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Barbie y Milo

Una historia de amor


Kari Tinnen y Mari Kanstad Johnsen

¡FELIZ CUMPLEAÑOS MILO!

Papá lleva el pastel a la mesa más cinco velas encendidas.

SI LOGRAS APAGARLAS TODAS TE COMPRARÉ LO QUE QUIERAS EN LA JUGUETERÍA

LO QUE QUIERA? FFFFSSSSHHHHHHHH

Lo logró, todas de un soplido. Milo es grande, ya no quedan dudas.

JEJE ríe papá y sirve una porción de pastel BIEN HECHO!

Son catorce los pasos que da hasta que la oye, una dulce y clara voz:

-MILO! TEN CUIDADO!-

Angélica! La de la ropa hermosa y la habitación tan bonita!! Milo se alegra y los rayos del sol lo
iluminan. Tiene en su cabeza princesas de color rosa. Angélica le hace señas desde el balcón del
tercer piso.

MAGDALENA PUEDE VOLAR! Grita

NO DESDE EL TERCER PISO! Grita Papá

Milo sonríe mirando el cielo, está volando.

BARBIE? grita papá, NO SABÍA QUE ERA TAN FUERTE

CLARO QUE ES FUERTE, responde Angélica, BARBIE ES LA MEJOR! AL MENOS CUANDO ESTÁ
CONMIGO!

Entonces siguen camino, la juguetería espera.

La tienda es grande como una inmensa piscina cubierta. Tantas cosas bellas!

Milo pasa por delante de los monos de peluche, de los cachorros de león, las pelotas saltarinas, un
bate de beisbol y una caca de goma. Él sabe bien lo que quiere.

QUÉ SERÁ? Se pregunta Papá

AHÍ ESTÁ! Dice Milo


Una caja rosa, con letras rosas y un corazón rosa.

OH, QUIERE BAILAR… QUÉ BELLA ES! QUIERO UNA BARBIE! Dice Milo mirando a su papá.

JE JE el papá ríe mientras mira de reojo a las demás personas en la juguetería .

PAPÁ ME OYES? QUIERO ÉSTA!

ÉSTA?

SI! Dice Milo, ESA MISMA.

TOMA UNA PISTOLA ,dice papá.

UNA PISTOLA? responde Milo

Papá sujeta una pistola de policía grande y reluciente.

PUM!!!

PERO YO NO QUIERO UNA PISTOLA, dice Milo, QUIERO UNA BARBIE

NO! Responde papá Y TOMA UN GORRO DE POLICÍA, QUIERES UNA PISTOLA.

Papá está escondido detrás de un muro de monos, sostiene los dedos en el aire como si tuviera una
pistola. PUM PUM TOMÁ Dice mientras dispara a un cachorro de león de peluche.

Milo mete su cabeza entre la ropa de Barbie y entre los vestidos de fiesta, coronas y pequeñísimos
zapatos de color rosa, hace una pirueta perfecta.

PAPÁ?

Asomado por una diminuta ventana Milo mira a su papá que está junto a la caja.

QUIERO PAGAR ESTO ¡! Grita el papá mientras agita la pistola.

NO, DEBES PAGAR ESTO. Dice Milo.

TAMBIEN TENEMOS CAMAS PARA BARBIES, dice la señora de la caja.

YA TENGO TODO ESO, dice Milo.

OH, TE REFIERES A LA CAMA DEL PIRATA?, acota papá.

Y ESTÁ MÁS BONITA AHORA QUE LE PUSE PURPURINA, agrega Milo.

Entonces aparece en la fila Diego, el niño que siempre molesta a todos en la escuela, y se pone en
la cola detrás de Milo.

TE LLEVAS UNA BARBIE? Se burla


Tiene un mono de peluche en una mano y un bate en la otra.

N….NO VALE PEGAR. Murmura Milo.

CLARO QUE NO! Dice Diego y entonces hace puré al mono.

HOLA dice Antonio el papá de Diego.

HOLA saluda Milo estirando su mano.

Pero Antonio no estrecha la mano de Milo, solo se queda mirando la caja.

MILO NO LLEVARÁ UNA BARBIE, LLEVARÁ UNA PISTOLA. Dice el papá de Milo.

Milo quiere llorar, quiere patalear y gritar.

NO QUIERO UNA PISTOLA!! QUIERO UNA BARBIE!!! Pero no lo hace, no puede. Su cuerpo está tieso
como un mástil. Entonces susurra.

