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Reflexión 13

Memoria y Paz desde los centros educativos


Los centros educativos se convierten en escenarios de construcción de memoria colectiva,
donde nosotros como educadores desempeñamos el rol de gestores de la memoria; en otras
palabras, creamos actividades en espacios al aire libre para que estudiantes, padres de
familia y administradores escolares narren sus experiencias individuales y colectivas sobre
las configuraciones y problemáticas del sector, barrio y comuna. Con esto, logramos
acercarnos más a las subjetividades de los diferentes actores sociales.
En este sentido, los recuerdos de las relaciones que tienen los estudiantes con sus
compañeros, docentes y demás integrantes de la institución, inciden en el modo de
comprender el presente e incluso los sueños y metas a futuro. Asimismo, cuando los
recuerdos se enmarcan en el dolor o en las prácticas desde las cuales se sienten violentados,
sus acciones en el presente suelen estar enmarcadas en el distanciamiento de los ejercicios
colectivos como el juego o la comunicación e intercambio de saberes con otros compañeros
dentro y fuera de las instalaciones educativas.
Por otro lado, el lugar del maestro en los espacios no escolares de formación es una
oportunidad para que se puedan liberar de todos los esquemas y límites de acción
establecidos por las instituciones qué, en muchos casos, no se interesan por la memoria y
construcción de paz. Por lo que es necesario desvanecer y cambiar la creencia de que la
responsabilidad social por la historia, memoria y realidad del contexto, corresponde
únicamente a los maestros de las ciencias sociales y humanas, y al mismo tiempo poder
entender esta acción como parte integral de la configuración esencial del ser maestro y
recordar que el saber específico es solo un pretexto para la acción política que encarna esta
figura en la sociedad.
Finalmente, es necesario hacer un llamado de atención a las propuestas de investigación
pedagógica que favorezcan al buen manejo de las situaciones coyunturales del país,
entendiendo que uno como maestro se debe cuestionar constantemente por el quehacer y
mucho más cuando estamos sumergidos en momentos de violencia y resiliencia.

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