Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
QUIEBRES
QUIEBRES
Declarar un quiebre nos permite alcanzar nuestra Realidad Ideal (R.I.) y, durante la lección de hoy,
aprenderemos a diferenciar entre un problema y un quiebre, desde la mirada del Coaching
Ontológico.
¿QUÉ ES UN QUIEBRE?
Cuando, por ejemplo, caminamos, subimos la escalera, martillamos un clavo en la pared, escribimos
en la computadora, hablamos por teléfono, andamos en bicicleta, cocinamos, comemos, etcétera,
lo hacemos en transparencia. Lo que implica que no tenemos la atención puesta en cada paso que
damos al caminar o en cada movimiento que hacemos con las manos al escribir en la computadora.
Tampoco proyectamos por anticipado el movimiento que haremos a continuación, nuestra
atención suele estar puesta en otra parte.
Cuando nos encontramos en este estado, en la transparencia del fluir de la vida, no solo no estamos
pensando en lo que hacemos sino, como manifiesta Rafael Echeverría, nos desplazamos en sintonía
con el mundo sin detenernos a pensar en él.
Por ejemplo:
Al principio estabas en transparencia hasta que "algo" hizo que salgas de ella.
QUIEBRES
¡¡¡El Quiebre es una interrupción en el fluir transparente de nuestra vida!!! donde el OBSERVADOR
identifica una interrupción y toma consciencia de un campo específico que antes no identificaba y
que no deja avanzar hasta su realidad ideal.
Quiere decir que un Quiebre es un JUICIO con autoridad que nos damos a nosotros mismos
respecto a que lo aconteció no cumple con lo que esperábamos con la intención de volver a
conectarnos con nuestro objetivo. Un quiebre se convierte en una DECLARACIÓN para nosotros,
porque a partir de declararlo, nuestro mundo cambiará.
Lo que quieres
En base a esto podemos comprender que somos nosotros mismos quienes determinamos los
quiebres, y lo hacemos frente a dos situaciones clave:
o Cuando expresamos sentirnos insatisfechos por algo que acontece en nuestra vida.
o Cuando visualizamos que nuestra vida puede ser diferente en uno o varios aspectos.
El quiebre es sólo distinguible cuando vemos el COMPROMISO; pues, sin este, nos podemos quedar
por mucho tiempo en el problema. Por ello, debemos distinguir qué queremos, para poder elegir.
Al no aceptar la situación que atravesamos, nos resistimos. Por ende, el problema persistirá.
"¡BASTA!”
Ejemplos:
Para cada problema existe una solución. La solución es solamente evidente cuando salimos de
nuestra “caja” o sistema de creencias. Cuando no hacemos lo anterior, seguimos pensando que el
problema será permanente porque la vida se interpone a nuestros resultados.
Desde el paradigma del problema se percibe como un obstáculo a resolver que nos detiene,
reaccionamos desde la obligación y adaptación, haciendo foco en la situación problemática.
En cambio, el quiebre es un espacio de oportunidades, accionamos desde el compromiso y
elección, la atención está en el observador que quiere hacer que las cosas pasen avanzando en su
visión.
Con ello se abre la posibilidad de mirar al OBSERVADOR que emite un JUICIO que genera el
QUIEBRE como tal, sino sería algo que paso y el observador seguiría en TRANSPARENCIA.
La Declaración de Quiebre es
un recurso fundamental en
nuestro diseño de futuro
Cuando declaras un Quiebre no tienes por qué saber la solución ni cómo harás para salir de él. Si
buscas una solución, estarías en el "paradigma del problema"; en cambio, desde el "paradigma del
quiebre", simplemente declaras que no sabes algo, o que algo no te satisface y quieres declarar
un cambio.
Mira los siguientes ejemplos de quiebres y descubre cómo podrías identificar el tuyo:
QUIEBRES
Entonces:
Declarando Quiebres
A partir de lo aprendido, pon en práctica los siguientes pasos para encontrar y declarar el quiebre,
en función que este sume a tu camino hacia tu Realidad Ideal:
6. Reflexiona sobre las posibilidades que se abren y pregúntate: ¿qué he aprendido y qué
puedo hacer diferente la próxima vez?
“Me enoja decir siempre que sí, quiero poner límites a ciertos pedidos.”
BRECHA
LECTURA COMPLEMENTARIA
LA VACA
Un maestro Samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de
apariencia pobre y decidió hacer una breve visita al lugar.
Llegando al lugar, constató la pobreza del sitio: los habitantes eran una pareja con tres hijos; todos
vestidos con ropas sucias, rasgadas y sin calzado; la casa, poco más que un cobertizo de madera.
-“En este lugar donde no existen posibilidades de trabajo ni tampoco puntos de comercio, ¿cómo
hacen para sobrevivir?”
El señor respondió:
-“Amigo mío, nosotros tenemos una vaca que brinda varios litros de leche todos los días. Una parte
del producto la vendemos o lo cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina, y con la otra
parte producimos queso y cuajada para nuestro consumo. Así es como sobrevivimos".
-“Busca a la vaca, llévala al precipicio que hay allá enfrente y empújala por el barranco.”
El joven, espantado, miró a su maestro y le respondió que la vaca era el único medio de
subsistencia de aquella familia; pero el maestro permaneció en silencio y el discípulo cabizbajo fue
a cumplir la orden.
Empujó a la vaca por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de
aquél joven durante muchos años.
Un bello día, el joven agobiado por la culpa decidió abandonar todo lo que había aprendido y
regresar a aquel lugar. Quería confesar a la familia lo que había sucedido, pedirles perdón y
ayudarlos.
Así lo hizo. A medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy bonito. Árboles floridos, una bonita
casa con un auto en la puerta y algunos niños jugando en el jardín.
El joven se sintió triste y desesperado, imaginando que aquella humilde familia había tenido que
vender el terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y fue recibido por un hombre muy simpático.
El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años y el señor le respondió que
seguían viviendo allí. Espantado, el joven entró corriendo en la casa y confirmó que era la misma
familia que visitó hacia algunos años con el maestro.
-“Nosotros teníamos una vaca que cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en
la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así
alcanzamos el éxito que puedes ver ahora”.
Todos tenemos alguna vaca que nos da alguna cosa básica para
nuestra supervivencia, pero que también nos lleva a la rutina y nos
hace dependientes de ella.