Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SÍNTESIS DEL CASO: La Sijin realizó una operación sin uniforme, para verificar
información sobre un cultivo de marihuana. Un informante del ejército que vio a los
agentes vestidos de civil, hizo una llamada al Gaula y advirtió que había bandidos
armados en la vereda. El Gaula montó un operativo con base en esa información y
mató a dos de los agentes de la Sijin.
Está probado que 7 agentes de la Sijin adelantaron una operación vestidos “de
civil” en la vereda la Judía, que un informante de la zona llamó al Gaula del
Ejército a alertar la presencia de civiles armados y que el Gaula dispuso un
operativo a partir de esa única información. Cuando terminaba la operación de la
Sijin, miembros del Gaula dispararon y mataron a la Subintendente de la Sijin (…)
y al agente (…). Está probado que ni ellos ni sus compañeros tomaron posición
ofensiva, que no dispararon sus armas, y que ninguno portaba los distintivos de la
Sijin en el momento del ataque.
También está acreditado que la acción de reparación directa fue ejercida dentro
del término del artículo 136 del C.C.A., pues el hecho ocurrió el 31 de agosto de
2004 y las demandas se presentaron el 21, 29 de julio de 2005 y 6 de junio de
2006 el 28 de octubre de 2003.
Aunque ninguna de las partes discutió la existencia del daño, las pruebas que
acreditaron la muerte de (…) revelan asuntos relevantes para resolver el problema
de la culpa exclusiva que pretende imputarles el Ejército. […] La Sala encuentra
acreditado que el Ejército abrió fuego contra las personas denunciadas por un
informante, sin que sus conductas reportaran un riesgo real. Como los miembros
del Gaula no estaban en situación de combate ni de defensa ante un ataque
inminente, sino en posición de ventaja numérica y en disposición para atacar,
tenían la obligación de gritar la consigna para permitir que sus sospechosos se
detuvieran e identificaran, debían capturarlos y sólo si se generaba una situación
de riesgo contra la vida de las tropas, podían abrir fuego. El cumplimiento
adecuado de esa obligación habría evitado la tragedia.
El Ejército cometió una falla en el servicio por diseñar y ejecutar un operativo sin
contrastar la información recibida en una única llamada de un joven informante.
Según la orden de la Misión de Trabajo, el Ejército debía soportar la operación en
inteligencia suficientemente procesada y analizada para no actuar en forma
irreflexiva e improvisada. En el informe que rindió el comandante del Gaula, al
Comandante de la Quinta Brigada, reconoció que no se hizo un análisis serio de la
información: la operación se diseñó exclusivamente con base en la percepción del
joven informante que llamó una sola vez, y dijo que “en la vereda helechales Judía
pasaban unos ‘vándalos’ con armas”. Esta Corporación ha advertido que la
información ofrecida por informantes debe ser contrastada con rigor antes de
tomar decisiones, pues la intención de cooperar en su caso está mediada por el
deseo de recibir los beneficios que se ofrecen a cambio de esa labor, a costa de la
veracidad y seriedad de los datos que aportan. (…) El mayor (…) desobedeció la
obligación de analizar la percepción de un informante a la luz de otra información
decantada de inteligencia, y también la de corroborar que no se tratara de agentes
estatales, para lo que bastaba contrastar la información con todas las fuerzas que
pudieran tener agentes “de civil” en el área y especialmente con las estaciones de
policía del lugar -que, en efecto, tenían la información sobre los agentes de la
Sijin. Adicionalmente, el comandante del Gaula mintió para justificar el operativo, e
incorporó información falsa en el documento de la Misión de Trabajo N.41
BR5Gaula-S2-252 de 31 de agosto de 2004: reportó que habían obtenido la
información sobre sujetos armados “al recibir barias llamadas a línea 144”. Está
demostrado de manera indiscutible que el ejército no recibió más que una llamada
de un informante que alertó “que en la vereda helechales judía pasaban unos
‘vandidos’ con armas. Nadie más de la vereda los llamó, porque está acreditado
que los agentes de la Sijin se identificaron con los pobladores a los que les
pidieron señas, y que lo hicieron plenamente con quienes habitaban la casa en
donde se llevó a cabo la inspección. La falsedad que el Comandante del Gaula
incorporó en el documento oficial justificó un operativo armado y trasmitió a sus
tropas su -infundada- certeza de que emboscarían a miembros del ELN, como
quedó escrito en la orden de operaciones. Esta conducta indica un afán
consciente de presentar resultados aún a costa de errores fatales, como el que
costó la vida de los agentes (…). La Sala no comparte la posición del Ejército
según la cual la Sijin es responsable de las muertes de sus agentes por no
coordinar su misión con ellos, pues esta conducta fue inocua en la producción del
daño. En la en la Orden de Operaciones se indicó que la Sijin debía coordinar con
las diferentes autoridades. Varios de los declarantes, conocedores de los
protocolos de la Sijin y uno de los Radio Operadores explicaron que cuando “había
salidas fuera del perímetro urbano” el radio operador de turno debía reportar al
ejército para que tuviera conocimiento. La Capitana (…), a cargo de la misión de
verificación de la Sijin, cumplió con la obligación de reportar la operación: en el
libro oficial de semana se dejó constancia expresa de que la salida sería a la
vereda Helechales, y del personal que iría con ella a verificar una información. Por
razones de reserva, la operación quedó registrada en el libro del Radio Operador
sin la precisión sobre la vereda ni otra referencia al área rural, por lo que no hay
certeza sobre si el Operador avisó al Ejército. Sin embargo, está acreditado que la
Sijin coordinó con las estaciones de policía correspondientes, pues cuando se
activó la alarma del radio de la Capitana (…), el Radio Operador rápidamente
pudo ubicar la vereda a la que debía mandar refuerzos a partir de la información
que le dieron en la Policía de Floridablanca. En todo caso, no fue el diseño de la
Operación de la Policía, ni su ejecución, lo que causó la muerte de los agentes
(…). En este caso, la Sala encuentra que, incluso si el Radio Operador de la Sijin
hubiera contactado a su homólogo del Ejército, en nada hubiera cambiado el
resultado fatal. En el proceso consta, en efecto, que el comandante del Gaula del
Ejército no hizo ningún chequeo de la información de radio, sino que
inmediatamente después de recibir la llamada del informante solicitó autorización
con su superior, delegó a alguien que llamara al Gaula Policía y, montó el
operativo con la convicción de que se trataba de delincuentes del ELN, como los
que habían enfrentado unas semanas atrás. Convencidos de una identidad que
jamás corroboraron, los miembros del Gaula ejecutaron la operación y dispararon
a matar, aunque (…) no supusieran ningún riesgo real para ellos, y sin darles la
oportunidad de identificarse. Las causas del daño se produjeron en la órbita de
acción del Ejército: de una parte, el diseño improvisado y apresurado de un
operativo cuya finalidad era emboscar una célula del ELN de la que el Gaula no
tenía más información que la percepción de un informante, y de otra parte, la
ejecución impulsiva de ese operativo, que desconoció los protocolos para la
salvaguarda de la vida y utilizó la fuerza en exceso. La prisa e improvisación con
que el Ejército preparó y ejecutó la operación se tradujeron luego en el uso
ilegítimo de la fuerza contra agentes estatales vestidos de civil que no reportaron
nunca un riesgo real para las tropas del Gaula. La ejecución de esa operación fue
tan impulsiva como su planeamiento. La Sala, en definitiva, encuentra que las
conductas del Ejército causaron la muerte de las víctimas. Esa demandada, en
consecuencia, responderá por el total de la indemnización con que se repararán
los perjuicios acreditados.
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN B
Consejero ponente: ALBERTO MONTAÑA PLATA
Temas: Responsabilidad del Ejército Nacional por muerte de dos agentes de la Sijin en operación basada exclusivamente
en las percepciones de un informante.
Síntesis del caso: La Sijin realizó una operación sin uniforme, para verificar información sobre un cultivo de marihuana.
