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ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA / COMPETENCIA DEL CONSEJO DE

ESTADO / COMPETENCIA DEL CONSEJO DE ESTADO EN SEGUNDA


INSTANCIA / COMPETENCIA DEL CONSEJO DE ESTADO POR PRIVACIÓN
INJUSTA DE LA LIBERTAD / CONSEJO DE ESTADO / COMPETENCIA DEL
TRIBUNAL ADMINISTRATIVO / REITERACIÓN DE LA JURISPRUDENCIA /
RECURSO DE APELACIÓN

La Sala es competente para conocer del asunto, en razón del recurso de


apelación interpuesto por la parte demandada en contra de la sentencia proferida
por el Tribunal Administrativo de Chocó el 11 de noviembre de 2008, toda vez
que, de conformidad con el artículo 73 de la Ley 270 de 1996, Estatutaria de la
Administración de Justicia y con el auto proferido por la Sala Plena Contenciosa
de esta Corporación (…) [D]e las acciones de reparación directa relacionadas con
el ejercicio de la administración de justicia conocen, en primera instancia, los
Tribunales Administrativos y, en segunda instancia, el Consejo de Estado, sin
tener en cuenta la cuantía del proceso.

FUENTE FORMAL: LEY 270 DE 1996 – ARTÍCULO 73

NOTA DE RELATORÍA: Sobre el tema, consultar, Consejo de Estado, Sala Plena


de lo Contencioso Administrativo, auto de 9 de septiembre de 2008, exp.2008
00009 C.P. Mauricio Fajardo Gómez.

ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA / CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE


REPARACIÓN DIRECTA / CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN
DIRECTA EN PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD / CÓMPUTO DEL
TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA /
TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA /
CONTEO DEL TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN
DIRECTA / HECHO ADMINISTRATIVO / OMISIÓN ADMINISTRATIVA /
OPERACIÓN ADMINISTRATIVA / ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA POR
OCUPACIÓN TEMPORAL DE VÍA PÚBLICA / OCUPACIÓN TEMPORAL DE
BIEN INMUEBLE / EJECUTORIA DE LA SENTENCIA / EJECUTORIA DE LA
PROVIDENCIA / EJECUTORIA DE LA PROVIDENCIA JUDICIAL /
RESPONSABILIDAD PENAL

De conformidad con lo previsto en el artículo 136 del C.C.A., la acción de


reparación directa deberá instaurarse dentro de los dos años contados a partir del
día siguiente [D]el acaecimiento del hecho, omisión u operación administrativa o
de ocurrida la ocupación temporal o permanente del inmueble] (…) [P]ara
determinar el momento en el cual ha de efectuarse el cómputo del término de
caducidad de la acción de reparación directa para el caso concreto, la Sala tendrá
como punto de referencia el día siguiente al de la fecha de ejecutoria de la
providencia de (…) [A] través de la cual el Juzgado Penal del Circuito
Especializado de Quibdó – Chocó decidió absolver al señor (…) respecto del
delito por el cual fue investigado

FUENTE FORMAL: CÓDIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO – ARTÍCULO


136 NUMERAL 8

NOTA DE RELATORÍA: Sobre el tema, consultar, sentencia del 13 de septiembre


de 2001, exp.13392, C.P. Dr. Alier Hernández Enríquez
NACIÓN / REPRESENTACIÓN JURÍDICA DE LA NACIÓN /
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO / RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL
ESTADO / ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA / FISCALÍA GENERAL DE LA
NACIÓN / DAÑO ANTIJURÍDICO / REITERACIÓN DE LA JURISPRUDENCIA

[L]a Sala estima necesario precisar que si bien cada una de las entidades
demandadas ostentan la representación de la Nación en casos en los cuales se
discute la responsabilidad del Estado por hechos imputables a la Administración
de Justicia (inciso segundo del artículo 49 de la Ley 446 de 1998 y numeral 8 del
artículo 99 de la Ley 270 de 1996 ), lo cierto es que las decisiones que se
discuten en el presente litigio y que habrían ocasionado el daño por cuya
indemnización se reclama, fueron proferidas por la Fiscalía General de la Nación,
razón por la cual, una vez efectuado el recuento probatorio, se concretará si el
aludido daño antijurídico reclamado se encuentra acreditado y, de estarlo, se
establecerá si el mismo le resulta imputable a la Fiscalía General de la Nación (la
cual fue debidamente notificada y representada).

FUENTE FORMAL: LEY 446 DE 1998 – ARTÍCULO 49 / LEY 270 DE 1996 –


ARTÍCULO 99

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO / RESPONSABILIDAD


PATRIMONIAL DEL ESTADO POR PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD /
RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO DE CARÁCTER OBJETIVO /
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO DE CARÁCTER OBJETIVO / APLICACIÓN
DEL RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO DE CARÁCTER
OBJETIVO / DETENCIÓN PREVENTIVA / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA
LIBERTAD / MEDIDA DE ASEGURAMIENTO / PROCESO PENAL / PRINCIPIO
DE IN DUBIO PRO REO / EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL
DEL ESTADO / CAUSAL DE EXONERACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL
ESTADO / EXONERACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
DERIVADA DE LA PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD / DAÑO
ANTIJURÍDICO / ACREDITACIÓN DEL DAÑO ANTIJURÍDICO / DERECHO A
LA LIBERTAD / ADMINISTRACIÓN PÚBLICA / ELEMENTOS DE LA
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO / ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL DEL ESTADO / ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL DEL ESTADO POR PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD /
IMPUTACIÓN / ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA / FUERZA MAYOR / HECHO
DEL TERCERO / EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL
ESTADO / CAUSAL DE EXONERACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL
ESTADO / EXONERACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
DERIVADA DE LA PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD / CULPA
EXCLUSIVA DE LA VÍCTIMA / HECHO DE LA VÍCTIMA / FUERZA MAYOR /
HECHO DEL TERCERO

