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LA CATEQUESIS

HOY
CURSO DE VERANO 2023
De la existencia a la vida

• Dios es un Dios de la vida, un liberador, un salvador; ese es


el contenido fundamental de la fe judeo-cristiana.

• Dios no es sólo el Dios de la vida, sino también el Viviente


que comunica la vida; vivir significa
• entrar en comunión con los demás, hacerlos participar de
la vida. Por eso, no hay más grande
• prosperidad y abundancia que la que viene de la
comunión con Dios
• La vida, don de Dios, se hace plenitud en Jesucristo: él es el
rostro humano de Dios; en él se realiza la alianza definitiva de
Dios con la humanidad. Por eso, la vida es también el don por
excelencia de Jesucristo; su misión es la de revelarnos la
plenitud de la vida.

• Para los cristianos, Jesucristo, su vida y su mensaje, su muerte y


su resurrección se convierten en el punto de referencia para
comprender el sentido de la vida y de su plenitud.
• Creándonos, Dios nos introduce en una aventura
maravillosa: la de una existencia llamada a desarrollar
todas sus riquezas; está también llamado a ir siempre más
allá y a entrar en relación con Dios que lo invita a
convertirse en su imagen y su semejanza
• Como creatura el hombre es un «existente» solidario del
resto de la creación y formando parte de la fragilidad
universal. De este modo se puede comprender cómo la
perfección es una realización continua, un camino.
• La fragilidad, la contingencia y la muerte forman parte de
la naturaleza humana, así pues, como finitud, el hombre
es incompleto, frágil y limitado
• El hombre no es sólo creatura, «existente», como el resto
de la realidad creada, sino que está llamado a
convertirse en imagen y semejanza de Dios.

• La diferencia entre la «existencia» a la «vida», la transición


de una a otra, está expresada por el soplo divino; un
simbolismo que nos indica que el ser humano no tiene en
él mismo, el fundamento de su ser: sino que él es
dependiente de Dios, dador de la vida.
IMAGEN-SEMEJANZA

La llamada a convertirse en imagen y semejanza de Dios


constituye el fundamento de la dignidad humana y de su
trascendencia.
Esa llamada no hay que considerarla como una realidad
acabada desde el principio, sino más bien como una
invitación que espera una respuesta.

En realidad, sólo al final de la vida se puede decir: he aquí un


hombre convertido plenamente en imagen y en semejanza de
Dios. A lo largo de su existencia terrestre, el ser humano está
invitado a convertirse en la epifanía de Dios,
• La llamada a la semejanza con Dios no se realiza sin la ayuda
de la gracia; un itinerario que, en Jesucristo, alcanza su
plenitud. El hombre está llamado a la filiación divina adoptiva
en Jesucristo: la imagen de Dios por excelencia.

• La vida es más fuerte que la muerte; el bien más atrayente


que el mal; sólo que tenemos que abrir los ojos para
reconocer su presencia y convertirnos en artesanos de la vida.
Es verdad, esta vocación a la vida no existe en el aire, de
modo abstracto; ella se encarna en modos de vida y de ser,
en vocaciones particulares.
Dios Llama
desde una Llamado de
situación Dios
concreta

Vocación Llamado a El llamado nos


de anunciar su exige renuncias
Palabra y sacrificios
Catequista

La llamada se
Abarca toda
renueva cada
nuestra vida:
día

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