Un informante del ejército que vio a los agentes vestidos de civil, hizo una llamada al Gaula y advirtió que había bandidos
armados en la vereda. El Gaula montó un operativo con base en esa información y mató a dos de los agentes de la Sijin.
1. Conoce la Sala del recurso de apelación interpuesto por las partes en contra de la
Sentencia de 20 de abril de 2012 1, proferida por el Tribunal Administrativo de Santander,
en la que se resolvió declarar a la Nación Ministerio de Defensa Nacional – Ejército
Nacional – Policía Nacional solidaria y extracontractualmente responsables de los
perjuicios causados a los demandantes con ocasión de la muerte de Alba Cristina Jaimes
Hernández y Orlando López Porras. Declaró, también que con su conducta, las víctimas
contribuyeron en un 25% en la generación del daño.
1. ANTECEDENTES:
Contenido: 1.1. Posición de la parte demandante 1.2. Posición de la parte demandada 1.3 Sentencia de primera instancia
1.4 Recurso de apelación.
9. En las demandas se afirmó que ellos murieron como consecuencia de disparos del Gaula,
mientras estaban en ejercicio de sus funciones. El evento fue producto de la
irresponsabilidad de quienes planearon el operativo sin coordinación “y por el
protagonismo institucional por presentar resultados para conseguir positivos por parte de
los superiores, sin importarles la vida de quienes dan de baja, así sean miembros del propio
estado”24
10. En una de las demandas25 se insistió en que, aunque la sentencia del proceso penal
militar concluyera que los militares actuaron en legitima defensa y por error invencible
porque los señores Jaimes y López no llevaban sus distintivos de la SIJIN, lo cierto es que
dicho error era fácilmente superable. Por la superioridad numérica y táctica del Gaula.
13. La Policía Nacional contestó las demandas 2005-2694 30 y 2006 - 0250731. Afirmó
que el ataque del Ejército Nacional fue repentino, insospechado, inadvertido y sorpresivo.
Explicó que existe un tipo de labor policial que corresponde a la policía de investigación,
encargada de recolección de pruebas, seguimientos, investigación observación. Estas
labores se cumplen “de civil y NO uniformados”.
14. De otra parte, la Policía Nacional aclaró que la jurisdicción de Floridablanca no era
una zona con alteración del orden público, ni había presencia subversiva o paramilitar y era
de fácil acceso, pues estaba a “escasos 10 minutos del municipio de Floridablanca”, por lo
que no hacía falta el reporte al Ejército. Finalmente, afirmó que todas las armas del Ejército
fueron disparadas. En cambio ninguno de los policías disparó sus armas, que no estaban
montadas ni con tiros en la recámara.
1.3. La Sentencia
16. En el proceso 2006-02507, reconoció por perjuicios morales 100 SMLMV para
Ruben Darío Jaimes Hernández el cónyuge que sobrevivió a Alba Cristina y para su hijo
Ludwing Darío Jaimes Jaimes. A la hermana Amanda Jaimes le reconoció 50 SMLMV.
Concedió lucro cesante en favor del cónyuge y del hijo. A todos los montos descontó un
25% por la concurrencia de culpas.
18. En el proceso 2005-2694 reconoció por perjuicios morales para Saider Guerrero la
cónyuge de Orlando López Porras, a sus hijos Yerson Stiven y Marlyn Jazbleidy Lopez
28
Obra en el expediente copia de la Resolución 00343 de 14 de abril de 1997 en la que se reconoció y ordenó el pago de la pensión por
invalidez del 100% por 441.389,83, y se reconoció una indemnización de $15’890.033 por concepto de indemnización por disminución
de la capacidad sicofísica. Ver folios 160 y 161 del cuaderno 2 principal
29
Sin embargo, en el expediente obra constancia expedida por la Directora de Indemnizaciones de la Central De Seguros en que asegura
que el único pago realizado con cargo a la cédula de la señora Alba Cristina JAimes Hernández fue al Banco Popular como beneficiario
de la póliza de vida de una obligación hipotecaria. Ver folio 158 del cuaderno 2 principal
30
Ver folios 104 a 110 del cuaderno 4 principal.
31
Ver foios 95 a 1’6 del cuaderno principal 1
Guerrerro, y a su padre Ángel María López Rueda, el equivalente a 100 SMLMV. A los
hermanos de Orlando López, 50 SMLMVV. Reconoció indemnización por lucro cesante en
partes iguales al padre, a su cónyuge y a sus dos hijos. A todos los montos les descontó un
25% por la concurrencia de culpas
2. CONSIDERACIONES:
Contenido: 2.1. Exposición del caso y decisión de la Sala 2.2 Ausencia de culpa exclusiva de las víctimas 2.3
Falla en el servicio del Ejército 2.4 Perjuicios 2.5 Costas.
32
ver folios 249 a 254 del cuaderno principal.
33
Ver folios 269 a 274 del cuaderno principal
34
Ver Folios 320 a 321 del cuaderno principal
35
Ver folios 322 a 324 del cuaderno principal
36
Ver folios 333 a 335 y 339 a 340 del cuaderno principal
6. Está probado37 que 7 agentes de la Sijin adelantaron una operación vestidos “de
civil” en la vereda la Judía, que un informante de la zona llamó al Gaula del Ejército a
alertar la presencia de civiles armados y que el Gaula dispuso un operativo a partir de esa
única información. Cuando terminaba la operación de la Sijin, miembros del Gaula
dispararon y mataron a la Subintendente de la Sijin Alba Cristina Jaimes y al agente
Orlando López. Está probado que ni ellos ni sus compañeros tomaron posición ofensiva,
que no dispararon sus armas, y que ninguno portaba los distintivos de la Sijin en el
momento del ataque.
7. También está acreditado que la acción de reparación directa fue ejercida dentro del
término del artículo 136 del C.C.A., pues el hecho ocurrió el 31 de agosto de 2004 y las
demandas se presentaron el 2138, 29 de julio de 200539 y 6 de junio de 2006 el 28 de
octubre de 2003.
10. La argumentación que soporta esta decisión será expuesta en el siguiente orden.
Dado que nadie discutió la existencia y acreditación del daño, la Sala explicará en primer
término por qué no hubo culpa exclusiva de las víctimas. En ese punto, sin embargo, la
prueba del daño resulta indispensable porque demuestra que las víctimas no asumieron una
actitud o posición que significara un riesgo real para el Gaula. También se explicará porqué
La ausencia de distintivos de la Sijin no constituyó una omisión de las víctimas, ni podía
ser una justificación razonable para dispararles a matar. Posteriormente se expondrán las
razones que permitieron a la Sala concluir que el Ejército incurrió en una falla en el
servicio por diseñar y ejecutar un operativo sin contrastar la información recibida en una
única llamada de un joven informante, que permite imputar exclusivamente a esa entidad la
responsabilidad por la tragedia ocurrida en este caso. Finalmente, dentro del margen de
competencia dado por los asuntos apelados, la Sala ajustará la liquidación de los perjuicios.
11. Está acreditado que Alba Lucía Jaimes y Orlando López no asumieron conductas ni
incurrieron en omisiones que desataran la balacera que los mató. Como se quedó
demostrado, (2.2.1) nunca asumieron una actitud o posición que significara un riesgo real
37
La Sala valorará sin más formalidades la prueba trasladada pues fue solicitada por la parte demandada y esa solicitud fue coadyuvada por el
Ejército Nacional en las contestaciones de la demanda en los tres procesos acumulados. Ver Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 23 de junio de 2011, Exp No21055. Ver también las sentencias de 7 de julio de 2011, Exp 21004,
de 9 de mayo de 2011, Exp. 20787, de 25 de mayo de 2011 Exp. 19419; de 19 de septiembre de 2011, Exp. 21103; o de 15 de febrero de 2012,
Exp. 21277, entre otras.
38
Ver folios a 34 del cuaderno principal
39
Ver folios 39 a 66 del cuaderno principal
contra el Gaula y que justificara abrir fuego contra ellos. (2.2.2) Tampoco omitieron
ninguna obligación legal o de las establecidas en la orden de operaciones, pues no estaban
obligados a llevar sus distintivos durante toda la operación, por lo que ese hecho no puede
achacarse ahora como una conducta negligente; y, en todo caso, la ausencia de distintivos
de la policía no era una causa razonable para abrir fuego a muerte contra personas cuya
identidad se desconocía.