En reiterada jurisprudencia ha determinado que las hipótesis de responsabilidad


objetiva, también por detención injusta, mantienen vigencia para resolver, de la
misma forma, la responsabilidad del Estado derivada de privaciones de la libertad,
es decir que después de la entrada en vigencia de la Ley 270 de 1996, cuando
una persona privada de la libertad sea absuelta, se configura un evento de
detención injusta. Lo anterior en virtud de la cláusula general de responsabilidad
patrimonial del Estado prevista en el artículo 90 de la Constitución Política (…) ,
[L]a Sala en relación con la responsabilidad del Estado derivada de la privación de
la libertad de las personas, dispuesta como medida de aseguramiento dentro de
un proceso penal, no ha sostenido un criterio uniforme cuando se ha ocupado de
interpretar y aplicar el artículo 414 del Código de Procedimiento Penal (…) [S]e
tiene que el ordenamiento jurídico colombiano, orientado por la necesidad de
garantizar, de manera real y efectiva, los derechos fundamentales de los
ciudadanos, no puede escatimar esfuerzos, por tanto no se puede entender que
los administrados estén obligados a soportar como una carga pública la privación
de la libertad y que, en consecuencia, estén obligados a aceptar como un
beneficio o una suerte que posteriormente la medida sea revocada. No, en los
eventos en que ello ocurra y se configuren causales como las previstas en el
citado artículo 414 del C. de P. C., o incluso cuando se absuelva al detenido por in
dubio pro reo –sin que opere como eximente de responsabilidad la culpa de la
víctima– el Estado está llamado a indemnizar los perjuicios que hubiere causado
por razón de la imposición de una medida de detención preventiva que lo hubiere
privado del ejercicio del derecho fundamental a la libertad, pues esa es una carga
que ningún ciudadano está obligado a soportar por el sólo hecho de vivir en
sociedad (…) [R]esulta desde todo punto de vista desproporcionado pretender
que se le pueda exigir al hoy demandante que asuma de forma impasible y como
si se tratase de una carga pública que todos los coasociados debieran asumir en
condiciones de igualdad la privación jurídica de su derecho a la libertad, en aras
de salvaguardar la eficacia de las decisiones del Estado. Por el contrario, lo que
resulta compatible con el marco constitucional vigente es concluir que dicha
circunstancia limitativa del derecho a la libertad se ha de entender como
configurativa de un daño antijurídico que determina la consecuente obligación
para la Administración de resarcir al demandante. (…) Debe precisar la Sala que
en casos como este no corresponde a la parte actora acreditar nada más allá de
los conocidos elementos que configuran la responsabilidad: actuación del Estado,
daño antijurídico e imputación, extremos que se encuentran suficientemente
acreditados en el expediente, pues fue una decisión de la entidad demandada la
que determinó que el señor (…) tuviera que padecer la limitación a su libertad
hasta cuando se lo absolvió de las acusaciones que le fueron hechas por el
Estado, absolución que se correspondió con la circunstancia de que él no había
cometido el delito por el cual fue investigado. En cambio, es a la entidad
demandada a quien correspondía demostrar, mediante pruebas legales y
regularmente traídas al proceso, si se había dado algún supuesto de hecho en
virtud del cual pudiera entenderse configurada una causal de exoneración, fuerza
mayor, hecho exclusivo de un tercero o culpa exclusiva y determinante de la
víctima y ocurre que ninguna de estas eximentes ha sido acreditada en el
plenario. Resalta la Sala que la privación de la libertad del hoy actor no se produjo
entonces como consecuencia de un hecho que fuere atribuible al sindicado, pues
no se acreditó en este asunto causa alguna que permita establecer que la
decisión se hubiere adoptado con fundamento en una actuación directa y
exclusiva de aquél. [S]e impone concluir que no estaba el señor (…) en la
obligación de soportar el daño que el Estado le irrogó y que, por tanto, debe
calificarse como antijurídico, calificación que determina la consecuente obligación
para la Administración de resarcir a los demandantes.

FUENTE FORMAL: CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTÍCULO 414 /


CONSTITUCIÓN POLÍTICA – ARTICULO 90 / DECRETO 2700 DE 1991 –
ARTÍCULO 414

NOTA DE RELATORÍA: En relación con el tema, consultar, Consejo de Estado,


Sección Tercera, sentencia del 2 de junio de 2007, exp.15463, C.P. Mauricio
Fajardo Gómez; sentencia del 26 de marzo de 2008, exp.16902, C.P. Enrique Gil
Botero; sentencia del 4 de diciembre de 2006, exp.13168; C.P. Mauricio Fajardo
Gómez; sentencia del 30 de junio de 1994, exp. 9734.C.P. Daniel Suarez
Hernández; sentencia del 25 de julio de 1994, exp.8666; sentencia del 17 de
noviembre de 1995, exp.10056; sentencia del 12 de diciembre de 1996,
expediente 10229, C.P. Ricardo Hoyos Duque; sentencia de 4 de abril de 2002,
exp.13606, C.P. María Elena Giraldo Gómez; sentencia del 27 de septiembre de
2000, expediente 11601, C.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez; sentencia de 8
de octubre de 2007, exp. 16057, C.P. Mauricio Fajardo Gómez; sentencia de 25
de febrero de 2009, exp. 25508, C.P. Mauricio Fajardo Gómez; sentencia del 8 de
julio de 2009, exp. 17517; sentencia del 15 de abril del 2010, exp. 18284, C.P.
Mauricio Fajardo Gómez; sentencia de 12 de mayo de 2011, exp.20665, C.P.
Mauricio Fajardo Gómez; sentencia del 9 de mayo de 2012, exp. 20079, C.P.
Mauricio Fajardo Gómez; sentencia del 12 de julio de 2012, exp. 24008, C.P.
Mauricio Fajardo Gómez; sentencia del 8 de julio de 2009, exp. 17517; y
sentencia del 15 de abril de 2010, exp. 18284

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCION TERCERA

SUBSECCION A

Consejero Ponente: HERNAN ANDRADE RINCON

Bogotá, D.C., treinta (30) de abril de dos mil catorce (2014)

Radicación número: 27001-23-31-000-2005-00581-01(38467)

Actor: MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS Y OTRO

Demandado: NACION - RAMA JUDICIAL - FISCALIA GENERAL DE LA


NACION

Referencia: ACCIÓN DE REPARACION DIRECTA (APELACIÓN SENTENCIA)

Decide la Sala el recurso de apelación interpuesto por la entidad demandada en


contra de la sentencia proferida el día 20 de noviembre de 2009 por el Tribunal
Administrativo del Chocó, mediante la cual se accedió parcialmente a las
pretensiones de la demanda.

I. ANTECEDENTES

1. Las pretensiones1.

1
Folios 16 a 25 C. Ppal.
Los señores MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS, quien actúa en nombre
propio y en representación de sus menores hijos JALEYDY y SENILUZ
BECERRA MOSQUERA; MARÍA ZULIA MOSQUERA RENTERIA, FLORA MÁRIA
PALACIOS CUESTA, MARÍA VICTORIA BECERRA CORDOBA, MARÍA
HERNELINDA, LILIANA PATRICIA y YUBER BECERRA PALACIOS, por
intermedio de mandatario judicial debidamente constituido y en ejercicio de la
acción de reparación directa enderezada en contra de la NACION – RAMA
JUDICIAL - FISCALIA GENERAL DE LA NACION –, a las que señalaron como
parte demandada, mediante libelo presentado el día 2 de junio de 2005 2
solicitaron que, previos los trámites de ley, con citación y audiencia de las
demandadas y del Señor Agente del Ministerio Público, se declare la
responsabilidad administrativa de aquellas por la totalidad de los daños y
perjuicios que les fueron causados con motivo de la privación injusta de la libertad
a la que fue sometido el señor MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS.

Solicitó el demandante, consecuencialmente, a título de indemnización, se


reconocieran los siguientes valores:

Por concepto de perjuicios morales, una suma equivalente a cien (100) salarios
mínimos legales mensuales vigentes para cada uno de los demandantes.

Por concepto de perjuicios materiales, la suma global de veintidós millones


seiscientos mil pesos ($22.600.000) a favor del señor MANUEL FELIPE
BECERRA PALACIOS.

Como fundamentos de hecho de las pretensiones, narró la demanda lo siguiente:

- Que el señor MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS fue capturado el 12


de junio de 2003 por agentes de la SIJIN en la ciudad de Quibdó – Chocó,
por, presuntamente, haber participado en el ingreso de sustancias ilícitas
por la Quebrada El Caraño, captura que se produjo dentro del operativo
realizado en inmediaciones a la casa de habitación del señor BECERRA
PALACIOS.

- Que la Fiscalía General de la Nación, de inmediato, lo envió a la cárcel


Anayancy de Quibdó y le siguió un proceso por el delito de tráfico, fabricación
2
Fl. 25 vto. C. Ppal.
o porte de estupefacientes que lo mantuvo detenido durante 15 meses y 15
días.