BARBIE ES LA MEJOR… AL MENOS CUANDO ESTÁ CONMIGO.

NO PUEDES LLEVAR ALGO QUE LE GUSTE A DIEGO? Pregunta el papá.l

N….NO responde Milo. Prefiere que sea algo que le guste a él.

ALGUNAS PERSONAS PUEDEN SER TAN TONTAS, dice papá, Y CON UNA PISTOLA HARÁN LO QUE TÚ
LES DIGAS.

EN VERDAD? duda Milo.

SI, responde el papá.

TÚ TAMBIÉN? Pregunta Milo.

POR SUPUESTO Contesta.

Milo se levanta decidido.

ENTONCES LLEVAMOS UNA PISTOLA, GRACIAS. Le dice de manera agradable a la cajera.

PIUH!! TOMA!! En la calle papá hace sonidos con la pistola. Milo debe ser fuerte, muy fuerte. Sin
embargo está un poco mareado. Ahora es su corazón el que hace piruetas.

MANOS ARRIBA! Dice.

JA JA! Ríe papá y levanta los brazos.

COMPRA UNA BARBIE, AHORA. Le ordena Milo.

Papá se da vuelta y ve una pistola temblorosa.


PERO…. Dice sorprendido.

SIN PEROS!

OH… dice papá con la voz quebrada.

Entonces dan la vuelta.

Milo acaricia con cuidado la caja rosa, con letras rosas y un corazón rosa.

HOLA, dice, QUIERES VENIR AL BALCÓN?

Milo sabe que Barbie está a punto de abrir la boca para decirle algo.

SI, POR SUPUESTO. Responde ella con una suave y bella voz.
El vestido de mamá

De Dani Umpi

Mamá, papá y yo usamos unos trajes especiales en la playa. Los tenemos


guardadlos durante casi todo el año esperando las vacaciones.

En invierno quiero estar abrigadito. Mamá y papá también. Me gustan mis guantes
y mi gorro. Las bufandas no me gustan tanto. Una vez se me enfrió la nariz y cuando
la toqué parecía de otra persona.

Me gusta cuando mis padres se visten para ir a fiestas. Parecen otras personas. Se
miran muy serios al espejo. Se peinan y se maquillan. Dicen: “! Que nos se nos haga
tarde!”. Cuando se van, dejan la casa perfumada.

Mamá tiene un vestido hermoso que sólo usa para las fiestas. Es un vestido muy
brillante que parece de juguete. Le queda muy bien. Lo guarda en una bolsa
transparente. Después de usarlo, lo lleva a limpiar a un lugar donde tienen unas
máquinas que le pueden sacar la mugre sin usar agua. Les conté a mis amigos
sobre esos aparatos y no me creyeron.

La tela del vestido tiene unas piedritas de colores. Parecen caramelos. Son muy
pero muy chiquitos. Caramelos para hormigas. Están pegados al vestido con magia.
No se sujetan con hilos. ¿ Cómo quedan ahí? No sé. Nunca había visto algo igual.

Me imagino otra ropa con esa tela. Guerreros con capas. Camisetas de fútbol.
Uniformes. Mucha ropa con tela mágica del vestido de mamá.

Cuando uso el vestido de mamá me observo en todos os espejos de la casa. Hago


muecas y hablo como si fuera otra persona. Es muy divertido. Acaricio las piedritas
de la tela.

Mi mamá también tiene unos zapatos con unos tacos altos y finos. Trato de no
caerme cuando me los pongo. Me quedan grandes. Usar sus zapatos es parecido
a estar en puntas de pie o andar en patines.

Bajo las escaleras con cuidado. No quiero lastimarme ni dañar el vestido el vestido
también me queda grande. A veces me quito los tacos para poder saltar mejor.

Miro mi programa de televisión preferido y otros más aburridos. Algunos vestidos se


parecen al de mi mamá pero ninguno es igual. Se lo hizo un señor midiéndole el
cuerpo con una cinta. Por eso me queda grande. Porque tengo otras medidas.

El sol lo hace brillar aún más. Llego muy alto en mi hamaca.


Los niños de la plaza me miran muy curiosos.

Con las hamacas es igual. Al principio me gustan y después me aburren. Tal vez
me aburra el vestido de mamá. Aún no lo sé. Quiero jugar al fútbol con mis amigos.

No soy un buen jugador pero hago unos goles buenísimos. Cuando me vieron por
primera vez con el vestido de mamá se rieron mucho, mucho. Sentí un calor muy
fuerte en el pecho y las orejas. Me vinieron ganas de llorar. Mis rodillas temblaron
como si tuviera frío.

