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DERECHO PROCESAL II

EXAMEN

CAPÍTULO I: ACTOS JURÍDICOS PROCESALES


1.1 Generalidades
El proceso es un mecanismo de solución del conflicto en el que las partes no lo resuelven de
manera directa, sino a través de un tercero imparcial quien debe emitir una decisión después de
cumplidas determinadas formalidades. Este tercero ejerce la función pública denominada
jurisdicción, que tiene su fuente en el artículo 76 de la Constitución.
Artículo 76.- La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer
ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley. Ni el
Presidente de la República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales,
avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o contenido de sus resoluciones o hacer
revivir procesos fenecidos.
De acuerdo con Couture, el proceso jurisdiccional es “aquella secuencia o serie de actos (del
tribunal, las partes y/o terceros) que se desenvuelven progresivamente, con el objeto de resolver,
mediante un juicio de autoridad, el conflicto sometido a su decisión”.
El proceso tiene una función teleológica, pues es una secuencia o serie de actos que se
desenvuelven progresivamente en el tiempo para arribar a la resolución del conflicto por medio
de la dictación de una sentencia, la cual se torna inmutable e inimpugnable una vez que adquiere
autoridad de cosa juzgada. Por tanto, el proceso no es un fin en sí mismo, sino que es un medio
para llegar a una sentencia.
El proceso es una relación continuativa entre diversas personas, cada una de las cuales determina
su actuar en la forma prescrita por la ley. El proceso se desenvuelve como una sucesión de
acciones y reacciones, ataques y defensas. Sin embargo, el proceso es una idea de carácter
abstracto, siendo menester que se estableciera una forma externa que canalizara su desarrollo
para arribar a su fin propio: el procedimiento. Entendemos por procedimiento como “aquel
sistema racional y lógico que determina la secuencia o serie de actos que deben realizar las partes
y el tribunal para obtener los fines del proceso”.
Es así como el proceso es la totalidad, la unidad, mientras que el procedimiento es la sucesión
de los actos en su sentido dinámico, de movimiento. Cada acto se encuentra vinculado y
coordinado a un grupo más o menos numeroso de actos procesales que se suceden en el tiempo
y forman una serie continua. El grupo forma una unidad que toma el nombre de procedimiento,
y los actos singulares son, respecto de esta unidad, los elementos constitutivos.
Objetivo del proceso
El objetivo del proceso es la resolución del conflicto, poseyendo un fin privado y público a la
vez. Por un lado, su fin privado permite someter la pretensión de un individuo a la de otro y,
por otro, su finalidad pública es mantener la paz social.
Como garantía individual, el proceso (civil o penal) ampara al sujeto, lo defiende del abuso de la
autoridad del juez y de sus pares. Esta garantía individual se consagra no sólo en nuestra
Constitución, sino también en diversos instrumentos supranacionales.
1.2 Los hechos jurídicos procesales
Los hechos jurídicos procesales son aquellos acontecimientos a los cuales el Derecho Procesal
vincula efectos jurídicos procesales, ya se trate del nacimiento, modificación o extinción de las
relaciones jurídicas procesales. Se distingue entre los hechos jurídicos procesales propiamente
tales (ya sean involuntarios o hechos naturales) y los hechos jurídicos procesales voluntarios.
Los hechos jurídicos procesales propiamente tales son aquellos hechos involuntarios que
provienen de algún suceso de la naturaleza y que producen efectos en el proceso. Por ejemplo,
el transcurso del tiempo adquiere en el proceso excepcional trascendencia, al punto de que se le
ha catalogado como el hecho de la naturaleza más importante desde el punto de vista del proceso.
Existen también otros, como los terremotos o las inundaciones, que podrían influir para
imposibilitar a una parte o a un tercero concurrir al tribunal para realizar un acto. Por otro lado,
están los hechos humanos, como el parto o la muerte, que también podrían influir. Por su parte,
Couture nos señala como ejemplos de hechos jurídicos procesales la pérdida de la capacidad de
una de las partes, la amnesia de algún testigo o la destrucción involuntaria de una o más piezas
de un expediente.
En nuestro ordenamiento nos encontramos con la mención de los siguientes hechos jurídicos
procesales:
a) El caso fortuito (art. 79 CPC);
b) La cesación de la representación legal (art. 9 CPC);
c) La ausencia física del país (arts. 11, 284 y 285 CPC; art. 367 COT);
d) La muerte (arts. 77, 396, 529 COT; arts. 5, 165 N°3 y 6 CPC; art. 1377 CC).
La importancia del transcurso del tiempo será mayor o menor según nos encontremos ante
procesos de escritos de lato conocimiento o bien ante procedimientos orales concentrados,
teniendo presente la exigencia actual de no permitirse la existencia de procesos en que se admita
la existencia de dilaciones indebidas.
1.3 Los actos jurídicos procesales
Los hechos humanos voluntarios que crean, modifican o extinguen relaciones jurídicas y que
son realizados con la intención de producir efectos respecto del proceso reciben el nombre de
actos jurídicos procesales. Eduardo Couture les define como “aquel acto jurídico emanado de
las partes, de los agentes de la jurisdicción o aun de los terceros ligados al proceso, susceptible
de crear, modificar o extinguir los efectos procesales”.
No existe una regulación orgánica y específica para la teoría de los actos jurídicos procesales, por
lo que deben regirse supletoriamente por las normas generales del derecho sustancial (teoría del