2.2.1 Las víctimas no asumieron actitud o posición que significara un riesgo real para
el Gaula
12. Aunque ninguna de las partes discutió la existencia del daño, las pruebas que
acreditaron la muerte de Alba Cristina Jaimes Hernández y de Orlando López Porras
revelan asuntos relevantes para resolver el problema de la culpa exclusiva que pretende
imputarles el Ejército.
13. Está acreditado que a Alba Lucía Jaimes la mataron cinco proyectiles de alta
velocidad calibre 5.56 mm, disparados a larga distancia 40. Uno de los disparos entró por la
punta de la nariz, atravesó su cabeza y salió por el cuello debajo de la oreja derecha. El
segundo disparo entró por la región media lateral derecha del cuello, y el proyectil quedó
alojado más abajo. El tercer disparo entró por el tórax y lesionó el corazón. Los otros dos
disparos entraron por la espalda, uno por la región deltoidea derecha, y el otro por la región
basal paravertebral derecha a la altura de las vértebras T8 y T9. Esos dos proyectiles
salieron por el tórax41.
14. También está probado que Orlando López fue impactado por cinco proyectiles 42.
Cuatro de ellos fueron mortales. El primero ingresó por la espalda y entró por la región
deltoidea posterosuperior. Su trayectoria de fue “superior a inferior, de derecha a izquierda
y de atrás hacia delante”. Penetró en el tórax y produjo una extensa lesión pulmonar,
lesionó los vasos emergentes del corazón, las arterias pulmonares y la aorta ascendente,
lesionó el corazón y quedó incrustada en la región posterior y basal del hemitórax
izquierdo. Recibió otros tres proyectiles mortales en el muslo derecho, que lesionaron el
paquete vascular arteriovenoso femoral. Y el último disparo lo alcanzó en la pierna
izquierda y le produjo lesiones musculares43.
15. Estos informes demuestran con certeza que ni Alba Lucía Jaimes ni Orlando López
asumieron posición de ataque, ni empuñaron sus armas, al contrario de lo que afirmaron los
40
Ver el protocolo de necropsia N. 2004P-00675, en los folios 102 a 116 del cuaderno 2 principal. Ver también, Dictamen 382-04-LBA-DNO
Grupo de Laboratorios Física Forense, Subgrupo de Balistica. Análisis de balística a los elementos contenidos en cadena de custodia. F. 28-42
cuaderno No. 3 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar.
41
Protocolo de necropsia N. 2004P-00675, realizada sobre Alba cristina Jaimes Hernandez, Folios102 a 116 del cuaderno 2 principal, y Folio
87-97 subcuaderno 3 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar.
42
Dictamen 382-04-LBA-DNO Grupo de Laboratorios Física Forense, Subgrupo de Balistica. Analisis de balística a los elementos contenidos en
cadena de custodia. F. 28-42 cuaderno No. 3 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar. Obra también en los
folios 163 a 178 del cuaderno 4 principal proceso 2005-2694.
43
Ver el protocolo de necropsia N 2004P-00676 en los folios 159ª 162 del cuaderno principal Ex. 2005-2694, y folio 73-84, subcuaderno 3 del
cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar
soldados que les dispararon44 y el informe del comandante del Gaula del ejército 45. Los dos
agentes de la Sijin fueron fulminados en segundos, sin posibilidad de advertir que eran
policías, ni de defenderse. Alba Lucía ni siquiera sacó el arma de su mochila como consta
en el acta de levantamiento del cadáver y en la diligencia de inspección de cadáver 46 y los
disparos que recibió fueron precisos e inevitablemente mortales. Al contrario de lo que
declararon los soldados que le dispararon, Orlando tampoco alcanzó a empuñar su arma
hacia el frente porque fue asesinado por la espalda antes de que pudiera reaccionar. La
certeza es absoluta, pues uno de los proyectiles que lo mató perforó también su
subametralladora Mini Uzi47, que llevaba terciada atrás y que quedó en esa misma posición,
sobre su espalda48, cuando él cayó muerto boca abajo49.
16. En la orden de operación y según las declaraciones de los soldados, ellos no podían
abrir fuego sino en condiciones de riesgo, y antes de hacerlo debían gritar la consigna “alto,
somos tropa del Gaula”. Algunos de los soldados del Gaula aseguraron que uno de ellos
gritó alto50 pero reconocieron que inmediatamente después de decirlo, en cuestión de
segundos, empezaron a disparar, sin dar tiempo a que los agentes de la Sijin se detuvieran y
advirtieran que eran policías51. En todo caso, ninguno de los policías oyó la voz de alto52.
44
Diligencia de versión Libre y Espontanea rendida por el soldado profesional José Miguel Nova Garcia, Folio 39-41 del cuaderno No. 10, del
expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Versión libre rendida por el soldado profesional Iván Dario Jaimes
Jaimes, ante la comisión especial Disciplinaria de la Dirección Nacional de Investigaciones de la Procuraduría General de la Nación, Folio 3-9 del
cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión libre y espontanea rendida
por Daniel Daza Jaimes, ante la Procuraduría Regional de Santander, Folio 10-13 del cuaderno No. 10, del expediente del proceso penal 1265
adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión Libre y Espontanea rendida por el soldado profesional José del Carmen Barbosa
Patiño, folio 30-34 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión
libre rendida por Pedro Antonio Lizarazo Garcia, Folios 84-90 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la
Justicia Penal Militar; Testimonio del soldado profesional José Miguel Nova García, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 33-34
subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Daniel Daza
Jaimes, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 36-37 subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265
adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Jose Angel Medina Galvis, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 43-45
subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Iván Dario
Jaimes Jaimes, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 69-71 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265
adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Pedro Antonio Lizarazo Garcia, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 82-84
subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar.
45
Ver el informe Operación Registro y Control Militar del Área, suscrito por el My lino Antonio Rico Ramírez, folios 92 a 94 cuaderno principal
1, flio 343 del cuaderno principal 2.
46
Ver diligencia de Inspección de Cadáver, folios 84 a 87 Cuaderno 2 principal.
47
Así consta en la Diligencia de Inspección Judicial Rad. Inspección de Cadáver 513 y 514. Obra también en el Folio 87 del cuaderno No. 7 del
proceso penal 1265 ante la Justicia Penal Militar; Álbum fotográfico Nro. M.T. LABICI. 6478-4 y 6480-4, folio 138-162 del cuaderno No. 7 del
proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Estudio Balístico MT. LABICI: 6531-6532-04 de 17 de septiembre de 2004, folio 95-
102 cuaderno no. 3 expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar.
48
Diligencia de Inspección Judicial Rad. Inspección de Cadáver 513 y 514. Folios 415 y 416 del cuadderno 2 principal
49
Así consta en la Diligencia de Inspección Judicial Rad. Inspección de Cadáver 513 y 514. Obra también en el Folio 87 del cuaderno No. 7 del
proceso penal 1265 ante la Justicia Penal Militar; Álbum fotográfico Nro. M.T. LABICI. 6478-4 y 6480-4, folio 138-162 del cuaderno No. 7 del
proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Estudio Balístico MT. LABICI: 6531-6532-04 de 17 de septiembre de 2004, folio 95-
102 cuaderno no. 3 expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar.
50
Ver pruebas relacionadas en el pie de página 49.
51
Ver los testimonios del soldado profesional Jose Angel Medina Galvis en los folios 125 a 131 del cuaderno 2 principal
52
Diligencia de Versión libre y espontanea rendida por la Capitán de la Policía Nacional Alba Patricia Lancheros Silva, Folio 4 del cuaderno No.