- Que mediante sentencia de 27 de septiembre de 2004, el Juzgado Penal del


Circuito Especializado de Quibdó lo absolvió de toda responsabilidad penal
por el delito por el cual fue investigado, y ordenó su libertad inmediata.

Los actores manifestaron que de la privación de la libertad de la que fue objeto el


señor MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS, se derivaron las siguientes
consecuencias: i) la imposibilidad de seguir atendiendo las actividades agrícolas a
las que se dedicaba antes de ser privado de su libertad y, iii) el sufrimiento y el dolor
padecidos por él y sus familiares en el tiempo de su detención preventiva.

2. Trámite en primera instancia.

La demanda así presentada fue admitida mediante auto de 12 de julio de 2005 3 y


se ordenó su notificación, a la Fiscalía General de la Nación y a la Dirección
Ejecutiva de la Rama Judicial.

La Dirección Ejecutiva de Administración Judicial, Seccional Antioquia – Chocó


allegó el oficio No. 954 de 28 de octubre de 2005 4, mediante el cual manifestó que
se abstenía de efectuar un pronunciamiento sobre el presente asunto, por cuanto,
a su juicio, la directa implicada en la presente controversia es la Fiscalía General
de la Nación, la que goza de autonomía administrativa y financiera, patrimonio
propio y personería jurídica, tal como fue señalado por la Corte Constitucional en
la sentencia C-523 de julio de 2002.

La Fiscalía General de la Nación contestó la demanda y se opuso a todas y cada


una de las pretensiones5. Indicó, en síntesis, que la privación de la libertad de que
fue objeto el señor MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS no puede tildarse de
injusta, pues dicha medida estuvo fundada en pruebas serias que fueron
legalmente aportadas a la investigación, y con ella no se vulneró ningún derecho
fundamental, ajustándose la providencia que la determinó a las exigencias tanto
de fondo como de forma que prevé la ley penal, comoquiera que se encontraba

3
Fl. 61 C. Ppal.
4
Fl. 67 C. Ppal.
5
Fls. 131 a 138 C. Ppal.
plenamente acreditada la materialidad del hecho y existía, por lo menos, un
indicio grave de responsabilidad del sindicado.

Mediante auto de 9 de junio de 2006 6, el Tribunal Administrativo del Chocó abrió


el proceso a pruebas y ordenó la práctica de ellas. Concluido el período
probatorio, mediante providencia de 22 de mayo de 2007 se corrió traslado a las
partes para alegar de conclusión y al Ministerio Público para que, si lo
consideraba pertinente, rindiera concepto de fondo 7, oportunidad procesal que
utilizó la Fiscalía General de la Nación para reiterar lo expuesto a lo largo del
proceso8.

El apoderado judicial de la Dirección Ejecutiva de Administración Judicial,


Seccional Antioquia – Chocó, alegó por su parte, que la entidad que representa
no puede responder por las actuaciones de otras entidades estatales que aunque
provengan de la misma causa y versen sobre lo mismo, no tienen relación de
dependencia, ya que fue precisamente el Juzgado Penal del Circuito
Especializado de Quibdó, quien absolvió de todos los cargos por los que fuera
acusado el señor BECERRA PALACIOS y ordenó su libertad, después de valorar
las pruebas aportadas al proceso penal, no siendo exigible frente al Consejo
Superior de la Judicatura las pretensiones planteadas en la demanda 9.

La parte demandante y el Ministerio Público guardaron silencio en esta etapa


procesal.

3. La sentencia apelada10.

Después de realizar la correspondiente valoración probatoria, el Tribunal


Administrativo del Chocó accedió a las pretensiones de la demanda.

Para fundamentar su decisión, el a quo sostuvo que la decisión que absolvió al


demandante se fundamentó en que no existían pruebas para condenarlo, lo que
afectó la legalidad de la medida de aseguramiento de que fue objeto, haciendo
que se tornara injusta, pues de ello se deriva que se está en presencia de uno de
6
Fls. 105 C. Ppal.
7
Fl. 164 C. Ppal.
8
Fls. 177 a 186, 268 a 280 y 281 a 282 C. Ppal.
9
Fls. 165 a 175 C. Ppal.
10
Fls. 225 a 251 C. Consejo de Estado.
los supuestos del artículo 414 del código penal, referente a que el hecho punible
no fue cometido por el sindicado , constituyendo una inequidad que se prive de su
libertad, sin que se encuentre probada la conducta por la cual fue sindicado.

Con base en los anteriores argumentos, el Tribunal Administrativo del Chocó


concluyó que la detención preventiva intramural de que objeto el señor Becerra
Palacios a nada condujo, pues el Estado no probó que el actor hubiera cometido
el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y de ninguna manera se
justificó la notable afectación de sus derechos fundamentales, en la medida en que
dicha decisión no satisfizo las exigencias de la ley de ponderación de derechos y
resultó manifiestamente desproporcionada, de manera que supuso un sacrificio
especial para el particular, que supera con mucha diferencia las molestias o cargas
que cualquier individuo ha de asumir por el hecho de vivir en comunidad.

4. El recurso de apelación 11.

Inconforme con la anterior providencia, la Fiscalía General de la Nación interpuso


recurso de alzada al considerar que la medida de aseguramiento se basó en
pruebas que satisfacían los requisitos exigidos por el Código de Procedimiento
Penal vigente para la época de los hechos, tales como la captura en flagrancia por
parte de la SIJIN, situación que a la postre permitió la definición de su situación
jurídica, con la imposición de la medida de aseguramiento de detención preventiva
y su posterior resolución de acusación.

En la sustentación del recurso, la demandada manifestó que en el presente caso se


configuró la causal de culpa de la víctima contemplada en el artículo 70 de la ley
270 de 1996, pues de conformidad con el artículo 392 del código de
procedimiento penal, el señor Becerra Palacios tenía la posibilidad legal, pese a la
competencia de la fiscalía en la fase investigativa, de recurrir a la intervención del
juez con el objeto de proteger las formas sustanciales que rigen la limitación al
derecho a la libertad, situación que no se observó en el presente asunto, pues al
proferir el ente fiscal medida de aseguramiento consistente en detención
preventiva, el ahora demandante no optó por ejercer el control de legalidad
previsto en la citada normatividad.

11
Fls. 105 a 111 C. Ppal.
Finalmente, cuestionó el fallo al considerar que ante una eventual confirmación de
la condena proferida en contra de la Fiscalía General de la Nación, la
indemnización por concepto de perjuicios morales resulta ser excesiva en
consideración a las directrices dadas por el H. Consejo de Estado, teniendo en
cuenta el tiempo que el señor Manuel Felipe Becerra permaneció detenido.

5. Trámite en segunda instancia.

El recurso de apelación se admitió mediante auto de 30 de julio de 2010 12.


Posteriormente se ordenó correr traslado a las partes para alegar de conclusión y
al Ministerio Público para que, si lo consideraba pertinente, rindiera concepto de
fondo13, oportunidad procesal que utilizó la Fiscalía General de la Nación para
reiterar sus argumentos (fls. 243 a 261 c. ppal), especialmente los relacionados
con la configuración de la causal excluyente de responsabilidad consistente en el
hecho exclusivo y determinante de la víctima 14.

La parte demandante y el Ministerio Público guardaron silencio en esta etapa


procesal.

