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Asunto: demanda de amparo

Juez de Distrito de Amparo en Materia Penal


en la Ciudad de México
Presente

Ulises Segundo Nieves y Daniel Segundo Nieves, promovemos demanda


de amparo indirecto contra actos y autoridades que en párrafos posteriores se
precisarán; en términos del artículo 12, párrafo segundo, de la Ley de Amparo,
autorizamos al licenciado en derecho Cristian González Hernández, con cédula
profesional 8369845 expedida por la Dirección General de Profesiones; y ante
usted respetuosamente comparecemos y exponemos:

Con fundamento en los artículos 103, fracción I y 107 fracciones I, II, X, y


demás relativos y aplicables de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 1 fracción I, 2, 3, 5 fracción I, 8, 15, 17 fracción II, 108 y demás
relativos aplicables de la Ley de Amparo, demandamos el AMPARO Y
PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL, para lo cual exponemos:

I. NOMBRE Y DOMICILIO DE LOS QUEJOSOS: Ulises Segundo Nieves y


Daniel Segundo Nieves, actualmente privados de la libertad en el reclusorio
preventivo varonil norte.

II. NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO INTERESADO: PON EL


NOMBRE DE LA VÍCTIMA.

III. AUTORIDADES RESPONSABLES:

 César Augusto Mendoza Salazar, Juez del Sistema Procesal Penal


Acusatorio de la Ciudad de México, en funciones de Juez de trámite
adscrito a la Unidad de Gestión Judicial Catorce, tipo dos
 Director del Reclusorio Preventivo Varonil Norte (en vía de consecuencia)
IV. ACTO RECLAMADO:

El acuerdo de veintinueve de mayo de dos mil veintitrés, el cual nos fue


notificado el **PONES LA FECHA EN QUE A ELLOS LOS NOTIFICARON++, por
medio del cual, el Juez del Sistema Procesal Penal Acusatorio de la Ciudad de
México, en funciones de Juez de trámite adscrito a la Unidad de Gestión Judicial
Catorce, tipo dos, al resolver el recurso de revocación determinó reiterar no
acordar de conformidad la solicitud de revisión de la medida cautelar que nos
fue impuesta bajo el argumento de ser de carácter oficiosa.

V. DERECHOS HUMANOS VULNERADOS:

Artículos 1, 8, 14, 16 y 20, apartado b, de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos.

VI. PROTESTA LEGAL. En cumplimiento a la fracción IV del artículo 116 de la


Ley de Amparo manifestamos bajo protesta de decir verdad, que los hechos
y abstenciones que nos constan y que constituyen los antecedentes del acto
reclamado o fundamentos de los conceptos de violación, son los que a
continuación se señalan.

VII. ANTECEDENTES DEL ACTO RECLAMADO

1) El +++ de dos mil veintitrés, solicitamos audiencia de revisión de


medida cautelar impuesta.
2) En acuerdo de +++ de mayo del mismo año el juez de trámite
proveyó “por la naturaleza de la medida cautelar impuesta en el
caso concreto, la vía para su modificación es la señalado (sic) por
el artículo 467 fracción V del Código Nacional de Procedimientos
Penales; motivo por el cual, en este momento no es procedente
atender su solicitud.”
3) Contra dicho acuerdo interpusimos recurso de revocación.
4) Por acuerdo de veintinueve de mayo de dos mil veintitrés,
notificado el ****, el juez de trámite resolvió confirmar el auto
recurrido.

VIII. CONCEPTOS DE VIOLACIÓN

La medida cautelar con carácter oficiosa impuesta a los suscritos es


inconvencional, cabe destacar la acción de inconstitucionalidad 62/2016 emitida
por el Pleno del Máximo Tribunal del país, que en lo que nos interesa, se
estableció el derecho fundamental de tutela judicial efectiva en su vertiente de
recurso efectivo, relacionado al principio pro actione.

Lo que implica la obligación para los tribunales de resolver los conflictos que se
les plantean sin obstáculos, o dilaciones innecesarias y evitando formalismos o
interpretaciones no razonables que impidan o dificulten el enjuiciamiento de
fondo y la auténtica tutela judicial, por lo que, al interpretar los requisitos y
formalidades procesales legalmente previstos, se debe tener presente la ratio
de la norma, con el fin de evitar que los meros formalismos impidan un
enjuiciamiento de fondo del asunto.

Por otra parte, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación invocó la


jurisprudencia interamericana en el caso Castañeda Gutman Vs. México, en
donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos estimó que un recurso
judicial efectivo es aquél capaz de producir el resultado para el que ha sido
concebido, es decir, debe ser un recurso capaz de conducir a un análisis por
parte de un tribunal competente a efectos de establecer si ha habido o no una
violación a los derechos humanos y, en su caso, proporcionar una reparación.

El Tribunal también estableció que acorde al artículo 107, fracción X, párrafo


primero de la Constitución Federal, prevé que los actos reclamados en el
amparo podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las
condiciones que determine la ley reglamentaria, sin embargo, será el órgano
jurisdiccional de amparo –cuando la naturaleza del acto lo permita-, quien
deberá realizar un análisis ponderado de la apariencia del buen derecho e
interés social.