2 del expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada antes las Fuerzas Militares; Diligencia de Versión libre y espontanea rendida por
el Patrullero Juan Javier Grass Guiza, Folio 42 del cuaderno No. 2 del expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada antes las Fuerzas
Militares; Diligencia de versión libre y espontanea rendida por el Patrullero Hugo Rolando Guillen Vera, Folio 49 del cuaderno No. 2 del
expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada antes las Fuerzas Militares; Diligencia de versión libre y espontanea rendida por el
Patrullero John Francisco Peñalosa Hernández Folio 58 del cuaderno No. 2 del expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada antes las
Fuerzas Militares; Diligencia de versión libre y espontanea rendida por el Patrullero Willian Fonseca Betancour, Folio 66 del cuaderno No. 2 del
expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada antes las Fuerzas Militares; Testimonio de Alba Patricia Lancheros Silva, rendido ante
el juzgado 34 de instrucción Penal Militar, Folio 147-153 del subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265
adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio Sub Intendente John Francisco Peñalosa Hernández, rendido ante el juzgado 34 de
instrucción Penal Militar, Folio 154-156 del subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la
Justicia Penal Militar; Testimonio Patrullero Juan Javier Grass Guisa rendido ante el juzgado 34 de instrucción Penal Militar, Folio 157-162 del
subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio Patrullero Hugo
Rolando Guillen Vera rendido ante el juzgado 34 de instrucción Penal Militar, Folio 163-164 del subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del
expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Willian Fonseca Betancour, rendido ante Tribunal
Administrativo de Santander, Folio 165-170 del cuaderno principal expediente 2005-2555 ; Testimonio de Javier Grass Guiza, rendido ante el
Tribunal Administrativo de Santander, Folio 172-176 del cuaderno principal expediente 2005-2555 ; Testimonio de Hugo Rolando Guillen Vera,
rendido ante el Juzgado Tercero Administrativo del Circuito de Cucuta (comisionado por el Juzgado 11 adinistrativo del Circuito de
Bucaramanga), Folio 292-294 del cuaderno principal del expediente 2005-2555 ; Testimonio de Henry Calvete Dietes (radio Operador) Folio 117-
122, cuaderno principal expediente 2006-02507 No. 1 Tribunal Administrativo de Santander ; Testimonio de John Franciso Peñalosa Hernandez,
folio 142 -149 del cuaderno cuaderno principal expediente 2006-02507 No. 1 Tribunal Administrativo de Santander.
17. Las pruebas técnicas restan toda credibilidad a la posición de quienes dispararon.
Ellos sostuvieron que, pese a sus advertencias de alto, el agente López les apuntó con su
arma53, y que vieron que Alba Lucía Jaimes iba armada 54. Esas mismas pruebas técnicas
también desmienten lo afirmado por el comandante del Gaula, que reportó que los agentes
de la policía habían empuñado sus armas contra sus tropas que, “temiendo por su
integridad física procedieron a abrir fuego”55.
18. La Sala encuentra acreditado que el Ejército abrió fuego contra las personas
denunciadas por un informante, sin que sus conductas reportaran un riesgo real. Como los
miembros del Gaula no estaban en situación de combate ni de defensa ante un ataque
inminente, sino en posición de ventaja numérica y en disposición para atacar, tenían la
obligación de gritar la consigna para permitir que sus sospechosos se detuvieran e
identificaran56, debían capturarlos y sólo si se generaba una situación de riesgo contra la
vida de las tropas, podían abrir fuego 57. El cumplimiento adecuado de esa obligación habría
evitado la tragedia.
53
Testimonio del Soldado Profesiona Iván Darío Jaimes Jaimes, en el proceso de responsabilidad estatal, folios 75 a 76 del cuaderno 2
principalTestimonio del soldado profesional José Miguel García Nova, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 33-34 subcuaderno no 1 del
cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Daniel Daza Jaimes, rendido ante el
juzgado 34 penal militar, folio 36-37 subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal
Militar; Testimonio de Edgar Manuel Roa, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 38-41 del subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del
expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar;Testimonio de Jose Angel Medina Galvis, rendido ante el juzgado 34
penal militar, folio 43-45 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar;
Testimonio de Iván Dario Jaimes Jaimes, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 69-71 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del
proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Guillermo Antonio Valencia Hernández rendido ante el juzgado 34
penal militar, folio 72-74 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar;
Testimonio de Harold Vega Halbin rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 75-78 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del
proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio Andres Pinto, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 79-81
subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Pedro Antonio
Lizarazo Garcia, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 82-84 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265
adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de José del Carmen Barbosa Patiño, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 85-87
subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Jesús Cruz Peña,
rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 88-90 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la
Justicia Penal Militar; Testimonio de Jesús Eduardo Corzo Pita, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 96-98 subcuaderno no 1 cuaderno
No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Juan Raul Sanchez, rendido ante el juzgado
34 penal militar, folio 99-101 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar;
Testimonio de Oscar Mario Godoy Orozco, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 104-106 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del
expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de José Alfredo Cardenas Caceres, rendido ante el juzgado
34 penal militar, folio 107-111 subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal
Militar;Testimonio de Edwin Beccera Díaz, rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 112- subcuaderno no 1 cuaderno No. 1 del expediente
del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar. Versión libre rendida por el soldado profesional Iván Dario Jaimes Jaimes, ante la
comisión especial Disciplinaria de la Dirección Nacional de Investigaciones de la Procuraduría General de la Nación, Folio 3-9 del cuaderno No.
10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión libre y espontanea rendida por Daniel
Daza Jaimes, ante la Procuraduría Regional de Santander, Folio 10-13 del cuaderno No. 10, del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante
la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión Libre y Espontanea rendida por José Ángel Medina Galvis, ante la procuraduría regional de
Santander, Folio 14-17 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de versión
libre y espontanea rendida por Oscar Mario Orozco Godoy, ante la procuraduría regional de Santander, folio 22-24 del cuaderno No. 10 del
expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de versión libre y espontanea rendida por Andrés Pinto,
folio 25-28 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión Libre y
Espontanea rendida por el soldado profesional José del Carmen Barbosa Patiño, folio 30-34 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal
1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión Libre y Espontanea rendida por el soldado profesional Jesús Eduardo Corzo
Pita, folio 35-38 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de versión Libre y
Espontanea rendida por el soldado profesional José Miguel Nova Garcia, Folio 39-41 del cuaderno No. 10, del expediente del proceso penal 1265
adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión libre rendida por el teniente Edwin Becerra Díaz, Folios 42-47 del cuaderno No. 10
del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión libre rendida por Guillermo Antonio
Valencia Hernández, Folios 42-47 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia
de Versión libre rendida por Pedro Antonio Lizarazo Garcia, Folios 84-90 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado
ante la Justicia Penal Militar; Versión libre rendida por el Sargento Segundo Oscar de Jesús Zabala Gómez, Folios 91-93 del cuaderno No. 10 del
expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión libre rendida por Gyobanne Alberto Gutierrez
Salcedo, Folios 84-87 del subcuaderno 2 cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar;
Diligencia de Versión libre rendida por José Alfredo Cardenas Caceres, Folios 88-96 del subcuaderno 2 cuaderno No. 10 del expediente del
proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de ampliación de declaración libre y espontanea rendida por el Mayor
Lino Antonio Rico, folio 4-9 del cuaderno No. 6 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de
Versión libre rendida por Lino Antonio Rico Ramírez, Folios 53-62 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la
Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión libre rendida por el soldado profesional Juan Raúl Sánchez, Folios 63-67 del cuaderno No. 10 del
expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión libre rendida por el soldado profesional Edgar
Manuel Roa, Folios 68-77 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar.
54
Así lo declaró el soldado profesional José Ángel Medina Galvis, en contra de todas las pruebas técnicas que acreditan que el arma de la agente
Jaimes estaba en su mochila cuando fue asesinada.
55
Informe Operación Registro y Control Militar del Area, Folio 343 cuaderno principal 2, folios 92 a 04 cuaderno princial 1. También en otra
prueba aportada por ejército: página 151 del libro de anotaciones. Folio 305 del cuaderno principal 2.