II. CONSIDERACIONES DE LA SALA

1. Competencia.

La Sala es competente para conocer del asunto, en razón del recurso de


apelación interpuesto por la parte demandada en contra de la sentencia proferida
por el Tribunal Administrativo de Chocó el 11 de noviembre de 2008, toda vez
que, de conformidad con el artículo 73 de la Ley 270 de 1996, Estatutaria de la
Administración de Justicia y con el auto proferido por la Sala Plena Contenciosa
de esta Corporación el 9 de septiembre de 2008, de las acciones de reparación
directa relacionadas con el ejercicio de la administración de justicia conocen, en
primera instancia, los Tribunales Administrativos y, en segunda instancia, el
Consejo de Estado15, sin tener en cuenta la cuantía del proceso.

12
Fl. 287 C. Consejo de Estado.
13
Fl. 292 C. Consejo de Estado.
14
Fls. 293 a 303 C. Consejo de Estado.
15
Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, auto de 9 de septiembre de 2008, expediente No.
2008 00009 M.P. Mauricio Fajardo Gómez.
2. El ejercicio oportuno de la acción.

De conformidad con lo previsto en el artículo 136 del C.C.A., la acción de


reparación directa deberá instaurarse dentro de los dos años contados a partir del
día siguiente “del acaecimiento del hecho, omisión u operación administrativa o de
ocurrida la ocupación temporal o permanente del inmueble de propiedad ajena
por causa de trabajos públicos”.

En cuanto a la oportunidad para formular la presente acción indemnizatoria,


advierte la Sala que el daño por cuya indemnización se demanda -según se
indicó- devino de la privación injusta de la libertad de la cual fue objeto el
demandante dentro de un proceso penal adelantado en su contra.

Ahora bien, para determinar el momento en el cual ha de efectuarse el computo


del término de caducidad de la acción de reparación directa para el caso concreto,
la Sala tendrá como punto de referencia el día siguiente al de la fecha de
ejecutoria de la providencia de fecha 27 de septiembre de 2004, a través de la
cual el Juzgado Penal del Circuito Especializado de Quibdó – Chocó decidió
absolver al señor MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS16 respecto del delito
por el cual fue investigado, esto es 18 de octubre de 2004 17, razón por la cual, por
haberse interpuesto la demanda el 2 de junio de 2005, se impone concluir que la
misma se interpuso dentro de los 2 años que establece el numeral 8º del artículo
136 del C.C.A.

3 La entidad demandada. La Fiscalía General de la Nación, si bien hace


parte de la Rama Judicial, tiene capacidad para comparecer por sí
misma al proceso.

Previo a decidir el fondo del sub examine, la Sala considera pertinente hacer la
siguiente precisión:

16
En el mismo sentido consultar, por ejemplo, Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 13 de septiembre de
2001, Exp. 13.392, M.P. Alier Hernández Enríquez, entre muchas otras.
17
Toda vez que dicha providencia se notificó el 13 de octubre de 2004 (fl. 47 C. Ppal), por lo cual quedó en firme tres
días después de su notificación, teniendo en cuenta que los días 16 y 17 de octubre de 2004 no fueron días hábiles
(artículo 179 del C.P. entonces vigente).
Según se dejó indicado en los antecedentes de esta providencia, el libelo
introductorio se dirigió contra la Fiscalía General de la Nación y la Rama Judicial;
asimismo, se tiene que en la contestación de la demanda la Dirección Ejecutiva
de Administración Judicial solicitó que la condena se hiciese en contra de la
Fiscalía, pues partió de afirmar que el hecho dañoso demandado se habría
ocasionado en virtud de unas decisiones proferidas por el ente investigador y, en
consecuencia, dicha entidad era la única llamada a responder por la legalidad de
dichas actuaciones.

Sobre el particular, la Sala estima necesario precisar que si bien cada una de las
entidades demandadas ostentan la representación de la Nación en casos en los
cuales se discute la responsabilidad del Estado por hechos imputables a la
Administración de Justicia (inciso segundo del artículo 49 de la Ley 446 de 1998 18
y numeral 8 del artículo 99 de la Ley 270 de 1996 19), lo cierto es que las
decisiones que se discuten en el presente litigio y que habrían ocasionado el daño
por cuya indemnización se reclama, fueron proferidas por la Fiscalía General de la
Nación, razón por la cual, una vez efectuado el recuento probatorio, se concretará
si el aludido daño antijurídico reclamado se encuentra acreditado y, de estarlo, se
establecerá si el mismo le resulta imputable a la Fiscalía General de la Nación, la
cual fue debidamente notificada y representada.

4 Responsabilidad extracontractual del Estado derivada de la privación


de la libertad.

Previo al examen de los supuestos de responsabilidad aplicables al caso


concreto, resulta necesario precisar que la demanda de la referencia tiene por
objeto la declaratoria de responsabilidad extracontractual del Estado por razón de
la privación injusta de la libertad a la cual fue sometido el señor MANUEL FELIPE
BECERRA PALACIOS, en proceso penal que terminó con su absolución del
punible de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes dictada el día 27 de
septiembre de 2004, es decir cuando ya se encontraba vigente la Ley Estatutaria
de Administración de Justicia. En este sentido, procede comenzar por la alusión al
artículo 65 de la Ley 270 de 1996, cuyo tenor literal es el siguiente:
18
“En los procesos Contencioso Administrativos la Nación estará representada por el Ministro, Director de
Departamento Administrativo, Superintendente, Registrador Nacional del Estado Civil, Fiscal General, Procurador o
Contralor o por la persona de mayor jerarquía en la entidad que expidió el acto o produjo el hecho”.
19
“(…) Son funciones del Director Ejecutivo de Administración Judicial:
“8. Representar a la Nación – Rama Judicial en los procesos judiciales para lo cual podrá constituir apoderados
judiciales”.
“ARTÍCULO 65. DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. El Estado
responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean
imputables, causados por la acción o la omisión de sus agentes
judiciales.

En los términos del inciso anterior el Estado responderá por el


defectuoso funcionamiento de la administración de justicia, por el error
jurisdiccional y por la privación injusta de la libertad”.
Respecto de la norma legal transcrita, la Sala ha considerado que su
interpretación no se agota con la declaración de la responsabilidad del Estado por
detención injusta, cuando ésta sea ilegal o arbitraria. En reiterada jurisprudencia 20
se ha determinado que las hipótesis de responsabilidad objetiva, también por
detención injusta, mantienen vigencia para resolver, de la misma forma, la
responsabilidad del Estado derivada de privaciones de la libertad, es decir que
después de la entrada en vigencia de la Ley 270 de 1996, cuando una persona
privada de la libertad sea absuelta, se configura un evento de detención injusta.
Lo anterior en virtud de la cláusula general de responsabilidad patrimonial del
Estado prevista en el artículo 90 de la Constitución Política; en ese sentido, la
Sala mediante sentencia del 2 de mayo de 2007, precisó:

