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EL LENGUAJE JURÍDICO DEL SIGLO XXIm

Aún en pleno siglo XXI el lenguaje jurídico sigue siendo uno de esos lenguajes en
los que resulta muy complicado entender lo que se quiere expresar. Sin embargo,
con el paso de los años se ha constatado que algunos abogados, filósofos,
profesionales e incluso planes y acuerdos luchan por una modernización, en
definitiva, por hacer más comprensible para los ciudadanos este tipo de lenguaje
utilizado en los textos.

Cabe recalcar que el lenguaje jurídico y el lenguaje administrativo en dicho articulo


es considerado como un mismo tipo de lenguaje, puesto a que desde el punto de
vista de los mecanismos lingüísticos son casi semejantes o parecidos y lo único que
podría diferenciarlos son el los tipos de documentos en los que son aplicados. Por lo
cual, no conviene tenerlos diferenciados como lenguajes distintos.

Como sabes, el lenguaje jurídico se considera complicado porque implica un exceso


de formalismo y barroquismo que siempre lo ha caracterizado, por lo que se busca
su modernización. Sin embargo, debido a este cambio que quieren hacer al lenguaje
jurídico, se teme que se pierda la esencia de este tipo de lenguaje. Por ello, creen
que debería seguir siendo un lenguaje especial con el marco necesario para
sustentar su estatus científico.

No obstante, los resultados de los intentos que se han realizado para modernizar el
lenguaje jurídico nos nulos o muy desiguales, como son la Orden JUS/3126/2003,
de 30 de octubre de 2003, en la que se daría paso a la comisión de la
modernización de este lenguaje y debía ser integrada por personas relevantes en el
ámbito académico, lingüístico del derecho; la creación del Plan de Transparencia
Judicial del 2005, en la que se pretendía desechar o eliminar las fórmulas y
expresiones anacrónica, para así facilitar la comprensión de los ciudadanos; y por
ultimo el acercamientos de los juristas y filólogos mediante la firma de un convenio
de colaboración entre la Real Academia Española y la Vicepresidencia del Gobierno,
en la que tenían como finalidad mejorar la redacción de las leyes. Sin embargo,
todos estos intentos no nos constan de que ya hayan comenzado a operar o que los
resultados esperados sean eficientes.
Asimismo, esta complejidad no existe sólo en un único sector territorial, sino que es
una tendencia universal que se intenta combatir en todas las lenguas, pero que no
ha sido eliminada por las anomalías que se están produciendo actualmente:
escritura descuidada, escritura complicada, escritura confusa. y escritura
pretenciosa. Hay problemas de ortografía, mal uso de cláusulas subordinadas en las
que el lector se pierde por completo, contenido con demasiada terminología técnica
y mucha información que es completamente irrelevante para el lector.

Además del problema de esta anomalía del lenguaje, también refleja un problema:
el abuso de subordinación, donde los abogados tienden a escribir oraciones muy
largas que contienen conceptos complejos, referencias injustificadas y jurídicamente
peligrosas a hombres y mujeres que dan lugar a interpretaciones indeseables y
referencias continuas a contenidos anteriores.
El abuso extremo se utiliza para marcar referencias en el discurso actual que son
casi idénticas a las ya mencionadas en el texto y, finalmente, quizás palabras
precisas que crean el significado de una palabra en la apariencia formal de otra.
Todo lo anterior le da un aspecto negativo a la terminología jurídica, dificultándola a
las siguientes personas que no tienen conocimientos específicos sobre el tema.

El miedo de las personas es muy entendible debido a que cuando se topan con un
texto jurídico, en la que hacen el intento de comprender lo que trata de expresar
dicho texto, sin lograr hacerlo. Justamente como remarca el artículo, el ciudadano
no sabe si ha heredado algo o esta siendo denunciado y es por ello que varios
responsabilizan a los abogados o legisladores, por el hecho de que solo ellos
puedan entender dicho lenguaje, lo cual es entendible puesto que, en un plano
ideal, todo escrito jurídico tiene que adecuarse a las características del destinatario,
por lo cual se desea que el cliente o el ciudadano pueda lograr saber lo que emana
de dichos escritos.

Debido a toda esta problemática es que se crea dos vertientes de solución, las
cuales hacen que las ambas partes, ósea los legisladores y los ciudadanos tengan
un papel fundamental con la lucha de la modernización del lenguaje jurídico. Por un
lado, se encuentra la falta de contenidos jurídicos en la educación de la población, lo
cual es la causa fundamental por lo que se les hace muy difícil el acceso de la
comprensión de los textos jurídicos que podrían toparse en un futuro, llegando a
desconocer ciertas terminologías tan comunes en este tipo de lenguaje. Hasta que
no se aplique estos conocimientos a la población, los intentos por los legisladores
como los jueces, abogados o fiscales, para construir textos mas entendibles dará
como resultado lo mismo que con los intentos anteriores, es decir pocos resultados
se verán reflejados.

Por otro lado, existe una solución para la falta de atención a los aspectos
lingüísticos en los planes de estudios de la carrera de Derecho. El problema está en
la universidad donde los futuros legisladores adquieren su lenguaje jurídico.
La creación de futuros textos jurídicos o lenguaje jurídico depende de la capacidad
del estudiante de derecho para mejorar su oratoria, argumentación y redacción.

Para concluir, el problema del lenguaje jurídico es un problema global, que genera
desconocimiento entre los ciudadanos debido a su complejidad, y por eso no
pueden entender lo que quieren dar a conocer. La mejor manera de concienciar a
ambas partes sobre estos problemas es dar a la población una formación jurídica
básica en la que los conceptos no les parezcan desconocidos y a los próximos
legisladores se les dé una formación lingüística para que no utilicen un lenguaje
jurídico como el que se utiliza actualmente.
En un futuro no muy lejano, se puede hablar de una exitosa modernización del
lenguaje jurídico, en el que sea comprensible para todos y al mismo tiempo no
pierda su esencia, si enfatizamos y nos guiamos por estos aspectos.

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