56
Según la declaración del soldado profesional José Angel Medina Galvis, la consigna deía ser “Alto somos tropa del Gaula”
57
Así lo explicó con claridad el soldado profesional José Ángel Medina Galvis en la declaración que rindió en este proces. Folios 125 a 131 del
cuaderno 2 principal
2.2.2 La ausencia de distintivos de la Sijin no constituyó una omisión de las víctimas,
ni podía ser una justificación razonable para dispararles a matar
19. Está acreditado, que Alba Lucía Jaimes y Orlando López no llevaban sus gorras y
chalecos distintivos de la Sijin en el momento del ataque. Sin embargo, ese hecho no
rompió el nexo de causalidad entre la actuación desproporcionada del ejército y la muerte
de los dos oficiales.
En primer lugar los agentes de la Sijin no tenían la obligación de portar sus distintivos
durante todo el operativo. De una parte, según se acreditó en el expediente 58, para la época
no existía un protocolo que regulara de manera generalizada el uso de los distintivos en
misiones en que vestían “de civil”. Y de otra parte, la orden de servicios dispuso que los
agentes debían ir “de civil” a la misión, y no indicó que debieran portar sus distintivos todo
el tiempo. Para evitar ser identificados por delincuentes en los trayectos hasta el lugar de la
verificación59, se identificaron cuando necesitaron hablar con los vecinos de la vereda 60,
pero sólo se pusieron sus chalecos y gorras cuando llegaron a la casa en donde debían
contrastar la información sobre un cultivo de marihuana, y mientras duró la visita61.
20. Las declaraciones de los agentes de la Sijin en ese sentido se pueden corroborar con
el testimonio del señor Orlando Betancur, dueño de la casa en que hicieron la verificación.
Según el testimonio del señor Betancur, los agentes primero fueron donde su padre, Jose
Reyes Betancur, a quien “le dijeron que eran de la policía” y preguntaron por él. El señor
Jose Reyes les ofreció llamarlo, pero los agentes de la Sijin “le dijeron que no era necesario
y ahí fue cuando se fueron para la casa… también se identificaron a Claudia Nataly”, la
persona que atendió la visita de los agentes en el domicilio del señor Orlando. Cuando él
pudo llegar a su casa después de la balacera, Claudia Nataly le dijo que “habían llegado
unos señores de la policía preguntando” por él, “por unos cultivos y droga, marihuana” y
que ella les había dicho que él estaba trabajando62.
21. Por la misión que desarrollaban, los agentes de la Sijin no tenían la obligación de
portar los distintivos todo el tiempo, pero cumplieron con su deber de identificarse con la
gente de la vereda cuando hablaron con ellos. En consecuencia, no hay omisión que se
pueda reprochar a las víctimas. Adicionalmente, la ausencia de distintivos no justifica la
58
Ver declaración del John Francisco Peñaloza Hernández. Folios 142 a 149 del cuaderno principal 2. Ver declaración de Wiliam Fonseca
Betancur, folios 165 a 170 del cuaderno 2 principal. Declaración de Javier Grass folios 172 a 176 del cuaderno principal 2.
59
Ver declaración del John Francisco Peñaloza Hernández. Folios 142 a 149 del cuaderno principal 2. Declaración de Javier Grass, folios 171 a
176 del cuaderno principal 2.
60
Ver declaración del John Francisco Peñaloza Hernández. Folios 142 a 149 del cuaderno principal 2. Declaración de Javier Grass, folios 171 a
176 del cuaderno principal 2.
61
Ver declaración del John Francisco Peñaloza Hernández. Folios 142 a 149 del cuaderno principal 2. Declaración de Javier Grass Guiza, folios
172 a 176 del cuaderno principa2 Diligencia de Versión libre y espontanea rendida por la Capitán de la Policía Nacional Alba Patricia Lancheros
Silva, Folio 4 del cuaderno No. 2 del expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada antes las Fuerzas Militares; Diligencia de Versión
libre y espontanea rendida por el Patrullero Juan Javier Grass Guiza, Folio 42 del cuaderno No. 2 del expediente 002-127086/2005 de la
Procuraduría Delegada antes las Fuerzas Militares; Diligencia de versión libre y espontanea rendida por el Patrullero Hugo Rolando Guillen Vera,
Folio 49 del cuaderno No. 2 del expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada antes las Fuerzas Militares; Diligencia de versión libre
y espontanea rendida por el Patrullero John Francisco Peñalosa Hernández Folio 58 del cuaderno No. 2 del expediente 002-127086/2005 de la
Procuraduría Delegada antes las Fuerzas Militares; Diligencia de versión libre y espontanea rendida por el Patrullero Willian Fonseca Betancour,
Folio 66 del cuaderno No. 2 del expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada antes las Fuerzas Militares; Testimonio de Alba Patricia
Lancheros Silva, rendido ante el juzgado 34 de instrucción Penal Militar, Folio 147-153 del subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente
del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio Sub Intendente John Francisco Peñalosa Hernández, rendido ante el
juzgado 34 de instrucción Penal Militar, Folio 154-156 del subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado
ante la Justicia Penal Militar; Testimonio Patrullero Juan Javier Grass Guisa rendido ante el juzgado 34 de instrucción Penal Militar, Folio 157-162
del subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio Patrullero
Hugo Rolando Guillen Vera rendido ante el juzgado 34 de instrucción Penal Militar, Folio 163-164 del subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del
expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Testimonio de Willian Fonseca Betancour, rendido ante Tribunal
Administrativo de Santander, Folio 165-170 del cuaderno principal expediente 2005-2555 ; Testimonio de Javier Grass Guiza, rendido ante el
Tribunal Administrativo de Santander, Folio 172-176 del cuaderno principal expediente 2005-2555 ; Testimonio de Hugo Rolando Guillen Vera,
rendido ante el Juzgado Tercero Administrativo del Circuito de Cucuta (comisionado por el Juzgado 11 adinistrativo del Circuito de
Bucaramanga), Folio 292-294 del cuaderno principal del expediente 2005-2555 ;; Testimonio de John Franciso Peñalosa Hernandez, folio 142 -
149 del cuaderno cuaderno principal expediente 2006-02507 No. 1 Tribunal Administrativo de Santander; Testimonio de Daniel Daza Jaimes,
rendido ante el juzgado 34 penal militar, folio 36-37 subcuaderno no 1 del cuaderno No. 1 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante
la Justicia Penal Militar.
62
Testimonio de Orlando Betancur, folios 441 y 442 del cuaderno principal 2, exp 2005-2555
decisión del Gaula de disparar a matar a dos personas que no reportaban riesgo alguno para
su tropa.
23. El Ejército cometió una falla en el servicio por diseñar y ejecutar un operativo sin
contrastar la información recibida en una única llamada de un joven informante. Según la
orden de la Misión de Trabajo, el Ejército debía soportar la operación en inteligencia
suficientemente procesada y analizada para no actuar en forma irreflexiva e improvisada 63.
En el informe que rindió el comandante del Gaula, al Comandante de la Quinta Brigada 64,
reconoció que no se hizo un análisis serio de la información: la operación se diseñó
exclusivamente con base en la percepción del joven informante 65 que llamó una sola vez, y
dijo que “en la vereda helechales Judía pasaban unos ‘vándalos’ con armas” 66. Esta
Corporación ha advertido que la información ofrecida por informantes debe ser contrastada
con rigor antes de tomar decisiones, pues la intención de cooperar en su caso está mediada
por el deseo de recibir los beneficios que se ofrecen a cambio de esa labor, a costa de la
veracidad y seriedad de los datos que aportan67.