“Como corolario de lo anterior, ha de entenderse que la hipótesis precisada


por el artículo 68 de la Ley 270 de 1996, en la cual procede la declaratoria de
la responsabilidad extracontractual del Estado por detención injusta, en los
términos en que dicho carácter injusto ha sido también concretado por la
Corte Constitucional en el aparte de la sentencia C-03[7] de 1996 en el que se
analiza la exequibilidad del proyecto del aludido artículo 68 y que se traduce
en una de las diversas modalidades o eventualidades que pueden generar
responsabilidad del Estado por falla del servicio de Administración de
Justicia, esa hipótesis así precisada no excluye la posibilidad de que tenga
lugar el reconocimiento de otros casos en los que el Estado deba ser
declarado responsable por el hecho de haber dispuesto la privación de la
libertad de un individuo dentro del curso de una investigación penal, siempre
que en ellos se haya producido un daño antijurídico en los términos del
artículo 90 de la Constitución Política.
“Tal es la interpretación a la que conducen no sólo las incuestionables
superioridad y preeminencia que le corresponden al citado canon
constitucional, sino también una hermenéutica armónica y sistemática de los
comentados preceptos de la misma Ley 270 de 1996, así como los
razonamientos plasmados por la propia Corte Constitucional en la sentencia
C-03[7] de 1997, mediante la cual los encontró ajustados a la Carta
Fundamental. En consecuencia, los demás supuestos en los cuales el juez de
lo contencioso administrativo ha encontrado que la privación de la libertad
ordenada por autoridad competente ha conducido a la producción de daños
antijurídicos, con arraigo directamente en el artículo 90 de la Carta, tienen
20
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencias proferidas el dos de mayo de 2007, expediente: 15.463, actor: Adiela
Molina Torres y otros y el 26 de marzo de 2008, expediente 16.902, actor: Jorge Gabriel Morales y otros, ambas con
ponencia del Consejero, Doctor Mauricio Fajardo Gómez.
igualmente asidero tanto en la regulación que de este ámbito de la
responsabilidad estatal efectúa la Ley Estatutaria de la Administración de
Justicia, como en la jurisprudencia de la Corte Constitucional relacionada con
este asunto. De manera que aquellas hipótesis en las cuales la evolución de
la jurisprudencia del Consejo de Estado a la que se hizo referencia en
apartado precedente ha determinado que concurren las exigencias del
artículo 90 de la Constitución para declarar la responsabilidad estatal por el
hecho de la Administración de Justicia al proferir medidas de aseguramiento
privativas de la libertad, mantienen su aplicabilidad tras la entrada en vigor de
la Ley 270 de 1996”21.

Ahora bien, la Sala, en relación con la responsabilidad del Estado derivada de la


privación de la libertad de las personas dispuesta como medida dentro de un
proceso penal, no ha sostenido un criterio uniforme cuando se ha ocupado de
interpretar y aplicar el artículo 414 del Código de Procedimiento Penal 22. En
efecto, la jurisprudencia se ha desarrollado en cuatro distintas direcciones, como
en anteriores oportunidades se ha puesto de presente 23.

En una primera etapa la Sala sostuvo que la responsabilidad del Estado por la
privación injusta de la libertad de las personas se fundamentaba en el error
judicial que se produce como consecuencia de la violación del deber que tiene
toda autoridad judicial de proferir sus resoluciones conforme a Derecho, previa
una valoración seria y razonable de las distintas circunstancias del caso y sin que
resultare relevante el estudio de la conducta del juez o magistrado a efecto de
establecer si la misma estuvo caracterizada por la culpa o el dolo 24. Bajo este
criterio, la medida de aseguramiento consistente en detención preventiva se tenía
como una carga que todas las personas tenían el deber de soportar 25.

Más adelante, en una segunda dirección, se indicó que la carga procesal de


demostrar el carácter injusto de la detención con el fin de obtener la
indemnización de los correspondientes perjuicios –carga consistente en la
necesidad de probar la existencia de un error de la autoridad jurisdiccional al

21
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del dos de mayo de 2001, expediente: 15.463, actor: Adiela Molina
Torres y otros, M.P. Mauricio Fajardo Gómez.
22
El tenor literal del precepto en cuestión es el siguiente: “Artículo 414. Indemnización por privación injusta de la
libertad. Quien haya sido privado injustamente de la libertad podrá demandar al Estado indemnización de perjuicios.
Quien haya sido exonerado por sentencia absolutoria definitiva o su equivalente porque el hecho no existió, el
sindicado no lo cometió, o la conducta no constituía hecho punible, tendrá derecho a ser indemnizado por la detención
preventiva que le hubiere sido impuesta siempre que no haya causado la misma por dolo o culpa grave”.
23
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 4 de diciembre de 2006, expediente: 13.168; Consejo de Estado,
Sección Tercera, sentencia del 2 de mayo de 2007, expediente No. 15.463.
24
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 30 de junio de 1994, expediente número 9734.
25
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 25 de julio de 1994, expediente 8.666.
ordenar la medida privativa de la libertad– fue reducida solamente a aquellos
casos diferentes de los contemplados en el artículo 414 del Código de
Procedimiento Penal26, pues en relación con los tres eventos señalados en esa
norma legal se estimó que la ley había calificado de antemano que se estaba en
presencia de una detención injusta 27, lo cual se equiparaba a un tipo de
responsabilidad objetiva, en la medida en que no era necesario acreditar la
existencia de una falla del servicio28.

En una tercera línea, tras reiterar el carácter injusto atribuido por la ley a aquellos
casos enmarcados dentro de los tres supuestos previstos en el artículo 414 del
Código de Procedimiento Penal, la Sala añadió la precisión de acuerdo con la cual
el fundamento del compromiso para la responsabilidad del Estado en estos tres
supuestos no es la antijuridicidad de la conducta del agente del Estado, sino la
antijuridicidad del daño sufrido por la víctima, en tanto que ésta no tiene la
obligación jurídica de soportarlo29, reiterando que ello es así independientemente
de la legalidad o ilegalidad del acto o de la actuación estatal o de que la conducta
del agente del Estado causante del daño hubiere sido dolosa o culposa 30.

Finalmente, y en un cuarto momento, la Sala amplió la posibilidad de que se


pueda declarar la responsabilidad del Estado por el hecho de la detención
preventiva de ciudadanos ordenada por autoridad competente a aquellos eventos
en los cuales se causa al individuo un daño antijurídico aunque el mismo se derive
de la aplicación, dentro del proceso penal respectivo, del principio in dubio pro
reo, de manera tal que aunque la privación de la libertad se hubiere producido
como resultado de la actividad investigativa correctamente adelantada por la
autoridad competente e incluso cuando se hubiere proferido la medida de
aseguramiento con el lleno de las exigencias legales, lo cierto es que si el
imputado no resulta condenado, se abre paso al reconocimiento de la obligación,
a cargo del Estado, de indemnizar los perjuicios irrogados al particular, siempre
que éste no se encuentre en el deber jurídico de soportarlos –cosa que puede

26
Otros casos de detención injusta, distintos de los tres previstos en el artículo 414 del Código de Procedimiento
Penal, podrían ser, por vía de ejemplo, los siguientes: detención por delitos cuya acción se encuentra prescrita;
detención por un delito que la legislación sustrae de tal medida de aseguramiento; detención en un proceso promovido
de oficio, cuando el respectivo delito exige querella de parte para el ejercicio de la acción penal, etc.
27
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 17 de noviembre de 1995, expediente 10.056.
28
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 12 de diciembre de 1996, expediente 10.229.
29
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de 4 de abril de 2.002, expediente número 13.606.
30
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 27 de septiembre de 2000, expediente 11.601.
ocurrir, por vía de ejemplo, cuando el hecho exclusivo y determinante de la
víctima da lugar a que se profiera en su contra la medida de aseguramiento 31–.