Caminé despacio hasta mi casa. Me pareció que el barrio estaba vacío y que todo
quedaba lejos.

Mis padres miraban u programa de televisión muy divertido. Al verme, sus caras se
transformaron como cuando ven una mala noticia en el informativo.

- ¡¡¡¡EL VESTIDOOOO!!!!

“Ese vestido me trae demasiados problemas”, pensé. Mis padres. Mis amigos.
Todos se transformaban al verme con él. ¿Por qué algo tan hermoso les parecía tan
feo?

Dejé de llorar cuando mis padres tocaron la puerta de mi dormitorio. Pedían permiso
para entrar.

- A nosotros también nos gusta el vestido, pero solo se usa en momentos


especiales.

Me explicaron que es un vestido caro y, si se limpia tan seguido, las piedras


brillantes comienzan a desprenderse. Hay que tratarlo con cuidado.

¡Qué bueno que me lo explicaron! Hay muchas cosas que no entiendo, como las
máquinas que limpian sin agua. A veces, mis amigos también hacen o dicen cosas
que no entiendo y que me parecen bastante raras.

Pienso mucho en los momentos especiales. ¿Cómo sabré cuál será el mejor
momento para usar el vestido?

¡Todos los momentos son especiales!


Diferente
De Jerôme Le Dorza, Chloè Rémiat. Ediciones Jaguar.

Corro a perder el aliento en los campos, me gusta sentir la hierba alta acariciar mi pelaje
oscuro. A menudo siento sus miradas cuando trato de atrapar las nubes. Presiento sus
sonrisas cuando respiro el aire de las flores. Adivino sus comentarios cuando canto con los
pájaros. Siento sus reproches cuando no aúllo como ellos. Y los veo reunirse a la luz de la
luna. El jefe de la manada se dirige hacia mí: tú no eres como nosotros, nos avergüenzas, no
te queremos, largo de aquí. No entiendo sus palabras pero percibo la vergüenza en sus ojos.
Me voy sin decir palabra y me exilio allá arriba en la montaña.

Saltas por los prados, te gusta sentir el rocío enredarse en tu lana algodonosa. A menudo
percibes sus comentarios cuando dibujas estrellas en el suelo, observas sus miradas cuando
juegas con las mariposas, oyes sus críticas cuando imitas el aullido de los lobos, y sientes
su miedo cuando te alejas del rebaño. Los ves reunirse al amanecer el más viejo del rebaño
se dirige a ti: tú no eres como nosotros, nos avergüenzas, no te queremos, largo de aquí. No
entiendes sus palabras pero percibes la vergüenza en sus ojos. Te vas sin decir palabra y te
exilias allá arriba en la montaña.

Juego a correr tras las marmotas, veo las águilas planear alto en el cielo, me baño en los
arroyos agitados. Soy feliz, pero estoy solo.

Saltas de peñasco en peñasco, atraviesas los ríos, retozas en la hierba tierna. Eres feliz, pero
estás sola.

Un día en un recodo del camino nuestras soledades se encuentran. Curiosos nos


observamos sin decir palabra, acariciamos nuestras heridas respiramos nuestras
esperanzas, y decidimos seguir el mismo camino. Todos los días jugamos a perder la razón,
a veces a contar borregos, otras a que viene el lobo. Inventamos historias de borregos
hambrientos y lobos perseguidos. Miramos el viento esculpir las nubes y dejamos al azar
guiar nuestros pasos. Cuando la noche lo cubre todo tu suave lana me proteje de las garras
de invierno y cuando un oso aparece en nuestro camino muestro mis colmillos y te protejo
de sus uñas afiladas.

Pero una noche unos ojos hambrientos surgen en la oscuridad. Mis antiguos compañeros
me advierten: no te queremos hacer daño, solo danos al borrego. Siento tus patas temblar,
apoyas tu hocico en mi lomo, me necesitas tanto. Entonces los desafío a todos. Se
abalanzan. Mis colmillos y mis uñas los rechazan. Nos tocamos, nos esquivamos, nos
embestimos. Cuando recobran el aliento, tú lames mi cuerpo magullado . No abandonaré!
Durante dos noches y dos días los mantengo a raya. Finalmente heridos y hambrientos
abandonan. Agotado desfallezco, tu lengua cura mis heridas. Estás tan orgulloso de mí,
quieres presentarme al resto de tu familia. Quieres explicarles que los lobos a veces salvan
borregos. Pero cuando ven mis orejas todo el rebaño huye balando de pavor.