24. Según ese mismo informe, el Mayor Lino Antonio Rico Ramírez tuvo como
“indicios” la convicción de que en esa área había grupos armados al margen de la ley, pues
aproximadamente un mes antes “en ese mismo sector por información de la ciudadanía”
tropas de su unidad “tuvieron combate contra un grupo de delincuencia organizada donde
se dieron de baja 05 de estos terroristas”. El Mayor Rico sostuvo que, después de recibir la
llamada, informó al Coronel Jefe de Estado Mayor de la Quinta Brigada y solicitó
autorización para realizar la operación de registro y control militar sobre el sector. Según
él, verificó con el Batallón Caldas y las Fuerzas Especiales que no tuvieran tropas en el
lugar, y “personal de la unidad efectuó llamadas al 165 donde el Gaula de la Policía
informó no tener personal en el área rural de Floridablanca efectuando operaciones”. Eso
mismo lo repitieron en declaraciones -tal vez demasiado- similares los soldados
involucrados68. Pero, no hay registros de esas llamadas que corroboren las afirmaciones del
Mayor y los soldados implicados. En cualquier caso, ellas confirman que el comandante de
63
Folio 304 del cuaderno principal 2.
64
Ver folio 343 del cuaderno 2 principal. También, ver Folio 61 del cuaderno No. 1 del expediente 002-127086/2005 de la Procuraduría Delegada
antes las Fuerzas Militares
65
En el libro de llamadas del ejército se registró que a las 7.30 am “llama un informante a la linia 147.68406 a informa que en la vereda helechales
judía pasaban unos “vandidos” con armas. Slp Daza.
66
La declaración de este informante en el proceso contiene afirmaciones que se contradicen con los documentos aportados por el propio ejército,
en los que quedó constancia que sólo hubo una llamada y no dos cómo él dijo, y que no hubo una larga conversación sobre insignias e
identificación de los sujetos.
67
Así lo ha dicho esta subsección en casos de privaciones injustas de la libertad, en los que la decisión de dictar una medida de detención
preventiva se basa en la información ofrecida por un informante. Ver, entre otros, Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Tercera, Subsección B, sentencias de 20 de octubre de 2020, exp 47261; de 8 de mayo de 2020, exp 4520; y de 6 de agosto de 2020, exp
45097.
68
Versión libre rendida por el Sargento Segundo Oscar de Jesús Zabala Gómez, Folios 91-93 del cuaderno No. 10 del expediente del proceso
penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de Versión libre rendida por Lino Antonio Rico Ramírez, Folios 53-62 del
cuaderno No. 10 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la Justicia Penal Militar; Diligencia de ampliación de declaración libre y
espontanea rendida por el Mayor Lino Antonio Rico, folio 4-9 del cuaderno No. 6 del expediente del proceso penal 1265 adelantado ante la
Justicia Penal Militar;
la operación militar no contrastó la información ni con su operador de radio, ni con la
Sijin69, pese a que la policía judicial con frecuencia envía a sus agentes a misiones de civil
y con armas de dotación oficial, por la naturaleza de las funciones que tiene a cargo.
27. La Sala no comparte la posición del Ejército según la cual la Sijin es responsable de
las muertes de sus agentes por no coordinar su misión con ellos, pues esta conducta fue
inocua en la producción del daño. En la en la Orden de Operaciones se indició que la Sijin
debía coordinar con las diferentes autoridades 73. Varios de los declarantes, conocedores de
los protocolos de la Sijin y uno de los Radio Operadores explicaron que cuando “había
salidas fuera del perímetro urbano” el radio operador de turno debía reportar al ejército
para que tuviera conocimiento74. La Capitana Patricia Lancheros, a cargo de la misión de
verificación de la Sijin, cumplió con la obligación de reportar la operación: en el libro
oficial de semana se dejó constancia expresa de que la salida sería a la vereda Helechales, y
del personal que iría con ella a verificar una información. Por razones de reserva, la
operación quedó registrada en el libro del Radio Operador sin la precisión sobre la vereda
ni otra referencia al área rural, por lo que no hay certeza sobre si el Operador avisó al
Ejército75. Sin embargo, está acreditado que la Sijin coordinó con las estaciones de policía
correspondientes, pues cuando se activó la alarma del radio de la Capitana Lancheros, el
Radio Operador rápidamente pudo ubicar la vereda a la que debía mandar refuerzos a partir
de la información que le dieron en la Policía de Floridablanca76.
29. Las causas del daño se produjeron en la órbita de acción del Ejército: de una parte,
el diseño improvisado y apresurado de un operativo cuya finalidad era emboscar una célula
del ELN de la que el Gaula no tenía más información que la percepción de un informante, y
de otra parte, la ejecución impulsiva de ese operativo, que desconoció los protocolos para
73
Folio 88 del cuaderno principal 1 exp 2006-02507; folio 125 cuaderno principal 2 expediente 2005-2555
74
Declaración de Henry Calvete Dietes, el radio operador de la Sijin al momento de los hechos. Fl 119 cuaderno 1 principal. Declaración de
Wiliam Fonseca Betancur, folios 165 cuaderno principal 2
75
Declaración de Henry Calvete Dietes, el radio operador de la Sijin al momento de los hechos. Fl 119 cuaderno 1 principal. Declaración de
Wiliam Fonseca Betancur, folios 165 cuaderno principal 2.
76
Declaración de Henry Calvete Dietes, Fl 119 cuaderno 1 principal exp 2006-02507. Declaración de Wiliam Fonseca Betancur, folios 165
cuaderno principal 2, expediente 2005-2555
la salvaguarda de la vida y utilizó la fuerza en exceso. La prisa e improvisación con que el
Ejército preparó y ejecutó la operación se tradujeron luego en el uso ilegítimo de la fuerza
contra agentes estatales vestidos de civil que no reportaron nunca un riesgo real para las
tropas del Gaula. La ejecución de esa operación fue tan impulsiva como su planeamiento.
30. La Sala, en definitiva, encuentra que las conductas del Ejército causaron la muerte
de las víctimas. Esa demandada, en consecuencia, responderá por el total de la
indemnización con que se repararán los perjuicios acreditados.
2.4. Perjuicios
31. Como esta sentencia resuelve tres procesos acumulados, la Sala se referirá a la
indemnización de los perjuicios en cada uno de ellos, según lo que se ha discutido y
resuelto en esta instancia y de acuerdo con lo que esté acreditado en el expediente.
2.4.1 Indemnización para los perjuicios alegados y demostrados dentro del Proceso
2005-02694 (por la muerte de Orlando López Porras)
32. Este punto se dividirá en dos. En la primera parte (2.3.1.1), la Sala revisará la
indemnización por perjuicios morales, y en la segunda (2.3.1.2) por perjuicios materiales a
título de lucro cesante.
33. El Tribunal concedió los perjuicios morales a favor de todos los demandantes en
este proceso y descontó el 25% a cada uno porque había declarado concurrencia de culpas.
La Sala confirmará la orden, de acuerdo con las presunciones establecidas en la
jurisprudencia sobre el dolor por la pérdida de un cónyuge, padre, hijo o hermano. Pero,
modificará la decisión sobre el monto como consecuencia lógica de la declaración de
inexistencia de culpa de la víctima.
34. Se indemnizarán los perjuicios morales según las presunciones que ha establecido la
jurisprudencia77, teniendo en cuenta que el parentesco de la cónyuge, los hijos, el padre y
los hermanos y hermanas de Orlando López Porras están plenamente acreditados mediante
registros civiles78.
77
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 6 de septiembre de 2001, Exps. 13232 y 15646
78
Ver los folios 7 a 23 del Cuaderno princpal 4, expediente 2005-2694
Sara López Porras Hermana 50 SMLMV
Maria Eugenia López Porras Hermana 50 SMLMV
35. De otra parte, la apelante solicitó que se corrigiera la liquidación del lucro cesante
porque el Tribunal reconoció esta indemnización en partes iguales para la cónyuge de
Orlando López, para sus dos hijos y su padre 79. En concepto de la abogada, debió
reconocerse el 50% del ingreso base de liquidación (IBL) a la señora Saider Guerrero
Pedraza, y el otro 50% debió repartirse entre sus hijos y su suegro.