Además, añadió que respecto de la suspensión en materia de amparo, la


suspensión del acto reclamado tiene como objeto primordial preservar la
materia del juicio, asegurando provisionalmente los bienes, la situación jurídica,
el derecho o el interés de que se trate, para que la sentencia que declare el
derecho del promovente pueda ser ejecutada eficaz e íntegramente.

Por otra parte, destacó que si un acto respecto del cual solicita la suspensión es
cierto, es susceptible de suspender y no se encuentra la hipótesis a que alude
el artículo 129 de la Ley de Amparo, el juzgador, atendiendo a la naturaleza del
acto reclamado, tiene la obligación de ponderar la apariencia del buen derecho
que le puede corresponder al quejoso y la afectación que dicha medida puede
ocasionar al interés social, para que derivado de ese análisis, determine si es o
no factible considerar la suspensión.

Sostuvo que la anterior obligación deriva del artículo 107, fracción X de la


Constitución Federal, la cual busca maximizar la efectividad de la medida
suspensional en el juicio de amparo, pero sin dejar de lado el interés social, por
lo que para lograr ese propósito deja a consideración del juzgador la
ponderación de referencia.

En diverso aspecto, es de especial relevancia destacar que por regla general,


los efectos de la suspensión no son de carácter restitutorio, dado que aquél, es
propio de la sentencia que en su caso dicte en el juicio principal del cual deriva
el incidente de suspensión, sin embargo, no se soslaya que en jurisprudencia
de 15/2018, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
resaltó que la reforma constitucional en materia de amparo de 2011 se dotó a
la suspensión de un genuino carácter de medida cautelar, cuya finalidad es
conservar la materia de controversia y evitar que los particulares sufran
afectaciones a su esfera jurídica mientras se resuelva el fondo del asunto.

Por tanto, es posible que tenga los efectos mencionados cuando ésta sea
procedente de acuerdo a los requisitos legales respectivos.

Aunado a lo anterior, la mencionada Sala resaltó que no existe razón alguna


para que en materia penal, por regla general, no los tenga, ya que la Ley de
Amparo no establece expresamente que la suspensión en materia penal no
pueda restituir derechos.

En lo que nos interesa, destaca que en la contradicción de tesis 293/2011, el


Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resaltó que, conforme al
artículo 1° constitucional, todos los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales ratificados por el Estado Mexicano
forman parte del catálogo que conforma el parámetro de control de regularidad
del ordenamiento jurídico mexicano.

En consecuencia, estimó que los criterios que emita la Corte Interamericana en


sus resoluciones, como intérprete último de la Convención Americana en el
ámbito internacional, son vinculantes para todos los órganos jurisdiccionales del
país.

Asimismo, el Máximo Tribunal aclaró que, conforme al artículo 1° constitucional,


cuando se susciten conflictos respecto a cómo interpretar un derecho humano
en específico, los operadores jurídicos deberán atender, en cumplimiento al
principio pro persona, a las interpretaciones que resulten más amplias o menos
restrictivas para los derechos de las personas.

A mayor abundamiento, el Pleno del Alto Tribunal determinó que en los casos
en que exista una sentencia internacional dictada con carácter de cosa juzgada
respecto de un Estado que ha sido parte en el caso sometido a la jurisdicción
de la Corte Interamericana, entonces, todos sus órganos, incluidos sus jueces y
órganos vinculados a la administración de justicia, también están sometidos al
tratado y a la sentencia de este tribunal, lo cual les obliga a velar para que los
efectos de las disposiciones de la Convención y, consecuentemente, las
decisiones de la Corte Interamericana, no se vean mermados de la aplicación
de normas contrarias a su objeto y fin o por decisiones judiciales o
administrativas que hagan ilusorio el cumplimiento total o parcial de la
sentencia.

Una vez sentado lo anterior, cabe señalar que el artículo 19 constitucional y 167
del Código Nacional de Procedimientos Penales prevén las condiciones para que
proceda la prisión preventiva oficiosa.

Artículo 19. […]


El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando otras medidas
cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el
desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, así
como cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente por la
comisión de un delito doloso. El juez ordenará la prisión preventiva oficiosamente, en los casos
de abuso o violencia sexual contra menores, delincuencia organizada, homicidio doloso,
feminicidio, violación, secuestro, trata de personas, robo de casa habitación, uso de programas
sociales con fines electorales, corrupción tratándose de los delitos de enriquecimiento ilícito y
ejercicio abusivo de funciones, robo al transporte de carga en cualquiera de sus modalidades,
delitos en materia de hidrocarburos, petrolíferos o petroquímicos, delitos en materia de
desaparición forzada de personas y desaparición cometida por particulares, delitos cometidos
con medios violentos como armas y explosivos, delitos en materia de armas de fuego y
explosivos de uso exclusivo del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, así como los delitos
graves que determine la ley en contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la
personalidad, y de la salud.