Entonces comprendemos que seremos siempre diferentes pero nunca más estaremos
solos.
Tres con Tango

En medio de la ciudad de nueva York hay un gran parque que se llama Central Park. A los niños les encanta
ir jugar ahí. Hay un lago donde ponen a navegar sus barquitos. También hay una calesita para el verano y en
invierno hay un lago helado que sirve de pista de patinaje.

Pero lo mejor de todo es que hay un zoo. Cada día todo tipo de familias van a visitarlo.

Los niños y sus padres no son las únicas familias que hay en el zoo. Los animales también forman familias.
Hay familias de oso panda rojo con padres y madres y crías peludas de oso panda. También hay monos papá
y monas mamá criando ruidosos bebes monos. Hay familias de sapos de tucanes y también tamarindos
algodonosos. Y en la casa de los pingüinos viven familias de pingüinos. Cada año las chicas pingüino empiezan
a coquetear con los chicos pingüino. Y al mismo tiempo los chicos pingüino empiezan a rondar a las chicas
pingüino. Cuando un chico y una chica se encuentran y se gustan, se hacen pareja. Dos pingüinos de la casa
de pingüinos eran un poco diferentes. Uno se llamaba Roy y el otro Silo. Roy y Silo eran los dos chicos, pero
hacían todo juntos. Se hacían reverencias. Caminaban lado a lado. Cantaban canciones. Y nadaban juntos.
Allí donde Roy iba también iba Silo. No pasaban demasiado tiempo con las chicas pingüino. Y las chicas
pingüino no pasaban mucho tiempo con ellos. De hecho Roy y Silo se abrazaban a menudo con sus cuellos. El
guarda el sr gramzay se dio cuenta y pensó: "seguro q están enamorados"

Roy y Silo se fijaron que los otros pingüinos se hacían un hogar. Así pues ellos también empezaron a construirse
su nido de piedras. Cada noche Roy y Silo dormían juntos igual que las otras parejas de pingüinos. Y cada
mañana Roy y Silo se levantaban ju tos. Pero pro to se dieron cuenta que las otras parejas podían hacer algo
que ellos no podían. La madre pingüino pone huevos. Después, ella y el padre pingüino hacen turnos para
mantenerlo caliente. Lo incuban y luego nace un bebe pingüino. Roy y Silo no tenían ningún huevo donde
sentarse y calentar. No tenían ningún pollito para alimentar abrazar ni querer. Su nido era bueno pero estaba
un poco vacío. Un día Roy encon tro algo q se parecía a lo que los pingüinos incuban y se lo llevo al bido. Solo
era una piedra. Pero Silo se sentó encima con mucho cuidado. Y espero... y espero... y a Silo le cogió sueño y
se durmió. Cuando se despertó se fue a nadar y Roy se sentó sobre el huevo. Pero nada concurrió. Entonces
el sr Gramza tuvo una idea. Encontró un huevo y lo puso en el nido de Silo y Roy. Ellos se ocuparían de él.
Roy y silo ya sabían lo q tenían q hacer. Pusieron el huevo en el nido. Cada día lo movían un poco así se
mantenía caliente. Algunos días Roy lo incubaba mientras Silo iba por comida. Otros días era Silo quien ae
ocupaba del huevo. Por la mañana y por la noche se sentaban en el nido. También a la hora de comer de nadar
a la de cenar. Estuvieron sentados cada día del mes de principio a fin. Hasta q un día oyeron un ruido q venia
del interior del huevo. Puo pio pio se escuchaba. Roy y Silo picaron con sus alitas clac clac pio puo con testaba
el huevo. De pronto un agujerito se empezó a abrir en la cascara del huevo. Y entonces.... craaaaaac! Del
huevo salió su bebe!! Tenía las plumas desordenadas y un pico negro muy lindo. Ahora Roy y Silo eran papas.
"Le llamaremos Tango" dijo el sr Gramzay porq se necesitan 2 para bailar un tango.
Roy y Silo le enseñaron a Tango a cantar y a avisarles cuando tuviera hambre. Se alimentaba de sus picos.
Durante la noche lo calentaban en su nido. Tango fue el primer pingüino en el zoo que tuvo dos papas. Pronto
tango creció lo suficiente te para dejar el nido. Entonces Roy y Silo se lo llevaron a nadar igual que las otras
familias de pingüinos. Y todos los niños y niñas q iban al zoo podían ver como Tango jugaba con sus padres o
con otros pingüinos en la casa de los pingüinos del central park.