Estas últimas tesis han estado fundadas en la primacía de los derechos


fundamentales, en la consecuente obligación estatal de garantizar el amparo
efectivo de los mismos y en la inviolabilidad de los derechos de los ciudadanos
entre los cuales se cuenta, con sumo grado de importancia, el derecho a la
libertad. En relación con estos aspectos, la Sala, en sentencia proferida el 4 de
diciembre de 2006, precisó:

“Lo cierto es que cualquiera que sea la escala de valores que


individualmente se defienda, la libertad personal ocupa un lugar de primer
orden en una sociedad que se precie de ser justa y democrática. Por
consiguiente, mal puede afirmarse que experimentar la pérdida de un
ingrediente fundamental para la realización de todo proyecto de vida,
pueda considerarse como una carga pública normal, inherente al hecho de
vivir dentro de una comunidad jurídicamente organizada y a la
circunstancia de ser un sujeto solidario. Si se quiere ser coherente con el
postulado de acuerdo con el cual, en un Estado Social y Democrático de
Derecho la persona junto con todo lo que a ella es inherente  ocupa un
lugar central, es la razón de la existencia de aquél y a su servicio se hallan
todas las instituciones que se integran en el aparato estatal, carece de
asidero jurídico sostener que los individuos deban soportar toda suerte de
sacrificios, sin compensación alguna, por la única razón de que resultan
necesarios para posibilitar el adecuado ejercicio de sus funciones por las
autoridades públicas …

“Y es que si bien es cierto que en el ordenamiento jurídico colombiano la


prevalencia del interés general constituye uno de los principios fundantes
del Estado a voces del artículo 1º in fine de la Constitución Política , no
lo es menos que el artículo 2º de la propia Carta eleva a la categoría de fin
esencial de la organización estatal la protección de todas las personas
residentes en Colombia en sus derechos y libertades. Ello implica que la
procura o la materialización del interés general, no puede llevarse a cabo
avasallando inopinada e irrestrictamente las libertades individuales, pues
en la medida en que la salvaguarda de éstas forma parte, igualmente, del
contenido teleológico esencial con el que la Norma Fundamental programa
y limita la actividad de los distintos órganos del Estado, esa protección de
los derechos y libertades también acaba por convertirse en parte del interés
general.…
“De ahí que los derechos fundamentales se configurasen como límites al
poder32 y que, actualmente, se sostenga sin dubitación que el papel
principal del Estado frente a los coasociados se contrae al reconocimiento
de los derechos y libertades que les son inherentes y a ofrecer la
31
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del dos (2) de mayo de dos
mil siete (2.007); Radicación No.:20001-23-31-000-3423-01; Expediente No. 15.463; Actor: Adiela Molina Torres y
otros; Demandado: Nación– Rama Judicial.

32
Sobre el punto, véase DE ASIS ROIG, Agustín, Las paradojas de los derechos fundamentales como límites al poder,
Debate, Madrid, 1992; RODRÍGUEZ-TOUBES MUÑIZ, Joaquín, La razón de los derechos, Tecnos, Madrid, 1995.
protección requerida para su preservación y respeto 33. No en vano ya
desde la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,
adoptada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto
de 179834, en su artículo 2º, con toda rotundidad, se dejó consignado:
“«Artículo 2. El fin de toda asociación política es la conservación de los
derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son la
libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión» …

“Después de la vida, el derecho a la libertad constituye fundamento y


presupuesto indispensable para que sea posible el ejercicio de los
demás derechos y garantías de los que es titular el individuo. No es
gratuito que, en el catálogo de derechos fundamentales contenido en el
Capítulo 1 del Título II de la Constitución Política, inmediatamente después
de consagrar el derecho a la vida artículos 11 y 12 se plasme el
derecho a la libertad. La garantía de la libertad es, a no dudarlo, el principal
rasgo distintivo entre las formas de Estado absolutistas, totalitarias y el
Estado de Derecho.

“Todo lo expuesto impone, ineludiblemente, la máxima cautela antes de


calificar cualquier limitación a la libertad, como una mera carga pública que
los individuos deben soportar por el hecho de vivir en comunidad”.

Así las cosas, se tiene que el ordenamiento jurídico colombiano, orientado por la
necesidad de garantizar de manera real y efectiva los derechos fundamentales de
los ciudadanos, no puede escatimar esfuerzos que conlleven al aseguramiento y
disfrute de esos derechos. Es por lo anterior que no se puede entender que los
administrados estén obligados a soportar como una carga pública la privación de
la libertad y que, en consecuencia, estén obligados a aceptar como un beneficio o
una gracia que posteriormente la medida sea revocada. No, en los eventos en
que ello ocurra y se configuren causales como las previstas en el citado artículo
414 del C. de P. C., o incluso cuando se absuelva al detenido por in dubio pro reo,
el Estado está llamado a indemnizar los perjuicios que hubiere causado por razón
de la imposición de una medida de detención preventiva que lo hubiere privado
del ejercicio del derecho fundamental a la libertad, pues esa es una carga que
ningún ciudadano está obligado a soportar por el sólo hecho de vivir en sociedad.

5 Valoración probatoria. El señor MANUEL FELIPE BECERRA


PALACIOS fue absuelto de la responsabilidad penal que se le
endilgaba al no haberse encontrado pruebas que comprometieran su
responsabilidad.

33
SANTOFIMIO GAMBOA, Jaime Orlando, Tratado de Derecho Administrativo, Tomo I, Introducción, Universidad
Externado de Colombia, Bogotá, D.C., 2003, p. 375.
34
Se toma la cita de la trascripción que del texto de la Declaración efectúa FIORAVANTI, Maurizio , Los derechos
fundamentales..., cit., p. 139.
La Sala entrará a analizar las pruebas aportadas debidamente al proceso y, por
ende, susceptibles de valoración.

- Proveído del 19 de junio de 2003 35, mediante el cual la Fiscalía Cien


Especializada Delegada ante los Jueces Penales del Circuito Especializado, con
sede en Quibdó, resolvió la situación jurídica del sindicado con medida de
aseguramiento consistente en detención preventiva, sin beneficio de
excarcelación, por el punible de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. La
anterior decisión se originó en los siguientes hechos y consideraciones (se cita el
texto tal cual aparece en el expediente):

“(…)
“Emergen como pruebas de singular importancia demostrativas de la
probable responsabilidad de los sindicados VENANCIO CORDOBA GARCIA,
EMILIO IBARGUEN BEJARANO, MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS,
EPIFANIO PALACIOS CORDOBA, en primer término el informe de policía
judicial número 051 GRUDE SIJIN, fechado 12 del mes y año que calenda
visible a folios 1 y 2 del sumario, signado por el Intendente JACOBO
ELIECER GARCES ALBORNOZ, en su condición de funcionario judicial de a
Sijín DECHO, ratificado bajo juramento por el mismo y las declaraciones
juramentadas rendidas por los agentes CARLOS SANCHEZ MURILLO y
WILSON MORENO, quienes de sumo y en forma coincidente relatan los
pormenores que rodearon la incautación del estupefaciente y la aprehensión
de los sindicados de marras, de donde se infiere el estado de flagrancia en
que estos fueron aprehendidos en posesión de 13 gramos de
estupefacientes base de cocaína, los cuales estaban camuflados dentro de
un morral color negro y un costal, en la cocina y en la sala respectivamente
de la casa donde fueron capturados.