El citado precepto constitucional establece dos supuestos distintos de


procedencia de la medida cautelar; en el primero se señala que el Ministerio
Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando otras medidas
cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado
en el juicio, el desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los
testigos o la comunidad, así como cuando el imputado esté siendo procesado o
haya sido sentenciado previamente por la comisión de un delito doloso.
En el segundo supuesto se establece como una obligación del juzgador decretar
la prisión preventiva de manera oficiosa en los casos en que se atribuya la
comisión de los hechos probablemente constitutivos de los delitos que ahí se
precisan, entre estos y en lo que interesa al particular, tentativa de homicidio.
En esta hipótesis, conforme al citado numeral, el juez ordenará la prisión
preventiva oficiosa, sin necesidad de petición expresa del fiscal federal.

En tanto que, el diverso 167 del Código Nacional de Procedimientos Penales,


establece la procedencia de la prisión preventiva oficiosa, que tiene como
función delimitar con precisión cuáles son los tipos penales respecto de los que
es procedente la medida cautelar que se contempla en el párrafo segundo del
artículo 19 constitucional.

Ahora bien, en el asunto en particular, es de especial relevancia destacar que


en el caso García Rodríguez y otro Vs México, de veinticinco de enero de dos
mil veintitrés, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en lo que nos
interesa estableció.

173. En el caso de la prisión preventiva oficiosa, el trato diferenciado puede verificarse en el


hecho de que quienes están imputados de cometer ciertos delitos no tendrán posibilidad de
controlar ni de defenderse adecuadamente de la medida toda vez que hay un mandato
constitucional que impone preceptivamente la medida cautelar privativa de la libertad. Sobre
ese punto, es preciso recordar que el artículo 8.2 de la Convención estipula que, durante el
proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a distintas garantías mínimas del
debido proceso. Para este Tribunal, es claro que la aplicación automática de la prisión
preventiva oficiosa sin considerar el caso concreto y las finalidades legítimas para restringir la
libertad de una persona, así como su situación diferencial respecto de otros que, también al ser
imputados por delitos, no están comprendidos en el elenco del artículo 19 de la Constitución
mexicana, supone necesariamente una lesión al derecho a la igualdad ante la ley vulnerando el
artículo 24 de la Convención Americana, y a gozar, en plena igualdad, ciertas garantías del
debido proceso vulnerando el artículo 8.2 de dicho instrumento.
174. Por estos motivos, este Tribunal encuentra que el artículo 319 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de México de 2000 y 19 de la Constitución de acuerdo a
su texto reformado en el año 2008, los cuales fueron aplicados en el presente caso (supra párr.
164), contenían cláusulas, y siguen conteniendo en el caso del artículo 19 de la Constitución,
que, per se, resultaban contrarias a varios derechos establecidos en la Convención Americana.
Esos serían los derechos a no ser privado de la libertad arbitrariamente (art. 7.3), al control
judicial de la privación de la libertad (art. 7.5), a la presunción de inocencia (art. 8.2), y a la
igualdad y no discriminación (artículo 24). En esa medida, la Corte concluye que el Estado
vulneró esos derechos, en relación con la obligación de adoptar disposiciones de derecho
interno establecida en el artículo 2 de dicho tratado, en perjuicio de Daniel García Rodríguez y
Reyes Alpízar Ortiz.
Bajo las consideraciones anteriores, por regla general el límite en la actuación
del Estado se marca conforme a las disposiciones que establece la Constitución
Política, sin embargo, tal limitante adquiere especial significado cuando el
efecto es dotar de contenido y eficacia a la norma, aspecto que a su vez se
complementa, desde luego, realizando un análisis con un enfoque al principio
pro homine, esto es, interpretando la

En ese tenor, del acto que se reclama se advierte que la medida cautelar
impuesta a los quejosos se impuso en audiencia en la que no se generó debate,
por lo que al haber sido declarada inconvencional la medida cautelar de prisión
preventiva en su carácter oficioso, bajo un control de constitucionalidad, el juez
debe inaplicar la norma y generar audiencia de debate en relación a la medida
cautelar a la que los suscritos tenemos derecho.

Pues de lo contrario, el acto de autoridad se torna arbitrario, máxime que la


retroactividad de la norma es en beneficio de los quejosos en aplicación de un
control difuso de convencionalidad.

IX. SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO

Solicitamos la suspensión del acto reclamado y en acatamiento a la


contradicción de criterios 36/2023, el Pleno Regional en Materia Penal de la
Región Centro-Norte, por unanimidad de votos, solicitamos que al resolver la
suspensión provisional respecto de la prisión preventiva, no se limite al efecto
señalado, porque ello no representa ningún beneficio y no protege el derecho
humano a la libertad, sino que la persona juzgadora de Distrito al resolver si
concede o no la suspensión provisional con efectos restitutorios respecto de la
prisión preventiva, haga un análisis de ponderación de la apariencia del buen
derecho y el peligro en la demora frente al interés social y la no contravención
de disposiciones de orden público.
Por lo expuesto y fundado atentamente pedimos:

Único. Acordar de conformidad a Derecho y decretar la suspensión de plano


del acto reclamado.

Ciudad de México al día de su presentación

ATENTAMENTE

Ulises Segundo Nieves

Daniel Segundo Nieves

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