre
comillas, me acerco a Elliot que está en la esquina derecha y aprieto mis
labios, murmurando un débil y ahogado "lo siento...".
— Vas bien, Jimin. Sigue así. — Yoongi con los ojos muy puesto en
mí. — Siéntelo, belleza... siente el maldito poder fluir por tus venas.
Mis mejillas enrojecen y veo a los tres que siguen en quejidos ahogados.
Me sobresalto cuando me toman de la cintura y Yoongi acaricia mi rostro,
sonriéndome.
JIMIN
Vi la realidad.
Con Yoongi y con el pasar del tiempo que más allá que me abriera a un
universo sexual y fetichista bastante macabro, había cosas más allá de
sus actos que quería hacerme ver: la manipulación humana, la verdadera
destrucción que nos causamos nosotros mismos. Me mostró naturalezas
bestiales como la suya y la de tantos. Me mostró que detrás de cada
persona habita un demonio que se libera tarde que temprano y flota,
arrastrando un infierno para buscar otro aunque no nos percatemos
directamente de ello.
Con el pasar del tiempo comprendí que esta inocencia más allá de
perderla una vez que abres los ojos a lo que es el mundo, es una forma
de conocerte a ti mismo, una forma extraña de despertar aquel revuelo
en la cabeza de todos ser humano que existe. Aquel toque de locura con
el que vivimos día a día pero jamás se muestra hasta que algo o alguien
llega a sacudirlos. Me enseñó a ver un gusto en mí que no conocía, un
arrebatador de inocencia donde no sé si agradecerle o maldecirlo porque
ahora veo muchas cosas que estaba mejor sin saberlas.
Levanto la vista y veo que los tres me observan callados, casi pareciendo
olvidar sus heridas. Paso saliva y trato de ver a Yoongi a través de mi
hombro pero el filo frío del cuchillo aparece haciéndome retorcer y gemir
involuntario. Siento el calor envolverme y aquella extraña y magnífica
sensación una vez que el primer corte en mi hombro se hace presente.
— Y-Yoon... mgh... — Tiro mi cabeza hacia atrás nuevamente y siento
sus manos deslizarse hacia arriba por mi torso hasta mis pezones que
pellizca. Pega sus labios a mi hombro aún por atrás y allí comienza a
succionar, pegándose lo suficiente a mí para que sienta su dura erección
a través de sus pantalones.
Abro mucho mis ojos y siento mi corazón latir cada vez más rápido
debido a la tensión ráoida que se ha creado. Se coloca frente a mí y hace
otro corte cerca de mi abdomen y se inclina a lamerlo mientras yo solo
puedo gemir y tensar mis puños de nuevo. Sube su lengua hasta mi
mandíbula y allí se detiene.
— Obsérvame... —Ordena.
Obedezco y los abro viendo los suyos: el deseo lo engullía por dentro. Su
respiración se agitó aún más, bajé mi vista a su zona íntima y vi aquel
bulto notable que rogaba por salir. Se excitaba, sabía que él también me
calentaba rápido y aquel silencio nuestras miradas cómplices cruzaban.
— Quiero que veas como me pones. — Sigue coqueto, con un aura tan
explosiva y encantadora con que nunca lo había visto.
Abro mis ojos poco después y veo a la parte inferior de su cuerpo y aquel
bulto que sobresale. Va tirando de ellos lentamente y los retira de su
cuerpo, hace lo mismo con su bóxer y admiro posteriormente su miembro
rojizo y completamente erecto. Pasa suavemente sus dedos por la
cabeza masajeando de forma circular, aprieta después sin temor el
glande con su pulgar y lo soba de forma circular suavemente.
— Yoongi... — Suplico.
Tomo aire y lo agarro con una sola mano. Comienzo a hacer un lento
movimiento de arriba a abajo y Yoongi gruñe suavemente, muerde más
su labio inferior y no pierde detalle de mis movimientos. Sigo masajeando
su miembro, acelerando un poco el movimiento de arriba a abajo, y luego
comenzando a hacerlo de manera circular. Yoongi dejó de morder su
labio y veo un leve corte en su belfo, una gota brota.
"Sí, lo haré"
Una vez posicionado, me armo de valor y cierro los ojos. Tomo una gran
bocanada de aire y abro mis ojos nuevamente para cruzar miradas con
él. Con toda la seguridad del mundo agacho suavemente la mirada y
paso la punta de mi lengua por todo su glande lentamente sujetando la
base con la zurda. Yoongi vuelve a morder su labio, su respiración se
vuelve pesada. Animado por la reacción de su cuerpo, vuelvo a lamerlo
suavemente, desde la base hasta la punta de manera delicada.