Estos deponentes por ser testigos presenciales de los hechos, de manera


clara, sencilla y sin dubitación alguna, nos informan que según comunicación
telefónica de un ciudadano que no se identificó, el Intendente JACOBO
ELIECER GARCES ALBORNOZ tuvo conocimiento que para ese día 12 del
cursante mes y año, ingresarían a esta localidad una droga la cual sería
transportada por el río Caraño, dando las indicaciones del sitio donde
posiblemente arribaría la embarcación donde la misma llegaría, con el
propósito de verificar esta información el Intendente GARCES ALBORNOZ
se dirigió al sitio donde prestó vigilancia observando al rato que por el río
Caraño bajaba un bote con tres personas el cual arrimó detrás de una casa
construida en madera, al bajarse sus ocupantes pudo observar que uno de
ellos el que venía en la parte de adelante identificado posteriormente como
VENANCIO CORDOBA, cogió un bolso estilo morral de color negro y lo
subió por una escalera hacia la cocina de la casa por donde arrimaron, luego
el que venía en el centro de la embarcación identificado como EPIFANIO
bajo un costal blanco y también lo subió a la misma casa, al policial que los
observaba le causó extrañeza el comportamiento de estos sujetos quienes
mostraban cierto nerviosismo, lo que lo indujo a deducir que posiblemente
35
Fls. 48 a 59 C Ppal. y 59 a 69 C. 1.
los que ellos habían bajado de la canoa se trataba de la droga que le habían
informado, razón por la cual pidió refuerzos a la Sijín y al llegar sus
compañeros ingresaron a la vivienda donde consiguieron a los cuatro
sindicados, quienes estaban reunidos hablando, encontrando en medio de
ellos el morral, al continuar el registro de la residencia el agente WILSON
MORENO encontró en el salón debajo de una mesa el costal que vio el
intendente JACOBO ELIECER ser bajado de la embarcación, observando
que tanto el bolso como en el costal contenían unos paquetes forrados en
plástico y cinta de enmascarar transparente que por su olor característico
parecía sustancia derivada de la cocaína, razón por la cual retuvieron a
estos sujetos conduciéndolos hasta la Sijín y posteriormente los colocaron a
disposición de la Fiscalía. Manifestaron también al momento de ampliar su
informe el Intendente JACONO GARCES y al rendir su declaración el agente
CARLOS MOSQUERA, que el sindicado MANUEL FELIPE BECERRA
PALACIOS al ser individualizado en las instalaciones de la Sijín, había
manifestado que quienes sabían de esa vaina, refiriéndose al estupefaciente
decomisado, eran los otros tres, es decir VENANCIO, EPIFANIO y EMILIO.

“(…)
“Por la potísima razón que se ha explicado en precedencia, surge de
bulto concluir que legalmente las pruebas arrimadas en el plenario
determinan un grave compromiso en el evento sucedido a los
sindicados VENANCIO CORDOBA GARCIA, EMILIO IBARGUEN
BEJARANO, MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS y EPIFANIO
PALACIOS CORDOBA, hasta el punto que colma con creces las
exigencias sustanciales del artículo 356 de nuestra norma
procedimental penal, en concordancia con el artículo 357 ejusdem y por
ende se emitirá en contra de ellos medida de aseguramiento en el grado
de detención preventiva por encontrarse señalado por las pruebas
practicadas hasta este momento procesal, como probables autores
materiales de la conducta punible que define y regula el ordinal 1º del
Artículo 376 de nuestro ordenamiento penal, por cuanto el
estupefaciente decomisado analizado preliminarmente como cocaína,
excede la dosis personal alcanzando un peso neto de 13.031.9 gramos
netos”.

- Providencia de fecha 5 de marzo de 2004 36, a través de la cual la Fiscalía


Cien Delegada ante los Jueces Penales del Circuito Especializado, con sede
en Quibdó, profiere resolución de acusación en contra de los señores MANUEL
FELIPE BECERRA PALACIOS, EMILIO IBARGUEN BEJARANO y EPIFANIO
PALACIOS CORDOBA como autores del delito de Tráfico, fabricación o porte
de estupefacientes.

- Providencia de fecha 27 de septiembre de 2004 37, a través de la cual el


Juzgado Penal del Circuito Especializado de Quibdó decidió absolver al señor

36
Fls. 113 a 126 C 2.
37
Fls. 33 a 46 C Ppal y 169 a 182 C. 2).
MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS del punible de tráfico, fabricación o porte
de estupefacientes, por el que fue acusado y respondió en juicio criminal.

Como fundamento de dicha decisión se expusieron los siguientes argumentos (se


cita el texto tal cual aparece en el expediente):

“De la responsabilidad de MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS:

Establece la prueba respecto del procesado MANUEL FELIPE BECERRA


PALACIOS, que es una persona de raigambre campesina oriunda del rio
Munguido, analfabeta, que trabaja la tierra cosechando colino y yuca,
cosecha que de ordinario viene a vender a la ciudad de Quibdó, por lo
que, por mientras mercadea la producción le corresponde pernoctar en
casa de su cuñada de nombre SOBENY MOSQUERA, misma donde se
encontraba ejerciendo labores de cocina, cuando fue capturado y
sindicado de la conducta que se ha investigado.

Como lo anota la defensa, el procesado BECERRA PALACIOS, no


aparece en la escena que ha descrito el policial intendente, que refiere a
que en manera alguna hizo parte del grupo de tres personas que con
posterioridad a la llamada recibida donde se le informaba que por la
quebrada el Caraño se haría transporte de una sustancia prohibida, y
que hicieron desembarco esa tarde, cargando morrales y costales,
mismos que luego fueron individualizados como BENANCIO CORDOBA
GARCIA, EPIFANIO PALACIOS CORDOBA y EMILIO IBARGUEN
BEJARANO.

Su captura y vinculación procesal, ha obedecido por tanto al hecho


circunstancial de haber sido encontrado en la vivienda de propiedad de
su cuñada SOBENY MOSQUERA, en momentos en que la inteligencia
policial hacia seguimiento a un número de tres personas, que
transportaban la droga, y que habían llegado a la misma vivienda, y con
los que inclusive entablo detenida conversación, por lo que no solo no
puede perderse de vista que representa un cuarto hombre, en la escena
de los sospechosos bajo vigilancia del policial GARCES ALBORNOZ,
sino que esta sola circunstancia en manera alguna puede alcanzar los
límites de la tipicidad, por ausencia absoluta de otra prueba de
compromiso, pues lo que se advierte en el proceso solo pone en
evidencia la coherencia de su dicho, y de ahí que las explicaciones que
rindiera en la diligencia de indagatoria resulten atendibles, en cuanto que
efectivamente su permanencia en la vivienda obedecía a la espera de
que se diera la venta de la producción agrícola que había venido a poner
en el mercado, para luego retornar a su hogar campesino, razón por
demás para que el despacho en ausencia de la prueba de incriminación
exigida por el artículo 232 del C.P. Penal, concluya que en su caso, lo
que procede es sentencia absolutoria, por lo que se dispondrá su libertad
inmediata previa caución prendaria en cuantía de cincuenta mil pesos.”
En el caso sub examine, con las pruebas aportadas al proceso se puede
establecer, básicamente, que mediante providencia de fecha 19 de junio de 2003
se impuso medida de aseguramiento consistente en detención preventiva en
contra del señor MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS por el delito de tráfico,
fabricación o porte de estupefaciente.

Que, a través de providencia de 5 de marzo de 2004, la Fiscalía Cien Delegada


ante los Jueces Penales del Circuito Especializado, con sede en Quibdó,
profirió resolución de acusación en contra del señor MANUEL FELIPE
BECERRA PALACIOS como autor del delito de Tráfico, fabricación o porte de
estupefacientes.

Que, a través de providencia de fecha 27 de septiembre de 2004, el Juzgado


Penal del Circuito Especializado de Quibdó absolvió al señor MANUEL FELIPE
BECERRA PALACIOS del punible tráfico, fabricación o porte de estupefacientes,
por el que fue acusado, haciendo efectiva dicha medida el 12 de octubre de
siguiente, con la suscripción de la respectiva diligencia de compromiso 38.