Muy bien Roy!. Muy bien Silo!. Bienvenido Tango!. Gritaban.

Y al atardecer los tres pingüinos regresaban al nido.

Se acariciaban todos jun titos y como el resto de las familias de pingüinos de la casa de los pingüinos, como
el resto de los animales del zoo y como el resto de las familias de la gran ciudad se iban a dormir.
La historia de Julia
Una niña que tenía la sombra de niño

Christian Bruel y Anne Bozellec

Una ciudad, una casa… una habitación.

Mamá entra…

-Querida, ¿estás segura que necesitas patines para leer? De verdad no puedes hacer nada como
todo el mundo?-

-Yo no soy como todo el mundo mamá, yo soy Julia!-

Julia no es juiciosa, hace lo que se le antoja; Julia es muy hermosa pero quisiera ser pelirroja.

Julia no es delicada, no le gusta peinarse, se esconde bajo la cama cuando tiene que bañarse.

Julia sabe lo que quiere y se lo cuenta a su gato, y se divierte con los juegos que disgustan a sus
padres… pero aún así, ella quisiera que la abrazaran de vez en cuando.

Al salir de paseo.

-No existe la más mínima posibilidad de que te lleve en este estado-

-Julia esto va a terminar mal, péinate mejor-

-Por Dios, lo haces a propósito! Sabes muy bien que ese saco está roto, lo voy a botar!... –

- Ves así estás muy linda, querida. Ahora si te reconozco.-

A Julia le gustan los espejos.

-Julia, no has visto la cortina que acabo de planchar? -

– y tú qué haces todavía en el baño?-

-Julia es la última vez que te pido que pongas la mesa!-

-Tu padre está por llegar!-

-Pero mira cómo te volviste! No puedes tener cuidado? Esta niña me va a enloquecer! Y tú Miguel
por lo menos dí algo!”

-Es cierto Julia, mamá tiene razón. Eres insoportable siempre diciendo malas palabras, siempre
cayéndote, siempre dispuesta a hacer tonterías… casi un muchachito, eso es lo que eres.-
-Ah, en eso se parece bastante a tu hermana.-

-No metas a mi hermana en este asunto…-

Julia ya no escucha, siempre es lo mismo:

¡Muchachito!

¡Muchachito!

¡Muchachito!

¡Muchachito!

Y una mañana…

-Mamá, mamá, mira! Tengo sombra de niño!-

-No mi niña, todavía estás medio dormida. Mira bien, no hay nada. Me pregunto de dónde sacas
semejantes ideas....-

Julia no estaba soñando: en verdad tenía sombra de niño! Pero nadie lo quería creer!

Cuando una sombra es poco sombría, te sigue en la alfombra, como tu sombra ella te asombra!

Julia ya no puede más.

Esa sombra extraña que todo enmaraña, y que la engaña, que se la coma como una araña!

Diálogo con una sombra que no responde.

-Vete, asustas a mi gato! Un niño no es así! Déjame tranquila, yo no soy como tú! Yo soy una niña!-

-Dime mamá, ¿ las sombras se las traga la luz?-

-Dime mamá, si no hubiera luz, las sombras morirían?-

Bella Julia la noche de tus grandes ojos abiertos dibuja para el día siguientes mañanas sin sol…

Pero cada mañana es luminosa, y cada vez que puede estar sola con esa sombra… Julia intenta
deshacerse de ella. Chapotea mucho tiempo en los charcos… si a esta sombra le diera una
bronquitis… Al fin Julia estaría tranquila.

Corre Julia! Tu sombra aún está ahí!

Una noche Julia está descorazonada, y si la sombra tuviera razón? Ella es simplemente un
muchachito y además incompleto, con una hendidura entre las piernas que a ella le gusta tocar
suavemente. ..
Julia ya no sabe quién es. Para que la quieran debe comportarse como otra persona.

La quieren mucho cuando no se peina como Julia.

La quieren mucho cuando se sienta mejor que Julia.

La quieren mucho cuando habla menos que Julia.

Ahora ni siquiera sabe a quién se parece… Ya ni su espejo la reconoce!

A Julia le gustaría ser pequeña, pequeñita.

Quisiera esconderse en una ratonera. Bajo tierra, los ratones no tienen sombra. Ellos al menos…

-Claro! Es cierto, bajo tierra siempre está oscuro ¡no tenemos sombra!

