Está en la página 1de 2

¿Qué es la empatía?

La empatía es la intención de comprender el estado emocional del otro, sobre todo, cuando
está pasando por un mal momento.

Existen tres tipos de empatía:

Empatía cognitiva: capacidad de explicar, predecir e interpretar con precisión las emociones de
los demás vinculadas a una situación. "entiendo lo que estás viviendo".
Distrés personal: Se cataloga como un contagio emocional, es decir, cuando la otra persona,
literalmente, nos contagia sus emociones.

Preocupación empática: se trata de conocer los estados emocionales de los demás y


conectarse afectivamente.

Hay que tener muy presente que la empatía se aprende. No se nace siendo empático.

Características de las personas empáticas

¿Te consideras una persona empática? Aquí te presentamos algunas características que te
permitirán evaluarte y sacar una conclusión.

Capacidad de escucha activa: las personas empáticas son buenas para escuchar con atención lo
que los otros tienen para decir, además de que reflexionan sobre lo que el otro les cuenta.

Miran al otro: suelen mantener contacto visual mientras hablan.

Prestan atención a los detalles: son buenas para detectar cómo se sienten las otras personas
mediante señales no verbales, como expresiones faciales, tono de voz, gestos, miradas, etc.

Son muy atentos: siempre tratan de ayudar a aquellos que los necesiten tanto como pueden.

Son tolerantes: son capaces de aceptar y respetar los sentimientos y emociones de los demás,
aunque no los compartan.

Son intuitivos: por lo general, estas personas pueden percibir que algo te pasa sin que se los
digas.

¿Cómo fomentar la empatía?

Para empezar a incorporar e incrementar tu capacidad empática, poco a poco en tu día a día,
puedes empezar con estos simples ejercicios.

1. Practicar la escucha activa


No escuches para responder, escucha para entender.

Es importante que te intereses de corazón por lo que te dice el otro. Si te muestras cercano y
con interés en lo que te dicen, las personas se sentirán en confianza para abrirse y contarte
genuinamente lo que les pasa.

Quizá no necesiten que les digas paso a paso cómo solucionar sus problemas (aunque creas
que tengas la respuesta), quizá lo que necesitan es que los escuches, puede que así ellos
mismos puedan encontrar un camino o la solución, simplemente al conversar y drenar todo
aquello que les hace mal y les preocupa.

2. Validar las emociones de los demás

Uno de los mayores ejemplos de empatía es que, cuando alguien te cuenta cómo se siente, es
importante pensar y saber que todos los sentimientos son válidos, aunque no los compartas y
aunque no estés de acuerdo.

3. Analiza a una persona

Este es un muy buen ejercicio: elige a una persona al azar e intenta averiguar mediante su
comunicación no verbal lo que la mueve a hacer lo que hace y cómo.

Un buen momento para hacer esto es en el transporte público o en un café, ya que hay
muchas personas y puedes poner en práctica lo aprendido el día de hoy.

Conversar con una persona empática es liberador, y más si esta persona nos puede ayudar con
herramientas profesionales de manejo de emociones.

También podría gustarte