Así las cosas, la Sala encuentra demostrado que el señor MANUEL FELIPE
BECERRA PALACIOS fue objeto de privación de su libertad por supuestamente
haber cometido el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, así
como también que dicha detención finalmente devino en injusta puesto que se
absolvió de toda responsabilidad penal en su contra al no encontrarse pruebas
suficientes sobre la responsabilidad penal por la comisión de dichos ilícitos o, lo
que es lo mismo, que no se logró demostrar que éste cometió el delito por el que
fue investigado, hipótesis prevista en el artículo 414 del ya derogado Decreto Ley
2700 de 1991, referida a que el sindicado no cometió el delito, evento que
compromete la responsabilidad de la administración de forma objetiva en tanto no
se juzga la antijuridicidad del daño sufrido por la víctima, sino por el entendido de
que ésta no se hallaba en la obligación de soportarlo.

Bajo las circunstancias anteriores, resulta desde todo punto de vista


desproporcionado pretender que se le pueda exigir al hoy demandante que
asuma de forma impasible y como si se tratase de una carga pública que todos
los coasociados debieran asumir en condiciones de igualdad la privación jurídica
de su derecho a la libertad, en aras de salvaguardar la eficacia de las decisiones
38
Fl. 185 C 2.
del Estado. Por el contrario, lo que resulta compatible con el marco constitucional
vigente es concluir que dicha circunstancia limitativa del derecho a la libertad se
ha de entender como configurativa de un daño antijurídico que determina la
consecuente obligación para la Administración de resarcir al demandante.

Debe precisar la Sala que en casos como este no corresponde a la parte actora
acreditar nada más allá de los conocidos elementos que configuran la
responsabilidad: actuación del Estado, daño antijurídico e imputación, extremos
que se encuentran suficientemente acreditados en el expediente, pues fue una
decisión de la entidad demandada la que determinó que el señor MANUEL
FELIPE BECERRA PALACIOS tuviera que padecer la limitación a su libertad
hasta cuando se lo absolvió de las acusaciones que le fueron hechas por el
Estado, absolución que se correspondió con la circunstancia de que él no había
cometido el delito por el cual fue investigado.

En cambio, es a la entidad demandada a quien correspondía demostrar, mediante


pruebas legales y regularmente traídas al proceso, si se había dado algún
supuesto de hecho en virtud del cual pudiera entenderse configurada una causal
de exoneración, fuerza mayor, hecho exclusivo de un tercero o culpa exclusiva y
determinante de la víctima y ocurre que ninguna de estas eximentes ha sido
acreditada en el plenario39.

Resalta la Sala que la privación de la libertad del hoy actor no se produjo


entonces como consecuencia de un hecho que fuere atribuible al sindicado, pues
no se acreditó en este asunto causa alguna que permita establecer que la
decisión se hubiere adoptado con fundamento en una actuación directa y
exclusiva de aquél.

Teniendo en cuenta las circunstancias fácticas descritas se impone concluir que


no estaba el señor MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS en la obligación de
soportar el daño que el Estado le irrogó y que, por tanto, debe calificarse como
antijurídico, calificación que determina la consecuente obligación para la
Administración de resarcir a los demandantes.

6. Actualización de las condenas.

39
Al respecto ver, por ejemplo, Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 8 de julio de 2009, Exp. 17.517 y
del 15 de abril de 2010, Exp. 18.284, entre otras.
6.1 Perjuicios inmateriales. Perjuicios Morales.

Por perjuicios morales en la sentencia de primera instancia se condenó a la


entidad demandada a pagar una suma equivalente a “80 salarios mínimos legales
a favor del señor MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS y 60 salarios mínimos
legales a favor MARIA ZULIA MOSQUERA RENTERIA, en su condición de
esposa y 60 salarios mínimos legales a favor de SENILUZ y JALEIDY BECERRA
MOSQUERA, en su condición de hijas”, sumas que deberán ser actualizadas a la
fecha de ejecutoria de la sentencia de segunda instancia, aplicando la fórmula
que se presenta a continuación, tomando como índice inicial el correspondiente al
20 de noviembre de 2009 (fecha de la sentencia de primera instancia), y como
índice final, el vigente a la fecha de esta providencia, teniendo en cuenta que no
se puede agravar la situación del apelante único, esto es la Fiscalía General de la
Nación, en consideración al principio de la no reformatio in pejus:

Ra = Rh índice final
índice inicial

Perjuicios materiales. Lucro cesante.

Por perjuicios materiales en la sentencia de primera instancia se condenó a la


entidad demandada a pagar la suma de “dieciocho millones seiscientos mil pesos
($18.600.000)”, suma que deberá ser actualizada aplicando la fórmula que se
presenta a continuación, tomando como índice inicial el correspondiente al 20 de
noviembre de 2009 (fecha de la sentencia de primera instancia), y como índice
final, el vigente a la fecha de esta providencia, teniendo en cuenta que no se
puede agravar la situación del apelante único, esto es la Fiscalía General de la
Nación, en consideración al principio de la no reformatio in pejus:

Ra = Rh índice final
índice inicial

Ra = $18.600.000 115.71
101.91

Ra = $21.118.692,96
7. Costas.

Toda vez que no se evidencia temeridad, ni mala fe de las partes, la Sala se


abstendrá de condenar en costas de conformidad con lo reglado en el artículo 171
del C.C.A., modificado por el artículo 55 de la Ley 446 de 1998.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Tercera, Subsección A, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la ley,

F A L L A:

PRIMERO: MODIFICASE los numerales segundo y tercero de la parte resolutiva


de la sentencia de 20 de noviembre 2009 proferida por el Tribunal Administrativo
de Chocó, relacionado con la condena y, en su lugar, se resuelve:

“2° En consecuencia, condénese a la NACIÓN – FISCALÍA GENERAL


DE LA NACIÓN a pagar al señor MANUEL FELIPE BECERRA
PALACIOS, la suma de VEINTIUN MILLONES CIENTO DIECIOCHO
MIL SEISCIENTOS NOVENTA Y DOS PESOS CON NOVENTA Y SEIS
CENTAVOS (21.118.692,96) por concepto de perjuicios materiales.

“3° Condénese a la NACIÓN – FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN a


pagar por concepto de perjuicios morales causados a los actores las
siguientes sumas:

A MANUEL FELIPE BECERRA PALACIOS, 80 salarios mínimos legales


mensuales vigentes, sumas que deberán ser actualizadas a la fecha de
ejecutoria de la sentencia de segunda instancia, de conformidad con lo
expuesto en la parte motiva de la presente providencia.

A MARIA ZULIA MOSQUERA RENTERIA, SENILUZ y JALEIDY


BECERRA MOSQUERA, el valor equivalente a 60 salarios mínimos
legales mensuales vigentes, para cada una, sumas que deberán ser
actualizadas a la fecha de ejecutoria de la sentencia de segunda
instancia, de conformidad con lo expuesto en la parte motiva de la prese
te providencia.

SEGUNDO: CONFIRMASE en lo demás la sentencia apelada.


TERCERO: ABSTIENESE de condenar en costas.

CUARTO: Una vez en firme esta providencia, devuélvase el expediente al


Tribunal de origen.

COPIESE, NOTIFIQUESE, CUMPLASE Y PUBLIQUESE

HERNAN ANDRADE RINCON

MAURICIO FAJARDO GOMEZ

CARLOS A. ZAMBRANO BARRERA

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