(Julia cava un pozo y se mete dentro)

-Qué haces en ese hueco?-

-Mmmm y tú? Por qué lloras?-

- Cuando estoy triste vengo aquí para llorar sin que nadie se burle de mí. Todo el mundo dice que
lloro como las niñas. Es más, todo el mundo dice que tengo cara de niña. De todas formas tu pala
no es lo suficientemente grande-

-Mmmm y los ratones tienen palas?-

-Shhhhh , hay alguien ahí, rápido, escondámonos!-

-Son mis padres – dice Julia – no nos han visto… y los tuyos?-

-Los míos…. Siempre están durmiendo-

-Sabes? A mí todo el mundo me dice que soy como un muchacho… la gente dice que las niñas deben
portarse como niñas y los niños deben portarse como niños. No tenemos derecho a hacer cosas
diferentes, Mira, es como si estuviera cada uno en su frasco!-

-Como los pepinillos?-

-Si, como los pepinillos… Las pepiniñas en un frasco, los pepiniños en otro. Nadie sabe dónde meter
a los niñoniñas! Yo creo que se puede ser niño y niña, los dos a la vez si uno quiere. Me importan un
comino las etiquetas… ¡Tenemos derecho!-

-Tú crees? –

-Claro, tenemos derecho-

Se quedaron dormidos.
Está amaneciendo. No hace mucho calor. Tienen un poco de hambre…

-Qué hacemos Julia?-

-Pues regresar a nuestras casas-

-Si, pero qué vamos a decir?-

-¡Solo tenemos que decir que nos perdimos y después no encontramos!-

Ay seguro vas a tener problemas en casa pero lo que comprendiste esta noche vale más que cualquier
cosa.

“Tenemos derecho… tenemos derecho” repite Julia mientras camina.

Todo puede ocurrir… Ella es Julia, ahora lo sabe!

Julia-terrible

Julia-furia

Julia-Julia
Rey y Rey
Linda Haan y Stern Nijland

Erase una vez una anciana reina, un joven príncipe heredero y una gata con
corona que vivían en lo alto de una montaña.

La anciana dama llevaba ya muchos años reinando y estaba harta y muy


cansada.

Un día decidió que antes del verano el príncipe debería casarse y ocupar el
trono.

-¡Despierta!- Le gritó la reina.

Tu y yo tenemos que hablar.

-¡No puedo mas! ¡Tienes que casarte y punto!-

El príncipe apartó su desayuno.

Se le quitaron las ganas de comer porque la reina hablaba... y hablaba....y


hablaba sin parar.

-No se que te pasa-

-¡Todos los príncipes se han casado menos tu!-

-A tu edad yo ya me había casado dos veces-

La reina siguió hablando hasta la noche y el príncipe, completamente


MAREADO, por fin cedió.
-Está bien, madre, me casaré. Pero no conozco a ninguna princesa que me
guste.-

La reina brindó por su futura felicidad.

Aquella noche la reina buscó su listín de princesas y no hubo castillo, ni alcázar,


ni palacio al que no llamara.

A la mañana siguiente se presentó la primera princesa.

La princesa Aria de Austria interpretó una estridente opera en honor al


príncipe. Pero antes de que acabara, ya la habían echado.

La princesa Dolly llegó desde Texas haciendo malabarismos y magia. (la única
que se divirtió fue la gata) Pero la reina y el príncipe se aburrían.

La siguiente fue una sonriente princesa que llegó desde Groenlandia, pero no
impresionó a nadie, salvo al paje del príncipe que se enamoró perdidamente
de ella.

¡Vaya! Con esos brazos tan largos seguro que puede saludar a todo el pueblo,
dijo el príncipe. Pero la princesa Rahjmashputtin de Bombay, empleó sus largas
piernas para salir corriendo de palacio.

La reina y el príncipe se miraron con tristeza.

Ninguna de las princesas les había gustado.


¡Un momento! –exclamó el paje-

Todavía queda una princesa.

¡Tachín, tachín!

Les presento a la princesa Magdalena y a su hermano, el príncipe Azul.

De pronto, el príncipe se quedó sin respiración y su corazón empezó a latir.

Fue un flechazo

-¡Que príncipe tan guapo!- dijo el joven príncipe.

-¡Que príncipe tan guapo!- dijo el príncipe Azul.

Fue una boda muy especial.

La reina lloraba sin parar.

Desde entonces los príncipes viven juntos, como rey y rey, y la reina por fin
pudo descansar. Y vivieron felices y comieron perdices.

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