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Una de las alternativas más seguidas por los padres de familia al culminar el año escolar
es, sin lugar a dudas, el apostar por los talleres de verano y que los niños continúen
lográndose desde otra forma más lúdica, más abierta y más libre, con el proceso de
aprestamiento y desarrollo de habilidades en múltiples ofertas que podemos encontrar
tanto en talleres deportivos como artísticos, y en este último campo es peculiar encontrar
talleres dedicados exclusivamente al arte ancestral de los títeres, que es motivo de este
artículo.
Acercarnos al mundo pedagógico de los títeres es una valiosa y extraordinaria forma, poco
conocida, de conectar a los niños con las bondades y repercusiones decisivas de la
interacción con títeres. Estas pueden transformar la vida de nuestros niños participantes
porque propician acciones como la creación de personajes y la adaptación o creación de
textos dramáticos, entre otras posibilidades que incluyen la construcción escenográfica,
utilería del personaje, utilería escénica, etc.
Cuando los niños ingresan a un taller de títeres refuerzan el desarrollo de sus habilidades
manuales, desarrollan concentración y realizan un gran despliegue de creatividad en la
invención de sus personajes, además de desarrollar su empatía, organización, trabajo en
equipo y solidaridad plena.
Mario Herrera Asín decía “los títeres no solamente hacen del niño un ser capaz de crear,
pintar, dibujar, bailar, manipular y vivir “un teatro” despertando el espíritu del grupo; sino
que también es una escuela viva de buenos hábitos y actitudes”. En la convivencia y en el
trabajo de equipo se afianza mucho mejor el desarrollo de hábitos y actitudes, y es en un
Taller -donde lo relevante está asignado a lo práctico- donde se inculcan valores
vivenciales a partir de los hechos, en la interacción in situ, los que conducirán a mejores
caminos de formación a nuestros pequeños y jóvenes participantes.
El taller de títeres también se puede y se debe desarrollar en las aulas de las escuelas,
irrumpiendo extraordinariamente en un espacio tan valioso, carente de atmósferas
imaginativas y poco inventivas en muchos casos, en el que muchas veces lo académico –
sin justificación alguna- se pone por encima de las inteligencias diversas, restándoles
oportunidades de una formación integral plena, sesgándoles el desarrollo de sus facultades
creativas y frenando la mejora en la autoestima de los estudiantes.
Con los títeres se pueden tocar múltiples temas concernientes a medio ambiente, salud,
identidad cultural, bullying y otros, y eso hace de este medio un poderoso instrumento
pedagógico y transformador, poco aprovechado por los docentes, en muchos casos por
desconocimiento.
Esta iniciativa de desarrollo de talleres de títeres para niños y jóvenes nos ha llevado a
trabajar la identidad cultural como tema, y ha hecho posible por primera vez la realización
en diciembre del año pasado del I FESTIVAL DE TÍTERES “LA CAMPIÑERITA”, iniciativa
de la Municipalidad distrital de Santa María y Títeres Rauraychkani con la participación de
Instituciones educativas del sector. Esta actividad propone preservar y difundir el legado
de identidad cultural del distrito de Santa María, presente en las tradiciones, relatos,
personajes, cuentos, leyendas y mitos de su campiña, y continuará en el año 2024.
Finalmente, debo agregar que los talleres de títeres para niños, tanto en la escuela como
fuera de ella, en Talleres de Verano u otras formas, son un vehículo trascendente para
colaborar con la formación plena de nuestros estudiantes, ayudarlos a conocer sus
emociones y mejorar su desempeño y socialización en la escuela, no para formarlos como
artistas sino para convertirlos en mejores personas, personas más sensibles y más
humanas, más solidarias y capaces de transformar y conquistar la belleza de la vida
misma.