acto jurídico: arts. 1445 a 1469 y 1681 y siguientes del Código Civil), modificados en pertinente
por disposiciones especiales del Derecho Procesal.
Elementos del acto jurídico procesal
1. La existencia de una o más voluntades destinadas a producir efectos en el
proceso. Normalmente, la manifestación de voluntad en los actos jurídicos procesales
se efectúa en forma unilateral, como sucede en la demanda, la declaración de un testigo,
de parte o de perito, la interposición de un recurso, notificaciones, entre otras. Esto no
descarta la posibilidad de que aquella manifestación de voluntad sea de carácter bilateral.
2. La voluntad debe manifestarse, expresarse o exteriorizarse. A diferencia de un gran
resto de los actos jurídicos, en aquellos destinados a producir efectos procesales la
exteriorización de la voluntad deberá manifestarse en forma solemne o formal y no de
manera consensual. Ni las partes ni el juez pueden infringir el texto legal con relación a
las formas cuando se halle afectado el interés público. Sólo podría renunciarse a las
formalidades cuando ellas miren al interés individual.
3. Debe existir la intención de producir efectos en el proceso. Para definir un acto
jurídico procesal, el énfasis se centra no en que se haya realizado dentro del proceso, sino
que necesariamente – y cualquiera sea el lugar e instante en que se realice – está destinado
a producir efectos en el proceso. Lo normal es que el acto jurídico procesal se realice
dentro del proceso, pero existen algunos que se realizan fuera de él o incluso antes de su
constitución, pero siempre causando efectos en el proceso, como sucede en la
transacción, el compromiso, la cláusula compromisoria o la prórroga de la competencia
(expresa).
Características del acto jurídico procesal
1. Por regla general, son actos esencialmente solemnes, tales como la demanda (art. 254
CPC), la contestación (art. 309 CPC) o la sentencia definitiva (art. 170 CPC), entre otros.
En todos estos preceptos, el legislador indica una serie de requisitos que le son
imperativos y, además, estableció sanciones ante la omisión de alguna de estas
solemnidades. Así sucede en la ineptitud del libelo (art. 303 N° 4 CPC) o en la
inadmisibilidad (demanda) o los recursos (sentencias).
2. Los actos procesales son mayoritariamente unilaterales, esto es, la manifestación de
voluntad es generada por un solo sujeto para producir los efectos del proceso, como por
ocurre en la demanda o contestación. Esta unilateralidad se rompe excepcionalmente
cuando la ley exige la concurrencia de la voluntad de dos o más sujetos, como el
compromiso, la prórroga expresa de la competencia, la transacción, la conciliación, etc.
3. Son actos autónomos respecto de cada uno de ellos, pero están relacionados entre sí.
Por ejemplo, en la demanda, contestación o audiencia de testigos, cada una de ellas es
válida independientemente, bastándose a sí mismas, pero forman parte de la unidad del
proceso.
4. Por regla general, el principio de la autonomía de la voluntad se encuentra
restringido, con algunas excepciones, como el compromiso, la cláusula compromisoria,
la prórroga de la competencia, la renuncia, plazos, etc.
Clasificaciones de los actos jurídicos procesales
1. Desde el punto de vista de la voluntad necesaria para la existencia para la
existencia del acto: se clasifican en actos jurídicos procesales unilaterales o bilaterales.
Los actos jurídicos procesales unilaterales son la regla general, teniendo los actos
principales del procedimiento siempre esta naturaleza, como la demanda, la contestación,
el ofrecimiento de prueba, la apelación, la sentencia, etc.
2. Desde el punto de vista del sujeto que origina el acto: pueden ser actos del tribunal
(resoluciones judiciales, actos de proveimiento, destrucción y decisión); actos de las
partes (regla general); o actos de terceros (de personas ajenas al litigio, pero vinculadas al
proceso y que no son parte de este).
Las resoluciones judiciales son una especie de actuación judicial, emanado de los órganos
de la jurisdicción, y por el cual se sustancia o falla la controversia. De acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 3 del Código Civil, las sentencias judiciales sólo producen efectos
en las causas en que actualmente se dictaren y solo respecto de las partes de la relación
procesal; esto es lo que se conoce como el efecto relativo de las sentencias.
Algunos de estos actos son esenciales para la iniciación del procedimiento. Así, la
demanda es esencial en primera instancia civil, puesto que sin ella no puede haber
ejercicio de actividad jurisdiccional (art. 10 COT). En segunda instancia es esencial el
recurso de apelación, ya que sin él la alzada o segunda instancia nunca puede existir.
3. Desde el punto de vista de las partes
a. ctos de impulso procesal (realizados por las partes para dar curso al
procedimiento);
b. actos postulación (no sólo persiguen dar curso al procedimiento, sino que
además formular peticiones, como por ejemplo la demanda, el desistimiento de
la demanda, las excepciones perentorias, las defensas, etc.);
c. actos probatorios (para acreditar hechos fundantes de su pretensiones y
oposiciones);
d. actos de impugnación (persiguen atacar resoluciones o actos del tribunal: los
recursos procesales).
4. Según el tercero: pueden ser actos probatorios (informe de peritos y la declaración de
testigos); actos de certificación (efectuados por Ministros de fe, como el receptor o
secretarios); o actos de opinión (en donde actúa la fiscalía judicial, los defensores
públicos y los informes de derecho).
CAPÍTULO II: REGLAS COMUNES A TODO PROCEDIMIENTO
ACTUACIONES JUDICIALES
2.1 Actuaciones judiciales
El proceso es una secuencia de actos

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