— Jimin... — Parece advertir pero quiero empujarlo al límite.
— ¿Duele?
Pegué mi cuerpo al ajeno y acerqué mis labios a los suyos, dejé que me
atrapara. Comenzamos a besarnos con fuerza, cada uno exigiendo
posesión. Pegué mi cuerpo al otro por completo y me levanté un poco,
sentí su miembro rozar casi mi penireo. Me besaba enfermo, sujetando
mis mejillas fuertemente mientras se rozaba contra mí.
Me levantó y sentí que alineó su duro miembro con mi entrada. Sin poder
aguantar más, sintiendo mi cuerpo temblar del puro contacto intenso,
finalmente me dejé caer en su miembro, ambos gemimos
placenteramente. Comencé con un lento movimiento de arriba a abajo,
me aferré a su espalda y comencé a gemir en su oído. Él se mantuvo
callado tomándome fuerte de la espalda.
— ¡Mentira! —Rugí.
Seguimos gimiendo, esposados y con poca libertad pero así resultó más
excitante y divertido. Seguimos hasta que no aguanté más. Mis piernas
temblaban, escalofríos ardientes golpeaban todo mi cuerpo, sentía
azotes de calor en mi pene, sudaba, gemía, gritaba, mi corazón dolía de
lo fuerte que palpitaba, todo mi interior temblaba. Sentía mis tripas
contraerse con fuerza. Era un descontrol total.
Mierda...
— Déjame. Es para que al menos haya sido bueno una última vez. —
Dejo una cabeza en el glande y Mingyu se tensa mientras yo froto un
poco. — Tal vez si hubiéramos podido llegado a más, Gyu... — Me burlo
suave, Yoongi está lanzando fuego por los ojos. — Lo siento.
Carraspeo mi garganta y jugando un poco al cínico de igual forma, tomo
el cuchillo que no está muy lejos reemplazando las tijeras con él. Respiro
hondo y sujetando alto, doy un buen golpe seco escuchando aquel grito
que me hiela la sangre. Doy otro golpe con el cuchillo que termina de
arrancar el miembro masculino ajeno, haciendo que grite y me levante de
golpe cuando el hilo de sangre me salpica la camisa. Veo la sangre
brotar y a Mingyu ahogarse en sus lágrimas y seguir llorando al igual que
Elliot.
Paso saliva una última vez y veo a Taehyung quien tiene la mirada baja y
un par de lágrimas se deslizan por sus mejillas. Quedo frente a él y
levanto su barbilla, dejando que me vea un largo rato. Él entiende mi
mensaje y me admira, sonriendo apenas a través de los ojos y
asintiendo. Le bajo la venda y él se relame los labios.
— Siempre te recordaré como uno de los seres más hermoso que pude
ver alguna vez, Park Jimin. — Murmura con aquella voz ronca que me
provoca un nudo en la garganta, mis ojos se cristalizan y debo parpadear
para volver a ver claro. — Quedarás siempre en mi memoria.
— ¡Ahora sí, joder! — Grita Yoongi. — ¡Uno para matar, vamos Jimin!
¡¿QUIÉN MORIRÁ ESTA JODIDA NOCHE?!
YOONGI
Hora de jugar.
— Te tengo lástima, así que acabaré rápido — Sonreí con malicia y algo
de sarcasmo.
Bien. Castigo completado. Dudo que Jimin quiera meterse con alguien
más después de esto y se lo pensará mucho si realmente llegara a
desearlo. Es una advertencia, una pequeña advertencia y todavía puedo
decir que me mantuve suave. De ser por mí los mataría a los tres y
después me llevaría a Jimin pero no, conociendo a mis hermanos, deben
estar escandalizados sin Jimin y amenazando al oeste de estar
involucrado.
— ¿Hola? — Descuelgo.
Él no contesta.
— Mira, la regué, lo sé, pero te prometo que voy a volver. — Hago una
mueca y froto mi nuca nervioso.
— Yoongi... — Suena frío y serio. — Tienes que traer a Jimin, por favor.
Papá... nosotros lo necesitamos como no tienes una idea.
— No haré una mierda hasta que no me digan qué mierda tiene Jimin
que todos quieren. — Hablo serio. — Y sabes que hablo en serio,
Seokjin. Puedo aliarme al occidente y dar todos sus malditos planes;
estarán acabados en un par de días.
— Habla ahora, Seokjin. — Sigo con mis nudillos blancos. — ¡Dilo ya,
mierda!
.
.