En los últimos años la internacionalización de las relaciones humanas se ha
incrementado vertiginosamente. El avance tecnológico, el desarrollo en las
comunicaciones, la globalización de la economía (entre muchos otros factores) han "reducido" las dimensiones del mundo. Las relaciones jurídicas no han sido ajenas a este devenir; sino, por el contrario, sus actuaciones han contribuido al mismo. Con seguridad, uno de los temas más estudiados a raíz de estos cambios es el referido al reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras. Los tratados internacionales constituyen para el sistema jurídico peruano fuente principal en la creación del derecho; y de esta manera, para solucionar cualquier problema vinculado a una relación jurídica internacional debemos ubicar el tratado aplicable al caso por ello, el reconocimiento y ejecución de sentencias judiciales extranjeras no es ajeno a esta lógica, ya que, el exequátur reconocimiento de sentencia extranjera que tiene como fin la homologación de dicha sentencia. El Derecho Internacional privado cumple un rol importante dentro de la sociedad civil organizada, lo cual ha significado un avance en el ordenamiento jurídico, tanto en el ámbito nacional como en la esfera internacional. Ejecución de las resoluciones extranjeras reconocidas mediante exequátur
El exequátur, es un proceso de carácter sumario de reconocimiento y autorización,
cuyo propósito es introducir en determinado ordenamiento, para su respectiva tutela, eficacia, coercitividad y ejecución, uno o varios pronunciamientos dictados por una autoridad jurisdiccional extranjera o por un tribunal arbitral. En otros términos, es el trámite que se prevé en los Tratados y Convenios Internacionales, en los Códigos Procesales Civiles, o en la legislación vigente de cada estado donde deban ejecutarse, para admitir judicialmente la fuerza ejecutoria de esos pronunciamientos en cuanto la homologación de una sentencia ya vista.
El principio de la autonomía de la voluntad es uno de los principios más
importantes en el Derecho privado, este consiste en el poder que tienen los particulares para autorregular sus propios intereses y determinar el contenido de los negocios jurídicos celebrados, dentro de las distintas relaciones económico-sociales en que se manifiestan. «Una consecuencia de la autonomía de la voluntad en el derecho privado es que las personas pueden hacer todo lo que no esté expresamente prohibido en la ley».