36. La Sala encontró acreditado que el señor Ángel María López Rueda dependía
totalmente de su hijo, que le aseguraba un techo y su manutención 80. También se demostró
que el señor Orlando era el responsable de la manutención de su esposa Saider y de sus dos
hijos Yerson Stiben y Marlyn Jazbleidy 81. Como no se acreditó el monto exacto del aporte
que Orlando López hacía para la subsistencia digna de su padre, pero está claro que él
debía distribuir sus ingresos para cubrir las necesidades de todos los miembros de su núcleo
familiar, la Sala estima que el señor Orlando, después de cubrir sus gastos personales,
podía destinar un 5% de sus ingresos a la digna supervivencia de su padre, con quien
compartía su casa y alimentos82.
Va = 539.013 x 106,58
55,51
Va= 1’034.947,28
79
El parentesco del padre, la cónyege y los hijos, la cónyuge y el padre están probados debidamente en los registros civiles que obran en los
folios,16, 20, 21 y 22 respectivamente del cuaderno 4 principal, expediente2005-2694
80
Ver declaraciones del señor Luis Orlando Prada Bueno, folios 139 a 141, del señor Wilson Velandia Carrillo folios 142 a 144, del señor José
Porras Serrano folios 145 a 147, todos del cuaderno principal 4 expediente 2005-02694
81
Ver declaraciones señor Luis Orlando Prada Bueno, folios 139 a 141,del señor Wilson Velandia Carrillo folios 142 a 144, de José Porras
Serrano folios 145 a 147, 142 a 144, del señor José Porras Serrano folios 145 a 147,
82
Ver declaraciones del señor Luis Orlando Prada Bueno, folios 139 a 141, del señor Wilson Velandia Carrillo folios 142 a 144, del señor José
Porras Serrano folios 145 a 147, todos del cuaderno principal 4 expediente 2005-02694
39. A este valor hay que sumarle el 25% de prestaciones sociales y luego sobre ese
resultado, se restará el 25% que la víctima destinaba a sus gastos personales. Ese será el
ingreso base de liquidación.
Enseguida se liquida el lucro cesante a favor del señor Ángel María López Rueda, padre
de Orlando López Porras
42. De acuerdo con la estimación de la Sala del IBL de Orlando López debe tomarse el
5%, es decir $64.684,2 que él destinaba a la manutención de su padre. El señor Ángel
María había vivido 75, 3 meses y 15 días cuando murió su hijo. Según la Resolución 0497
de 1997 de la Superintendencia Bancaria, se presume que un hombre de esa edad tenía una
expectativa de vida de 9,66 años (116,02 meses). El lucro cesante al que tiene derecho, se
reconocerá durante ese tiempo, pues no hay prueba en el expediente que desvirtúe esa
presunción de vida probable, y era carga de los demandantes hacerlo si procedía.
43. Con esos datos se liquidará el lucro cesante consolidado para el señor Ángel María
López Rueda:
S= Ra x (1+i) - 1
i
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 5% del IBL, esto es, $64.684,2
i= tasa de interés que, en este caso, corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 116,02 meses
Entonces,
116,02
S= 64.684,2x (1+0,004867) - 1
0,004867
S = $10’053.610,75
44. Se reconocerá a título de lucro cesante en favor del señor Ángel María López
Rueda, la suma de $10’053.610,75.
Enseguida se liquida el lucro cesante a favor de la señora Saider Guerrero Pedraza y sus
hijos Yerson Stiven López Guerrero y Marlyn Jazbleidy López Guerrero
45. Para efectos de determinar el tiempo durante el cual el Estado debe disponer del
IBL para indemnizar el lucro cesante, la Sala comparará el tiempo indemnizable para la
cónyuge y, el del menor de los hijos y, elegirá el mayor de ellos.
48. Para los hijos, se identificará cuánto faltaba a cada uno para cumplir 25 años. Se
tomará el tiempo que le hacía falta al menor para alcanzar esa edad.
49. En consecuencia, el tiempo durante el cual el Estado está obligado a disponer del
IBL para indemnizar el lucro cesante de este grupo familiar es el más largo entre el periodo
indemnizable de la cónyuge y del hijo menor, es decir 497,64 meses. De ese total, los
primeros 200 meses corresponden a un periodo consolidado respecto de la fecha de
expedición de esta Sentencia y, los 297,64 meses restantes, corresponden a un periodo
futuro.
50. Para determinar los periodos que definen la forma de distribuir el IBL entre los
beneficiarios, la Sala identificará los momentos en que cada beneficiario cumple el término
de vigencia de su derecho a ser indemnizado. Para los hijos será la fecha en que cumplirían
25 años y, para la cónyuge la fecha en que termina la expectativa de vida probable de la
víctima directa.
- La señora Saider Guerrero Pedraza tiene derecho a ser indemnizada por 497,64
meses.
- Yerson Stiven López Guerrero tiene derecho a ser indemnizado por 123,94 meses.
- Marlyn Jazbleidy López Guerrero tiene derecho a ser indemnizada por 194 meses.
31 de agosto
1 de diciembre 21 de 497,64 meses
de 2004.
de 2014 noviembre de desde de la fecha
Muerte
25 años de 2020 de la muerte. Vida
Orlando
Yerson Stiven 25 años de probable de Saider
López Porras
López Marlyn Guerrero Pedraza
Jazbleidy
52. Para el caso concreto, se calculan los períodos como sigue:
53. En este caso, además, la liquidación del lucro cesante tiene una división adicional en
periodos independientes de las edades de los beneficiarios: un periodo de lucro cesante
consolidado que se cuenta hasta la expedición de esta Sentencia y, un periodo de lucro
cesante futuro, después de esta sentencia.
31 de agosto 21 de
1 de 497,64 meses
de 2004. noviembre de
diciembre desde de la fecha
Muerte 2020
de 2014 de la muerte.
Orlando López 25 años de 30 de abril de
25 años de Vida probable de
Porras Marlyn 2021.
Yerson Saider Guerrero
Jazbleidy Fecha de esta
Stiven Pedraza
Sentencia
López
54. Determinados los periodos y los beneficiarios en cada uno de ellos, debe distribuirse
el IBL por periodos, de conformidad con las reglas de esta Corporación.
55. Para el Periodo 1, el 50% del IBL será para la cónyuge y, el 50% restante debe
repartirse en partes iguales entre los hijos beneficiarios, es decir, 25% del IBL para cada
uno.
58. Así, para el caso concreto y, de conformidad con los criterios explicados, se aplicará
la fórmula tradicionalmente aceptada por esta Corporación para liquidar el lucro cesante en
cada uno de los periodos. La Sala recuerda que el IBL para este grupo familiar es el
resultado de haber restado el 5% que correspondía al padre del señor Orlando López Porras,
es decir 1’228.999,8
Periodo 1
- Saider Guerrero Pedraza:
n
S= Ra x (1+i) - 1
i
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $614.499,9
i= tasa de interés que, en este caso, corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 123,94 meses
Entonces,
123,94
S= 614.499,9x (1+0,004867) - 1
0,004867
S = $104’203.048,47
Periodo 2
- Saider Guerrero Pedraza:
n
S= Ra x (1+i) - 1
i
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 62,50% del IBL, esto es, $768,124,9
i= tasa de interés que, en este caso, corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 70,06 meses
Entonces,
70,06
S= 768,124,9x (1+0,004867) - 1
0,004867
S = 63’944.427, 64
Periodo 3
Periodo 3.1. Consolidado
- Saider Guerrero Pedraza:
n
S= Ra x (1+i) - 1
i
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $614.499,9
i= tasa de interés que, en este caso, corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 6 meses
Entonces,
6
S= 614.499,9 x (1+0,004867) - 1
0,004867
S= 3’732.153,15
S= $96´403.874,20
59. Así, la Sala ordenará el pago, de las siguientes sumas de dinero, por concepto de
indemnización del lucro cesante, consolidado y futuro para cada uno de los beneficiarios,
así:
- Saider Guerrero Pedraza: $268’283.502,99
- Yerson Stiven López Guerrero: $52’101.524
- Marlyn Jazbleidy López Guerrero: $88’468.177
2.4.2 Indemnización para los perjuicios alegados y demostrados dentro del proceso
2005-2555 (por la muerte de Alba Cristina Jaimes Hernández)
62. Se indemnizarán los perjuicios morales según las presunciones que ha establecido la
jurisprudencia83, sin perjuicio de que el intenso dolor padecido por la madre y la hermana
de Alba Cristina están suficientemente acreditados en el expediente 84. El parentesco de
estas demandantes con Alba Lucía Jaimes Hernández está probado mediante registros
civiles85
2.4.3 Indemnización para los perjuicios alegados y demostrados dentro del proceso
2006-2507 (por la muerte de Alba Cristina Jaimes Hernández)
64. Este punto se dividirá en dos. En la primera parte (2.3.3.1), la Sala revisará la
indemnización por perjuicios morales, y en la segunda (2.3.3.2) por perjuicios materiales a
título de lucro cesante.
