Paciente masculino de 2 años presenta deglución atípica (disfagia),
neumonía, gastritis y epilepsia de tipo crisis de ausencia. La deglución es una función muscular compleja en la que actúan músculos de la respiración y del aparato gastrointestinal cuyo objetivo es el transporte del bolo alimenticio y también la limpieza del tracto respiratorio. La deglución atípica es muy frecuente en niños y son una serie de movimientos compensatorios que se desencadenan por la inadecuada actividad lingual en el acto de deglutir durante la segunda fase (fase oral propulsiva). En esta fase, la punta de la lengua debe presionar contra el paladar para llevar a cabo el movimiento ondulatorio que impulse el bolo hacia el fondo de la boca, pero, en algunos casos, la lengua se coloca incorrectamente detrás de los dientes superiores o se interpone entre los dientes superiores e inferiores, originando presiones que con el tiempo desencadenan malformaciones en la estructura dentaria. La disfagia es una dificultad o imposibilidad de tragar, un síntoma que puede estar ocasionado por alteraciones estructurales que dificultan el transporte del bolo, o bien por alteraciones funcionales que pueden afectar a la formación y manejo del bolo en la boca, a la secuencia del reflejo deglutorio y apertura del esfínter esofágico superior. La terapeuta usó terapia física oromotora para la estimulación sensorial y acciones de los labios, mandíbula, lengua, y paladar, con el objetivo de favorecer las capacidades motoras como succión, marcación, masticación, deglución y regulación intraoral, al igual que facilitar la postura del tronco y de la cabeza. Hizo distintos masajes en el área del cuello, alrededor de los labios, y en las mejillas usando aceite de bebé, desplazando sus dedos desde la mejilla hacia la boca, o de la boca hacia la mejilla, de arriba hacia abajo y viceversa. También insertó sus dedos en el interior de la boca colocándolos entre la encía y la mejilla, para después pasarlos entre las encías superior e inferior. Usó hisopos para estimular las sensaciones en la lengua y paladar, utilizó también una pera de succión de goma blanda, para succionar la saliva acumulada en la boca. Usó un pequeño tubo de plástico y lo metió dentro de la boca de forma horizontal, para potenciar la masticación y reforzar las mordidas. Utilizó una brocha de maquillaje suave, dando movimientos circulares, con el objetivo de estimular las sensaciones en la cara. Conclusión: de acuerdo con lo que observé, me di cuenta de que para que haya un avance, el paciente tiene que sentirse tranquilo y en confianza, con respecto a las actividades y a los materiales que utilizó me parecieron interesantes, ya que son materiales bastantes sencillos y que cualquiera los puede tener a la mano. Recomendación: ampliar los espacios de trabajo, ya que el cuarto en donde se realizó la terapia es muy pequeño.