83
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 6 de septiembre de 2001, Exp.13232 y 15646
84
Ver declaraciones de Dina Patiño Gamboa, folios 177 a 178, de Maria Esther Castellanos, folios 179 a 180, de Janneth Pinzón Gómez, folios
181 a 182, de Marcela Barbosa Campos, folios 185 a 186.
85
Ver folios 3 a 6 del Cuaderno principal 2, expediente 2006-2507n
65. El parentesco de Alba Lucía Jaimes Hernández con su cónyuge Rubén Darío Jaimes
Hernández y su hijo Ludwing Darío Jaimes Jaimes está plenamente acreditado mediante
registros civiles86. Se reconocerá para ellos, en consecuencia, el total de los perjuicios
morales según las presunciones que ha establecido la jurisprudencia 87, aunque igual que en
el caso anterior, está plenamente probado su dolor.
68. Esta suma será actualizada para calcular el Ingreso base de liquidación (IBL)
69. A este valor hay que sumarle el 25% de prestaciones sociales y luego sobre ese
resultado, se restará el 25% que la víctima destinaba a sus gastos personales. Ese será el
ingreso base de liquidación.
IBL= 1’659.151,7
70. Para efectos de determinar el tiempo durante el cual el Estado debe disponer del
IBL para indemnizar el lucro cesante, la Sala comparará el tiempo indemnizable para la
cónyuge y, el del menor de los hijos y, elegirá el mayor de ellos.
86
Folios 4bis y 6 del cuaderno principal 1, expediente 2006-2507
87
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 6 de septiembre de 2001, Exps. 13232 y 15646
88
Ver declaracion de Ricardo Mateus Arenas flosio 134 a 136 Cuaderno 1 Principal Expediente 2006-2507
89
Ver folio 4 bis Cuaderno 1 Principal Expediente 2006-2507
71. Para el cónyuge: se comparará su expectativa de vida probable y la de la víctima, y
se tomará el periodo más corto entre las dos, de la siguiente manera:
72. Por lo anterior, el señor Rubén Darío Jaimes Hernández tiene derecho a ser
indemnizada por 509,04 meses.
73. El hijo, Ludwing Darío Jaimes Jaimes, tenía 6 años, 9 meses y 13 días de vida al
momento de la muerte de su madre. Le faltaban 218,96 meses para cumplir 25 años.
74. En consecuencia, el tiempo durante el cual el Estado está obligado a disponer del
IBL para indemnizar el lucro cesante de este grupo familiar es el más largo entre el periodo
indemnizable del cónyuge y del hijo, es decir 509,04 meses. De ese total, los primeros 200
meses corresponden a un periodo consolidado respecto de la fecha de expedición de esta
Sentencia y, los 309,04 meses restantes, corresponden a un periodo futuro.
75. Para determinar los periodos que definen la forma de distribuir el IBL entre los
beneficiarios, la Sala identifica los momentos en que cada beneficiario cumple el término
de vigencia de su derecho a ser indemnizado, que será, para el hijo la fecha en que
cumpliría 25 años y, para el cónyuge la fecha en que termina la expectativa de vida
probable de la víctima directa.
- El señor Rubén Darío Jaimes Hernández tiene derecho a ser indemnizado por
509,04 meses.
- Ludwing Darío Jaimes Jaimes tiene derecho a ser indemnizado por 218,96 meses.
Período 1 Período 2
78. De otra parte, en este caso, la liquidación del lucro cesante encuentra una división
adicional en periodos independientes de las edades de los beneficiarios. Esto es, un periodo
de lucro cesante consolidado, respecto de la expedición de esta Sentencia y, un periodo de
lucro cesante futuro, así:
31 de agosto 18 de
509,04 meses
de 2004. noviembre de
desde de la fecha
Muerte Alba 2022. 25 años
de la muerte.
Cristina de ludwing
30 de abril Vida probable de
Jaimes Darío Jaimes
de 2021. Saider Guerrero
Jaimes
Fecha de Pedraza
esta
Sentencia
79. Determinados los periodos y los beneficiarios en cada uno de ellos, debe distribuirse
el IBL por periodos, de conformidad con las reglas de esta Corporación, así:
80. Para el Periodo 1, el IBL deberá distribuirse de la siguiente manera: 50% para la
cónyuge y, el 50% restante para el hijo. El período 1.1será liquidado según la fórmula del
lucro cesante consolidado. El período 1.2 será calculado con la fórmula del lucro cesante
futuro.
Período 1.2
- Rubén Darío Jaimes Hernández:
n
S= Ra x (1+i) - 1
n
i (1+i)
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $829.575,8
i= tasa de interés que, en este caso, corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 18,96meses
18,96
S= 829.575,8 x ( 1+ 0,004867) -1
18,96
0,004867 (1+0,004867)
S= 14’990.069,37
n
S= Ra x (1+i) - 1
n
i (1+i)
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $829.575,8
i= tasa de interés que, en este caso, corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 18,96meses
18,96
S= 829.575,8 x ( 1+ 0,004867) -1
18,96
0,004867 (1+0,004867)
S= 14’990.069,37
Período 2
- Rubén Darío Jaimes Hernández:
n
S= Ra x (1+i) - 1
n
i (1+i)
En donde,
Ra= renta actualizada, es decir, el 50% del IBL, esto es, $829.575,8
i= tasa de interés que, en este caso, corresponde a 0,004867
n = número de meses que tiene el periodo, en este caso, 290,08 meses
290,08
S= 829.575,8 x ( 1+ 0,004867) -1
290,08
0,004867 (1+0,004867)
S= 128´768.249,57
82. Así, la Sala ordenará el pago, de las siguientes sumas de dinero, por concepto de
indemnización del lucro cesante, consolidado y futuro para cada uno de los beneficiarios,
así:
- Rubén Darío Jaimes Hernández: $423’411.851,57
- Ludwing Jaimes Jaimes: $294’643.602,37
2.5 COSTAS
83. La Sala no encuentra que en este caso haya temeridad o mala fe en la actuación de
las partes. En consecuencia, se abstendrá de condenar en costas de conformidad con lo
previsto en el artículo 171 del Código Contencioso Administrativo, modificado por el
artículo 55 de la Ley 446 de 1998
DECISIÓN
84. En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, en Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Tercera, Subsección B, administrando justicia en nombre de la
República de Colombia y por autoridad de la ley,
RESUELVE:
PRIMERO: MODIFÍQUESE la sentencia dictada el 20 de abril de 2012 proferida por el
Tribunal Administrativo de Santander, mediante la cual se negaron las pretensiones de la
demanda.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN B
2.- El fallo indicó que las víctimas no concurrieron en la causación del daño porque
no tenían la obligación de portar el uniforme de la SIJIN durante el operativo. Si
bien estoy de acuerdo en que en este caso no se configuró la causal de
exoneración de responsabilidad de culpa de la víctima, el proyecto hace una
aplicación inadecuada de esta noción y omite la responsabilidad de la Policía
como empleadora de las víctimas, quienes se encontraban en el operativo en
cumplimiento de una orden de sus superiores. En efecto, los agentes de la SIJIN
sufrieron el daño como resultado un accidente de trabajo en el cual concurrió la
culpa del empleador, según el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo,
norma que dispone:
Fecha ut supra,
Firmado electrónicamente
MARTÍN BERMÚDEZ MUÑOZ
Magistrado